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LIBRO VII.

CAP. I.-De la fiesta que se hizo en la coronacion del rey

don Alonso.

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de Urrea señor de Biota, don Jimeno Cornel, y don Pedro y don Ramon Cornel sus hijos, don Pedro de Luna, don Felipe de Castro, don Alonso Fernandez, Determinó el rey don Alonso, como está dicho en lo señor de Ijar, don Pedro Fernandez de Vergua y un precedente, de hacer la fiesta de su coronacion con rico hombre que en la historia de Montaner se llama mas aparato y pompa que antes se hubiesen hecho en don Pedro de Almenara; don Gombal de Tramacet, su reino en semejante ceremonia: y concurrieron á don Artal de Foces, don Jimen Perez de Arenos, Ferella todos los prelados y ricos hombres, y los emba- rer de Abella, don Sancho Duerta de Arenos. Habia jadores de los reyes de Castilla, Navarra, Bohemia, de armar el rey caballeros noveles diez ocho ricos Granada y Tremecen. Vino á esta fiesta Pedro de Ar- hombres, y los principales fueron : don Jaime señor borea, hijo del juez de Arborea, con el almirante Ber- de Ejérica, Pedro de Arborea, don Ramon Folch viznardo de Boxados, y venian con él dos primos suyos, conde de Cardona, Arnal Roger conde de Pallás, don y el arzobispo de Arborea, y mucha compañía de ca- Lope de Luna, don Alonso Fernandez señor de Ijar, balleros, y hubo diversos señores de Gascuña, Proenza don Guillen y don Berenguer de Anglesola, don Juan y Francia, y fué tan grande el concurso de señores y Jimenez de Urrea, don Pedro Cornel, don Guillen de caballeros, que vinieron á esta fiesta, que afirma Cervellon, don Ot de Moncada y don Ato de Foces: y Montaner, que se halló en ella como síndico de la ciu- cada uno de ellos despues de armado caballero hadad de Valencia, que se juzgaba que habia mas de bian de armar otros caballeros noveles, y fueron entreinta mil de á caballo. El rey entró primero muy tre todos ciento y ochenta caballeros. El infante don acompañado en Zaragoza en la semana santa: y des- Pedro armaba caballeros á los vizcondes de Castelnou y pues el infante don Juan, patriarca de Alejandría, que de Vilamur y á don Guillen de Eril, y don Gilabert de se a posentó en el monasterio de San Francisco, y el Cruillas, y el infante don Ramon Berenguer á otros infante don Pedro, conde de Ribagorza y de Ampu- ricos hombres y el vizconde don Ramon Folch, á rias, traia mas de ochocientos de caballo, y el infante don Ramon de Cardona su hermano, y Amorós de don Ramon Berenguer venia con quinientos, y vinie-Ribellas, y a don Pedro de Aragal: y éstos habian de ron el maestre de Montesa, y el comendador mayor de Montalvan, y don Sancho de Aragon, castellan de Amposta, con muchos caballeros de sus órdenes. Entró don Jaime, señor de Ejérica, que era muy gran señor, y habia ya casado con la reina doña María, mujer que fué del rey don Sancho de Mallorca, hermana del rey Roberto, con mucho aparato y ricamente aderezado, y traia hasta quinientos de caballo del reino de Valencia y Aragon; y don Pedro de Ejérica su hermano, venia con otros doscientos, y con ellos venia toda la caballería de aquel reino. Tambien vinieron muy ricamente aderezados, y acompañados, del principado de Cataluña, don Ramon Folch vizconde de Cardona, y Arnaldo Roger conde de Pallás, Dalmaolla iban sus trompetas y menestriles y otros instruvizconde de Castelnou, don Ot de Moncada, don Guillen y don Berenguer de Anglesola, don Ramon de Cardona, don Guillen de Cervellon, Amorós de Ribellas, don Guillen de Eril, el vizconde de Vilamur, Ponz de Caramain, don Beltran de Castellet, don Gilabert de Cruillas y otros muchos caballeros catalanes, y don Jo-jaezados, y tras éstos seguian los que llevaban las esfre vizconde de Rocaberti, y don Bernardo de Cabrera, vizconde de Monsoriu, que habian hecho grandes gastos para esta fiesta, se volvieron á Cataluña segun Montaner dice, porque murió en esta sazon la condesa de Ampurias su tia. Fueron de Aragon los mas señalados en esta fiesta, don Lope de Luna, hijo y heredero de don Artal de Luna, que tuvo en ella gran caballería y estuvo ricamente apuesto, como su estado lo requeria, que era el mayor destos reinos, despues del de los infantes, y tambien estuvieron muy en órden como tan principales ricos hombres, don Juan Jimenez

