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en las cosas de Cerdeña tuviesen mayor osadía los cismáticos de sembrar su opinion. Por esta causa el rey, que era príncipe muy católico, considerando cuanta nota era del rey don Fadrique su tio, y de aquella casa, que favoreciese y ayudase al de Baviera, aunque fuese fuera de lo que tocaba á la religion, y de nuestra santa fé, acordó, estando en Lérida en la fiesta de san Pedro y san Pablo del mes de junio deste año, enviar un religioso, que era prior del monasterio de predicadores de Barcelona, llamado fray Guillen Costa, al rey don Fadrique, para que de su parte le persuadiese, que se apartase de la amistad que tenia con el de Ba

sus súbditos, que lo guardasen y cumpliesen debajo de | del bávaro, y tener con él su confederacion, resultala deuda de naturaleza, por la fé y homenaje y jura-ba gran infamia al rey don Fadrique, y era causa, que mento en que le eran obligados. Mandó el rey que se sacasen cuatro instrumentos públicos deste estatuto, para que el uno se pusiese en su archivo real, y el otro para la universidad del reino de Aragon, que estuviese en poder de los jurados y ciudadanos de Zaragoza, y otro para el reino de Valencia, y el cuarto para la universidad de Cataluña. Habiendo precedido esto en tiempo del rey don Jaime, sucedió, que el rey, despues de haber concertado lo de su matrimonio con la infanta doña Leonor de Castilla, de Cariñena se fué á Daroca, y estando en aquella villa, considerando que por la liberalidad de los reyes pasados, y tambien porque el rey su padre habia dado, no solo á sus hi-viera, porque estando aliado y confederado con él, se jos, pero á diversas personas, por lo que le habian servido muchas villas y castillos, y grandes derechos y rentas de la corona, y otros se habian vendido para pagar sus deudas, y quedaban muchas cosas por cumplir de sus descargos, y de la infanta doña Teresa, y las rentas reales estaban tan menoscabadas y disminuidas, que convenia al estado real y al bien de sus reinos, que lo que restaba se conservase en la corona, y se evitase la necesidad que se esperaba, porque esta suele ser muy perniciosa á los súbditos. Por estas cau sas, él mismo se quiso imponer cierta ley, é hizo un estatuto en que prometia, que dentro de diez años no enagenaria ninguna ciudad, ni castillo, ni lugar, en los reinos de Aragon y Valencia: y en el condado de Barcelona, ni la jurisdiccion civil 6 criminal, ni el mero y mixto imperio, ni feudo, ni derecho alguno, ni lo daria ó empeñaria, ni lo separaria de la corona real. Reservóse que en evidente necesidad y utilidad de sus reinos, pudiese dar ó enagenar lo que le pareciese, y hacer las concesiones y mercedes, que bien visto le fuese dentro de los diez años á los infantes sus hijos. Este estatuto se otorgó en Daroca á veinte del mes de agosto, y lo juró el rey, y fue muy secreto, y no intervinieron en ello sino fray Guillen Jornet, que era confesor del rey, y don Miguel de Gurrea de su consejo, que era ayo del infante don Pedro su hijo, y García de Loriz, que habia sido mayordomo de la infanta doña Teresa, y era tesorero del rey, y Lope de Concut su secretario y por razon deste estatuto, pretendió despues el rey don Pedro su hijo, que no eran válidas las donaciones que se hicieron por el rey su padre á los infantes don Fernando y don Juan sus hermanos, de las ciudades de Tortosa y Albarracin, y de otras muchas villas y castillos y hubo sobre ello en el reino grandes diferencias entre él y su madrastra y her

manos.

CAP. VI. De la embajada que el rey envió al rey don Fadrique, requiriéndole que se apartase de la confederacion que tenia con el de Baviera cismático.

Por este tiempo estaba toda la cristiandad en gran turbacion, por el gran escándalo que se siguió de la eleccion que el de Baviera hizo del antipapa, dividiendo la union de la Iglesia católica y como los pisanos eran los que principalmente estaban pervertidos en aquel error, y los de la casa de Oria, que tenian esta dos en la isla de Cerdeña, procuraban de sembrar en la isla aquella dañada opinion del antipapa y del bávaro: y aunque se sabia, que el rey don Fadrique y sus súbditos estaban libres de aquella infamia, y reconocian la union de la Iglesia católica, puesto que estaba todo aquel reino entredicho; pero por favorecer la liga

