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CAP. LXXXIX,-De la muerte de la reina doña Blanca. Estuvo el rey don Jaime en Barcelona la mayor parte del invierno deste año, y en aquella ciucad murió la reina doña Blanca á catorce del mes de octubre. Quedaron deste matrimonio cinco hijos, el infante don Jaime que fué el mayor, y el infante don Alonso que sucedió á su padre en el reino, por la renunciacion que hizo el infante don Jaime su hermano, y el infante don Juan que fué arzobispo de Toledo, y despues de Tarragona y patriarca de Alejandría, y los infantes don Pedro y don Ramon Berenguer. Tuvieron otras cinco hijas, la infanta doña María que casó con el infante don Pedro de Castilla, y despues fué religiosa del monasterio de Jijena, y la infanta doña Costanza que casó con don Juan, hijo del infante don Manuel, y la infanta doña Isabel, que casó con Federico duque de Austria, que fué despues elegido en rey de romanos en division de los electores del imperio, y la infanta doña Blanca que fué priora del mismo monasterio de Jijena, y la infanta doña Violante, que casó primera vez con Filipo Despoto de Romanía, que fué hijo de Filipo príncipe de Taranto y de su primera mujer, que era hija y heredera del Despoto de Romanía, y se→ gunda vez casó la infanta doña Violante, con don Lope de Luna señor de la ciudad de Segorbe, hijo de don Artal de Luna, que fué solo de los ricos hombres deste reino que sabemos haber casado con hija legítima del rey y su señor natural. Fué enterrada la reina doña Blanca en el monasterio de Santascreus, á donde se habia mandado sepultar.

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de Aragon le valiese con cinco galeras y veinte le

y Feruan Gomez de Toledo, camarero mayor del rey don Fernando que era su privado, y hermano de donños de banda, y le prestase otras tanta galeras y leños Gutierre Gomez arzobispo de Toledo, y dentro de po- á su costa, y que él queria luego pagarlo, diciendo que cos dias el infante don Juan y don Juan Manuel vol- ahora tenian los dos en su mano un gran negocio que era vieron al servicio del rey de Castilla. de mucho servicio de Dios, y honra y provecho suyo, y aunque no era obligado de dar al rey de Aragon, sino la sexta parte de las doblas, se contentarian, que tuviese de aquellas doscientas mil, las cuarenta mil, y pedia con grande instancia que luego se viesen, para que se efectuase el matrimonio. Mas el rey de Aragon no vino en ello diciendo, que aquella gente era muy astuta é infiel, y que lo tenia bien experimentado, y que no se le debía dar crédito ninguno por la malvada astucia y grande de aquella nacion, y cuanto á las vistas, queria que fuesen en Requena, ó en los términos del reino de Valencia. Por dar órden en lo del matrimonio de la infanta doña María se vino el rey á Zaragoza, á donde celebró cortes generales á los aragoneses, y estando en ellas en la iglesia de San Salvador, don Jimeno obispo de Zaragoza, don Martin obispo de Huesca, don Pedro abad de Montaragon y otros prela→ dos, y don Artal Duerta comendador mayor de Montalvan, don Jaime de Ejérica, don Artal de Luna regente el oficio de procurador general del reino, por el infante don Jaime como primogénito, don Pedro de Ayerve, don Jimeno Cornel, don Artal de Alagon, don Felipe Fernandez de Castro, don Juan Jimenez de Urrea, don Jimeno de Tobía, por don Pedro Fernandez de ljar, don Pedro de Foces, don Pedro Martinez de Luna, don Lope Jimenez de Urrea, don Fernan Lopez de Luna, don Gombal de Benavente, don Pedro Fernandez de Vergua, don Martin Gil de Atrosillo, ricos hombres y caballeros mesnaderos don Lope de Gurrea, Juan de Vidaure señor de María, Gombal de Tramacet, Pedro de Pomar, Miguel Perez de Gotor, Fernan Lopez de Heredia, Lope Fernandez de Luna señor de Lurcenic, y otros muchos caballeros é infanzones, y los procuradores de las ciudades y villas del reino, el infante don Jaime que habia sido jurado por sucesor despues de la vida de su padre, siendo de menor edad, porque era de edad cumplida, juró de guardar los fueros, privilegios y libertades del reino, y aprobó y ratificó la confirmacion del privilegio general que el rey su padre habia concedido, y los otros privilegios, y esto fué á diez y nueve del mes de mayo deste año de mil trescientos once. El matrimonio del infante don Pedro con la infanta doña María se acabó de concluir por el mes de julio, y concertóse que los reyes de Aragon y Castilla estuviesen en las bodas, y el infante don Pedro viniese á Zaragoza para la fiesta de Todos Santos.

