Tratado de la Iglesia de Jesucristo, ó Historia eclesiástica, Volumen 1;Volumen 6

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Pasajes populares

Página 144 - Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin".
Página 383 - ¿Qué está escrito en la ley? ¿cómo lees? 27 Y él respondiendo, dijo: "'Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; "y á tu prójimo como á ti mismo. 28 Y díjole: Bien has respondido: haz esto, y vivirás. 29 Mas él, queriéndose "justificar á sí mismo, dijo á Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
Página 304 - Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Página 309 - No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Página 347 - El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre está en mí y yo en él.
Página 139 - Salve. v. 186 en el principio era el Verbo: comienzo del Evangelio de San Juan: «Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios.
Página 347 - En verdad, en verdad os digo, '' que si no comiereis la carne del Hijo del Hombre, y no bebiereis su sangre, " no tendréis vida en vosotros.
Página 162 - Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Página 316 - Juan de lo que habéis visto y oído: que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, á los pobres es anunciado el evangelio; 23 Y bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mí.
Página 398 - ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muñéndome de hambre!'. Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: 'Padre, pequé contra el cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros'.

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