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oigo decir, que con que hubiese pasado del de 1455 tuvo lo bastante para haber podido escribir las vidas del Maestre y del Rey anteriormente difuntos en 53 y 54, con la traslacion de los huesos del Rey á Miraflores, que fué á la mitad de dicho año 55, y que el haberlos puesto los últimos fué por haber sido los últimos que murieron de todos aquellos de que trata. ¿Qué le estorba? ¿Qué inconveniente hay? Pues si estan todas las cosas bien puestas para que hubiese podido ser, ¿á qué es mortificarnos con vanas dudas en un prólogo donde solo se debe decir lo muy preciso y lo mas bien averiguado? Pero aun le convencerémos con testimonios positivos, y le harémos ver que no tenia ojos, pues no se le entraron por ellos los desengaños mismos que tenia entre manos y estaba leyendo. El propio caballero Fernan Perez de Guzman en el prólogo ó cap. 1.o de este libro dice: Por esto yo no en forma ni en manera de historia.... pensé de escribir como en manera de registro ó me«<morial de dos Reyes, que en mi tiempo fueron en Cas« tilla, la generacion y los semblantes y costumbres « dellos, é por consiguiente los linajes é facciones é con<«<diciones de algunos grandes señores é perlados é caba<«<lleros que en este tiempo fueron." Vea ahí verificados los dos Reyes de Castilla D. Enrique III, por quien empieza en el cap. 2.o, y D. Juan Il, por quien casi concluye al 33. ¿Habrá duda racional que se pueda ofrecer contra un testimonio tan perspicuo y del propio autor? Pero aun hay otro. Fernando de Pulgar, secretario y cronista de los Reyes Católicos, que le sucedió en la ma teria y en el tiempo, en el prólogo ó dedicatoria á la Reina de los Claros varones del suyo, la dice: 66 El noble ca« ballero Fernan Perez de Guzman. . . . . asimismo escri

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«bió brevemente en prosa las condiciones del muy alto « y excelente Rey D. Juan de esclarecida memoria, vues«tro padre, é de algunos caballeros é prelados, sus súb«ditos, que fueron en su tiempo (1)." El doctor Galindez tambien testifica en el título, rúbrica y tabla de capítulos del mismo tratado, que los capítulos del Rey D. Juan II y de D. Alvaro de Luna son obra de Fernan Perez de Guzman como todos los otros. Y en particular del de Don Alvaro lo vuelve á afirmar en la primera de las notas marginales puestas á él. Y últimamente, como de Fernan Perez se hallan uno y otro (menos la hoja que se trasmanó) en la primera edicion del tratado con el Mar de historias, obra del mismo autor, en Valladolid año 1512, cuya edicion dice el prologuista no haber visto el señor Galindez, aunque solos cinco años anterior á la suya, lo que es bien difícil de creer en un literato de su curiosidad, y habiéndose hecho en una ciudad tan frecuentada entonces del Consejo, y salido dedicada á un compañero suyo en él.

En cuanto al capítulo de D. Alvaro de Luna objeciona además, que parece escrito en sus propios dias, pues no habla de su muerte, no obstante que era su lugar propio, ni dice una sola palabra por donde pueda inferirse tal suceso. Este es otro deslumbramiento que vuelve á probar padecia nubes en los ojos para no ver lo que tenia de

(1) De estos Claros varones de Pulgar hizo Mallara un elogio, que por lo mismo que no le hallo advertido, le recuerdo, en su Filosofia vulgar de los refranes, centur. X, refr. 61, fol. 281, col. 4, dice así: "El que tuvo gran moderacion en contar vidas de varones ilustres fué Hernando de Pulgar, sino que fué breve, lo cual es natural á los españoles; y despues de contar los bienes de algun ilustre, mete una cláusula general al cabo."

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lante. Pues si no habia muerto el Maestre cuando se escribia el capítulo ¿á qué aquella expresion (en su edicion pág. 605) é habiendo el dia que murió mas de veinte mil vasallos sin el maestrazgo de Santiago? Y mas abajo: con la cual (cobdicia) llegó tanto tesoro, que aunque no se pudo bien saber el número dello por su prision y muerte ser en tal manera; pero segun su ganar y su guardar, etc. ¿Se podrá haber dado alucinacion mas arrogante? ¡Ignorar el editor lo mismo que está imprimiendo y de que piensa informar al público! ¡Qué bien le informará, si no sabe lo que la prensa ha estampado !