sospechaba que favoreceria á la cisma, que se habia procurado en la Iglesia, creando al antipapa, siendo en gran nota é infamia de sus reinos. Decia, que debia estar muy escarmentado de lo que le sucedió en la confederacion del emperador Enrico: y que en favorecer ahora á éste, ponia en gran condicion y aventura su estado: y que mirase, que en un mismo caso injuriaba y ofendia á la Iglesia, en dar favor y ayuda al que estaba por ella declarado por cismático, y á su propia casa y á la corona del reino de Aragon, en favo recer al que era enemigo y competidor del emperador Federico, siendo su cuñado. Pero el rey de Sicilia, no se contentando de tener su confederacion y liga con el emperador Ludovico, procuró de confirmarla con estrecho deudo, y acordó de casar la infanta doña Isabel su hija con Estévan duque de Baviera, hijo segundo del bavaro. Y escusábase deste matrimonio, diciendo, que pues el rey Roberto su adversario, habia casado a! duque de Calabria su hijo con Catalina. hermana de Federico, duque de Austria, y rey de romanos, cuñado del rey, y no le estaba á él ménos bien conservar su amistad con este parentesco con los príncipes de Baviera, siendo tan enemigos de la casa de Austria. Con esta diligencia proveyó el rey, que el papa procediese contra los que eran de la casa de Oria, y sembraban en la isla de Cerdeña el error y secta del bávaro, y de su antipapa, para que se declarasen por cismáticos sus adherentes y secuaces, y se procediese contra ellos, señaladamente contra los pisanos, y le requiriesen de parte del papa, para hacerles guerra: y porque en el año pasado se tuvo aviso que los frailes de la órden de predicadores y de los menores de Caller, que eran pisanos, tentaban de entregar el castillo de Caller á los de Pisa, y estuviese aquella fuerza en poder de aquella señoría, mandóse, que todos saliesen de Caller: y tambien porque escribió el cardenal Napolion que no convenia en estos tiempos, que ningun prelado italiano, ni toscano, ni sardo, residiese en la isla de Cerdeña, se proveyó, que enviasen sus vicarios y procuradores y administradores, con que fuesen de la corona de Aragon. De Lérida se fué el rey á Barcelona, porque habia de venir á su corte el rey don Jaime de Mallorca su yerno, para le hacer el reconocimiento por el feudo de aquel reino, y de los otros estados: y por este tiempo era ido el infante don Pedro, conde de Ribagorza y de Ampurias, á Aviñon, para tratar con el papa de la paz entre el rey Roberto y el rey don Fadrique sus tios, y por la dispensacion para el matrimonio que se habia tratado entre él y la reina doña Costanza de Chipre su prima, que se habia antes denegado y no se pudo obtener. Vino el rey don Jaime de Mallorca á la ciudad de Barcelona con el infante don

Fernando su hermano, y con muy gran corte de caballeros de Rosellon y Cerdania y de Mompeller y Mallorca y á veinte y cinco del mes de octubre deste año, estando presentes el infante don Juan, electo patriarca de Alejandría y los infantes don Fernando, y don Pedro, conde de Ribagorza y de Ampurias; don Pedro arzobispo de Zaragoza, canciller del rey; Guido arzobispo de Arborea y de Tiro; don Berenguer, obispo de Elna; Pedro de Arborea, hijo de Ugo, juez de Arborea; don Ramon Folch, vizconde de Cardona; Arnal Roger de Pallás; don Pedro de Fenollet, vizconde de Illa; don Berenguer de Vilaragut, Ponce de Caramain; Bernardo de Boxados, almirante del rey; Aimar de Moset; Guillen de Aulomar, vicecanciller del rey, el rey don Jaime hizo el reconocimiento al rey de Aragon, por el feudo del reino de Mallorca, y de los condados de Rosellon y Cerdania, y de Valespir y Colibre y del señorío de Mompeller, como se habia reconocido al rey don Jaime, y á los reyes sus predecesores, y conforme à las condiciones, que fueron postreramente tratadas por el infante don Felipe su tio como su tutor.

CAP. VII.-De los bodas que se celebraron en Tarazona, entre el rey de Aragon y la infanta doña Leonor, y de la confederacion que se asentó con el rey de Castilla, para hacer la guerra á los moros.

