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el conde de Osona se pusiese en rehenes en Albarrazin',' ↑ nardo de Cruillas, gobernador del cabo de Lugodor,

se trató que el rey le diese perdon general de cualquie ra delito que hubiese cometido, aunque fuese crimen de lesa magestad, y se le confirmase para él y sus he→ rederos, el estado que habia poseido su tio, de la suerte que se concedió á Brancaleon su padre: y tratose que una hermana de Branca de Oria que se llamaba Violante de Oria, casase con un caballero catalan que se decía Bernardo de Guimerá: al cual proveyó el rey por gobernador del cabo de Lugodor y por quitarles la ocasion de aspirar á la tiranía antigua, mandó el rey en esta sazon que lo que se solia llamar reino y juzgado de Gallura, de allí adelante no se'nombrase sino cabo de Lugodor y de Caller. Prometia Branca de Oria de dar en dote á su hermana á Castelgenovés y Castel de Oria y Claramonte, con todo Anglon, con condicion, que si muriese su hermana sin heredero volviese a él y ofrecia de casar en Cataluña ó en Aragon, y pedia que el rey le legitimase é hiciese rico hombre. Con esta plática cesó algun tanto la guerra en aquella isla: pero cuando se pensaba remediar lo que tocaba á los Orias, se descubria en Mariano juez de Arborea contrariedad y repugnancia á lo que convenia al pacífico estado de la isla, mayormente viendo al rey embarazado en guerra con un rey tan poderoso su vecino; y rebusaba de pagar el tributo que hacía al rey por el juzgado de Arborea. Estando las cosas' en esta balanza, y la guerra con genoveses en su fuerza, aunque tenian divertidas las armas los unos y los otros, el rey envió á Cerdeña a don Berenguer Carroz, y él mandó volver la tenencia del castillo de Quirra que se le habia quitado: y proveyó, estando en Valencia en fin deste año, que á Bernardo de Guimerá, por mayor seguridad del Alguer y de todo el cabo de Lugodor, se enviase mayor número de gente de guarnicion y para el castillo de Caller se remitiesen á Olfo de Proxita algunas compañías de ballesteros, y toda la caballería y soldados acudiesen hácia aquella parte, y sustentasen la guerra defendiendo los castillos sin atender a ofender; porque el rey no podia enviar otro socorro, por la guerra que esperaba tener en su mismo reino: y cometióse la guarda y defensa del cabo de Lugodor, con las ciudades de Sacer y del Alguer, á Bernardo de Guimerá. Lo del cabo de Caller estaba encomendado á Olfo de Proxita, y los principales caballeros y capitanes que habia en este tiempo en la isla, eran, don Berenguer Carroz y Juan Carroz, Manuel de Entenza, Umberto Dezgatell, Ramon de Ampurias y Francisco de Sanclemente: pero no obstante estas fprovisiones, Branca de Oria, no cesaba de molestar á los gobernadores y tenerlos en continua sospecha, unas veces reduciéndose, y otras re elan

y sus hijos en Tortosa. Despues entreteniéndose esta plática, fuéron con don Bernardo de Cabrera á Teruel, "donde el rey estaba, Acart de Mur y Pedro Cima: y para la final resolucion y concordia', se trató que el rey y el infante se viesen en un lugar muy secreta mente. Viéronse en un bosque, en el valle que llamaban la Cañada del Polvelo, término de Albarra zin, y fueron con muy pocos escondidamente un jue ves á siete del mes de diciembre: y el infante hizo reverencia al rey y le besó la mano, y el rey le recogió amorosamente, y se abrazaron y dieron paz con grande demostracion de amor, y juraron la concordia: y el rey aseguró la persona del infante de prision y cualquiera lesion, y de muerte, y dello hizo pleito homenaje al infante, que se lo cumplió muy mal. Lo mismo juró el infante de cumplir y guardar por su parte: y con esto se volvió el rey á Teruel, y otro dia, en manos del arzobispo de Zaragoza, juró de guardar esta concordia, y el sábado siguiente, los arzobispos de Zaragoza, Tarragona y Caller, y el maestre de Montesa fuéron al lugar de Abuhan, término de la ciudad de Teruel, á donde vino el infante, y ante ellos hizo el mismo juramento. Despues, estando el rey en Valencia, vino con grande acompañamiento, y quedó en su servicio, y el rey le concedió el oficio de la procuracion general, como era costumbre de cometerlo al primogénito, y nombró el rey ciertos oficiales que entendiesen en lo del regimiento de sus reinos, y diputó por canciller de la gobernacion á Pedro Cima, que era letrado, natural de Tortosa, y de la casa del infante. Con estas condiciones volvió el infante don Fernando al servicio del rey, y fué causa de encenderse la guerra entre los reyes mas cruelmente: y no pasó mucho que el rey de Castilla mandó matar al infante don Juan, y fué presa la reina doña Leonor, la cual despues fué muerta, porque no faltase ocasion à aquel rey para ejecutar su ira en su propia sangre tan fieramente. En el mismo tiempo que el rey traia esta plática de ganar á su servicio al infante don Fernando su hermano, estando en Teruel en principio del mes de diciembre, aquel caballero castellano, que se decia Suer García, hijo de García Suarez de Toledo, que estaba en Aragon en su servicio, del cual se ha dicho que intervino en que don Tello, hermano del conde de Trastamara, se viniese al servicio del rey, le ofreció que seria tercero, para que Gonzalo Gonzalez de Lucio, que tenia por el rey de Castilla la ciudad de Tarazona, la entregase al rey de Aragon : y el rey ofrecia de dar cuarenta mil florines á Gonzalo Gonzalez, y á Suer García diez mil: y esto se trató allí en Teruel por este tiempo, é intervinieron en esto don Bernardo de Cabrera y don Gilabert de Centellas, Pedro Jordando con mayor infidelidad é inconstancia que Mateo de de Urries, mayordomo del rey, y Mateo Mercer: y no fué esta plática tan vana, que no hubo despues en su sazon efecto.

