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que habia de aquellos tiempos en los reinos de Ara- Rosa obispo de Pamplona, y de don Ladron hijo de gon y Navarra, y siendo convocados á cortes en Borja un gran señor de aquel reino, que se llamó don Iñilos ricos hombres, mesnaderos y caballeros y procu-go Velez, y de don Guillen Aznarez de Oteiza, Jimen radores, de las ciudades y villas, para tratar de la eleccion, teniéndose por cierto, que seria don Pedro de Atares elegido, dos ricos hombres que allí se hallaron, que se decian Pedro Tizon de Cuadreita y Pele grin de Castellezuelo, que eran, como el arzobispo don Rodrigo escribe, mucha parte en el reino, temiendo su regimiento y gobierno, si viniese en su persona, por ser hombre muy elevado y de gran punto, que son calidades que aborrece el pueblo, y porque eran de bando contrario, les persuadieron, que sobreseyesen en la eleccion, diciendo que era hombre muy soberbio é insolente. Con esta ocasion propusieron, que guardando la naturaleza y obligacion que debian tener á la linea y sangre de los reyes que habian sido, hiciesen eleccion del infante don Ramiro, hijo legítimo de su rey y señor natural, que era entonces monje de San Ponce de Tomeras, y le recibiesen por rey, pues por estorbar mayores inconvenientes y escándalos, que se podian seguir en el estado de la república, en semejante caso se debia permitir y tolerar, como en tiem- | pos pasados se habia hecho en otros reinos extraños. De suerte, que dos caballeros emprendieron contra un consentimiento y aprobacion tan general, sacar de la sucesion del reino al que tan cerca estuvo de reinar, siendo solo entre ellos el que parecia mas capaz de aquella dignidad, y pudieron persuadir á tantos, que sacasen del monasterio un monje profeso para elegirlo por rey, y fueron parte para salirse con ello, tanto puede muchas veces sola la estimacion y reputacion, y con esto fue muy loada la lealtad de los aragoneses. A estas cortes vinieron los navarros para tratar de Ja eleccion con voluntad y propósito, segun escriben, de concurrir á la nominacion de don Pedro de Atares. Pero no siendo tan bien recibidos del como ellos quisieran, tuvo don Pedro Tizon forma como mas indignarlos, y por entonces se alteró la determinacion que tenian de elegirlo por rey y quedó remitido para las cortes que sobre ello se habian de tener en Monzon. Refiere el autor de la historia de San Juan de la Peña, que conforma con el arzobispo don Rodrigo, que sabiendo don Pedro Tizon que estaba don Pedro de Atares en el baño, acordadamente llevó consigo los principales ricos hombres de Navarra, y fué con ellos para hacerle reverencia, y no se dió lugar por los porteros que le viesen, sin tener modo ni comedimiento como escusarle por el acto en que estaba impetido, de lo cual quedando desdeñados y descontentos estuvieron muy indignados, porque antes de ser rey se trataba con ellos como tal, y temiendo que si en aquella dignidad se viese, serian de otra manera tratados que lo habian sido de los reyes que habian conocido, facilmente se mudaron con persuasion de don Pedro Tizon, de su primer propósito. De all resultó que cuando las cortes se despidieron, los navarros estuvieron de otro parecer y acuerdo, y no quisieron conformarse con los que habian propuesto que se eligiese el infante don Ramiro el Monge, porque decían que no seria apto para el regimiento del reino, ni para defender la tierra contra el rey de Castilla, el cual despues de la muerte del emperador, habia puesto cerco sobre Victoria y tomó algunos lugares del reino de Navarra, y luego juntó sus gentes para venirse á apoderar del reino de Aragon. Todos los Navarros acordaron con consejo de don Sancho de la

