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CAP. LVII.—De lo que sucedió en la ciudad de Barcelona despues de la muerte del rey don Juan: y que fué admitido por el general de Cataluña, por rey el infante don Martin su hermano.

tonces le dijeron que ellos en nombre y por parte de los reinos y tierras del rey, querian que por su guarda y de su preñado, estuviesen continuamente con ella cuatro dueñas muy honradas y sabidas, que la ciudad de Barcelona habia escogido para aquella necesidad y estas fueron la madre de Pedro Oliver, y la madre de Francés Camos, y la madre de Bernardo Zapila y otra matrona: y la reina respondió con buen semblante que holgaria dello y aun les requeria que así se hiciese: y porque posaba tambien en el palacio mayor de aquella ciudad la reina doña Sibilia á donde estaba la reina doña Violante, y se dijo en el consejo que habia dicho que no queria posar en él, estando allí la reina dona Sibilia, se proveyó que la reina doña Sibilia saliese de aquel palacio, y la aposentaron en el monasterio de los frailes que llamaban de los Sacos; y quedó el palacio real desembarazado á la reina dona Violante. Pero lo del preñado fué de manera que no salió á luz, y la nueva reina quedó libre de aquel cuidado. Despues sucedió otra novedad que fué causa de mas contentamiento á las gentes que de escándalo : y esto fué un mártes último del mismo mes, se determinó en el consejo de la reina por todos los que en él se hallaron, que se prendiesen algunos | caballeros y letrados, y se pusieron en el castillo nuevo: y estos fueron don Jimen Perez de Arenos, don Aimerich de Centellas, Aznar Pardo, Julio Garrius, Esperandeu Cardona, Juan Garrius, Pedro de Berga, Bernardo Calopa, micer Juan Dezpla, micer Juan de Valseca, Arnaldo Porta y Carbonel: y fueron presos á dos de junio por Bernardo de Thous, veguer de Barcelona, y por mosen Ramon de Vilanova y mosen Galcerán de Rosanes alguaciles del rey, porque estaban muy informados de ser los principales autores de los abusos y excesos que se hicieron en tiempo del rey don Juan, contra quien estaban muy indignados los pueblos: y diéronse en fiado don Ugo de Anglesola y mosen Francés de Pau, con pleito homenaje y con pena de cada veinte mil florines: y mosen Bernardo Margarit con pena de diez mil y fueron detenidos en sus casas micer Guillen de Valseca y Pedro de Esplugues. Tambien se mandó prender fray Berenguer March maestre de Montesa, que estaba en aquella sazon en Girona, y ofreció de presentarse en Barcelona, y recibióse dél pleito homenaje que no saldria de los muros de la ciudad.

A la misma sazon que murió el rey don Juan, acaso se halló en la ciudad de Barcelona la duquesa de Momblanch mujer del infante don Martin: y sin contradiccion fué nombrado el infante por rey de Aragon y de los otros reinos, y por conde de Barcelona por los tres estados del general de Cataluña, á quien por razon de las sustituciones de los testamentos de los reyes pasados y del rey don Pedro su padre, pertenecia legíti mamente la sucesion por no dejar hijos el rey su hermano, y era preferido á las infantas sus sobrinas, y luego se dió título de reina á la duquesa : y fué llevada con gran fiesta y regocijo al palacio real de Barcelona que llamaban de la Reina, y allí se deliberó por los diputados del general de Cataluña, enviar á Sicilia sus embajadores para suplicar al infante que viniese á tomar la posesion de sus reinos; y fueron nombrados para esta embajada, segun Pedro Tomic escribe, don Ugo de Bages obispo de Tortosa, don Juan Folch de Cardona hijo del conde de Cardona, Manuel de Rajadell by Ramon Zavall ciudadano de Barcelona, y Pedro Grimau de Perpiñan : y armáronse tres galeras en que fueron estos embajadores, y segun un autor de nuestros tiempos afirma, fuéron en una galera que era del reino de Valencia, Guillen Zaera y micer Juan Mercader, para suplicar al infante que viniese. Sucedió tras esto que la duquesa que se llamó luego reina, un sábado á veinte y siete del mes de mayo, mandó juntar en su palacio a don Iñigo de Valtierra arzobispo de Tarragona, y algunos caballeros y ciudadanos que ella escogió, para aconsejarse con ellos en las cosas mas importantes por la ausencia de su marido, y estos eran don Bernardo de Pinós, mosen Miguel de Gurrea, mosen Francés de Aranda, micer Bernardo Miguel, Gui. lien Pujada, Guerau de Palou, Bernardo Zatrilla y otros ciudadanos y letrados: y despues se nombraron Ugo de Anglesola y Roger de Moncada. Aquel dia siendo ya tarde propuso ante ellos la reina, que atendido que el rey su señor estaba en el reino de Sicilia, y por su ausencia le tocaba á ella el cargo del regimiento del reino de Aragon, y hubiese entendido por relacion de diversas personas que la reina doña Violante, que afirmaba estar preñada habia malparido, les rogaba y les requeria por la fé y naturaleza que debian al rey su señor y á ella, que le aconsejasen lo que en aquel caso se debia hacer. Fué luego deliberado por todos, que el dia siguiente por la mañana fuésen á preguntar a la reina si era verdad que habia malparido ó si estaba preñada: y fueron nombrados para que hiciesen esta diligencia, el arzobispo de Tarragona, don Bernardo de Pinós y dos ciudadanos de Barcelona que se eligieron por los del consejo, y dos de los mensajeros que eran idos á Barcelona del reino de Valencia, y dos de la ciudad de Girona. Todos estos fuéron á donde posaba la reina doña Violante, y le requirieron que por amor de nuestro Señor y de la justicia declarase la verdad de aquel hecho y ella declaró que aunque era así que tuvo algunas señales de haber malparido, pero en la realidad de verdad ella estaba preñada: y añadió á esto ciertas palabras de gran sentimiento, diciendo como amenazando, que se podian mudar los tiempos y volver å su primer estado: que por aquel su preñado no valia ella ménos en cosa alguna. En-i