CAP. XV.-Del estado en que se hallaban las cosas de
Cerdeña y Sicilia.

En la isla de Cerdeña se entretenia la guerra con genoveses, cuanto lo sufria tener empleadas las armas y poder en mayor necesidad, y dió algun alivio á los que el rey tenia en defensa de aquella isla, la muerte de Mateo de Oria, del cual no se podia tener confianza por haber sido tantas veces rebelde. Sucedió en aquel estado un sobrino suyo, llamado Branca de

Oria, hijo de Brancaleon: y por medio de don Ber

Oria su tio. No podian estar las cosas en peor estado en Sicilia, que hallarse la mayor parte della en poder del bando de Claramonte, que eran rebeldes, y haberse entregado la principal fuerza y entrada al rey Luis y á la reina Juana, continuando su posesion, y juntando aquella isla con su reino: porque estaban en poder de los enemigos y rebeldes la ciudad de Mecina, con todo el llano de Melazo, y la ciudad de Palermo, con muchas fuerzas y lugares muy importantes. No tenia otro recurso aquel príncipe, sino el del rey de Aragon, y este estaba tan lejos, y era tan dificultoso, por la guerra que se habia movido dentro de su reino: pero concertándose el matrimonio de la infanta doña Costanza, bija mayor del rey, con el rey don Fadri

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CAP. XVI.-Que el maestre de Santiago tomó la villa de
Jumilla: y se movió de nuevo la guerra por Aragon y
Valencia, rompiendo la tregua: y de las muertes del
maestre de Santiago y del infante don Juan.,,.