Aznarez de Torres y otros muchos caballeros, que recibiesen por rey al infante don García Ramirez, hijo del infante don Ramiro que casó con la hija del Cid y era nieto de don Sancho que mataron en Roda, el cual segun refiere el arzobispo don Rodrigo, y otros autores escriben, era ido à las cortes á Monzon, y enviaron allá á dos ricos hombres, que eran don Guillen Aznarez de Oteiza, y Fortuñon Iñiguez de Leet, y lo llevaron encubiertamente, y alzaronlo por su rey en la iglesia de Pamplona, sin voluntad y acuerdo de los aragoneses. Visto esto por los ricos hombres y caballeros y ciudades del reino de Aragon, y que los navarros habian elegido rey sin su voluntad, porque no se sujetasen á príncipe extraño, y no se acabase la línea de los reyes que conquistaron la tierra de los moros y dejaron fundado su reino, determinaron de elegir por su rey al infante don Ramiro, hermano del rey don Alonso y hijo del rey don Sancho. Siendo ayuntados en las cortes en la villa de Monzon, enviaron por él. segun algunos dicen á Roda, de donde entonces era obispo, el cual como en la historia de San Juan de la Peña se afirma, habia sido sacado de San Ponce, para abad del monasterio de Sahagun, y despues fué electo obispo de Burgos y de Pamplona, y en tiempo del emperador don Alonso, de Roda y de Barbastro. Enviaron de parte del reino á suplicar al papa, que tuviese por bien de dispensar que saliese de la órden de san Benito, y pudiese casarse, pues en defecto de la sucesion, le habian elegido por rey, y fue otorgado por el sumo pontifice, no embargante que era sacerdote, como el arzobispo don Rodrigo y otros autores escriben, y hoy parece un instrumento original en que se firmaba rey y sacerdote, y si fué prelado como este autor dice, y eran pasados cuarenta años que se dedicó á la religion en vida del rey don Sancho su padre, fácil cosa es de creer que fuese no solo sacerdote, pero prelado, como se afirma en la historia antigua de Cataluña, y que se dispensase con él por el bien general. En estas cortes no se hallaron los navarros, sino solos aquellos dos ricos bombres, que decian don Guillen Aznar, y don Fortun Iñiguez de Leet, y eran muy principales hombres, con algunos caballeros navarros, los cuales se desavinieron de los aragoneses, y partieron de Monzon como dicho es. De allí fueron los ricos hombres de Aragon á la ciudad de Huesca, y alzaron por rey al infante don Ramiro, y procuraron que casase con doña Inés, que segun el arzobispo don Rodrigo escribe, fué hermana del conde de Putiers. Este conde de Putiers segun se ha dicho, se llamó Guillelmo, y fué duque de Guiana, el cual viniendo en romería á Santiago, finó allá de una dolencia, año de mil ciento y treinta y seis, segun en las historias de Vicencio y de fray Bernardo Guido parece, y no teniendo hijo varon, dejó encargado á los varones de Guiana, que casasen á su hija la mayor, que se llamó Leonor, con Luis rey de Francia, hijo del rey Luis el Graso, y con ella se le dió el ducado de Guiana, puesto que despues por disension que hubo entre ellos, con autoridad y mandamiento del papa Eu genio tercero, fueron separados porque eran muy parientes, teniendo deste matrimonio dos hijas, y despues casó el rey de Francia con doña Constanza, ó segun otros escriben Isabel, hija de don Alonso rey de Castilla, y su primera mujer por despecho graude que

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desto tuvo, casó con Enrique duque de Angeus y de, Normandía, que sucedia en el reino de Inglaterra, al cual llevó en dote los estados y señoríos de Guiana y Putiers y los perdió el rey de Francia, lo cual fué causa de grandes disensiones y guerras, que entre estos príncipes y sus sucesores, y los reinos de Francia é | Inglaterra, duraron diversos tiempos. Desta doña Leonor hubo el rey de Inglaterra dos hijos, que le sucedieron ambos en el reino, y una hija llamada Leonor, que fué casada con don Alonso octavo, rey de Castilla. Tuvo Guillelmo, conde de Putiers otra hija que se llamó Petronila, con la cual casó Rodolfo, duque de Vermandois en Picardía, el cual habia repudiado á su primera mujer, contra los cuales y contra los prelados, que dieron consentimiento y autoridad al segundo matrimonio, procedia el papa á sentencia de excomunion, y por esta causa hubo grandes alteraciones en el reino de Francia, porque la reina doña Leonor, antes de ser separada del rey Luis, favorecia á la duquesa Petronila su hermana. En la historia de San Juan de la Peña se escribe, que doña Inés, que casó con el rey don Ramiro, fué hija del conde de Putiers, sin declarar si fué hija del postrer Guillelmo, y en la relacion de la sucesion de los reyes de Navarra, de que arriba se hace mencion, escribe aquel autor, que muerto el rey don Alonso, sacaron á su hermano don Ramiro de la mongía, y le dieron por mujer la nieta del conde de Putiers. Pero lo que se ha de tener por cierto y constante, conforme á la razon de los tiempos, á mi juicio es que fuese bermaua del postrer Guillelmo, conde de Puliers y duque de Guiana; y es cosa muy verisimil, que siendo de tan ilustre sangre, no se efectuara el matrimonio con un monje, que tanto tiempo lo habia sido, sino fuera con dispensacion apostólica. En autor antiguo, muy cercano de aquellos tiempos, se escribe que se llamó Matilde esta princesa, con quien casó el rey don Ramiro; y que habia sido casada, y fué madre del vizconde de Toarzo, y que con dispensacion del sumo pontifice, le sacaron del monasterio, y le casaron con ella.

