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que estaba legado en España por el papa Alejandro tercero, á suplicacion de los reyes, y en muy breve tiempo fué acrecentada y enriquecida en todos los señoríos de España, y dióse á esta orden en este reinó en principio de su fundacion el castillo y villa de Montalvan, que era una fuerza principal en frontera de los moros.

CAP, XVIII. —Que el principe de Aragon se confederó con el emperador Federico Barbarroja, y se dió el condado de la Proenza en feudo al principe, y al conde don Ramon Berenguer su sobrino.

Perseveraron Ugo de Baucio, y sus hermanos con la parte que tenian en Francia, en su porfía, y desde sus castillos hacian guerra continua, y por la gente del príncipe se hizo gran daño y estrago en la ciudad de Arles, y en su comarca, porque le era muy rebelde, y mandó derribar sus torres y fortalezas, y ga→ naron los del príncipe de los bauceses mas de treinta

co que el príncipe mandó poner sobre el castillo de Trencataya, porque para combatirle se labró una máquina de madera de tan extraña grandeza, que se pusieron en ella doscientos caballeros sin otra gente, y con navíos, y ciertos ingenios y máquinas, se llevó por el Ródano, hasta ponerla delante del Castillo de Trencataya, que era fortísimo, y puso tanto terror el combate que se le dió del castillo de madera, que se rindieron al príncipe, siendo la mayor fuerza que tenian, y la mas importante, y ganóse segun parece en los anales antiguos, en el año de mil ciento sesenta yuno y mandólo derribar el príncipe, en memoria de habérsele quebrantado la fidelidad y homenaje que por este castillo se le habia becho, como se ha referido. Por esta guerra se trató entre el príncipe y el emperador Federico grande amistad y deudo, y se aliaron y confederaron entre sí, y confirmó el empe

súbdito, sin que fuese obligado de entregarle fuerza | Fuenteencalada, y fué confirmada por Jacinto cardenal, ó castillo ni lugar de aquel señorío, salvo que cuando se coronase y llamase á su corte, fuése á ella y tu viese ante él un estoque desnudo en la coronacion. Este es el homenaje y reconocimiento que se hizo al rey de Castilla, y despues fué dado por libre dél el infante don Ramon que se llamó don Alonso, siendo rey de Aragon. Paso esto eu presencia de los prelados y ricos hombres de Aragon y Cataluña, y de don Juan Arzobispo de Toledo, y de los obispos de Sigüenza y Calahorra, de los condes don Manrique, don Ponce y don Vela Ponce, que casó con doña Elvira, hija del conde don Pedro de Trava y de doña Mayor, hija del conde de Urgel, de quien sucedieron los Ponces de Leon. Tambien se hallaron presentes, Gutier Fernandez, Gomez Gonzalez, Alvar Perez, Gonzalo Ruiz, y Sancho Diaz, Desde Castilla volvió el príncipe don Ramon para el reino de Aragon, é hizo guerra por las fronteras del reino de Navarra, y cobró en el año de mil ciento cincuenta y nueve á Bureta y otros castillos del reino que esta-castillos. Fué muy señalado en aquellos tiempos el cerban en poder de navarros, y el rey don Sancho fué forzado de concordarse con el príncipe, y se vieron y se concertaron de sobreseer en las armas, y trajo el príncipe á la emperatriz doña Rica, y á la infanta doña Sancha su nuera, y estaba tan poderoso, que el rey moro de Murcia llamado Lobo, se declaró por su vasallo, y daba de tributo en cada un año en reconocimiento de su señorío, cierta cantidad de maravedís mayores de oro, y todos los otros reyes moros sus comarcanos eran sus tributarios. Por el mes de agosto deste mismo año, segun parece en memorias de aquellos tiempos, el rey de Inglaterra, y el príncipe de Aragon fueron sobre la ciudad de Tolosa. Fué grande la confederacion y hermandad que este príncipe tuvo con el rey Enrique de Inglaterra, y dióle grande favor y socorro en las guerras que tuvo contra el conde de Tolosa por la ciudad de Tolosa, la cual pretendia el rey de Inglaterra, como estado que pertenecia á la rei-rador el feudo de la Proenza al conde don Ramon na doña Leonor su mujer, porque Guillelmo conde de Putiers y duque de Guiana, padre del postrer Guillelmo, fué casado con una hija del conde de Tolosa, hermano de Ramon conde de San Gil, y hubieron al conde Guillelmo, que fué padre de la reina Leonor. Esta confederacion se estrechó mas en las vistas que tuvieron estos príncipes en el año mil ciento sesenta en el castillo de Blavia con grandes vínculos, y sacramentos; y allí se concertó entre ellos matrimonio de Ricardo hijo del rey de Inglaterra con hija del príncipe siendo entrambos muy niños, y el rey se obligaba de darle el ducado de Guiana, cuando el matrimonio se consumase. Apoderóse el rey de Inglaterra de gran parte de aquel estado, pero la ciudad de Tolosa se defendió con el favor y socorro que el rey de Francia dió á Ramon, conde de Tolosa, que estaba casado con su hermana, de donde resultaron entre ellos muy grandes guerras. Por el mes de octubre deste mismo año, visto que la ciudad de Tolosa se defendia, el rey de Inglaterra pasó con todo su ejército á Normandía, y dejó aquella empresa con confianza del socorro del príncipe, y de Guillen señor de Mompeller, y de Trencabello vizconde de Beses. Por este tiempo tuvo origen la órden y caballería de Uclés, que despues se dijo de los caballeros de Santiago de la Espada; y se ordenó por trece caballeros muy señalados en las guerras de los moros, y fué eligido por maestre uno dellos, que se llamó don Pedro Fernandez de

