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cho daño en el ejército, el rey mar dó al almirante que la combatiese y que hiciese para ello un castillo de madera, y diósele tan recia batería que fué muerto el capitan, y los que quedaban en su defensa la desampararon, y se pusieron en ella los pendones reales. En el mismo instante se dió un combate à los de Argilers tan furiosamente, que si no sobreviniera la noche se entrara por fuerza de armas. Era el capitan que estaba en la vill un caballero francés muy principal que se decia Jofre Estendardo: y residian en aquella guarnicion algunos genoveses, que con gran constancia y animosamente persistieron en su defensa, y no daban lugar que los de la villa tratasen de ningun | partido; pero como ellos se tuvieron por perdidos desde que aquella casa fuerte se ganó, deliberaron de rendirse y dieron quince rehenes al rey con esta condicion: que si el rey de Mallorca dentro de tres dias les enviaba tal socorro que se levantase el real, se les volviesen las rehenes, y si no fuesen socorridos se rindiese la villa, y no lo cumpliendo, las rehenes quedasca á merced del rey, y el rey lo aceptó. Hubo dentro gran confusion sobre el aceptar ó rehusar el partido: y finalmente no siendo socorrido el lugar se rindió al rey un domingo á seis del mes de junio, y el almirante entró dentro con su compañía y puso los pendones de las armas reales y de las suyas en las torres: y fué preso el capitan Estendardo y la gente que con él estaba en guarnicion, porque no quisieron pasar por el partido que se habia ofrecido y despues entró en la villa con su compañía don Felipe de Castro y puso el estandarte real ea el mas alto lugar de la iglesia. Entró el rey á la tarde en la villa y aquel dia armó caballero á don Jaime de Aragon su tio: y dejó en Argilers por capitan á fray Guillen de Guimerà. Despues que se rindió Argilers, se dieron recios combates á la casa de Pujols y tambien se rindió dentro de algunos dias con el mismo partido: y el rey con sus batallas ordenadas se fué un domingo á trece de junio á poner con su real sobre Colibre, y él se puso en la parte mas eminente que está sobre la villa hácia la montaña: y el infante don Jaime con sus gentes se puso á la mano izquierda del rey hacia la mar, y el infante don Pedro a la otra parte al camino de Portvendres, y con él don Pedro de Ejérica: y en lo bajo que llamaban la Coma, se puso el vizconde de Cardona entre el rey y el infante don Pedro, y el almirante y el conde de Pallás á la marina. Otro dia que el rey puso su real sobre Colibre, envió á don Gilabert de Centellas á Canet, para que tuviese cargo de aquella fuerza con mas gente de la que en ella tenia Riambao de Corberá y este mismo dia llegó al real Pascual Cirera que llevaba una carta de Jucef Abenamir rey de Granada, qué pedia al rey que confirmase la paz que habia asentado con el rey de Castilla, y el rey la otorgó por diez años. Dos dias despues don Pedro de Ejérica fué con trescientos de caballo y dos mil infantes á apoderarse del lugar de San Juan, y á recibir los homenajes de los vecinos dél y el rey envió por capitanes para que estuviesen en su guarda, á Arnal Guillen de Besora y Pedro de Melan, y por alcaide del castillo á Pedro Cornellá. Comenzó se á combatir una torre que estaba en un lugar muy alto sobre el arrabal de Colibre, que era de muy hermoso y fuerte edificio: y al principio del combate fué con desórden y sin voluntad del rey: y aunque se mandó recoger la gente, estaban ya tan adelante que llegaron á la cava y no se pudieron retirar sin mayor daño, y finalmente ins