que, mediante dispensacion apostólica, procuró el rey | federarse con el rey de Benamarin, y con los moros de de concordar las diferencias, que habia entre el papa y el rey don Fadrique, que fué abrir camino para su remedio. Recelando por esta causa el rey Luis y la reina. Juana, que residian en Mecina, que el rey de Aragon enviase su armada en socorro del rey su yerno, juntaron la suya y un buen ejército por tierra, y fuéron á poner cerco sobre el castillo de Yachi, y diéronle di❤ versos combates. Entonces don Artal de Alagon, conde de Mistreta, y maestre justicier de Sicilia, con Francisco de Veintemilla, conde de Golisano y gran camarlen go, y don Guillen de Peralta, conde de Calatabelota y de Sclafana, y los otros barones que estaban en servicio del rey don Fadrique, juntando sus gentes con grande celeridad, se fuéron á Catania, que está á doce millas de Yachi, y eran hasta en número de mil y dos cientos de caballo. A caso llegaron á la marina de Catania aquellos dias dos galeras de catalanes, y entrando el conde don Artal en ellas, con algunas compañías de ballesteros, y con una galera y otros navíos de remos bien armados, salió de noche contra cinco galeras de los enemigos, y teniendo dello aviso, se pusieron en huida, y ganaron las tres. Otro dia por la mañana, el ejército que tenia cercado el castillo de Yachi, levantó su campo, y volvieron camino derecho de Mecina, y el conde don Artal y los barones con sus gentes, fuéron en su seguimiento, y habiendo de salir por ciertos pasos angostos, y de gran aspereza y fragura, fueron en ellos desbaratados y vencidos, y murió mucha gente principal de las enemigos á manos de los villanos, y fueron algunos presos, y entre ellos un varon muy principal del reino, que era camarlengo del rey Luis, que se llamaba Ramon de Baucio: y los que se escapa ron se fuéron á recoger á Mecina, con grande ignominia. Por este destrozo, el rey Luis y la reina Juana, prosiguiendo su empresa de la conquista de aquel reino, hacian este año grande ajuntamiento de gentes, con esperanza que rematarian la guerra, y que al rey don Fadrique le faltaban las fuerzas y poder, y quedaba desconfiado de todo socorro, y el rey don Fadrique envió con Ricardo de Veintemilla y Bernardo de Castell, y Bartolomé de Altavila, á pedir al rey de Aragon que enviase su armada en su socorro, si deseaba que aquel reino no quedase en poder de sus enemigos: pero no pasaron muchos dias despues de la batalla, que el rey Luis y la reina Juana, dejaron la empresa y se volvieron á Calabria. Estuvo entonces aquel reino en tanto peligro, siendo la isla tan guerreada, no solo por: los enemigos, pero por los naturales della que se ha bian rebelado, y parecia estar tan destituida de remedio, que para mas obligar al rey de Aragón á que saliese á la defensa, como en cosa propía, el rey don Fadrique hizo donacion á la reina doña Leonor su hermana, reina de Aragon, de aquel reino y de los ducados de Atenas y Neopatria, y del condado de Carintia, en Alemania, que le pertenecia por la sucesion de la reina doña Isabel su madre, que fué hija de Enrique de Carintia, que se llamó rey de Bohemia; y en caso que esta donacion no hubiese lugar, por algun impedimento, y no pudiese ó no quisiese la reina de Aragon usar della, declaró que se estendiese á uno de los hijos de la reina y del rey de Aragon, cual escogiese. Mas el rey estaba en tanta necesidad dentro en su casa, y continuase la guerra por el rey de Castilla contra él de tal manera, por mar y por tierra, que no solamente no pudo enviar el socorro que pedian con su armada, pero tuvo necesidad de valerse de otros principes, hasta con

