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don Fadrique ni sus sucesores se llamasen reyes certó con la vizcondesa doña Timbor, mujer de don de Sicilia, sino de Trinacria, y la reina y sus descen- Bernardo de Cabrera, y con don Guillen Galcerán de dientes tuviesen el título de reyes de Sicilia, y cada rei- Rocaberti, en nombre de doña Margarita de Fox, muno distinto por sí tuviese título. Ofrecia la reina, que❘ jer del conde de Osona y madre de don Bernardino de en ningun tiempo daria favor ni ayuda á los barones Cabrera, y de Ponce de Cabrera su hermano. Porque que se rebelasen contra el rey don Fadrique, y que no doña Timbor, en nombre de su nieto don Bernardino se receptarian en su reino; y que procuraria con la se- que le tenia consigo, y don Guillen Galcerán, en nomde apostólica que se alzase el entredicho que estaba bre de la condesa y de sus hijos, y don Pedro Galcerán puesto en la isla, y que el rey y los barones serian ab- de Pinós, y don Bernardo Galcerán, y don Berenguer sueltos de las sentencias de excomunion en que habian Galcerán de Pinós, que eran hermanos, y don Aimerich incurrido: Tambien fué concordado que la isla de Li- de Centellas, y Jazbert de Castellet y Berenguer Malla, pari, que estaba por la reina Juana, mientras viviese que eran parientes, y deudos de don Bernardino, y de quedase sujeta á su obediencia, y despues de su muer su casa, pretendieron, que no hubo Ingar la confiscate volviese al dominio del rey don Fadrique. Con los cion que se hizo de los bienes de don Bernardo de Cacapítulos desta concordia, vinieron los embajadores brera y del conde su hijo, y querian oponerse, alegando de la reina Juana y del rey don Fadrique á la curia ro- que habían sido los procesos injustos: y antes desto don mana, y fueron admitidos con ciertas condiciones, y Bernardino fué este año à la villa de Alcañiz, donde la principal fué, que el rey don Fadrique y sus suceso- estaba el rey, é intercedió por él la reina, acusándole res, en reconocimiento del reino de Trinacria, y del di- la conciencia, para que el rey usase de misericordia y recto dominio que tenia la Iglesia, presentasen sacra- clemencia, y le oyese en su justicia, y el rey lo tuvo por mento de fidelidad y homenaje ligio. Cuanto á la su- bien. Finalmente, interviniendo en esto don Romeo, cesion, declaró él papa que pudiesen suceder en el reino obispo de Lérida, y Berenguer de Relat, tesorero de la de Trinacria hijas en defecto de varones, y admitió á la reina, se concordó que se restituyesen á don Bernardisucesion á la infanta doña María, hija del rey don Fa- no el castillo de Monsoriu, y el lugar de Hostalrich, y drique; con que en caso que el reino recayese en mu- todo el vizcondado de Cabrera, con honor de Roda, y jer, casase con persona católica, y que fuese idónea | de Cabrayes en Osona, con todas las villas y castillos para la defensa del reino, con consejo del sumo ponti- que don Bernardo de Cabrera habia dado al conde de fice, con las otras cláusulas y condiciones que se con- Osona su hijo, en contemplacion del matrimonio. Todo tenian en las infeudaciones del reino de Sicilia: y con esto restituyó luego el rey, y el castillo de Angles, con autoridad del colegio de los cardenales, se hizo separa-los castillos y valles y parroquias de Torrillon, Voltracion de la isla de Sicilia, no embargante, que en tiempo | del rey Carlos el primero, se concordó con la Iglesia, que estuviesen aquellos reinos unidos. Esto se confirmó por el papa en el mes de agosto deste año, estando en Vilanova de Aviñon: y para mayor firmeza desta paz, se concertó matrimonio del rey don Fadrique con una bija de Francisco de Baucio, duque de Andria, y de la duquesa Margarita su mujer, que fué hija de Filipo, príncipe de Taranto, y de madama Catalina, empera-rey en Barcelona lo mas del año de mil y trescientos triz de Constantinopla, que era de Carlo de Valois y de su segunda mujer, cuyo padre fué Balduino, emperador de Constantinopla, por cuya sucesion pretendia tener derecho á aquel imperio. Llamóse esta hija del duque de Andria madama Antonia, que era prima de la reina Juana, y con esto se alzó el entredicho que tanto tiempo habia durado, y sobre ello se envió á Sicilia por nuncio apostólico el obispo de Salerno.

