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nardo de Benavente, Atho de Foces, Sancho Duerta, Pero Lopez de Luesia, Domingo de Pomar, Pelegrin de Castellezuelo, Fortuño de Estada, Pedro de Alcalá, Fortun Jimenez de Posanso. Por la ciudad de Zaragoza juraron los procuradores del consejo, que llamaban adelantados, que eran Pedro de Medalla, Guillen de Tarba, Juan Dunfort, y otros hasta número de quince personas, y los procuradores de las otras villas y lugares. Proveyó de allí adelante con consejo de don Ramon Berenguer conde de la Proenza y de los ricos hombres, las cosas de su estado, y pusiéronse alcaides en los castillos de los lugares vecinos á los moros y de las fronteras de Castilla y de Navarra.

CAP. XXV.- De la confederacion que entre si hicieron don Ramon Berenguer conde de la Proenza, y don Ramon conde de Tolosa y San Gil, y que el rey por muerte del conde su primo sucedió en su estado, y se intituló marqués de la Proenza.

El conde de la Proenza don Ramon Berenguer, dejando el gobierno destos reinos, volvióse à la Proenza, y concordó las diferencias que tenia con el conde dón Ramon de Tolosa, que tambien se llamaba conde de San Gil, que se confederó con él contra todos sus enemigos, exceptuando el rey de Francia. Era hijo este conde don Ramon del conde don Alonso, y casó con Constanza hija del rey Luis, y confederáronse ambos en muy estrecha amistad; y el conde de Tolosa en la guerra que en este tiempo traia el conde de la Proenza con Ugo de Baucio, y con Beltran de Baucio su hermano, y con el conde de Rodes, le fué de allí adelante aliado y valedor; y por el mes de octubre del año de mil ciento sesenta y cinco se vieron en Belcaire, y se concertaron de partir entre sí con ciertas condiciones el condado de Folcalquer, y todo lo que de allí adelante seadquiriese por el conde de Tolosa, exceptuando el estado que tenia el conde Delfin al tiempo de su muerte, y trató de casar una bija que el conde de la Proenza hubo de la emperatriz su mujer con el hijo del conde de San Gil, y darle en dote la mitad del condado de Folcalquer y de Melgor, con la parte que pertenecia al condado de Folcalquer en la ciudad de Aviñon. Intervinieron en esta concordia don Ugo de Cervellon arzobispo de Tarragona, don Pedro obispo de Osona, y Guillen obispo de Girona, pero vivió poco tiempo despues deste concierto el conde de la Proenza. En este mismo año parece en memorias antiguas, que fué muerto un capitan principal catalan, y muchos caballeros con él por los moros, en una entrada que hicieron por el reino de Murcia, y llamábase Guillen Despugnolo ; y fué la batalla á quince del mes de octubre. Murió el conde de la Proenza año de mil ciento sesenta y seis, saliendo herido, segun escribe el autor antiguo de las cosas de Aragon, de una batalla que tuvo con los de Niza, y no dejando hijos varones, hallándose el rey este mismo año en Girona, de consejo de don Pedro obispo de Zaragoza, y de don Guillen Tarroja obispo de Barcelona, y de don Martin obispo de Tarazona, y de los ricos hombres, que eran don Arnal Mir conde de Pallás señor de Fraga y Ricla, Blasco Maza señor de Borja, Fortun Aznarez de Tarazona, Marco Ferriz de Lizana. Sancho Iñigo de Daroca, Pedro de Castellezuelo señor en Calatayud, Pedro Ortiz señor de Fuentes, Orti Ortiz señor de Pina, Galin Jimenez de Belchit, Jimeno de Urrea, Pelegrin de Castellezuelo, tomó luego título de marqués de la Proenza, segun lo hizo el príncipe de Aragon su padre, muerto don Beren