tando el rey que el combate se continuase, y pasando adelante dun Artal de Foces animando á los soldados, la ganaron aunque con harta pérdida, por falta de saetas. Siendo ganada esta torre combatieron el arrabal, y hubo una muy brava batalla aquel dia, en la cual murieron hartos de los de dentro, y los que escaparon, se recogieron á lo fuerte de la villa. Vino en esta sazon al real el cardenal de Ambrun del título de San Marco: y salieron el rey y los infantes y algunos ricos hombres à recibirle; pero en su presencia se continuó el combate sin que el rey diese lugar á ningun sobreseimiento por su venida y fuése á aposentar á Elna. Fué combatida otra torre que estaba sobre el monasterio de predicadores, y el arrabal de aquel cuartel, por la gente de don Nicolás Carroz y del almirante: y el combate fué á lanza y escudo: y siendo los de dentro vencidos recogiéronse à su fuerte, y fué puesto á saco aquel barrio del cual se apoderó don Pedro de Ejérica. Era capitan de aquella guarnicion que el rey de Mallorca tenia en Colibre, un caballero muy principal, que se decia don Pedro Ramon de Codolet: y viéndose en tanto estrecho, que no podia defenderse, trató de rendir á Colibre, con estas condiciones, que se pidieron en nombre de los de la villa. Que el capitan y toda la gente de guerra, genoveses y soldados, se pudiesen ir libremente con sus armas y caballos, y se les diesen algunas compañías, para que los pusiesen en salvo, y á los de la villa no se les hiciese ningun daño en sus bienes, antes les fuese restituido todo lo que se habia robado en el barrio, que se puso á saco: y pidieron, que fuesen juzgados por las costumbres y usajes de Barcelona: y todo les fué concedido y aseguró el rey á don Pedro Ramon de Codolet y á las compañías de genoveses, de caballo y de pié, que estaban en Colibre, con sus caballos y armas, por cuatro dias. Volvió este mismo dia al rey el cardenal y trató con él en secreto, estando presente el vicecanciller, que recibiese al rey de Mallorca y á sus hijos en su poder, con su estado, asegurándole la vida: y que no se hallaria daño en su persona, ni le detendría en larga y mala prision. Teniendo el rey consejo sobre esto, los infantes fueron de parecer, que se admitiese: y el rey se conformó con ellos; pero siendo vuelto el cardenal á Perpiñan, avisó al rey, que el rey de Mallorca, no queria ponerse en su poder, y que mas queria perder por guerra su estado, que entregarlo de su voluntad y con esto se despidió el cardenal. El día siguiente jueves, que fué en la festividad de san Juan, el rey, segun se escribe en su historia, armó caballero á Romeo Martinez de Zurita; y á la tarde, antes que el sol se pusiese, salieron del castillo de Colibre todas las compañías de gente de caballo y de pié, que estaban en la guarnicion, y fuéronse la via de Perpiñan: y el rey mandó, que los acompañasen hasta Elna; y otro dia se entregó al rey la villa con el castillo: y don Felipe de Castro puso en el castillo el pendon y estandarte real: y á la tarde recibió el homenaje en el monasterio de los predicadores, de todos los vecinos, y cometió á Ramon de Barberá, que otro dia continuase en recibir los homenajes, y fué nombrado este caballero por capitan de Colibre. Luego se rindió tras esto una torre, que estaba en lo alto de la sierra de Colibre y el castillo de Palau, junto de Elna, que se entregó á fray Guillen de Guimerá. Todos los Jugares y fuerzas, que se tenian por el rey de Mallorca en el condado de Rosellon, se defendian con esperanza de lo que seria de Colibre, en el cual tenian puestos

los ojos, porque de allí dependia la defensa y principal socorro de aquel estado; y así, despues de entregado Colibre, trataban de rendirse el castillo de la Roca y otras fuerzas muy importantes: y entregóse el castillo de Orta, y los que estaban en Elna querian hacer lo mismo, porque se veian cercados por todas partes de los lugares que el rey tenia en su obedien➡ cia; y de Perpiñan se tenia aviso, que no esperaban, sino que el rey fuése allá. Estaba ya el rey de Mallor ca en la postrera desconfianza, y habia mandado que mar el tiute de Perpiñan, que estaba junto de la muralla, en cuya defensa habia hasta trescientos hombres, y los que tenian cargo dél, con órden y autoridad de los de la villa, no lo quisieron consentir, antes fortificaron una iglesia para defenderse contra el rey de Mallorca, confiando, que el ejército del rey iria en su socorro y era cierto, que no podia el rey de Mallorca sustentarse, porque teniendo su enemigo á Colibre, Argilers y Canet, era señor de toda la marina de Rosellon hasta Leocata, y él no podia armar un navío. Determinóse el rey de ir con su ejército camino derecho de Perpiñan, porque entregándosele aquella villa, que es la cabeza del condado, quedaba señor de Rosellon, sin poner mano á las armas: y no tenia necesidad de tener guarniciones en los lugares que se le habian entregado, y era cierto, que Puigcerdan y toda Cerdania habian de hacer lo mismo: mas en esta sazon tenia gran falta de dinero, y los ricos hombres y caballeros, le dijeron claramente, que no le seguirian ni le podian seguir sin la paga del mes de julio, ó á lo ménos sin la mitad, y estaba á peligro de recibir grande afrenta y vergüenza, y parecia, que encaminandose sus cosas prósperamente, no bastaba llegar al cabo de aquella, empresa. Fué enviado entónces Rodrigo Ortiz, doncel de la casa del rey, para asentar con el rey de Túnez, que se decia Abuquer Abuyahia, y renovar la paz que tenia con el rey de Mallorca, y para cobrar doce mil libras que se debian del tributo que le hacia, y Ramon de Alentorn fué con dos galeras á traer el dinero de Barcelona; y hecha la paga á la gente de guerra, salió el rey de Colibre el primero del mes de julio, y fué con su ejército á ponerse sobre el castillo de la Roca, que era una muy señalada fuerza y muy importante: y otro dia mandó el rey talar la ve→ ga. Tenia la guarda deste castillo un hermano bastardo del rey de Mallorca, que se decia Pagano de Mallorca, y los del lugar y del barrio, que era contiguo con el castillo, trataron de rendirse: y entretanto, el infante don Pedro, con trescientos de caballo, y dos mil soldados, fuéron á apoderarse de Tuir y Millars, que ofrecieron de darse; pero los de Tuir se pusieron en defensa, y el vizconde de Cardona fué á combatir á Montesquiu, que era un castillo fuerte, y rindióse á un varon de Cataluña muy principal, que el rey envió, que se decia Francés de Cervià, y á Ramon Senesterra. Los del lugar de la Roca dieron rehenes de entregarse al rey, y salió la gente de guarnicion que estaba dentro, y fuése á Perpiñan y envió el rey, para que los acompañase, á Berenguer de Rocasalva, y tras esto se rindió el castillo por Pagano, y dejó en él, el rey, por capitan á Berenguer de Rocasalva, y quedó Pagano preso en su poder, hasta que el rey de MaHlorca soltase á Pedro de Sanmartin y otros que tenia presos en Perpiñan. Desta manera, en un dia se dieron al rey, los de Millars, Illa, Bula y Moset, y se entregaron al vizconde de Illa y á don Bernardo de So y á Aimar de Moset, cuyos eran. Tras esto, salió el rey