CAP. XC.-Del socorro que pedian algunos jeques del reino de Benamarin, y que el infante don Jaime hizo el juramento como primogénito sucesor.

En fiu deste año se fué el rey á Valencia y tuvo la fiesta del año nuevo de mil trescientos once en la villa de Algecira, y vino á él un caballero del rey de Castilla estando en aquel lugar, llamado Vasco Perez de Leiro, por algunos tratos que se le habian movido por un moro llamado Abdulhache Abenabduzmen y por algunos capitanes y Jeques del reino de Benamarin, por medio de un caballero llamado Gonzalo Sanchez, que con los cristianos que allá estaban, se habia alzado con aquel moro, que se llamaba rey de Benamarin. Enviaban á pedir diez galeras de las que llamaban gruesas y algunos navíos de armada, para que fuésen al puerto de Hune, diciendo que ellos eran hasta mil y trescientos caballeros, y que se irian de aquel puerto á la sierra de Benaiguen, porque luego que allí llegasen, que seria en cuatro dias, serian con ellos cuantos caballeros habian en aquel reino, con quien estaban de acuerdo, y de allí pensaban hacer la guerra en tal manera, que se harian señores de la mayor parte de la tierra, y ofrecian que hecho esto darian al rey de Castilla la villa de Algecira y todos sus castillos, y mas doscientas mil doblas, y en seguridad desto ofrecian que darian sesenta rehenes de sus mujeres é hijos. Estaba el rey de Castilla muy puesto en que se les enviase este socorro que pedian, y eran idas dos galeras suyas para traer las rebenes al puerto de Cartagena, y pedia que el rey

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CAP. XCI.- Del matrimonio que se trató entre el rey y
Maria hermana mayor del rey de Chipre.

Fué el rey en este medio á la ciudad de Barcelona, y porque se trató, que casase con una de dos hermanas de Enrico rey de Chipre, que se llamaban María y Helois, y ofrecía el rey de Chipre, que daria aquel reino á sus herederos, porque Amalarico señor de Tiro su hermano, que era gobernador de aquel reino, se habia rebelado contra él, y cometió tales delitos, que el rey de Chipre le habia mandado prender, y queria privarle a él y á sus hijos de la sucesion, por esta causa, desde Barcelona á veinte y seis de agosto deste año, envió el rey su embajador al reino de Chipre à Mateo de la Licha, comendador del Hospital de Barcelona, y con otro bermano suyo, que se llamaba Juan de Licha,

que era caballero de aquella órden, y comendador en Ja isla de Chipre, y prior del convento que llamaban Chismarino de San Juan de Rodas, lo trataron por parte del rey de Aragon con Folch de Vilareto maestre de aquella órden, y se comunicó con la reina doña Isabel madre del rey de Chipre, y pidieron la hermana menor, con que sucediese en el reino, pero el rey su hermano respondió, que no podia privar de la sucesion á la mayor, ni le consentirian los barones de su señorío, y tratóse que se hiciese el matrimonio con la mayor, á la cual pertenecia como á heredera legítima el reino de Chipre, con el de Jerusalen, que era muy hermosa y de conveniente edad, y era tan discreta y sabia, que el rey su hermano, ninguna cosa hacia sin su consejo, y movióse, que la menor casase con el infante don Alonso hijo segundo del rey de Aragon, porque aunque no sucedieran en aquel reino, tenia cada una tan gran dote, que pudieran casar con los mayores reyes de la cristiandad. Tambien se platicó, que el rey de Chipre casase con la infanta doña Violante, hija del rey de Aragon, que la criaba la emperatriz de Constantinopla en Valencia, y la queria dejar heredera de lo que le pertenecia por razon de su dote en el imperio de Grecia, pero destos matrimonios, solamente se efectuó el del rey de Aragon con la hermana del rey de Chipre.

