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sidad 36? Ah! qué de bienes nacen de solo un talento ilustrado y patriota, si se le pone cercano al centro del poder!

Ahora es bien claro quanto seria el anhelo de nuestro fiscal por la instruccion pública, por la ilustracion de todos sus conciudadanos. Porque quien vió en sí mismo los frutos del saber, quien encontró en el cultivo de las ciencias tantos placeres quantos beneficios supo proporcionar á su nacion querida, ¿qué no haria porque sus semejantes se pusiesen en igual disposicion de ser ellos felices, y continuar y hacer crecer cada dia la felicidad de su patria? Así es la verdad: Campomanes vió en los establecimientos literarios, caducos y desiguales métodos de estudios; vió abandonadas las ciencias exâctas y naturales, olvidadas las lenguas sabias de la antigüedad, divididos los profesores del dogma en necios, tenaces y perjudiciales partidos, y absolutamente ignorados los principios de la justicia universal que une entre sí las naciones diversas del globo, los que forman las relaciones de los súbditos con el soberano, los que dirigen la prudencia de este hácia el bien de los encargados de su gobierno. Llaman su atencion estos males: piensa y medita sobre su remedio, y al punto uniforma en quanto es posible los métodos, establece nuevas enseñanzas, enriquece sus bibliotecas, aumenta el número de las públicas, promueve la edicion de las obras costosas, y extingue los nombres que motivaban la escandalosa division de los dedicados á la filosofía, á la explicacion de la moral y á la historia de los misterios religiosos-37. Sí, España: á las reformas que dictó, á las obras que compuso el fiscal Campomanes, debes aquel fermento que se advirtió inmediatamente en tu juventud estudiosa, aquel deseo de exâminar la naturaleza, de desenvolver los principios de las leyes, de buscar en las lenguas sabias las fuentes del buen gusto y el auxilio para las investigaciones históricas, de valerse de estas para conocer á los hombres y las causas de las revoluciones del globo, de sacar de aquí mil observaciones útiles para la moral y para el discernimiento de lo justo ó injusto, para distinguir en fin lo marcado con el dedo de la divinidad de los prestigios é ilusiones que formó la ignorancia, la preocupacion, y el conflicto de las pasiones humanas. Sí: los dias de la vida de Cam

pomanes harán eternamente en tus fastos una época brillante de luces y de felicidad, darán el modelo de la inviolabilidad que se merecen los juramentos hechos una vez de servir á la patria y á sus conciudadanos. Tarca comida, breve descanso, ninguna distraccion á negocios de particular interes ó á objetos de esteril entretenimiento fueron los medios con que Campomanes pudo satisfacer tan grandes, tan complicadas obligaciones.

Digan sino sus compañeros de toga, sus domésticos, sus amigos, el pueblo todo de Madrid, si le vieron alguna vez solícito de su propio interes cercar el trono, incensar al poder, perder su tiempo en intrigas. Digan si le vieron freqüentar concurrencias no necesarias, ó sobrarle un momento que hubiese de llenar el juego, los teatros ú otras qualesquiera distracciones. Y digan por el contrario los buenos patricios de la sociedad matritense, si no le vieron asistir con la mayor puntualidad á sus sesiones, perorar como el mas zeloso en sus conferencias, tomar sobre sí el desempeño de sus comisiones como el mas desocupado 38 : y quando estos agradecidos patriotas hayan fatigado su voz en los encomios de su mejor dechado, venid vosotros ilustres compañeros mios, vosotros que por espacio de mas de media centuria le habeis contado en el número de vuestros mas dignos cooperadores, y por el de 21 años le visteis á la cabeza de tan glorioso establecimiento, venid y publicad que á su diligencia y actividad debemos la casa que ocupamos, el monetario, la biblioteca impresa y manuscrita en que nos complacemos. Haced saber á todos, que al zelo y laboriosidad inspirados con el exemplo de Campomanes se debe esa abundante coleccion de cédulas diplomáticas de todas clases, que pensais ofrecer al público amador de nuestras antigüedades, esa de crónicas, parte de las quales ya disfrutan los aficionados por medio de las ediciones que han hecho é ilustrado algunos de tus individuos, esa de voces geográficas que pueden formar un útil suplemento al diccionario de nuestra lengua, y en fin el considerable número de noticias con que se auxîlian hoy las tareas de vuestros encargados en el geográfico histórico de nuestra península. Decid si en su tiempo se propuso obra que no alentase con su voz y con su mano, para la qual no diese planes,

reglas é instrucciones llenas de erudición y sabiduría. Y en fin publicad que en la época de su direccion salió este cuerpo de su infancia y adquirió la robustez y lozanía con que hoy puede presentarse á la vista de las naciones y que le proporciona ir ofreciendo á la que le mantiene frutos sazonados de las semillas que dexó sembradas aquella mano bien hechora. Aun caduco, ciego y agravado de las miserias de la vejez acordaos que le hemos visto hacerse conducir á aquella silla que tantas complacencias le ofreció en su virilidad, escuchar desde ella los discursos de sus adelantados compañeros, recordar las empresas ya anteriormente entabladas, y dar su parecer con lengua balbuciente sí, pero siempre sabia y atinada 39.

Estas eran las distracciones, este el recreo de Campomanes en los escasos momentos que le dexaban los gravísimos encargos de sus empleos. Allí, en la amenidad de esos otros estudios, aprendia ó renovaba á su memoria lo que han sentido, lo que han dicho, lo que han practicado los sabios que nos precedieron ; allí conocia que las leyes en todo influyen, todo lo varian á medida de la discrecion ó ignorancia con que una vez se extendieron : allí se persuadia cada vez mas, de que no solo seguridad ni reposo, sino sino que tampoco ni ciencias, ni bellas letras, ni artes, ni oficios, ni comercio, nada hay baxo el rigor de una legislacion mal formada, y todo prospera á la menor insinuacion de las leyes jusy maduramente combinadas; allí en fin se formó, de allí sacó tantos auxilios para hacer tan provechosa su magistratura.

