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medios, y en todos se representaban mayores dificul- diversas disciplinas: y decia que su adversario bustades: y movióse entónces otro medio de paz, que se caba estos refugios, porque él en su vida tenia expediese al rey don Fadrique y á sus sucesores el reino riencia y forma para proseguir su justicia, hasta code Murcia, en recompensa de la isla de Sicilia, con tí- brar su derecho: lo cual faltaba á sus sucesores, que tulo de rey, y el derecho que el rey de Aragon tenia eran mancebos: y que hasta que él muriese se busen la conquista del reino de Granada, que era la sexta caban por don Fadrique formas como entretenerse en parte, y que se le diese para ayuda á conquistar el res- lo que habia de restituir Decia, que era, como cuando to, alguna buena suma de dinero y se satisfaciese al un doliente está con la fiebre y le fatiga la dolencia, rey de Castilla en lo que tocaba al reino de Murcia, y que lo primero que procura es estar muy obediente por la parte que tenia en el reino de Granada, y al rey á los médicos, y disponerse lícitamente en las cosas de Aragon por la suya pero como se proponia tanta de su ánima, y en ordenar su testamento, y descarrepugnancia para haber de fundar un nuevo reino, si gar su conciencia: y cuando la calentura se va interSicilia se habia de restituir, y el rey Roberto habia polando y remitiendo, en todo aquello se vuelve muy mandado juntar una muy gruesa armada para enviar-negligente y remiso. Que de la misma suerte viénla contra el rey don Fadrique, no se pudo estorbar dose don Fadrique mas acosado en la guerra, y siendo que aquello no se compliese. Fué esta armada de trein- ofendido, habia de procurar de venir con efecto á la ta galeras, de las que llamaban en aquel tiempo suti- concordia; para la cual era muy dañosa la tregua. Proles, y treinta y siete ujeres, en que iban ochocientos pusieron estos embajadores al rey Roberto, allende de caballos, y mucha gente de pié, y fué por capitan gelos otros medios de paz, que se habian platicado en neral della Beltran de Baucio conde de Andria y de tiempos pasados, otro, y era, que el rey don FadriMontescayoso, que llamaban el conde Novelo, y era que recibiese del rey Roberto la isla de Sicilia con las cuñado del rey Roberto casado con Beatriz su herma- adyacentes, por donacion pura; con condicion, que na. Partió de Nápoles á veinte y dos del mes de mayo atendido que él y su hijo se habian coronado por redeste año y llegó á siete del mes de junio á la marina yes en su vida, se intitulasen reyes de Trinacria, y de San Miguel, que decian de Campogroso entre Palersus sucesorès tuviesen título de duques, y la tuviesen mo y Termini, y sacando á tierra toda su caballería, en feudo, y el rey don Fadrique por sí y sus suceestuvieron allí algunos dias reparando los caballos y sores hiciese pleito homenaje, de nunca ser contra el gente. De allí discurrieron por la marina de Termini, rey Roberto, ni contra sus herederos, ni hacer guery del val de Emina, hasta el llano de Melazo, y pasara de la isla de Sicilia: y fuesen obligadas ambas caron el Faro de Mecina y navegaron hasta la marina de sas á valerse, para en defensa de sus estados, y los Angulon, que está en la costa de Lentin, sin hacer duques de Sicilia de ir á las cortes que los reyes conmal ni daño alguno, como si tuvieran alguna inteli- vocasen, ó enviar á ellas sus procuradores: y allende gencia y concierto con los de la tierra y volvieron á del feudo que se daba á la Iglesia por la isla de Sicilia pasar el Faro, y navegaron otra vez la costa del norte en cada un año, se pagasen al rey Roberto y á sus hasta Termini, y echaron gente en tierra, y fueron sacesores tres mil onzas de oro, y les sirviesen con quemando y talando los jardines y vegas, mas á ma- diez galeras por cuatro meses, y con doscientos de nera de corsarios, que de gente que pensaba hacer caballo en cada un año á su sueldo, siempre que fueguerra guerreada. Estaban los lugares fuertes en bue- sen requeridos; y en caso que algun príncipe quisiese na defensa, y recibieron barto daño de la gente que en invadir aquel reino, el rey don Fadrique fuese obliellos habia de guarnicion, y con la gente de caballo gado de socorrerle por mar y por tierra, con todo el fuéron á combatir un lugar que estaba muy aparta- poder de aquella isla. Tambien se trataba que el rey do en la montaña, y sin ningun recelo que llegasen á don Fadrique cediese y relajase el tributo de cinco mil él los enemigos, que se llama Chimina: y le saquearon doblas de oro, que llevaba en cada un año del rey de y quemaron: y de allí pasaron á hacer la tala en la co- Túnez, y lo llevase el rey Roberto, 6 el rey don Fadrique marca de Palermo. Salió el rey don Pedro con sete- le acudiese con él, y diese al rey Roberto las islas de cientos de caballo á resistir al conde y darle batalla: los Gerbes y Querques, para que fuesen suyas y de sus pero no quisieron esperarle, y contentándose con la sucesores perpetuamente. Estaban las cosas del rey tala y daño que habian hecho en la isla, se partió la don Fadrique en tal estado, que no solamente esta armada del cabo de Solanto á once del mes de julio, y paz, pero otra cualquiera, al parecer de las gentes, le se hizo á la vela y pasó al reino: y dejando la gente de convenia sumamente porque estaba tan pobre y falto caballo en Gaeta, fuéron al puerto de Talamon, y de de moneda, que apenas tenia para entretenerse con los allí pasaron á echar la gente en la ribera de Génova, soldados y gente de guerra en el vivir ordinario, separa hacer guerra contra Castrucio, y haciendo muy ñaladamente porque el año pasado y éste no hubo saca poco efecto, se fué el conde Novelo á juntar con el de trigo de la isla, que era casi toda su renta, por la duque de Calabria, que estaba en Florencia. En este gran falta y carestía que dél hubo: y por haber sido medio el obispo de Huesca y Berenguer de Sanvicente gran parte della talada y abrasada, y por estos daños fuéron á Sicilia, y llegaron á Palermo otro dia que la tan universales, y por los suyos particulares estaban armada del rey Roberto se partió de aquella marina, todos los sicilianos muy fatigados, y temian mucho y salieron á recibirlos al puerto Juan conde de Clara- mas los venideros, creyendo que se habian de contimonte senescal y procurador general del reino de Sinuar. Sin esta, habia dentro en la isla otra guerra que cilia, y Pedro de Antioquía canciller, y muchos ba- hacia poco menos daño que la de los enemigos, y era, rones y caballeros, y acompañaronlos hasta Castro- que cuando entraba gente extranjera á dañificar la isla juan, á donde estaba el rey don Fadrique. De allí se de Sicilia, se levantaban los malhechores y desterrapartieron luego para Mecina, y pasaron á Nápoles, para dos que eran en gran número, y hacian mucho daño tratar con el rey Roberto de la paz ó tregua, y no la á los vasallos del rey y no quedaba remedio ni requiso admitir. Era este príncipe de los mas prudentes curso alguno si se continuaba la guerra, sino en el y sabios que hubo en sus tiempos, y muy docto en socorro del rey de Aragon su hermano, ó en la paz ó