CAP. LIII-De la guerra que hubo entre el rey don Ramiro y el rey don Garcia de Navarra y el rey de Castilla.

Fué con tanta brevedad deliberado por los aragoneses lo de la eleccion del rey don Ramiro, que por el mes de octubre del mismo año que fué muerto el emperador don Alonso, estaba en el castillo de Barbastro, y se intitulaba reinar en el reino de su padre y de Zaragoza y estaban con él don García, obispo de Zaragoza, y Dodo electo en Huesca, Castan señor de Biel, Ze- | cuodin señor en Bolea, Fortun Galindez señor en Huesca, Fortun Dat en Barbastro y Alamazon, señor de Monclús, pero luego se vino acercando á la ciudad de Zaragoza, y por el mismo mes de octubre se entró en Alagon, á donde se vinieron á juntar todos los ricos hombres que seguian su opinion, porque otros hubo que tenian por legítimo sucesor destos reinos, al rey don Alonso de Castilla y todos los aparejos que se hacian, era con publicacion de ir contra el rey don García de Navarra. Tenia el rey don Ramiro en este tiempo, estos prelados y ricos hombres, Dodo electo obispo de Huesca, don Miguel obispo de Tarazona, don García obispo de Zaragoza, Armengol conde de Urgel, señor en Bolea, Arnal Mir, conde de Pallás, señor en Boil, Fortun Galindez, señor en Huesca y Alquezar, Castan de Biel, Martin Galindez señor de Ayerve, Fer

riz señor de Santa Olalla, Lope Lopez señor de Calatayud y Ricla, Rodrigo Perez, señor de Turbena, y el mismo don Pedro de Atares, señor de Borja, que estuvo tan cerca de suceder en el reino, Pedro Tizon, señor de Montagudo, Juan Diez señor de Cascante y Arguedas. De Alagon se vino á Zaragoza y confirmó á la iglesia catedral sus privilegios, pero todo el reino estaba puesto en armas y vino entonces á esta ciudad Oldegario, arzobispo de Tarragona, varon de muy santa vida, por tratar de alguna paz y concordia, entre el rey don Ramiro y don Alonso rey de Castilla, que pretendia legítimamente suceder en los reinos de Aragon y Navarra, y que el rey don Ramiro en perjuicio suyo no podia suceder en ellos; y desde que murió el emperador don Alonso, su padrastro se comenzó á intitular emperador de España, como señor soberano de toda ella y algunos años antes se llamó emperador. Movió con gran ejército contra las fronteras de Aragon y Navarra y fué ocupando muchos lugares y castillos, desta parte del rio Ebro, como parece evidentemente por muchos instrumentos y donaciones, que hizo á las iglesias y villas que se le rindieron, señaladamente á la ciudad de Zaragoza. Como el rey de Castilla estaba muy poderoso y venia con grande pujanza apoderándose de todos los lugares del reino, y el rey don Ramiro no tenia tanta gente que le pudiese resistir, fuése á recoger á las montañas; y en el principio del mes de noviembre, estaba en el monasterio de San Juan de la Peña, y con él los prelados y ricos hombres que le seguian, y allí fué á hacerle reverencia doña Teresa, vizcondesa de Bearne, que pretendia suceder en el señorío de Zaragoza, que tenia en honor el vizconde don Gaston su marido, y esta fué madre del vizconde Centullo. En este medio llegó el rey don Alonso á Zaragoza, por el mes de diciembre por el mismo año, como rey y señor, y confirmó las gracias y concesiones hechas á la iglesia catedral, por el emperador don Alonso, y por el rey don Ramiro, que le habia concedido y dado todas las iglesias que se incluian en su diócesi, ó ántes solia haber en su territorio, conforme a los límites que se señalaron por Wamba, rey de los godos, y por los prelados en un concilio que se celebró en la ciudad de Toledo, y tambien confirmó á la iglesia de Santa María la Mayor de Calatayud, y al obispo Bernardo sus rentas. Estaban en Zaragoza con el rey don Alonso, en este tiempo el conde de Barcelona su cuñado Armengol, conde de Urgel, Alonso Jordan, conde de San Gil y de Tolosa, que era primo del rey de Castilla, y los condes de Fox y Pallás, y Comenje, y el conde don Rodrigo Gonzalez. Guillen señor de Mompeller, Usero Martinez, Ramiro Fruela, don Lope Lopez hermano del conde don Pedro, mayordomo del rey de Castilla, y don Berenguer arcediano de Toledo. El rey don Ramiro, no se teniendo allí por muy seguro, estando su adversario tan poderoso y apoderado de lo mejor del reino, pasóse á la montaña de Sobrarbe, y estuvo en el castillo de Monclús, hasta el mes de febrero, con título de rey de Aragon, Sobrarbe y Ribagorza, y ponia en él, que era su vasallo, don García Ramirez rey de Pamplona. Refiere el arzobispo don Rodrigo, que despues de muchas contiendas y debates que entre estos principes hubo sobre la sucesion de todos los reinos, se concordaron, que el rey de Aragon tuviese en feudo todas las villas y castillos que el rey de Castilla, habia ocupado, y que fuese su vasallo, lo cual dice haberse guardado