La antigüedad en ella le llevó al primer puesto de aquel senado respetable, y desde él dirigió sus sesiones por mucho tiempo sin otro carácter público sino el que le daban sus años y la superioridad de sus luces y de su experiencia. Con ellas fué tan acertado en las providencias que ó tomaba por sí ó con acuerdo del Consejo, como lo habia sido en quanto habia propuesto y sostenido como fiscal. Los establecimientos útiles hallaron un protector benigno en quien habian mirado hasta allí un zeloso promovedor. Los compañeros en la toga admiraron un mesurado deliberador, en quien solo habian visto un orador vehemente. Los dependientes de la presidencia de Castilla hallaron un tem

pro

pladísimo mantenedor de la quietud pública, atento solo á veer lo necesario para los casos de urgencia, sin usurpar ninguna jurisdiccion á los tribunales establecidos, á quien como fiscal nada parecia estar libre de su vigilancia y de sus representaciones 4°. Así es como los grandes hombres saben combinar el zelo con la prudencia, el ardor por la reforma de abusos con el tino y madurez necesarios para verificarla. Así es como saben sacrificar al mantenimiento del orden establecido la misma gloria que podian darle las acaso mas brillantes resoluciones que por sí solos pudieran tomar y hacer valer en muchas ocasiones. Así es como saben venerar las leyes á costa de su amor propio, usando de la autoridad que se pone en sus manos, sin ofender á las que segun la constitucion del estado se hallan distribuidas en otras personas, aunque sean de inferior consideracion y concepto.

Ni engrieron su ánimo para separarse de estos principios las confianzas con que le honraba su soberano, ni las distinciones con que le manifestó su aprecio. Las delicadas comisiones que se le encargaron solo le dieron nuevos motivos de acreditar su talento y su prudencia 41. La condecoracion de título de Castilla, de gran cruz de la orden de Cárlos III, y de gobernador en propiedad del Consejo, á cuyo honor fué llevado despues de mostrar por muchos años que sabia desempeñar el empleo, en nada alteraron su carácter de probidad, de moderacion, de sujecion al órden, de dulzura para con sus semejantes 42. Siempre los desgraciados hallaron en él su apoyo y defensor, siempre los estudiosos le encontraron su protector decidido, siempre los pobres contaron con los recursos de su saber y de su zelo. En fin él acredito que solo la complacencia de hacer el bien es la que dulcifica los sinsabores del mando.

¿Y pensareis acaso que en medio de la distraccion de los negocios públicos, en medio de la agitacion de sus empleos, encargos y comisiones, no se abria el corazon de Campomanes al exercicio de las virtudes sociales, cristianas y domésticas? No es así: el fiscal del Consejo y Cámara de Castilla, el gobernador del primer tribunal del reyno, el director de la academia de la Historia, el puntualísimo socio matritense, el encargado de las mas delicaTom. V. N. 1. C

das confianzas de su soberano, el escritor de tantas obras sabias, supo ser buen amigo, buen ciudadano, buen esposo, buen padre y buen exemplo de ilustrada religiosidad. En su tertulia desaparecian sus condecoraciones y sus empleos, y solo se veia al amigo de los hombres de bien, al alentador de la juventud laboriosa, al oyente de Mengs, de Rodriguez, y de otros profesores á quienes veneraba. Su respeto á la erudicion de Feijoo, su amor y gratitud á la instruccion de Sarmiento le hizo recoger con curiosidad las noticias de sus vidas, de las quales publicó la una, y dexó la otra muy adelantada para publicarse. Dexemos á los importunos pretendientes, á los litigantes temerarios, á los necios exâgeradores de sus figurados derechos, que llamen áspero á nuestro fiscal, á nuestro ministro de la Real Cámara, á nuestro gobernador, porque era veraz é ingenuo en mostrarles la sinrazon de sus solicitudes; que le tachen de tenaz porque era inflexible en sus meditadas resoluciones; que le motejen de duro porque cortaba sus fastidiosas conferencias 43 : mientras prevalece en contrario el testimonio de tantos hombres sinceros que abrieron sus afligidos pechos con la mayor confianza ante el defensor de lo justo; que le hallaron humano, afable, sensible, siempre que invocaron su proteccion á favor de la causa de la razon y de la debilidad oprimida; que tuvieron abiertas las puertas de su casa sin mas recomendacion que su merito, y que experimentaron sus beneficios sin otra mediacion é influxo que la buena fama de su aplicacion y sus costumbres.

La ternura con que amó á su esposa no le permitió dividir su lecho con otra alguna muger, sin embargo de haber enviudado en muy mediana edad. Sus hijos y sus nietos hacian sus delicias y disipaban los disgustos que la agitacion de los negocios debia freqüentemente ocasionarle. El afan por su mejor educacion eran el mayor cuidado de tan buen padre: ningun gasto le pareció excesivo para proporcionársela. Extendia á este fin su beneficencia á sus sobrinos, á sus parientes y aun á los que solo se honraban con ser sus criados. Jamas estos sufrieron un mal trato, una palabra que les ofendiera ; y en el exemplo del amo hallaban la mayor reprehension de sus defectos, como en sus prudentes y templados consejos la mejor norma de su conducta.

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