tregua y el rey Roberto estaba tan poderoso, que no bastaba á resistirle, ni por mar ni por tierra, porque los genoveses de Sahona que le habian de valer contra el rey Roberto y contra el duque, le faltaron malamente. Conociendo bien el rey Roberto que era esta su sazon, dió su respuesta al obispo de Huesca, y á Berenguer de Sanvicente, y fué que el rey don Fadrique le habia de dejar la isla de Sicilia con todas las islas adyacentes: y que en aquel caso él estaba aparejado de darle competente estado para él y sus descendientes que valiese tanto en renta, y con esto quiso que volviesen al rey don Fadrique, al cual hallaron en Mecina por el mes de octubre: y entonces llegaron diez galeras del rey Roberto, y tenian en tanto estrecho la ciudad de Mecina, que no entraba ni salia navío que no diese en manos de los enemigos. Deliberóse diversas veces en el consejo del rey, si se seguiria este medio que la isla y reino de Cerdeña y Córcega se diese al rey don Fadrique en recompensa de la isla de Sicilia, la cual se dejase al rey Roberto: y que por el reino de Cerdeña se diese al rey de Aragon las villas y lugares que las órdenes del Hospital y Temple tenian en sus reinos, y estuvo el rey muy determinado de aceptar este partido, teniendo por perdido á su hermano pero al principio el papa no quiso dar lugar que esta plática se moviese, y despues el infante don Alonso, como se cobró el castillo de Caller, que era toda la fuerza de aquella isla, y los sacereses se habian reducido á la obediencia del rey, visto cuan grande honra y utilidad resultaba á la corona de Aragon de aquella conquista, no quiso condescender en este medio, ni dar su consentimiento á él. Con esta resolucion se volvió el obispo de Huesca por Nápoles, y de allí vino á Florencia, y se vió con el duque de Calabria, que mostraba inclinarse mas que el padre à la paz: pero húbose de conformar con su parecer, en no querer concierto ninguno si no cobrando la isla de Sicilia. Entendiendo el rey cuán firme estaba el rey Roberlo en su porfía, y que por otra parte el duque de Calabria su hijo procuraba de concertarse con Castrucio, y que se decia, que habia de ir á servir al rey Roberto en la empresa de Sicilia, y que las ciudades de Sena, Boloña, Perosa, juntamente con Florencia, se inclinaban en conformidad á obedecer al duque, y que tambien se trataba de confederarse con pisanos, y que se hacia entre estas señorías y el rey Roberto liga para entender en continuar la guerra de Sicilia, y que allende desto, procurándolo y solicitandolo el rey Roberto, habia enviado sus embajadores el rey de Francia á Lombardía á los señores de Milan, y á Can de la Escala, y á Pasarino de Mantua, y al obispo de Arezo, para que prestasen su consentimiento, en que el rey de Francia fuese elegido en vicario del imperio, que era en efecto ser emperador y señor de toda Italia, para que los dos dispusiesen della á su alvedrío, y persiguiesen á sus enemigos: dió al rey grande ocasion de velar y atender al negocio de la isla de Sicilia: porque no solamente se trataba de aquel estado, pero perdiéndose el rey don Fadrique, y siendo echado de su reino, quedaba el de Cerdeña al mismo peligro: sabiendo, que se hacian en la ciudad de Nápoles y en la provincia de Pulla, y otras partes de aquel reino, muy grandes aparejos de armada y ejército de gente de caballo y de pié, para volver otro año contra el rey don Fadrique, y que era este el designio del rey Roberto: hacer guerra guerreada contra el rey don Fadrique de Sicilia, porque habia gran falta de gente extranjera, y no