Berenguer sobrino del príncipe, y por esta causa hubo de pasar el príncipe á Italia. Por la muerte del papa Anastasio cuarto fué en su lugar elegido en el pontificado Adriano cuarto, inglés de nacion, que fué el primero que siendo enviado legado por Eugenio tercero á Noruega, convirtió aquel reino á nuestra santa fé católica. En su tiempo Guillermo rey de Sicilia, hijo del rey Rugiero, movió guerra contra las tierras de la Iglesia, y ocupó á Cheprano, Bubaro y una parte del burgo de Benevento, y quedando indignado por esta ofensa el sumo pontífice, procedió contra él con las armas espirituales, en defecto de fuerzas y poderío temporal, y privóle del título del reino y de la comunion de los fieles, y absolvió del juramento y homenaje á los barones y á sus naturales, en caso que serebelasen contra él. Sucedió que estando el papa en Viterbo, Federico el primero llamado Barbarroja, que era de la casa de Suevia, fué elegido por rey de los romanos, y luego bajó á Lombardía, y puso cerco á Terdona. De allí siguió su camino para Roma con tanta celeridad, que teniendo recelo el papa de su ejército, se recogió á los lugares mas fuertes, primero á Orbieto, y despues à la Ciudad Castellana, con todo el colegio de cardenales. Pero interponiéndose de ambas partes tratadores y medianeros, el emperador prestó reverencia al papa, y dentro de breve tiempo recibió dél en Roma la corona en la capilla de San Pedro. Despues que hubo ordenado las cosas del impe

