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1324 á Texcoco y siguió ocupado en las guerras civiles que con motivo de su política se suscitaron; pués Quinatzín representa la transición del estado bárbaro de los chichimeca, al culto de los nahoa, de suerte que sus guerras deben verse como civilizadoras y provocadas por la resistencia de los que siendo bárbaros, no quisieron civilizarse. Murió en el bosque de Tetzotzinco en 1357. Siguió en el trono de Texcoco su hijo TECHOTLALATZÍN, que llevó la nave del Estado por el mismo sendero que había trazado su padre, así es que ordenó que el idioma chichimeca fuera suprimido en los negocios de Estado y sustituido por el nahoa que era más culto y que él poseía con propiedad. De esta suerte la civilización iba borrando hasta las huellas de la primitiva barbarie : ¡ se había cambiado el nombre, la indole, la capital y hasta el idioma de aquel pueblo!

Llegó á su más amplio desarrollo la monarquía, habiéndose dividido en 47 señoríos 1.

Formó tres consejos, uno compuesto de los más nobles señores para tratar los más graves negocios del Estado; otro de jefes militares para los asuntos de la guerra y organización del ejército, y el tercero para los negocios de hacienda; pero entre tanto que se ocupaba de todos esos importantes ramos, dando con eso nueva organización al gobierno, varios Estados vecinos se engrandecían: lor azteca ó mexicanos por una parte y, por otra, los tecpaneca principalmente bajo el reinado de Tezozomoc, que llegaron à inspirar serios temores al rey texcocano.

Por último, Techotlalatzín dió prudentes consejos á su hijo y heredero IXTLIXOCHITL, joven de 19 años, y después de haber reinado 52 años, expiró en 1409.

El error de Techotlalatzín al fraccionar demasiado la monarquía, quitándole fuerza y unidad, produjo inmediatamente sus funestas

1. Que fueron: Tlacapalac, Tolocán, Acamapichtán, Iztapalapán, Huitzilopochco, Mexicatzinco, Culhuacán, Cuauhuahuac, Mazatepec, Xochite poc, Zacatepec, Xihutepec, Contlán, Tlalatlauhco, Texocoac, Chichimecatzacualco, Chichicahuazco, Tepetla, Petlaco, Tetlanexco, Toxmilco, Tlacuacuitlapilco, Ayotzinco, Itzocán, Cihuahuaxtepec, Atlixco, Quiyahuixtlán, Xaltepetlapán, Xalatzinco, Totomihuacán, Tecalco, Techatopán, Topoyanco, Xaltocanteapaxco, Hueimollán, Xicotepec, Teotihuacán, Nahutla, Otompán, Tepechpán, Tezoyocán, Meztitlán Tototepec, Tollán, Chiauhtla, Papalotla y Tetlaoztoc.

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consecuencias, porque divididos los señores feudales y excitados por Tezozomoc, rey de Azcapozalco, se hicieron inobedientes, y movidos por propias ambiciones se negaron á asistir á la coronación de Ixtlixochitl.

El rey de Azcapozalco se puso al frente de los rebeldes y por tres años combatió á los acolhuas; pero la disciplina de éstos equilibraba el número superior de los tecpanecas, por lo cual se vieron obligados á ajustar una paz, que sólo debía servir para que Tezozomoc realizara por traición sus pérfidas miras.

Ixtlixochitl trató con indulgencia á sus enemigos concediéndoles un general perdón, del cual se aprovecharon para declararle nueva guerra, y así fué qué habiendo enviado el rey acolhua á Acatlotli para que recibiera á su nombre el homenaje ofrecido por varios señores feudatarios, éstos, faltando à la lealtad y al deber, llevaron ante Tezozomoc al valiente emisario que fué inhumanamente asesinado.

Partieron en seguida los rebeldes sobre Texcoco, á cuya ciudad pusieron sitio por cincuenta días que resistió; pero al fin de este término Toxpilli, general y privado del rey, entregó traidoramente á los sitiadores un barrio importante de la ciudad, con lo cual fué ya imposible la defensa.

