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dos acontecimientos debilitáron considerablemente la expedicion; pues unos por sostener el trono imperial de oriente, y otros por defender los estados de la iglesia creyéron cumplir y satisfacer su voto empleándose en estas desavenencias y querellas entre príncipes cristianos. Pero los que mas escrupulosos y delicados quisiéron terminar su peregrinacion en los santos lugares, se viéron precisados á retardarla porque los venecianos empeñados en transportar tropas á Constantinopla, y los genoveses necesitando todas sus fuerzas navales para defender al Papa, oponiéndose á la armada de los pisanos que favorecian al emperador, no pudiéron por 'entonces emplearse en conducirlos; y así obligados á hacer su viage por tierra con muchos trabajos, pereció la mayor parte de hambre y de miseria, y los pocos que llegáron á la Palestina se halláron tan estenuados y débiles que no pudiéron ser de uti, lidad alguna.

28. Solo las tropas que con el rey Teobaldo se embarcaron en Marsella y Aguasmuertas, llegáron felizmente y fuéron de gran consuelo á los habitantes de Tolemaida y á les caballeros del temple. Pero las desavenencias que estos tenian con los oficiales del emperador, cuyas tropas mandaba Raynaldo de Baviera, hiciéron que este general con el pretexto de mantener la tregua que tenian hecha, rehusase atacar á los sarracenos en union con los nuevos cruzados, á quienes los soldados tudescos miraban con esquivez y manifiesta aversion. Aquellos sin embargo guiados por los templarios, se pusieron en campaña y destruyeron el pais llano del rey de Damasco y del soldan de Egipto, quando por estar desavenidos entre sí estos príncipes infieles hubiera sido mas político y favorable promover sus discordias y acalorar sus guerras particulares. Esta falta de discrecion fué muy perjudicial á los cristianos, porque el soldan de Egipto informado de sus fuerzas é intenciones, ademas del exército que tenia contra su enemigo el de Damasco, levantó otro para defender la ciudad de Gaza y su provincia. Los cruzados intentáron inútilmente apoderarse de Ascalona; llenos de zelos y rivalidades asoláron los campos á su antojo con las tropas que cada uno mandaba separadamente. El aplauso y las riquezas que se habian grangeado en estas correrías el duque de Bretaña y otros Tom. V. N. 2

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señores, estimuláron al rey de Navarra y al duque de Borgoña á seguir su exemplo; y unidos con otros caudillos, aunque contra el dictámen de los templarios, corriéron y destruyéron sin oposicion las cercanías de Gaza, lo qual les dió ánimo para intentar sorprender la plaza. Con este objeto emprendiéron una marcha tan acelerada que sin descansar durante la noche, y sin conocimiento del terreno diéron al amanecer en unos pantanos y arenales profundísimos donde ni podia maniobrar la caballería, ni variar el exército de posicion, mucho ménos quando el gobernador de Gaza, que era gran militar, instruido de las intenciones de los cristianos habia situado con tal ventaja su guarnicion que los incomodaba y provocaba á su salvo imposibilitándoles hasta la retirada. En tan estrecha y apurada situacion, que aumentaba la falta de alimento, pasáron un dia y una noche; y al amanecer del siguiente fuéron atacados por las tropas del soldan reforzadas con las que llegáron de Egipto, quando la hambre, la sed, la vigilia y el cansancio apénas les permitian sostener las armas. Fué sin embargo notable su valor y su resistencia en medio de la muchedumbre de enemigos que por todas partes los atacaba ; pero quedáron al fin tan completamente derrotados que solo se salváron el rey de Navarra y el duque de Borgoña, caminando errantes dos dias y dos noches hasta llegar á Jafa y al campo de Ascalona, donde las nuevas de tan infaustos sucesos consternáron al exército cristiano , que inmediatamente tomó el camino de Tolemaida (1).