rio en Italia, se volvió á Lombardía, y murió Adria- | Alonso, casase con don Ramon Berenguer conde de no, y estando el colegio de cardenales en gran di- | la Proenza, y se confirmase al príncipe y á su sobrino vision, fué eligido de la mayor parte Alejandro ter- el condado en feudo, como él, y sus predecesores lo cero, que primero se llamó Rolando natural de habian tenido desde el rio Druenza, hasta la mar; y Milan, ó segun otros escriben, de Sena, y el mis- de los Alpes hasta el Ródano, y como se habia dividido mo dia eligieron los cardenales de la otra parte al con don Alonso Jordan conde de Tolosa, y todo lo que cardenal de San Clemente, que era romano, y era tenia desta parte de Druenza en Aviñon, y otros casmuy favorecido del emperador Federico. Estaba en tillos. Tambien se declaró que tuviesen en feudo la aquella sazon el emperador en Italia, y tenia cerca- ciudad de Arles con sus términos, reservando al arzoda á Crema, lugar muy principal en Lombardía; y bispo y á su iglesia las rentas y posesiones que de el papa Alejandro envió sus embajadores, pidiéndole, cien años atrás tenian. Declaróse entonces, que el conque defendiese la causa de la Iglesia, pues canónica- dado de Folcalquer estuviese sujeto al condado de la mente habia sido elegido por diez y ocho cardenales, y Proenza, y el que tuviese aquel estado, fuese súbdito y Octaviano que habia tenido menos votos, le usurpaba prestase homenaje de fidelidad, como era obligado, al el pontificado, y fue requerido el emperador por todo emperador, y si no lo cumpliese perdiese el condado, y el colegio, que pusiese remedio en el daño que se espe- fué quitado al conde de Folcalquer, que entonces lo teraba, y acordose, que se convocase concilio universal nia, porque desde que el emperador recibió la corona en Pavía, para que oidas las partes, se declarase, cuál imperial rehusó de ir ante él y hacer el reconocimiento era verdadero pontífice. Sintióse Alejandro gravemente que era obligado. Fué declarado, que el conde de la desta novedad, y porque era mal tratado de la par- Proenza jurase de ser fiel al emperador, é hiciese homecialidad de Octaviano, recogióse á la ciudad de Anag-naje y servicio al imperio por aquel feudo y por lo nia. Federico despues desto, envió de Alemania dos embajadores al papa Alejandro, los cuales le saludaron como á cardenal, y persona privada, y de parte del emperador le requirieron y amonestaron, que pareciese en Pavía ante el concilio que se celebraba sobre la cisma, y respondió Alejandro que el romano pontífice no debía ser juzgado por ninguno, y partiéronse los embajadores y fuéron á Signiaja donde Octaviano estaba que se llamaba Victor, y saludaronle é hicieron reverencia como á verdadero vicario y pastor de la universal Iglesia, y le acompañaron hasta Pavía, á donde fué adorado del emperador Federico, y por todos sus súbditos, como verdadero vicario de Cristo. Procedió Alejandro contra el emperador por sus moniciones, y promulgó sentencia de excomunion contra él, y contra Octaviano y sus secuaces, y en el segundo año de su pontificado fuése a Roma; y visto que muchos del bando contrario, y que la gente tudesca, que el emperador habia enviado, ocupaban todos los lugares de la Iglesia, y no quedaba debajo de su odediencia sino Orvieto, y Anagnia, dejando por vicario de Roma al cardenal de Preneste, se fué à Capua, con propósito de embarcarse y venirse á Francia, y llegando á Tarrachina, se embarcó en las galeras que le tenia aparejadas Guillermo rey de Sicilia, y navegando por la costa de Italia, llegó á Génova y de allí partió para Mompeller, á donde torno á confirmar y agravar las censuras contra el emperador Federico, y contra Octaviano; y por persuasion de Ludovico el Menor rey de Francia, se fué á Alvernia. En este medio acabó de ganar el emperador todos los lugares de la Iglesia, y fué procediendo contra las ciudades sujetas al imperio que le eran rebeldes, y puso á saco á Tardona, y cercó la ciudad de Milán, y á cabo de mucho tiempo que estuvo cercada, no pudiendo mas detenerse, los milaneses la rindieron el primero de marzo, de mil ciento y sesenta y dos, poniendo la ciudad y sus personas y vidas en manos del emperador, y mandó asolar por fundamentos aquella ciudad. En este estado se hallaron las cosas de Italia y de la Iglesia, cuando el príncipe de Aragon hacia guerra en la Proenza á los bauceses, y tenia ya sojuzgada y allanada la tierra. Entonces el emperador Federico le envió sus embajadores, para tratar con él de muy estrecha confede-viesen el príncipe y el conde su sobrino con el emperaracion, y fue concertado que la emperatriz doña Rica reina de Castilla, mujer que fué del emperador don

que se le concedia, así en Arlés como en el condado de Folcalquer, y diese en cada un año al emperador y á sus sucesores, quince marcos de oro, del peso de Colonia, y cuando el emperador entrase en la Proenza, 6 6 en la ciudad de Arlés, fuese obligado el conde y la ciudad de estar á obediencia y fidelidad del emperador, al cual habia de dar doce mil maravedís, y á la emperatriz dos mil, y á la corte mil. Allende destas condiciones, para la fiesta de Navidad primera siguiente, habia de reconocer el conde en todo su señorío por verdadero pontifice á Octaviano, prestándole la obediencia, y mandandoque los suyos le obedeciesen y rerecojiesen á sus legados, y si depusiese algun obispo, no habia de ser amparado ni defendido, y habia de procurar el conde que fuese puesto otro en su lugar que le obedeciese, y no permitir que el papa Alejandro á quien llamaban Rolando, ni sus cardenales ó nuncios entrasen en sus tierras, antes donde quiera que pudiesen ser habidos, los mandase preader y tratar como enemigos. Sobre todas estas cosas se habia de prestar juramento y homenaje, siendo dada la investidura al emperador, y si entonces determinase el príncipe de Aragon y el conde su sobrino, de acusar á Ugo de Baucio de perjaro y de haber quebrado el homenaje y no le quisiese defender, 6 fuese convencido, ofrecia el emperador que mandaria hacer justicia segun determinaria su corte, y queriéndolo reptar de traidor si no se quisiese defender por batalla por su persona contra su igual á juicio de la corte, ó en caso que fuese en batalla vencido, ó lo confesase en ella, ó fuera della, habia de dar el emperador el lugar de Baucio en feudo al conde de la Proenza, y qué Ugo perdiese la tierra que tenia, y el honor, y que de allí adelante no fuese por él defendido, ni mas en este negocio amparase á su madre y hermanos. Pero en caso que Ugo de Baucio se defendiese por batalla, el príncipe de Aragon y el conde su sobrino habia de estar á derecho con él ante la corte del emperador, y volver en lugar de Baucio y entregarlo en poder de los embajadores de Federico que sobre esta concordia se enviaron, quedando siempre á la emperatriz doña Rica su sobrina su dote seguro. Tambien fué concordado que para el primero de agosto de mil y ciento sesenta y dos, se