con su ejército de la Roca, y fuése á poner sobre Elná, con sus batallas ordenadas, como entró en Rosellon, salvo que el infante don Pedro quedó en Montesquiu, por estar enfermo : y púsose cerco á Elna, por la parte del rio, á nueve del mes de julio. Este mismo dia los maurelans trataron de rendirse al rey, y pidieron ciertas condiciones, que se les concedieron: y don Gilabert de Centellas fué à apoderarse de una casa fuerte, que estaba junto de Perpiñan, y dejó en ella con una compañía, á Arnaldo de Canet y de aquella gente fué preso un caballero de Proenzal, que se decia Pierres de la Balma, que con cierta gente de caballo habia salido de Perpiñan. Rindióse al rey otro dia, que llegó con su real á ponerse sobre Elna, Otrera, y la torre que decian de Madaloch, y vinieron al campo mensajeros de un caballero muy principal de Francia, que tenía parentesco con la casa real de Aragon, que se decia Arnaldo de Rocafull, que fué padre de Bernardo de Rocafull, que estando en servicio del rey de Mallorca, fué muerto por su mandado cruelmente. Enviábase á escusar este caballero con el rey, de que su bijo hubiese venido á servir al rey de Mallorca contra él, diciendo que era contra su voluntad: y por la venganza de la muerte de su hijo, ofrecia que vendria á servir al rey en esta guerra con ciento ó doscientos de caballo de su linaje, ó traeria al conde de Armeñaque con quinientos ó mil hombres de armas, y tres mil de pié. El rey respondió á estos mensajeros que considerados los servicios que por algunos del linaje de Arnaldo de Rocafull, se habian hecho á los reyes pasados, señaladamente en la conquista del reino de Va➡ lencia, á donde tenian su domicílio, y poseian grandes heredamientos, y tambien teniendo consideracion al caso de la muerte de su hijo, le habia penado mucho: y le era muy acepta la oferta del servicio que le prometia: pero que la ejecucion de la justicia que habia comenzado contra don Jaime de Mallorca, súbdito suyo, se hacia con sus naturales, y se continuaba dentro de los límites de su reino: y esperaba muy en en breve defenecerla, sin que fuese necesario hacer ajuntamiento de gente extranjera, porque no era lícito ni convenia que se hallase en esta ejecucion, mayormente pudiendo suplir su ejército siempre que conviniese. Que no pensase que le habia sido molesto porque su hijo y otros caballeros valiesen á su adversario, pues era cosa ordinaria que los mancebos deseando ejercitarse en las armas, suelen libremente aficionarse para ayudará los que quieren favorecer y servir. Luego que se puso el cerco sobre Elna, comenzó a moverse grande contienda y discordia entre los del lugar y la gente de guerra que allí estaba de guarnicion, y vinieron á las armas: y estando en este alboroto, algunos hombres y mujeres se pusieron por los muros, y dieron voces á los del ejército que los socorriesen: y en un instante repitiendo los nuestros el apellido de Aragon se arrimaron al muro, y los que estaban por la muralla, con sogas subieron algunas banderas, y tras éllas siguió mucha gente, y abrieron una puerta de la ciudad, y por ella fueron entrando a grande furia. Visto que la ciudad se entraba, los soldados que estaban en su defensa con otros muchos de los vecinos della, se fuéron recogiendo á su fuerte: y hubo entre ellos al retirarse muy brava batalla, y los nuestros combatieron con los de dentro, por la parte mas baja de la ciudad todo aquel dia: y recelando que no se pusiese á saco, envió el rey para recojer la gente á Ponce de Santapau, que era un principal caballero, y

