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cretales, entre las cuales era una, que cuando quiera | adonde con gran solemnidad y ceremonia, fué el rey que un príncipe delinquía contra otro, pertenecia la ungido por manos de Pedro obispo portueni, y el papa correccion y castigo del tal delito al sumo pontifice, y❘ le coronó luego y mandó dar las insignias reales, que otra que declaraba, que aquel era verdaderamente llamaban manto, colobio, cetro, globo, corona, miemperador, á quien el papa mandaba fuese dada la tra, que algunas dellas apénas se entienden, y recibió corona del imperio. Este pontífice tenia gran aficion á dél juramento corporal, por el cual ofreció, que siemlas cosas del reino de Aragon, y favoreció en la conquis- pre le seria fiel y obediente, y á todos sus sucesores cata y guerra de los moros al rey con muchas gracias tólicos y á la Iglesia romana, y conservaria su reino espirituales. Considerando el rey esto y la devocion fielmente en su obediencia, defendiendo la fé católica que los reyes sus antecesores tuvieron á la santa sede y persiguiendo la herética pravedad y guardaria la liapostólica romana y que el rey don Ramiro el primero bertad é inmunidad eclesiástica, y ampararia sus de-* constituyó su reino tributario á la Iglesia, determinó rechos en toda su tierra y señorío, y procuraria guarde ir á recibir la corona del papa, como de señor sobe dar en ellos paz y justicia. De San Pancracio volvió el rano en lo espiritual y que tenia en la tierra las veces papa al palacio de San Pedro, y cabe él iba el rey con de Cristo, como vicario suyo, y porque la principal em- aquellas insignias reales, con grande fiesta y regocijo presa que habia determinado seguir, era la conquista del pueblo romano, y entrando en la capilla de San Pede las islas de Mallorca y Menorca, propuso de pasar dro, puso el rey sobre el altar el cetro y diadema, y por Génova y Pisa, para tratar con aquellas señorías, tomó la espada de mano del papa armándose caballeque se pusiese entre sus tierras y estados paz y trègua, ro, y ofreció allí su reino á San Pedro príncipe de los y con su ayuda mas facilmente se hiciese la guerra á apóstoles y al papa y sus sucesores, para que fuese cenJos moros, y envió por esta causa sus embajadores al satario de la Iglesia, como ya se había hecho otra vez papa, para que le suplicasen; tuviese por bien de en- en tiempo del rey don Ramiro el primero, y dello entreviar un cardenal por legado, que con autoridad de la gó entonces instrumento al papa, para que le recibiese sede apostólica interviniese en aquella concordia que debajo del amparo y proteccion de la sede apostólica, pensaba asentar entre los pisanos y genoveses. Recibis obligándose de pagar en cada un año perpetuamente, el papa esta embajada muy benignamente y respondió | doscientos y cincuenta mazmodines en servicio y recoal rey, que pues de su voluntad podia estar bien con- nocimiento de la gracia y merced que habia recibido en fiado y cierto, le estaria mejor, que hiciese su viaje ser coronado por sus manos. Despues desta pompa y derecho camino á Roma, porque en su presencia seria solemne coronacion, mandó el papa que fuese acom→ mejor instituido de lo que convenia à aquella empresa,pañado de muchos cardenales, y de los señores roma

se concluyese lo del matrimonio de la reina de Ungría con el rey de Sicilia, aunque esto despues se efectuó. Entónces fué concedido por el papa Inocencio, que cuando los reyes de Aragon quisiesen coronarse, pidiéndolo primero á la sede apostólica, de mandamiento especial fuesen coronados en la ciudad de Zaragoza, por manos del arzobispo de Tarragona, prestando caucion idónea de cumplir lo que se habia por el rey don Pedro otorgado, concediendo que por la misma forma fuese celebrada la coronacion de las reinas. Escribe el autor de la historia general de Aragon, que entonces el papa por honra de la casa de Aragon ordenó, que el estandarte de la Iglesia que llaman confalon, fuese divisado de las colores y señales de los reyes de Aragon, que eran las armas de los condes de Barcelona, variadas de listas de oro y colorado, y esto tambien se confirma por otro autor mas antiguo, que fué en tiempo del rey don Jaime el Conquistador, y juntamente con esto tambien afirma que el rey cedió al papa el derecho que tenia del patronazgo de todas las iglesias de su reino, y concedió á los prelados y capítulos, que pudiesen elegir libremente sin su consentimiento, lo que ántes no se solia permitir, de lo cual ninguna mencion se hace en el reconocimiento que se hizo al papa Inocencio. Deste censo y reconocimiento que el rey hizo al pa