guer Ramon su hermano, por razon de la concesion y feudo que el emperador Federico habia otorgado, por la cual le competia la sucesion, y fué á la Proenza; y segun en algunas memorias antiguas parece estando en la ciudad de Arles, á diez y siete del mes de agosto de mil ciento sesenta y siete, Hualgerio de Millars le entregó el castillo y fuerza de Millars, y le hizo por ella | homenaje, y otros varones de la Proenza, pero el conde don Ramon de Tolosa de San Gil pretendió apoderarse del condado de la Proenza y de los otros estados que fueron del conde don Ramon Berenguer, y procuró que el matrimonio de la hija del conde se efectuase con su hijo, lo cual el rey le ofrecia y aun trató de casarse con la emperatriz doña Rica, y el rey le entretenia con maña, hasta haberse apoderado de la Proenza, y hubo entre ellos por esta causa grande guerra. En el año de mil ciento sesenta y siete, Trencabello vizconde de Beses fué muerto á traicion por los suyos, estando en la iglesia de Santa Magdalena. Tenia por el príncipe de Aragon la ciudad de Carcasona, con las villas y tierras que llamaban el Carcases, en feudo; y fué despues concedido á Roger vizconde de Beses, de la misma manera que Trencabello le tuvo por el príncipe de Aragon, y por el rey don Alonso, que habia heredado aquel señorío por muerte del infante don Pedro su hermano, á quien el príncipe le habia dejado, como dicho es, con el condado de Cerdania, y el derecho de la ciudad de Narbona, aunque en todo esto por muerte de don Pedro, segun la disposicion del príncipe, habia de suceder don Sancho su hijo, y despues se le dió el condado de Rosellon por el rey don Pedro su sobrino.

Vuelto el rey en Zaragoza residió en ella algun tiempo, por algunos tratos y conciertos, que con don Aionso rey de Castilla y con sus tutores se traian, para que estos príncipes estuviesen en mayor paz y conformidad, y se confirmase por ellos la concordia que por el príncipe don Ramon se habia tomado con el emperador don Alonso, reparándose el perjuicio que á sus sucesores se habia hecho en el asiento firmado con el rey don Sancho en Navarra, por el cual el rey de Aragon no queria pasar, pues en lo que se conquistó de los infieles por el emperador don Alonso, no se debia hacer reconocimiento á príncipe alguno del mundo siendo de su conquista. Entonces por el mes de junio confirmó todos los privilegios y concesiones que sus predecesores habian hecho á la Iglesia y á los ricos hombres, y á las ciudades y villas del reino, estando presentes los obispos de Zaragoza, Huesca, Tarazona y Lérida, el conde de Pallás, Blasco Romeu mayordomo, Galin Jimenez de Belchit, Jimeno de Urrea señor en Epila, Pedro Ortiz en Fuentes y Aranda, Artal en Alagon, Blasco Maza en Borja, Fortun Aznarez en Tarazona, Arpa en Loharre, Pelegrin de Castellezuelo en Barbastro y en Alquezar, Fortuño de Estada en Estadilla, Gombal de Benavente en Biel, Lope Ferrench de Luna, Pero Lopez en Luesia, Jimeno de Artusella alférez del rey, Sancho Garces de Santa Olalla justicia en Zaragoza y en Huesca. Por este tiempo se hacia muy gran guerra á los moros que estaban en la region de los edetanos, en los castillos y fuerzas que tenian en las riberas del rio de Algas, y se ganaron los lugares de Favara, Maella, Mazaleon, Valdetormo, la Frezneda, Valderobres, Bezeit, Rafals, Monroy y Peñaroja, que están en las riberas de Matarraña, y se ganó Caspe, lugar muy principal junto á las riberas de Ebro; y de allí se

rio de Calanda, y se puso la principal frontera en Al- | cañiz, lugar muy principal que por esta razon le llamaron la frontera, y se ganaron Calanda, Aguaviva, Castellot, las Cuevas, y se fueron apoderando de los lugares fuertes de la sierra hasta Cantavieja y el Val de Jarque, que está en los confines de los edetanos é ilergaones. Fué el rey muy servido en esta guerra de los caballeros de las órdenes del Hospital y Calatrava y dióseles buena parte de lo que conquistaron, y pasaron á hacer guerra en los lugares de aquellas comarcas, y contra los castillos de las riberas del rio de Martin y Alhambra, y vino á esta guerra don Pelay Perez maestre de la caballería de Santiago, y estuvo en Montalvan en frontera contra los moros. Esto fué en el año de mil ciento y sesenta y nueve, y era comendador de Montalvan don Pedro Fernandez.

CAP. XXVI.—Que el rey don Alonso trajo á la iglesia catedral de Zaragoza la cabeza de san Valero.