Ixtlixochitl envió entonces al célebre Coacuecuenotzín á exhortar á la ciudad de Otompán para que volviese á su obediencia recordando los grandes beneficios que le había prodigado; este hombre verdaderamente esforzado, aunque previó su segura muerte, en tal inteligencia aceptó la comisión y se presentó en la ciudad rebelde el día del tianguis ó mercado; pero aquellos traidores instigados por los tecpanecas, despreciaron los discursos de Coacuecuenotzin y se arrojaron sobre él, haciéndolo pedazos después de una heroica resistencia.

Después de tan infortunados sucesos, el rey de Texcoco con su hijo Nezahualcoyotl y algunos de sus fieles capitanes, tuvo que ocultarse en la barranca de Queztlachac; pero como recibiera noticia de que por tres diferentes partes iban en su busca soldados tecpanecas, se resolvió á salirles al encuentro, y después de ocultar entre las ramas de un capulín á su hijo ', temerariamente se lanzó

1. Luis VII rey de Francia, logró salvarse en la segunda Cruzada, después de la derrota que sufrió en los desiertos de Frigia, ocultándose por una

sobre sus enemigos, peleando hasta caer acribillado de heridas. Así murió Ixtlixochitl el 24 de septiembre de 1418, habiendo. usurpado con este motivo la corona de Texcoco el rey de Azcapozalco.

TEZOZOMOC era hijo de Acolhua II, hijo á su vez de Acolhua I, fundador del señorío de Azcapozalco; hombre astuto y ambicioso, empleó cuantos medios estuvieron á su alcance para acrecentar su poder. Empezó por coronarse rey de los acolhua con gran solemnidad y por poner á precio la cabeza del príncipe legitimo Nezahualcoyotl, desplegando bien pronto una tiranía sin límites; por todas partes mandó tropas con el encargo de interrogar á los niños hasta de siete años por el nombre del rey legítimo, para que si aquellos inocentes respondían que Ixtlixochitl ó Nezahualcoyotl, fueran degollados al punto. Fraccionó en señoríos el territorio chichimecatl ó acolhua, dejando á Azcapozalco por capital y dando á Texcoco á los mexicanos, que empezaban ya á engrandecerse; y por último impuso onerosos tributos á los pueblos que acababa de dominar. Entre tanto Nezahualcoyotl, perseguido y abandonado, estuvo por varios años entre los bosques y lugares desconocidos, escapando de mil peligros fué descubierto en una vez por una mujer á quien pidió agua para satisfacer su sed, y delatado por ella á grandes voces tuvo que darle muerte para escapar, mas perseguido fué hecho prisionero, y llevado á presencia de Toteotzintecutli, señor de Chalco, quien lo condenó á ser descuartizado en el próximo mercado; sin embargo el generoso Quetzalmaca se introdujo á la prisión, y cambiando vestiduras, se quedó en lugar del príncipe, sufriendo la suerte que á aquél estaba designada.

Á los cuatro años de incesantes persecuciones las señoras de la nobleza mexicana le hicieron un magnífico presente al tirano, y le rogaron perdonara à Nezahualcoyotl, pues era débil y no debía inspirar temores, á cuya súplica accedió por fin, confinándolo bajo

noche entre las ramas de un árbol; y cuando durante el Protectorado de Cromwell, invadió Carlos Il la Inglaterra, después que sufrió la derrota de Worcester, tuvo también necesidad de permanecer oculto de sus perseguidores por 24 horas en una corpulenta encina en el caserío de Boscobel, por lo que después de la Restauración se la llamó « la Encina real » y fue vista con veneración.

pena de la vida à Tenochtitlán y Tlaltelolco . Dos años más tarde, volvieron las señoras á pedir al rey tecpanecatl asignara uno de tantos palacios como había en Texcoco, para habitación del príncipe, á lo que igualmente accedió; desde entonces Nezahualcoyotl vivió en el de Cilán en Texcoco, desde donde en una aparente quietud, promovía una liga contra el tirano.

Tezozomoc, que era ya muy anciano, sufrió en sus últimos días atroces remordimientos con diferentes y crueles visiones, hasta que murió en 24 de marzo de 1427 después de haber gobernado en Azcapozalco en opinión de algunos, ciento ochenta años y nueve en Acolhuacán estaba tan decrépito que sus últimos años los pasó en un cesto de algodón á fin de poder calentarse, desde donde sin embargo, ordenaba crueles é injustos suplicios.