armar otros caballeros, y eran entre todos mas de doscientos y cincuenta caballeros noveles los que se armaron sin los ricos hombres. Todos ellos antes de recibir la órden de caballería, el sábado á dos de abril que fué vigilia de Pascua, fuéron al palacio real de la Aljafería muy ricamente vestidos con paños de oro, como entóces decian, y peñas veras, que era toda la gentileza y gala de aquellos tiempos: y cada un rico hombre iba a caballo y llevaba delante de sí sus caballeros noveles, sin que se mezclase otro entre ellos, sino los hijos de caballeros que les llevaban las espadas delante: y tras ellos seguian otros con sus yelmos y algunas piezas de arnés, y con cada cuadri

mentos de música. Estando toda la caballería en el palacio, cuando comenzaba á oscurecer el dia, salieron con tal órden que iban delante, los primeros, los hijos de caballeros que llevaban las espadas de los caballeros noveles en muy hermosos caballos y bien en

padas de los ricos hombres que habian de recibir la órden de caballería y á la postre iba la espada del rey la cual llevaba don Ramon Cornel: yen pos della iban dos carros triunfales con sus blandones muy ricamente aderezados: luego seguia el rey adornado de vestiduras riquísimas, y detrás llevaban ricos hombres las piezas de su arnés, y á cada uno acompañaban otros dos ricos hombres, y tras ellos iban los ricos hombres á quien el rey habia de armar caballeros, y á estos seguian los ricos hombres que eran caballeros noveles de los infantes don Pedro y don

ron las fiestas muchos dias, y danzaban á tablado que era un género de regocijo y ejercicio de caballería, que se usaba mucho entónces: y dice Ramon Montaner, que habia bien hasta cien caballeros del reino de Valencia y de Murcia, que jugaban á la gineta, que debia ser lo que ahora se usa en los juegos de cañas, ó en otro modo de escaramuzas. Á otra parte delante de la Aljafería estaba un campo cerrado, á donde se corrian los toros que se llevaban, porque cada parroquia enviaba el suyo, devisado con las armas reales, y con mucha música y gente, y monteros, que alanceaban los toros, que era mas conforme à la costumbre que hubo en los tiempos antiguos, que lo que ahora se usa. Fué este año muy señalado en la coronacion de diversos reyes, porque el de Navarra se coronó en el mes de marzo, y el rey de Aragon en el mes de abril, y Filpo rey de Francia en las octavas de Pentecostés; y tambien recibió en Roma la corona del imperio por el mes de enero deste año, el duque de Baviera cismático. Acabadas las fiestas de la coronacion, celebró el rey cortes generales á los aragoneses, y en ellas á cinco de mes de mayo, siendo congregados los prelados, varones, mesnaderos y caballeros é infanzones y los síndicos y procuradores de las ciudades y villas del reino, juró los fueros y observancias y libertades, y confirmó los privilegios y hecho esto, á diez y seis del mismo hizo donacion al infante don Jaime, que era su hijo segundo, del condado de Urgel y vizcondado de Ager, con las mismas condiciones, que él los tuvo por concesion del rey don Jaime su padre.

CAP. II. De la embajada que Juan rey de Bohemia envió al rey de Aragon.