continuó la guerra por las riberas de Guadalob y del | lo mismo jurarian los concejos de Oloron, Morlans, Aspa y Orsal y que entregarian los castillos de Gabarreto, y Mancieto, y Cadelon, ó en lugar de Cadelon, Escurres 6 Malvenga, en rehenes. De parte del rey juraron de hacer guardar y cumplir este asiento dos ricos hombres del reino, que eran Pedro de Arazuri, y Blasco Romeu. Mas no he podido descubrir por las memorias antiguas que hasta ahora he visto, con quién casó esta vizcondesa: aunque en escritura auténtica del archivo de Barcelona parece que estando el rey en Zaragoza dos años despues desto por el mes de marzo de mil ciento sesenta y dos, don Guillen de Moncada hizo homenaje al rey, y le prestó juramento de fidelidad por todo el señorío de Bearne, que por su nombre, ó de sus hijos pudiese adquirir, de tal suerte que sus hijos, y toda su generacion y posteridad fuesen obligados de hacer el mismo reconocimiento al rey y á sus descendientes, y el rey don Alonso recibió á don Guillen de Moncada y á sus hijos, debajo de su amparo y proteccion, y le prometió de le valer y ayudar en la empresa del vizcondado de Bearne, pero esto no hubo entonces efecto, pues poco despues deste tiempo sucedió en aquel estado el vizconde Gaston, hijo de la vizcondesa María, á quien el mismo rey don Alonso dió el condado y tierra de Bigorra, con la hija del conde de Omege. Cosa muy recibida es, la que Pedro Tomich escribe, que en tiempo del rey don Pedro de Aragon faltando la sucesion del vizconde de Bearne, y no dejando sino hija, los bearneses vinieron á Cataluña, con propósito de casar á su señora con hijo de don Pedro de Moncada, y que hallando durmiendo tres hijos que tenia, y queriendo saber sus nombres, el padre les dijo, que el mayor se llamaba Gaston y el segundo Guillen Ramon y el tercero Pedro, y que eligieron á Gaston, como á señor que mostraba semblante de ánimo muy generoso y liberal. Cuenta lo mismo Elías de Pamias, autor de la historia de los condes de Fox, puesto que ninguno destos autores hace mencion del nombre de la vizcondesa de Bearne; y Ellas difiere en el nombre del padre, el cual dice llamarse Guillen de Moncada. Tengo para mí por constante, que estos autores reciben engaño, y que el primero del linaje de Moncada, que sucedió en este señorío de Bearne, fué don Guillen de Moncada, que casó con la vizcondesa Garsenda, heredera de aquel estado, que es el que murió en la conquista de Mallorca, que era hijo de don CAP. XXVII-Del reconocimiento que la vizcondesa de Guillen Ramon de Moncada, y de doña Guillerma de Bearne hizo al rey de Aragon.

Tuvo el rey la fiesta de Navidad del año de mil ciento y setenta en la iglesia de San Vicente de Roda, en el condado de Ribagorza, y con él estaban los obispos de Zaragoza y Barcelona, el conde de Pallás y Ramon Mir su hijo, Berenguer de Entenza, Ramon de Eril y otros ricos hombres y caballeros de Aragon y Cataluña y como era cristianísimo y muy católico príncipe, pidió á don Guillen Perez obispo de Lérida y Roda, y al capítulo y canónigos, la cabeza de san Valero, que en tiempo del emperador Diocleciano fué | obispo de Zaragoza, porque la reliquia de tan gran pastor y prelado, y de aquel santísimo varon fuese adorada en la misma ciudad á donde habia nacido, y en el templo á donde presidió con tanta santidad y doctrina, que fué tan venerado en su vida por la universal Iglesia, como despues de su muerte, fué su memoria canonizada, y el obispo y capítulo condescendieron á la devocion del rey, y él les hizo merced del lugar de Montarruego junto à Bervegal. En la fiesta de san Juan apóstol y evangelista siguiente, por grandes ruegos del rey y de los barones que estaban con él, se alcanzó del obispo de Lérida y de sus canónigos, que se hiciese translacion del cuerpo del bienaventurado y gran siervo de nuestro Señor, s Ramon, que fué obispo de Roda, y aquel dia se hizo con gran solemnidad y fiesta.

san

Castelvell. Entre otras causas parece ser error at de Pedro Tomich, que dice, que de aquellos tres hijos de don Pedro de Moncada, á Gaston que fué el primero, se dió la baronía de Moncada y Lagostera, y al se

De Roda se vino el rey para la ciudad de Huesca y de allí á Jaca, á donde llegó el postrero de abril de este año doña María vizcondesa de Bearne, á hacer reconocimiento al rey por el feudo de Bearne y Gas-gundo la de Seros y Aitona, y al tercero que fué

cuña, que sus pasados, y el vizconde Pedro de Gavarrete su padre, y don Gaston su hermano tenian y dejaron al tiempo de su muerte; y le prestó y hizo pleito homenaje por sí y por todos sus sucesores: y ofreció que no tomaria marido, sino el que fuese la voluntad del rey y recibióla debajo de su amparo, y confirmóle la heredad que tenia en el reino de Aragon, y le pertenecia, del honor que sus antecesores habian tenido de los reyes pisados. De parte de la vizcondesa juraron de guardar y cumplir este asiento y concordia, Bernardo obispo de Oloron, Guillermo obispo de Lascares y Arnal de Alascon, Fortuño Dat, Arnaldo Garcla de Cardelon y otros bearneses, y se obligaron, que