29. Una conducta tan temeraria é imprudente disgustó mucho á los templarios, y este disgusto creció quando pocos dias despues comenzáron el rey Teobaldo y otros señores cruzados á tratar de su regreso á Europa, dexándolos solos expuestos al resentimiento de los egipcios. Con este temor y recelo hicieron con suma reserva los templarios alianza con el soldan de Damasco para socorrerse recíprocamente contra el de Egipto su ene

(1) Maimbourg, Hist. des Crois. lib. X, tom. 4, pág. 113 y sig, Moret, Anal. de Nav. lib. XXI, cap. 4. Jauna, Hist. Gen. de Jerusalen, lib XI, cap. 2. Este autor, á quien principalmente hemos seguido en esta narracion, refiere los sucesos del rey Teobaldo que omiten ó alteran en algo los analistas de Navarra.

migo comun. Los hospitalarios sus émulos y rivales no tardáron en descubrir este tratado, y en oposicion á él hicieron por su parte liga con el soldan de Egipto; dando unos y otros con estas alianzas reprehensibles y escandalosas motivo á la murmuracion y á su descrédito, con mengua de la opinion y de los progresos de las armas cristianas en aquel pais (1). Incomodado el rey Teobaldo del mal éxîto de su expedicion, de la discordia que dominaba entre las órdenes militares, y de las perjudiciales alianzas que acababan de hacer, se embarcó para Europa á fines de 1242, despues de haber visitado el santo Sepulcro con otros señores de su comitiva, conteniendo al mismo tiempo á los que querian abandonar la empresa de la guerra santa, alentándolos entre otras razones con la próxima llegada de Ricardo, hermano del rey de Inglaterra, con un exército de 400 hombres; y siguiendo su viage á Roma segun parece y á sus estados de Champaña, estaba ya gobernando la Navarra en Abril de 1243. Era este príncipe de un carácter noble, liberal y magnífico, de un trato dulce y agradable, y de un talento vivo y penetrante, que habia cultivado con una educacion esmerada en la universidad de Paris, donde estudió las buenas letras, y en especial la poesía y la música en que fué muy sobresaliente. Los historiadores franceses ponderan mucho la elegancia de sus versos, y han conservado algunos para muestra y exemplo; y este buen gusto ni pudo dexar de perfeccionarse en sus viages al oriente y con el trato de tan varias naciones, ni de trascender y difundirse en su corte y en sus estados, por el imperio que tiene siempre para la imitacion de los súbditos el exemplo de los reyes (2).

30. Bien sabido es el zelo y empeño con que San Luis rey de Francia, procuró contribuir á sostener la guerra santa de ultramar, solicitando para la segunda expedicion que dispuso con este

(1) Maimbourg, Hist. des Crois. lib. X, tom. 4, p. 117. Jauna, Hist. Gen. de Jerus. lib. XI, cap. 2, art. 5. Ferreira, Mem. da ord. dos templ. part. 1, cap. 10, §. 3, núm. 496.

(2) Moret y Aleson en el lug. citado. Maimbourg. Hist. des Croisades, lib. X, tom. 4, pág. 62. Mr. Levesque de la Ravaliere ha hecho una edicion de las poesías del rey Teobaldo, precedidas de un discurso sobre las revoluciones de la lengua fran

cesa.