y con mas estimacion y favor de la sede apostólica, nos por la ciudad, hasta llevarle á la iglesia de San Papodría á la vuelta tratar con los pisanos y genoveses y blo, á la ribera del Tibre, á donde estaban sus galeras, concluir lo que deseaba mas fácilmente, mediante el y entrando en ellas se hizo á la vela, y no se hace menlegado que se le daria. Tratábase en la misma sazon cion por nuestros autores, ni hallo en las memorias de por medio del papa matrimonio entre Federico rey de aquellos tiempos que se tratase lo de la empresa y conSicilia y doña Costanza hermana del rey, reina de Un-quista de Mallorca, como lo tenia deliberado, ni que gría, por la muerte de Emerico su marido, del cual, segun en los anales de Ungría parece, quedó un hijo, que se llamó Ladislao, que vivió pocos meses, puesto que el arzobispo don Rodrigo afirma, que de aquel matrimonio no hubo hijo ninguno, y en la misma sazon iban embajadores del rey Federico al papa, para concordar lo deste matrimonio, y con esta respuesta el papa despidió á los embajadores del rey, á trece del mes de agosto, deste año de mil y doscientos y cuatro. Partió el rey de la Proenza con cinco galeras y con buena armada de navíos y fue muy acompañado de barones catalanes y proenzales, y entre ellos se nombran el arzobispo de Arles, el Preboste de Magalona, el electo de Montemayor, don Sancho tio del rey, hermano del rey don Alonso, Ugo de Baucio, Trogellin de Marsella, Arnaldo de Foxa, y salió á tierra en el puerto de Génova, á donde se le hizo grande recibimiento y fiesta. De allí siguió su viaje, y entró en el puerto de Hostia en el mes de noviembre del mismo año, y surgió á la isla que hacen los brazos del Tibre, entre el puerto y el lugar de Hostia, adonde le salieron á recibir al gunos cardenales con el senador de Roma y otros señores romanos, que le acompañaron hasta llegar al palacio de San Pedro, y allí hizo reverencia al papa y fué aposentado en el mismo palacio, en la casa de los canónigos. Al tercero dia que era la festividad de la Pre-pa, vuelto á su reino mostraron los ricos hombres y sentacion de nuestra Señora, salió el papa del palacio de San Pedro acompañado de los cardenales y obispos y clero, y del senado, maestres justicieros, condes y caballeros y pueblo de la ciudad de Roma, y fué al monasterio de San Pancracio de la otra parte del Tibre,

TOMO IV.

caballeros muy gran descontentamiento, y protestaron que no les pudiese causar perjuicio, y segun en la historia general se refiere, el rey se escusó con decir, que él solamente habia renunciado su derecho y nó el dellos, y fué esto cansa, que muchos años despues puso 42

en gran turbacion y trabajo al rey don Pedro su nieto, procediendo el papa contra él á privacion de su reino, como contra vasallo y súbdito de la Iglesia. Estos mismos autores escriben, que el rey se vino á la Proenza, porque supo que el conde de Folcalquer quebrantando la paz que tenia con el conde de la Proenza, le habia prendido con gran traicion, y ayuntó todos los barones y caballeros proenzales, y con su ejército hizo cruel guerra en el condado de Folcalquer, y libró á su her