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CAP. LVIII.-Que el conde de Fox determinó de entrar en Cataluña con poderoso ejército para tomar la posesion del reino, en nombre de la condesa su mujer, hija del rey don Juan.

Sucedió en el condado de Fox y en Jo de Bearne, y en aquellos estados por la muerte de Gaston de Febus, conde de Fox, que no dejó hijos legitimos, Mateo, vizconde de Castelbó, hijo de Roger Bernardo, vizconde de Castelbó: y despues que heredó aquel estado casó con la infanta doùa Juana, hija mayor del rey don Juan, y de la duquesa Matha, su mujer primera, que fué bija del conde de Armeñaque. Este príncipe luego que se publicó la muerte del rey don Juan, se declaró que la condesa su mujer era la sucesora legítima destos reinos y como andaban desmandadas muchas compañías de gente de armas por la Proenza y por Lenguadoque, y en el Venejisino, y era el conde de Armeñaque su principal caudillo, juntáronse fácilmente para tomar el sueldo del conde, que se determinó luego de proseguir su derecho por las armas y entrar con muy

poderoso ejército por Cataluña: y el de Armeñaque ofreció de valerle, por el deudo que tenia con la infanta: y la mayor justificacion que se publicaba por su parte era afirmar que cuando el infante don Juan casó con Matha de Armeñaque, se concordó con el rey don Pedro, que no dejando el infante don Juan hijo varon legítimo, sucediese la hija que naciese de aquel matrimonio y entraba en esta empresa el duque de Berri, tio del rey de Francia, que era suegro del conde de Armeñaque, y otros grandes de Francia. Juntáronse mas de dos mil hombres de armas: y echaron luego fama que los mil entrarian por Puigcerdan, y los otros mil por Castelbó, sin otros mil que habian de entrar por Aragon: y el conde de Fox que estaba en aquella sazon en Pau con la infanta doña Juana su mujer, juntó setecientas lanzas, y declaróse que habia de entrar 6 por Puigcerdan, ó por la Val de Andorra. Esto fué en el mismo tiempo que se publicó la muerte del rey: porque á cinco del mes de junio hizo llamamiento de sus gentes para quince de julio: y dió luego sueldo á los mas señalados capitanes que habia en Francia, que cran el capdal de Buig, y un sobrino suyo, y el capitan de Lorda, el senescal de las Landas, Gallart de la Mota, y el señor de la Esparra. Esta novedad puso grande temor en todas las fronteras, porque estaba muy reciente la memoria de los daños que las gentes extranjeras habian hecho en Aragon y Cataluña: y hubo muy gran recelo que el rey de Francia ayudaria con todo su poder por favorecer al de Fox, porque le ofrecia gran parte de aquellos estados, si le valiese hasta tomar la pacífica posesion destos reinos y teniendo la reina cierto aviso de todo esto, mandó juntar en su palacio los de su consejo un miércoles á siete del mes de junio, para proveer á la defensa desus estados, porque el conde tenia en el vizcondado de Castelbó algunos castillos muy fuertes, y otras fuerzas importantes en Cataluña: y se entendió que se fortificaba el castillo y villa de Martorell, que era del conde, y la torre Cerdana, y el castillo de Queralt, estando á una legua de las tierras del conde, corrian grande peligro, é importaban mucho para lo de Cerdania, y en el castillo de Libia, que era la fuerza principal de aquella comarca, y en otros castillos no habia bastante gente de guarnicion, y en Osona habia un castillo de roca muy fuerte, que se decia de Besora, á tres leguas de Vich, y le tenia Gilabert de Canet, que era procurador del conde en el estado que tenia en Cataluña, y una parte de la ciudad de Vichera del conde; y tambien se fortalecia otro castillo suyo muy importante que se decia Castelví de Rosanes: y proveyóse con gran diligencia que los vizcondes de Evol y Rocaberti, y Ugo de Anglesola, se fuésen á poner con sus compañías de gente de armas en Puigcerdan: y el dia de san Bartolomé hicieron muestra de toda la gente de guerra que se juntó en aquella villa, y de los que estaban en Belveder: y determinaron que se quemasen los manteDimientos que habia en aquella comarca que no se podian recoger á los castillos, y que Ugo de Anglesola se viniese á Pons, ó á Solsona, á donde se recelaba que el conde de Fox y sus gentes habian de acudir desde el vizcondado de Castelbó, y esto con fin que antes que llegase se quemasen los bastimentos de aquellas comarcas y de allí fuéron quemando y destruyendo los lugares abiertos, porque no hallasen en ellos los enemigos ningun remedio: y aunque hubo diversas opiniones sobre la forma que se debia tener en esta guerra todos se conformaron en esto. Ocupáronse luego por las perso