hasta la toma de Cuenca, à donde se libró el rey de Aragon deste reconocimiento, y que estas diferencias duraron mucho, y así parece haber rehusado siempre de prestar este homenaje, y que persistió el rey don Ramiro en su demanda y querella, porque es cierto que el rey don Alonso se intitulaba rey de Aragon y de Zaragoza, y estaba á su mano y poder los lugares y villas desta parte de Ebro, y que el rey don Ramiro se acogió al reino, y provincia de Aragon, y á la ciudad de Huesca, y á los lugares de aquellas montañas, habiendo division y bando entre los ricos hombres y caballeros de la tierra; y en fin del mes de diciembre del mismo año, se vino á Pradilla, y con él los prelados y ricos hombres que lo seguian, adonde parece que se puso como en frontera contra el rey de Navarra.

Garci Ramirez como hijo, pero que cada uno gobernase su reino, y el rey don Ramiro fuése sobre todo el pueblo, y don Garci Ramirez sobre los caballeros, y diese las batallas. Estas son las palabras con que se conforma en aquella memoria antigua, que quedó esto asentado y conformado por ambos reyes. Fué el rey don Ramiro persuadido por aquellos ricos hombres aragoneses y navarros, que condescendiese en esta concordia, y fué á Pamplona, á donde le recibió el rey don García con sus caballeros y el obispo con su clerecía con grande honra y fiesta, y todo aquel dia se entendió en confirmar aquel asiento. Hízose allí division del reino de Aragon y de Navarra; y refiérese, que fué de la misma manera que habia dividido y limitado el reino el rey don Sancho el Mayor. Desde Santa Engracia. hasta Biozal, con todo Roncal, se adjudicó al reino de Aragon como siempre fué, y el honor de Ruesta y de Biozal, y como va discurriendo el rio Sarazaso, hasta que entra en el rio Ida, y desde allí hasta la puente de San Martin; y de aquella puente por las riberas de Ida, que dividia antiguamente de Aragon á Navarra, hasta que entra en el rio Aragon. Por las riberas del rio Ara

El conde de Barcelona, don Ramon Berenguer, en este tiempo estaba ocupado en las cosas de la Proenza y de aquellos estados, y tenia estrecha confederacion y amistad con don Alonso rey de Castilla su cuñado; y porque tornaron á suscitarse las diferencias con el conde don Alonso de Tolosa, y las cosas estaban en rompimiento, poníase en órden para ha-gon, partia la puente los límites, hasta Vadoluengo, y cerle guerra; pero el conde de Tolosa se reconcilió con él, y se concordaron sus diferencias; y á diez y ocho del mes de setiembre, deste año, le hizo juramento y homenaje, que le seria fiel y leal, y su aliado y valedor contra todos los príncipes del mundo, exceptuando al rey don Alonso de Castilla.

CAP. LIV. - De la concordia que se trató entre el rey don Ramiro y don Garci Ramirez rey de Navarra, y de las guerras que por razon de la sucesion hubo entre navarros y aragoneses.