intento la alianza y los auxilios de otros príncipes cristianos. Sus vínculos y relaciones con los que dominaban en España le facilitáron tenerlos enteramente á su arbitrio y devocion. Por una parte su primogénito Felipe III de Francia, estaba casado con Doña Isabel hija del rey Don Jayme de Aragon, y hermana de Doña Violante muger de Don Alonso el sabio; y por otra sus dos hijas Doña Blanca y Doña Isabel habian contraido matrimonio, la primera con Don Fernando de la Cerda infante y heredero de los reynos de Castilla y Leon, como hijo de Don Alonso X, y la segunda con Don Teobaldo II de Navarra. Para unirse este príncipe con su suegro en aquella empresa aprestó allí muchas tropas, y á su exemplo tomáron la insignia de la cruz para seguirle muchos señores vasallos y dependientes suyos de Navarra y de Gascuña, y algunos de Castilla y Aragon. Entre los primeros cita Aleson á los señores de Agramont con los de su bando de la parte de los vascos, y de las montañas el señor de Lusa con los suyos; Don Corbaran de Lehet con su casa y parientes; Don Juan de Ureta con los suyos; el señor de Monteagudo y Don Die go Velazquez de Rada; el señor de Aybar con las gentes de la ribera, Don Iñigo Velez de Guzman y Don Ladron de Guevara su hermano ; Don Iñigo de Avalos con los de la divisa, Don Martin de Avalos señor de Leyva, Don Aznar de Torres señor de Cortes, Don Diego Fernandez de Ayanz, Don Pedro Perez de Lodosa, Don Iñigo Velaz de Medrano, Don Sancho Ramirez de Arellano señor de la casa de Vidaurreta y tierras de la Solana, y otros muchos nobles y caballeros de no menor calidad, con Don Juan Gonzalez de Agoncillo alférez (1). Garibay nombra entre los de Castilla á Don Juan Nuñez de Lara, hijo mayor del conde Don Nuño Gonzalez de Lara (2). Y como el primogénito del rey de Francia llevó consigo en esta expedicion á su muger, hija del rey Don Jayme, es natural tambien que mucha parte de la comitiva y servidumbre de aquella princesa se compusiera de señores y caballeros aragoneses. Salió la expedi

(1) Aleson, en los escolios y adiciones del lib. XXII, cap. 7, de los Anal. de Nav. de Moret, § 19, tom. 3, pág. 340.

(2) Garibay, Comp. hist. de Esp. lib. XXV, cap. 9.

,

cion de los puertos de Marsella y Aguasmuertas á principios de Julio de 1270 en buques, cuya marinería por ser la mayor parte de genoveses fué mal recibida en Cálleri de Cerdeña cuya isla dominaban los pisanos sus émulos naturales. Reparados allí de los descalabros y fatigas de las borrascas que sufriéron en la navegacion, tratáron del objeto de su jornada, y adoptando al fin el dictámen de San Luis se dirigiéron á Tunez donde desembarcáron despues de mediado el mes de Julio, quizá demasiado confiados en las promesas é ideas favorables de aquel rey mahometano. Mas enterados de su perfidia por dos soldados catalanes que huyéron de los reales de los moros, debilitado el exército al cabo de tres meses con los continuos reencuentros y batallas, con el progreso de las enfermedades, de que fuéron víctima el mismo San Luis y otros caudillos principales , y con la intemperie del pais en tan rigurosa estacion vieron precisados los cristianos á ajustar treguas con los infieles y á embarcarse para Europa, tan perseguidos de la mala fortuna, que por efecto de las terribles tormentas que sufriéron en esta travesía perdiéron diez y ocho naves grandes ademas de otras menores, y en ellas como quatro mil personas de ámbos sexôs, logrando los reyes de Francia y de Navarra salvarse con gran trabajo en el puerto de Trápana, donde falleció Don Teobaldo á á 5 de Diciembre de 1270 de resultas de tantas fatigas y contratiempos. Su muger la reyna Doña Isabel murió quatro meses despues en Hiéres en Provenza, y el rey Felipe habiendo atravesado la Italia y la Francia hasta San Dionisio, depositó allí las reliquias del santo rey su padre (1).

se

31. Algunos historiadores franceses cuentan que el rey Don Jayme de Aragon fué convocado para esta jornada, y que para el apresto de su armada le anticipó el rey de Francia treinta mil marcos de plata , y alguna gente el rey de Castilla su yerno; pero que habiéndose embarcado él mismo y sufrido una horrible tormenta, se vió precisado á regresar á Barcelona, cumpliendo

(1) Moret. Anal. de Nav, lib. XXII, cap. V y VI; y en los escolios y adiciones correspondientes. Maimbourg, Hist. des Croisades, lib. XII, tom. 4, pág. 260.

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