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Vuelto el rey á sus reinos, hubo grandes discordias y alteraciones, así en Cataluña como en Aragon, por la guerra que entre sí tenian los condes de Fox y Urgel, y el rey estuvo en Jaca con gente de guerra en principio del mes de agosto del año de mil doscientos y cinco, y fue muy acompañado, y con gran corte, porque se habia de ver con el rey de Inglaterra, é iban con el rey don Ramon de Rocaberti arzobispo de Tarragona, don Gombal obispo de Tortosa, don García obispo de Hues- | ca, don Ramon obispo de Zaragoza, Arnaldo de Alascon mayordomo del rey, Iñigo Martinez de Sobiza señor en Borja, don Artal de Alagon, don García Romeu, á quien el rey hizo entonces merced del castillo y villa de Pradilla, don Jimeno Cornel, Pedro de Pomar, Asalido de Gudal, Adan de Alascon, Aznar Pardo, Pedro de Alcalá, Atho de Foces, Rodrigo de Estada, Ber- | nardo de Benavente, Pedro Sese, Jimeno de Luesia. Fué el rey don Pedro muy pródigo, y de las rentas reales hacia grandes mercedes, disminuyendo y menoscabando su patrimonio, y de aquí se vino á tratar de imponer en la tierra nuevas exacciones y tributos, é introducir un nuevo género de servicio, que llamaron el monedaje, en todo su reino y señorío, y estando en Huesca en fin del mes de noviembre del mismo año, se despacharon provisiones para todo el reino. Este servicio se impuso en Aragon y Cataluña, y se repartió por razon de todos los bienes muebles y raices que cada uno tenia, sin eximirá ninguno aunque fuese infanzon, de la órden del Hospital, ó de la caballería del Temple, ó de otra cualquier religion, y tan solamente se eximian los que eran armados caballeros, porque en aquellos tiempos se preciaban mas los reyes y grandes señores de la regla y orden de caballería. Pagábanse por los bienes muebles á razon de doce dineros por libra, exceptuándose ciertas cosas, y era muy grave género de tributo. Por esto, y por causa del censo que nuevamente se habia reconocido á la sede apostólica, y por el patronazgo que el rey habia renunciado, se concordaron y confederaron por la conservacion de la libertad y defensa della los ricos hombres y caballeros, y la ciudad de Zaragoza con las otras ciudades y villas del reino, y de allí adelante aquel género de servicio fué despues con voluntad del reino concedido mas limitada y moderadamente.

CAP. LIII. De la guerra que los reyes de Castilla y Aragon hicieron contra el rey de Leon.

Despues que el rey de Castilla perdió la batalla de Alarcos, en la cual fué vencido de los moros con tanto peligro de su reino como se ha referido, tuvo grande queja de don Alonso rey de Leon su primo, y de don Sancho rey de Navarra, porque confederándose en uno despues de aquella victoria, entraron con gentes de guerra por su reino. El rey de Leon entró por tierra de