En este año el rey don Alonso de Castilla celebró sus bodas en Alfayates, en el reino de Portugal con la infanta doña María, hija del rey don Alonso de Portugal: y se confederaron ambos reyes en muy estrecha amistad, y de allí se vinieron á un lugar de Castilla que se dice Fuente Ginaldo, y en él se concordó el matrimonio entre el infante don Pedro de Portugal, hijo primogénito del rey don Alonso, y doña Blanca hija del infante don Pedro, que murió en la vega de Granada, y de la infanta doña María, hermana del rey de Aragon. De allí se vino el rey de Castilla con la reina su mujer á Ciudad Rodrigo, y á Salamanca, y así se acabó de concertar el matrimonio del rey de Aragon con la infanta doña Leonor, hermana del rey de Castilla: y se contrajo por palabras de presente, à lo cual fué enviado á Salamanca don Gonzalo García, y fué concordado, que las bodas se celebrasen en Tarazona y los reyes se viesen. En este mismo tiempo fué muerto don Alvar Nuñez de Osorio conde de Trastamara, y matolo por mandado del rey, Ramiro Florez de Guzman: y por sentencia que el rey dió en Valladolid declaró por traidor al conde. Fué este un caso muy ejemplar en aquellos tiempos, porque este caballero habia alcanzado muy grande estado y tenia el principal lugar en el consejo del rey: y habiéndole dado título y estado de muy gran señor, lo perdió juntamente con la vida con grande ignominia. Estuvo el rey en Barcelona hasta quince del mes de noviembre, y como supo que su matrimonio era concluido, partió para Zaragoza, y de allí fue muy acompañado de los infantes y ricos hombres de sus reinos á Tarazona. Con el rey de Castilla vinieron don Pedro de Toledo obispo de Cartagena; don Juan obispo de Osma, don Vasco Ramirez maestre de la caballería de la órden de Santiago; don Juan Nuñez maestre de Calatrava, don Suer Perez maestre de Alcántara, don Pedro Fernandez de Castro, don Juan Alonso de Haro señor de los Cameros, don Rodrigo Alvarez de Asturias señor de Noroña; don Fernan Rodriguez de Villalobos,

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don Diego Gomez de Castañeda, y Juan Martinez de Leiva, adelantado mayor por el rey en Castilla y su camarero mayor; y Alonso Jofre de Tenorio, guarda mayor de su cuerpo y su almirante mayor de la mar, y otros muchos ricos hombres y caballeros. Llegando el rey de Castilla con la reina su mujer y con la reina de Aragon su hermana á Logroño, fuéron algunos ricos hombres y caballeros de Aragon á aquella villa por mandado del rey para acompañar á la reina su mujer, y á Calahorra fué el arzobispo don Pedrode Luna con grande acompañamiento de ricos hombres y caballeros, y lleváronse á la reina muchas joyas y preseas y ricos aderezos: y pasando mas adelante á la villa de Alfaro, salió á recibir al rey de Castilla el infante don Juan, patriarca de Alejandría y administrador de la iglesia de Tarragona, y llevaba consigo muchos ricos hombres y caballeros de Aragon y Cataluña, y de allí se vinieron juntos para la villa de Agreda. Fué.el rey de Aragon acompañado de los infantes don Pedro y don Ramon Berenguer sus hermanos, y de toda la caballería de su casa y corte á la villa de Agreda: y allí ante todas cosas los reyes, un martes postrero de enero del año del nacimiento de nuestro Señor de mil trescientos veinte y nueve, en la iglesia de San Miguel, confirmaron y ratificaron la concordia, que se habia ratificado el mes de octubre pasado en Medina del Campo por el rey de Castilla, por la cual los reyes de Aragon, Castilla y Portugal renovaron entre sí las confederaciones y ligas que concordaron los reyes don Jaime, don Fernando y don Dionis. Otro dia se vinieron ambos reyes á la ciudad de Tarazona, con las reinas doña María y doña Leonor, y se celebraron las bodas del rey con gran fiesta en principo del mes de febrero. Estando los reyes en sus fiestas, se juntaron un domingo que fué á cinco de febrero, en el monasterio de los frailes menores, á donde posaba la reina doña Leonor: y en presencia de la infanta doña María, mujer que fué del infante don Pedro de Castilla, y del infante don Juan patriarca de Alejandría, y de los infantes don Pedro y don Ramon Berenguer sus hermanos, don Pedro de Luna, arzobispo de Zaragoza; don Vasco Ramirez maestre de la caballería de la orden de Santiago; don Pedro Cornel, don Gonzalo García, Juan Martinez de Leiva, Alonso Jofre de Tenorio; el rey de Castilla dijo que al tiempo que él trató su casamiento con la reina doña Matia hija del rey de Portugal, deseando el bien y acrecentamiento de doña Blanca su prima, hija de la infanta doña María de Aragon, procuró que casase con el infante don Pedro, hijo primogénito del rey don Alonso de Portugal, y se concordó por él y firmó el matrimonio, y rogó al rey de Aragon y á los infantes sus hermanos que lo tuviesen por bien, y así se otorgó por ellos y el rey de Castilla se volvió para Agreda, y la reina doña María se llevó consigo a doña Blanca para enviarla á Portugal. Antes que el rey de Castilla se partiese, estando en Tarazona lúnes á seis de febrero, se asentó confederacion y concordia entre estos príncipes para hacer guerra á los moros. Prometieron el uno al otro, de hacer la guerra por mar y por tierra con todo su poder, al rey de Granada y su tierra y gentes: y que nunca harian paz ni tregua con él, sino de consentimiento de entrambos y ofrecia al rey de Castilla que no permitiria, que prelados, maestres de órdenes, ricos hombres ó caballeros, ni castillos ó villas de Andalucía, ni del reino de Murcia, ni de las otras tierras