Ramon Berenguer, y del vizconde de Cardona; y así iban por su órden todos los otros de dos en dos: y ǎ la postre iban los caballeros que llevaban sus armas con gran concierto y tuvieron cargo de ordenarlos los infantes don Pedro y don Ramon Berenguer. Las calles estaban muy adornadas, y habia infinito número de antorchas y blandones, y gran luminaria, y parecia fiesta de una grande pompa y triunfo. Así llegó el rey á la iglesia de San Salvador, y antes que estuviese en ella con la caballería, era pasada media noche. Siendo de dia, el arzobispo de Zaragoza don Pedro de Luna, se revistió para decir la misa: y el rey de su mano puso la corona y espada en el altar mayor y se vistió de una alba y encima della una dalmática real, y su estola y manipulo: y el arzobispo le decia las oraciones, que para esta ceremonia tiene ordenadas la Iglesia: y habiéndose comenzado la misa, llegó el infante don Pedro y púsole la espuela en el pié derecho y el infante don Ramon Berenguer en el otro y hecho esto, llegó al altar mayor y tomó la espada en la mano y con ella se puso en oracion delante el altar mayor: y el arzobispo dijo la suya, y el rey besó la cruz de su espada y él mismo se la ciñó, y despues de ceñida la arrancó de la baina y blandióla tres veces. Despues que fué cantado el evangelio, el arzobispo le ungió en la espalda y en el brazo derecho y acabada la misa desciñóse la espada y púsola en el altar mayor junto á la corona: y entonces se revistió el infante don Juan, y habiendo comenzado otra misa, el rey tomó la corona del altar y él mismo se la puso en la cabeza y teniéndola puesta llegaron los infantes don Juan y don Pedro y don Ramon Berenguer sus hermanos y se la aderezaron: y entonces todos los prelados, y abades y el clero, cantaron las oraciones que tiene ordenadas la Iglesia para la coronacion de los reyes, y tomó el rey el cetro y pomo de oro. Siendo acabada la misa que dijo el infante, el rey se asentó en su trono real delante del altar mayor y puso en él el pomo y el cetro: y llegaron por su órden los ricos hombres, que habian de recibir la órden de caballería y armólos caballeros: y siendo cada uno dellos armados se retiraba á la capilla que tenia señalada y armaba sus caballeros noveles, y aquellos hacian otro tanto. Siendo todo esto cumplido salió el rey de la iglesia con su corona y cetro y pomo; y á caballo partió para la Aljafería: y no iba ninguno á caballo delante del rey, sino den Ramon Cornel que llevaba la espada, y detrás seguiantiandad. Decia, que si el rey de Aragon entendia tener los que traian sus armas, y así todos los ricos hombres y caballeros noveles. Llevaban las riendas del caballo los infantes don Pedro y don Ramon Beren-guer, y los ramales de otras riendas mas largas, las traian ricos hombres, y caballeros y ciudadanos; y volvió el rey con la misma pompa á la Aljafería. Comieron con él el infante don Juan su hermano y los arzobispos de Zaragoza y Arborea: y en otra mesa los prelados y personas eclesiásticas y los ricos hombres y caballeros noveles, y otros caballeros y los síndicos de las ciudades y villas, que habian venido en nombre de sus ciudades á la fiesta: y sirvieron á la mesa del rey los infantes don Pedro y don Ramon Berenguer, y muchos ricos hombres y caballeros. Dieron los infantes y todos los que se armaron caballeros sus ropas y vestiduras á los juglares, que era oficio que se usaba mas deshazadamente en aquellos tiempos, y vestianse de otras vestiduras de oro y de carmesí y de grana con peñas veras ó armiños. Dura

El embajador del rey de Bohemia, que se halló con los otros embajadores en la fiesta de la coronacion, se llamaba Enrique de Bomalla y venia con embajada de aquel príncipe, que era hijo del emperador Enrico, y se llamaba Juan, y se intitulaba rey de Bohemia y Polonia, y conde de Lucemburg, y ofrecióse por confederado y aliado con el rey de Aragon, por las excelentes virtudes y partes, que era público en todo el mundo, que habia en su persona real, diciendo, que determinaba de venir á su reino, para entrar por él á hacer guerra á los moros, por servicio de Dios, y por ensalzamiento de nuestra fé y por honra de su corona y de la casa real de Aragon, que tanta estimacion y gloria habia ganado entre todos los príncipes de la cris

guerra con el rey de Granada, que él vendria á la frontera con su gente de armas, para asistir en ella con él: y el rey agradeció, cuanto era razon, tan santo propósito y empresa, como el rey su señor pensaba seguir, y envió con este embajador un caballero de su casa, que era Ramon de Melan, para que muy particularmente informase al rey de Bohemia del estado en que se ballaba en esta sazon el reino de Granada, que era tal, que habia en él gran division, porque el rey que se llamaba Mahomat, hijo de Mir Almuzlemin, era muchacho de doce años, y no salia de la Alhambra, Y habia en su reino un moro muy poderoso, que era de linaje de reyes, que estaba apoderado de toda la caballería de aquel reino, que se decia Ozmin Abduluit, que tenia la ciudad de Málaga, y otros lugares muy principales. y dellos hacia guerra contra la parte del rey mozo. Pero con esto habia entonces grande dificultad para emprender la guerra, por la que habia en el reino de Castilla, entre el rey don Alonso y don Juan