tenia tan bastante poder, con que pudiese resistir, ni restaurar los daños que ordinariamente recibia, y que los sicilianos estaban muy amedrentados y temerosos, y muchos dellos no encubrian tener, ó aficion, ó miedo al rey Roberto; y considerando, que no podia estar aquel reino en peor estado, y que habia llegado á condicion de perderse, por el grande peligro y afrenta en que estaba su hermano, y el daño que de allí resultaba á sus reinos, señaladamente á la empresa de Cerdeña y Córcega, determinó de enviar de Barcelona á Berenguer de Jorba al infante don Alonso, para que se proveyese con celeridad de socorrer á las cosas de Sicilia, que estaban en el postrer peligro, y que fuése allá Bernardo Pujadas vicealmirante de su armada, que estaba en Cerdeña. Determinó el rey, que se armasen veinte galeras, y echasen fama que eran cuarenta, y que habia de ir el rey en persona, ó el infante, en la primavera siguiente á Cerdeña, para entender en la conquista de Córcega, que en parte estaba debajo de la obediencia del rey, y restaba por reducirse otra parte, y que estas galeras se enviasen en socorro á la isla de Sicília, porque los sicilianos tenian mayor esfuerzo y confianza en socorro de armada, que en ningun otro género de socorro que se les hiciese de caballeros ó de gente de pié; y estaba el rey tan puesto en socorrer á la necesidad en que estaba el rey de Sicilia, como si fuera por la defensa de sus propios reinos, entendiendo, que con este socorro que haria á su hermano, y con solo declararse en su favor, sacaria de su adversario 6 buena paz ó larga tregua. Acabóse el rey de determinar en esto por consejo de don Bernardo de Sarrià, que era muy anciano y hombre de grande experiencia y gobierno, y por quien habian pasado grandes hechos en paz y guerra. Mas el infante don Alonso fué de contrario parecer, porque teniendo el reino de Cerdeña en tal estado, siendo conquistado nuevamente, declarándose el rey de Aragon enemigo del rey Roberto, y por consiguiente de la Iglesia, se ponia á muy evidente peligro. Mayormente, que el rey de Castilla y los que le tenian en su poder, no deseaban cosa mas, que ver ocasion, que á su salvo pudiesen hacer alguna grande ofensa y daño en estos reinos, y era cosa muy cierta, que declarándose el rey contra el rey Roberto, siendo adversario tan poderoso por sí y por la gran ayuda que tenia del papa y del rey de Francia, convendria al rey de Aragon volver el rostro á la guerra del rey Roberto, por donde se daria grande avinenteza al rey de Castilla, que en este tiempo habia tratado de concordarse con el rey de Granada, á lo cual era ido por órden del rey y de don Juan Manuel, Pero Martinez Calvillo, que era un caballero vecino de Murcia; y por esta causa estaban en la frontera del reino de Valencia y Murcia, en grande recelo de guerra, y don Guillen Ramon de Moncada, que era procurador general en aquella parte del reino, por el infante don Alonso, mandaba poner en orden las fronteras de aquel reino. Por este tiempo á ocho del mes de octubre deste año, fué enviado á Cerdeña Bernardo de Boxados, que era gobernador de aquella isla, y almirante de la armada del rey, y fué con él Guido arzobispo de Arborea, que era venido à la corte del rey, los cuales se cometió que juntamente con el juez de Arborea, tratasen con los marqueses de Masa y de Córcega, y con el obispo de Pomblin y de Masa, que era de la casa de los marqueses, que deseaban estar en la obediencia y servicio del rey, y reconocerle por señor por los estados que tenian en aquella isla, para que los