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nas que nombró la reina la villa de Martorell y el castillo de Castelví de Rosanes, y las fuerzas que el conde tenia en el vizcondado, que era de Geralda, vizcondesa de Castelbó, su madre, que vivia aun en este tiempo y fué por capitan con gente de armas para ponerse en Vich, Gilabert de Castellet, porque la mitad de aquella ciudad estaba sujeta al conde, y el vizconde de Roda fué à servir su oficio de capitan en Rosellon: y porque el castillo de Belveder, que era del hijo de Julian Garrius, estaba en gran peligro, se proveyó que el veguer y cónsules de Puigcerdan se apoderasen dél y dióse cargo de algunas compañías de gente de armas á Juan de Quintavall, Asberto Zatrilla, y á Bernardo Buzot, que fué un muy valeroso capitan y de los mas estimados de aquellos tiempos, y á Ramen Dezpla: y toda Cataluña se puso en armas para resistir al conde de Fox.

CAP. LIX.-De las embajadas que el conde de Fox envió al reino de Aragon.

Habia mandado juntar la reina para la fiesta de san Juan de junio todos los prelados y barones, y caballeros, y los procuradores de las universidades de Cataluña, para que se diese órden en defender la entrada á los enemigos: y habiéndose juntado en presencia de todos un dia que fué á cinco del mes de agosto, mandó la reina doña María venir ante ellos á Pedro de Beviure, que fué secretario del rey don Juan, y gran privado suyo, y le casó con una señora principal que pretendia suceder en la baronfa de Anglesola : y mandóle que públicamente delante de todos leyese el testamento que tenia del rey don Juan: y dudando el secretario de abrirlo por no hallarse presente la reina doña Violante, y otras personas de quien se hacia mencion en el testamento, que se requeria que se hallasen al abrirle, la reina le mandó so pena de la vida que lo leyese y publicase: y el secretario no le quiso leer, y diólo á la reina sellado con dos sellos, y no se leyó entonces. Pero teniendo el conde de Fox por muy fundado el derecho de la infanta doña Juana su mujer, luego que supo la muerte del rey don Juan envió sus embajadores á Zaragoza y Barcelona: y los que vinieron á esta ciudad fueron el obispo de Oloron, y un jurista que se decia Proaire, y traian cartas del conde y de la condesa para el arzobispo de Zaragoza, y para el justicia de Aragon, y para los jurados: y fué deliberado por los jurados y concejo de la ciudad, que sus cartas no se abriesen ni se leyesen, ni se oyese la credencia de los embajadores sin que primero se hubiesen ajuntado todos los del reino que se habian congregado en esta ciudad despues de la muerte del rey. Porque luego que supo que el rey era muerto en Foja, lugar del conde de Ampurias, tan repentinamente sin dejar hijo varon legítimo, y que por esta causa el reino quedaba sin gobernador, por la ausencia del infante don Martin, á quien pertenecia legitimamente la sucesion de estos reinos, acordaron de juntarse los prelados y personas eclesiásticas, y los barones, mesnaderos y caballeros, y los ciudadanos de Zaragoza, y procuradores de las ciudades y villas del reino. Por el brazo de la Iglesia se hallaron don García Fernandez de Heredia, arzobispo de Zaragoza, fray Pedro Ruiz de Moros, comendador de Castellot, procurador de don Martin de Lihori, castellan de Amposta, don Guillen Ramon Alaman de Cervellon, comendador mayor de Alcañiz, micer Domingo Ran, procurador del capítulo y canónigos de la iglesia de san Salvador de Zaragoza, fray Fernando

