Comedias escogidas, Volumen 3

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Página 412 - Si afrenta al noble y plebeyo > ' solo el decirle que miente, decid, ¿qué será el hacerlo? Si vivo sin honra yo *, según los humanos fueros, mientras de aquel que me dijo que mentía no me vengo, ¿tan larga tenéis la espada, tan duro tenéis el pecho, que pensáis poder vengaros diciéndolo todo el pueblo?
Página 359 - García. Porque como las acciones del agravio y el favor reciben todo el valor sólo de las intenciones, por la mano que os toqué no estoy yo favorecido, si haberlo vos consentido con esa intención no fue.
Página 365 - Doña Lucrecia de Luna se llama la más hermosa, que es mi dueño; y la otra dama que acompañándola viene, sé dónde la casa tiene; mas no sé cómo se llama.
Página 342 - García fuese su acrecentamiento; que para un hijo segundo como él era, es cosa cierta que es esa la mejor puerta para las honras del mundo. Pues como Dios se sirvió de llevarse a don Gabriel, mi hijo mayor, con que...
Página 373 - Entre las opacas sombras y opacidades espesas que el soto formaba de olmos, y la noche de tinieblas, se ocultaba una cuadrada, limpia y olorosa mesa, a lo italiano curiosa, a lo español opulenta. En mil figuras prensados manteles y servilletas, sólo envidiaban las almas a las aves ya las fieras.
Página 374 - Empezó primero el coro de chirimías; tras ellas el de las vihuelas de arco sonó en la segunda tienda; salieron con suavidad las flautas de la tercera, y en la cuarta cuatro voces con guitarras y arpas suenan. Entre tanto, se sirvieron treinta y dos platos de cena, sin los principios y postres que casi otros tantos eran. Las frutas y las bebidas, en fuentes y tazas hechas del cristal que da el invierno y el artificio conserva, de tanta nieve se cubren que Manzanares sospecha — cuando por el Soto...
Página 411 - ¡Qué engañado pensamiento! Sólo consiste en obrar como caballero, el serlo. ¿Quién dió principio a las casas nobles? Los ilustres hechos de sus primeros autores. Sin mirar sus nacimientos, hazañas de hombres humildes honraron sus herederos. Luego en obrar mal o bien está el ser malo o ser bueno.
Página 373 - Llegó en su coche mi dueño dando invidia a las estrellas, a los aires suavidad y alegría a la ribera. Apenas el pie que adoro hizo esmeraldas la yerba, hizo cristal la corriente, las arenas hizo perlas; cuando, en copia disparados cohetes, bombas y ruedas, toda la región del fuego bajó en un punto a la tierra.
Página 375 - Madrid se vio la región Sabea. En un hombre de diamantes delicadas de oro flechas, que mostrasen a mi dueño su crueldad y mi firmeza, al sauce, al junco y al mimbre quitaron su preminencia que han de ser oro las pajas cuando los dientes son perlas.
Página 346 - ¿Luego acá no hay quien le enseñe a mentir? En la corte, aunque haya sido un extremo don García, hay quien le dé cada día mil mentiras de partido.

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