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- Estaba confederado el rey don Pedro de Castilla con el rey de Granada, para que le valiese en la guerra que tenia con el rey de Aragon: y el rey que tuvo la fiesta de Navidad de mil y trescientos y cincuenta y ocho, en la ciudad de Valencia, tuvo su inteligencia con el rey de Beoamarin, y puso con él su amistad contra el rey de Castilla, de lo cual el papa Inocencio sexto, que era gran pastor, y siervo de Dios, y no atendia á cosa mas que á la paz y bien universal de la cristiandad, recibió mucho sentimiento: y de Aviñon envió á exhortar al rey, con gran fervor de caridad, que se apartase de tan detestable y perniciosa amistad, y revocase la concordia, que habia asentado con el rey de Benamarin, y se inclinase á la paz con el rey de Castilla. Escusábase el rey, diciendo que su enemigo estaba aliado contra él con el rey de Granada, y los moros, levando por caudillo al infante don Fernando, su propio hermano, habian hecho su entrada en el reino de Valencia, y le tomaron la villa de Jumilla, que era en su reino, y se la tenia el rey de Castilla, y que no era de maravillar, que los reyes y príncipes, que despues de Dios, no reconocen superior alguno en lo temporal, en prosecuciou de su derecho y justicia, hiciesen tales ligas y confederaciones, con las cuales pudiesen defenderse de los infieles, á sí y á los suyos, contra el poder de sus enemigos, y en su caso ofenderlos. Que no entendia que repugnase al derecho, si un príncipe, no desviando de la fé católica, en su defensa y de los suyos, y en ofensa de sus enemigos, hiciese semejantes pactos y confederaciones: mayormente, que si él habia hecho liga con el rey de Benamarin, mas se podia decir ser contra infieles, pues por ella se deshacia la que su adversario habia procurado, porque no se pudiese servir dellos contra él, y que tenia por agravio, que su beatitud no dejase proceder al legado en su comision, mostrando que le pesaba de lo que hacia en virtud della, mandándole volver á la curia romana, y suplicaba que man dase confirmar el proceso, que tan justamente se ha→ bia hecho por él. Era esto en sazon, que el infante don Fernando aun no se habia declarado, ni despedido del rey de Castilla, y buscaba nueva honesta ocasion para ello, y teniendo en su poder el castillo de Jumilla, despues que lo entregó por mandado del rey de Aragon, envió á decir con un suyo al rey de Castilla, que algunos que tenia en su consejo, no daban lugar, que él le sirviese ni viviese como quien él era, en su merced, segun solia: á lo cual le respondió el rey de Castilla, recelándose ya de lo que era, que se maravillaba mucho desto, y de lo que le enviaba á decir, porque siempre halló en él mucha merced, y mucha honra, y grande heredamiento, mas que en ningun otro rey, y así lo hallaria, cuando le quisiese servir. Que bien sabia que siendo su vasallo, y teniendo dél tierra, y estando á sueldo con sus gentes, de quien 'era general, habia tomado el castillo de Jumilla por su mandado, y le habia dado órden, que lo entregase á Garci Fernandez de Villodre, y no lo quiso hacer, y entonces le envió á requerir, que lo entregase, y no lo quiso el infante hacer, porque en el concierto que hizo con el rey de Aragon, se trató, que lo volviese á don Pedro Maza, cuyo