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reinos de Aragon y Valencia, y en el condado de Barcelona, y en los estados de la corona: y nombró por sucesor al infante don Martin, en caso que el duque de Girona muriese sin hijos varones: y que en este reino no podia suceder hembra, conforme a lo que ordenaron los reyes antiguos de Aragon. Que la condesa sabia bien y habia visto diversas veces, estando en casa del rey su padre, que no teniendo el rey hijo varon todos tenian al infante don Martin por primogénito y sucesor en el reino, y ella misma le tuvo por tal: y que aquella ciudad recibia grande descontentamiento del mal consejo que habian seguido porque tenian al conde por amigo, así como aquel que de antiguo descendia de la casa de los condes de Barcelona: y tenian el respeto que se debia á la condesa, como aquella que era hija del rey don Juan y sobrina del rey su señor y le rogaban y requerian que dejase de errar mas adelante en negocio de aquella calidad. Con esta respuesta se despidió el obispo de Pamias: y dos dias antes que saliese de Barcelona en presencia de la reina doña María, y de los mas notables prelados y barones y caballeros que allí se hallaron, y de los mensajeros de las ciudades de Zaragoza y Valencia, Pedro de Beviure, secretario del rey don Juan, públicamente leyó su testamento: y entre las otras cosas ordenaba el rey en él, que si moria sin dejar hijo.varon legítimo, sucediese en estos reinos el infante don Martin su hermano y dejaba cierto legado á la infanta doña Juana, condesa de Fox, su hija y el obispo de Pamias rogó con gran instancia á Matías Castellon, conseller de Barcelona, que le hiciese dar un traslado de la cláusula de aquel vínculo, para que lo pudiese mostrar al conde y condesa de Fox, y los desengañase, y la reina mandó dar salvoconducto al obispo, y un portero para que le acompañase hasta Puigcerdan. En el mismo tiempo el papa Benedicto envió à la condesa de Fox á don Juan Martinez de Murillo, abad de Montaragon, y á Simon de Prades, y les envió con estos nuncios á rogar y requerir que no entrasen con mano armada en Aragon y Cataluña: y aunque el obispo de Pamias habia llegado ya con su respuesta, el conde respondió que por ninguna cosa dejaria entrar su camino derecho para el vizcondado de Castelbó.