Manuel, el cual se habia confederado con el rey de Granada, y le ayudaba contra el rey de Castilla: y era cosa muy necesaria, que se apaciguasen primero las diferencias que habia entre ellos, para que juntos emprendiesen la guerra contra los infieles, pues desta manera podian ser muy ofendidos, y la empresa seria mas fácil, y no se concordando, seria muy difícil. Pero como el rey de Bohemia se comenzó á divertir á poner las manos en las cosas de Lombardía, dejó esta empresa: y no pasaron muchos dias que volvió el rey á enviarle á Ramon de Melan, para que supiese, que estaba confederado con el rey de Castilla: porque si pensaba poner su persona en una guerra tan santa, entendiese, que nunca hubo tal aparejo, para que los moros pudiesen ser ofendidos en aumento de la cristiandad: y el rey de Bohemia se escusó entonces, por estar en guerra con los duques de Brabante y Lorena, y con el conde de Bar. Fué este príncipe grande amigo de buscar nuevas empresas fuera de su reino, dejándole en harto peligro, teniendo muy poderosos enemigos, que le hacian la guerra dentro de su casa, que eran el rey de Polonia yel duque de Austria y el rey de Ungría, por respeto del rey Roberto, que fué gran enemigo del rey de Bohemia.

CAP. III. De la entrada que hizo en Italia el de Baviera cismático, y que fué à juntarse con el rey don Pedro de Sicilia.

dor de la Iglesia, ofreciendo, que él en tiempo conveniente iria allá con su corte, y entre tanto aquella ciudad se gobernó por los electos del pueblo, y tenian sus inteligencias y tratos con el de Baviera, y con el rey Roberto su enemigo, el cual ajuntó grande ejército y envió á Juan su hermano, príncipe de la Morea, y al conde de Brena, que se llamaba duque de Atenas, con compañías de gente de armas: y ocuparon diversos Jugares de Romanía, para tener el paso al enemigo. En el mismo tiempo envió su armada al rey Roberto contra Sicilia, y fué con ella Roger de Sanguineto, conde de Corellon: y llevaba quinientos de caballo y muchas compañías de gente de pié; pero éste hizo muy poco efecto: y despues fué con diez y nueve galeras un capitan, que se decia Barbavaira de Génova, con inteligencia que se le rindiría el castillo de Agosta y teniendo aviso dello don Blasco de Alagon, que estaba en Catania, entróse dentro con algunas compañías de gente de caballo, y de pié ; y saliendo los genoveses á tierra, fué sobre ellos y los hizo recoger, con grande daño, y fué preso su capitan. Entendiendo el de Baviera, despues de su coronacion, en reformar las cosas de Milan, removió del gobierno y mando, que tenian en aquella ciudad, à Galeazo Vicecómite, que la tenia tiranizada, y á Azo su hijo, y á Marco, y Luchino sus hermanos y con esto ganó la voluntad del pueblo, y dejó allí un gobernador, que llamaban vicario, y pasó á Toscana, sin contradiccion alguna, y puso su real sobre la ciudad de Pisa, y con ayuda de Castrucio, la estrechó de manera, que se le rindió en el mes de octubre del año pasado. Entonces el papa promulgó la última sentencia contra el de Baviera, declarándole por cismático y perseguidor de la Iglesia y fautor de los herejes; y privóle de toda dignidad temporal y espiritual, y á diez y ocho del mes de diciembre siguiente en las cuatro témporas del adviento, creó diez cardenales, para dar mas autoridad en aquel trabajo á las cosas de la Iglesia y entre ellos fué creado don Pedro de Toledo obispo de Cartagena. Fué recibido el duque de Baviera en Roma sin ninguna contradiccion por Sarra Colona, y Jacobo Sabello, que eran los principales enemigos de la parte ursina, que seguian al rey Roberto, y entró con grande pompa y recibimiento, á siete de enero deste año, y de allí á nueve dias fué coronado en la iglesia de San Pedro con grande fiesta y triunfo, y armó aquel dia caballero á Castrucio, que él habia hecho duque de Luca, y nombróle senador de Roma y su vicario y lugarteniente, en grande injuria y ofensa del sumo pontifice, siendo el primero que por su autoridad en contradiccion del papa, se hubiese jamás coronado: porque ninguno de los emperadores pasados, por grandes enemigos y adversarios que fuesen de la Iglesia, se atrevieron á tomar la corona, sino por mano del sumo pontifice, 6 de legado suyo: y aunque otros hubo muy rebeldes, é infestos á la sede apostólica, ninguno lo fué con tanta irreverencia y desacato, ni tan bárbaramente como éste. Detúvose en Roma despues de su coronacion, sin pasar adelante, mandando hacer guerra á los de Orbieto, y á otros lugares que se tenian por la Iglesia, pudiendo hacer gran daño en el reino, aunque el duque de Calabria se puso en Abruzo, y tenia alguna gente de armas en el Agui