CAP. XVI. De los matrimonios de los infantes don Juan y don Martin, y que el rey restituyó á don Bernardino de Cabrera los vizcondados de Bas y Cabrera.

En este año de mil y trescientos y setenta y dos, por el mes de junio, estando el rey en Barcelona, se celebraron las fiestas del matrimonio del infante don Martin con la condesa doña María de Luna, hija del conde don Lope de Luna: y á seis del mes de julio siguiente, se erigió la baronía de Ejérica, que recayó en la corona, en condado, y le dió el rey al infante don Martin, y se ilamó de allí adelante conde de Ejérica y de Luna, y señor de la ciudad de Segorbe. Pero en el mismo tiempo se concertó tambien matrimonio entre el infante don Juan, y una hermana de Juan, conde de Armeñaque, que se llamó Matha: y trajo en dote ciento y cincuenta mil francos de oro, y desta hubo el duque de Girona a la infanta doña Juana, que casó con Mateo, conde de Fox. Estando el rey en Barcelona á veinte y dos del mes de agosto, se con

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gan, Cabrera, Sau y Osor: y todo lo demás que se incluia en Osona, fuera de la legua de la ciudad de Vich, y por esta concordia se reservó el rey el condado de Osona, que era la ciudad de Vich, con una legua en torno della, como se habia limitado al tiempo que aquella ciudad fué erigida en condado con este título: y juntamente con esto, se le restituyeron los castillos de Sant Fores, y de Bas, con el vizcondado de Bas. Residió el

setenta y tres, por entender en el socorro de la isla de Cerdeña, porque en la primavera deste año, genoveses hicieron una gruesa armada, y ponian en órden cuarenta galeras, con publicacion de salir por el mes de junio, y pasar á Cerdeña en favor del juez de Arborea, aunque estaban en `paz con el rey. Por esto envió el rey, con don Gilabert de Cruillas, que era gobernador del cabo de Lugodor, mas gente para la defensa de la villa del Alguer. Tenia el rey en este mismo tiempo repartida su gente en muchas partes, y estaba con recelo que se le moveria la guerra, juntamente por los condados de Rosellon y Cerdania, y por las fronteras de Castilla, porque el infante de Mallorca ajuntaba mu chas compañías de gente de armas en Francia, para proseguir su empresa, y el rey don Enrique se habia ya concertado con el rey de Portugal, y mandaba juntar todas sus huestes de gente de caballo y de pié, para venir á la frontera y cercar á Molina: y el rey proveyó que se hiciese mas gente para enviar á la defensa de aquella frontera, y fué con algunas compañías de gente de caballo y de ballesteros á ponerse en Molina, Garci Lopez de Sese, gobernador de Aragon: y las aldeas de Daroca proveyeron á la defensa de un castillo que se tenia por el rey de Castilla que se dice Zafra. Estaban todos los reyes que comarcaban con el rey de Aragon puestos en armas, y tenian sus gentes á punto, y todo ardia en guerra entre los reyes de Francia é Inglaterra, y entre los de Aragon, Navarra y Castilla, si