muy ejercitado en la guerra, y á don Guerao de Cervellon, y á Valguarnera, y todo este dia hubo grande confusion entre todos, porque los nuestros peleaban por la parte mas inferior de la ciudad, y entre los soldados que estaban en lo mas alto, y los vecinos, ha bia grande division, y estaban con mucho recelo y sospecha los unos de los otros, y así se entretuvieron aquel dia. Otro dia que fué un domingo à once de julio, los que estaban en el fuerte que se había hecho dentro de la ciudad, á donde se puso el mayor cuerpo de los soldados, llegaron á tanto estrecho que cada hora temian perderse sin poder resistir: y con esto les faltó el agua, por la gente que allí se habia recogido, y enviaron á tratar de algunas condiciones para rendirse; y este dia se pasó en esta plática entre los nuestros, y Roger de Revenach, que era el capitan que residia en Elna, por el rey de Mallorca y el rey envió por su parte á don Galcerán de Belpuig su mayordomo, y finalmente, estando casi rendidos, se concordaron con estas condiciones. Recibia el rey al capitan y caballeros y soldados que estaban en aquella guarnicion à merced de la vida, con que quedasen en su prision, hasta que el rey de Mallorca restituyese á Arnaldo de Corbera, y un hermano suyo, y otros caballeros, y diversas personas que tenia presos en Rosellon y Cerdania, por rehenes de los lugares que estaban en la obediencia del rey y que entonces los libraria y dejaria ir en salvo con sus armas y caballos, y con todos sus bienes, exceptuando las armas y municiones que habia en aquella fuerza, jurando que mientras durase la guerra contra el rey de Mallorca, no vendrian en su ayuda, ni llevarian su sueldo. Rindióse el lúnes siguiente al rey la fuerza de Elna, que estaba en lo alto de la ciudad, y dejaron ir libremente los soldados que allí habia franceses, y quedaron presos Roger de Revenach, y los otros capitanes y caballeros que eran de Rosellon: y entró don Felipe de Castro con la compañía de gente de caballo que llevaba á poner el estandarte real en la torre de la iglesia mayor. Por otra parte don Gilabert de Centellas, que estaba con algunas compañías de gente de caballo en Canet, envió á correr á Santhipólito: y llegaron los almogáraves hasta Claira: y hubo algunos reencuentros entre la gente de don Gilabert de Centellas, y los de San Lorenzo con los de Claira y Santhipólito.

CAP. LXXVII. Que el rey de Mallorca se puso en poder del rey.

Era venido el dia antes Pedro Ramon de Codolet, ante el rey, con salvo conducto por cierta plática que don Pedro de Ejérica habia movido, que el rey de Mallorca se queria poner en poder del rey y continuándola don Pedro, el rey le dió poder para que pudiese asegurar al rey de Mallorca, si se viniese á su merced libremente, y sin condicion alguna, con que se pusiese en su poder con los estados de Rosellon y Cerdania: y ofrecióse que le salvaria la vida, y no recibiria lesion ninguna en su persona, ni le tendria en prision: con promesa que se habria misericordiosamente con él. Con esto partió don Pedro de Ejérica del campo con trescientos de caballo, y con mil almogáraves, y fuése la via de Perpiñan para verse con el rey de Mallorca y estando junto de Perpiñan, Pedro Ramon de Codolet salió á él, y concertó que don Pedro se apartase con quince caballeros de los suyos, y que el rey se vendria á ver con él con otros tantos; y así el rey de Mallorca tomó consigo á don Artal de Pallás, y á