CAP. XCII. De las novedades que sucedieron en Italia por la entrada del emperador Enrico y que el rey era requerido por las señorias de Florencia y Luca que pasase á la conquista de Cerdeña.

ses en su socorro, y los florentines procuraron que esta gente estuviese en Boloña en su guarda, é hiciesen todo el daño que pudiesen á sus enemigos, y lo mismo hicieron luqueses y seneses, que enviaron algunas compañías de gente de guerra, y estuvieron al➡ gunos meses en Boloña y Romanía. Por el mismo tiempo el rey Roberto, á quien el papa habia creado por conde de Romanía, nombró por su lugarteniente general en la Romanía y en el condado de Britonoro, á don Gilabert de Centellas, que era ido dias antes á Nápoles, y residia en aquel reino por embajador del rey de Aragon, y dióle título de vizconde de Romanía, y vino á Florencia con doscientos hombres de armas aragoneses y catalanes, y con quinientos almogáraves, y juntándose con la gente del mariscal, segun Juan Vilano escribe, prendió los principales capitanes de los gibelinos de Forli, Imola y Faenza, y de los otros lugares de Romanía, y mandólos poner en prision, porque no se rebelasen aquellas ciudades. Luego que don Gilabert de Centellas llegó á Toscana, los comunes de Luca y Florencia le requirieron que solicitase al rey de Aragon, para que fuése á la conquista de Cerdeña y Córcega, deseando favorecerse dél en aquella coyuntura contra el emperador Enrico, y ofrecian que si fuése, le servirian con mayor suma de dinero que ántes le habian prometido, y que juntarian todo su poder para ir en la misma sazon contra la ciudad de Pisa, porque los pisanos no le pusiesen embarazo en su empresa. Para tratar en esta negociacion dejó don Gilabert en Luca á Orlando Malaperse luqués, y pedian rehenes para en caso que si pagasen el dinero, pasase Estaba por este tiempo toda Italia en grande turba el rey dentro de cierto término á Cerdeña. Teniendo cion, y los bandos y parcialidades della puestos en ar- el rey aviso desto, desde Barcelona en principio del mas por la ida del emperador Enrico, que se habia mes de setiembre deste año, escribió á don Gilabert, ido á coronar, y recibió en Milan, en el dia de los Reyes que continuase aquella plática, y procurase que fuese deste año, la corona de hierro del arzobispo de aquella servido de aquellas ciudades con mayor suma de diciudad, la cual segun la costumbre antigua se habia nero. Pero fué grande estorbo estar la guerra encende recibir en Moetia, y de allí envió á requerir á las | dida dentro en Toscana, porque el comun de Florenciudades de Lombardía y Toscana sujetas al imperio, cia y de Luca y Sena, y toda la parte güelfa con Boloque le prestasen la obediencia. Estaba tiranizada la seña habian mandado ayuntar gente de armas, para ñoría de Milan por Guido de la Torre hombre de gran seso y prudencia y muy poderoso, y que habia echado de Milan á los vicecomites y á los gibelinos y al arzobispo de Milan, que eran de su bando, y á muchos de la parte guelfa, y tenia gran liga con los boloñeses y con las señorías de Florencia y Luca, y con todos los guelfos de Lombardía y Toscana. Éste, porque los mismos de su bando procuraron la ida del emperador En-güelfa de Toscana, que eran tres mil lanzas, para acurico á Italia, hubo de condescender á ella contra su voluntad, y así entró el emperador en Milan, y volvió á ella Mateo vicecomite, y su bando, y el arzobispo y sus secuaces, y de allí envió el emperador sus vicarios | y gobernadores por todas las ciudades, sino fué á Boloña y Padua, que eran contrarias, pero por industria de los florentines, por dar en qué entender al emperador en Lombardía, y que no pasase á Toscana, se rebelaron Cremona y Bressa, y otras ciudades, y se encendió muy cruel guerra en Lombardía, procediendo contra las ciudades rebeldes. Habiéndose rendido al emperador Cremona y Vicencia, y teniendo cercada à Bressa, las ciudades de Florencia, Boloña, Sena, Luca y Pistoya, y todas las otras de Toscana de la parte güelfa, se confederaron en muy estrecha liga para en su defensa y contra el emperador, y tomaron por su principal protector al rey Roberto, que envió un su mariscal con cuatrocientos hombres de armas catalanes y aragone

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resistir el paso al emperador, y estaban Diego de la Rata y don Blasco de Alagon y muchos barones calalanes y aragoneses con sus compañías, hasta novecientos de caballo armados á la catalana, y con ellos seiscientos caballeros italianos en Zarazana y Piedra Santa para guardar aquel paso, y estaba aparejada la caballería de Florencia y Luca y Sena, y de la parte

dir á tierra de Luca, á la parte de Lunisana y Piedra Santa, para defender el paso con muchas compañías de ballesteros y gente de pié, y parecia á los florentines y luqueses que era esta muy buena sazon, para que el rey hiciese su empresa contra Cerdeña, leniendo ellos á su costa tan ocupados á los pisanos, que no serian poderosos para resistir á su armada.