con doña María, hija de don Juan, á quien el rey de
Castilla mandó matar en Toro, nieta del infante don
Juan, que estaba en Bayona, ofreciéndole que le ayu-
daria á cobrar el señorío de Vizcaya, y las villas y
castillos que pertenecian á esta doña María, que el rey
le habia mandado ocupar cuando mandó matar á su
padre: y dello resultó grandes alteraciones y guerras
en Castilla. Entonces procuró el rey de Castilla por
este temor, y por mejor poder hacer la guerra á los
moros, de concordarse con don Juan, y dióle á doňa
Costanza su hija, que la tenia en el alcázar de Toro, y
quedóse don Juan con la villa y castillo de Lorca, que
se le habia dado en rehenes por el casamiento de su
hija: é hizo pleito homenaje de tenerlo por el rey: y
mandole el rey librar los maravedís, que antes solia
tener en las rentas de lugares y villas que eran de por
vida. Acabado esto envió el rey al papa á don Blasco
Maza de Vergua, para suplicarle le hiciese las gracias
que la sede apostólica acostumbraba en las guerras,
que se emprendian contra los infieles; porque el rey
de Castilla habia enviado sus embajadores por lo mis-
mo á la ciudad de Aviñon, y concedió entonces al rey
de Castilla las décimas de sus reinos por cuatro años,
y tambien las tercias que estaban dedicadas para las
fábricas de las iglesias, reservando cierta parte para
las fábricas. En principio deste año, por las diferen-
cias y bandos que habia entre la casa de Ijar, que es-
taba muy confederada con los Corneles, y la de Ala-
gon que eran principales señores en este reino, cuya
enemistad estaba muy confirmada por sus predece
sores, por escusar las guerras y daños que dello se
seguían en el reino, por lo mucho que comprehendian
en él estas casas, el rey procuró que se juntasen en
mayor vínculo de parentesco: y concordóse matrimo-
nio de don Blasco de Alagon, hijo de don Artal y de
doña Toda Perez de Urrea, con doña Marquesa Fer-
nandez de Ijar, hermana de don Alonso Fernandez,
señor de ljar, que fueron hijos de don Pedro Fernan-
dez, el segundo señor de ljar, y de doña Cecilia de
Anglesola su segunda mujer: porque de la primera
que fué doña María Fernandez de Luna, hija de don
Lope Ferrench de Luna, hermano de don Artal, no
quedó sucesion. Tambien se concertó casamiento del
mismo don Alonso, con doña Teresa de Alagon, ber-
mana de don Blasco, y con estos matrimonios queda-
ron estas casas de allí adelante muy unidas y con-
formes; pero don Alonso Fernandez vivió poco tiempo:
del cual quedó un solo hijo, que sucedió en la casa, y
se llamó don Pedro Fernandez como el abuelo.
CAP. VIII.—De la guerra que se comenzó por el rey de
Aragon contra el reino de Granada.