don Berenguer de Vilaragut, y á Pedro Ramon de Codolet, y otros doce caballeros. Con don Pedro fuéron Gil Ruiz de Lihori, y Gonzalo Ruiz de Lihori, que eran dos caballeros de su casa, y sus vasallos, y otros trece caballeros, y viéronse en una viña junto al camino real que va á Elna. Despues de diversas pláticas, el rey de Mallorca dijo á don Pedro que habia determinado ponerse en poder del rey, y de don Pedro le hizo pleito homenaje, que se le guardaria lo prometido: y el rey juró, é hizo tambien pleito homenaje á don Pedro, que otro dia personalmente se iria á poner en poder del rey, y le haria entregar todos los castillos y lugares de Rosellon y Cerdania; y con esto volvió luego don Pedro al rey el mismo dia, que fué martes y entónces se entró el rey en la ciudad de Elna. En esta sazon llegó á Elua un caballero, que era maestro de requestas del reino de Francia, y se decia Guillen de Villers, y de parte de Juan de Francia, duque de Normandia, hijo primogénito del rey de Francia, propuso, que el duque venia á verse con el rey, para tratar de concordar aquella diferencia y guerra que tenia con el rey de Mallorca y pedia, que entretanto diese algun sobreseimiento en la guerra; pero el rey se escusó dello. Volvió don Pedro de Ejérica otro dia siguiente á verse con el rey de Mallorca y quedaron, que otro día por la mañana se vendria á poner en poder del rey: y el rey tuvo su consejo, como recibiria al rey de Mallorca, y halláronse en él, de los infantes, solo el infante don Jaime, porque el infante dou Pedro estaba en Montesquiu enfermo, y don Pedro de Ejérica, el almirante don Pedro de Moncada, don Pedro de Fenollet, vizconde de Illa, Guillen de Bellera, Galcerán de Belpuig, don Artal de Foces, don Jaime de Aragon, tio del rey, Rodrigo Diaz, Juan Fernandez Muñoz, García de Loriz, Felipe de Boil, Ramon de Copones, Ferrer de Villafranca, Miguel de Gurrea, fray Nicolás Agut, confesor del rey, Lope de Gurrea, Guillen Alberto, Pedro Dezbosch y Francés Fox. Vino don Pedro de Ejérica de Perpiñan, acompañando al rey de Mallorca y estúvolos el rey esperando en su tienda en el campo fuera de la ciudad de Elna, con el infante don Jaime, y con todos los barones y caballeros principales que allí se hallaban y entró el rey de Mallorca armado de todas piezas, y descubierta la cabeza y cuando llegó junto del rey, el rey se levantó en pié, y el de Mallorca hincó la rodilla en el suelo, y el rey le tomó por la mano para levantarlo, y besóle la mano casi por fuerza : Y el rey le besó en la boca. Luego el rey de Mallorca dijo estas palabras, las cuales pone formalmente el rey en su historia. Mi señor, yo he errado contra vos, mas no contra mi fé; pero si lo hice, fué por mi loco seso, y por mal consejo; y vengo para hacer enmienda de mi, delante de vos, que de vuestra casa soy, y quiero os servir, porque siempre os amé de corazon, y soy cierto, que vos, mi señor, me habeis mucho amado, y aun de presente me amais: y quiero os hacer tal servicio, que os tengais por bien servido de mí, y pongo, señor, en vuestro poder á mí mismo y toda mi tierra libremente. A estas palabras, que pudieran mover á misericordia á cualquier príncipe, por cruel y bárbaro que fuera, respondió el rey así: Si habeis errado, á mí me pesa, porque sois de mi casa, pero errar y reconocer el yerro, es cosa humana, y perseverar en él, es malicia: y así, pues vos reconoceis vuestro yerro, yo usaré de misericordia con vos, y os haré merced, de manera, que todos conocerán, que me he habido con vos misericordiosa y gratamente, con

que libremente pongais en nuestro poder á vos mismo, y toda vuestra tierra, en virtud de la ejecucion: y dichas estas palabras, se entró el rey de Mallorca con don Pedro de Ejérica en Elna. Sin poner inas dilacion en ello, el rey envió en el mismo instante á don Felipe de Castro, y al almirante don Pedro de Moncada á Elna, para que pidiesen al rey de Mallorca, que les mandase entregar la villa y castillo de Perpiñan, y se pusiesen en él los pendones reales y ya el rey de Mallorca habia mandado de palabra un caballero, que tenia cargo del castillo, que se decia mosen Zaragoza, que le entregase, y á los jurados de Perpiñan. Fuéron don Felipe de Castro, y el almirante con algunas compañías de gente de caballo, á recibir las fuerzas y posesion de la villa; y despues de diversas protestaciones y requestas que pasaron entre ellos, y los perpiñaneses, se apoderaron del castillo y de todas las torres, y pusieron en la mayor torre del castillo el estandarte real de Aragon.