era: y así estuvo el infante algunos dias en sus tierras | la guerra, lo que no se compadece con lo que él essin mas declararse, aunque se entendió, que estaba cribe en el mismo lugar, que el infante don Fernanya avenido con el rey. Desto recibió el rey de Castilla do envió a Otiel un procurador suyo, para que le tanto enojo, estando en aquella sazon en Sevilla, que absolviesen del vasallaje que debia al rey de Castilla, no pudo esperar que se acabase la tregua, y siendo y que entonces mandó ajuntar las huestes del reino partido el rey de Valencia en fin del mes de febrero de Valencia, y entró con ellas por el reino de Murpara Barcelona, mandó al maestre de Santiago, que cia talando y destruyendo aquella frontera, y pujuntase sus gentes, que tenia en las fronteras de Murso su campo sobre Cartagena, y que estando sobre cia y en la Mancha, y fuése á combatir el castillo de Ju- aquel lugar, tuvo aviso de la muerte del infante milla. Teniendo el rey aviso desto, estando en Girona, don Juan su hermano, y habiendo talado la vega de en principio del mes de mayo, y que el maestre de San- Murcia se volvió á Valencia, habiendo hecho mucho tiago, con su ejército estaba ya sobre Jumilla, mandó ir daño en aquella comarca. Conforme à esto, parece algunas compañías de gente de caballo de Cataluña, para mas verisimil que la tregua era ya rompida, y se que la socorriesen: pero al maestre se dió el lugar: y el habia comenzado la guerra desde que el maestre de castillo fué combatido tan bravamente y tantas veces, Santiago movió con su ejército á ponerse sobre Juque los que estaban dentro se hubieron de rendir. Des-milla, y se tomó el castillo de Ferrellon, aunque des➡ pues desta novedad los que estaban por el rey de Cas-pues por las muertes del maestre y del infante don tilla en Tarazona y en aquellas fronteras, se pusieron Juan, entraron con sus gentes, el conde de Trastaá punto de guerra para ofender: y á hurto tomaron el mara por las fronteras de Aragon, y el infante don Fercastillo de Ferrellon en Moncayo, dentro de los límites nando por el reino de Murcia, como en venganza de de Aragon. Mas no usaron los enemigos de tanta fie su propio dolor antes del término de la tregua que se reza y crueldad en esta guerra, cuanto el rey ejecutó puso por el legado: porque fué así que estando el rey su ira en sus propios hermanos y primos: porque en en Girona, en principio del mes de mayo, teniendo llegando el maestre de Santiago á Sevilla, despues que nueva cierta que el maestre de Santiago estaba con su pensó haber hecho un señalado servicio al rey, le man- campo sobre Jumilla, mandó al conde de Trastamadó matar dentro en el alcázar á sus ballesteros de ra que con la gente que tenia de caballo y con la del maza, los cuales como si fueran monteros, le mata- | reino de Aragon, entrase por Castilla. Hizo el conde ron como á una fiera cruelísimamente, y acabóse de la muestra de su gente en Alcaraz, y tenia allí quidesengañar el rey de Castilla que no podia haber nientos de caballo, hombres de armas y de la lijera, juntos á sus hermanos y primos como pensaba, ha- y el conde y don Tello su hermano, y el conde de Lubiéndose vuelto al servicio del rey de Aragon el infan- na, y con ellos los ricos hombres del reino de Aragon; te don Fernando, y siendo ya tan declarado su ene- que eran, don Blasco de Alagon, don Jimeno de Urmigo el conde de Trastamara. Mas pensó que pudiera rea, don Pedro Fernandez de Ijar, don Pedro de Luna de un camino cojer á don Tello y al infante don Juan, y don Juan Martinez de Luna, don Felipe de Castro, y á gran furia salió de Sevilla para ir á Vizcaya, y don Ramon y don Gombal de Anglesola, don Ramon llevaba al infante don Juan consigo con promesa qué de Espes, don Martin Ruiz de Foces, Pedro de Sanle daria el señorío de Vizcaya que tenia don Tello, vicente, don Gombal de Tramacet, don Juan Fernanporque el infante estaba casado con doña Isabel her- dez de Vergua, don Luis Cornel, Juan Diez de La➡ mana de la mujer de don Tello, que eran hijas de dron, Juan Ramirez de Arellano, don Ato de Foces, don Juan Nuñez de Lara señor de Vizcaya; pero don don Guillen Ramon de Moncada, Nauger de Monfal→ Tello sabiendo que el rey iba á tanta furia, se pasó con, don Pedro de Moncada, don Pedro Fernandez de á Bayona, que era del rey de Inglaterra, y el rey por Vergua, y don Rodrigo Diez de Ladron, con sus comhaberle, se puso en un navío para seguirle, y porque pañías y con la mayor parte de la gente de caballo del hacia tormenta se hubo de salir á tierra. Entónces reino, entraron por tierra de Soria, y tomaron por estando en Bilbao, mandó matar al infante don Juan | combate à Serón, y de allí fuéron sobre un lugar que dentro de su palacio á sus ballesteros de maza, 6 se- se decia Alcazar, que es tierra de Soria, y tenia un gun el rey don Pedro de Aragon escribe en su his- castillo á maravilla fuerte: y aunque se le dieron toria, le mató él hiriéndole con una jalvina: ~y don muy recios combates, no lo pudieron ganar, y coPedro Lopez de Ayala escribe, que mandó echar su menzóse la guerra muy bravamente por estas frontecuerpo en el rio y nunca mas pareció. Fué la muerte ras. Detúvose el rey en Girona la mayor parte del esdel infante a doce del mes de junio quince dias des- tío, y habiéndosele rompido la tregua, entendiendo pues de la del maestre, y esta fué una de las ma- que le era muy necesaria gente de guerra extranjera yores crueldades que se pudo imputar al rey de Cas para resistir su adversario, envió á Aimérique, viztilla, porque el infante era de su naturaleza muy conde de Narbona, y Juan de Grilli capdal de Buch y á excelente príncipe, llano y sin doblez ni ficcion al- Arnaldo y Beltran de España, y á Naiquen Guillen de guna, y de gran bondad y muy esforzado y valiente, la Esparra, á Guillen de Pomer y Arnaldo de Rocaaunque pequeño de cuerpo; pero muy apuesto y de full, y el vizconde de Orta y otros muy principales gentil disposicion, y era maravilla bien quisto de señores de Francia, que con las compañías de gente las gentes. El mismo dia mandó partir de Bilbao á de caballo que pudiesen, viniesen à servirle en esta Juan Fernandez de Hinestrosa, su camarero mayor, guerra á su sueldo. para Roa, á donde estaba la reina doña Leonor madre de los infantes, y fué presa estando con doña Isabel de Lara su nuera, antes que supiesen de la muerte del infante, y fueron ambas presas, y otro dia Negó el rey, á Roa, y mandólas llevar al castillo de Cas trojeriz. Por la muerte del infante afirma el rey en su historia, que se rompió la tregua, y volvieron á