no que el rey estaba en peor condicion, porque tenia la ista de Cerdeña á muy gran peligro, y habia de proveer de la principal gente de guerra que tenia en sus reinos, cuando esperaba ser acometido en un instante por los últimos fines dellos, por lo de Molina y Rosellon. Estando las cosas en tanto peligro, por proveer á la defensa deste reino, envió el rey á Aragon al infante don Martin y á don Juan Fernandez de Heredia, castellan de Amposta, y prior de Cataluña, que tenia cargo de la capitanía general de Teruel y sus aldeas, con algunas compañías de gente de armas, y nombróse entónces por capitan de Teruel y de sus aldeas, Diego Jimenez de Heredia, y Fernan Lopez de Sese pasó con sus compañías de gente de caballo á Albarracin. Entonces se proveyó con gran diligencia á la fortificacion de las ciudades de Teruel, Daroca y Calatayud, y de los lugares importantes de sus fronteras: y porque en la ciudad de Teruel habia muy poca gente de guerra para su defensa, se proveyó que algunos vecinos de los lugares que se perdieron en la guerra pasada que eran útiles para la guerra, se pusiesen dentro con sus armas y bienes, y los castillos que estaban en defensa, se fornecieron de municiones y gente, y los otros se derribaron. La memoria que tenian tan presente de los trabajos de la guerra pasada, ponia á todos grande terror: y era en tal sazon, que se publicó en principio del mes de abril, que el rey don Enrique, y el rey de Portugal se habian concordado en muy estrecha amistad en la ciudad de Lisbona, siendo árbitro y medianero entre ellos el cardenal de Bolonia, lo cual principalmente se entendió haberse concluido, porque el rey don Enrique que ria emprender la guerra contra el de Aragon, y publicaron la paz á veinte y dos de marzo deste año en la ciudad de Lisbona, y publicóse que quedaban en ella los reyes de Castilla y Portugal muy hermanos y amigos, y confederados contra los reyes de Inglaterra, Aragon y Navarra. Pero el mayor recelo era, que el rey don Enrique, con ser tan valeroso y muy amado de los suyos, tenia grande noticia de todas las fuerzas importantes de las fronteras de Aragon, y de las que podian estar en buena defensa, y tenían esta guerra por mas peligrosa, porque ninguna cosa de las mas secretas y ocultas se le encubria, y estaba muy atento á todas los ocasiones, y con su diligencia y vigilancia y grande fatiga, habia salido con mucha honra de la empresa de Portugal. Por esto el rey, con mucho cuidado, mandaba proveer á todo lo necesario, y prevenia á Los peligros, porque de la presencia de los enemigos, mas se sigue turbacion que buena provision. Tenia el rey proveido que todas las compañías de gente de caballo y de pié de Cataluña, se juntasen en Lérida para el primero del mes de setiembre, y fuéron de muestra ochocientas lanzas que se habian hecho para la defensa de Cataluña, con las cuales se acudió por el mes de noviembre siguiente á la defensa de Cerdania y Rosellon, porque en esta sazon estaban muchas compañías de gascones y franceses de la otra parte de los montes para pasar á Cataluña. Era esta gente del infante de Mallorca, el cual, con favor del rey don Enrique, tomaba la empresa de entrar por Rosellon, porque él de suyo, no era tan poderoso que pudiese sustentar la guerra ningun tiempo: y con este torcedor, pensaba el rey don Enrique mover al rey de Aragon para que se concertase con él, y unas veces amenazando, y otras requeriendo con la paz, persistia en su propósito: y despues de haber comprometido en poder del papa y del colegio de cardenales sus diferencias, como rehu

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saba aquel camino, procuró que se concertasen entre sí. Habíase interpuesto entre estos príncipes para concordarlos Luis, duque de Anjous, y fué enviado á Carcasona, á donde el duque estaba, don Bernardo de So: y ofrecia el duque que tenia muy estrecha amistad con el rey don Enrique, que acabaria con él, que le diese al rey de Aragon el condado de Molina, como el rey lo tenia, y le dejaria el reino de Murcia y la mitad de las villas que el rey don Enrique le habia prometido antes que fuese rey. En caso que el rey de Castilla no quisiese dejar al rey el reino de Murcia, ofrecia el duque que se le daria el estado que tenia en Castilla Beltran de Claquin,, y la ciudad de Cuenca y las otras tierras que habia prometido al rey de Aragon en caso que llegase al estado real, y aseguraba que cuando el rey don Enrique no viniese en concordarse con el rey de Aragon en estos medios, trabajaria con todo su poder, que le diese la recompensa en dineros por aquellos estados, exceptuando el condado de Molina que estaba en poder del rey de Aragon, para que quedasen en su corona, y que esta recompensa se haria por el duque, recibiendo bastante informacion del valor de aquellos estados: y habiéndose concordado por uno destos caminos, se efectuase el matrimonio de la hija del rey de Aragon con el hijo del rey don Enrique, como estaba entre ellos tratado. Para concordar todo esto, y procurar nueva confederacion y liga entre el rey de Aragon y el de Francia, trató el duque con Bernardo de So, que el rey y él se viesen en algun lugar de las fronteras de Rosellon. A estos medios que se propusieron por parte del duque de Anjous, respondió el rey, cuanto al condado de Molina, que se le diese enteramente, porque él no le poseia todo, y que en la mitad de las villas que se le habian prometido por el rey don Enrique se comprendiesen los lugares de Moya, Cañete, Otiel, y la ciudad de Cuenca con todas sus aldeas, castillos y términos. Cuanto á lo del reino de Murcia, instaba el rey en que se le diese, porque gran parte dél era ya suyo; pero en caso que el rey de Castilla no lo quisiese dar, aceptaba en su lugar el estado de Beltran de Claquin y la ciudad de Cuenca y su tierra, y todo lo demás que se le habia prometido: y porque ninguna suma de dineros bastaba á la recompensa del reino de Murcia, pedia el rey que se le diese parte dél y lo demás en dinero: y con esto venia el rey, en que se efectuase el matrimonio de su hija y del infante don Juan de Castilla, habiéndose primero cumplido todo lo demás, y que no fuese obligado de enviar á Castilla la infanta; hasta que hubiese pasado un año: y en caso que el duque viniese en esto, era el rey contento que se viesen: y con esta respuesta volvió don Bernardo de So al duque. Pero no pasó mucho que el duque, de árbitro y pacificador, se hizo enemigo del rey de Aragon, y así cesó de tratarse la paz por su medio. Esto era por el mes de mayo deste año, y por el mes de junio siguiente, dió el rey comision á Domingo Cerdan, justicia de Aragon, y á Arnaldo de Orcau, gobernador de Rosellon, y á Bernardo de Bonastre su secretario, para que pudiesen en su nombre determinar todas las diferencias que habia entre el rey y el rey don Enrique: y el justicia de Aragon no pudo ir á esta embajada por indisposicion de su persona. y Arnaldo de Orcau fué necesario que acudiese á lo de Rosellon, y nombró el rey al arzobispo de Zaragoza y á don Ramon Alaman de Cervellon, y despues se comprometió esta contienda por ambos reyes en poder del cardenal Guido, obispo portuense, y de Santa Rufina, que era legado apostólico, para que con consejo del ar