En el año de mil ciento treinta y cinco, el rey don Alonso estando en la ciudad de Leon, tomó la corona é insignias del imperio, como emperador y monarca de toda España, pretendiendo que los reinos y señoríos della, ó eran suyos, ó le debian reconocer como á señor soberano. Luego se vino para Aragon, acabada la fiesta de su coronacion, y á veinte y siete de setiembre estaba con la reina doña Berenguela su mujer, hermana de don Ramon Berenguer, conde de Barcelona, en Pradilla, á donde vino don Garci Ramirez rey de Navarra, que se habia hecho su vasallo, confederándose con él contra el rey don Ramiro, y el rey don Alonso le habia hecho donacion de la ciudad de Zaragoza en este año, segun por memorias antiguas se halla, por lo cual se movió guerra entre aragoneses y navarros, y de una parte y de otra se hicieron muchos y grandes daños en los lugares de las fronteras. Interponiéndose entre estos reyes los prelados y algunos ricos hombres, para tratar de la paz y concordia, eligieron de cada reino tres ricos hombres que declarasen en aquella demanda y querella, los cuales fueron de Aragon, don Cajal, don Ferriz de Huesca, don Pedro de Atares, y del reino de Navarra, don Ladron, don Guillen Aznar de Oteiza, y Jimeno Aznar de Torres, los cuales se juntaron, segun se refiere en una relacion original, del derecho que pretendió á la sucesion del reino de Navarra el rey don Pedro el segundo en Vadoluengo, y porque hubiese buena paz entre aragoneses y navarros, y aquellos príncipes estuviesen concordes, se conformaron segun se halla en aquella escritura antigua, de donde lo trasladó el autor que compuso la historia que llaman de San Juan de la Peña, que el rey don Ramiro fuese estimado y tenido como padre, y el rey don

de Vadoluengo hasta Gallipienzo, y de Gallipienzo co→ mo corre este rio, hasta que se junta con Arga, y entra en Ebro, y desde allí como corre Ebro hasta Tudela. Quedaron fuera desta division, segun por ella parece, las tenencias que el rey don Sancho el Mayor dió al rey don García en Aragon, y al rey don Ramiro sus hijos en Navarra. Acabado esto, por consejo de aquellos ricos hombres, que fueron como jueces y árbitros desta concordia, dió el rey don Ramiro al rey don García de Navarra, de Roncal hasta Biozal y Alasos, que otros dicen Sarazal, Cuadreita y Valtierra, para durante su vida, y que lo tuviese por el honor, é hízole pleito homenaje por aquellas tierras, y firmaron aquel dia gran confederacion y amistad entre sí. Mas con esta sentencia y declaracion que estos ricos hombres hicieron, dejaron á estos reyes en la misma division y contienda en que estaban antes, pues quedaban en un tan angosto reino dos reyes, y separados y divididos los nobles de la gente popular, de donde siempre sucedieron grandes alteraciones y escándalos; y así firmado este asiento en Pamplona, la misma noche trató el rey de Navarra, en se apoderar de la persona del rey don Ramiro, y de tenerle hasta tanto que le alzase el homenaje que habia hecho por estos castillos, y aun con fin que le entregase el reino de Aragon, diciendo que no pertenecía para él que era monje, pues no se hallaba poderoso para defenderle. Siendo descubierto al rey de Aragon, por un caballero que se decia Iñigo de Axuar, en secreto, que el rey don Garci Ramirez queria acometer algunas cosas contra él, mandó llamar á don Cajal, y á Ferriz, y á don Pedro de Atares; y teniendo aquello por cierto, fueron de acuerdo que el rey se saliese de Pamplona escondidamente, y así se hizo en anocheciendo, llevando consigo solos cinco de caballo, y caminaron toda la noche apriesa, basta que llegaron al monasterio de San Salvador de Leire, á donde se detuvo tres dias, esperando los suyos que quedaban en Pamplona. Y fué recibido con procesion y fiesta, como rey y señor natural, y por un gran don le dieron el abad don García y los monjes, una espada, que era la mas preciada que habia en aquel reino, que llamaban de Lope Juan, como á príncipe que se había de valer por las armas.