á

admitiesen y procurasen de reducirlos á su obe

diencia.

CAP. LXXII.-De los matrimonios que se trataron en este tiempo á los hijos y nietos del rey de Aragon.

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cluyese, el papa no quiso conceder la dispensacion que se requeria, por la afinidad, por tener al rey don Fadrique por enemigo de la Iglesia, é indigno que se usase con él de ninguna gracia. Despues de esto se trató de casarla con el infante don Pedro conde de Ribagor

bernador de Lenguadoque por el rey de Francia, que era primo de la reina de Chipre, procuraba que casase en Francia: y estando concertados por este tiempo el rey de Aragon y el infante don Pedro su hijo, que este matrimonio de la reina de Chipre se hiciese, envióse á pedir la dispensacion al papa y tambien la denegó: y por esta causa la reina de Chipre hubo de casar despues con el rey de Armenia. Tratóse en el mismo tiempo grande amistad entre el rey de Aragon y Eduardo rey de Inglaterra, para renovar las confederaciones que en el tiempo antiguo hubo entre estas casas y por la guerra que tenia el rey de Inglaterra con el rey de Francia, don Ramon Cornel envió á ofrecer al rey de Inglaterra, que le iria á servir en ella con cien hombres de armas; y el rey Eduardo le envió á rogar que llevase quinientos de caballo y cuatro mil de pié, al sueldo de Inglaterra; y para concordar esto con los senescales de Gascuña, pidió licencia al infante, que tuviese por bien que pudiese llevar esta gente en servicio del rey de Inglaterra. El infante, considerando en cuanta estimacion estaban los de aquella casa y linaje, y que segun el fuero y costumbre de la tierra, podia cualquiera rico hombre ir á servir al príncipe que por bien tuviese, le dió la licencia que pedia, y que pudiese gozar de las caballerías que tenia todo el tiempo que estuviese ausente por los servicios que él y los de su linaje habian hecho á la corona real. Procuraba el rey de Inglaterra que se hiciesen ciertos casamientos y por esta causa envió el rey que estaba en Zara

