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navegacion mercantil de los españoles al comenzar el siglo XV, como principio de la extension, del poder y de la riqueza que fuéron sucesivamente adquiriendo hasta el reynado venturoso de los reyes católicos. La náutica ó el arte de navegar siguió en sus progresos los mismos pasos; porque á proporcion que la osadía y el interes de los traficantes llevaban su contratacion por mares y costas desconocidas ó poco frecuentadas, los conocimientos prácticos y experimentales, que son el fundamento sólido de las mejores teóricas, se iban adelantando, ya sobre la situacion y arrumbamiento de las mismas costas, de sus puertos y baxíos, ya sobre las profundidades ó sondas del mar y la calidad de sus fondos sobre la direccion de los vientos, corrientes y mareas, , ya y ya en fin sobre otros puntos que forman el principal objeto de la ciencia que conocemos con el nombre de Hidrografía. La ignorancia que de ella se tuvo á fines del siglo XI y principios del siguiente, quando se emprendiéron los primeros viages de mar por los cruzados que pasaban desde Italia ó desde los puertos del norte á la Palestina, fué causa de tanto lastimoso naufragio como refieren con dolor y asombro los historiadores de aquella edad, hasta atribuirlos á causas sobrenaturales ó á encantamientos diabólicos, segun lo creyéron los que acompañáron á Don Teobaldo II de Navarra en su expedicion á la tierra santa (1). Tales eran los extravagantes discursos que sugeria la ignorancia y el horror que inspiraban tan fatales acontecimientos. 92. Para evitarlos ó minorarlos en lo sucesivo reduciendo á un sistema de doctrina náutica las prácticas usadas y las observaciones hechas por los marinos de levante y del Océano combinándolas con los principios de las ciencias exâctas especialmente de la astronomía que tanto habian cultivado los árabes y rabinos españoles, escribió el portentoso Raymundo de Lulio varios tratados científicos y entre ellos un Arte de navegar que citan D. Nicolas Antonio y otros escritores. Si esta obra hubiera llegado á nuestros dias pudiéramos exâminar y conocer el método con que trató ciertos puntos fundamentales de la navegacion, ó averiguar

(1) Moret, Anal. de Nav. lib. XXII, cap. 7, §. 5, núm, 20.

si acaso fué un mero recopilador de lo que dexáron escrito los antiguos. Pero juzgando por la doctrina que vertió en otras obras misceláneas y matemáticas no podemos dexar de admirar los sólidos principios en que fundaba el estudio de la náutica. En una de ellas publicada en 1286 trató de los vientos y de las causas que los producen en otra del año de 1295 dió excelentes documentos sobre la necesidad que tenia el marinero de considerar el tiempo para navegar, los puertos á donde debia refugiarse, y sobre la estrella y el iman, los rumbos 'y distancias que andaba, y finalmente sobre quanto correspondia á su profesion. Dixo en su Geometría que de ella dependia la' náutica, y entre sus figuras se nota un astrolabio para conocer las horas de la noche , que dice es de mucha utilidad para los navegantes; y en su Arte general última no solo puso un compendio de ciertas instrucciones para que los marineros executasen con arte lo que obraban por pura rutina y experiencia, sino que trató expresamente de la navega cion (1), sentando que desciende y procede de la geometría y arismética; y en comprobacion de ello traza una figura dividida en quatro triángulos y constituida en ángulos rectos, agudos y obtusos á semejanza de los quartieres que hoy sirven tanto para la práctica de la navegacion, declarando por medio de esta invencion quanto anda una nave segun el viento que sopla y el rumbo que sigue respecto á los quatro puntos cardinales, de lo qual deduce el lugar ó parage del mar en que se halla á una hora ó momento determinado; y trata ademas en aquella obra de los vientos y de las señales para pronosticar su direccion. Si por esta muestra y otras semejantes que ofrecen los voluminosos escritos de Lulio hemos de juzgar del mérito de su tratado de náutica y de sus conocimientos en esta materia con relacion á su siglo, no podrémos ménos de maravillarnos de su instruccion casi universal, de su ingenio original y penetrante, y de su talento vasto y combinador en descubrir las relaciones que tienen entre sí todas las ciencias y aplicarlas recíproca y oportunamente para dar un impulso favo