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Campos, y el de Navarra por Soria y Almazan, kaciendo gran daño y estrago en su tierra. El rey de Aragon, desde que comenzó á reinar tuvo con él paz y amistad, ofreciendo de valerle en la guerra de los infieles. Con esto pudo el rey de Castilla no solo resistir al rey de Leon, pero entrar en su reino, y tomóle entónces á Bolaños, Valderas, Castroverde, Valencia, el Carpio y Paradinas, y otros castillos. Por causa destas guerras Jucef miramamolin de los moros, que era rey de Marruecos', y tenia el señorío universal de toda la morisma de España, entró por la tierra de los cristianos adelante, y puso cerco sobre Talavera, Maqueda, y Toledo, que se defendieron con gran valor, pero destruyó á Santolalla, y otros lugares que no tenian defensa. Pasó en esta sazon á Castilla el rey de Aragon, por favorecer al rey don Alonso, que estaba muy acosado en la guerra de los moros, y por valerse contra el rey de Leon su adversario, y pasando de Avila ambos reyes, prosiguieron el camino para el reino de Leon con grandes huestes, y tomaron muchas villas y castillos hasta llegar á Astorga, y volviendo por tierra de Salamanca y Avila, que eran del reino de Leon, hicieron gran daño en aquellas comarcas. Despues desto concordáronse los reyes de Leon y Castilla, mediante el matrimonio de doña Berenguela hija del rey de Castilla, con el rey de Leon, habiéndose apartado el rey de Leon de doña Teresa hija de don Sancho rey de Portugal, por autoridad de la sede apostólica, de la cual tuvo dos hijos, y dióle el rey de Castilla las villas y lugares que habia tomado de su reino; y todos tres juntos entraron por el reino de Navarra y ganaron á Roncesvalles y Aivar, que pretendia el rey don Pedro de Aragon ser suyos, y le fueron entónces restituidos, y ganaron otros muchos lugares de Alava y Guipuzcoa. Era el rey de Leon tan bullicioso y de poca firmeza y constancia en lo que prometia, que aprovechó poco el deudo que con el rey de Castilla se habia renovado, y no pasó mucho tiempo, que comenzó á revivar la contienda que con los reyes de Castilla tuvieron sus antecesores, sobre los límites de su señorío, pretendiendo que lo que el rey su suegro le habia dado, era propio patrimonio suyo, pero el rey de Castilla por tenerle cierto y seguro, con recelo de la guerra de los moros y navarros, concordose con él, y viéronse en Cabreros. Esto fué por el mes de marzo de mil doscientos y seis, á donde quedó asentado, que el rey de Castilla diese al infante don Fernando su nieto, hijo del rey de Leon, que nació pocos dias antes, á Monreal, Carpio, Almansa, Castroteva, Malderas, Bolaños, Villa Frechosa y los Sieros, y que la reina doña Berenguela su madre le diese á Cabreros, y los castillos de sus arras, que eran en Galicia, San Pelayo de Lodo, Aguilares de Mola, Alba de Bunal, Aguilar de Pedrajo; y en tierra de Campos, Vega, Castrogonzalo, Valencia, y el castillo de los judíos de Mayorga, Villalugan y Castroverde; y en Somozas, Colle, Portilla, Aillon y Peñafiel; en Asturias, Siero cerca de Oviedo, Aguilar, Gonzon, Tudela, Curiel, la Isla, Lugaz, Ventosa, Buanga, Miranda de Mieva, Buraon, Peñafiel de Ailer, Santacruz de Vuen, con que el rey de Leon le diese á Luna, Arbuzo, Gordon, Herrera, y allende destas villas à Tiedra y á Alba de Aliste, que tuviese por juro y heredad, y le mandase prestar los homenajes como á heredero suyo despues de sus dias en el reino de Leon. En todos estos lugares, que eran en aquel tiempo del reino de Leon, se habian de poner alcaides vasallos y naturales del mismo reino, que hiciesen homenajes por

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CAP. LIV. Del matrimonio que se trató entre el rey don Pedro de Aragon, y Maria reina de Jerusalen, y se efectuó con la heredera del señorio de Mompeller.