CAP. XVII-Que el rey envió á desafiar al rey de Castilla, sobre el rompimiento de la tregua.

Cuando el rey de Castilla supo que los condes de Luna y Trastamara, con la gente de guerra que ha― bia en las fronteras de Aragon, habian entrado por tierra de Soria, vino á Santisteban de Gormaz, y de

y que este riepto se hacia delante del papa cada dia! y que duró mucho tiempo: y que habia deliberado el rey, si el rey de Castilla aceptase la batalla, de tomar á don Bernardo Galcerán de Pinós por su compañero y porque no le pudiese rehusar, estaba determinado de hacerle rey de Mallorca: y que esto se hizo porque el rey en su persona era muy delicado, y aquel caballero supliese por entrambos. Pero como quiera que fué, el rey de Castilla se curó poco desto, y atendió á proveer las fronteras del reino de Murcia, y envió allá por capitanes à don Gutierre Gomez de Toledo, prior de San Juan, y á Iñigo Lopez de Horozco: y dejando en órden lo mejor que pudo las fronteras contra Aragon, se partió á gran furia para la ciudad de Sevilla para salir con su armada contra el reino de Valencia.

CAP. XVIII-De la armada que el rey de Castilla llevó
sobre Guardamar, y de la entrada que los condes de
Luna y Trastamara hicieron en Castilla, y el rey de
Castilla en Aragon.

all continuó su camino para ponerse en Gomara, y juntar allí toda la gente que tenia repartida en aquellas fronteras. No hay principe tan malo en el mun→→ do, que no quiera justificarse en la guerra, aunque sea él la causa della, y así el rey de Castilla, llegando al Burgo de Osma, en principio del mes de julio deste año, envió con un ballestero de maza á decir al rey de Aragon, que malamente le habia quebrado la tregua y faltado á su verdad, no estando él apercibido para la guerra, y sus gentes habian entrado en su tierra y hecho muy grande daño en ella, y tomadole algunos lugares: diciendo que si en esto babia guar❤ dado lo que debia, él mismo lo podia bien entender. Que loaba á nuestro Señor que así lo ordenaba, porque habiendo de tener guerra, fuese antes á su culpa y por su merecimiento, que por el suyo: y que de allí adelante ponia á Dios por juez entre ellos. Á esto respondió el rey, que á todo el mundo era notorio de la manera que el rey de Castilla, que con tanta religion se queria justificar, habia cumplido lo que fué tratado, y comprometido ante el legado, así en po→ ner en su poder la ciudad de Tarazona, como las otras cosas, y que el mismo legado apostólico lo declaraba bien en su sentencia. Cuanto á la tregua, tambien era cosa muy pública haberla quebrantado, mandando tomar á hurto la villa de Jumilla, que habia más de cua. renta años que era de su reino, y de don Pedro Maza de Lizana su vasallo: y sus gentes combatieron el castillo tan fuertemente, hasta que por fuerza les fué entregado: y en Aragon le hurtaron tambien los suyos el castillo de Ferrellon: y todo esto habia sido dentro de los dias de la tregua. Que debia pensar que por haber muerto al infante don Juan y al maestre de Santiago tan injusta y tiránicamente, siendo el uno su hermano y el otro su primo, su sangre, y de tantos caballeros como habia mandado matar tan cruelmente, pediria á Dios venganza de sus obras: y pues ponia a Dios por juez de aquel hecho, y no era justo que sus pueblos y gentes padeciesen por sus desatinos, sin culpa suya,, ni tampoco era razon que dos reyes se combatiesen solos por esta causa, le combatiria por su persona veinte con veinte, ó cincuenta con cincuen-mamente, y sucedió que perseverando en el combate

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la, ó ciento con ciento, que lo que él decia era la verdad,
y daria gajes de la batalla en poder del emperador ó
del rey de Francia, que eran tan poderosos, que po-
drian asegurarles el campo. Pedro Tomich, que es
autor mas cierto en las cosas destos tiempos, hace
mencion de otro desafío, y no declara si fué en el prin-
cipio de la guerra, ó lo que es mas verosímil en esta
sazon: y no es cosa de pasar en olvido lo que aquel
autor escribe por ser en sí hecho muy señalado. Dice
que el rey envió por causa desta guerra á reptar al
rey de Castilla ante el papa Inocencio por la traicion
que le habia hecho, y fué por ello á Aviñon micer
Francés Roma su vicecanciller, y llevó órden que hi- |
ciese el riepto don Bernardo Galcerán de Pinós, que
estaba en la corte romana, por haber sido desterra-
do destos reinos por una muerte: y fué aquel caballe
ro elegido por el rey para este auto, porque era muy
principal varon y de gran linaje, y de mucho esfuer-
zo y valor, y el mas diestro y valiente para entrar
en campo en cualquiera desafío, que otro ninguno de
los ricos hombres de sus reinos. Escribe este autor |
que aquel caballero hizo su riepto públicamente de
lante del papa, diciendo que si el rey de Castilla tu-
viese ánimo para afirmar que no era traidor, el rey
de Aragon su señor se combatiria con él dos á dos:

