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No bastaron los oportunos avisos, ni el fervoroso y continuado exemplo que nos ha dado una corta porcion de socios beneméritos: No ha bastado el heróico empeño en nuestro virtuoso Presidente sinceramente afanado por conservar y perfeccionar los proyectos y los Establecimientos del Excmo. Sr. D. Luis de las Casas: No ha sido bastante la memoria de ese hombre inmortal, con rubor lo digo...... y sus cenizas capaces de calentar los corazones más frios, no han podido conservar en los nuestros el fuego que nos inspiró en aquellas erupciones que se desprendian de su pecho volcanizado por el bien comun. De dia en dia ha deɛmayado la Junta: se ha disminuido el interés, se discuten ménos asuntos, y ya presagiaría yo la funesta disolucion de la Sociedad, si la fortuna de que goza hoy la Diócesis de la Habana no se comunicára á esta Junta, para abrirnos un campo inmenso de las más lisongeras esperanzas. Si, amigos, lográmos ya un consuelo, y un apoyo de que necesitaba nuestro Patriotismo: lográmos ser dirigidos por nuestro Pastor, y alcanzamos este deseado beneficio quando han adornado á la Dignidad Sagrada, la bondad, la prudencia, y el ardiente zelo por el bien comun. Ya lo vereis como sabe hermanar y áun confundir la caridad christiana con la economía pública para proporcionar las copiosas ventajas que la influencia Pastoral produxo, siempre que quiso emplear sus facultades, dirigiéndolas exactamente al bien general. Además, la alianza de las autoridades eclesiástica y secular, cimentada en la cordial amistad de nuestro Presidente y de nuestro Director, es un manantial de bienes, cuyo cálculo me parece imposible; porque tengo por incalculables los beneficios públicos que deben intentar. Así es, que ya entreveo cultivarse las ciencias, prosperar las artes, florecer la agricultura, encenderse una emulacion notable entre todas las clases aplicadas; desterrarse la ociosidad, acabarse la mendicidad, esconderse los vicios y triunfar la virtud. Pero esto no puede conseguirse sin brazos, y no bastarán los esfuerzos benéficos de nuestros Presidente y de nuestro Director, si no tienen los instrumentos necesarios, que somos nosotros, y pues no es ménos gloriosos ser executores, que directores del bien, yo os convido á que prestémos nuestra aplicacion y zelo para hacernos participe de la gloria á que aspiran estos dos hombres de bien, intentando hacer feliz á nuestra amada Patria (1).»

(1) Acuerdos de la Sociedad.-Libro 3. Junta ordinaria de 13 de Enero de 1803. -Presidente, el Sr. Marqués de Someruelos.-Fojs. 27-28.

Véase de qué modo era acojido el señor Espada y las esperanzas que hacia concebir entre los sinceros promovedores del adelanto de Cuba.

No las defraudó un sólo momento el laborioso Obispo; sin dejar de ocuparse de reorganizar la diócesis en todos sus ramos; estudiando con prolijo esmero todas sus necesidades, tomando dia por dia buena nota de los defectos que advertía y combatiendo los obstáculos que á cada paso se le presentaban, al querer destruir con mano honrada y enérjica los abusos de que estaba lleno el vastísimo campo de su ministerio, preparaba todo lo conducente á que su proyectada visita pastoral, diese los mejores frutos en honor y provecho de los altos deberes de su cargo, y elaboraba en su cerebro la gran idea que habia de hacer entre nosotros tan querido su nombre.

En 27 de Enero del año á que nos hemos venido refiriendo, concurre el Sr. Espada á Junta de la Real Sociedad Patriótica, presidida por el constante Marqués de Someruelos, Gobernador y Capitan General; y allí con la asistencia del censor D. José de Arango, del Secretario D. Benigno Duque de Heredia, del Contador, Marqués de Cárdenas, del Tesorero, Sr. Conde de Casa-Bayona, y de los señores Conde de Vallellano, D. José de Ilincheta, D. Francisco de Arango, D. Juan Tirry, D. José A. de la Ossa, D. José Urquinaona, D. Juan de Orozco y D. Antonio Manuel Arturo, presenta un escrito á que dá lectura el Secretario, en el cual, «haciendo relacion de los bienes que resultarían á la Religion, á la verdadera piedad, buena policía y salud del pueblo, en la nueva forma y localidad en la sepultura de los difuntos, proponia este punto á la Sociedad, á fin de que reunidas todas las autoridades, difundiesen todas las luces en los sócios, y reconcentrándose todos los medios de ejecucion, se forme una masa de fuerzas capaces de superar todos los obstáculos al establecimiento de un Cementerio Universal, fuera de la ciudad; autorizando el pensamiento con el espíritu de la iglesia, leyes civiles y de policía de todas las naciones cultas, y uniforme opinion de todos los sábios, así en las ciencias Eclesiásticas, como en las Naturales, Teólogos, Filósofos, Canonistas y Médicos: exhortando á la verificacion con la posible brevedad, pues que se está con la autoridad competente para ello, por disposiciones canónicas, Reales órdenes, ejemplos multiplicados de mil géneros, y aún por la novísima Ley que dá los principales medios para ella.» Segun consta en el acta de la sesion ya expresada, el Illmo.