Ran, comendador de la Frexneda. Y por el brazo de los nobles concurrieron á este ajuntamiento don Pedro Ladron, vizconde de Vilanova, señor de Manzanera, y don Juan Martinez de Luna, don Lope Jimenez de Urrea, don Pedro Fernandez de Vergua, Jazbert de Belmonte, procurador de don Pedro, conde de Urgel, Jaime del Hospital, procurador del conde de Ribagorza, Gonzalo Martinez de Murillo, procurador de don Antonio de Luna, Juan Perez de Castro, escudero, procurador de don Ol de Moncada, y de don Guillen Ramon de Moncada su hijo, señor de Mequinenza, Rodrigo Salvador, en nombre de don Bernardo Galcerán de Pinós, y de don Pedro Galcerán de Castro, Arnaldo de Bardaxí, procurador de don Arnaldo de Eril. Por el brazo de los caballeros é infanzones, sc hallaron en esta congregacion, Juan Jimenez Cerdan, señor de Pinsec, y justicia de Aragon, Miguel de Gurrea, Guillen de Palafox, Sancho Gonzalez de Heredia, Garci Lopez de Sese, Andrés Martinez de Peralta, Alonso Muñoz de Pamplona, Gonzalo de Liñan, Martin de Pomar, Berenguer de Bardaxí, Juan de Vera, Pedro de Sese, Pedro de Liñan, Diego García de Vera, Sancho de Tobia, Juan de Azlor, y Juan Perez de Caseda. Asistieron por la ciudad de Zaragoza Domingo Lanaja, que era jurado, Jaime del Hospital, Gonzalo Martinez de Murillo, micer Pedro, de Palomar, Antonio de Palomar, Juan Ferrer, Juan de Caseda, y Pedro de Mur, que eran ciudadanos, y los procuradores de las ciudades y villas del reino: y todos se conformaron para entender en el regimiento y defensa dél y ante todas cosas fué don Gil Ruiz de Lihori, gobernador de Aragon, á la villa de Campfranc, para que la gente de aquellas montañas se apercibiese, y entendióse en hacer algunas compañías de gente de armas, y de los que llamaban pilarts y de ballesteros. Dióse audiencia á los embajadores del conde y condesa de Fox, en pública congregacion de los estados del reino, que se juntaron para este efecto en el refectorio de la iglesia mayor: y entonces se abrieron las cartas y se leyeron en su presencia: y el obispo explicó la credencia en que se contenia en suma, que la sucesion deste reino pertenecia á la condesa de Fox de justicia, si otra persona no se oponia que mostrase tener mayor derecho y le rogaban y pedian el conde y la condesa que tuviesen por recomendada su jus- CAP. LX.-De la prision del conde de Ampurias, y de la ticia. A esta demanda se respondió por el arzobispo en nombre de toda la congregacion, que habida su delibecion les responderian: y finalmente se respondió, que ellos tenian por su rey y señor al rey don Martin, y que á su alteza tocaba responder á tal embajada como aquella, y con esta respuesta se despidieron los embajadores y los diputados del reino enviaron á Barcelona á micer Ramon de Torrellas, y los jurados y concejo de la ciudad á micer Sancho Aznarez de Garden, para que asistiesen en su consejo, y les avisasen de lo que convendria proveer para la defensa de la tierra. Esto era por el mes de julio, estando el conde y la condesa su mujer en Pau: y en el mismo tiempo fué enviado por ellos el obispo de Pamias á la ciudad de Barcelona: y habiendo explicado su embajada ante los conselleres de aquella ciudad, le respondieron que se maravillaban mucho del conde, en haber tomado tan desvariada y loca opinion: pues sabia bien que el rey don Pedro en su último testamento, y en cierta convencion que hizo en su vida con el rey don Juan, que era entonces duque de Girona, y con el infante don Martin, habia puesto vínculo expresamente en los

TOMO IV.

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entrada del conde de Fox en Cataluña.

Aunque las cosas se disponian en Aragon y Cataluña con gran diligencia para resistir á esta entrada que el conde de Fox queria hacer con grandes compañías de gente de guerra de Francia, y se tuvo comunmente por cosa constante, que proseguia una muy injusta querella, todavía se tuvo gran recelo por la reina doña María, que algunas personas principales solicitaba su venida y ofrecian de valerle: y esta sospecha cargó sobre el conde de Ampurias que tuvo tal suerte, que no bastó haber sido tan perseguido en tiempo del rey don Pedro por persuasion é inducimiento de la reina doña Sibilia y ser despojado de su estado, pero aun se iban continuando sus trabajos. Por esta sospecha se determinó en el consejo de la reina el primer dia del mes de setiembre que fuese preso: y para mayor seguridad y guarda de su persona, se acordó que le llevasen al castillo de Castelví de Rosanes. Pero como se entendio que el conde estaba muy libre de aquella culpa, fué luego puesto en su libertad. Tratose por el mismo tiempo de inducir al conde de Armeñaque que desistiese de dar favor al conde de Fox, y confederarle en el er104