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de Aragon á poner cerco sobre la ciudad de Calahorra con todo su poder, y teniéndola cercada, don Gutierre Fernandez de Castro, segun escribe el conde don Pedro de Portugal, salió con el poder del rey de Castilla, cuyo tutor era, y venció al rey de Aragon. y fué forzado á levantar el cerco en aquella batalla. Refiere este autor, que se ganaron las banderas de Aragon, y se pusieron en el monasterio de San Cristobal de Iveas, y que aun estaban en su tiempo sobre la sepultura de don Gutierre Fernandez. No señalan el tiempo desta batalla, y lo que se halla por constante es, haberse confederado en este mismo año los reyes, y que el rey de Aragon fué à la villa de Sahagun, é iban con él los obispos de Zaragoza y Barcelona, Ramon de Moncada, Ramon Folch vizconde de Cardona, Guillen de San Martin, y otros ricos hombres de Aragon y Cataluña. Estaban con el rey de Castilla, Celebruno arzobispo de Toledo, don Ramon obispo de Palencia, Armengol conde de Urgel, y los condes don Nuño, y don Gomez, y don Pedro, y otros ricos hombres, y muy gran corte, porque esperaba celebrar sus bodas este año con doña Leonor hija de Enrique segundo rey de Inglaterra. De allí partieron mediado el mes de junio, y se vinieron los reyes juntos á Zaragoza, donde estuvieron los meses de julio y agosto aguardando que viniese de Guiana la la reina doña Leonor mujer del rey de Castilla. Concordaron entonces perpétua paz y union entre sí, y sas ricos hombres, contra cualesquiera príncipes y reyes, sacando al rey de Inglaterra, y el rey de Castilla puso los castillos de Nájara, Begera, que tambien decian Bechera, Clavijo, Ocon y Agreda, en fidelidad para que en caso que no cumpliese las posturas, se rindiesen y entregasen al de Aragon, y fuesen suyos. El castillo de Nájara se entregó al conde don Nuño, el de Begera, Clavijo y Ocon, á Pedro Jimenez, y el de Agreda á Gonzalo de Portoles, y luego se entregaban al rey de Aragon por mano de un portero del rey de Castilla, y él los encomendó á estos ricos hombres, y recibió pleito homenaje dellos. De la misma manera entregó el rey de Aragon los castillos de Hariza, Daroca, Aranda, Epila y Borja, é hicieron pleito homenaje al rey de Castilla Blasco Romeu por Hariza, Pedro de Arazuri por Daroca, Pedro Ortiz por Aranda, Jimeno de Urrea por Epila, Blasco Maza por Borja. Allende desto, juraron de hacer guardar y cumplir lo capitulado, so pena de perjuros y traidores, estos ricos hombres del reino de Castilla los condes don Nuño, don Gomez, y don Pedro, Gonzalo Ruiz, Alvaro Ruiz de Mansilla, Pero Ruiz y Fernan Ruiz sus hermanos, Pedro Ruiz hijo del conde Rodrigo, Ruy Gutierrez, y su hermano Pedro Gutierrez, Pedro Jimenez, Gomez Garces, Ordoño y Garci Garces sus hermanos. Gonzalo Ruiz duque, Lope Diez de Mena, Garci Ordoñez de Villamayor, Gonzalo de Portoles, Tel Perez, Lope Lopez hijo del conde don Lope. Del reino de Aragon y Cataluña, juraron lo mismo Arnaldo Mir conde de Pallás, Pedro de Arazuri, Pedro de Castellezuelo, Blasco Romeu, Pedro Ortiz, Pelegrin, Blasco Maza, Jimeno de Artusella, Jimeno de Urrea, Galin Jimenez, Artal'de Alagon, Galindo de Naya, Fortuño de Estada, Guillen Ramon de Moncada, y Ramon de Moncada, Guillen de Castelvell, Guillen de San Martin, Guillen de Cervera, y Guiraldo de Jorba. Desde Zaragoza habia el rey de Castilla enviado á Guiana al arzobispo de Toledo, y al obispo de Palencia, y los obispos de Segovia, Burgos y Calahorra, y á los condes