dor en Turin, y se jurase y ratificase este asiento, y concordia.

CAP. XIX.-De la ida del principe á Lombardia, y de su muerte.

Pasaron el príncipe, y el conde de la Proenza á Génova, y de allí fueron la via de Turin, con toda su corte, y recreció al príncipe grave enfermedad, por la cual hubo de parar en un burgo, llamado de San Dalmacio, antes de llegar á Turin, y siendo la dolencia mortal, ordenó de palabra su testamento á cuatro de agosto deste año, en presencia de don Guillen Ramon de Moncada, y de Alberto de Castelvell y del maestro Guillen su capellan, los cuales habian de declarar y manifestar su voluntad cerca de la herencia de sus hijos, y de lo que dejaban ordenado y dispuesto en la tutoría del primogénito, y falleció de allí á dos dias dejando gran dolor y sentimiento á los ricos hombres y caballeros de su corte, por haber perdido sus señoríos tan excelente y valeroso príncipe. El conde don Ramon Berenguer pasó adelante por visitar al emperador Federico, y afirmar y asentar la concordia que entre ellos estaba capitulada, y fue muy bien recibido del emperador, con el cual estaban Conrado electo arzobispo de Maguncía, Hermanno obispo fardense, Henrico obispo leodiense, Udo obispo license, Hermanno obispo hildenechumense, Wicio de Vercelli, Hermanno abad helisfeldense, Federico duque de Suevia, bijo del rey Conrado, y el hermano del emperador, que era conde palatino del Rin, y se llamaba Conrado, Ladislao duque de Polonia, Udalrico duque de Bohemia, Alberto marqués de Sajonia, Oto palatino conde de Witelinesbach, Burchardo castellano magdeburgense, Ulrico de Hurmingen, Guillermo marqués de Monferrat, Manfredo marqués del Vasto y otros grandes señores. En presencia destos príncipes del imperio á diez y ocho de agosto del mismo año, confirmó la donacion que se hizo al conde don Ramon Berenguer, sobrino del príncipe de Aragon, de los condados de la Proenza y Folcalquer y de la ciudad de Arles, y á sus sucesores; y decia con encarecimiento, que lo hacia en reconocimiento y gratificacion del amor que el príncipe don Ramon su tio mostró cerca de la persona y honor de la empe→ ratriz doña Rica, reina de Castilla su prima, sin declarar en particular, lo que cerca desto sucedió. De donde vengo á conjeturar, que tomaron ocasion los historiadores catalanes, que dejaron escrito haber defendido en batalla el conde don Ramon Berenguer, padre del príncipe de Aragon, á la emperatriz de Alemania, siendo acusada de adulterio y que entonces le fué concedido el feudo del condado de la Proenza, porque de aquello ninguna mencion se hace en las historias extranjeras, siendo cosa tan notable, y pudo nacer esta fama de lo que el príncipe su hijo hizo por la emperatriz doña Rica reina de Castilla, de lo cual en este feudo se hace memoria, y no supiéramos, que casó despues de la muerte del emperador don Alonso con el conde de la Proenza, como está dicho, sino se hiciera memoria della en esta donacion. Persuadome mas á creer que Bernardo Aclot, que fue el primer inventor que yo hallo desta fábula y los que despues le han seguido, se engañaron o tomaron ocasion para su ficcion, como suele acontecer á los que no se contentan con escribir los acontecimientos ordinarios, si no los ensalzan con grandes encarecimientos é invenciones fabulosas, porque en la historia antigua de los condes de Barcelona ninguna mencion se hace desta hazaña, y solamente se escribe en algunos anales antiguos, que el conde Ramon Berenguer el cuarto y último deste nom