ellos al rey de Leon, declarando, que si hiciese jurar | seguramente afirmar, si esto fué antes que el rey de por heredera de su reino alguna de sus hijas y de doña Navarra, viendo que no era poderoso á resistir á los Teresa, ó enagenase algunas partes del reino, perdiese reyes de Aragon y Castilla envió sus embajadores al las villas de Monreal, Carpio, Castroverde, Castro- miramamolin de África, y se pasó allá con algunos rigonzalo y Valencia, y confederáronse contra el rey de cos hombres de su reino, y entretanto siendo cercada Navarra y sus adversarios, exceptuando los reyes de Victoria por los reyes de Aragon y Castilla, se dieron Francia y Aragon. Esta guerra parece ser lo que refie- los que la defendian por orden del mismo rey de Nare el papa Inocencio tercio, que escribe, que los reyes varra, y así lo envió á mandar con don Garcia obispo de Castilla y Aragon entraron con sus ejércitos por el de Pamplona. Mas lo que se puede tener por cierto que reino de Navarra, y se habia confederado para con- resultó desta guerra, es que destos reencuentros y enquistarle y dividirle entre sí, y habiendo ganado dos tradas ganó el rey de Castilla, y acrecentó en su secastillos por fuerza de armas, y corrido y destruido la ñorío á Alava y Guipuzcoa, y se apoderó de la costa tierra, estando los de aquel reino con grande temor, y de la mar, y poblaron sus gentes á Castro de Ordiales, no hallando remedio ni socorro alguno, y temiendo San Vicente de la Barquera, Santander, Laredo, Gaemayores males y daños, el rey de Aragon envió sus taria y Motrico, y quedó el reino de Navarra de allí embajadores al rey de Navarra, con color de asentar adelante ceñido en muy angostos límites. alguna tregua, y secretamente requirieron al rey de Navarra, que diese una hermana que tenia por mujer al rey de Aragon, y creyendo que por aquel medio podria escapar del trance y peligro en que estaba, respondió que era contento, pero que ninguna cosa de aquellas cumpliria, sino saliesen los reyes primero de su reino, y que recelando el rey de Castilla, que si saliesen de Navarra, el rey don Sancho se apartaria de lo que prometia, no lo quiso consentir, sino quedase lo de las treguas y matrimonio jurado y concertado, y considerando el rey de Navarra, que estaban aquellos tiempos conspirados para su desheredamiento, y para la destruccion de su reino, forzado y contra su voluntad hizo el juramento, aunque su hermana estaba allegada en tercer grado de consanguinidad con el rey de Aragon, y el papa siendo informado desto, requirió al rey de Navarra, que no procediese á concertar tal matrimonio tan incestuoso. Tambien parece por otras relaciones antiguas de las cosas de aquellos tiempos, haber sucedido por estos dias, que como el rey de Leon comenzó á perseguir á su madrastra, que era la reina doña Urraca Lopez, que fué hija del conde don Lope señor de Vizcaya, que llamaron de Nájara, y pusiese cerco sobre dos castillos que tenia, que eran Aguilar y Montagudo, siendo favorecido del rey de Castilla su primo, por esta causa don Diego Lopez que llamaron el bueno, señor de Vizcaya hermano de la reina, se desavino del rey de Castilla, y se vino á Navarra de donde le comenzó á hacer guerra de manera que el rey de Leon hubo de venir á juntarse con él; y juntose gran caballería de ambas partes, y hubo entre ellos una batalla de las mas señaladas de aquellos tiempos, y en que mayores hechos en armas se celebraron, y fueron en ella los navarros vencidos. Entonces se afirma por autor antiguo, que se vieron en Alfaro, por instancia de la reina doña Sancha, los reyes de Castilla, Leon y Navarra, y el rey don Pedro su hijo, y quedaron avenidos, y viéndose don Diego desam parado, se fué á los moros á la ciudad de Valencia, y comenzó á hacer guerra contra Aragon, y el rey don Pedro acudió á sus fronteras y pasó á poner cerco contra la ciudad de Valencia, y en esta relacion se dice, querat, que fué con armada del imperio griego en socorcombatiendo la parte que tenia don Diego en defensa, estando en las barreras le hirieron el caballo, y quedando á pié, se viera en peligro de muerte, si don Diego no le sacara dél, y que se escusó de aquel socorro que hizo al rey de Aragon con los moros, diciendo, que no quisiese Dios, que él fuese causa por aquella guisa, que el nieto del emperador fuese preso; y con recelo de los moros de Valencia se pasó don Diego á Marruecos. Por no declararse los tiempos, no se puede

Fué este príncipe muy liberal, y por su persona de tan gran ánimo y valor que fué habido por uno de los mejores caballeros de sus tiempos, y extendióse tanto su fama por todas las partes de la cristiandad, que fue requerido por los príncipes y barones, que gobernaban el reino de Jerusalen, y por las ciudades de Siria que tomase á su mano su defensa contra los turcos, que se habian apoderado de la mayor parte de la Tierra Santa, y ofrecíanle aquel reino, casándose con la sucesora dél. Fué así, que Amalarico rey de Jerusalen, que sucedió en aquel reino á Balduino su hermano, y fue muy valeroso príncipe, tuvo un hijo que se llamó Balduino, que sucedió en el reino, y dos hijas, á Sibilia que fué mujer de Guillermo hijo de Guillermo marqués de Monferrat, y tuvo á Balduino quinto deste nombre rey de Jerusalen, y segunda vez casó con Guido de Lusiñano. La otra hija se llamó Isabel, que en tiempo del rey Balduino su hermano, siendo de menor edad casó con Enfredo señor de Toron, ciudad principal de Fenicia. Balduino hijo de Amalrico dejó por sucesor en su reino á Balduino su sobrino, que vivió pocos dias, y por su muerte Sibilia su madre siendo favorecida de los templarios que eran muy poderosos en aquel reino, fué recibida por reina de Jerusalen y hizo coronar á Guido de Lusiñano su segundo marido, que tomó á su poder el gobierno y administracion del reino, y por esta causa entre él y Ramon conde de Tripol de Siria se movieron grandes guerras, y fué ocasion de la destruccion y ruina de aquel reino, y la ciudad de Jerusalen fué ganada por Saladino señor de la nacion turquesca, que habia conquistado à Siria y Egipto. Entónces fué preso Guido de Lusiñano con la mayor parte de la nobleza de aquel reino, y casi todos los templarios que se hallaron en aquella guerra. Murieron la reina Sibilia y cuatro hijos que hubo de Guido de Lusiñano su segundo marido, y Conrado hijo de Bonifacio marqués de Monfer

