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CAP. LXVI. De las vistas que hubo entre los reyes de Aragon, Castilla y Portugal, en el lugar del Campillo, entre Agreda y Tarazona, y de las sentencias que se dieron sobre la pretension del rey de Aragon, en lo que tocaba al reino de Murcia, y por la demanda de don Alonso, hijo del infante don Fernando, por la sucesion de los reinos de Castilla y Leon.

Por este tiempo se continuaba el tratado de la paz con el rey de Castilla, por medio del infante don Juan su tio; y á nueve del mes de febrero deste año concertó el

Nuñez adelantado mayor de la frontera y otros ricos hombres. Por el mismo tiempo el infante don Enrique adoleció en Fuentidueña, de donde fue llevado á Roa, y allí murió, y no fué su muerte muy fuera de lo que convino para la buena conclusion de la concordia destos príncipes, porque su condicion era procurar que estuviese siempre en necesidad. Don Diego Lopez de Haro no se habia reducido aun al servicio del rey de Castilla, y estaba muy desavenido con el infante don Juan, por la diferencia que entre ellos habia por el señorío de Vizcaya, y de Orduña y Bal

conde don Lope, y el rey de Castilla habia ofrecido al infante don Juan que si se concluyese la concordia entre el rey de Aragon, le mandaria entregar á Vizcaya, y don Juan Nuñez prometió, que le daria á Burueva y Rioja que tenía don Diego. Vino el rey don Dionis de Portugal, con la reina doña Isabel su mujer, y traia grande caballería de sus reinos en su acom

rey que se viesen porque el infante lo habia mucho pro-maseda, y de los otros heredamientos que fueron de curado, y por esta causa se partió el rey de Valencia, para la villa de Calatayud, y viéronse por el mes de marzo, y entre otras cosas que entre ellos se trataron fué, que casase la infanta doña Isabel hermana del rey de Castilla con el duque de Calabria, pero esto no hubo efecto. Concertáronse de dejar las diferencias que el rey tenia con el rey de Castilla sobre el reino de Murcia, á juicio de ciertas personas, y lo que to-pañamiento, aunque escribe un autor portugués de caba á la demanda de don Alonso y de don Fernando, hijos del infante don Fernando, por la sucesion de los reinos de Castilla, y para esto se concertó que se viesen los reyes de Castilla y Portugal con el rey de Aragon, entre Agreda y Tarazona, y el rey se fué con grande compañía de ricos hombres y de toda su corte en principio del mes de abril á Tarazona, y fuéron con él don Alonso y don Fernando. Estaba mediado abril el rey don Fernando en Burgos, y para dar conclusion él á la paz por medio de las vistas, se determinó de hacer tregua entre el rey de Castilla de una parte, y el rey de Aragon y los hijos del infante don Fernando de la otra, y sus valedores y aliados, que la firmaron hasta el dia de nuestra Señora de agosto siguiente. Antes que los reyes se viesen, á veinte de abril deste año, estando el rey en Tarazona, de voluntad de don Alonso, que se llamaba rey de Castilla, y estaba con él en aquella ciudad, comprometió en el rey don Dionis de Portugal y en el infante don Juan, y en don Jimeno de Luna obispo de Zaragoza, así como en árbitros y amigables componedores sobre todas las diferencias y guerras que tenia con el rey de Castilla, y prometió el rey don Fernando cumplir la sentencia que diesen, y para mayor firmeza, que se guardaria lo que determinasen, el rey de Aragon por sí puso en rehenes los castillos de Hariza, Verdejo, Somet, Borja y Malon, para que se tuviesen por los jueces, con condicion, que si el rey de Aragon no aprobase la sentencia que diesen en concordia, se entregasen aquellos castillos al rey don' Fernando, y habian de dar la sentencia hasta la fiesta de nuestra Señora de agosto. Alzó el rey el pleito homenaje y vasallaje á los alcaides de aquellos castillos, y juraron de tenerlos por los jueces, y eran estos Jimen Sanchez de Cerezuela por el castillo de Hariza, Garci Perez de Peñaguda por el de Verdejo, Pero Lopez de Moneba por el de Somet, Garci Lopez de Roda por el de Borja, y por el de Malon Alaman de Gudar, y prometió el rey, que él no apremiaria á los alcaides á que le entregasen aquellos castillos que ponia en rehenes. Por su parte otorgó el rey de Castilla en Roa, á veinte y ocho de abril otro tal compromiso, con las mismas condiciones que el rey de Aragon, y puso en rehenes los castillos de Alfaro, Cervera, Ocon, Santistevan, y Atienza, y veníase para Agreda con la reina doña Costanza su mujer, y con él venian don Juan hijo del infante don Manuel, y don Juan