de sus reinos, pudiesen en general ó particularmente,, gociacion y mañosamente que don Juan Nuñez casase tener paz ni tregua con el rey de Granada ni con sus vasallos: y porque los lugares de las fronteras del rey de Aragon no comarcaban con la tierra del rey de Granada, y pudiese mejor proseguir la guerra contra los moros, se proveyó que sus ejércitos y gentes fuesen recibidos en las ciudades y lugares de su frontera, vecinos á los moros, y los suyos le ayudasen á continuarla y que los de aquellas fronteras hieiesen juramento y pleito homenaje, hasta la fiesta de Pascua de Resurreccion deste año, á cualquiera procurador que el rey enviase. Esto juró el rey de Castilla, é hizo pleito homenaje al rey de Aragon en sus manos, diciendo, que si no lo cumpliese valiese ménos, así como aquel que quebranta jura y pleito homenaje: é hicieron el mismo juramento los obispos de Cartagena y Osma, y los maestres de Santiago y Calatrava, don Juan Alonso de Haro, don Rodrigo Álvarez de Asturias, don Diego Gomez de Castañeda, Fernan Rodriguez de Villalobos, Juan Martinez de Leiva, y el almirante Alonso Jofre Tenorio: y estos maestres y ricos hombres hicieron el juramento y pleito homenaje en poder de don Jaime de Ejérica: prometiendo, que harían todo su poder, porque esto se guardase y cumpliese: y si no lo hiciesen que á cualquiera de aquellos ricos hombres, pudiese decir mal sobre ello cualquier hombre que fuese hijodalgo, y el rico hombre fuese obligado de responder ante cualquier rey. Tambien el rey de Aragon prometió de no consentir que los infantes sus hermanos, ni los prelados, maestres de órdenes, ricos hombres ó caballeros, ni ciudades ó villas ó castillos del reino de Valencia, pudiesen tener paz ó tregua con los moros, y que dello harian pleito homenaje: y todo tiempo que sus gentes y ejército estuviesen en lugares de la frontera del rey de Castilla, le guardarian su señorío: é hízose el juramento y pleito homenaje en poder del rey de Castilla, y juraron lo mismo el infante don Juan, patriarca de Alejandría; el arzobispo de Zaragoza, los infantes don Pedro, conde de Ribagorza y Ampurias, y don Ramon Berenguer, conde de las montañas de Prades, sus hermanos, don Jaime de Ejérica, don Ramon Folch, vizconde de Cardona, don Jimeno Cornel, don Ot de Moncada, don Pedro de Ejérica, don Pedro de Luna, don Ramon Cornel y don Blasco Maza de Vergua: los infantes don Pedro y don Ramon Berenguer hicieron el pleito homenaje en manos del rey de Castilla: y los ricos hombres en manos de don Juan Alonso de Haro. Quedaba fuera de la concordia don Juan Manuel, y hacia guerra desde sus villas y lugares en tierra de Toledo, y un hijo suyo que se decia Sancho Manuel, que estaba en Peñafiel, hacia mucha guerra y daño en el término de Cuellar y su comarca: y visto cuanto impedimento era para la guerra de los moros, estar don Juan desavenido del rey de Castilla, procuraba el rey de Aragon de concertar sus diferencias: porque don Juan viendo que los reyes de Aragon, Castilla y Portugal, estaban tan confederados y unidos, y que él quedaba excluido de la concordia que habian tomado los reyes de Aragon y Castilla, para la guerra de los moros, acordó de ajuntarse en gran amistad y deudo con don Juan Nuñez de Lara, que era hijo de don Fernando, hijo del infante don Fernando y de doña Juana de Lara hermana de don Juan Nuñez de Lara el Valeroso, que fué primero casada con el infante don Enrique. Entónces casó don Juan Manuel con doña Blanca su hija, hermana deste don Juan Nuñez y tratóse con gran ne

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Despues que los reyes se despidieron de las vistas y se acabaron las fiestas, el rey de Aragon se fué á la ciudad de Valencia para proveer todo lo necesario para la guerra que se habia de hacer contra el rey de Granada y lo primero en que se entendió fué en asentar tregua con el rey de Tremecen, por medio de don Jaime de Aragon hermano del rey, que estaba en servicio del rey de Tremecen. Antes de comenzar la guerra el rey mandó que don Jofre Gilabert de Cruillas, lugarteniente de procurador en parte del reino de Valencia, por el infante don Pedro su hijo, fuése á Orihuela y se viese con Pedro Lopez de Ayala, adelan➡ tado mayor del reino de Murcia, para recibir los homenajes de las ciudades y villas de aquel reino, que no