Usó el rey una muy señalada gratitud por este tiem-za, aunque Alonso de España, señor de Lunel y gopo, con la casa y linaje de Luna, de quien los reyes sus predecesores habian recibido muy grandes servicios y en la guerra pasada de la conquista de Cerdeña murieron don Artal de Luna, y don Artal su hijo, que eran los mas principales y poderosos y como por la muerte del hijo, el señorío de la ciudad de Segorbe, que es cosa tan señalada en el reino de Valencia, babia recaido en la corona real, que fué de doña Costanza su madre, hija y heredera de don Jaime Perez señor de Segorbe, hijo del rey don Pedro: y por no quedar hijo varon de doña Costanza, aquella ciudad volvia al señorío real, como don Artal, padre de don Artal, y el arzobispo su hermano, habian comprado todas las rentas y censos, el rey hizo merced á don Lope de Luna, hijo de don Artal y de doña Martina Duerta, del señorío y mero imperio y monedaje, y de todos los otros derechos que el rey don Pedro se habia retenido en la donacion que hizo á don Jaime Perez su hijo: y alzó el reconocimiento que hizo el mismo don Jaime Perez al rey su padre, que era ofrecer, que siempre que se le diese otro tal lugar, restituiria al rey á Segorbe. Esto fué á veinte del mes de julio y en el principio del reinado del rey don Alonso, y del rey don Pedro su hijo, se confirmó esta donacion, y la de don Lope para él y sus sucesores que quedaron señores de aquella ciudad. Fué don Lope tan gran señor, y era su casa tan ilustre, que despues casó con la infanta doña Violante, hermana del rey don Alonso. Vino á la corte del rey, que estaba en Valencia el año pasado por el mes de abril un religioso de la orden de los frailes predica-goza á uno de su casa que se llamaba maestre Pedro dores, que se decia fray Domingo Turpin, que enviaba el rey don Fadrique, para procurar matrimonio de doña Costanza su hija, reina de Chipre, con algun príncipe destas partes de poniente, porque el rey En-doña María hija mayor del rey de Aragon, que fué carico su marido que poco antes habia fallecido, vivió tan enfermo y padeció tales dolencias, que se tuvo por cierto, que por su impotencia la reina su mujer que daba doncelia. Era muy excelente princesa, y tenia gran dote, y pretendió Ugo rey de Chipre, que sucedió al rey Enrico su tio, que la reina casase con un señor de su reino, sobrino suyo, que era muy mozo, y se llamaba Anfrio de Monforte, y tenia gran estado, pero el rey su padre por no ser de su calidad, y por la antigua enemistad que hubo entre los reyes de Aragon con los de aquella casa de los condes de Monfort, procuraba que su hija casase, ó con el rey don Alonso de Castilla, ó con el primogénito del rey de Inglaterra, que estaba por casar: mas porque el rey de Castilla estaba ya desposado con doña Costanza, hija de don Juan Manuel, y de la infanta doña Costanza hija del rey de Aragon, y en el matrimonio de Inglaterra se ofrecia dilacion, parecia al rey de Aragon, que el matrimonio de Anfrio de Monforte se efectuase, porque por aquella consideracion de la enemistad antigua, decia el rey don Jaime, que no habia porque dejarlo, pues à Dios gracias, harta satisfaccion y enmienda tenia la corona de Aragon de los condes de Monforte, como a todo el mundo era notorio; aunque se representaba alguna afrenta, que habiendo sido reina de Chipre, se casase con varon del mismo reino. Mas cuando vino el rey, en que este matrimonio se con- !

de Gavaliciano, y pidió en nombre del rey Eduardo, que se tratase matrimonio del uno de los hermanos del rey de Inglaterra, que era el mayor, con la infanta

sada con el infante don Pedro de Castilla, que murió en la vega de Granada; y el otro del hijo primogénito del rey de Inglaterra con la infanta doña Violante, hija del rey de Aragon: y fue otorgado por el rey don Jaime, que se tratase del matrimonio de la infanta doña María, con el hermano del rey de Inglaterra: y lo de la infanta doña Violante se dejó porque el rey su padre trataba en otra parte de su matrimonio. Para lo que tocaba al de la infanta doña María, envió el rey á | Inglaterra á Berenguer de Pau, y movióse plática juntamente de otros matrimonios, que fueron del infante don Pedro, hijo primogénito del infante don Alonso nieto del rey de Aragon, y sucesor en sus reinos, y de la hija mayor del rey de Inglaterra y del segundo hijo del rey de Inglaterra, y de doña Blanca, hija del infante don Pedro de Castilla; y porque las tierras del rey de Aragon y del rey de Inglaterra continuaban por lo de Bearne, se trataba que el hermano del rey de Inglaterra viniese á Jaca ó á Oloron, que era del rey Eduardo, para celebrar su matrimonio; 6 á lo ménos se consumasen en Burdeus. En el matrimonio del infante don Pedro, hijo del infante don Alonso, se pedia por parte del rey de Aragon, que se señalase en dote otra tanta cantidad á la hija mayor del rey de Inglaterra, cuanto se habia ofrecido á la hermana deste rey de Inglaterra, cuando se concertó su matrimonio con el rey don Alonso de Aragon su hermano. Cuanto