CAP. LXXVIII. Que el rey confirmó la union que se habia hecho de los reinos y condados de la corona de Aragon.

Partió otro dia el rey con su ejército para Perpiñan, dejando proveidos los castillos y fuerzas que estaban en su obediencia en Rosellon; y quedóse don Pedro de Ejérica en Elna con el rey de Mallorca. Mostraron los de Perpiñan grande contentamiento con la ida del rey, porque es muy ordinario que en mudanza de reino, y con nuevo príncipe, se suele regocijar el pueblo, sin considerar ni temer nuevos males: mas á estos les era muy dulce, que aquellos estados se uniesen con Cataluña y que se juzgase por sus constituciones y usajes y parecía les, que era mas pesado el yugo que habian llevado, cuanto los príncipes pasados eran ménos poderosos: porque cuanto es mayor la dignidad y preeminencia del señor, tanto se tiene por ménos afrentosa la condicion del vasallo y parece mas tolerable la sujecion. Este mismo dia, que el rey entró en Perpiñan, que fué viernes á diez y seis de julio, cierta compañía de gente de caballo del rey de Francia, que habia venido á servir al rey de Mallorca en esta guerra, volviéndose para sus tierras, cuando llegaron cerca de Salsas, comenzaron á prender y berir algunos del lugar, y combatirlo y ponerlo á saco, porque iban muy descontentos, por no les haber sido pagado el sueldo : y luego don Ramon Roger, conde de Pallás, que estaba en Salsas con gente de guarnicion, dió en ellos, y como iban desordenados mataron muchos y si el conde no detuviera á los suyos, no quedara ninguno vivo, y todos fueron robados, y perdieron muchas armas y caballos, y poco faltó que no matasen á Guillen de Villers, que era venido al rey, como dicho es, por embajador del duque de Normandía. Este dia se rindió al rey el lugar de Claira, sin esperar órden ni mandato del rey de Mallorca. Aposentóse el rey en el castillo de Perpiñan, y luego entendió en proveer las cosas del gobierno de aquella villa, y nombráronle cinco personas, que confirmó para el oficio de cónsules, y á otra parte otras doce para jurados, y nombróles para baile de Perpiñan á Guillen Albert, y proveyó todos los otros oficios, y por lugarteniente de los condados de Rosellon y Cerdania, á Ramon de Totzó: y mandó convocar parlamento de los prelados, barones y caballeros, y personas generosas de aquellos estados, para la villa de Perpiñan, para el primero de agosto. Aunque el rey de Mallorca se puso en poder del rey,

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nunca se pudo persuadir, que habla de quedar privado del reino y de aquellos estados y con esto estaban muy dudosos y temerosos todos, recelando que volve→ rian á estar debajo de su señorío y publicaban que el rey tan solamente tenia la villa de Perpiñan, para tomar la posesion del feudo, y que dentro de breves dias se le habia de restituir y segun el rey escribe en su historia, por otra parte enviaba sus cartas á los lugares que no se habian rendido, para que se tuviesen en su obediencia, y se defendiesen mejor que antes. Mas el rey, que estaba muy atento à este negocio, y entendia que habia ganado aquellos estados de buena guerra, y cuanto convenia que la union que se habia hecho dellos con Cataluña, se conservase, siendo avisado desta fama, que se publicaba por parte del rey de Mallorca, y que don Juan de So, vizconde de Evol, con ciertas compañías de gente de caballo y de pié, que estaban en Conflent, habia venido en esta sazon al lugar de Enz, y lo habia puesto á saco, y los del castillo de Bellaguarda habian muerto algunos almogára ves que se venian á Cataluña, y habian entrado algunas personas en Perpiñan, que ponian division y sospecha en el pueblo afirmando, que dentro de breves dias el rey de Aragon habia de restituir al rey de Mallorca lo que le habia ocupado de sus estados, y presto lo dejaria: el rey, que de su condicion era muy sospechoso y vindicativo, escribió de Perpiñan á don Pedro de Ejérica, mandándole que dijese al rey de Mallorca, que luego cumpliese todo lo que era obligado, y no siguiese tales mañas, porque le seria muy grave que se hubiese de usar con él de alguna descortesía: y que si no sobreseía de proseguir con tales obras, y muy en breve cumplia y podia en efecto lo que restaba de hacer, segun estaba tratado, proveeria como convenía á su honor, y á la seguridad y pacífico estado de aquella tierra, como era necesario y con esto advirtió, que tuviesen en buena custodia al rey de MaIlorca, para que no se pudiese ir. En este medio mandó el rey despedir toda la gente de guerra, excepto algunas compañías de soldados, hasta haberse apoderado de todas las fuerzas de Rosellon y Cerdania: y con gran solicitud se ocupaba en recibir de los caballeros y pueblos los homenajes: y cometió á don Gilabert de Centellas, y á Berenguer de Villarasa, que recibiesen los homenajes de la villa de Conflent; y á Berenguer de Rocasalva, de Puigcerdan; y á Hernardo Fabra, que era ujier del rey, se dió comision para la Salamanca, Fué Ramon de Riusec á recibir los homenajes de los lugares que están en tierra de Capsir, y Martin Lopez de Oteiza, á apoderarse del lugar y castillo de la fuerza real y Francisco Aladren, para que estuviese con gente de guarnicion en el lugar y castillo de Salsas : y á otros caballeros se dió comision para los lugares y castillos de Taltahull, Opol y Cortsavi: y muy en breve se apoderaron de todo Rosellon, Conflent y Capsir, y de Cerdania, y del val de Ribas, y de Berida. Entónces mandó el rey entregar á Canet, y el lugar de Santa María de la Mar, á don Ramon, vizconde de Canet, con todos los lugares del vizcondado: y el dia de la fiesta de santa Magdalena, se publicó la union é incorporacion que el rey habia hecho de los reinos y condados de su corona: y allí la confirmó de nuevo en la iglesia de San Juan, despues de haber oido el sermon, y mandó que la jurasen los consules de Perpiñan, y los barones y caballeros de Rosellon que no la habian firmado. Esto escribe el rey, que dió grande ánimo á los de la tierra, para que se confirmasen en su servicio,