CAP. XCIII-Que el rey envió sus embajadores al concilio que se celebró en la ciudad de Viena en Francia, para suplicar que se instituyese en sus reinos un maestrazgo de la órden de Calatrava, de las rentas que tuvieron en ellos los templarios.

El papa Clemente habia convocado concilio general para la ciudad de Viena en Francia, para el primero de octubre deste año, y túvose la primera sesion del concilio á diez y seis de octubre. Lo que en él se propuso por el papa fué, que se tratase del estado de la órden y caballería del Temple y de las personas della,

CAP. XCIV. De la duda que se tuvo, si don Guillen de Moncada, señor de Fraga debia ser habido por rico hombre de Aragon, y lo que sobre ello se declaró en las cortes de Daroca por el justicia de Aragon.

Acabadas las cortes de Cataluña, el rey se vino á Aragon, porque el infante don Pedro hermano del rey de Castilla, habia de ser para la fiesta de Todos Santos en Zaragoza, y se habian de celebrar sus bodas, y de la infanta doña María, y estaba acordado, que se vie. sen los reyes. Por esta causa pasó el rey á Daroca, á donde eran llamados los aragoneses á cortes, y en ellas el rey y los prelados y ricos hombres y caballeros, mesnaderos y procuradores de las ciudades y villas de Aragon, que eran ajuntados à cortes, trataban de ordenar los negocios generales, que tocaba á todo el reino y lo que conyenia á la conservacion de

que estaban gravemente infamadas de aquella abominable y nefanda profesion que hacian, y sobre el pasaje y expedicion de ultramar, por recuperacion de la Tierra Santa, y finalmente propuso en general, que se tratase de la reformacion de todo el estado de la Iglesia, y de la conservacion de la libertad eclesiástica, y así se procedió en el concilio, sin deliberar ninguna cosa por todo el invierno hasta la primavera. Fuéron á este concilio por embajadores del rey de Aragon, don Pedro de Queralt, Pedro de Buil maestre racional, y Guillen de Aulomar juez de su corte, y partieron de Barcelona á seis del mes de setiembre deste año, para asistir en nombre del rey al concilio, y porque era ya muy público, que la órden de los templarios se habia de deshacer, y que sus rentas se aplicarian á la orden del Hospital, llevaban instruccion estos embajadores, que se suplicase al papa que se instituyese de las rentas que tenian en sus reinos un maestrazgo de la ór-la paz y justicia, y al buen estado dél. Entre otras den de Calatrava, que tenia orígen y dependencia de la órden de Cister, con que no fuese sujeto ni á correccion ni visitacion del maestre ni del convento de Calatrava de Castilla, sino que estuviese subordinado á la correccion y visitacion del convento y monasterio de la Gran Selva, ó de Fonfrida de la órden de Cister. Pedia el rey asimismo, que el papa tuviese por bien de dar favor y ayuda para la conquista de Cerdeña y Córcega, que tenia en feudo de la Iglesia, como Bonifacio y Benedicto sus predecesores, con el subsidio de las décimas eclesiásticas, y para proseguir la guerra contra los infieles del reino de Granada. Para mas mover al pontifice á que condescendiese á la suplicacion, le informaba del estado del reino de Granada, y escribia entre otras cosas, lo que á mi ver es muy digno de memoria, que en aquella ciudad habia doscientas mil personas, y no se hallaban quinientas que fuesen moros de natura, que no tuviesen madres 6 padres 6 abuelos cristianos, y habia cincuenta mil personas que habian renegado de la fé católica, y pasaban de treinta mil cristianos que estaban cautivos en aquel reino. El tiempo que el rey estuvo en Barcelona, que fué hasta mediado el mes de setiembre deste año, tuvo cortes generales á los catalanes, y en ellas se declaró que Ponce Ugo conde de Ampurias pagase por ciertos daños que hahia hecho en algunas naves que tomó de venecianos, andando á corso veinte mil libras de moneda barcelonesa, no embargante que tenia expreso mandamiento del papa, para que no restituyese los bienes que habia ocupado, siendo declarados por sus enemigos, y procedióse á la ejecucion rigurosamente por la contratacion y seguros que los venecianos tenian en los reinos y señoríos desta corona. Mas el conde se defendió, reconviniendo al rey que le restituyese el vizcondado de Bas, que se lo tenia injustamente, el cual él habia dado á Ugo de Ampurias su hermano en su presencia, con esta condicion, que si su hermano moria sin hijos, volviese á él y á su heredero, y habiendo el rey mandado ocupar el vizcondado, estando Ugo de Ampurias en servicio del rey don Fadrique su hermano, y siendo muerto en Sicilia sin dejar hijos, aunque diversas veces habia suplicado que se le mandase restituir, ó á Malgualin su hijo, á quien pertenecia de derecho, no lo habia querido hacer.