un enemigo muy poderoso y vecino, y esperaba que sacaria del algun honesto partido, y así se iba entreteniendo la plática desta concordia. En este año, á dos del mes de febrero, siendo de noche, hubo tan gran terremoto que cayeron grandes peñascos de los montes Pirineos en el condado de Ribagorza, y murieron muchas gentes en las montañas y en la tierra llana, y se hundieron muchas torres y castillos, y fue muy grande el daño que se recibió en aquellas montañas.

CAP. XVII.-Que el infante de Mallorca entró en Rosellon haciendo guerra, y de la muerte de la reina doña Leo

nor.

En el año de mil trescientos setenta y cuatro, los genoveses con su armada, rompiendo la paz que con el rey tenian, que fué asentada por medio del marqués de Monferrat, pasaron á la isla de Cerdeña en favor del juez de Arborea, y fuéron á combatir la Pola, porque apoderándose de aquella fuerza, ponian en mucho estrecho la ciudad y castillo de Caller: pero defendióse con singular valor de don Gilabert de Cruillas á quien el rey hizo capitan general de aque

de Quirra. Asistió tambien Brancaleon à la defensa del Alguer, y fué parte para sustentar las cosas de aquella isla, porque genoveses con el juez de Arborea, por mar y por tierra hacian tan cruel guerra que no podian los nuestros defenderse, no poniendo el rey de su parte mayor fuerza por socorrelos. Mas en España estaban las cosas en tal estado, que toda ella ardia en guerra: y el duque de Alencastre habia juntado grandes compañías de gente para entrar podero