bre, libró á la emperatriz de falso crímen y el empe perador le dió el condado de la Proenza, sin declarar otra particularidad ninguna, y de aquí tomarono casion para confundir no solamente los tiempos, pero lo fa buloso con lo verdadero y mas cierto. Declaró entonces el emperador Federico que el derecho que pretendia Ugo de Baucio, por razon de los privilegios que le fueron concedidos, era de ninguna fuerza, porque nunca tomó la investidura personal del emperador Conrado, ni en la demanda que hizo al emperador Federico de la investidura de la tierra y señorío de sus abuelos, hizo mencion alguna del condado 6 marca de la Proenza, ni le fué concedida. Esta fué la causa, que los señores de la casa de Baucio fueron muy enemigos de la casa de Aragon, como despues se se vió en las guer ras que sucedieron por la sucesion de la isla y reino de Sicilia.

CAP. XX.-De las cortes que la reina doña Petronila tuvo en Huesca á los aragoneses y catalanes y que en ellas se declaró lo que ordenó el principe don Ramon Berenguer de sus estados.

Vuelto el conde de la proenza á Cataluña, los prelados y ricos hombres que fueron con el príncipe su tio, llevaron á enterrar su cuerpo al monasterio de Ripoll, segun lo dejó ordenado. Entonces la reina doña Petronila mandó llamar los prelados, ricos hombres y caballeros y procuradores de las ciudades y villas, que se juntasen á cortes generales en la ciudad de Huesca, para que allí se declarasen en cortes, -lo que el príncipe de Aragon su marido dejó ordenado de sus estados y señoríos, y entendida su disposicion se guardase y cumpliese lo que habia dispuesto, y se proveyese en el gobierno lo que convenia al pacífico estado y bien comun de sus súbditos. Fuéron á estas cortes del reino de Aragon, don Martin obispo de Tarazona, don Pedro obispo de Zaragoza, don Arnaldo Mir conde de Pallás, que tenia el honor de Ricla y Fraga en el reino de Aragon, Pelegrin de Castellezue→ lo, Palacin de Alagon, Sancho Iñiguez de Daroca, Ga→ lin Jimenez de Belchit, Fortun Aznarez de Tarazona, Pero Lopez de Luesia, Marco Ferriz de Lizana y de Huesca, Pero Lopez de Luna, Jimeno de Urrea, Furtuño de Estada, Blasco Maza y Arpa. Del principado de Cataluña, don Bernardo arzobispo de Tarazona, don Guillen obispo de Barcelona, don Pedro obispo de Osona, don Guillen obispo de Girona, don Artal obispo de Elna, don Guillen Perez obispo de Lérida, don Guifre obispo de Tortosa, y los barones siguientes, Ramon de Pujalt, Guillen de Cervera, Geraldo de Jorba, Guillen de Castelvell, Ramon Folc vizdonde de Cardona, Beltran de Castellet, Arnaldo de Lerz, Guillen de Castelvell, Oton Bernardo de Rocafort, Ramon de Tarroja, y Guillen, de Mompeller. Estando todos juntos en presencia de la reina y de Miron juez hicieron fé y testimonio, mediante juramento solemne, Guillen Ramon de Moncada, Alberto de Castelvell, Ugo de Cervellon, sacristan de Barcelona, y maestre Guillen capellan del príncipe, que ellos ante el burgo de San Dalmacio ordenó de palabra su testamento, estando en su memoria y entero juicio, y que dejó á don Ramon su hijo primogénito que se llamó tambien don Ramon Berenguer, heredero en el reino de Aragon, y en el condado de Barcelona y en todas las otras tierras y señoríos que poseia, exceptuando el condado de Cerdauia, que dejó á don Pedro su hijo segundo. Dejaba tambien sucesor á don Pedro en toda

pertaron nuevas disensiones y bullicios en los reinos de Castilla y Leon, durante su menor edad, y apoderóse de la persona del rey el conde don Malrique de Lara, que era hermano mayor del conde don Alvaro y de don Nuño Perez de Lara, y comenzáronse a mover grandes alteraciones por la discordia y bando que hubo entre las casas de Castro y de Lara, que eran los mayores y mas principales de Castilla. Por esta causa fué prevaleciendo de cada dia el partido del rey don Fernando de Leon, y ocupó algunos lugares, no sola➡ mente de la otra parte de Duero y Pisuerga, pero desta otra parte, que entonces llamaban Extremadura, y recelándose el conde don Malrique y sus hermanos, del rey de Leon, pusieron al rey don Alonso en buena guarda en la ciudad de Soria. En el tiempo y reinado deste don Sancho no sucedió en Castilla cosa mas notable que haberse dado entónces á don Ramon abad del monasterio de Fitero en los confines de Castilla y Navarra que era de la órden de Cister, y á sus monges, la villa de Calatrava, que se ganó de los moros en tiempo del emperador don Alonso, cuando Córdoba y Baeza se conquistaron, para que se pusiesen en ella, ofreciendo de la defender de los moros que llegaron por sus comarcas, haciendo mucho daño en los lugares de aquella frontera. Estando aquella villa en punto de se perder, estos religiosos con gran celo y hervor que tenian por la defensa del pueblo cristiano, emprendieron de ejercitarse igualmente en las armas contra los paganos, como en las obras espirituales, y comenzaron á exhortar y animar el pueblo que los siguiese por ensalzar la fé y nuestra religion, a cuya predicacion