Estando el rey Roberto muy apoderado en las cosas de Toscana, y siendo el duque de Calabria, su hijo, señor de la ciudad de Florencia, viéndose muy opresos los gibelinos de Toscana y Lombardía, solicitaron, que pasase á Italia el de Baviera, para que se hiciese guerra contra el ejército de la Iglesia, que estaba en Lombardía, y contra el rey Roberto: y procuraron, que el de Baviera pasase de Carinthia, á donde estaba, á tener su parlamento en la ciudad de Trento: y concurrieron á él, el señor de Verona y Paserino, señor de Mantua, y uno de los marqueses de Este y Azo y Marco Vicecomites; y todos los principales señores del bando gibelino: y tambien se hallaron presentes los embajadores del rey don Fadrique de Sicilia, que estaba confederado con el de Baviera. Esto fué por el mes de febrero del año pasado: y allí juró, que iria á Roma á recibir la corona del imperio: y mandó publicar entonces, que el papa Juan era hereje, lo cual se hizo con consejo de algunos prelados y frailes, que eran cismáticos y apóstatas, y se habian rebelado contra la Iglesia y de allí por el mes de marzo, con solos seiscientos de caballo bajó á Como, y entró en Milan, y recibió la corona de hierro en la iglesia de San Ambrosio, la cual no le quiso dar el arzobispo de Milan, á quien esto tocaba: y recibióla de un obispo de Arezo descomulgado. Conmovióse por una tan grande novedad como esta toda Italia: y no hubo ciudad principal, que no se pusiese en armas, por las parcialidades y bandos que en ellas habia; y el pueblo romano se alteró en tal manera, que quitaron el gobierno á los que le tenian, y eligieron cincuenta y dos personas, á quien cometieron el regimiento: y enviaron al papa á Aviñon sus embajadores, suplicándole, que se fuése con su corte á residir allí, como ántes solian sus predecesores: de otra manera decianla, Cheprano, Pontecorvo, y San German. Finalmen

que los tuviese por escusados, si ellos, como cuerpo sin cabeza, declinaban á la diestra ó á la siniestra. El papa les respondió, amonestándolos y animándolos para que resistiesen al cismatico enemigo y persegui- |

TOMO IV.

te, procediendo como impío y temerario, en su furor y herejía, á diez y ocho de abril deste año, en pública plaza, estando en su trono imperial, delante de todo el pueblo, dió sentencia, por la cual deponia y privaba 65