(1) Ars generalis última, obra que empezó en 1305 y acabó en 1308, part. X, cap. 14, art. 96 de Navigatione.

rable á sus adelantamientos y facilitar los métodos de su enseñanza (1). De aquí puede inferirse naturalmente que si el primer tratado de náutica en la media edad se debe á un español, fué tambien conseqüencia de lo mucho que este peregrinó entre las naciones de Europa, Asia y África con motivo de promover las cruzadas; cuyas expediciones anteriores, fomentando la navegacion é ilustrando la geografía al paso que multiplicáron los intereses y las relaciones de los pueblos entre sí, hicieron tambien recíprocos sus conocimientos, principalmente los que se dirigian á facilitar mas estas comunicaciones por mar disminuyendo los riesgos y peligros que la ignorancia hacia tan comunes y repetidos.

93. Mucho pudo tambien contribuir á ellos el atraso en que aún estaba la arquitectura naval ó el arte de la construccion de los baxeles. La multitud prodigiosa de cruzados que fuéron á Venecia y á Génova para pasar al Asia y á otros puertos de levante, obligó á fabricar navíos de una grandeza desconocida hasta entónces, así por aumentar la ganancia de los fletes, como por el afan con que solicitaban los pasageros ir en compañía unos de otros conforme habian hecho sus peregrinaciones por tierra. Con este motivo se inventáron los navíos de carga llamados en la latinidad de aquel tiempo huisseria,usseria, usaria y usceria ó uscheria que eran una especie de galeazas muy grandes destinadas á transportar caballos en las expediciones marítimas y á veces se hacia uso de ellas en los combates fortificándolas con castillos redondos. De su capacidad nos da alguna idea Godofredo monge de San Pantaleon de Colonia, diciendo que 50 bastaban para transportar dos mil caballeros con sus caballos de batalla, y otros diez mil soldados con sus armas (2). De la misma clase eran los buscios, naves

(1) Nicol. Ant. Bib. vet. tom. II, pág. 122 y sig. Pascual, Descubrimiento de la aguja náutica, pág. 5, y §§. 1, 3 y 4. Fr. Bart. Fornes, Lib. apolog. contra Feijóo, dist. 3. cap. 6.

(2) P Daniel, Hist. de la Milic. franc. tom. II, pág. 639. Godefridus ad an. 1224. Hoc etiam inter cætera intimantes quod dominus Imperator ad succursum terra sanctæ quinquaginta naves fecerit fabricari, quæ usseriæ nuncupantur, quarum magnitudo tante capacitatis erat, ut duo millia militum cum dextrariis suis, et omnium armorum suorum pertinentia, et preterea decem millia aliorum hominum valentium ad pugnam et ad bella cum armis suis in eisdem usseriis valeant transferri,