Quedando estos príncipes en rompimiento de la guer

ra, como ántes estaba, comenzó el rey don García á poner en órden las gentes, y para ganar las voluntades de los navarros, les hizo nuevas donaciones y mercedes y dió título de conde á don Ladron, hijo de don Iñigo Velez, hizo nobles y caballeros á muchos de los de su reino, y el obispo y canónigos de Santa Maria de Pamplona, le dieron el tesoro que te. nian en su iglesia. Entonces el rey don Ramiro ayun tó sus gentes en Huesca, para dar órden como se hiciese la guerra á navarros, pues los navarros se habian apartado de su señorío, siendo ántes estos reinos unidos, y fué acordado que el rey don Ramiro se confederase con el emperador don Alonso, y para ello envió su embajada con don Cajal, por quien el rey don Ramiro gobernaba sus negocios, que fue muy poderoso y era tio de don Pedro de Atares, como di

cho es.

yos, y desta manera fueron presos y muertos quince de los mas principales ricos hombres y mesnaderos de Aragon, que fueron estos, Lope Ferrench de Luna, Ruy Jimenez de Luna, Pedró Martinez de Luna, Fernando, y Gomez de Luna, Ferriz de Lizana, Pedro de Vergua, Gil de Atrosillo, Pedro Cornel, García de Vidaure, García de Peña, Ramon de Foces, Pedro de Luecia, Miguel Azlor, y Sancho de Fontoba. Con esto puso tanto escarmiento, que dicen haber tenido su reino en paz, pero ninguno escribe en particular, qué causa hubiese para que un rey y monje como él era, con tan poco poder y estando en guerra con los príncipes sus comarcanos, y teniendo el reino como de emprestado, fuese forzado de hacer tal ejecución y venganza en los principales de su reino, ni yo puedo creer las fábulas que algunos escribieron, notándole que era tan poco práctico en las cosas y negocios del mundo, que entraba en las batallas con las riendas en la boca, por hallarse embarazado con la lanza y escudo, y otras cosas indignas, no solo de príncipe, pero de hombre que tuviese comun sentido de razon, mayormente que en aquellos tiempos no era cosa tan nueva ir á la guerra y pelear los monjes con los enemigos de la fé, cuanto ménos lo debia ser à un hijo de rey. Por ventura pensando fundar su autoridad y poder con hazaña de rey, no tuvo tanta cuenta con castigar á los que eran mas culpados en las alteraciones que se movieron, cuanto á los mas poderosos, creyendo que de allí adelante seria temido y acatado derramando la sangre de los mas ilustres del reino. Las sepulturas, que un autor afirma están en la iglesia de San Juan de

y caballeros fueron sepultados, que dice haberlas él visto, segun por ellas se muestra, fueron de caballeros templarios, de cuya órden y convento fué aque

De San Salvador de Leire se vino el rey á Huesca y mandó ayuntar los de su reino, con propósito de hacer guerra al rey de Navarra. Fué el rey don Ramiro, de su naturaleza ó por la condicion y necesidad de los tiempos, muy liberal y largo con los ricos hombres y caballeros que le siguieron, y repartió entre ellos cuantos castillos y lugares en su reino habia; y por esto se escribe que vino á ser tenido en poco y menospreciado, y no acudieron á su servicio, como era razon, por estar muy diferentes y discordes, y todo el reino en grande alteracion como suele acontecer, á donde el rey está obligado á reconocer los servicios de los que piensan haberle ayudado para alcanzar el reino, echando cargo que dejan otros señores. Escribe el autor mas antiguo que tenemos de las cosas de Aragon, que no hallando en quién fiar-la ciudad de Huesca, a donde estos ricos hombres se y le diese consejo como pudiese traer el gobierno de su reino pacífico, y sosegasen las alteraciones y discordias que en él habia, envió un mensajero suyo secretamente al abad del monasterio de San Pon-lla casa primero, y no tienen alguna divisa ó señal ce de Tomeras, de cuya prudencia tenia gran confianza, encargándole le diese consejo de lo que debia seguir. Refieren haber usado de aquella semejanza y ejemplo que dió Trasibulo Milersio á Periandro tirano de Corinto, del cual despues usó tambien Tarquino último rey de Roma, con el mensajero de Sexto Tarquino su hijo, para que se hiciese principal y señor de la ciudad de los Gabios, segun en las historias romanas se lee, por no dar respuesta y consejo por escrito en negocio de aquella calidad tan peligroso. Esto fué que entró el monje en un buerto y en presencia del mensajero, anduvo cercenando y sacudiendo las cabezas y pimpollos mas altos que en el jardin habia, y fué derribando primero los mas lozanos y crecidos, y con esto envió al mensajero sin le dar otra respuesta, el cual relatando al rey lo que habia visto, entendió lo que por aquel ademan se le significaba y daba á entender. Luego, segun en aquella historia antigua se dice, mandó llamar los ricos hombres, mesnaderos y procuradores de las villas y lugares de Aragon, para que se ayuntasen á cortes en la ciudad de Huesca. En ellas propuso una cosa de burla y bien de reir, segun este autor escribe, que queria mandar fundir una campana que se oyese por todo su reino, y un dia señalado, teniendo en su recámara gente de quien se confiaba, dióles órden de lo que debian hacer, y llegando cada uno de los ricos hombres, de quien el rey se queria asegurar para su venganza, le mandaba pasar adelante hasta que daba en manos y poder de los su