á

don Nuño, y don Ponce, y á Gonzalo Ruiz, y Pedro y Fernan Ruiz su hermano, Tel Perez, Garci Gonzalez, Gutier Fernandez principales ricos hombres de sus reinos. Estos prelados y caballeros fuéron á Burdeos, a donde estaba doña Leonor reina de Inglaterra, y recibieron á su hija, con la cual vinieron don Bernardo arzobispo de Burdeos, Elías obispo agenense, y los obispos de Putiers, Angulema, Janton, Perigor, y Vasatense, y muchos señores ingleses, y de Cascuña, Bretaña y Normandia. Los principales fueron Rodolfo de Faya senescal de Guiana, Elías conde de Perigor, el vizconde Guillelmo de Casteleraldo, Ramon vizconde de Tartaix, Beltran vizconde de Bayona, Rodolfo de Mortinar y Ruello, los vizcondes de Castellon y de Bedoma, Folch de Angulema, Amaneo de Labrit, Arnaldo Guillen de Marzano, Pedro de Motta, Tibaldo Cabot, Guillen Maengot, Jofre de Taunna, y Fulchaudo de Archiaco. Habíase ordenado, que el rey de Castilla recibiese á su esposa en la ciudad de Tarazona, y que allí se hiciesen las fiestas del desposorio, y que en presencia del rey de Aragon se ratificasen las condiciones de aquel matrimonio, por el deudo que tenia con la reina de Inglaterra; lo cual se hizo con gran solemnidad. Vino el rey de Castilla á Tarazona, con grande corte, y muy acompañado de los prelados y ricos hombres de sus reinos que á las fiestas concurrieron. y los prelados y ricos hombres de Castilla, que venian con la reina, por mandado del rey su esposo, le hicieron el juramento de fidelidad y homenaje como vasallos. Las fiestas fueron en aquella ciudad por el mes de setiembre, del año de mil ciento y setenta, cuanto la grandeza de aquellos príncipes lo requeria, porque el rey de Castilla se quiso mas señalar en esto, que cuantos príncipes antes dél reinaron, y se habia acostumbrado, teniendo gran cuenta que el rey de Inglaterra su suegro, era el mas estimado rey que habia en la cristiandad, y fué señor de muy grandes estados de Francia, y así por su respeto, á quien llamaba invictísimo y siempre triunfador allí en Tarazona señaló en arras á la reina la ciudad y castillo de Burgos, Castrojeriz, Amaya, Avia, Salqueaña, Monzon, Carrion, Dueñas, Tariego, Cabezon, Medina del Campo, Astudillo, Aguilar, y Villaescusa, y las rentas del puerto de San Emeterio, Cabedo, Besgo, Briza de Santillana, Tudela, Calahorra, Arnedo, Begera, Metria, y el castillo y ciudad de Nájara, Logroño, Grañon, Bilhorado, Pancorvo, Piedralada, Poza, Monasterio, Atienza, Osma, Peñafiel, Curiel, Hita, Zurita, Oreja, y Peña Negra; y para su cámara le señaló las ciudades de Nájara y Burgos, Castrojeriz, con todos sus derechos y rentas, y le hizo donacion de la mitad de lo que se conquistase de moros, desde el dia que se celebrase su matrimonio; y mandó luego poner en la posesion de todas estas ciudades y villas, á los embajadores del rey de Inglaterra, para que se tuviesen en nombre de la reina, y á ella se hiciesen los homenajes. Hizo juramento y homenaje en poder del rey de Aragon, que lo cumpliria, y el mismo rey de Aragon prometió tambien en nombre del rey de Castilla, que lo guardaria, y lo juró en manos del arzobispo de Burdeus, y hizo homenaje á los vizcondes de Castellon, y Tartaix, y á Pedro de Motta, embajadores del rey y reina de Inglaterra. Acabadas las fiestas de Tarazona, se fué el rey de Castilla con la reina su esposa para celebrar las de su matrimonio. Entonces porque el rey de Aragon tenia queja de Lobo rey de Murcia, que no habia pagado las parias y tributo que solia dar en cada un año, desde que postreramen

te partió para la Proenza el príncipe don Ramon su padre, y se habian conferado con el rey de Castilla, queriéndole hacer guerra, prometió el rey don Alonso al rey de Aragon, que le aseguraria, que el rey de Murcia cumpliria lo que estaba capitulado y pagaria | el tributo que le acostumbró dar, como lo declarasen Guillen Ramon de Moncada y Guillen de Jorba, que lo solían recibir en tiempo del príncipe don Ramon su padre; y cuanto á otras querellas que el rey de Aragon pretendia tener contra el rey de Murcia estaria á lo que juzgasen y determinasen el conde de Urgel, y los condes don Nuño, don Gomez, y don Pedro, ó la mayor parte, y el rey de Aragon prometió que cumplién dolo así, le guardaria la paz que el príncipe su padre con él tuvo, y no favoreceria á la parcialidad y bando de los moros, llamados mazmutes, que eran enemigos, del rey de Murcia, ni los ampararia, ni defenderia. Esto juraron de parte del rey de Aragon, Ramon Folch, Ramon de Moncada, y Guillen de San Martin, y por rey de Castilla los condes Armengol, don Nuño, y don Lope.