cosas que allí se trataron, fué una por la cual hubo grande alteracion y contienda, que por ser noble, y no hacerse mencion della en el volúmen de los fueros, me pareció que era digna que se hiciese della memoria. Esto fué, que don Guillen de Moncada señor de Fraga propuso, que como toda su tierra estuviese en Aragon y fuese de su fuero y de la jurisdiccion y distrito de los oficiales dél, y el cuerpo de la villa de Fraga no pudiese, ni debiese ser dicho sino de Aragon, pues antes que se diese en cambio á don Guillen de Moncada su abuelo por el rey don Jaime, era muy cierto ser caballerías de este reino, lo cual no fuera no siendo aquella villa de Aragon, y atendido que tenia todo su término en el mismo reino, por estas causas él debia ser admitido á cortes como rico hombre de Aragon. Mayormente que las apelaciones de los vecinos de Fraga y su término, y de los otros lugares suyos se hacian al justicia de Huesca, y él y sus vasallos estaban obligados á los ordenamientos que se establecian en las cortes de Aragon, y ningun oficial de Cataluña no tenia jurisdiccion sobre él, ni su tierra, ni eran obligados á las constituciones, ni usages de Ca-taluña. Por estas razones pedia, que el rey y la corte le recibiesen en las cortes, y le admitiesen en todas las cosas por varon de Aragon, como se habia ya declarado por otros. Entendida la demanda de don Guillen, porque tocaba a todos los de la corte y á todo el reino, el rey y la corte proveyeron que los prelados, ricos hombres y procuradores de las ciudades y villas, habido entre sí acuerdo, le respondiesen dentro de ocho dias, despues del dia de san Martin, que esto se propuso. Siendo congregada la corte aquel dia, como entendiese en deliberar y dar consejo al rey de lo que se debia responder, don Guillen de Moncada, entendiendo que en aquello habia mucha duda y dificultad, dijo, que como quiera que él hubiese pedido, que debia de ser admitido en las cortes de Aragon, y ser habido por rico hombre deste reino, pero si entonces aquello no se podia decidir ni determinar, demandaba al rey y á la corte que le admitiesen á los tratos generales de la corte, como heredado en el reino de Aragon. Habiendo pedido esto, el rey le mandó salir, y dijo á todos los prelados, ricos hombres, mesnaderos, caballeros, y á los procuradores de las ciudades y villas de Aragon, que habido su acuerdo y deliberacion, le aconsejasen lo que se debía responder, si se concordasen sobre entrambas demandas, ó sobre la postrera. Otro dia siguiente, ayuntada la corte general en la iglesia de San