Obispo, con sus hábiles razones, convenció á todos de la utilidad de la empresa, «con la fortuna más lisongera de su logro, haciendo ver sus ventajas, al paso que se ofrezcan algunos obstáculos, que manifiesta fáciles de superar, concurriendo al intento, y haciendo prevalecer la opinion ilustrada de los principales del pueblo; proponiendo trazas de poco costo para la obra de aquel lugar Santo, concluyendo con la oferta de quinientos pesos para el objeto que la Sociedad creyera más útil, é indicando, que parte pueden ser para el arquitecto que forme el plano del Cementerio general en un paraje dado.»

Acojió con entusiasmo la Sociedad la sentida mocion de su Illmo. Director, complaciéndose de que S. I. promoviera de nuevo tan importante materia, ya tratada algun tiempo ántes en la Corporacion sin que obtuviera el apetecido resultado. En aquel acto, el Excmo. Sr. Marqués de Someruelos, hizo presente, que existia en el Gobierno una Real Orden, y que no sólo estaba elejido el lugar extramuros para la formacion de un Campo Santo (1), sino que tambien, de acuerdo con el Ilustre Ayuntamiento, se habian tomado algunas medidas y dictado providencias. Aplaudió S. E. las razones del Prelado, y vino á acordarse, que el Illmo. Obispo expidiese una Pastoral dirigida á los señores Curas, Clero y Comunidades, para que hiciesen comprender á los fieles la utilidad de la medida, y áun se propuso utilizar el medio más eficáz de propaganda para toda idea, la imprenta, dando al público el escrito presentado por el Sr. Espada, agregándosele un extracto de las providencias gubernativas anteriores, para lo cual, con asentimiento general fué comisionado el Censor D. José de Arango. Tales fueron los principios que tuvo el proyecto del cementerio general, que debemos al Sr. Marqués de Someruelos y al virtuoso Espada, á quien tan amargos sinsabores habia de costar realizarlo, desplegando en ello una perseverancia y energía que es uno de los títulos más apreciables para que le demostrémos nuestra gratitud.

La actividad y laboriosa vida de nuestro buen Pastor, nada descuidaba de cuanto pudiera ser útil al pueblo, ya se relacionase más ó ménos directamente con su sagrado ministerio.

(1) Segun nuestras noticias, el primitivo proyecto fué establecerlo en el campo enfrente del Real Arsenal; hubo más tarde mejor juicio en la eleccion, escojiéndose el lugar que ocupa.

La Casa de Beneficencia, la de Expósitos y la de Recogidas, pronto ocuparon su atencion, y sobre ellas dirigió al Gobernador y Capitan General, Excmo. Sr. Marqués de Someruelos, en tres del mes de Febrero de mil ochocientos tres el siguiente informe (1): «La vista del expediente relativo á la reunion de la casa de expósitos á la Beneficencia, que V. S. se sirve remitirme con la Real Cédula del asunto, á consecuencia de acuerdo de la Sociedad, con los demás proyectos que en él se apuntan, me hubiera sorprendido agradablemente, si de antemano no hubiese oido que los habia á alguna persona, en conversacion sobre los mismos que yo meditaba. Esto quiere decir que sólo una mirada superficial del estado