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union de ambas iglesias, y creo que fué con persuasion, que en la primitiva Iglesia estaba en Segorbe la silla catedral, que era la antigua Segobriga, siendo cierto, que Segorbe está en la region de los edetanos, y Segobriga se incluia dentro de la Celtiberia, no léjos del nacimiento de Tajo.

CAP. XXX.

Que el rey don Alonso echó á los moros de las montañas de Prades, á donde se habian rebelado. Movió de allí con su ejército el rey don Alonso, continuando la guerra contra los infieles, y fué para las montañas de Prades, á donde se habian alzado y rebelado en algunos lugares y castillos, y los tornó à cobrar y reducir á su señorío, echándolos de toda aquella comarca. Refiere Pedro Tomich, que en estas montañas habia un rey moro, que se llamaba de Entenza á quien los reyes de Aragon habian echado de su tierra, y desheredado del castillo de Entenza y que se recogió en el castillo de Siurana, y allí dice, que se rindió á merced del rey y que se tornó cristiano, y le llamaron Guillen de Entenza, y afirma, que le hizo entonces el rey merced de Mora y Falsete y de la ba

CAP. XXIX. — De la conquista de los moros en las fronteronía que se dijo de Entenza, de quien dice que desras del reino de Valencia; y que don Pedro Ruiz de Azagra, rico hombre, en el mismo tiempo estaba apoderado de Albarrazin.

Despues desta paz y amistad, el rey de Aragon comenzó á hacer guerra á los moros que estaban apoderados de la sierra que está en los confines de la Edetania y Celtiberia, en una parte de los montes que los antiguos llamaron Idubeda; y fueron sojuzgando los moros que estaban en las riberas de Alhambra y Guadalaviar. En esta conquista estuvo el rey con sus ricos hombres quince meses, y se le rindieron muchos lugares y castillos de la comarca, y se fueron retrayendo los moros para el reino de Valencia, y á las costas de la mar. Estaba ya entonces apoderado de Albarrazin, lugar muy principal de la sierra, que está en la Celtiberia, junto al nacimiento de Tajo, que de muy antiguo se llamaba Santa María de Albarrazin, un rico hombre con sus caballeros, que se decia don Pedro Ruiz de Azagra, hijo de don Rodrigo de Azagra, que tuvo el señorío en Estella, y en otras villas de Navarra y Aragon, que fué tan señalado caballero, como en lo de arriba está referido. Era el lugar muy enriscado y fuerte, y fue muy combatido en los tiempos pasados; y siendo don Pedro Ruiz muy amigo y confederado del rey Lobo, que fue uno de los mejores príncipes que hubo en la morisma de España, le dió aquel lugar y otros castillos, y se pobló y fortaleció por don Pedro Ruiz, sin reconocer el señorío de los reyes de Aragon y Castilla, y llamábase vasallo de Santa María, y señor de Albarrazin. Procuró don Pedro, que fué un muy valeroso caballero, con grande cuidado, que el arzobispo de Toledo les diese prelado, y que en aquella ciudad hubiese silla episcopal; y considerando que no solamente se aumentaria la devocion del pueblo, y se seguiria gran provecho en lo espiritual, pero aun seria causa que mas facilmente se resistiese á las entradas y correrías de los moros, si aquel lugar se ennobleciese, con autoridad de Jacinto cardenal, que residia entonces por legado en España, que despues fué sumo pontífice, y se llamó Celestino tercero, con consejo de los obispos de su provincia, se erigió en él iglesia catedral. Esto fué despues confirmado por el papa Inocencio tercero, y en tiempo de Inocencio cuarto, cuando se ganó la ciudad de Segorbe de los moros, se hizo

cendieron los de este linaje. Pero en esta parte no debieran nuestros autores dar tanto crédito á lo que este autor refiere, pues es averiguado y muy cierto, que los desta casa eran ricos hombres en Aragon mucho antes, y era linaje nobilísimo, y de gran solar; y la torre de Entenza de la cual tomaron el apellido, está en Ribagorza, de donde de muy antiguo fueron echados los moros, y no hallo mencion, que en tiempo del rey don Alonso, fuese entre los ricos hombres nombrado Guillen de Entenza, sino Berenguer y Bernardo de Entenza, que tuvieron señorío de honor en Zaragoza, Calatayud y Teruel cuyos sucesores tuvieron la baronía de Alcolea y estos lugares que despues se' dijeron la baronía de Entenza.