la tierra que Bernardo Guillen conde de Cerdania tenia | del rey don Garci Ramirez de Navarra, de que se desal tiempo que falleció y en el señorío de Carcasona con toda su tierra y en el feudo que Trencabello vizconde de Beses tuvo por él, y todo el derecho que tenia en la ciudad de Narbona y en el feudo que Ermengarda vizcondesa de Narbona su sobrina tenia por él, con tal pacto y condicion, que todos estos estados tuviese por el infante don Ramon su hermano mayor, y reconociese en ellos señorío, y le hiciese homenaje por ellos, y fuese su vasallo. Habia de tener el infante don Ramon aquellos estados, hasta que don Pedro su hermano se armase caballero, y en caso que don Pedro muriese le sucediese don Sancho su hijo tercero, á los cuales substituyó en la sucesion de los reinos y principado, declarando, que en caso que el mayor muriese sin hijos de ligítimo matrimonio, sucediese en su lugar el segundo, heredando siempre el mayor, y no hizo mencion de una hija que tuvo, llamada Dulce, que casó con don Sancho segundo, rey de Portugal. Algunos escriben que dejó otra hija llamada Leonor, que casó con el conde de Urgel, puesto que yo hallo, que el conde de Urgel que concurrió en estos tiempos, en el año de mil ciento y setenta y siete, estaba casado con la condesa doña Dulce, que por ventura fué la hija del príncipe de Aragon y de la reina doña Petronila, y despues de su muerte casó con el rey don Sancho de Portugal, porque en la relacion de aquellos tiempos se hace mencion entre los hijos del príncipe, de sola lá infanta, que fué mujer del rey de Portugal. Dejó el príncipe á la reina doña Petronila su mujer, el condado de Besalú, con lo que entonces llamaban Ribas, á donde viviese, y quiso que sus hijos y tierras estuviesen de bajo de la tutela y amparo de Enrique rey de Ingla-se juntó tan gran copia de gente, que afirman haber terra, que era casado con doña Leonor, prima de la reina doña Petronila, como está arriba declarado. Tuvo el príncipe don Ramon otro hijo, que se llamó el infante don Pedro, que fué el mayor y murió niño en Huesca, y otro natural, que se llamó don Berenguer, que fué abad de Montaragon y obispo de Tarazona y Lérida. Es tambien de considerar que quiso la reina, que el infante su hijo dejase el nombre de Ramon, que habia tenido todo el tiempo que vivió su padre, y de alli adelante se llamase Alonso, y tomó á su mano el gobierno del reino, y quedó por gobernador general del principado de Cataluña don Ramon Berenguer conde de la Proenza, y vino á Barcelona para asistir en el gobierno y regimiento de la tierra, durante la menor edad de su primo. Fué en esta sazon enviado por mandado de la reina al reino de Inglaterra don Bernardo Tort, arzobispo de Tarragona, para hacer sabér á aqueHos príncipes la muerte del príncipe don Ramon, y de lo que de sus señoríos y estados habia dispuesto, y para renovar el deudo y amor que tenian con la casa de Inglaterra con nuevas consideraciones y alianzas, como el príncipe en su última voluntad lo habia ordenado, y tuvo la reina forma que se asentó paz y tregua en su reino y el rey de Navarra por tiempo de trece años. CAP. XXI.-De las disensiones que se movieron en el reino de Castilla, por la muerte del rey don Sancho el Deseado. Cuatro años antes de la muerte del príncipe de Aragon, murió don Sancho rey de Castilla, que apenas vivió un año despues de la muerte del emperador su padre, y porque dió esperanza que habia de ser muy buen príncipe, le llamaron en Castilla el Deseado, y dejó un solo hijo que se llamó don Alonso de edad de tres años, el cual hubo en la reina doña Blanca, hija

sido casi veinte mil hombres de guerra los que se ofrecieron por su persuasion á seguir la guerra contra los infieles, en la defensa de aquella comarca. Esta gente no solo resistió a los enemigos, pero hicieron gran dano en sus tierras y lugares, y se les rindieron algunas villas que se dieron a aquella órden, de donde tuvo orígen la caballería de Calatrava, que tomó el nombre de aquella villa, y fué muy insigne en toda España, y mucha parte para acabar de extirpar la secta mahomética.