(1) La Real Casa de Beneficencia fué fundada en 1794: Los nombres del sábio y virtuoso Gobernador y Capitan General D. Luis de las Casas, y del Illmo. Obispo Peñalver, irán eternamente unidos á la historia de ese establecimiento, historia muy poco conocida y que es nobilísimo título de la caridad de los Habaneros. Vid.-Elogios de D. Luis de las Casas, por D. Tomás Romay y P. Gonzalez.-Tambien, Historia de la Real Casa de Maternidad de esta ciudad, por D. Evaristo Zenea. Habana, 1838.— Necrología del Excmo. Sr. Presbítero D. Mariano de Arango, autor, promovedor y constante bienhechor de la Real Casa de Maternidad, por el propio Sr. Zenea. Habana 1841.-Sobre Expósitos, es del mayor interés el siguiente opúsculo: Recopilacion euriosa de documentos benéficos á favor de los niños expósitos, desde los principios de la Monarquía, hasta nuestros dias. Comprende una multitud de leyes antiguas, Reales Cédulas, Reales decretos, órdenes y noticias apreciables, principalmente de la Real Casa Cuna de la Habana. Habana, 1829. Oficina del Gobierno y Capitanía General por S. M.--En 1687 se estableció la primera casa de expósitos por el Obispo Compostela, á su costa, donde hoy está el convento de Santa Teresa, para cuyo efecto hizo fabricar una casa que tuvo de costo unos treinta mil pesos. Por causas que se ignoran, el mismo obispo la destruyó, erigiendo en el propio lugar el convento de Santa Teresa. Una Real Cédula de 1705 la mandó establecer, lo que con vivo celo y piedad llevó a cabo el Obispo D. Gerónimo Valdés, á su costa, en el año de 1710. Estuvo la dicha casa en la calle de los Oficios esquina á Ricla, casa que compró el Obispo en 16,000 pesos y que ocupa hoy un almacen de víveres. Por el lado de la dicha calle de Ricla, se conserva todavía una lápida en que puede aún leerse la siguiente inscripcion: Año de 1710. Esta casa de niños expósitos fundó el Illmo. S. M. R. O. D. Gerónimo Valdés, Obispo de Cuba.

La casa de Recogidas estubo en el callejon llamado de la Sigua, lugar que ocupó el matadero desde 1590 hasta 1798, segun don José María de la Torre: Lo que fuimos У lo que somos, ó la Habana antigua y moderna. Habana, Imprenta de Spencer y comp 1857.--pág. 58.

de dichos establecimientos y de otro del mismo género, hacen óbvia á cualquiera, la utilidad y necesidad de refundirlos, dándoles otra forma y organizacion y buscando todos los arbitrios para suplir lo mucho que falta para realizar tan saludables pensamientos. En efecto, todo convida á hacer esfuerzos y discurrir medios de verificarlo. Las Casas de Beneficencia, Expósitos y Recogidas, son tan análogas en sus objetos, se tocan tan de cerca, que pudiendo estar juntas, tendrán por la naturaleza misma de la cosa, tal mútua reaccion entre sí, que es por ahora incalculable el grado de progresion á que podrán llegar. Y por otra parte, son tan débiles las fuerzas separadas de cada una de ellas, que á excepcion de la primera, es casi ninguna la utilidad que se consigue con su existencia; por no decir que es perjudicial la de la tercera segun se halla. ¿Quién puede negar que los fines que se propusieron sus fundadores, fueron los más santos y los más laudables?: pero por una combinacion no prevista se suelen frustrar de contínuo los buenos efectos esperados. Sirva de ejemplo la constitucion 20 de Recogidas, sobre dar ocupacion proporcionada á las tres clases que supone puede haber de ellas. Dice...... «Tendrá especial cuidado el Administrador...... de aplicar á cada una de las Recojidas, ocupacion proporcionada á su aptitud, capacidad y fuerza, para lo que les procurará y distribuirá trabajos útiles......» Nada más bien pensado y dispuesto en el fondo: Pero que trabajos proporcionados ha de tener á mano el Administrador Capellan para tres clases distintas de mujeres, y en cada una delas cuales es preciso que haya muchas diferencias? De consigiente, la ociosidad debe de ser uno de los menores males de aquella casa; y aplicando á la Beneficencia esta constitucion, se está desde ahora en el caso de que tenga su pleno efecto en todas partes. No me detengo en hacer análisis ni cotejos, porque se presentan ellos de sí mismo á cualquiera por poco que reflexione. Dando pues por evidente la. utilidad y necesidad de la segunda reunion de la Casa de Recojidas, apuntada por los Comisionados de la Diputacion, en el Expediente; creo, que sólo resta formalizar el estado de dicha casa, su ingreso ó inversion, sobrante ó alcance, mandándolo así U. S., para que sabiéndose á punto fijo el aumento que de esta nueva agregacion resulte á la de Beneficencia, se pueda representar á S. M. lo conveniente; añadiendo que quedando vacia la Casa de Recojidas puesto que la dignidad Episcopal no la tiene competente se puede mirar por este importante objeto, siendo ventajoso

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