harian paz ni tregua con el rey de Granada, ni con sus tierras y que acogerian las gentes que el rey de Aragon enviase á esta guerra como éstaba tratado: y juntáronse don Jofre y Pero Lopez de Ayala á veinte y uno de marzo deste año, junto á las cinco alquerías, término del reino de Murcia. Pero pasóse lo mas del verano en hacer los aparejos para la guerra y juntarse la gente, aunque parte dél, don Bernardo de Cabrera hizo la guerra por las fronteras del reino de Murcia. Entrando el invierno, el obispo de Cartagena vino á Valencia y de parte del rey de Castilla propuso, que como quiera que sus capitanes habian hecho la guerra que pudieron, que para proseguirla, como convenia, era necesario, que por sus personas la emprendiesen, para mayor honra y gloria suya, y para mayor daño de los infieles: y que por esta causa el rey de Castilla habia determinado de estar en la frontera el primero de mayo siguiente, para entrar en tierra de moros: y que por esto le rogaba como á hermano, que tuviese por bien de aparejarse, para que en el mismo tiempo pudiese hacer su entrada, si le pareciese, juntamente con él, 6 por su parte. En respuesta desto envió el rey al rey de Castilla desde Valencia, á veinte y seis de noviembre deste año, á Martin Iñiguez de Eslava y con él respondió, que era muy contento de ir en persona á esta guerra, y que holgaria mucho, que pudiesen ir juntos; pero parecíale gran dificultad apartarse de la costa, porque no podia tener bastimento para su ejército, y era necesario que se concordasen, si pondrian primero sus reales sobre algunas plazas fuertes, ó si harian sus talas, porque de una misma manera se hiciese la guerra y parecia al rey de Aragon, que era mejor que se hiciese primero la tala, y porque todo el bien desta guerra dependia en tener bien proveidas las cosas de la mar, el rey mandó armar de muy escogida gente diez galeras. Tambien porque estaba ya concertado en este tiempo el rey de Castilla con don Juan Manuel, pedia el rey, que sus gentes se acogiesen en Lorca y en otros lugares de las fronteras de los moros, porque no se habia movido aun la guerra por aquella parte y que de Castilla se dejasen sacar los caballos que serian necesarios para esta jornada á los suyos, que estaban en la frontera: y mandó, que el almirante Bernardo de Boxados retuviese las galeras que eran necesarias para la guarda y defensa de Cerdeña y las otras se enviasen á Barcelona.

CAP. IX.-De las cortes que el rey tuvo á los valencianos y de la diferencia que en ellas hubo, sobre si se juzgaria á fuero de Aragon en los lugares y villas que estaban poblados con aquel fuero.

Estando el rey en la ciudad de Valencia, tuvo cortes

de Valencia, y los otros, el que estaba ya inducido desde el tiempo de la conquista, en los lugares y villas del reino, que fueron poblados con nuestro fuero, porque se conservasen en la posesion dél y estos eran mucha parte, por los ricos hombres que eran señores de aquellas villas, que tenian gran lugar en la privanza y consejo del rey. Estuvieron las cosas en tanto rompimiento, que se temió, no sucediese alguna discordia y guerra civil, y viniesen á las armas y por evitar esto, procuró el rey de concordarlos, y la ciudad de Valencia, y los de aquella opinion lo dejaron la determinacion del rey, para que lo declarase con consejo de trece personas, que ellos nombraron, que eran estas: don Ramon, obispo de Valencia, don Pedro de Tous, maestre de la caballería de Santa María de Montesa, don Vidal de Vilanova, comendador mayor de Montalvan, don Bernardo de Sarrià, rico hombre, y un caballero, que era Pedro Garcés de Masones: y de cuatro ciudadanos de Valencia, que eran: Berenguer de Ripoll, Pedro Calvet, Arnaldo Zamorera, y Domingo de Claramonte, y cuatro síndicos de las villas del reino. Habíanse de nombrar otras trece personas por la parte contraria, y pretendian, que lo que se determinase por el rey, quedase comprehendido debajo del fuero de Valencia, y que fuese ley general, sin ninguna excepcion y quedasen derogados los fueros y costumbres de Aragon. Eran los principales, que esto pretendian, los infantes don Pedro y don Ramon Berenguer, porque los lugares que tenian en aquel reino, no estaban poblados á fuero de Aragon: y no se les permitia que usasen del mero imperio, que sobre ellos tenian, ni se les daban libremente las penas y calonias de sus lugares, y venia el rey en conceder á los señores que estaban poblados á fuero de Aragon, que pudiesen en sus lugares matar á hambre, frio y sed, si el crimen perpetrado lo mereciese, á sus vasallos, dentro de sus términos: y pedian, que se comprendiesen debajo desta ley todos los lugares de los señores, aunque estuviesen dentro del término de la ciudad, siendo el malhechor vasallo del rico hombre, ó caballero, y habiendo cometido el maleficio en su término; y que pudiesen poner á cuestion de tormento sus vasallos y que esto se estableciese por fuero de Valencia. Mas como despues los unos y los otros se conformaron en que se derogase en gran parte el fuero de Valencia, y se les diese libre dominio sobre sus vasallos, y ya no se trataba sino del nombre de fuero de estaban, procurando de apaciguarlos por otros medios, Aragon, el rey los dejó en la discordia antigua en que y quedaron los ricos hombres y caballeros, que eran señores de los lugares poblados á fuero de Aragon, en su posesion antigua. Estando el rey en aquella ciudad,

su presencia por Lope Fernandez Pacheco, embajador del rey don Alonso de Portugal y su merino mayor, la concordia que se renovó por los reyes de Aragon y Cas-> tilla en la villa de Agreda.