del pontificado al papa, diciendo, que lo hacia imi- | Juan de Claramonte, con aviso que el emperador batando á sus predecesores, señaladamente á Othon el | jaria por verse con él á la marina de Corneto: y que primero, que juntamente con el clero y pueblo ro- con algun dinero que se habia cobrado, y con el somano, depuso al papa Juan duodécimo y promulgó corro de la armada de Sicilia, entraria á hacer guerra ciertas constituciones imperiales, y entre ellas una en el reino: y habido consejo de lo que se debia hacer, que discernia, que el que de allí adelante fuese elegido pareció que el rey don Pedro se fuése á ver con el de pastor de la Iglesia romana, hiciese continua residen- Baviera. Entre tanto estando la armada en Portohércia en Roma, y no se pudiese ausentar della, sino por cules, envió el rey á requerir á los de Orbitelo, que dos jornadas. No contento con cometer tan abomina-" se diesen á la señoría del sacro imperio, y respondieble sacrilegio, el dia de la fiesta de la Ascension, que ron con confianza que el lugar era fuerte y estaba fué á doce de mayo deste año, declaró por papa, jun- | apartado de la marina y puesto en un lago, que no tamente con el clero y pueblo romano, á un fray Pe- querian, y que se aparejaban para resistirles: y el dro Reinaluchi de Corbara (de la diócesi de Reate, de rey mandó que fuése parte del ejército á combatir el la orden de los frailes menores: y dando aquel malvado lugar, y llevaron por tierra muchos esquifes y barcas, su consentimiento á una tan profana y sacrílega elec- | y entraron por el lago, y por todas partes se les dió cion, se llamó Nicolao quinto y confirmó la coronacion recio combate: y aunque los del lugar al principio se del bávaro. Porque fuese en mayor oprobio y denues- defendian valientemente, y se aprovechaban de dito de aquella santa silla y de toda la cristiandad, la versas defensas, fué entrado por combate y se rindió eleccion deste hombre, se entendió luego que era casa- el castillo, y despues Lilio y Telamon. Viéronse el bádo y que habia cohabitado con su mujer por tiempo varo y el rey don Pedro en Corneto: y hubo entre de cinco años y que contra su voluntad tomó el hábi- ellos diversos consejos, porque el bávaro pedia soto de los frailes menores, é hizo profesion en la regla corro de dinero, del cual tenia gran falta: y el rey de San Francisco, y siendo viva esta su mujer al don Pedro y los de su consejo, le requerian que fuése tiempo de su eleccion, le pidió por marido en juicio primero contra el reino, y se hiciese la guerra al rey ante el obispo de Reate su ordinario: y presentó su de- Roberto, y que su armada iria por mar, y se daria manda, y fué dada sentencia por el obispo en favor la suma que estaba acordado, que era segun Vilano della, y publicóse el último del mes de noviembre del dice, veinte mil onzas de oro. Mas faltó al bávaro, ó mismo año de su eleccion. Desto se siguió grande es- el ánimo ó el dinero para emprender aquella guerra; y cándalo en toda la cristiandad; y aunque el rey don así se partieron de Corneto à diez de setiembre: y Fadrique de Sicilia estaba confederado con el de Bavie-recelando que Pisa no se diese á florentings, por hara, por las cosas de sus estados, en todo lo que tocaba á las cosas espirituales y eclesiásticas, no siguió la opinion del bávaro, ni dió obediencia al antipapa, ántes se declaró, que estaba debajo de la obediencia de la Iglesia romana y del papa Juan, como universal pastor; pero mandó juntar una muy gruesa armada por este tiempo, para acudir en favor del bávaro, y hacer guerra contra el rey Roberto su enemigo, por mar y por tierra; y tuvo cincuenta galeras muy en orden. Juntáronse en Mecina otras treinta de los gibelinos de Sahona: y saliendo el rey don Fadrique con esta armada á la marina de Melazo, para ir en persona con ella á la playa romana, estando para hacerse á la vela, se determinó en su consejo, que fuése el rey don Pedro su hijo, y él se quedase: y fuéron con el conde Juan Claramonte el viejo, don Blasco de Alagon, Mateo de Palici, el conde Roger de Pasaneto, Mateo de Esclafana, Nicolao abad, Pedro Lanza, Simon de Esculo, Rusa Rubeo y otros barones y señores del reino de Sicilia. Discurrió el rey don Pedro con su armada por la costa de Calabria, haciendo mucho daño á los enemigos, y pasó á Iscla á catorce del mes de agosto, y de allí fué á Gaeta, haciendo guerra á las tierras del rey Roberto y pasando á la playa romana combatieron el lugar y castillo de Astura, cuyo señor era Angel de Malabranca, romano de la parte güelfa, el cual se rindió, y en alguna venganza de la memoria de la prision y muerte de Conradino, se quemó el lugar y talaron su comarca. Estando en aquella costa vino al rey en una galera Pedro de Antioquía, canciller de Sicilia: y supo como el de Baviera estaba en Corneto, y mandó que volviese á él y diese aviso de su llegada: y entre tanto, estando la armada á la boca del Tibre, porque tuvieron vientos de levante y jaloque, con muy recio contraste, hubieron de correr á Portobércules: y allí á veinte y dos de agosto vino al rey don Pedro el canciller, y con él el duque de Branzvich y el conde

ber muerto en este tiempo Castrucio, se volvió la via de Toscana y libró á la señoría de Luca de la opresion en que estaba, debajo de la tiranía de los hijos de Castrucio: y entonces segun Vilano refiere, rescató de la prision á don Ramon de Cardona, hijo de don Ramon, que habia sido capitan de florentines: lo cual refiere, que hizo por ruego del rey de Aragon, y lo tuvo á su sueldo con compañía de cien caballeros. Partióse el rey don Pedro de Pisa con su armada á veinte y ocho de setiembre, y arribando cerca de Sicilia por contraste de tiempo, se esparció por diversas partes, y se perdieron quince galeras, y otras dieron al través, y el rey con grande peligro aportó á Mecina con solas cuatro galeras.