Tuyo el rey de Castilla en órden y muy bien armadas doce galeras en el rio de Sevilla, y con otras seis de genoveses que le vinieron á servir en esta guerra, salió con determinacion de ir sobre Alicante, por hacer guerra en los lugares que el infante don Fernando tenia en aquella costa y frontera por mar y por tierra: porque el infante tenia solos quinientos de caballo de aquel reino, y con ellos y con la gente ordinaria, apénas era poderoso á resistir à la que el rey de Castilla tenia en la frontera de Murcia, que eran seiscientos de caballo. Llegó el rey de Castilla con su armada sobre la villa de Guardamar que era del infante, y salió la gente de las galeras á combatirla un dia por la mañana: y aunque estaba muy bien murada, pero la batería era tanta, y combatieronla tan bravamente, que la entraron por fuerza de armas, y esto fué un viernes a, diez y siete del mes de agosto deste año. La gente se recogió al castillo, y mandó el rey combatirle, en el cual estaba un caballero muy principal que se decia don Bernardo de Cruillas, que lo defendió valerosísi→

casi á hora de medio dia, segun don Pedro Lopez de Ayala escribe en su historia, porque el rey en la suya no hace mencion desto, se levantó un viento de travesía tan bravo y fuerte, que dieron las galeras al través en la costa, y estaban sin gente que las pudiese gobernar y resistir el temporal, y se perdieron las diez y seis con la mayor parte de la jarcía, y escaparon dos que estaban en alta mar, una del rey, otra de genoveses, las cuales se fuéron á recoger al puerto de Cartagena, que está muy cerca. Por causa desta tormenta el rey de Castilla levantó el real que tenia sobre el castillo de Guardamar, y mandó poner fuego á la villa y á las galeras que habian dado al través en la costa, y fuése para Murcia con su gente por tierra á pié con gran corrimiento, porque habia de pasar delante de Orihuela, que era del infante, muy afrentosamente. Estaba el rey por cl mismo tiempo en Barcelona, á donde habia mandado convocará córtes á los barones y universidades de Cataluña, para veinte y cinco de agosto deste año, para dar órden en lo que convenia á la defensa de aquel principado y del reino de Valencia, porque el rey de Castilla ponia todas sus fuerzas en hacer la guerra por mar, y ajuntaba todos los navíos que tenia en sus reinos, y en las costas de Vizcaya y de la provincia de Guipúzcoa. Tuvo en estas córtes el rey grande dificul

dias mataron aquel caballero, que quedó alif por capitan, y se alzaron contra el rey de Castilla, que hacia la guerra en toda aquella frontera, y se fué á poner sobre el castillo de Montagudo, que era de don Tello, y estaba por los aragoneses: mas aunque se le dió muy recio combate y murieron en él algunos caballeros, vasallos del conde don Enrique, que estaban en su defensa, no se pudo ganar: y levantó su real y se volvió á Almazan. Entendiendo el rey, que el rey de Castilla se habia levantado del cerco que pu→ so sobre Montagudo, y que se publicaba, que volveria á tener su campo sobre aquel lugar, envió á mandar al conde de Trastamara, que reconociese, si se podria defender: y no estando en defensa, lo hiciese desamparar, y así se hizo: y el rey de Castilla envió ciertas compañías de gente de caballo, para que se entrasen dentro y estuviesen allí de guarnicion, porque el sitio de aquel castillo, era muy importante para esta guerra: y mandó, que estuviese allí en frontera Fernan Alvarez de Toledo, que era un caballero que tenia un oficio muy principal en la casa del rey, que decian caudillo de los escuderos del cuerpo del rey. Mas porque se creyó, que el rey de Castilla se volveria á Mo