zobispo y de don Ramon Alaman,que el rey habia nom. brado por su parte, y del obispo de Salamanca, y de mosen Juan Ramirez de Arellano, señor de los Cameros, que él nombraba por la suya, se acabase de determinar. Entretanto que esto se declaraba, fueron nombrados de parte del rey, don Juan, conde de Ampurias su primo, que estaba ya casado con la infanta doña Juana, bija del rey, y por el rey don Enrique, don Juan Ramirez de Arellano, el cual vino á Barcelona para dar órden, en que se sobreseyese en las cosas de hecho, y por el mes de diciembre deste año, se concertaron que hubiese tregua hasta la fiesta de Pentecostés primero viniente, y despues, si se levantase por algunos de los reyes pasasen treinta dias: y declaróse que dentro deste término el rey no consintiese batir moneda en sus reinos del nombre y señal del rey de Castilla, ni en Castilla se labrase moneda del cuño de Aragon, porque en ambos reinos se habia ya llegado á falsiticar Jas monedas. Habia gran falta de dineros, y valiendo el florin en Aragon á razon de ocho sueldos y seis dineros jaqueses á los que tomaban mercaderías, se proveyó que los cambiadores los trocasen á razon de ocho sueldos y cinco dineros. En este tiempo el rey don En-lla isla, por muerte de don Berenguer Carroz conde rique y el rey de Navarra, trataron de concertarse en sus diferencias, interviniendo entre ellos el legado a postólico, y restituyó el rey de Navarra las villas de Victoria y Logroño que habia tomado al rey de Castilla, y se concertó casamiento entre el infante don Carlos, hi- | jo mayor del rey de Navarra, con la infanta doña Leonor, hija del rey don Enrique. Tambien estando el rey en Barcelona, por el mes de octubre deste año de mil y trescientos y setenta y tres, vino á su corte Baltasar Espinosa, que fué enviado por Eduardo, rey de Ingla-samente en Castilla, llamándose rey por el derecho terra, y por el duque Juan de Alencastre su hijo, que se llamaba rey de Castilla: y trataban entre sí una muy estrecha confederacion y liga, sobre las cosas de Castilla: y platicóse que se juntasen sus embajadores en Jaca, ó en otro lugar á los confines de Gascuña: y el rey de Inglaterra envió á Juan de Felletone, senescal de Guiana, y un caballero que se decia Roberto Ros, y un letrado: y despues el rey nombró á don Guillen Alaman, y el duque á Gualter Benedicto: y ofrecieron de parte del rey al duque que le ayudaria á su empresa, si por razon del derecho que el rey de Aragon pretendia en el reino de Castilla se le diesen el reino de Murcia y Requena, Otiel, Moya, Cañete, Cuenca, Molina, Medinaceli, Almazan, Soria y Agreda con sus aldeas y comarcas, como se habia concertado con el rey don Enrique: y ofrecia que cuando el duque estuviese en Logroño, para entrar con su 'ejército poderoso á la conquista de los reinos de Castilla, le enviaria mil y quinientas lanzas para que se hiciese la guerra en aquellos lugares que le pertenecian, y pasó entonces por mandado del rey al duque que estaba en Burdeos, Pedro de Aragall, para acabar de entender su voluntad y la del rey su padre: y el duque daba gran priesa para que esta confederacion se concluyese, y pedia que el rey de Aragon hiciese guerra abierta al rey don Enrique al tiempo que él viniese á tomar la posesion de los reinos de Castilla, y le valiese con mil hombres de armas y con mil ballesteros: y él ofreció de ayudarle con otros mil hombres de armas y mil arqueros para la empresa de Cerdeña ó para otra parte por otro tanto tiempo. Pero el rey, que era muy sagaz y de grande ingenio y discurso en los negocios, no bacia caso destas promesas, y queria asegurarse como mejor le estuviese, porque si se declaraba le quedaba

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de doña Costanza su mujer hija del rey don Pedro con quien se habia casado: y por otra parte el infante de Mallorca que tenia junta mucha gente de armas de franceses é ingleses y proenzales, determinó entrar por Cataluña por cobrar los condados de Rosellon y Cerdania. Habia enviado el rey á Inglaterra para confederarse con el duque de Alencastre, á don Francés de Perellós, vizconde de Roda, y habiendo arribado de vuelta á la costa del reino de Granada, fué preso por los moros y llevado al rey Mahomad: y no solo no le quiso el rey de Granada mandar soltar, pero fueron presos todos los mercaderes valencianos y catalanes que contrataban en aquel reino, y se ocuparon sus mercaderías, porque un capitan de galeras del rey que se decia Pedro Bernal, que estaba en Cerdeña, habia tomado una nao del rey de Granada en la costa de Túnez. Por esta causa el rey envió al duque de Alencastre à don Ramon Alaman de Cervellon, gobernador del reino de Valencia, Y estaba muy dudoso del rey de Navarra que no sabia à quién habia de seguir en esta guerra, que nuevamente se comenzaba entre el duque de Alencastre y el rey don Enrique. Estaba el duque en Burdeos por el mes de enero deste año y tenía su empresa muy adelante, y antes de entrar en España procuraba de concordarse con el rey de Aragon: y envió por sus embajadores por esta causa, á Roger Bernardo de Fox vizconde de Castelbó, y un caballero castellano que se decia Garci Fernandez de Villodre, y dos gentiles hombres de su consejo muy principales, que eran Guillen Helman y Gualter Benedicto. Tambien del rey de Castilla no sabía si esperaria á los enemigos dentro en su reino ó si pasaría á Francia para juntarse con las gentes del rey de Francia, y trataba