CAP. IV. Que los reyes de Aragon y Castilla se confederaron mediante el matrimonio del rey de Aragon, con la infanta doña Leonor.

Como el rey de Aragon estrechaba la plática con el rey de Castilla, para que no dejase á doña Costanza su sobrina, hija de don Juan Manuel, con quien se babia desposado, y temieron don Alvaro Nuñez de Osorio, conde de Trastamara, y Juan Martinez de Leiva, que era merino mayor en Castilla, y guarda mayor del cuerpo del rey, y prestamero mayor en Vizcaya, y en las Encartaciones, y mayordomo mayor de la infanta doña Leonor, por quién el rey de Castilla gobernaba todos sus negocios, que el rey de Aragon se confede raria con don Juan Manuel, aconsejaron que pușiese amistad muy estrecha con el rey de Aragon: y como ántes se trataba que la infanta doña Leonor su ber mana casase con el infante don Pedro de Aragon, se hiciese el matrimonio con el rey. Con esta plática el conde de Trastamara, que fué el principal en este consejo, envió á Zaragoza, acabadas las fiestas de la coronacion, un caballero vasallo del rey de Castilla, que se decía Gil Ruiz de Miño, moviendo que las amistades

que se asentaron entre los reyes don Fernando, don Jaime y don Dionis, se confirmasen y hubiese nueva confederacion y amistad entre ellos, y el rey don Alonso de Portugal, pues eran tan deudos: y envió el rey de Portugal á requerir lo mismo al rey de Aragon con Ramon de Montornes. A esto respondió el rey que estando pendiente la diferencia que el rey de Castilla tenia con don Juan Manuel, teniendo con él y con su hija tanto parentesco, convenia que se tratase primero de concordarlos: y fueron enviados á Castilla Blasco Maza de Vergua y Rodrigo de Pina, á nueve del mes de mayo deste año, y con ellos se envió á aceptar la plática del matrimonio de la infanta doña Leonor y dijeron de parte del rey de Aragon que entendia que en lo que tocaba á las paces era muy provechoso á entrambos y á sus reinos; pero para que mas libremente se pudiese hacer la guerra contra los moros, era muy necesario que la diferencia de don Juan quedase determinada con el rey, y él estuviese en su servicio, señaladamente por el deudo que don Juan y su hija tenian con la casa de Aragon. Pedia con estos embajadores que el rey de Castilla dejase aquella di ferencia en su poder, y de otras personas desapasionadas y libres: y que se levantase con su real del cerco que tenia sobre Escalona: y don Juan del que tenia sobre Huete: y procuróse por parte dei rey de Aragon, que don Juan viniese en lo de su matrimonio con la infanta doña Leonor. Por este tiempo dió el rey la capitanía de la gente de caballo, y de pié de su guarda, que entonces se decia del acompañamiento del rey, á un caballero aragonés de su consejo, que se decia Miguel Perez Zapata, que era muy valeroso: y envióle á las fronteras de Castilla, para que se entendiese que daba favor á las cosas de don Juan: y porque el rey de Castilla porfiaba que las confederaciones se hiciesen entre ellos, sin ninguna mencion ni excepcion de don Juan, estando el rey en Lérida, á catorce del mes de junio deste año, envió á mandar á Blasco Maza de Vergua y á Rodrigo de Pina sus embajadores, que tratasen con el conde de Trastamara, que se ordenase una escritura á parte fuera de las confederaciones, por la cual se prometiese al rey de Aragon, que por razon de la concordia que entre ellos hubiese, nunca se le requeriria que fuése contra don Juan: y con esto se firmó lo del matrimonio y la confirmacion de las alianzas. De Lérida se volvió el rey á Aragon para acercarse á las fronteras de Castilla y estando en Segura cazando, á diez y siete del mes de julio deste año, vino á él un caballero vasallo de don Juan Manuel, que se decia Nicolás Saguin, que le avisó, que habia determinado don Juan con consejo de los prelados y ricos hombres, y de los consejos de las ciudades y villas, que seguian su opinion, de llevar este negocio por derecho y ante juicio de corte y teniendo el rey aviso desto, partióse otro dia lunes, y entró en Montalvan, y de allí se determi nó, pues don Juan queria justificarse con el rey de Castilla, de procurar que hiciese con él la satisfaccion que convenia. Tambien tuvo el rey aviso en Montalvan el mártes á diez y nueve de julio, que el rey de Castilla habia echado de su consejo y servicio al conde de Trastamara: y que por ello hubo grande mudanza en las cosas del gobierno, porque el conde lo traia absolutamente á su mano y entrando en Valladolid el rey de Castilla, el prior de San Juan y otros, que eran de la parte de don Juan Manuel, y su bando, quedaron mas favorecidos y mandó el rey con grande priesa, que don Jaime de Ejérica, con sus compañías

