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escotistas, tomistas, y suaristas, que te nian en pelea continua á los teólogos de las universidades. Tambien dispuso el plan de los Reales estudios de Madrid. Procuró se ordenase é hiciese pública la biblioteca del colegio imperial que se les aplicó, distribuyó entre las universidades y otros cuerpos las de los demas colegios de jesuitas, proporcionando se facilitase á los jóvenes estudio sos el uso de los libros y manuscritos. La formacion y favor que dispensé á la compañía de libreros de Madrid fué con el objeto de que se imprimiesen varias obras que por su volúmen ó circunstancias eran de coste superior á las fuerzas ordinarias de un sugeto particular.

38 En la sociedad matritense es notoria la puntualidad con que asistia el Señor Campomanes, á pesar de sus extraordinarias ocupaciones : hizo en ella varios informes y memorias de las quales se han impreso algunas entre las de este cuerpo patriótico. Véase en el tom. I. el discurso preliminar, y el núm. IV. á la pág. 376, en el tom. II. los números I. página 50, y VIII, pág. 62. Tambien se ven rasgos de sus beneficios al cuerpo y al estado en el núm. II. del apéndice del mismo tomo II. pág. 3, y al núm. XXXIII. pág. 223, y en otros lugares. 39 Ya se han notado arriba algunos de los trabajos del señor Campomanes en la academia. Fué nombrado su director el año de 1764 y por repetidas reelecciones lo continuó siendo por espacio de 27 años, sin interrupcion. Se le eligió nuevamente para este empleo el año de 1798, y á pesar del mal estado de su salud y sus muchos achaques, asistió en el trienio á algunas juntas, mostrando siempre el grande amor con que miró este establecimiento. Fué infatigable en la adquisicion de libros, manuscritos, monedas, y demas antigüedades que constituyen hoy la riqueza del cuerpo. Los respetos de su persona contribuyeron mucho para que se esmerasen de todas

partes en dar muchas noticias geográficas, en avisar y hacer estudio de las antigüedades que se descubrian. Son muchas las cédulas litológicas y diplomáticas, y no ménos las de voces geográficas hechas por el mismo señor conde. La academia tiene ya impreso un diccionario pequeño de estas últimas, que no ha publicado, pensando en mejorarle. En las otras colecciones trabajan en el dia con mucho esmero dos juntas nombradas especialmente para esos fines.

40 Cede en grande elogio del Señor Campomanes el que mientras gobernó el Consejo disminuyó extraordinariamente la vehemencia y ardor con que habia desempeñado el oficio fiscal: de modo que se le veia muy detenido y mesurado en cosas que antes parecia queria llevar á todo su extremo. Unos atribuian esto á su adelantada edad, otros á respetos cortesanos. ¿Porqué no diremos que Campomanes conocia la diferencia que debe haber entre persuadir y deliberar, entre excitar y resolver?

4I Se han estimado mucho las reglas que en el año de 1784 dió para el buen órden en las funciones que se celebraron en Madrid por el nacimiento de los señores infantes gemelos, y se distinguió mucho su prudencia en las juntas de cortes que presidió á la entrada del reynado de nuestros actuales monarcas.

42 El difunto rey Cárlos 111 honró al Señor Campomanes con la cruz pensionada de su órden desde su establecimiento; con el título de Castilla en 1780, sobre un coto que le habia dado en 1772. Nuestros presentes soberanos. le nombraron en 1789 en propiedad gobernador del Consejo, donde habia pre sidido como interino desde 1783. En el de 91 le admitieron la renuncia del gobierno, nombrandole consejero de Estado, y en 1798 le condecoraron con la gran cruz de la citada órden española de Cárlos III.

43 Efectivamente se le censuró de duro y aspero, especialmente mientras fué fiscal. Pero bien fácil es de concebir que un magistrado tan lleno de negocios y ocupaciones no podia dar á los solicitadores ó interesados en los negocios las detenidas audiencias que estos suelen pretender; y que tampoco era fácil mirase con buen semblante á los que sobre importunos no tenian razon en sus pretensiones. Lo cierto es que los hombres de mérito, de qualquier clase que fuesen, siempre tuvieron fácil entrada en su casa, aun sin mas recomendacion que su nombre; y sus criados y dependientes, que parece habian de ser los mas ofendidos por el mal genio que se

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le atribuye, atestiguan de la igualdad de su carácter, y de no haberle oido una reprehension descompuesta.