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ta María de Daroca, parte de los prelados, ricos hombres, mesnaderos, y de los procuradores de las ciudades y villas del reino, dijeron, aconsejando al rey, que don Guillen de Moncada no debia ser admitido á las cortes generales de Aragon, ni debia ser habido en ninguna cosa por rico hombre de Aragon, porque él era natural de Cataluña, y lo fueron su padre y su abuelo, y sus antecesores, y tenia el mas honrado oficio de Cataluña, que era la senescalía, que no se da ba sino á catalan, que se le habia dado el rey por muerte de don Simon de Moncada, que murió sin dejar hijos varones. Daban otra razon, para fundar su opinion, que don Guillen tenia tambien su domicilio en Cataluña, era á saber en Fraga, que era suya, y que aquel lugar estaba en Cataluña, allende las limitaciones del reino de Aragon, de la otra parte de Cinca, y de la Clamor de Almacellas, y que él ni sus pasados nunca fueron llamados ni admitidos en las cortes de Aragon, y que si al rey y á la corte pareciese, que debia ser admitido á los tratados de la corte, no debia ser recibido así como rico hombre, sino como procurador de los lugares que tenia en Aragon. Otra parte de los prelados, ricos hombres, mesnaderos y procuradores de las ciudades y villas del reino, dijeron, aconsejando al rey, que debia de ser admitido á los tratrados generales que se hacian en cortes, así como heredado en el reino de Aragon y señor de lu- | gares que eran poblados á fuero de Aragon, y que se apelaban al justicia de la ciudad de Huesca. Estos decian, que sobre la primera demanda de don Guillen, si debia ser admitido por rico hombre de Aragon, ó nó, que lo tenian por muy dudoso. Siendo estos pareceres entre sí tan varios, dijo el rey, 'que se leyese el fuero, que disponia en caso, cuando los consejos de la corte eran diversos, y fué leido el fuero que se estableció en Ejea, por el rey don Jaime su abuelo, que dispone, que en semejante caso se determine y juzgue por el justícia de Aragon, con consejo del rey, y de los ricos hombres y caballeros de la corte, con que no sean parte, y así don Jimen Perez de Salanova justicia de Aragon, habiendo oido el parecer del rey, y las opiniones de los prelados, ricos hombres, mesnaderos, y de los procuradores de las ciudades y villas del reino, atendido ser notorio, que el domicilio de don Guillen de Moncada, y su principal morada, que era Fraga, era de Cataluña, y que el cuerpo de aquella villa, y gran parte de su término, que está de la otra parte de Cinca, estaba allende de las limitaciones de Aragon puestas en el fuero de la otra parte de Cinca, y de la Clamor de Almacellas, declaró que no debía ser habido ni recibido por varon de Aragon. Mas considerando que tenia muchas villas y lugares en el reino de Aragon, y era muy sabido, que del provecho ó agravio de los vasallos le cabia gran par. te, y los vasallos de aquellos lugares estaban poblados á fuero de Aragon, y eran constreñidos por oficiales aragoneses, y tenian recurso en sus apelaciones al justicia de Huesca, declaraba que si don Guillen, 6 procurador suyo quisiesen venir á la corte general de Aragon, y hallarse en los tratados generales del rei no, que fuese admitido él ó su procurador, como heredado en el reino de Aragon, y nó como varon de Aragon, y así quedaba excluido de no poder gozar de las caballerías de Aragon, y de los oficios y cargos, que no se podian dar, sino a naturales del reino.

CAP. XCV.-De là venida del rey de Castilla á Calatayud, á donde se celebraron las bodas del infante don Pedro su hermano, con la infanta doña Maria hija del rey de Aragon.

Á veinte del mes de noviembre deste año de mil trescientos once, envió el rey al rey de Castilla un caballero de su casa llamado Miguel Perez de Arbe, para concertar el dia de las bodas del infante don Pedro y de la infanta doña María su hija, y para que se entregase la infanta doña Leonor, hija del rey de Castilla, que habia de ser mujer del infante don Jaime, que se habia de criar en estos reinos, la cual segun el autor de la historia del rey don Fernando escribe, no tenia sino tres años. Señaló el rey de Castilla, que las bodas se hiciesen para Navidad, y en Almazan, pero el rey de Aragon no quiso venir en ello, sino que se hiciesen en su reino. Paréceme advertir en este lugar, porque no se entienda que esta escritura va errada en los tiempos, que las historias de Castilla que yo he visto del rey don Fernando y del rey don Alonso su hijo, están en esta parte muy depravadas por culpa de los es→→ cribientes, que refieren esto un año antes de lo que aquí se asienta, y tambien la muerte del rey don Fernando, y sepan los que esta obra leyeren, que las cosas acontecidas van asentadas en sus propios tiempos, y muy verificadas con escrituras originales antiguas, así destos reinos como de Portugal, que concuerdan unas con otras, puesto que difieren en el modo del cuento, asentado en las unas la era, y en otras el año de la Encarnacion, y se tenga por constante y muy averiguado, que esto pasó en el tiempo que aquí se refiere, y la muerte del rey don Fernando fué en el año siguiente. Concertóse que las vistas fuésen á Calatayud, a donde vinieron el rey de Castilla, y la reina dona Costanza su mujer, por la fiesta de Navidad del año mil trescientos doce, y los infantes don Juan y don Pedro con muchos ricos hombres, y el rey de Aragon llevó á la infanta doña María su hija tan acompañada como se requeria, y celebráronse sus bodas y matrimonio con el infante don Pedro con grande solemnidad en aquella villa en la iglesia mayor de Santa María. Entonces el infante don Jaime, con permision y voluntad del rey su padre, dió el oficio de alférez del reino de Aragon, que llamaban en aquel tiempo señalero, á don Artal de Alagon, que era su primo hermano, como lo tuvieron muchos de sus antecesores.