de aquellos linajes que eran los mas principales del reino. De la muerte destos caballeros, no se halla memoria alguna, ni de la causa della, salvo que en ciertos anales antiguos catalanes, de las cosas del reino de Castilla, se hace mencion que fueron muertos los Postades en Huesca, en la era de mil ciento setenta y cuatro, que fué año de la natividad de nues tro Señor de mil ciento treinta y seis, y vengo á conjeturar, que ó estos caballeros fueron puestos en rehenes con pena de la vida, ó se les confiaron las tenencias de algunos castillos que habian de entregar, y se ejecutó en sus personas el rigor de la ley.

Padecia en este tiempo la Iglesia católica grande persecucion y tormenta por la cisma que en ella se introdujo despues de la muerte del papa Honorio, usurpando aquella santa silla por reprobados modos y medios, Pedro Leon cardenal de San Calixto, que era presbítero, confiado en la parte que tenia en el clero y pueblo romano, por ser hijo de Pedro Leon, que habia sido muy poderoso en aquella ciudad, y era de muy ilustre casa y linaje. Éste se llamó Anacleto, y habiéndose hecho antes la eleccion canónicamente del cardenal de San Angelo, por la mayor y mejor parte del colegio, que era diácono, y tomó nombre de Inocencio, varon de muy honesta y aprobada vida, conmoviendo y alterando el pueblo, le echó de Roma. Y fuéle forzado venirse á Francia, á donde con favor del rey Luis el Mayor, en el año de mil ciento y treinta, celebró concilio de los reinos y provincias que eran de su obediencia en Claramonte, en las octavas de

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San Martin, y siendo favorecido de aquel príncipe y de Earico rey de Inglaterra, y del emperador Lotario, deliberó de celebrar otro concilio en la ciudad de Rehenes, en la fiesta de San Lucas siguiente, al cual concurrieron todos los prelados de las provincias de Alemania, Lorena, Francia, Normandía, Inglaterra y España, y se le dió por estos príncipes favor para volver á Roma. Despues volviendo á Italia, celebró concilio en la ciudad de Plasencia, de los prelados de aquella nacion, y en Pisa de todos los del occidente, adonde estaba por este tiempo proponiendo y repre→ sentando el verdadero y único remedio que tuvo la Iglesia católica en semejantes trabajos y tribulaciones.

CAP. LV. De la paz que el rey don Ramiro concertó con el rey de Castilla, y como renunció el reino en el conde de Barcelona, con quien casó á la infanta doňa Petronila su hija.

Tratando el rey don Ramiro de continuar la guerra contra el rey de Navarra, escriben que puso su amistad y confederacion con el emperador don Alonso, y que sobre ello envió á don Cajal, ofreciendo que le entregaria el reino de Zaragoza y á Calatayud, Daroca y Tarazona, y otros lugares que ganó de los moros el emperador don Alonso su hermano, y para que se amparase dellos y los defendiese, con intento de se volver á su religion; y para esto escriben, que fué enviado don Cajal, de quien el rey don Ramiro hacia gran confianza, y era muy emparentado, y gran parte en el reino, y tenia muchas villas en Navarra y Aragon, que tuvo dos sobrinos, que se llamaron Lope Cajal, que fué muerto en la batalla de Fraga, y García Cajal, que tambien mataron los moros, cuando se ganó Mequinenza. Teniendo desto noticia el rey de Navarra, fué por su mandado preso junto á la Puente de la Reina, y despues se rescató por medio del abad de San Salvador de Leire, que le dió el tesoro del monasterio, y por esta razon dejó aquel rico hombre á los monjes, los heredamientos que tenia en Tudela. El rey don García comenzó á ayuutar sus gentes, para hacer guerra á los aragoneses; y refiere el autor que compuso la historia antigua de San Juan de la Peña, que el rey don Ramiro se concordó con el rey de Castilla, en que toda la tierra que fué conquistada por el emperador don Alonso su hermano se le entregase, para que la defendiese, y que le fué dada durante su vida, con el pleito homenaje que hizo al rey don Ramiro por ella, y teniendo cortes en Huesca, declaró que su voluntad era de se volver a la religion, pues tenia heredera que sucediese en el reino, y que allí se recogió en la iglesia de San Pedro, á donde residió todo lo demás de su vida. Lo que yo he podido descubrir por memorias antiguas auténticas, parece conformar con esto, porque hallo que en la fiesta de san Bartolomé deste mismo año, de la era de mil ciento setenta y cuatro, estuvieron en Alagon el emperador don Alonso y el rey don Ramiro, y se hace mencion que aquel dia el emperador volvió al rey don Ramiro, y á su mujer, la ciudad de Zara goza, y el rey se intitulaba rey della, y el emperador se dice reinar en Leon, Toledo, Soria, Calatayud y en Alagon, y tenia el señorío de Alagon y Gallur, en honor don Artal, y para mayor seguridad deste asiento, se encomendó la infanta doña Petronila hija del rey don Ramiro, al rey de Castilla, y entonces le mudaron allá el nombre, y se llamó Urraca, y quiso