aquellos tiempos, que no quiso traer consigo mas de mil caballeros de linaje, y antes que llegase á la Guardia, llegó don Diego García de Toledo, que era un muy buen caballero y gran privado del rey de Castilla, y su canciller del sello de la puridad, y mayordomo de la reina doña Costanza, para acompañarle, y mandábale entregar todos los alcázares y castillos por donde pasaba. Pero usó el rey de Portugal de tanta autoridad y punto, que no se quiso aposentar en ningun lugar ni villa por doude pasaba, por principal que fuese, ni ninguno de su corte, sinó en el campo en tiendas que mandaba armar, y no consintió que se tomase ninguna cosa de los pueblos por donde pasaba, ni de los oficiales del rey, sino por sus dineros, de suerte que viniendo tan en son de paz y como medianero entre aquellos príncipes, parecia que venia á punto de guerra. Llegando á Roa, vióse allí con el rey de Castilla su yerno, y partióse adelante para Agreda, y tras él el rey de Castilla. El rey de Aragon estuvo esperando al rey de Portugal en Torrellas, lugar muy apacible á las faldas de Moncayo, á la raya de su reino, entre Agreda y Tarazona, y allí le recibió con grande fiesta, y á la reina de Portugal su bermana. Esto fué en el principio del mes de agosto, y en aquel lugar se declaró y dió la sentencia por el rey de Portugal y por el infante don Juan, y don Jimeno de Luna obispo de Zaragoza, que fueron los jueces que habian de determinar la diferencia que habia entre los reyes de Aragon y Castilla por razon del reino de Murcia, desta manera. Que Cartagena, Guardamar, Alicante, Elche con su puerto de mar y con todos sus términos, como los divide y parte el rio de Segura, hácia el reino de Valencia, hasta el mas alto lugar del término de Villena, exceptuando la ciudad de Murcia y Molina Seca con sus términos, quedasen al rey de Aragon, y fuesen suyos en propiedad y de sus sucesores para siempre, como cosa suya propia, con entero derecho y señorío, y que Villena, cuanto á la propiedad, fuese de don Juan Manuel, y si algun otro rico hombre, ó iglesia, ó órden ó caballero, tuviesen otros castillos dentro de aquellos términos, cuanto à la propiedad fuesen suyos, pero cuanto á la jurisdiccion, ellos y Villena fuesen de la jurisdiccion y señorío del rey de Aragon. Declaróse, que el rey de Castilla, cuanto á Villena, y aquellos castillos, que estaban dentro aquellos términos, absolviese á los señores della de toda naturaleza y fidelidad, en que le

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rey de Castilla, y con las reinas de Castilla y Portugal, y con la infanta doña Isabel, que se llamaba reina de Aragon, y allí estuvieron otros dos dias, y se hicieron muy grandes fiestas. En aquella ciudad se ratificó por el rey de Castilla la donacion ó cesion que se habia hecho al rey de Portugal de las villas y lugares del Algarbe, y de otros que pretendian ser de su señorío. Estando en Agreda, se mandaron soltar los prisioneros de una parte y de la otra, y porque don Pedro Fernandez, hijo de don Pedro Fernandez señor de ljar, y don Artal de Alagon, hijo de don Artal, y don Jimeno de Foces, hijo y heredero de don Atho de Foces, don Sancho de Antillon, don Artal Duerta, comendador de Villanova, Alberto de Mediona, Bernaldo de Sarriá, y Sancho Duerta tenian los castillos de Morella, Biar, Játiva, y la villa de Alpuente, Penaguila, Sexona, Bocairen y Ujon, que el rey don Jaime habia puesto en rehenes, ofreciendo de favorecer y ayudar al rey don Sancho el rey don Fernando les mandó, que los en

y homenaje, con que los tenian. Entonces estos príncipes, y el infante don Juan se confederaron en muy estrecha amistad de ser amigos de amigos, y enemigos de enemigos; y porque el rey de Castilla tenia amistad con el rey de Granada, que era su vasallo, los reyes de Aragon y Portugal prometieron de conservar con él amistad. El misino dia que se dió sentencia sobre lo del reino de Murcia, se declaró lo que tocaba á la demanda y querella de don Alonso, hijo del infante don Fernando, sobre el reino de Castilla, y fueron los jueces los reyes de Aragon y Portugal. Adjudicaron á don Alonso por razon de su derecho las villas de Alba de Tormes y Bejar con sus términos, y el val de Corneja, y el de Manzanares, Gibraleon, el Algava y los montes de la Greda de Magan, la Puebla de Sarria con su alfoz, y la tierra de Lemos y Rabaina, que es en el Ajarafe y la mitad de la Tonaria, la Alhadra y los molinos de Hornachuelos, que fueron de Nuño Fernandez de Valdenebro, y la Ruzafa y los molinos de Córdoba y los molinos y la isla de Sevilla, que fué de don Juan Mathe. Esta fué la recompensa que se dió á don Alonso, por tales y tan grandes reinos, y el rey don Fernando otro dia en Agreda á diez de agosto prometió, que si aque→