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tugal su padre, porque antes desto era ido por esta causa á Barcelona, Lope Fernandez Pacheco, emba

se envió despues de Barcelona por el matrimonio de doña Blanca y de don Juan, señor de Vizcaya, á Castilla á once del mes de enero del año del nacimiento de nuestro Señor de mil y trescientos y veinte y siete, don Gonzalo García: y porque se efectuase, don Juan envió un secretario suyo, llamado Alvar Yañez: y concertóse mediante juramento de don Juan: y el rey envió á decir al rey de Portugal, que pues en aquello se había puesto dilacion, pareció que estaba mejor á su nieta, que casase con don Juan, señor de Vizcaya: y que así se habia concertado con él, y se hizo juramento, y se dieron rehenes de castillos, y entonces Lope Fernandez dijo, que el rey de Portugal se apartaria de aquel negocio, y sobre ello envió el rey de Aragon á Portugal á don Jimeno de Tobia sobrejuntero de Zaragoza, para que el rey de Portugal escribiese al papa, y el infante su hijo, para que concediese la dispensacion del matrimonio de doña Blanca y de don Juan, y se requiriese en nombre de ambos reyes al rey de Castilla, que ratificase las condiciones de las paces, que se capitularon entre ellos y el rey don Fernando su padre, y el infante don Juan y entonces estando el rey de Portugal en Estremoz á veinte y dos del mes de diciembre pasado, don Jimeno de Tobia, que fué enviado por esta causa, hizo pleito homenaje al rey de Portugal, en nombre del rey de Aragon, que guardaria la concordia que entre ellos se habia tratado. Fué enviado por el mismo tiempo á Castilla un caballero que se decia Galacian de Tarba, para tratar matrimonio entre la infanta doña Leonor, hermana del rey de Castilla, que fué esposa del infante don Jaime, que renunció á la sucesion del reino, y el infante don Pedro conde de Ribagorza y de Ampurias: y sobre ello escribió el rey al infante don Felipe, hijo del rey don Sancho, y á don Juan Manuel, adelantado mayor de las fronteras de la Andalucía, y del reino de Murcia, y á Alvar Nuñez de Osorio, y á Garcilaso, que eran | principales en el consejo del rey de Castilla. pero ninguno destos casamientos hubo efecto. Tratábase tambien de casar á la infanta doña Violante, hija del rey de Aragon, con Carlos de Ebreus, hermano de Felipe conde de Ebreus, que eran primos hermanos del rey de Francia, hijos de Luis de Francia, que fué hermano de padre del rey Filipo: y era este Carlos de Ebreus hermano de la reina de Francia, con quien estaba en este tiempo casado el rey Carlos, y era ido para tratar desto á Francia un caballero de la casa del rey de Aragon, que se llamaba Ramon de Melan: pero concordóse primero de casar al infante don Ramon Berenguer, á quien el rey habia hecho merced del señorío de las montañas de Prades, con titulo de condado, y de la baronía de Entenza, con doña Blanca hija de Filipo príncipe de Taranto, y de su primera mujer, que fué hija y heredera del despoto de Romanía, y á la infanta doña Violante, hermana del infante don Ramon Berenguer, con Filipo despoto hijo del mismo príncipe de Taranto, que eran hermano y hermana, con hermano y hermana; y estos dos matrimonios se concluyeron.