CAP. XCVI.-De la embajada que Federico duque de Austria hijo de Alberto rey de romanos, envió al rey sobre matrimonio suyo y de la infanta dʊña Isabel, Habiendo recibido el rey á la infanta doña Leonor, y acabadas las fiestas deste matrimonio, se fué para la villa de Teruel por el mes de febrero, y llegó á su corte un caballero aleman de la órden de los teutones, que era embajador de Federico duque de Austria y de Estiria, señor de Carniola, hijo de Alberto rey de romanos, y llamábase Conrado de Verhebang, comendador de Grees. Este caballero pidió al rey en nombre del duque, que tuviese por bien de darle á la infanta doña Isabei su hija por mujer, y usó de un cumplimiento que se tuvo por muy nuevo y estraño en estas partes, que con solemne juramento dijo, que no habia príncipe en el mundo, por muy poderoso y noble que fuese, que no pudiese muy á su honra dar su hija por mujer al duque de Austria, porque el duque su señor,

era el mas poderoso príncipe que en Alemania habia, muy noble, sabio, mancebo de veinte y tres años, y de los mas lindos mozos del mundo. Añadió á esto que si el rey determinaba en su consejo de darle su hija por mujer, enviase con él sus embajadores á Alemania, para que se certificasen, que era como él lo decia, y el matrimonio se concluyese. Dió muy grande contentamiento al rey, la llaneza con que aquel caballero trataba semejante negocio, y que un príncipe como aquel, estando tan lejos, le requiriese para juntarse en deudo con su casa, mayormente que afirma, que él no habia sido enviado por codicia que tuviese el duque de Austria de casar con la infanta por su gran dote, sino por su nobleza y hermosura, y por las excelentes virtudes de que era dotada, y que entendiese que por el parentesco que habia entre él y los príncipes de Alemania, no podía casar en aquella tierra conve➡ nientemente, porque Clemencia hermana de Carlos rey de Ungría era su prima hermana, y ambos eran nietos del emperador Rodolfo, y la reina de Bohemia que habia sucedido á su padre en el reino, era su tia, hermana de la emperatriz su madre, y habia poco mas de un año, que era casada con hijo del emperador Enrico. Que con la casa del duque que llamaban de Praubunch, tenia mucho deudo, y era aquel duque su sobrino, hijo de su hermana, y los duques de Pretzlavia y de Leudring eran sus cuñados, y los duques de Carintia y de Baviera eran sus tios, hərmanos de su madre, y el duque de Sajonia y el conde Palatino del Rin, eran sus primos hermanos, y las madres hermanas. Mandó hacer el rey á este caballero muy gran fiesta en su corte y en la ciudad de Valencia, á donde él se fué en fin de febrero deste año, fué tan bien recibido y festejado, como lo pudiera ser un gran principe, y envió con él á Alemania, á Francisco de Jarque por su embajador, para que lo del matrimonio se platicase y se tratase que los hermanos del duque renunciasen la parte y legítima que pretendian tener en sus estados, que eran cuatro, todos menores que el duque, y se llamaron Leopoldo, Alberto, Otho y Enrico.

CAP. XCVII.-De la diferencia que se movió entre los reyes de Castilla y Portugal, sobre las villas de Serpa y Mora y otros lugares, en la cual fué nombrado por juez el rey de Aragon.