fuesen obligados, porque de allí adelante habian de ser de la jurisdiccion del rey de Aragon, Habia de jurar el rey de Castilla de guardar y cumplir esto, y los maestres de Uclés, Calatrava, y del Temple, y Hospital, y los ricos hombres y consejos de las ciudades y villas de sus reinos, sentenciaron que el rey de Aragon dejase al rey don Fernando la ciudad de Murcia, Molinaseca, Montagudo, Lorca y Alhama, y los otros lugares que tenía en el reino de Murcia, y los que quisiesen morar en cualesquier lugares, lo pudiesen hacer libre y seguramente con sus personas y bienes, sin que les fuese hecho ningun daño por razon de la guerra pasada. Publicóse esta sentencia en el lugar de Torrellas á ocho del mes de agosto, estando el rey de Aragon presente, y en presencia de Fernan Gomez de Toledo canciller y notario mayor del reino de Toledo, y de Diego García de Toledo canciller del sello de la puridad como procuradores del rey de Castilla, y fué por el rey don Jaime loada y aprobada y por los procuradores del rey de Castilla. Halláronse presentes don Juan obis-tregasen luego al rey de Aragon, y absolviólos de la fé po de Lisboa, don Ramon obispo de Valencia, don Martin obispo de Huesca, don Juan Osores maestre de la orden de la caballería de Santiago, don Garci Lopez maestre de la caballería de Calatrava, don Jaime Perez señor de Segorbe hermano del rey de Aragon, don Ramon de Cardona, Juan Simon, Domingo García de Chauri sacristan de Tarazona, Bernardo de Sarriá, Gonzalo García, Ramon de Montañana arcediano de Tarragona, Artal de Azlor, Alaman de Gudar, Pero Lopez de Padilla, Fernan Gutierrez Quijada, Gutierre Díaz de Zaballos, Lope García de Fermosilla, Martin Fernandez Puerto Carrero, Alonso Fernandez de Saavedra, Sancho Ruiz de Escalante camarero mayor del rey de Castilla, Blasco Perez de Leiro, Estevan de AviJa, Lope Perez de Burgos, y otros muchos caballeros aragoneses, castellanos y portugueses, y luego fué aprobada la sentencia por las partes. Otro dia siguiente domingo, los reyes se vieron en los confines de Aragon y Castilla, en el lugar que se llamaba Campillo, á donde veinte y tres años antes el rey don Alonso, abuelo deste rey don Fernando, y el rey don Pedro padre del rey don Jaime, en otras vistas que allí tuvieron, se confederaron en grande amistad. El rey don Fernando ratificó en presencia de todos la sentencia, é hi-llas villas y heredamientos que se le habian adjudizo pleito homenaje al rey de Aragon de la guardar y cumplir, y lo juraron por su mandado el infante don Pedro su hermano, y el infante don Juan su tio y don Juan hijo del infante don Manuel, é hicieron homenaje, que lo haria guardar, y lo mismo habian de jurar don Alonso hijo del infante don Juan y de doña Margarita su primera mujer que fué hija del marqués Guillelmo de Monferrat. y de su primera mujer, y don Sancho, hijo del infante don Pedro hermano del rey don Sancho, y don Juan Alonso de Haro, cuando se hubiese reducido á la obediencia y merced del rey de Castilla y Fernan Ruiz de Saldaña, don García adelantado mayor de Castilla, Diego Ramirez y Rodrigo Álvarez, hijo de don Pedro Álvarez, que eran muy principales ricos hombres, y no se hallaron en estas vistas. Lo mismo juraron de hacer guardar y cumplir los consejos de las ciudades de Leon, Burgos, Zamora, Salamanca y Sevilla. De la misma manera ratificó el rey de Aragon en aquel lugar de Campillo la sentencia, é hizo jurar á sus ricos hombres, que la harian guardar y cumplir, y fueron los reyes á Agreda, á donde estuvieron dos dias con el rey de Castilla, y juntos se vinieron á Tarazona con la reina doña María madre del

TOMO IY.