El mismo abuso hizo de las noticias que se le enviaron de Valladolid, dándole la primera que él jamás luvo de aquella otra anterior edicion de los Claros varones de Fernan Perez de Guzman con el Mar de historias de este caballero, hecha en esta ciudad á diligencia del comendador y regidor Cristóbal de Santisteban año 1512, cinco ántes de emprender el señor Galindez la de Logroño que se habia creido primitiva. Acerca de lo cual no es justo dejemos al público en los errores en que le ha metido, aun cuando sea á costa de alguna mayor prolijidad. Luego que aquí se supo que Monfort tenia bajo la prensa una nueva edicion de la crónica del Rey D. Juan II, con dicho célebre tratado, siguiendo la de Logroño de 1517, se le escribió por medio de su hijo D. Manuel, existente á la sazon en Madrid, diciéndole haberse visto un ejemplar de esta edicion logroñesa con notas manuscritas por los márgenes de letra de Lope Bravo de Rojas, caballero sevillano, de mucho conocimiento é instruccion en la historia, y en especial en el ramo genealógico, apuntadas por él, como de las mismas constaba, en los años 1556 y 57, en las que se daba luz á muchas cosas de

esta crónica y tratado, y particularmente al orígen, derivacion, enlaces y conexiones de los sugetos comprendidos, con comun interés de muchas nobles é ilustres familias del Reino, y aun de la correccion y mejoramiento del texto mismo de la obra (1). Que sobre la rúbrica ó título del precioso libro de las Semblanzas ó Varones ilustres de Fernan Perez, folio 241, de todo el volúmen, llamó la atencion y puso la nota siguiente, que se la copio aquí para mayor satisfaccion al pié de la letra. “El << noble caballero Fernan Perez de Guzman hizo y copiló un libro, que intitula Mar de historias, en que se <<< tratan muchas antiguas historias: trata de los Empera<< dores é famosos capitanes de sus vidas, é Príncipes << gentiles y católicos, y de los santos é sabios, é de sus a vidas y de los libros que hicieron, y de las generacio<< nes y semblanzas de los Reyes é ilustres varones de su

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(1) El mismo Lope Bravo dice de sí en una de las notas, que pasaba la Instituta en Salamanca el año 1554, siendo su maestro y catedrático de ella el licenciado D. Sebastian de Rivera, colegial mayor del de Cuenca. Retirado de alli parece se propuso ilustrar con semejantes notas las demás crónicas de nuestros Reyes; lo que ojalá hubiera ejecutado y que hoy las gozáramos impresas con ellas, porque nadie á mi entender por aquellos tiempos mas á propósito segun las muestras que aquí nos dejó. No obstante, cuando ponia estas á la Crónica del Rey D. Juan II tenia ya escritas las correspondientes á la de D. Juan 1, su abuelo, que en ellas cita. Tambien escribió separadamente un libro de los Linajes de España que tuvo presente el ilustre Gonzalo Argote de Molina para su Nobleza de Andalucía, como consta del Indice prévio de AA. y mss., y dentro de la obra, fol. 276, le celebra natural de Sevilla y muy curioso en las antigüedades y noticias de los linajes de ella. Por esta obra le celebraron tambien entra los escritores sevillanos sus compa~ triotas D. Diego Ortiz de Zúñiga y D. Nicolás Antonio, aquel en sus Anal., año 1598, pág. 590, col. 2, y este en su Biblioth. nov., tom. 2.o pág. 59, col 2

tiempo que aquí puso el doctor Carvajal con sus adicio«nes que yo noté donde dice doctor. El cual libro de Mar « de historias hizo imprimir en Valladolid el año de 1512, << el comendador Cristóbal de Santisteban, comendador << de Biezma, regidor de Valladolid, dirigido al Reverendísimo señor D. Martin de Angulo, ilustre en sangre y <<< letras, dignísimo obispo de Córdoba, presidente de la <«< córte y chancillería Real que reside en Valladolid, del « Consejo de la Reina nuestra Señora, con privilegio de <«< cinco años." Tal es literalmente la nota de Lope Bravo puesta en este lugar.

Esta obra ó bien sea coleccion llamada Mar de historias se ha hecho ya tan rara que apenas se encuentra de ella sino rarísimo ejemplar (1); y como en esta ciudad no se hubiese podido descubrir mas que la noticia de haber existido uno en cierta librería, en cuyo índice antiguo se

(1) Citaron este rarísimo libro, como obra de Fernan Perez de Guzman, D. Gonzalo Argote de Molina en la Sucesion de los Manueles que puso al principio de su edicion del libro del Conde Lucanor del Príncipe D. Juan Munuel, en Sevilla, año 1575, suces. 3.*, y en la Nobleza de Andalucía (alli año 1588) fol. 49—Y por él D. Antonio de Leon Pinelo en el discurso de los Avellanedas al principio del libro de los Velos ó exposicion de la pragmática de las Tapadas pág. 28 (contando desde la portada, porque no está númerado); el P. Gabriel de Henao, Antigüedad. de Cantabria tom. 4.o, pág. 175, núm. 1.° y pág. 177, núm. 4, impreso en Salamanca año 1689; Gil Gonzalez Dávila, Histor. de D. Felipe III, pág. 212, donde refiere algunos autores que escribieron sobre estatutos de limpieza y entre ellos á Fernan Perez de Guzman en el Mar de historias en la vida de San Pedro de Santa María; así tiene (por Don Pablo de Santa María) un escritor indiligente y sin esmero, que enviaba los borradores á la imprenta y despues no los volvia á corregir, de que viene la inutilidad y mendacidad de casi todos sus escritos para no poder fiarnos de cosa que contengan. Ultimamente Gaspar de Uriarte, valisoletano, en sus adiciones mistas á la

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