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CAP. XXXI. De la infeudacion que el arzobispo de Tarragona concedió al principe Roberto, de la ciudad de Tarragona, y de la muerte que sobre ello se siguió del arzobispo don Ugo de Cervellon y de la poblacion de Teruel.

En la ciudad de Tarragona, muy vecina á estas montañas, tenia el señorío un baron muy principal llamado Roberto de Aguilon, que se intituló príncipe della, y sucedió en él desta manera. El conde don Ramon Berenguer, abuelo del rey don Alonso, dió á la iglesia de santa Tecla de Tarragona y á San Oldegario arzobispo della, y á todos los arzobispos sus sucesores, estando en aquella dignidad debajo de la obediencia de la sede apostólica, la ciudad de Tarragona, que mucho tiempo despues de la entrada de los moros estuvo yerma, y dióla con todos sus términos, para que se restaurase y la poseyese el arzobispo y sus gobernadores, libre y pacíficamente; y reservóse el conde de Barcelona el señorío y palacio coq que fuesen obligados los vecinos de aquella ciudad de guardar sus paces y treguas y servirle en la guerra. Queriendo el arzobispo Oldegario dar orden en la restauracion y poblacion de aquella ciudad, que tan insigne fué en los tiempos antiguos, de quien toda la provincia citerior de España tomó el nombre, con consejo de los prelados sus sufragáneos y de los barones y caballeros de la tierra, á instancia del mismo conde de Barcelona, constituyó por príncipe de Tarragona este Roberto de Aguilon, que era caballero muy valeroso, y entre

góle el señorío della con sus términos para él y sus muy generosa y principal, prosiguiendo el derecho que sucesores, y dióle todos los derechos y rentas que perte-pretendia, fué muerto por Guillen de Aguilon, hijo del necen al príncipe, así en la tierra como en la mar, y retuvo en su dominio las iglesias y la jurisdiccion de las personas eclesiásticas, y de sus familiares y de aquellos que tuviesen bienes de la Iglesia y todas las décimas; y con estas condiciones prestó homenaje de fidelidad al arzobispo Oldegario. Esta investidura se confirmó por el arzobispo don Bernarde su sucesor, y concedió al príncipe Roberto y á sus herederos, que tuviesen en la ciudad y en todos sus términos las cuatro partes de todas las rentas y la quinta parte retuvo el arzobispo para sí y para los arzobispos que despues dél fuésen y para la iglesia de santa Tecla, demás de lo que el arzobispo Oldegario retuvo, y fuele prestado asimismo el juramento de fidelidad por el príncipe. Despues en el año de mil ciento cincuenta y uno, este príncipe de Tarragona de voluntad de doña Inés su mujer y de Guillen de Aguilon su hijo, y de consejo de sus amigos, hizo cesion del derecho que tenia en aquella ciudad al arzobispo don Bernardo, y en el mismo año por ser inquietado el clero y vecinos de Tarragona, de muchas personas escandalosas, que con poco respeto del arzobispo, perturbaban la paz y sosiego de la ciudad, de consentimiento del papa Eugenio tercero, y con consejo de sus sufragáneos y con voluntad de los canónigos y capítulo, hizo donacion della al príncipe don Ramon, con todos sus términos y del señorío sobre los caballeros y otras personas para que fuese suya y de sus herederos, y le sirviesen en la guerra, como vasallos eran obligados à su señor, que dando á los arzobispos reservadas las rentas y derechos que tenia el arzobispo Oldegario, cuando le fué concedida por el conde don Ramon, y la mitad de todo lo que en nombre del conde de Barcelona ó de la Iglesia se adquiriese por compra ó cambio, dentro en la ciudad y sus términos, y la otra mitad fuese del conde y que tuviese un baile ó veguer, que juzgase en presencia del arzobispo ó de su baile, y los caballeros ciudadanos fuesen obligados de hacer homenaje de fidelidad al arzobispo y á sus sucesores, que guardarian su persona y estado, y en caso que el príncipe don Ramon ó sus herederos muriesen sin dejar hijos legíti mos, fornase aquel señorío al arzobispo é iglesia, con todo lo que se hubiese adquirido y mejorado, y que el hijo primogénito que tuviese de la reina y los otros sucesores legítimos, jurasen al arzobispo é iglesia que serian fieles cerca de su vida y estado, y conservarian la ciudad y sus términos. Este juramento hizo el príncipe, y la donacion fué hecha, estando aun el príncipe Roberto en la posesion de la ciudad y su tierra, y despues año de mil ciento cincuenta y siete, con doña Inés su mujer, hizo donacion y entrega de Jas dos partes de Tarragona y su tierra al príncipe don Ramon en presencia del arzobispo don Bernardo, reservándo e la tercera parte que él habia de tener en feudo por el príncipe, y sobre ello habia grandes diferencias y dehates, sobre si se hubo de estar á la donacion hecha por el príncipe Roberto al arzobispo don Bernardo, no le entregando la tierra, ó á la que hizo el conde de Barcelona, dándole la posesien de las dos partes della. Pretendia al príncipe Roberto, que la cesion que hizo fué fraudulentamente tratada y testificada, y sobre ello hubo gran contencion y discordia entre él y el arzobispo don Bernardo, y fuese mas encendiendo despues de la muerte del arzobispo con don Ugo de Cervellon, que sucedió en aquella iglesia. Este prelado siendo persona