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vicio del rey, y esta plática se llevó con gran secreto, é ¡ marca, y tomaron plazo de rendirse á la gente del conintervinieron en ella el vizconde de Roda, don Berenguer de Cruillas y Bartolomé Sirvent, pero el conde no se pudo torcer á esta concordia, y prosiguió lo que habia comenzado: y porque el conde de Fox se apresuraba de poner en órden su entrada y tenia su gente de guerra á punto, se determinó en el consejo de la reina á diez y nueve del mes de setiembre, que la gente de armas de Cataluña se repartiese por los lugares mas cómodos para resistir á los enemigos, y se enviaron á las fronteras de Rosellon y Cerdania trescientas lanzas, y al condado de Pallás y á Tremp cuatrocientas, y con estas fué por capitan don Ugo de Anglesola. Tuvo el conde de Fox repartidas sus gentes de manera que pudiesen entrar por Puigcerdan y por el val de Andorra y por el vizcondado de Castelbó, que era suyo, pero la mayor fuerza de sus gentes se juntó para entrar al vizcondado, y entraron el conde y la condesa á tres del mes de octubre por el puerto de Aren con muy buenas compañías de gente de guerra, y eran hasta mil hombres de armas de los que llamaban bacinetes, y tres mil pilarts que era gente de caballo, y mil sirvientes, y estuvieron en la Valferrera, que es del vizcondado, ocho dias: y el conde de Pallás con sus vasallos y con la gente de guerra que tenia, se puso á media legua para hacer el daño que pudiese en la gente que se desmandaba. De la Valferrera bajaron á Tirbia, y de allí se vinieron á Castelbó, y se comenzaron á derramar sus gentes por el vizcondado, y venian muy á tiento, porque toda aquella tierra es asperísima, y muy brava montaña, y en ella eran muy inútiles las compañías de la gente de caballo. Confiua el vizcondado de Castelbó con la Seu de Urgel, y el obispo don Galcerán de Vilanova y don Francés su hermano, y un caballero que se decia Guerau de Guimerá con algunas compañías de gente de caballo y de ballesteros se pusieron en una emboscada, para apoderarse del castillo de Adrein, que era del conde de Fox, y está en tal sitio, que defendía la entrada á todos los que iban de Cataluña, y dél hacian mucha daño los enemigos y tomáronlo por combate. Pasó la gente que el conde traia de la Valferrera al val de Vilamur, que era del conde de Cardona, y allí se detuvieron hasta veinte y seis de octubre, y tomaron tres fuerzas de aquel valle que eran Ribio y Soriguera y otro castillo: y pusiéronse á combatir á Vilamur estando el invierno tan adelante. De allí pasó el cuerpo del ejército á un lugar que era del mismo conde de Fox, que se dice Thaus, y atravesaron de aquel lugar una sierra que se dice Bonmort, que está en el vizcondado: y de allí subieron la montaña arriba hasta cerca de Abella y tomaron un lugar que se dice San Roman, que era del señor de Abella, y pasaron adelante á Bestruz, que era un baron que se decia Roger de Orcau, y se habia ya desamparado. Desde aquel lugar corrieron hasta Isona y no la pudieron tomar aquella tarde, y otro dia la combatieron y entraron por fuerza de armas: y púsose en aquella fuerza uno de los capitanes principales que el conde traia, que era el capitan de Llorda, y estuvo en él ocho dias corriendo y destruyendo aquella comarca, y tomó el castillo de Llorda con la villa y otro lugar que se decia Lestarrech, y un castillo que se llama la Piedra, que son del capítulo de la Seu de Urgel: y combatieron á Benavente que era de Roger de Orcau, y no lo pudieron tomar, y pasaron contra la bastida de Tolon, que era del conde de Cardona: y de allí fuéron sobre el castillo de Tolon, á donde se habian recogido los de la Bastida, y de aquella co

de dentro de ciertos dias. Al tiempo que el conde bajó al vizcondado de Castelbó, estaba en Rialp Guillen de Bellera: y aunque tenia muy poca gente y estaba á gran peligro si le acometiesen, se detuvo con gran valor, y entretanto don Ugo de Anglesola se puso en Tremp, y repartió algunas compañías de gente de armas por los lugares de la conca de Orcau: y envió á mosen Riambau de Corbera á la villa de Conques; pero como la gente del conde de Fox tomó á Isona, y el castillo de Llorda, que está en Pallás, y era muy fuerte, todos los de aquellas montañas se amedrentaron tanto que desampararon los castillos y lugares que estaban en defensa, y eran muy fuertes, y en un mismo tiempo se hicieron diversas entradas por el vizcondado de Castelbó, y por Cerdania y Capcir. Era á seis de noviembre, cuando el conde y condesa de Fox partieron de Castelbó, y se hajaron á Orgañá, que está á las riberas de Segre, y las mas de las compañías de gente de caballo se fuéron de Isona a Vilanova de Maya, que está en la comarca de Camarasa que se llamaba en aquel tiempo el marquesado, y combatieron el castillo tres dias contínuos, y no le pudieron entrar, á donde se habian recogido los de la villa que la habian desamparado. Entraron el conde y la condesa en Maya á once de noviembre, y otro dia corrieron sus gentes de caballo hasta Alós y Baldomar, y tomaron la Clusa á donde se habían recogido los de Argentona y Guartela, y con todo su ejército junto pasaron á Segre delante de Vernet, y fuéron á combatir aquel lugar, y se defendió en dos combates por un caballero que estaba dentro, que se decia don Juan de Cardona, que se hubo en su defensa muy valerosamente. Desde allí corrieron toda aquella tierra, y las riberas de Segre, ypasaron algunas compañías de gente de armas al lugar de Artesa, que se habia ya desamparado, y de allí corrieron á Cubells, yatravesaron á Camarasa á donde llegaron el conde y la condesa á quince del mes de noviembre, y fué entrado el lugar por combate, á donde se les hizo gran resistencia, y fué allí preso un rico hombre de Aragon que se puso en su defensa por órden del conde de Urgel, que era su gran amigo y era don Ramon de Espes, y con él fueron presos Bernardo de Moncenis y Bernardo de Roda, y todos los otros hicieron homenaje á la condesa como á su reina y señora natural: y túvose aquello por mas grave cosa, porque el marquesado era patrimonio del rey don Martin, aunque buena parte dél se habia empe ñado al conde de Urgel por la reina doña María su mujer, para socorrer á las cosas de Sicilia. Otro dia el conde y la condesa de Fox se entraron en Camarasa, y pasó don Ugo de Anglesola con muy buenas compañias de gente de armas á ponerse en Balaguer á donde estaba la condesa de Urgel, y pasaron á Segre hasta trescientos hombres de armas franceses, y corrieron et campo hasta Castellon y Vilanova, y combatieron el lugar de Filella tres dias, y no le pudieron entrar, y desde allí las compañías de gente de caballo comenzaron á hacer sus correrías hacia las riberas de Sio, y al campo de Urgel, y tomaron el lugar de Cidamunt. Púsose en Cervera el conde de Urgel con toda la mayor parte de la caballería de Cataluña, y el capitan Bernardo Buzot con algunas compañías de gente de armas salió al encuentro á algunos pilarts que corrian la tierra, y fueron rotos y vencidos á veinte y seis del mes de noviembre. Detúvose en Cervera el conde de Urgel, aguardando al vizconde de Rocaberti y las compañías de gente de armas de Rosellon y Cerdania, y con esta