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773 el rey de Aragon de hacer su alianza con el rey de ballero que se decia Galcerán de Ortal, y los del lugar Navarra si se le diese seguridad; pues nunca habia de Barraza del término de Castel de Crejel, se reco→ querido guardar cosa que se hubiese entre ellos tra- gieron á la iglesia que era fuerte, y desampararon el tado. No podian estar las cosas destos reinos en peor lugar: y los moradores de otros lugares de aquella condicion que de la manera que entonces se hallaban, comarca se fuéron á Figueras y con esto el infante siendo expuestos á la invasion de tanta gente extran- no osó entrar por aquel puerto del collado de Panizas. jera, y teniendo el rey ocupadas sus armadas y gente Teniendo el rey lo de Rosellon y del Ampurdan á gran de guerra en la defensa del reino de Cerdeña. Ame- peligro por esta entrada del infante de Mallorca, que nazaba el rey don Enrique de venir sobre Molina, y era favorecido no solamente del rey de Castilla, pero por el mes de abril estaba ya con mucha gente en del rey de Francia y del duque de Anjous su herla frontera del reino de Aragon y no esperaba sino mano, envió á Pedro Garcés de Jannas, que era de su que se acabase la tregua y el rey encomendó la audiencia real, á pedir al infante don Martin que esdefensa del reino al arzobispo de Zaragoza, y tuvo car- taba en Zaragoza y á los ricos hombres y caballeros go de la capitanía desta ciudad: y de cada dia se del reino que le enviasen la gente que pudiesen, y iban juntando las compañías de franceses é ingleses, juntáronse en Zaragoza con el infante los prelados y El infante de Mallorca por este tiempo estaba en Nar- ricos hombres y procuradores de las ciudades y vibona para entrar por Rosellon y Cerdania con mucha Hlas de Aragon, para proveer no solamente á lo de gente, en que habría, segun publicaban, mil bacinetes, Rosellon, pero á la defensa del reino, porque en el y otras compañías de gente de armas y el rey en- mismo tiempo que el infante, entró en Rosellon, el basvió a la defensa de aquellas fronteras á don Pedro tardo de Bearne á quien el rey de Castilla habia heGalcerán de Pinós, que era capitan general de Rose- cho conde de Medina Celi, y le casó con doña Isabel llon y Cerdania, y esta entrada del infante se hacia hermana de don Juan de la Cerda, que fueron hijos con grande instancia del rey don Enrique, y con bar- de Luis de España conde de, Telamon; y otro capitan ta costa suya, porque el infante no era poderoso de breton que se decia Jofre Rechon, á quien el rey don suyo para tan grande empresa. Enviáronse, como di- Enrique habia dado á Aguilar de Campos con algunas cho es, á Perpiñan para la defensa de Rosellon, ocho- compañías de gente de armas, se juntaron en la cientas lanzas de Cataluña, y como en aquello se puso comarca de Medina, y estando en tregua entraron por tan buen recaudo, el infante se pasó de Narbona á aquella frontera é intentaron de escalar los lugares de Tolosa, y allí se juntó todo el mayor cuerpo de su Somet y Nuevalos, y llevaron los ganados que estaban gente, con publicacion de hacer su entrada juntamen- en el término de Molina, publicando que hacian la te por Cataluña y Aragon. Entre los otros capitanes guerra por el infante de Mallorca. Hizose por esta cauque el infante traia consigo, era un hermano de Bel- sa llamamiento general de todo el reino y juntáronse tran de Claquin, y el rey procuraba que con sus con el infante don Martin en el capítulo de la iglesia compañías de gente de armas se fuése á Lombardía; mayor de Zaragoza á ocho del mes de octubre, y pero no se pudo acabar, y comenzaron á entrar has deputáronse catorce personas á las cuales se dió poder ta mil lanzas por Rosellon en principio del mes de que hiciesen las provisiones necesarias, y fueron agosto deste año, y pasaron á una legua de Perpiñan nombrados por el estado eclesiástico el arzobispo de sin curar de combatirla, entendiendo que estaba muy Zaragoza, el obispo de Huesca, el abad de Montarabuena gente dentro en su defensa:y traia el infante gon y Berenguer de Monpahon, lugarteniente del cas→→ consigo á la infanta doña Isabel su hermana que ca- tellan de Amposta: y por los ricos hombres, el infansó con el marqués de Monferrat. Mandó el rey en- te don Martin y don Pedro Fernandez de Ijar, y por tonces, que ciertas compañías de gente de caballo que los caballeros don Lope de Gurrea señor de Gurrea y estaban en Girona, y las compañías de gente de los don Pedro Jordan de Urries señor de Ayerve: y seis caballeros que se llamaban de la convenencia se en- procuradores de las universidades del reino, é hiciétrasen en Perpiñan, Hicieron los del infante el daño ronse quinientas lanzas cada una con dos caballos, las que pudieron en aquella comarca, y prosiguieron su trescientas para enviar al rey y las otras para la decamino para pasar el collado de Panizas: y como esta fensa del reino: y porque en esta sazon era muerto gente entró por aquella parte, don Pedro Galcerán en- Fernan Lopez de Seses que era gobernador y capitan de vió con don Berenguer de Pinós su hermano, las Molina, se fué á poner en Molina con algunas compa➡ compañías de gente de armas que tenia en Cerdania, ñías de gente de caballo Fortuño Sese: y proveyó enpara que se juntasen con el vizconde de Illa que esta- tónces el rey por gobernador del condado y por alcaiba en Rosellon, ó con el vizconde de Rocaberti que de de Molina á Diego García de Vera, y en el castillo se entró en Girona, y era capitan de la gente de ar- de Zafra se puso con alguna mas gente Jimen Perez mas que habia en el Ampurdan y Gironés: y tam- de Vera. Pero el capitan Rechon con sus gentes, por bien el conde de Pallás y don Bernardo de So, con sus el mes de noviembre entró haciendo guerra por la ricompañías, se fuéron á poner en Girona. La otra bera de Borja. En este medio llegaron á Barcelona el gente de armas de Cataluña y los capitanes della, que obispo de Salamanca y don Juan Ramirez de Arellano eran los condes de Urgel y de Prades, y el vizconde que iban á la córte del papa, y fueron con salvo conde Cardona, don Bernardo Galcerán de Pinós y don ducto del rey, y allí trataron de concordar á los reRamon de Anglesola se fuéron á poner en Barcelona yes de Aragon y Castilla, y vinieron á resolverse en á donde el rey estaba. Salieron don Dalmao de Que- ciertos medios, y por dar lugar á la paz el rey nomralt y Guerao de Queralt su hermano, con algunas bró de su parte algunos prelados y caballeros, que compañías de gente de caballo y ballesteros á correr fueron el arzobispo de Zaragoza, el obispo de Lérida, las fronteras del reino de Francia y hacer el daño que don Ramon Alaman de Cervellon, Daimao de Mur y pudiesen en las compañías de gente que entraban con el Ramon de Cervera, dean de Urgel, para que tratasen infante, para divertirlos de aquel camino en Figue- de la concordia con las personas que nombrase el rey ras que estaba en el paso de Panizas, se puso un ca- de Castilla y para concluir lo del matrimonio de la