á los de aquel reino por el mes de junio deste año: ya dos del mes de noviembre en el real, se ratificó en en ellas hubo gande contienda y discordia entre algunos ricos hombres y caballeros, que contradecian, que en aquel reino hubiese lugar á donde se juzgase á fuero de Aragon: y que hubiese dos fueros separados y distintos. Sobre esto se habia diversas veces contendido en los tiempos pasados y la ciudad de Valencia principalmente lo rehusaba y se opusieron algunas villas del reino, pretendiendo, que no debia en él haber sino un fuero y que aquel debia ser el propio y particular de aquel reino: y que debia ser ley general á todos, sin excepcion de lugares y personas. Hubo sobre esto muy grande contradiccion y diferencia entre los prelados y ricos hombres y entre los síndicos de las ciudades y villas del reino, defendiendo los unos el fuero

CAP. X.-De la rebelion de los sacereses y de su expulsion: de la cual resultó la guerra entre catalanes y genoveses, y de la muerte de Federico, rey de romanos. Los genoveses y pisanos, que estaban en este tiempo en la isla de Cerdeña, no podian sufrir el nuevo reino, ni estar debajo del yugo de nuestra nacion, siendo acostumbrados á mayor libertad y soltura, de la que se requeria para la buena ejecucion de la justicia, señaladamuente los de la casa de Oria, que estaban muy apode

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mon de Cardona, á quien el rey proveyó en esta sazon de gobernador general del reino de Cerdeña, que era prima hermana del rey, y á doña Buenaventura de Arborea su hija mayor, con don Guillen de Cardona, hijo del mismo don Ramon, y que tenia el mismo deu

na casó con doña Beatriz de Aragon, hija del rey don Pedro; pero ninguno destos matrimonios se efectuó, y casó don Ramon Cornel con doña Beatriz: y deste | matrimonio nació don Luis Cornel, que fué el postrer señor de la baronía de Alfajarin de los deste linaje, y en quien se acabó aquella casa, que era la mas anti

que se llamó doña Leonor, casó con gueto de Cervellon. Tuvo otra hija que se llamó doña Elisen, que fué abadesa del monasterio de Santa Clara de la ciudad de Coimbra, y doña Buenaventura de Arborea casó con don Pedro de Ejérica, que sucedió en el señorío de aquella casa á don Jaime señor de Ejérica su hermano, que casó con la reina doña María, mujer del rey don Sancho de Mallorca, como dicho es, y no dejó hijos legítimos. Tambien los marqueses de Malaspina andaban alterando y revolviendo su parte en la isla : y habiendo sido muy inculpados en la primera rebelion de los sacereses, y procediendo contra ellos por el almirante Bernardo de Boxados, el rey los habia perdonado y despues cometieron muy graves delitos contra la preeminencia y jurisdiccion real, así en la isla de Cerdeña como fuera. En este año segun parece en memorias antiguas, por el mes de setiembre, murió Federico rey de romanos: al cual, despues que fué suelto de la prision, sucedieron las cosas en Alemania prósperamente, y era obedecido por la mayor parte della, señaladamente despues que se ocupó su contrario el bávaro en las cosas de Italia, y fué declarado por cismático y enemigo, y perseguidor de la Iglesia y | entendiendo que era muerto Federico, tratando de