ro de las ciudades de Tiro y Accon, casó con Isabel hermana de la reina Sibilia, que habia sido desposada con el señor de Toron, y esto se hizo con voluntad y consentimiento de la reina María su madre, mujer del rey Amalrico, y en nombre de su mujer comenzó á tomar la posesion de aquel reino como legítimo sucesor, con gran sentimiento de Guido de Lusiñano, porque le fué forzado dejar las insignias y posesion del reino. Pero antes que el marqués Conrado pudiese go

tuó con el rey de Aragon, en el año de mil y doscientos
y cuatro.

CAP. LV. De la concordia que se tomó entre el rey de
Castilla y el de Navarra.

Viéndose el rey de Navarra sin socorro ni remedio alguno, puso sus treguas con el rey de Castilla, y fuése á ver con él á Guadalajara por el mes de octubre de mil doscientos siete adonde las juraron por cinco años, concordándose de poner cada uno de los reyes tres castillos en fieldad. Del reino de Navarra se nombraron Irureta, Yuzula y San Adrian, y del reino de Castilla, Clavijo, Ausejo y Juvera, y fueron nombrados ricos hombres de ambas partes, de quien los reyes eligiesen el que por bien tuviesen, que recibiese los castillos de cada reino en tercería. Los navarros eran, don Juan de Bidarra, Almoravid, Jimeno de Rada, y don Pedro Jordan; y de Castilla fueron don Alvar Nuñez, don Lope Diaz, don Gonzalo Ruiz, y Muñoz Pereu. Destos ricos hombres habia de nombrar el rey de Castilla un rico hombre de Navarra, que tuviese los tres castillos de aquel reino, como el rey don Sancho otro del reino de Castilla, que recibiese los castillos del rey don Alonso, y quedaron de acuerdo, que el rey de Castilla trabajase, que el rey de Aragon hiciese la misma tregua y pleitesía con el rey don Sancho, porque entre ellos estaban las cosas en harto rompimiento, y tenia el rey de Aragon en su poder el Val de Roncal con el castillo de Burgui, y obligó este valle y castillo á Gaston vizconde de Bearne y conde de Bigorra, por cincuenta mil sueldos morlaneses. Pero la concordia se procuró con grande porfía del rey de Castilla, porque estuviesen unidos contra los moros, con ánimo determinado de les hacer cruel guerra y perseverar en ella y darles batalla campal, y para esto mandaba juntar todos los ricos hombres, y caballeros de su reino.