Resultó de las vistas que el rey tuvo en Calatayud con el rey de Castilla, que se interpuso en apaciguarle con el rey de Portugal su suegro, porque se movia nueva discordia y contienda entre ellos sobre algunos castillos que el rey don Fernando le demandaba, y decia que se le habian usurpado por el rey don Dionis indebidamente, y estaban las cosas en rompimiento. Decia el rey de Castilla que el rey de Portugal le tenia tuerto, por razon que cuando el rey don Sancho su padre murió, la reina doňa María su madre y el infante don Enrique se concertaron con él en razon de hacer repartimiento entre sí de la tierra del Algarbe, es á saber, de Serpa, Mora, y de Castelrodrigo, y de otros lugares, y dende á poco tiempo movió guerra contra Castilla, y tomóle á Sabugal, y la ribera de Coa, que tenia el rey don Sancho. Que tras esto se siguió la paz y su matrimonio, y la reina doña María y el infante don Enrique hubieron de consentir, que el rey don Dionis quedase con aquellas villas, y esto decia el rey de Castilla que se habia hecho, siendo él menor de edad, y que no pudo ser perjudicado, y envió á requerir al rey de Portugal, que mandase des

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hacer aquel agravio, amenazando que se lo demandaria por el camino que mejor le estuviese. En las vistas trató el rey de Aragon que el rey don Fernando dejase en su poder aquella diferencia, y por medio de don Ramon de Cardona, que vivia en el reino de Portugal, trató el rey que hiciese lo mismo el rey don Dionis. Postreramente desde Teruel, mediado el mes de febrero deste año, el rey envió a don Juan de Aragon su hermano al rey de Portugal, para que procurase que se pusiese por su parte aquella diferencia en sus manos, y hubiese homenajes y juramentos, y rehenes de castillos de cada parte 6 pena de dineros contra la parte que no cumpliese lo que se juzgase, y el rey de Portugal, confiando en su justicia, respondió que era contento, con que el rey de Aragon determinase aquella contienda y se decidiese conforme á derecho, y así de consentimiento de la reina doña Isabel su mujer, y del infante don Alonso su hijo primogénito, y de la infanta doña Beatriz su nuera comprometió en el rey de Aragon con esta condicion. Puso en rehenes los castillos de Castel Meendo, Sortella y Segura, y entregáronse a don Juan en nombre del rey de Aragon, y don Juan los encomendó á alcaides naturales del reino de Portugal, de los cuales recibió pleito homenaje, y vinieron por embajadores para asistir al negocio, é informar al rey de Aragon del derecho del rey de Portugal, don Ramon de Cardona, que era su vasallo, y estaba casado con doña Beatriz de Aragon, hermana del rey don Jaime, y Martin Perez canónigo de Lisboa. Acabado esto, don Juan de Aragon se vino por la corte del rey de Castilla, que está en la ciudad de Toledo, mediado el mes de julio deste año de mil trescientos y doce, é iba á la Andalucía, para hacer guerra á los moros, contra los cuales estaba en frontera el infante don Pedro su hermano, y tenia cercada la villa de Alcaudete, y vino en hacer por su parte el compromiso sobre esta diferencia, con consentimiento de la reina doña Costanza su mujer, y de don García de Villamayor, que era nombrado por el rey y la reina, por tutor y guarda del infante don Alonso su hijo primogénito, que les habia nacido el año pasado por el mes de agosto, y puso en rehenes los castillos de Lobarzaa y Cabreiravera, y el alcázar de Cancres, que ahora se dice Cáceres, en poder del mismo don Juan de Aragon, el cual en presencia del rey don Fernando entregó los castillos de Loberzaa y Cabreiravera á un caballero vasallo del rey de Castilla, que se decia Nuño Lopez de Reureda, y el alcázar de Cáceres á Vasco Perez de Azevedo, y nombró los alcaides en nombre del rey de Aragon, y delante del rey le hicieron pleito homenaje por ellos, estando presentes don Gutierre arzobispo de Toledo, y Fernan Gomez de Toledo camarero mayor del rey de Castilla, y Pay Arias de Castro, y Diego García de Sotomayor, y vinieron ante el rey de Aragon los embajadores de ambos reyes a informarle de su justicia. Los del rey de Castilla propusieron su demanda, diciendo que los castillos de Mora y Serpa eran del dominio y jurisdiccion del rey su señor, y pertenecian á su corona, porque los reyes de Castilla y Leon sucesivamente los habian poseido, cuanto al señorío y jurisdiccion real, por tiempo de cuarenta años, y mas, y el rey de Portugal los ha— bia ocupado injusta é indebidamente, y así pedian, que declarase el rey que los restituyese con las rentas que habia llevado en diez y siete años, y no pensase defenderse con color de cierta concordia, que se decia que hubo entre ellos, porque cuando aquello se trató

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