al matrimonio de doña Blanca, y del segundo hijo del rey de Inglaterra, decia el rey que lo tenia por bien; pero como tenia su nieta su estado en Castilla,jador del rey de Portugal. Mas no embargante esto, no seria razon que entendiese en casarla, sin sabiduría y consentimiento del rey de Castilla, y de sus tios y parientes, y ofrecia de tratarlo porque viniese á conclusion. Mas ninguno destos matrimonios se efectuó por algunos impedimentos que sucedieron, y tambien porque dentro de breves dias sobrevino la muerte del rey de Aragon. Por el mismo tiempo, porque el rey don Alonso de Castilla trataba de casar con la infanta doña María, bija del rey don Alonso de Portugal, y dejar la hija de don Juan Manuel, nieta del rey de Aragon, con quien se habia desposado, y aun velado públicamente en cortes, como se ha referido, y se llamaba reina de Castilla, por divertirle de aquel casamiento de Portugal, se trató que casase con la infanta doña Violante, hija del rey de Aragon, y doña Blanca, hija del infante don Pedro, con don Juan, hijo del infante don Juan, que era señor de Vizcaya. Este casamiento de doña Blanca se procuró por el rey de Aragon su abuelo, sin órden y voluntad del rey de Castilla, ni de Garcilaso de la Vega, su merino mayor en Castilla, y su canciller, por quien se gobernaban todas las cosas del estado y vino por esta causa á la villa de Calatayud, á donde estaba la infanta doña María, un caballero vasallo y alférez de don Juan, que se decia Lope Diaz de Rojas, y en aqueHla villa don Conzalo García en nombre del rey y la infanta, y Lope Diaz de Rojas, se concertaron y juramentaron de dar á doña Blanca por mujer á don Juan dentro de tres años, quedando con la infanta su madre, hasta que tuviese diez años cumplidos, y entonces se habia de entregar á doña María madre de don Juan, para que la tuviese en su poder, hasta que fuese de doce años, y se consumase el matrimonio. Diéronse en rebenes por la infanta á Lope Diaz de Rojas en nombre de don Juan, para en seguridad desto, la Peña y la villa de Viana, que las tenia por la infanta un escudero de su casa que se decia Romeo de Montornes, y los castillos y villas de Belamazan y Peñaranda: y en nombre de don Juan se pusieron en rehenes los castillos de Vaena, Luque y Cueros. Desto recibió el rey de Castilla grande descontentamiento, entendiendo que no convenia á su servicio, que dos tan grandes estados se juntasen, teniendo doña Blanca el suyo en la frontera de Aragon: y tuvo el rey de Aragon sospecha que Garcilaso lo estorbaba, é indignaba mas al rey de Castilla, porque estaba él apoderado de todas las fuerzas y villas que habian de ser de doña Blanca, y fueron del infante don Pedro su padre, y las habia de restituir, efectuándose el matrimonio. Como esto se publicó por el mes de junio deste año, habiendo el rey de Castilla de ir para la frontera de los moros, porque le hacian gran daño por ella, se vino á Roa, y temiendo no se intentase alguna novedad para apode rarse de las villas que estaban en poder de algunos caballeros, criados de la infanta doña María, el rey mandó ir á Calatayud á don Juan Jimenez de Urrea, y á percibir los consejos de aquella comarca, porque el rey de Castilla se abstuviese de hacer alguna novedad, y con esto se sosegó todo. Mas el papa no quiso otorgar la dispensacion por haberse antes tratado el matrimonio de doña Blanca con el infante don Pedro, hijo del rey don Alonso de Portugal, en el cual se habia ya dispensado, y remitióse á que se hubiese el consentimiento del infante don Pedro, y del rey de Por

CAP. LXXIII. De las novedades que hubo en Castilla, porque trató el rey don Alonso de dejar á la reina doña Costanza, nieta del rey de Aragon, con quien estaba desposado por casar con la infanta doña Maria, hija del rey don Alonso de Portugal.

Despues de la muerte de los infantes don Pedro y don Juan, que murieron en la vega de Granada, como dicho es, hubo en los reinos de Castilla grandes diferencias y guerras sobre la tutela del rey, y por el gobierno de la tierra, que cada cual de los tutores pretendia tenerla á su cargo: y hubo grande competencia entre el infante don Felipe, tio del rey don Alonso, y don Juan hijo del infante don Manuel, y don Juan señor de Vizcaya, hijo del infante don Juan, que eran los mas cercanos en parentesco de la casa real. Padeció aquel reino por esta causa hartos trabajos y males, y pensando remediarlo la reina doña María, y los ricos hombres y procuradores de las ciudades y villas del reino, nombraron en cortes en Valladolid á estos señores por tutores, y se les encargó el regimiento: mas por esto no cesaron las alteraciones y escándalos, ántes iban en aumento, con grande estrago de los pueblos: señaladamente porque no pasaron muchos dias, que murió la reina doña María, abuela del rey don Alonso, que fué una de las mas excelentes y valerosas reinas que hubo en Castilla. Por su muerte cada cual destos tutores atendia sin respeto á apoderarse de la mayor parte del reino. Duró esto hasta que el rey salió del gobierno de los tutores, siendo de edad de catorce años y de allí adelante se gobernó en todo por consejo de dos caballeros muy principales de su casa, que eran el uno castellano que se decia Garcilaso de la Vega, y el otro del reino de Leon, llamado Alvar Nuñez de Osorio, y don Juan Manuel y don Juan señor de Vizcaya, se salieron de la corte muy descontentos: y cada uno pensaba que era poderoso para revolver el reino, por ser aun vivo en este tiempo don Alonso, hijo del infante don Fernando que estaba en Francia y le llamaban Alonso de España, y casó con una señora de aquel reino que se llamó Mofalda: y cuanto yo conjeturo, fué de la casa de los vizcondes de Narbona, y con ella hubo el señorío de Lunel, y no dejó de haber gran recelo que intentaba don Juan, hijo del infante don Juan, ser rey de Leon como lo pretendió su padre. Porque estos dos señores que eran muy grandes en Castilla, no se confederasen é intentasen nuevas cosas, fué aconsejado el rey don Alonso que casase con doña Costanza, hija de don Juan Manuel y de la infanta doña Costanza, que fué hija del rey don Jaime, y que prometiese á su padre de darle la mayor parte en los oficios y en el consejo y gobierno del reino y el matrimonio se concertó dando el rey en rehenes á don Juan, los castillos y el alcázar de Cuen ca y los castillos de Huete y Lorca, para que los tuviese en su poder hasta que hubiesen hijos: y las bodas se celebraron, aunque el rey segun en la historia de Castilla se refiere, no tuvo parte con ella por ser de poca edad, é hizo entónces merced el rey à don Juan Manuel del adelantamiento de las fronteras de sus reinos: y con esto don Juan se partió para la frontera y venció en una batalla á Ozmin. Como don Juan señor de Vizcaya, se vido por este camino burlado, y que don Juan Manuel se concertó tan á su honra con el rey de Castilla, aunque él era muy poderoso, porque sucedió en el estado del infante don