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TOMO IV.

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infanta doña Leonor hija del rey, con el infante don Juan hijo del rey don Enrique. Por este tiempo falleció la reina doña Leonor estando en Barcelona en el palacio á donde residia junto á la casa de los templarios; aunque no me consta del dia de su fallecimiento. Ordenó su testamento en aquella ciudad a doce del mes de junio deste año y mandóse enterrar en el monasterio de Poblete en la sepultura del rey su marido, é instituyó por heredero universal al infante don Martin su hijo. Dejó algunos legados á la infanta Matha su nuera, mujer del infante don Juan, y á la infanta doña Juana condesa de Ampurias hija del rey don Pedro su maridó: y á doña Leonor hija del conde Ampurias que era su sobrina, hija de la infanta doña Blanca su hermana, que fué la primera mujer del conde. Tambien tuvo memoria de gratificar a don Juan de Peralta su sobrino que era hijo de don Guilen de Peralta y de doña Leonor su mujer, que era lhija del infante don Juan, duque de Atenas, su prima hermana, al cual dejaba doce mil sueldos de renta perpetua sobre los castillos de San Martin y Cervellon, y sobre otras rentas que heredaba el infante don Martin. Hace mencion en aquel testamento de otros dos sobrinos suyos hijos del rey Luis de Sicilia su hermano, que fueron don Antonio de Aragon y don Luis de Aragon que estaba en su servicio.

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camino destas compañías, que eran muchas; mas de constar por los autos de córtes, que entraron en Aragon, haciendo mucho daño en la tierra, y que bajaron corriendo la ribera de Gallego por el mes de enero del año de mil y trescientos y setenta y cinco y en el mismo tiempo el rey se vino á Lérida, y segun don Pedro Lopez de Ayala escribe, faltando las viandas á esta gente, ́ y habiendo muchas fortalezas en el reino, de donde les hacian guerra, se hubieron de entrar en Castilla, y se repartieron en las fronteras de Soria y Almazan, y luego murió el infante de Mallorca de dolencia: y fué enterrado en el monasterio de San Francisco de la ciudad de Soria; y la infanta doña Isabel su hermana, marquesa de Monferrat, que vino con él, y Juan de Malestit, que era el capitan principal de aquel ejército, y los otros capitanes, con favor del infante don Juan, hijo del rey de Castilla, se volvieron con sus gentes á Gascuña. Muy diferente desto es lo que se contiene en la historia que tenemos del rey don Pedro de Aragon, en la cual se refiere que el infante entró por Cataluña con dos mil hombres de armas, y que llegó á ponerse delante de Barcelona: y que tan presto como entró por la vía de la Seu de Urgel, se tornó á salir por la val de Aran, y luego murió de cierta bebida emponzoñada. Mas como quiera que aquello pasó, es cierto, que despues fueron muchos caballeros de la casa del rey, inculpados de haber dado favor y paso al infante de Mallorca en esta entrada, y entre los otros fué reptado don Juan Ramirez de Arellano, como vasallo que era del rey y criado de su casa y reptólo en presencia del rey en Barcelona, el vizconde don Francés de Perellós, y él salvó su honor aceptando el desafío, al cual no se dió lugar como lo relala mas estendida mente don Pedro Lopez de Ayala en su historia..