Aunque dejó de heredero á Tayauhtzín, su hijo, prefiriéndolo al primogénito Maxtla, éste, que era de un carácter duro y sanguinario, se sobrepuso á aquel precepto y se hizo dueño del gobierno sin encontrar dificultad.

Poco más tarde Tayauhtzin de acuerdo con Chimalpopoca, rey de los mexicanos, resolvió matar á Maxtla, para cuyo fin hizo construír un palacio en cuyo estreno debía cometerse el crimen; súpolo el monarca por un enano llamado Tetontli, y aparentando una completa ignorancia del complot, el día de la fiesta asistió, y antes de que Tayauhtzín pensara ejecutar su plan, entraron varios señores tecpanecas y por orden de Maxtla lo asesinaron, cambiándose de esa suerte los papeles.

Inmediatamente envió tropas à Tenochtitlán para que aprehendiesen al rey Chimalpopoca, quien sin elementos para resistir fué hecho prisionero y puesto en una jaula de madera en Azcapozalco, donde se suicidó ahorcándose. Volvió á perseguir á Nezahualcoyotl que sólo por el gran amor que todos los acolhuas le profesaban pudo escapar del furor de su enemigo, y por fin entró en guerra con los mexicanos, porque no quiso reconocer á Itzcoatl á quien aquéllos habían nombrado por sucesor de Chimalpopoca.

Á un tiempo tuvo que atender el usurpador à dos diferentes enemigos, y aunque Nezahualcoyotl é Itzcoatl estaban separados,

1. También las vestales pidieron á Sila perdonase á César, á lo que accedió el dictador pronosticando que en aquel joven veia muchos Marios.

porque los acolhua y los azteca se veían con cierta rivalidad, y porque éstos habían ayudado á Tezozomoc á combatir á Ixtlixochitl, por lo cual habían recibido en recompensa el señorío de Texcoco, la necesidad obligó al rey mexicano á celebrar por la intercesión del guerrero Motecubzoma Ilhuicamina, un tratado de alianza, que puso fin á aquellas diferencias y fué el principio del poderío de acolhuas y aztecas.

Empezaron los aliados por apoderarse de Cuauhtitlán; en seguida abandonaron la ciudad todos los acolhua pacíficos que se hallaban en Azcapozalco, por lo que mandó el rey unos guerreros en su persecución, quienes fueron sorprendidos en Huexocalco y matados á palos, levantándose con eso por todas partes el estandarte de la rebelión, y preparándose ambos ejércitos à un combate decisivo.

En las orillas de Tenochtitlán se avistaron los combatientes; mandaba las tropas tecpaneca el valeroso Mazatl, mientras que las aliadas estaban dirigidas por Nezahualcoyotl, Itzcoatl y Motecuhzoma Ilhuicamina; los tecpaneca llegaron á creerse vencedores, pues ya los desalentados mexicanos imploraban vergonzosamente su perdón, cuando altamente irritado el denodado Motecuhzoma por semejante cobardía, se arrojó con desesperación entre los enemigos, y ante tan heroico ejemplo restablecióse la diciplina en las acobardadas huestes, que volviendo sobre sus pasos pusieron en fuga á aquellos mismos tecpaneca á quienes pedían perdón hacia pocos instantes. Mazatl imita el proceder de sus contrarios y se pone en primera fila; pero visto por Motecuhzoma, le arremete, y vence después de porfiada resistencia, y las tropas de Maxtla que tal vieron se declararon en completa derrota '.

Á los pocos días marcharon sobre la misma capital Azcapozalco, y aunque presentaron las tropas del tirano nuevo combate, quedaron también vencidas y Maxtla tuvo qué huír escondiéndose en uno de los baños de su palacio, llamado temazcalli, en donde fué descubierto y matado allí mismo por Nezahualcoyotl, que arrancándole el corazón lo ofreció á la venganza de Ixtlixochitl.

1. Sila en la batalla de Orcomeno; Julio César en la de Munda; el duque de Warwik en la de Towton; Hernán Cortés en la de Otompán, y el general Prim en la de los Castillejos, han cambiado la suerte de la batalla por medio de un rasgo heroico de valor personal.

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