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príncipe Roberto, ayudándole otros sus hermanos, este año de mil y ciento y setenta y uno á veinte y dos de abril. Por esta muerte se siguieron grandes alteraciones y escándalos en el principado de Cataluña, y envió el papa Alejandro tercero sus legados al rey de Aragon, mostrando grave dolor y sentimiento deste delito tan atroz y nefando, cometido contra la persona del arzobispo, varon de grande dignidad y linaje, por defender la libertad é inmunidad eclesiástica; y amonestole que diese á la Iglesia la mitad de las posesiones y heredamientos que los matadores tenian en Tarragona, y su tierra, segun el tenor de la convencion hecha entre la Iglesia y el príncipe don Ramon su padre. Prozedióse rigurosamente como la calidad de un caso tan atroz y sacrilego lo requeria, contra Guillen de Aguilon y sus hermanos y valedores, y tomó el rey á su mano todos sus bienes y heredamientos, y el papa proveyó, que ninguno del linaje de Guillen Aguilon, que llamaban Guillen de Tarragona, fuese admitido á la posesion y sucesion dellos; pero quedó en su vida con la tercera parte de Valls y su tierra, y con los lugares de Picamoxon, Espinaversa y Pontegaudi, y en ellos sucedió Guillen de Tarragona su hijo, y fuéronle confirmados despues por el rey don Pedro hijo del rey don Alonso, porque Guillen de Aguilon hizo transaccion del derecho que le competia en la ciudad y campo de Tarragona, y por esta causa de quedar dividida la jurisdiccion en lo temporal, entre el rey y los arzobispos, se siguieron grandes disensiones y diferencias, por defender los prelados la inmunidad eclesiástica. Fué elegido en lugar del arzobispo don Ugo de Cervellon, don Guillen Tarroja obispo de Barcelona, herinano de don Pedro Tarroja obispo de Zaragoza. Fué este mismo año tambien señalado por la muerte de Tomás Beccheto arzobispo de Conturben en el reino de Inglaterra, que fué despues canonizado por santo; y fueron por una misma razon, y en menos de un año, estos dos prelados, malvada y tiranicamente muertos; pero la memoria del arzobispo de Conturben quedó consagrada cerca de las gentes, y mas celebrada por haber sido puesto en el número de los santos que padecieron martirio por la inmunidad de la Iglesia. En este año, á nueve del mes de agosto sobrevino una tan grande tempestad del cielo, y tan terrible inundacion de la cumbre y valles de Moncayo hacia la ciudad de Tarazona y su comarca, que hizo muy grande estrago en ella, y fué tan terrible, que no hubo cosa mas señalada en aquellos tiempos. Otro dia en la fiesta de san Lorenzo, los monges del monasterio de Santa María de Veruela, que fundó don Pedro de Atares, padecieron mucho daño en aquella tempestad, y se mudaron al monasterio nuevo. Por el mes de octubre deste año de mil y ciento y setenta y uno el rey pobló á las riberas de Guadalaviar una muy principal fuerza, adelantando sus fronteras contra los moros del reino de Valencia, y llamóse Teruel; y fué el fuerte y homenaje para la conquista que despues se emprendió de sojuzgar aquel reino, que fué una de las mas enormes y señaladas que en España ha habido. Dió el rey el feudo y honor de Teruel, como se usaba entónces, un rico hombre de Aragon, llamado don Berenguer de Entenza, y señaló á los que poblaron aquella villa que se rigiesen por el fuero antiguo que el rey don Sancho el Mayor, y antes dél, los condes Fernan Gonzalez, Garci Fernandez y don Sancho dieron á los de

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