tad, no solo de ser servido de los catalanes en esta guerra, pero aun de proveer en lo que tocaba à la paz universal de la tierra, por una gran diferencia y bando que se habia movido entre el vizconde de Rocaberti y el conde de Osona de una parte, y el infante don Ramon Berenguer conde de Ampurias de la otra, y estaba toda Cataluña puesta en armas, por los que va lian á las partes: y el vizconde y el conde de Osona eran favorecidos de don Bernardo de Cabrera y de los mas del consejo del rey, por respecto de don Bernardo, de quien principalmente dependia todo el gobierno de los negocios de la paz y de la guerra, por el lugar y privánza que tenia cerca del rey. Estaban las cosas en tanta rotura, que don Gombal de Anglesola y otros caballeros que seguían la parte del infante, que esta ban en el lugar de la Puebla del castillo de Claramonte, aunque fueron asegurados para poder ir á las córtes, no quisieron ir á ellas, escusándose, que don Bernardo de Cabrera y los principales del consejo del rey, favorecian á sus enemigos é iban juntando sus gentes. Mas lo que no bastaron el rey ni las córtes á remediarlo, pudo apaciguarlo la religion y grande bondad del infante don Pedro, tio del rey y hermano del infante don Ramon Berenguer, que tenia grande autori-lina y haria guerra en el reino de Aragon, por el camdad con todos, que ya en este tiempo se iba mas retirando de las cosas del mundo, y solamente atendia á la quietud y pacificacion del espíritu, y entró despues en la religion de los frailes menores, tomando el hábito de aquella órden, en el monasterio de San Francisco de la ciudad de Barcelona, á donde hizo profesion. Dejó el infante don Pedro de la condesa doña Juana su mujer, que fué hermana del conde de Fox, á don Alonso, conde de Denia y de Ribagorza, que fué, como dicho es, marqués de Villena y condestable de Castilla, y tuvo á don Juan, á quien dió el condado de las montañas de Prades, y la baronía que fué de don Guillen de Entenza, y los oficios de la senescalfa y mayordomía de Cataluña, que se anexaron á aquel condado de Prades. Tuvo otro hijo, que se llamó don Jaime de Aragon, que fué obispo de Tortosa y despues de Valencia, y cardenal: y una hija que se llamó doña Leonor, que en este tiempo estaba casada con Pedro de Lusiñano, conde de Tripol de Siria, que era el título de los hijos primogénitos de los reyes de Chipre: y fué hijo de Ugo de Lusiñano, rey de Chipre, y sucedió en aquel reino á su padre. Entendiendo el rey en apaciguar estas alteraciones de Cataluña, hubo de ir á Perpiñan: y de allí se volvió á Barcelona por el mes de agosto: y en este medio, los condes de Luna y de Trastamara y don Tello, comenzaron á hacer la guer ra en Castilla por las fronteras de Hariza y Daroca: y corrieron aquellas comarcas, y ganaron desta entrada dos castillos, que eran, Mesa y Villel, que se tenian por el rey de Castilla. Entonces el rey de Castilla partió á gran furia de Murcia, y vínose á la villa de Almazan, á donde estaban sus capitanes en frontera y eran hasta tres mil de caballo: y con esta gente se fué á poner sobre dos castillos, que eran de don Fernan Gomez de Albornoz, que estaba en servicio del rey de Aragon, con el conde de Trastamara, y son de Castilla, que al uno decian Merino y al otro Arcos, de donde los nuestros hacian mucho daño por aquella frontera, y ganólos por combate. De all movió con su ejército y entró por Aragon y ganó á Bijuesca y Torrijo, dos Jugares de tierra de Calatayud y dejó en Bijuesca á Gomez Carrillo, y en Torrijo á Fernan Gutierrez de Sandoval: pero los de Torrijo dentro de muy pocos

po de Cella, por donde tenia muy llana la entrada, mandó el rey, que el conde de Trastamara hiciese bastecer el cortijo de Ojosnegros y el castillo de Monreal de! campo, y el castillo de Signa, que ahora dicen Singra, y el de Cella, y otros castillos y cortijos de aquela comarca: pero el rey de Castilla se contentó con dejar en buena guarnicion y defensa sus fronteras, y se fué para la ciudad de Sevilla, por ser ya entrado el invierno, con fin de mandar ajuntar una muy gruesa armada para la primavera y hacer la guerra por mar y por tierra poderosamente. El rey se detuvo en Barcelona hasta veinte y nueve del mes de octubre deste año y de allí se vino para Aragon, para acercarse á las fronteras. Ántes habia enviado á Francia á mosen Francés de Perellós, para cobrar del rey Juan y del duque de Normandía, delfin de Viena su hijo, cuarenta mil florines que le restaban debiendo del precio de las galeras, que el mismo Francés de Perellós habia lleVado en su servicio y las dejó en Normandía, y por las ar mas y járcías dellas, que fueron la ocasion desta guerra y para hacer nueva liga y confederación entre el rey y la casa de Francia, en caso que el rey de Navarra se confederase con el rey de Castilla, como se trataba.45

CAP. XIX.-Del nacimiento de la infanta doña Leonor, y de don Juan, hijo del conde de Trastamara, que fueron rey y reina de Castilla, de quien tuvieron origen los reyes que despues sucedieron en los reinos de Castilla y Aragon.

A veinte del mes de febrero deste año parió la reina de Aragon una hija que fué la infanta doña Leonor, en el castillo de Santa María del Puig de Valencia: y fue esta infanta la que despues casó con el infante don Juan hijo del rey don Enrique, que en este tiempo era conde de Trastamara, y estaba al sueldo y servicio del rey de Aragon: y este año mismo á veinte y cuatro del mes de agosto nació tambien el mismo don Juan en la villa de Epila, á donde estaba la condesa doña Juana, mujer del conde don Enrique su madre, aunque en algunos libros antiguos de la historia de don Pedro Lopez de Ayala se dice que nació en Tamarit de Litera: como quiera que sea lo uno y lo otro, es cosa nolabie

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