TOMO IV.

Juan su padre, y por parte de la madre en el señorío de Vizcaya y en muchas otras villas que fueron del conde don Lope Diaz de Haro su abuelo, para poder mas ofender al rey de Castilla, ó dar á conocer que le podia deservir, procuró de casar como dicho es, con doña Blanca, hija del infante don Pedro que estaba en Aragon con la infanta doña María su madre que era heredera de grande estado, y de muchas villas y castillos y lugares muy fuertes. Tratando don Juan señor de Vizcaya, todo esto, segun se dió á entender al rey de Castilla en su deservicio y desheredamiento, llegó Jimeno Tobia á Segovia, donde estaba el rey de Castilla por el mes de enero deste año, y en nombre del rey de Aragon le requirió que confirmase y ratificase la paz que se habia jurado por él y el rey don Fernando su padre, y por el rey don Dionis y por el infante don Juan y por sus sucesores. Mas el rey de Castilla se escusó con decir que se iba de camino para la frontera, y no estaban con él don Juan hijo del infante don Manuel, y otros ricos hombres y caballeros que eran de su consejo con quien habla de tomar acuerdo sobre esto, y que no dejaria de hacer todo aquello que conviniese para acrecentar la amistad y deudo que habia entre ellos. Lo que de allí se siguió fué que el rey de Castilla estando en la villa de Toro mandó llamar á don Juan señor de Vizcaya. que fuése á su corte: y pensando que iba seguro, fué muerto en palacio a donde habia ido, siendo convidado por el rey á comer: y quitando un competidor tan principal del medio, Alvar Nuñez de Osorio trabajó que el rey don Alonso dejase á la reina doña Costanza hija de don Juan Manuel con quien se habia casado, y casase con la infanta doña Maria hija del rey don Alonso de Portugal. Tambien murió por este tiempo el infante don Felipe tio del rey don Alonso, y Alvar Nuñez de Osorio se apoderó del consejo y estado del rey, y doña Costanza, hija de don Juan Manuel, se puso con buena guarda en Toro porque no la sacase su padre: y el matrimonio de la infanta doña María hija del rey de Portugal se concertó: y estando el rey en Barcelona á diez y ocho de octubre de este año, llegó á su corte un caballero de casa del rey de Portugal llamado Lorenzo Gomez de Abreu, y en virtud de una carta de creencia que llevaba dijo al rey, que se habia hablado y tratado con el rey de Portugal, de matrimonio del rey de Castilla con la infanta doña María su bija, porque el rey de Castilla no entendia por ninguna manera consentir en el matrimonio que se habia concertado entre el rey y doña Costanza, y dijo de parte del rey de Portugal diversas razones, que inducian á que el rey de Aragon lo tuviese por bien diciendo que el rey su señor en aquello no entendia de hacer cosa que fuese en deshonor 6 mengua del rey de Aragon, antes determinaba de hacerlo con su voluntad y consejo. A esta embajada respondió el rey, que entendia que el rey de Portugal su sobrino era tan sabio y tenia tan buen consejo que segun la naturaleza del hecho y su condicion, juzgaria que ni podia ni debia recibir deste trato ningun contentamiento: porque conocia cuán grande ofensa se hacia á Dios, y cuanta afrenta recibia la reina doña Costanza su nieta y él y sus hijos: y segun el deudo y vínculo que habia entre la corona de Aragon y la de Portugal, tambien le cabria desta afrenta buena parte. Mayormente que de tal negocio como este no podia dejar de hacer grande escándalo, y no debia el rey de Portugal por lo que pensaba ganar

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