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ca: porque sin estos no es posible escribir dignamente la historia, ni aclarar y resolver las dudas que obscurecen la luz de la verdad. Para este fin se solicitó del Padre General de la congregacion benedictina de Castilla y Leon que expidiese una circular á todos los abades de su órden para que franqueasen copias de los documentos inéditos de los archivos de sus monasterios, los quales son riquísimos de diplomas, privilegios y otros códices históricos sumamente importantes para el descubrimiento de los hechos y puntual conocimiento de la cronología si bien ha tenido la Academia la fatal desgracia de que el suceso no haya correspondido á sus deseos, ni al buen zelo con que interpuso su autoridad aquel prelado.

Por último, teniendo en consideracion la Academia que en su coleccion diplomática y otros papeles y documentos exîstian abundantes materiales, en parte desconocidos, y generalmente sin el uso á que fuéron destinados, creó una junta que entendiendo en este preciso objeto, se dedicase á exâminarlos con atencion, y propusiese los medios de aumentar y aprovechar depósito tan precioso. Mas no hallándose todavía la Academia en estado de poder ofrecer al público una coleccion digna de su nombre, é igual á las que han formado otras naciones cultas, tuvo por mas acertado emprender el trabajo de ir imprimiendo y publicando algunas crónicas particulares, previa la correccion é ilustracion necesarias, poniendo al fin por apéndice los documentos pertenecientes al tiempo á que se refieren.

Ya habia presentado de antemano á la Academia el Señor Alamanzon un plan de los trabajos que tenia dispuestos para ilustrar la crónica del rey Don Fernando el IV, llamado el Emplazado sus apuntamientos para las observaciones y adiciones: el índice cronológico de los documentos: cotejos hechos de la crónica impresa con dos codices: las excerptas de algunos autores coetáncos; y varias noticias sobre empleos, pechos, tributos, moneda y medidas. Y observando la junta lo mucho que habia adelantado en estos materiales, y la facilidad de completarlos y ponerlos en el orden y forma conveniente, determinó dar principio á la execucion de su plan por la publicacion de

la

la referida crónica; sin perjuicio de ir preparando colecciones diplomáticas para otras ya impresas, y singularmente para la de Don Alonso el VIII, de cuyo tiempo son no ménos interesantes que numerosos los documentos para la geografía, historia y política.

En efecto, teniendo á la vista para la correccion del texto un códice de la biblioteca de la Academia, dos del monasterio de Monserrate, y tres del Escorial, ha logrado la junta concluir de todo punto el cotejo; sin omitir al mismo paso la adquisicion de quantos documentos pueden servir para ilustrar el reynado de Don Fernando IV. Porque siendo nuestras crónicas tan estériles de los hechos y verdades que mas interesan al conocimiento é instruccion de la posteridad, no es posible sin este aparato de diplomas y noticias útiles, fixar el carácter del monarca cuya historia se publica, ni presentar á los lectores el quadro importante del estado de las costumbres, de las ideas, de la legislacion y de las artes en la época á que se refiere la

crónica.

Seria sumamente prolixo individualizar todos los documentos con que la junta ha ido aumentando sucesivamente la coleccion diplomática de dicho reynado: baste saber que apénas hay archivo o biblioteca del Rey, de monasterios y de cabildos eclesiásticos y seculares, fecundos en este género de preciosidades historicas, que no hayan suministrado materiales para esta empresa, á la qual han contribuido muchos zelosos individuos, no solo tomándose el penoso trabajo de trasladar por sí mismos ó hacer copiar á su vista los privilegios y documentos oportunos; sino tambien franqueando los de sus colecciones privadas y sus memorias y apuntamientos para rectificar equivocaciones en la cronología de los hechos, dar mayor luz á los conocidos, y puntualizar ciertos pormenores muy útiles al paso que olvidados ó mirados con desden por nuestros historiadores y cronistas. Se ha distinguido entre ellos nuestro individuo correspondiente Don Joaquin Antonio del Camino, canónigo de Lugo, con quien se siguió una correspondencia muy interesante sobre la celebracion de un concilio en Salamanca en que se declaró la

ino

inobediencia de los Templarios, contra la opinion de algunos que dudan de semejante hecho: para cuya discusion tuvo presente la junta el manuscrito de Garibay que trata de la historia de estos caballeros, franqueado de su archivo por el Señor marques de Villafranca.

No contenta la junta con emplearse en tan importantes tareas, se ha propuesto igualmente hacer el cotejo de las crónicas de D. Alonso X, de D.Sancho IV y de D. Alonso XI, habiendo dado principio al de la primera, mientras se ocupan en reconocer y ordenar los documentos de la coleccion diplomática de Fernando IV los individuos encargados de su impresion, aprovechando así la feliz oportunidad de tener á la mano los códices del Escorial, en que se encuentran juntas las expresadas cróni

cas.