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de gente de caballo y de pié, se fuése á juntar con don Juan Manuel, porque el rey de Castilla se concordase con él. Mas como lo del matrimonio entre el rey de Aragon y la infanta doña Leonor se concertó, quedando fuera de la concordia don Juan Manuel, mandó el rey á don Jaime de Ejérica que se viniese y no entrase á hacer guerra con don Juan en la comarca de Toledo, como lo habia determinado: y esto se hizo con color del matrimonio que se trataba entonces de don Pedro de Ejérica su hermano menor, con doña Buenaventura de Arborea, que era hija mayor del juez de Arborea, y de don Pedro, hijo mayor del juez de Arborca, con doña María Alvarez de Ejérica, que era hermana mayor de don Jaime. De Montalvan se vino el rey para Cariñena á ocho del mes de agosto deste año, y llegó allí Bernardo de Boxados su almirante, y con él vinieron embajadores del rey de Túnez y Bugía, que se llamaba miramamolin Abubacar, hijo de Mirabuzecri, y de Abdurrahamen Benmuza, rey de Tremecen, porque el almirante habia tratado con estos reyes, en nombre del rey de Aragon, de reducirlos á su servicio, y asentaron sus treguas.

CAP. V.-Del estatuto que se ordenó en el tiempo del rey don Jaime el segundo, de no dividir los reinos de Aragon y Valencia, y el condado de Barcelona, de la corona: y que el rey don Alonso su hijo hizo tambien otro estatuto, en que juró, de no enagenar ninguna cosa de sus reinos por diez años.

Referido se ha en lo de arriba, que en las cortes que el rey don Jaime el segundo tuvo en Tarragona en el año de mil y trescientos diez y nueve, cuando el infante don Jaime renunció la sucesion de la primogenitura, se hizo union de los reinos: y esto fué que se deliberó por el rey dejar de tal manera unidos é incorporados los reinos de Aragon y Valencia, con el condado de Barcelona, que no se pudiesen separar ni dividir por sus sucesores. Movióse á esto, porque allende del beneficio universal que resultaba' de estar estos reinos unidos, siempre que en lo pasado se intentó de dividirlos y desmembrarlos, se habian seguido dello grandes alteraciones y escándalos y entonces hizo un estatuto en que se proveyó que estos reinos y el condado de Barcelona, con el directo dominio y derechos que le pertenecian en el reino de Mallorca, y en las islas adyacentes, y en los condados de Rosellon. Cerdania, Conflente y Valespir, y en los vizcondados de Homelades y Carlades, estuviesen perpetuamente unidos debajo de un solo dominio y no se pudiese separar lo uno de lo otro y ni por testamento ni por donacion entre vivos, se pudiesen por él ó sus suceso.. res dividir. Reservóse en aquel estatuto el rey, que él y sus sucesores pudiesen dar á sus hijos y nietos, y á las personas que les pareciese, lugares y castillos, ó otros heredamientos. Esto juró el rey públicamente á catorce del mes de diciembre de aquel año: y ordenóse en el mismo estatuto que cualquiera de sus sucesores, al tiempo de su nuevo reinado, fuese obligado de hacer homenaje ante todas cosas, de guardar y cumplir este estatuto, y lo jurase públicamente y antes de hacer este juramento con público instrumento, bas prelados, ricos hombres, mesnaderos, caballeros y ciudadanos y burgueses, y los de las villas, ú otro cualquiera particular, no fuesen obligados de obedecerle ni servirie en cosa alguna y si ántes se le hubiese prestado juramento de fidelidad, fuese de ningun momento y mandó el rey en aquel estatuto á todos

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