CAP. XXII.—De la alteracion que se movió en el reino

por invencion de uno, que encubiertamente dió á entender al pueblo, que era el emperador don Alonso, que murió en la batalla de Fraga.

Tenía por este tiempo su reino el rey don Sancho de Navarra en grande paz y sosiego, y así lo estuvo todo el

tiempo que duró la menor edad y tutoría de los reyes de Aragon y Castilla. En este medio aconteció cierta novedad, que fué como una representacion de un espectáculo muy memorable é insigne á los ojos de todo el pueblo, gobernando la reina doña Petronila sus reinos, no teniendo el príncipe don Alonso su hijo once años cumplidos, que causó gran alteracion y escándalo en la tierra, mayormente cerca del vulgo, que de su condicion es amigo de cosas nuevas, y lijeramente las recibe y aprueba. Esto fué, que casi de improviso se levantó fama por el reino, que el emperador don Alonso rey de Aragon, que fué muerto por los moros en la batalla de Fraga, veinte y ocho años habia, era vivo. Tras este rumor salió un hombre, que dijo ser el mismo; y comenzándose la cosa á divulgar, dióse gran crédito por la gente popular, incitándola algunas personas, que no holgaban, que la

intituló rey de Aragon, y debajo deste título se comprehendieron las ciudades, villas y lugares que estaban fuera del antiguo Aragon, que se ganaron por el rey don Sancho Ramirez, y por los reyes don Pedro y don Alonso, y por el príncipe don Ramon en su conquista. Quedose la reina en Cataluña en la ciudad de Barcelona, en la cual, y en el condado de Besalú, moró lo mas del tiempo de su vida, dejando á su hijo el gobierno del reino y del principado de Cataluña. En este año murió Guifredo conde de Rosellon, por cuya muerte sucedió en aquel estado el conde Guinardo. CAP. XXIV.-De las cortes que el rey don Alonso en principio de su reinado tuvo en Zaragoza, y lo que en ellas juraron él y los ricos hombres.

