Causas de la perfección de la lengua castellana en el Siglo de Oro de nuestra literatura

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los Hijos de M.G. Hernández, 1902 - 95 páginas
 

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Página 59 - Y negocio que de las palabras que todos hablan, elige las que convienen, y mira el sonido de ellas, y aun cuenta a veces las letras, y las pesa, y las mide, y las compone, para que no solamente digan con claridad lo que se pretende decir, sino también con armonía y dulzura.
Página 66 - Ya se acerca, Señor, o es ya llegada la edad gloriosa en que promete el cielo una grey y un pastor solo en el suelo por suerte a vuestros tiempos reservada : Ya tan alto principio, en tal jornada os muestra el fin de vuestro santo celo, y anuncia al mundo para más consuelo un Monarca, un Imperio y una Espada.
Página 49 - ... enseñorearse del artificio de la elocuencia que en ella cabe para empresas más altas y de mayor importancia, y abrir camino para que, a su imitación, los ánimos estrechos, que en la brevedad del lenguaje antiguo quieren que se acabe la abundancia de la lengua castellana...
Página 73 - Y así, ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?
Página 44 - Y si acaso dijeren que es novedad, yo confieso que es nuevo, y camino no usado por los que escriben en esta lengua, poner en ella número, levantándola del descaimiento ordinario. El cual camino quise yo abrir, no por la presunción que tengo de mí, que sé bien la pequenez de mis fuerzas, sino para que los que las tienen se animen a tratar de aquí adelante su lengua como los sabios y elocuentes pasados, cuyas obras por tantos siglos viven, trataron las suyas; y para que la igualen en esta parte...
Página 42 - Dios, habemos de ver muy presto todas las cosas curiosas y graves escritas en nuestro vulgar, y la lengua española subida en su perfección, sin que tenga envidia a alguna de las del mundo, y tan extendida cuanto lo están las banderas de España, que llegan del uno al otro polo...
Página 42 - No se puede sufrir que digan que en nuestro castellano no se deben escribir cosas graves ; pues ¿cómo? Tan vil y grosera es nuestra habla que no puede servir sino de materia de burla? Este agravio es de toda la nación y gente de España, pues no hay lenguaje ni le ha habido que al nuestro haya hecho ventaja en abundancia de términos, en dulzura de estilo, y en ser blando, suave , regalado y tierno, y muy acomodado para decir lo...
Página 93 - El escribir bien, en su sentido más profundo, esto es, el escribir conforme a la realidad, conforme a lo que las cosas son y conforme se reflejan en el espíritu libre y purificado de las nieblas de la pasión, no es solamente acto y deber literario, sino acto y obligación moral...
Página 17 - Para deciros la verdad, muy pocas cosas observo porque el estilo que tengo me es natural, y sin afectación ninguna escribo como hablo, solamente tengo cuidado de usar de vocablos que signifiquen bien lo que quiero decir y dígolo cuanto más llanamente me es posible, porque a mi parecer en ninguna lengua está bien la afectación.
Página 91 - Y reconocida y confesada esta relatividad del conocimiento, y reconocida y confesada también, de otra parte, el hambre y la sed de lo absoluto y de lo ideal que aquejan a toda alma venida a este mundo, aspiración que no se aquieta con los áridos conceptos de...

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