porque estaban con grande temor, que el rey de Mallorca habia de cobrar aquellos estados por nueva concordia.

CAP. LXXIX. De las vistas que tuvieron el rey, y el rey de Mallorca y de lo que entre ellas se suplicó al rey.

Habia mandado el rey, que compareciesen á hacerle homenaje, y prestarle el juramento de fidelidad, don Juan de So, vizconde de Evol, Pedro Ramon de Codolet, Guillen Roig de Vilanova, Dalmao, y Guillen Dezvolo, Ramon Vilarnau, Monet Juya, Arnaldo de Lordat, Ramon de Pallarols, Arnaldo de Pera pertusa, Roger de Rovenach, Rehelm de Vernet, Francés de Lupiá, Bernardo Guillen de Teren, Francés Dolms, Pedro de Mora, y otros caballeros que con gran constancia perseveraron en la obediencia del rey de Mallorca todo el tiempo que vivió: y porque no vinieron en el término que les fué asignado, el rey les prorogó el plazo, para que compareciesen á hacerle el homena→ je, ó se saliesen de la tierra, y mandó ocuparies los bienes

y que no llamase traidores á los que bien, y lealmente habian hecho su deber: porque él pensaba defender su lealtad contra todos los hombres del mundo; y que de allí adelante callase semejante cosa: concluyendo su respuesta, diciendo, que cuando fuese tiempo le daria á entender, que holgaria en servirse dél, y con esto se despidieron. Estuvo el rey de Mallorca en Rosellon hasta diez y siete de agosto deste año, que con orden y mandamiento del rey se entró en Cataluña y se vino á Berga, donde pidió, que fuese su morada y mandó el rey que el infante don Jaime su hermano le acompañase: y el rey se detuvo en Perpiñan, proveyendo á lo del gobierno y pacífico estado de la tierra: y dejó entonces por gobernador de los condados de Rosellon y Cerdania, á Guillen de Bellera: y partióse á veinte y cinco de agosto de Perpiñan y vínose aquel dia á Tuir. De allí se fué el rey á Villafranca de Conflente, para castigar ciertos delitos y excesos de algunos vecinos de aquella villa, señaladamente por haber muerto á Pedro Adrover, que con otros venia por síndico de Puigcerdan, para prestar, en nombre de aquella villa, los homenajes al rey. Desde Villafranca mandó convocar parlamento á la ciudad de Lérida, para el dia de san Miguel, sobre lo que tocaba al estado del rey de Mallorca: y mandó llamar, para que se hallasen en él, á los infantes don Pedro y don Jaime y don Ramon Berenguer, y á los arzobispos de Tarragona y Zaragoza y á don Lope de Luna, señor de la ciudad de Segorbe, don Bernardo de Anglesola y á mosen Gonzalo García, y á los síndicos de las ciudades de Zaragoza, Barcelona, Valencia y Lérida. De aquel lugar partió el rey el último de agosto para Puigcerdan: y por ser la cabeza de Cerdania, mandó allí publicar la union de los reinos y estados de la corona y confirmarla: y otorgóles confirmacion de los privilegios antiguos; y á cuatro del mes de setiembre partió de Puigcerdan con grande priesa, porque aquellos dias había hecho mucho frio, y cayó grande nieve y se iban cerrando los puertos: y pasó el collado de Jou, que antiguamente fué llamado el monte de Júpiter y es una montaña muy encumbrada de los Pirineos, y bajóse á Baga, que era de don Pedro Galcerán de Pinós, que hizo grande convite y fiesta al rey y á su corte. Vínose el rey, de Bagá á Berga, donde el vizconde de Cardona le fué á suplicar, que viniese por Cardona; pero el rey no quiso torcer su camino y fuése á Manresa, á donde tuvo la fiesta de nuestra Señora. Salió el rey de Mauresa á muy grande furia, porque supo, que el rey de Mallorca, que estaba en el monasterio de Monserrat, se venia á encontrar con él por hablarle: y apresuró tanto su camino, por no verle, que cuando el rey de Mallorca llegó al lugar, que decían las Arenas, ya el