rados en la ciudad de Sacer, y tenian poco respeto á los oficiales del rey. Sucedió por este tiempo que un Aiton de Oria, con dos galeras, hacia daño por las costas de la isla, en los lugares del rey y el almirante Bernardo de Boxados, mandó salir contra él cuatro galeras y un leño de armada. Entonces enviaron á prestar la fideli-do con el rey, porque su padre don Ramon de Cardodad y homenaje al rey, por los feudos que tenian, Arahon, Mariano, Fabiano, Damian y Nicolasio Orias: y aunque se admitió por procurador, se les mandó que viniese uno dellos, y señalóseles término. Tambien vinieron á Valencia Galeoto de Oria, hijo de Bernabé de Oria, y Nicolasio su sobrino, hijo de Brancaleon: y suplicaron al rey les diese la investidura de los feu-gua del reino : y otra hija de don Ramon de Cardona, dos, que se les habian concedido por el rey don Jaime, y por él á Galeoto en su nombre, y de sus hermanos y sobrinos, y se recibiese dél el homenaje, y el rey holgó dello: y siempre hacia instancia por los lugares y castillos de Gociano y Montagudo, y el rey lo remitió al almirante, para que se declarase por justicia. Eran estos de la casa de Oria tantos, que para aragoneses y catalanes, siendo deudos, fueran muchos, segun lo que comprehendian en la isla, cuanto mas siendo genoveses y nuevamente conquistados: porque sin los que se han nombrado, eran Galeoto y Casano, que eran hermanos, y Theramo su sobrino, hijo de Guifredo, y Nicolao, y Bernabé de Oria, tambien sus sobrinos, hijos de Brancaleon, y otros muchos deste linaje y apellido: y no solamente tenian diversas villas y lugares de lo que tocaba á su parte, pero muerto el conde Rainer de Donoratico, quedaron Galeoto y Casano de Oria tutores de los condes Tomás, Gerardo, y Bernabé sus hijos, que eran sus sobrinos, hijos de su hermano y en virtud de la tutela pidieron que les entregasen las villas y castillos que el conde su padre poseia en Cerdeña, y sobre ello tenian grande diferencia con el,conde Facio de Donoratico, y estaba siempre la tierra puesta en armas. Con esta ocasion, los de Sacer tornaron á rebelarse y resistir á los oficiales reales, | quitar la ciudad de Bolonia, y el condado de Romania siendo principales en la rebelion los Cathones y Pales, y de los Orias, Aiton y Vinchiguerra de Oria, y otros de aquel linaje, que habian sido condenados en la rebelion primera por don Berenguer Carroz. Mandó entonces el almirante prender muchos dellos, y otros se ausentaron y proveyó que todos los extranjeros y sardos saliesen fuera y se poblase de catalanes y aragoneses, y de naturales del señorío del rey y por solo este efecto envió el rey á Cerdeña á don Berenguer de Vilaragut, y á Bernardo Gamir, y á estos dos se encargó lo de la poblacion de Sacer y entonces se provevó, que no se admitiese ninguno por vecino ó morador en el castillo de Caller, que no fuése catalan ó aragonés. Tratose de hacer poblar el puerto de Torres, y porque las torres que estaban junto al puerto eran de la Iglesia, pareció, que seria bien dar recompensa al arzobispo; y mandóse que el castillo pisano que estaba derribado se reedificase. Esta expulsion de los sacereses, y las intenciones que tenian dañadas muchos de los Orias, fueron causa que se rompiese la guerra entre catalanes los genoveses de Génova y Sahona, aunque era gran freno para reprimirlos, la constancia y fidelidad del juez de Arborea, que siempre procuraba nuevos vínculos en la casa del rey, porque teniendo casado a Pedro de Arborea su hijo mayor con doña Costanza de Saluces, que era muy cercana parienta del rey, trataba en este tiempo de casar á su hijo segundo que se llamó Mariano de Arborea con doňa Beatriz de Cardona, hija de don Ra

á la Iglesia, dejó la empresa, y todas las otras de Italia, y partió para Alemania, y nunca mas volvió á pasar los montes. Tuvo Federico algunos hijos en la reina su mujer, hermana del rey de Aragon, la cual vino, como dicho es, á cegar, por el grande dolor y sentimiento de la larga prision del rey su marido : y los que Juan Cuspiniano nombra son, Federico, que murió niño, y Ana, que casó primero con el rey de Polonia, y despues con Luis Romano, hijo del empe rador Luis el cuarto, duque de Baviera, y despues de su muerte casó con Juan conde de Goricia, y muerto este, fué monja de Santa Clara en Viena: é Isabel que fué esposa de Juan rey de Bohemia, la cual murió ántes de consumar el matrimonio.

CAP. XI-Que el rey de Aragon dejó de hacer la guerra en el reino de Granada, por las novedades que sucedieron en la isla de Cerdeña.

Estuvo el rey en la ciudad de Valencia todo este año, hasta en fin del mes de diciembre, y allí parió la reina doña Leonor un hijo, que se llamó el infante don Fernando y el rey le fué à tener lo que quedaba del invierno al campo de Tarragona. Estando en aquella ciudad en fin del mes de febrero del año del nacimiento de nuestro Señor de mil y trescientos y treinta, vinieron á él Alonso Jofre de Tenorio, almirante del rey de Castilla, y Lope Fernando Pacheco, embajador del rey de Portugal, que venian de Aviñon, a donde fueron enviados para procurar

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