TOMO IV.

el emperador casarla con su hijo el primogénito, pero no vinieron en ello los aragoneses, y procuraron entónces, porque no se juntase este reino con el de Castilla, que se tratase casamiento de la infanta aunque era tan niña, con don Ramon Berenguer, conde de Barcelona, que era un gran príncipe, y por su persona muy valeroso, é intervino en esto un varon muy principal, que era senescal de Cataluña, y se decia Guillen Ramon, que fué desterrado por el conde, por cierta causa que Bernardo Aclot, que compuso la his| toria del rey don Pedro el tercero, en cuyo tiempo se escribió, dice que no quiere declararla, y escribe que vino á Aragon en tiempo del emperador don Alonso, y se halló con él en la batalla de Fraga, y por su medio se concertó el matrimonio, y volvió en la gracia del conde de Barcelona. Mas lo que á esto se ha aña→ dido por Pedro Tomich, y por los autores que le han seguido, que la causa del destierro de don Guillen Ramon fué, por haber muerto al arzobispo de Tarragona, junto á Matabous, que iba á la corte romana, y que se halló con él el vizconde de Cabrera, no lo tengo por verdadero, porque es muy cierto que era arzobispo de Tarragona aun en este tiempo, el santo varon Oldegario, y presidió en aquella iglesia, desde el año de mil ciento y quince, hasta que murió, que fué en el año de mil ciento y treinta y siete, y sucedió á Berenguer que fué el primer arzobispo de Tarragona, despues que se ganó aquella ciudad de los moros, y tengo por cosa muy cierta, que estos autores recibieron engaño en la razon de los tiempos, porque sesenta años despues deste matrimonio, fué muerto don Berenguer de Vilademuls, arzobispo de Tarragona, por don Guillen Ramon de Moncada, que fué á lo que yo creo, padre de don Guillen de Moncada, vizconde de Bearne, y confundieron con las personas los tiempos. Pero tengo por cosa muy cierta lo que Aclot dice, de haber sido mucha parte en lo deste matrimonio, don Guillen Ramon senescal, porque el año siguiente, por el mes de julio, en los veinte y ocho años del rey Luis de Francia el Mayor, le hizo donacion el conde de la baronía de Moncada en feudo, que era un muy señalado y gran estado, y de muchos castillos y fuerzas, y de allí adelante sus sucesores tomaron el apellido de Moncada.

El mismo autor que escribió la historia antigua de San Juan de la Peña, que es la general de Aragon, refiere que en la donacion que el rey don Ramiro hizo al conde de Barcelona, cuando le entregó el reino, señaló los límites, diciendo que le daba el reino de Aragon, de la manera que lo dividió con don Garci Ramirez, rey de Navarra estando en Pamplona, reservando las tenencias que el rey don Sancho el Mayor habia dado al rey don Ramiro su abuelo en Navarra, señalando sus límites desta manera. Por la parte de Hariza hasta Herrera, y de allí á Tarazona y á Tudela, con las villas y castillos que se incluyen dentro destos términos, y porque Tudela, que fué ganada en tiempo del emperador don Alonso su hermano, antes de la conquista de Zaragoza, fué dada por él entónces al conde de Alperche durante su vida, y el conde la habia dado en casamiento al rey don García de Navarra su yerno, con doña Mergelina su hija, el rey don Ramiro declaró que el conde de Barcelona su yerno, siguiese su derecho como mejor pudiese. Cuanto al reino de Zaragoza en aquella misma donacion se contiene, que le habia dado don Alonso emperador de Castilla durante su vida, con pleito homenaje

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