reina se empachase en el gobierno del reino, y no debia dro de Castellezuelo, Pedro Ortiz, Blasco Romeu, Jifaltar quien le recogiese y amparase, ayudándole pa- meno de Artosella, Dodon de Alcalá, Fortuño Maza, ra que volviese á su primer estado y dignidad. Pudo Guillen Ramon de Moncada, Guillen de Castelvell su con artificio persuadir á muchos, representando en su hermano: á catorce de junio hizo donacion de todo el persona y semblante gravedad para autorizarse, de reino de Aragon, con las ciudades, villas y castillos, manera que le tuviesen reverencia, y entendieseu, que iglesias y monasterios, y todo lo que pertenecia á la era merecedor de la dignidad, en que decia se habia corona, al infante don Alonso su hijo, que ya tenia visto, y para esto ayudaba la edad muy anciana, que doce años cumplidos, con todo lo que se habia adquisuele ser favorecida comunmente; mas aunque se pu- rido, y á su conquista perteneciese, para él y sus dessiera en juicio de los ricos hombres y de la corte, co- cendientes y sucesores. Para mayor firmeza desta domo era costumbre, no podia haber justa causa para nacion, aprobó el testamento del príncipe don Ramon que hubiese dejado el reino, cuando mas necesidad te- su marido, y lo que cerca del vínculo estaba dispuesto nia de su favor y amparo, desamparando sus leales en la sucesion, para que su disposicion fuese firme é vasallos y súbditos, que tan bien y fielmente le sirvie-inviolable; y declaró, que en caso que muriese el infanron en las guerras que tuvo, y estribando todo el esta- te don Alonso sin hijos, se guardase aquella misma do del reino en su persona, parecia cosa de burla, ha-substitucion con los otros sus hermanos, excluyendo ber fingido ser muerto y estar encubierto tanto tiempo de la sucesion del reino á sus hijas, siendo ella la reina y sucediendo las cosas en gran turbacion y miseria, ❘ propietaria dél. De allí adelante el infante se llamó, é cuando andaban buscando quién se amparase deste reino, y tuviese el gobierno dél, nunca habia parecido, ni despues se quiso descubrir en veinte y ocho años á sus amigos y familiares, siendo vivos los que pudieran convencerle de falsedad. Pero puede tanto la disimulacion y astucia, que respondiendo con gran confianza y osadía, increpábalos como á desconocides é ingratos, diciendo que hallaba á sus súbditos y naturales mas crueles contra sí, que habian sido en su destierro los turcos, enemigos de la fé, y que no pudiendo tolerar la indignidad é ignominia de verse vencido por los moros, habiendo sido siempre vencedor, se fué para Asia como peregrino, á donde se halló en muchas batallas que los cristianos tuvieron contra los turcos, y acusaba de ingrata á la patria y á sus naturales, porque viéndole en miseria, despues de haber pasado tantos trabajos y peligros, le trataban con tanto desconocimiento. Nombraba muchas perso- | nas de Aragon y Castilla, que en ambos reines le habian conversado familiarmente, y reducia á la memoria diversas cosas, que en particular y secretamente habia con ellos tratado. Con esto llegó á ganar tanto crédito, que á dicho de todos los mas ancianos, era habido y reputado por el mismo y verdadero emperador don Alonso, á cuya memoria eran aficionados generalmente. Comenzaba mucha gente y pueblo á seguirle y servirle, y tenerle por verdadero rey y señor, é iban cada dia confirmándose mas en su opinion, por la razon que daba á cada uno de quién era, y del orí gen de los linajes, y casas del reino, y de la sucesion dellas y de las hazañas de sus progenitores, recontando muchos hechos, que en su tiempo hicieron en las guerras pasadas. Creciendo el número de los que esta voz y opinion tenían por orden y consejo de algunos ricos hombres, que amaban el servicio y de la reina, y del príncipe su hijo, estando segun algunos dicen, en Zaragoza, fué preso y mandado ahorcar, y con esta ejecucion y castigo se sosegaron los ánimos de muchos, que deseaban nuevas causas de alteraciones y bullicios.

CAP. XXIII. Que la reina doña Petronila hizo donacion del reino al infante don Alonso su hijo, y fué alzado por rey.

En el año siguiente, estando la reina en la ciudad de Barcelona, de consejo de los prelados y ricos hombres, que fueron don Ugo de Cervellon arzobispo de Tarragona, don Pedro obispo de Zaragoza, don Guillen obispo de Barcelona, don Arnal Mir conde de Pallás, Pe

TOMO IV.

Vínose luego el rey de Barcelona para Zaragoza, á donde mandó convocar á córtes los prelados y ricos hombres mesnaderos é infanzones del reino, y los procuradores de Huesca, Jaca, Tarazona, Calatayud y Daroca, para la fiesta de san Martin deste año, para dar órden en el gobierno y pacífico estado de la tierra. Fué acordado en estas cortes, que el rey jurase, que de allí adelante, hasta el dia que fuese armado caballero, echaria de la tierra á cualquier persona de cualquier dignidad, que no diese y entregase las fuerzas y tenencias de los castillos que eran de la corona, y le quitaria lo que tuviese en heredad y por merced de honor; y si alguno quebrantase la paz y tregua que estaba puesta así con cristianos, como con los infieles, y hiciese robos ó fuerza alguna, si dentro de quince dias que fuese requerido por parte del rey ó de su corte, no hiciese enmienda dello, fuese juzgado como reo de crímen de lesa magestad, y saliese del reino, y perdiese sus bienes y la tierra que tuviese en honor. Esto juró en presencia de todos el rey, y los ricos hombres juraron que con todas sus fuerzas lo harian guardar y cumplir; y los que lo juraron fueron estos, Pedro de Castellezuelo, Marco Ferriz de Lizana señor en Huesca, Blasco Romeu mayordomo del rey, Sancho Iñignez de Daroca, Artal de Alagon, Matalon, Rodrigo de Estada, Lope Ferrench de Luna, García de Albero, Pedro Maza, Lope Sanchez de Foces, Galin Garces justicia, Pedro de Arbanes, Pedro Jimenez de Rodelar, Jimeno de Artusella, Juan de Tramacet, Sancho Garces de Santa Olalla, Galindo de Foces, Romeu de Gallur, Fernando de Alagon, Galin Jimen de Belchit, Sancho Palacin, Pedro Garces de Astaun, y Gimen Garces su hermano, Garner, Alaman de Atrosillo, Berenguer de Tamarit, Beltran de Larbas, Ber

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