44 El Señor Don Domingo Campomanes, hoy ministro del supremo Consejo de Castilla, despues de concluida la carrera de jurisprudencia en España, fué colegial en Bolonia, y empezó á servir en la toga por las plazas de primera entrada. El Señor Don Francisco Campomanes, hermano de este, es doctoral de la santa iglesia de Leon, que obtuvo en concurso abierto, habiendo seguido la carrera de jurisprudencia en Alcalá, y estado despues 4 años de colegial en Bolonia.

DISERTACION HISTÓRICA

SOBRE

LA PARTE QUE TUVIERON
LOS ESPAÑOLES

EN LAS GUERRAS

DE ULTRAMAR Ó DE LAS CRUZADAS,

Y COMO INFLUYÉRON ESTAS EXPEDICIONES

DESDE EL SIGLO XI HASTA EL XV

EN LA EXTENSION DEL COMERCIO MARÍTIMO

Y EN LOS PROGRESOS DEL ARTE DE NAVEGAR.

LEIDA EN LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA POR SU INDIVIDUO DE NÚMERO

DON MARTIN FERNANDEZ DE NAVARRETE, Ministro jubilado del supremo Consejo de Almirantazgo.

Las guerras de ultramar, conocidas tambien con el nombre de

las Cruzadas, proyectadas y propuestas por un hermitaño llamado Pedro, natural de Amiens , que se anunciaba como mensagero de Jesucristo apoyadas fervorosamente en los concilios de Plasencia y Claramonte: sostenidas con admirable empeño é inTom. V. N. 2. F

teres por la política de los pontífices romanos, cuyas exôrtaciones é indulgencias conmoviéron á toda la cristiandad: y executadas por la devocion y condescendencia de todos los príncipes cristianos y sus súbditos, con una constancia, con un zelo y valor dignos de mejor suerte y destino, forman una época muy señalada en la historia de la edad media, así por el espíritu religioso y militar, de piedad y de caballería que las distingue, como por las grandes conseqüencias que tuviéron despues en las costumbres, y en la cultura é ilustracion de los latinos ó europeos occidentales.

2.

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Algunos escritores, como Paulo Emilio, Sandoval que le sigue sin exâmen, Vertot, Sueyro y otros, excluyen á nuestra nacion del número de las que tuviéron parte en aquellas santas expediciones, baxo el honorífico pretexto de hallarse sus soberanos de Castilla, de Aragon y de Navarra demasiado ocupados en combatir á los árabes y sarracenos de España (1); y aunque sea cierto que esta digna y heroyca ocupacion no permitió que aquellos reyes tomasen á los principios una parte activa y directa, tambien lo es que partiéron sin embargo muchas tropas españolas y gran número de campeones, que se distinguiéron por sus proezas como era natural, si atendemos al carácter caballeresco de aquellos siglos y á la condicion siglos y á la condicion ó clase de unas empresas, que reunian el espíritu de la religion al valor y al entusiasmo militar. Para demostrar esta verdad nos será preciso exâminar los enlaces y conexîones de nuestros reyes entre sí, y con los príncipes franceses que mas se distinguiéron en las cruzadas; y de este exâmen y de otros hechos autorizados, resultará con évidencia que los castellanos, los aragoneses, portugueses y navarros, lográron adquirir en la Siria y en la Palestina iguales laureles, que los que habian obtenido otros caudillos extrangeros en España, cuya península habia sido hasta entonces la escuela donde se doctrináron en la ciencia militar varios aventureros y auxiliares, que tanto sobresalieron despues en los mismos viages y guerras de ultramar.

(1) Paulo Emilio De rebus gestis Franc. lib. 4. Sandoval Hist. de los Reyes de Castilla en D. Al. VI. pag. 86. v. Vertot. Hist. de Malte lib. 1, pag. 37. Sueyro, Anal. de Flandes, lib. V, tom. 1, pag. 128.

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