nueva salió de Cervera y vínose á Tárrega, y recogió | castellan de Amposta, el prior de Roda y el abad de alli las compañías de gente de armas que estaban repartidas entre Tárrega, Anglesola y Verdun, y porque supo que el conde de Fox desamparaba el lugar de Camarasa, para venir á ponerse en Castellon de Farfania, determinó de seguir el camino que los enemigos Revasen con toda su caballería, porque no se pudiesen desmandar: y el conde de Fox á veinte y siete de noviembre se alojó entre Alguaire y Almenara, porque su fin era pasar á ponerse sobre Monzon ó Barbastro, y hacerse fuerte en una de aquellas fuerzas por ser lugares tan principales y cerca de las montañas, de donde le habia de entrar el socorro. Luego que el conde de Fox llegó á Castellon de Farfania, mandó alojar la mayor parte de su gente en el barrio del castillo, habiéndose asegurado con los que estaban en la defensa dél, que no se hiciesen daño los unos á los otros: porque su fin cra pasar su camino sin detenerse, por entrar en Aragon. Entonces salió el conde de Urgel de Tárrega, con deliberacion de seguir uno de dos caminos, y el uno era el de Lérida para pasar delante á los enemigos, y el otro por Balaguer, y desde allí seguirlos: y proveyóse que don Ugo de Anglesola, que estaba en Balaguer con ciento y cincuenta de caballo, de los que llamaban bacinetes, se pusiese delante de la gente del conde de Fox.

CAP. LXI.-Del cerco que el conde de Fox puso sobre la ciudad de Barbastro, y que fué echado del reino y se entró en Navarra.

Con la nueva de la entrada que el conde de Fox y la condesa su mujer querian hacer en Cataluña, y que estaban sus gentes en órden para pasar los montes y entrar por el vizcondado de Castelbó, todos los prelados, barones y caballeros, y procuradores de las ciudades y villas que se habian juntado en Zaragoza por los cuatro brazos del reino, despues de la muerte del rey don Juan, un lúnes que fué à dos de octubre, se congregaron en el refectorio de los menores, para proveer lo que convenia á buena defensa del reino. Mas ante todas cosas se protestó en esta congregacion que por cualesquiera provisiones que se hiciesen por ellos para defensa de la tierra, á la cual se disponian por sola su voluntad y liberalidad, no se causase lesion 6 perjuicio á sus fueros y libertades, ni á los usos y costumbres del reino: y ordenaron que para procurar mejor lo que concernia à la defensa del reino, se llamasen todos los prelados y otros barones, mesnaderos y caballeros, y de las ciudades y villas del reino que estaban ausentes, y era costumbre llamarse á córtes y á los otros ayuntamientos generales del reino, para que viniesen á Zaragoza para quince del mes de octubre 6 enviasen sus procuradores, y certificaron por sus le tras, que en caso que no viniesen, se procederia por Jos que se hallasen en la congregacion á proveer cerca de la defensa de la tierra, como cumpliese al servicio del rey y al buen estado del reino: y entre los otros que se llamaron fué la reina doña Violante por las villas de Borja, Magallon y Tauste, que tenia en este reino, y no la intitulaban reina, sino á la muy alta y excelente seTora doña Violante, mujer que fué del señor rey don Juan. Los prelados y ricos hombres que entonces concurrieron para un negocio tan árduo é importante como éste, fueron el arzobispo de Zaragoza, don Juan Martinez de Murillo, abad de Montaragon, don Pedro Fernandez de Ijar, comendador de Montalvan, con Guillen Ramon Alaman de Cervellon, comendador de Alcañiz, don Pedro Ruiz de Moros, lugarteniente de