zar del título del rey, ni se apoderase del reino, fué muerto en Tiro por dos asesinos andando paseando por la plaza, y dejó una hija á quien volvia la sucesion, que se llamó María, y la reina Isabel su madre casó con Enrique conde de Champaña. Despues sucedió, que Guido de Lusiñano, á instancia del rey de Inglaterra, renunció el reino de Jerusalen, y el derecho que pretendia tener en Siria por el reino de Chipre, el cual le dejó con gran liberalidad el rey de Inglaterra, y sucedió en él Amalrico hermano de Guido de Lusiñano, que lo dejó pacíficamente á sus sucesores, y la reina Isabel casó despues con él, y se intituló rey de Jerusalen y Chipre, y este título tuvieron despues sus descendientes. Siendo devuelta desta manera la sucesion del reino de Jerusalen á María hija única de la reina Isabel y del marqués Conrado, muerta la madre estuvo en poder de la reina María su abuela, y tenia cargo del reino Juan, que se llamaba Bailio del reino de Jerusalen, y Filipo su hermano, Guido de Monforte, Aimar de Cesarea, Guarnerio Teutónico, el conde Bertoldo, Gualterio de Cesarea, Roaldo de Caifa, Gilo de Baruc, el castellan de Tiro, y el vizconde de Accon. Todos estos en grande conformidad con la reina María se determinaron, que su nieta casase con el rey de Aragon, y le enviase embajadores, para que si aceptase aquel matrimonio, fuese allá con su armada, confiados que por su valor restaurarian las cosas perdidas de aquel reino, y la empresa de la Tierra Santa se continuaria. Para que con mas fundamento se determinase, y por la distancia no se difiriese el tiempo, juró la reina en presencia de Pedro presbítero cardenal título de San Marcelo y de A. patriarca de Jerusalen, y de Pedro arzobispo de Cesarea, C. arzobispo de Tiro, y A. arzobispo de Nazaret y de los obispos de Accon y Belen, y del prior del Santo Sepulcro, y de los abades de Josafat y monte Tabor, y del maestre del Hospital de San Juan, y de fray Simon de Lavata, fray Ponce mariscal, y Pedro de Crexel, que tomaria por marido al rey don Pedro de Aragon, y perseveraria en aquella voluntad, hasta que fuese consumado el matrimonio, si el rey cumpliese las cosas que se encomendaban á los embajadores que convenian al beneficio de la Tierra Santa, señalándole término hasta la fiesta de Todos Santos, del año de mil y doscientos y siete, y de otra manera no fuese obligada, sino á caso que de comun consentimiento se prorrogase el término, y los embajadores habian de venir primero á comunicar este negocio con el papa, para que se efectuase con su consentimiento y con autoridad de la Iglesia. Esto se trató en la ciudad de Accon, á veinte y uno del mes de setiembre del año de mil y doscientos y seis. Pero ha-cretario suyo, que se llamaba Colom con promesa, en bíase ya efectuado el matrimonio del rey de Aragon con doña María señora de Mompeller, y de la hija de Manuel emperador de Constantinopla, que á lo que yo creo se llamó Matilde, y muerto el emperador Alexio su hermano, que Andrónico hizo matar, siendo muy mozo, pretendiendo pertenecerle la sucesion del imperio, y así se llamó despues la reina de Aragon, hija de la emperatriz de Costantinopla, y siendo el matrimonio consumado, el rey de Aragon se intituló señor de Mompeller. Aunque no pasaron muchos dias, que se arrepintió y procuró de apartarse de la reina siendo una de las mas excelentes princesas de su tiempo, y habiendo sucedido por su causa en aquel estado. El señor de Mompeller, segun parece en anales antiguos de Cataluña, murió en el año de mil y doscientos y dos á dos de noviembre, y el matrimonio de su hija se efec

CAP. LVI.-Del matrimonio de la reina de Ungria hermana del rey de Aragon, con Federico rey de Sicilia, y de la muerte de la reina doña Sancha.

Habia enviado la reina al papa, para que se tratase lo del matrimonio de la reina de Ungría su hija, con Federico rey de Sicilia, hijo del emperador Henrico, despues de la muerte del rey Emerico su marido, la cual con el favor que halló en Leopoldo duque de Austria, por el cercano parentesco que con ella tenia, para poder salir de aquel reino se vino á Aragon, segun Cuspiniano escribe. Fué enviado por la reina particularmente para la conclusion deste matrimonio un se

caso que se efectuase, de enviar doscientos caballeros en socorro de las cosas de aquel reino, y que si al papa pareciese, ofrecia la reina de Aragon de llevar á su hija, y que iria acompañada con cuatrocientos caballeros, asegurándole los gastos que se hiciesen en la defensa de Sicilia, en caso que el matrimonio se impidiese. Pidiose otra cosa en nombre de la reina, que el papa tuvo por no muy honesta, que sî por ventura el rey de Sicilia falleciese antes del matrimonio, la Iglesia hiciese donacion de aquel reino al infante don Fernando su hijo. Á estas demandas respondió el papa, que con gran voluntad procuraria que este matrimonio se concluyese, entendiendo que el rey de Sicilia en ninguna parte podria contraerle mas útilmente, así cuanto al linaje y nobleza, como por la defensa de su reino, y deliberó de enviar por sus em

TAYLOA

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