grandes de tres palos para llevar mucha carga: las taridas especie de tartanas de gran volúmen : las cocas buques de primera magnitud introducidas en levante por los marinos del Océano: los leños conocidos en la baxa latinidad con el nombre de lignum ó lembus; y las saetías barcas sutiles propias del Mediterráneo. Estas embarcaciones se conociéron desde las primeras cruzadas y se multiplicáron en el siglo XII (1), siendo ya tan crecido su número y tan varia su nomenclatura en el siguiente que el rey Don Alonso el sabio decia en una de sus partidas : » Navíos pa»ra andar sobre mar son de muchas guisas: et por ende pusiéron „á cada uno de aquellos su nombre segunt la faicion en que es fe"cho: ca á los mayores que van á dos vientos llámanlos carracas, » et destos hi ha de dos mastes et de uno: et otros menores que » son desta manera, et dícenles nombres porque sean conoszudos, » así como carracones, et buzos, et taridas, et cocas, et leños, et » haloques, et barcas. Mas en España non dicen á otros navíos si»non á aquellos que han velas et rimos; ca estos son fechos se»ñaladamente para guerrear con ellos « (2). Y como todas estas alteraciones se hiciéron arbitrariamente, quando se ignoraban aún los métodos de aplicar á la construccion naval los principios de la mecánica y de la hidráulica para dar mayor solidez y velocidad á las embarcaciones, debiéron por la misma razon influir directa y poderosamente en la triste repeticion de tantas pérdidas y calamidades. Pero al cabo un desengaño tan costoso y una experiencia tan continuada debiéron tambien despertar la atencion y sugerir poco á poco los medios de corregir los defectos mas obvios y esenciales. Conocióse por exemplo que un solo palo no bastaba para dar á un baxel de magnitud tan desmedida los movimientos necesarios; y de aquí nació el aumentar su número y el proporcionar su colocacion segun lo iba dictando la práctica y la necesidad, así para facilitar las orzadas y arribadas como pa

(1) Capmany, Mem. de Barc. tom. I, part. I, cap 2, p. 34; y tom. III, cap. 5, p. 80.

(2) Partida 2, tít. 24, ley 7, edicion de la Acad. El obispo de Burgos Don Alonso de Cartagena copió estas leyes de la partida en el tít. 8 de su Doctrinal de los Caballeros imp. en Búrgos por maestre Fadrique aleman año de 1487.

ra virar y mudar de rumbo quando se estimaba conveniente (1). Tambien refieren á este tiempo algunos escritores el uso de la vela triangular llamada latina, á causa de haber sido inventada por las ciudades marítimas de Italia que restauráron la navegacion en occidente, distinguido del oriente desde la ruina del imperio romano por pais de los Latinos. Esta invencion se adoptó desde su orígen en el Mediterráneo por la facilidad de su manejo y disposicion para aprovechar las variaciones ó escaseadas del viento en la navegacion de aquellos mares (2). Tampoco faltan autores que atribuyen el primer uso de la brúxula á las expediciones de las cruzadas (3); pero nosotros despues de exâminado este punto con la detencion que manifestarémos en lugar mas oportuno juzgamos que la comunicacion que se abrió entonces entre el occidente y oriente, donde parece se conocia y usaba desde tiempos antiguos aquel instrumento, proporcionó á los europeos su noticia y uso, que fuéron perfeccionando sucesivamente: conjetura que podrá graduarse de demostracion si reflexîonamos que hasta ahora no se ha encontrado en Europa documento anterior al siglo XI que haga mencion del uso de la aguja náutica, miéntras las crónicas é historias de la India y de la China hablan de ella como conocida allí desde tiempos muy remotos.

94. De la concurrencia de tantas naciones marítimas en los puertos de levante con motivo de las cruzadas, de la rivalidad de algunas durante esta crísis, especialmente entre las repúblicas de Italia y los catalanes, de las disensiones y guerras que produxo esta emulacion y la codicia é intereses del comercio, resultó la necesidad de una legislacion que no pudo dexar de ser convencional quando ninguna autoridad suprema podia dictarla y hacerla respetar entre naciones émulas, independientes y poderosas. En medio de estos siglos de anarquía universal en que la fuerza sola era la suprema ley, la Cataluña vió nacer en su seno á principios del siglo XIII un código de derecho marítimo ordenado y re

(1) Hist. gen. de la Marina, tom. III. De l'Arquitecture navale ancienne et moderne, part. II, pág. 242.

(2) Capmany, Mem. de Barc. tom. I, part. I, lib. 1, cap. 2, pág. 48. (3) Azuni, Dissertation sur l'origine de la Boussole, pág. 105.

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