y lo mismo se proveyó contra algunos cabaIleros y vecinos de Villafranca de Conflent. Hacia en el mismo tiempo Ugo vizconde de Cardona, grande ayuntamiento de gentes, para hacer guerra contra don Pedro Galcerán de Pinós, y entendiendo el rey cuanto estorbo podia ser esto para las cosas de Cerdania, si el rey de Mallorca se le rebelase, procuró que el vizconde sobreseyese en proceder adelante, hasta que él viniese á Cataluña, porque determinaba de concordar sus diferencias. En este medio el rey de Mallorca, con licencia del rey, se pasó á Tuir, para estar en aquel lugar, hasta que el rey le enviase á decir que se viniese para Cataluña, y despues procuró verse con el rey: y como quiera que, segun el rey escribe, pesaba á las gentes, que el rey se viese con él; pero él lo tuvo por bien, y salió á media legua de Perpiñian: y viéronse en el campo á caballo, sin apearse; y solamente se hallaron á la plática el infante don Jaime, y don Pedro de Ejérica. Lo que pidió en estas vistas el rey de Mallorca, fué suplicar al rey que le quisiese oir en su justicia, y que quedase á salvo el derecho de sus sobrinos, hijos del infante don Fernando su hermano, que era muerto en este tiempo, y no fuesen perjudicados, cuanto á algunos castillos, que les pertenecian en Rosellon y cuanto á su vivienda y morada, que el rey le habia señalado, que fuese en Manresa, se le mudase en Berga. Tras esto dijo, que no recibiese descontentamiento, si él iba armado y con gente por la tierra porque se temia de los amigos de Arnaldo de Rocafull: y que le diese copia de su proceso, y no diese crédito á algunas malas palabras que se dijesen dél, y que no quisiese tener en su consejo, ni asistiesen á él, á lo mé-rey iba delante camino de Sabadell y así no se encon

nos mientras se tratase de sus negocios, los que le habian sido traidores: concluyendo que el rey tuviese por bien que le sirviese, porque tenia grande aficion y voluntad de servirle, y que tuviese por recomendado á don Artal de Pallás, en la pretension que tenia al condado de Pallás. Respondió el rey á todas estas cosas bien sumaria y resolutamente: que ya habia sido oido el rey de Mallorca y citado en su tiempo; y cuanto al derecho de sus sobrinos, que no les queria hacer agravio, y que holgaba que se fuése á estar en Berga, y que anduviese con gente armada, como le pluguiese y cuanto á la copia que pedia del proceso, le respondió que habria sobre ello su acuerdo y que le era muy grave, que con verdad ninguno pudiese decir mal dél:

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traron y el rey de Mallorca se hubo de volver, y el rey se fué al lugar de Santandrés.

CAP. LXXX.—Del parlamento que el rey mandó convo, car en Barcelona, para tratar de las cosas del rey de Mallorca y de lo que en el pareció se debia hacer con él.

Entró el rey en Barcelona á diez del mes de setiembre, a donde fue recibido con grande fiesta: y el rey de Mallorca se fué à San Cugat del Vallés, que está muy cerca de aquella ciudad, y de allí le fué á ver la reina doña Costanza su mujer y dentro de pocos dias, por estar la reina doliente de calenturas, se volvió al palacio de Barcelona, donde primero estaba. Pareció al rey, que era mas conveniente, que el parlamento

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