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CAP. XIX. De la concordia que se tomó entre los reyes de Aragon y Castilla y del matrimonio de la infanta doña Leonor con el infante don Juan hijo del rey don Enrique.

Despues de diversos tratados que hubo para concordar a los reyes de Aragon y Castilla, finalmente muerto el infante de Mallorca, y deshecha su gente, la reina doña Juana y su hijo el infante don Juan, se

cluir el tratado de la paz, el arzobispo de Zaragoza, y don Ramon Alaman de Cervellon. Estaban con la reina los obispos de Palencia y Placencia, que trataron de la concordia, juntamente con Pero Gonzalez de Mendoza, mayordomo mayor del infante, y con Juan Hurtado de Mendoza, su alférez mayor, como procu

No embargante el trato de la concordia que se mos vió entre los reyes dé Aragon y Castilla, el capitan Rechon, que con doscientas y cincuenta lanzas habia en. trado por Aragon, hizó mucho daño en la tierra, y escalaron algunos castillos, y pusieron en ellos gente de guarnicion con tanta fama, que el adelantado Pero Manrique se habia de juntar con el infante de Mallorca, y con él iba Rechon á Navarra, porque el infante habia de entrar por el condado de Urgel, y esperábanle con gran confianza, y salíanle á recibir. Como el infante halló gran resistencia en la entrada de Panizas, y toda la gente de guerra de Cataluña cargó al Ampurdan, él tómo su camino por Puigcerdan á la Seu de Urgel, y por aquella ribera de Segre entró en Cataluña. Guando el rey supo que el infante venia por el condado de Urgel, se vino á Cervera, y mandó allí jun-vinieron á la villa de Almazan, y fuéron allá para contar sus gentes para salir á dar la batalla al infante. Esto era mediado el mes de diciembre, y el infante don Juan que estaba en esta sazon en Zaragoza,' salió á gran priesa de la ciudad para hallarse con el rey' su padre en la batalla, y como todo el reino por esta entrada del infante de Mallorca estuviese puesto en armas y conviniese señalar una persona muy prin-radores del rey don Enrique, y con ellos se halló tam→ cipal y muy experta en las cosas de la guerra que tuviese cargo de proveer en todo lo universal del reino, nombró el infante en su lugar á don Blasco de Alagon por lugarteniente general, para que con consejo del arzobispo de Zaragoza y de Domingo Cerdan, justicia de Aragon, y de Domingo Lopez Sarnes, baile general, y de Blasco de 'Azlor, merino de Zara-curadores de ambos reyes hicieron pleito homenaje de goza, y de algunos ciudadanos que eran Miguel de Çapilla, Domingo Palomar, Fortun de Liso, Martin de Lorbes, Juan Aldeguer, Jaime del Hospital, Pero Jimenez de Ambel, Jimeno Gordo, ó de la mayor parte, proveyese en todo lo que ocurriese como capitan del reino, con jurisdiccion civil y criminal, como se acostumbraba en tiempo de guerra. No se halla en las memorias de aquellos tiempos por donde se continuó el

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bien Pero Fernandez de Velasco, camarero mayor del rey de Castilla, y quedaron conformes en que la paz se firmase. Esto se declaró en presencia del infante, estando en el monasterio de San Francisco, fuera de los muros de Almazan, un juéves á doce del mes de abril deste año: y el infante y los embajadores y pro

guardar lo que allí fué capitulado. Fué la paz con estas condiciones, que los reyes y sus sucesores y reinos, de allí adelante fuesen verdaderos amigos, y entre ellos hubiese perpetua paz, y para mayor vínculo se hiciese el matrimonio de la infanta doña Leonor, hija del rey de Aragon con el infante don Juan, hijo del rey don Enrique, y señalóle el rey en dote doscientos mil florines del cuño de Aragon, los cuales recibió el

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