Santa Fé, don Pedro Ladron, vizconde de Vilanova y señor de Manzanera, don Lope Jimenez de Urrea, don, Fernan Lopez de Luna y don Juan Martinez de Luna don Alonso Fernandez de ljar, don Pedro Fernandez de Vergua, don Francés de Alagon, don Pedro Jimenez de Urrea, hijo de don Lope, y los procuradores de don Luis Cornel, don Artal de Alagon, don Juan Jimenez de Urrea y de Atrosillo, don Pedro Galcerán de Castro y don Antonio de Luna que estaban ausentes. Por el brazo de los caballeros é infanzones, asistieron Juan Jimenez Cerdan, justicia de Aragon, Guillen de Palafox, Miguel de Gurrea, Garci Lopez de Sese, Martin Lopez de Lanuza y Ferrer de Lanuza, Sancho Gonzalez de Heredia y Blasco Fernandez de Heredia, Lope Sanchez de Ahuero, Juan Perez de Lumbierre, Juan Perez de Caseda, Fernan Jimenez de Galloz, micer Ramon de Francia, Pero Sanz de Latras, Juan de Vera y Gutierrez de Vera, Galacian de Tarba, Juan Lain, Sancho Sanchez de Oruño, Gonzalo de Liñan, Fernando de Sese, Berenguer de Bardaxí, Fernando Diaz de Pomar, Andrés Martinez de Peralta, Jimeno de Arbea, Rodrigo de Lagunilla, Juan Mercer, Juan de Arcaine, Juan Diaz de Contamina, Galcerán de Castelbell, Álvaro de Medrano, Arnal de Bardaxí, Pedro de Liñan, Gilbert Redon, Ramon Castan, Garci Lopez de Pitillas: y por la ciudad de Zaragoza, como procuradores della, se hallaron en las congregaciones nueve ciudadanos, que fueron, Pedro Cerdan, Juan Martinez de Alfocea, Pedro Jimenez de Ambei, Martin de Suñen, micer Domingo Lanaja, Antonio de Palomar, Juan de Tarba, Juan de Artos y García Capalbo: y solia ser lo mas ordinario tres jurados y tres síndicos y tres ciudadanos que concurrian en todos los negocios, y los otros procuradores de las ciudades y villas del reino. Lo primero que se proveyo despues que entendieron que el conde de Fox traia su principal empresa de entrar en Aragon, que todos los mantenimientos y viandas que habia en las comarcas de Huesca, Barbastro, Monzon, Tamarit, Sariñena y Montnegro se llevasen á los lugares y castillos fuertes que estaban en defensa, y en caso que no se proveyese, se le dió comision al gobernador de Aragon con un diputado, por la congregacion, para que con una compañía de gente de caballo los quemasen: y nombraron por capitan general de la gente que se hizo para la defensa del reino al conde de Urgel, y eran quinientos hom-bres de armas y quinientos pilarts, y señalóse sueldo á cada hombre de armas por dia un florin, y al pilart medio, por tiempo de tres meses, y eran los florines de valor de diez sueldos jaqueses, y determinóse que se diese á cada un hombre de armas de socorro cincuenta florines, y á cada pilart veinte y cinco, y ordenóse que en caso que el conde de Fox y sus gentes no entrasen en Aragon, é hiciesen la guerra en Cataluña, estas compañías pasasen á servir al rey en la defensa de sus estados, y nombráronse por capitanes para la ciudad de Jaca, Jimeno de Arbea y Ruy Perez Abarca. Entraron el conde y condesa de Fox en el reino de Aragon con su ejército en fin del mes de noviembre, llamándose legítimos reyes y sucesores en estos reinos: y traian sus estandartes y pendones con las divisas reales de los bastones y del reino de Aragon, con las cuatro cabezas en el escudo de la cruz de san Jorge, y pasaron con todo su ejército á ponerse sobre Barbastro. y con gran furia combatieron el arrabal y le entraron por combate, y toda la gente se subió á lo alto de la ciudad que era lo fuerte, y el conde y la condesa con el

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