Conducida la Academia de iguales miras ha extendido su conato y diligencia á la adquisicion de codices y de todos los documentos que en general pueden contribuir á aumentar las riquezas que posée en el ramo de diplomática. El Señor Ortiz le presento una coleccion de documentos recogidos en varios archivos para ilustrar el punto histórico del derecho del Rey Catolico á la ocupacion del reyno de Navarra, de los quales se sirvió en las notas puestas á los últimos tomos de la Historia de Mariana de la edicion de Valencia ; y Fr. Benito Rivas ha enviado asimismo un índice o catálogo de 320 tomos de códices manuscritos del archivo del monasterio de Ripoll.

Con la franqueza propia de su elevado carácter y de su amor á las letras, ha remitido tambien el Señor duque del Infantado para sacar las copias necesarias, quantos codices se le han pedido de su biblioteca, y entre ellos uno del Fuero real, una coleccion de ordenamientos de Córtes, y un manuscrito con el título de Spéculum, ó espejo de los derechos, obra legal de Don Alonso el Sabio, de que no se tenia noticia. El difunto Señor obis po de Oviedo Don Juan de Llanoponte, á quien se pidio una copia del libro becerro de Don Gutierre de Toledo, ofrecio igualmente dirigir el índice de los documentos que contiene, para que se eligiesen los mas útiles, sin necesidad de consumir el tiemTom. V.

C

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po en el traslado de otros que no convengan á nuestro propósi to. Y por último, noticiosa la Academia de que el Señor Don Juan Sans de Barutell debia pasar al real archivo de Simáncas para continuar su encargo de recoger materiales relativos á la historia de nuestra marina, aprovechó esta favorable ocasion para pedir que se le autorizase con la real órden conveniente á fin de reconocer y copiar los registros de los reyes y demas do cumentos de la historia y antigüedades de España. Esta ins→ tancia fué oida benignamente por S. M.; y expedida la resolucion oportuna con fecha de 21 de Setiembre de 1804, no solo se prestó el Señor Sans á desempeñar esta comision con el zelo que tiene bien acreditado, como lo ha verificado despues, sino que ofreció al propio tiempo un índice de quanto exîste en el archivo general de Aragon, perteneciente á negocios entre re yes, y á dotes reales y Templarios, una gran porcion de noticias sacadas del mismo archivo, utilísimas para la historia general de la nacion, y los índices de las colecciones de documentos relativos á la marina que á la sazon estaba formando.

Este constante deseo de la Academia de llevar al cabo las empresas y tareas en que se ocupa continuamente, y la reputa cion que ha logrado adquirir entre las personas sensatas que hacen justicia al verdadero mérito, han producido la confianza con que la ha honrado el Soberano en diferentes encargos propios de su instituto. Iguales testimonios de aprecio ha recibi do de los tribunales supremos de la nacion en las varias obras que ha cometido á su censura. Y el ayuntamiento de Madrid ha dado igualmente pruebas de la estimacion que hace de la Academia, fiando á su buen gusto la formacion de la nueva inscripcion que debia grabarse en una de las fuentes del paseo público, y para la qual prefirió la Academia el uso de la lengua comun, teniendo presente el exemplo de las naciones cultas de la antigüedad, que no empleáron otra que la propia vulgar en -monumentos de esta clase.

La atencion al desempeño de tantas y tan diferentes comisiones y encargos, no ha perjudicado al esmero con que la Academia ha cuidado de ir enriqueciendo su coleccion litológica, la

-an

antiquaria y la numismática, que constituyen una parte muy considerable de su tesoro literario; siendo deudora de las adquisiciones hechas á la liberalidad ý zelo de varios individuos suyos y aún de personas extrañas.

Son dignas de ser conocidas del público las tres inscripciones siguientes de Tarragona, tanto por su buena conservacion como por ser inéditas. Se encontráron el 8 de Julio de 1803, estándose reedificando la casa del baron de las Quatrotorres, y las remitió con observaciones y notas á la Academia, entre otras inscripciones, el Señor Don Cárlos de Posada, canónigo de aquella iglesia metropolitana, nombrado ya otras veces con elogio en la historia del Cuerpo.

I.

Q. LICINIO

M. F. GAL. SILVA
NO. GRANIANO
FLAMINI. ROMAE
ET. AVG. PROVINC
HISPAN. CITER
PRAEFECTO ORAE
MARITIMAE

PROC. AVG

P. H. C.

II.

C. AEMILIO. C. F
GAL. FRATERN
PRAEF. FABR. II
TRIB. MIL. LEGIO
NIS. V. ALAVDA
FLAMIN. P. H. C

HIC. CENSVM
EGIT. IN. PROVIN

GALLIA. AQVITANIC

P. H. C.

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