cado, no valiesen de renta cuatrocientos mil maravedis, le daria otros lugares, hasta cumplimiento de aquella suma, y se le habian de dar libres y exentos de toda jurisdiccion y señorío de los reyes de Castilla, y túvose mas consideracion á dejarle heredado en diversas villas repartidas por los reinos de Cas→ tilla y Leon, y por el Andalucía, que con estado que estuviese unido, y quitáronle los lugares que tenia en las fronteras de Castilla y Aragon. Declararon que no usase de título de rey, ni trujese las armas reales de Castilla y Leon á cuarteles, sino que las diferenciase, como era costumbre de distinguirlas los infantes y nie. tos de reyes, aunque fuesen legítimos, de las armas reales, que pertenecian solamente á los reyes y á sus hijos primogénitos. Aceptóse por don Alonso esta concordia, y el rey de Aragon se obligó al rey de Castilla, que si no entregase las villas de Almazan, Seron, Deza y el Alcazar, y rehusase de cumplir aquella sentencia, que él y el rey de Portugal dieron, no le daria consejo ni favor contra él ni sus reinos. Esto hizo el rey don Jaime, considerando que don Alonso y don Fernando su hermano no tenian ayuda ni socorro del rey de Francia, de quien principalmente debian ser favoreci

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dos, y que todo el peso de la guerra cargaba sobre estos reinos, y que por causa della se habian sostenido grandes fatigas y daños, señaladamente entendiendo que los pueblos y los mas grandes de Castilla estaban muy constantes y conformes en su propósito que era no recibir a don Alonso por rey. Concertóse tambien el rey de Aragon con el rey don Fernando, que si dentro de un año le diese en su comarca otro lugar, pues valiese tanto en renta y vasallos como valia Elche con sus términos y derechos, que se lo dejaria cuanto á la propiedad, con condicion que fuese de su señorío y jurisdiccion, así como Cartagena, Orihuela y Alicante y los otros lugares que se le adjudicaron en aquella comarca. Despues desto los reyes de Portugal y Castilla se fuéron juntos, y el rey de Aragon se vino á la ciudad de Zaragoza. Murió en este medio en Perosa el papa Benedicto, á siete del mes de julio deste año y no sin sospecha de veneno. Fué varon de muy religiosa y Santa vida, y recogiéndose los cardenales á la eleccion del pontifice en aquella ciudad, se movió entre ellos grande division y discordia, partiéndose el colegio en tres parcialidades, y de la una era cabeza el cardenal Francisco Gaetano sobrino del papa Bonifacio, y de otra Neapolion Ursino del Monte. Habia otra que seguia al cardenal de Prato, que ponia grandes estudios en ser elegido pontífice, por reducir a los de su casa, que eran los coloneses en sus estados, y estos seguian al rey de Francia, y la contienda y division fué de manera, que estuvo sede vacante la Iglesia diez meses y veinte y nueve dias. Siendo vuelto el rey á Zaragoza de las vistas á veinte y uno de agosto, por medio de Vidal de Vilanova y de Guillen de la Ceria sus embajadores, que estaban en Perosa, dió aviso al rey Carlos de la concordia que se habia asentado con el rey de Castilla, y él se partió á la ciudad de Valencia para dar órden en la tregua y restitucion que se habia de hacer de la ciudad de Murcia y Lorca y de los otros castillos, y recibir los que se le adjudicaron en nombre del rey de Castilla. Desde aquella ciudad á tres de noviembre deste año envió por sus embajadores al rey de Francia, á Juan Burgundo sacristan de Mallorca y á Tomás de Proxita, para tornar á mover la plática que se habia movido en vida del papa Bonifacio, de casar á la infanta doña María, que era la mayor de las hijas del rey, con Filipo hijo segundo del rey de Francia, dándole el reino de Navarra, y los condados de Champaña y Bria, que no se pudo concluir por la disension que hubo entre el papa Bonifacio y el rey de Francia, y por la guerra que habia entre los reinos de Castilla y Aragon. Fué tambien principal causa desta embajada, requerir al rey de Francia, que mandase restituir al rey de Aragon el val de Aran que estaba en poder de franceses, habiéndose determinado que se tuviese en secreto por el rey de Mallorca en nombre del papa, mas lo del matrimonio no se efectuó, porque la reina doña Juana, que era reina propietaria de Navarra, vivió pocos dias y el rey de Francia tuvo fin que Luis su hijo mayor sucediese en el reino de Navarra y tuviese en su vida la administracion de aquel reino. Envió el rey de Aragon á Murcia por este mismo tiempo á don Artal Duerta comendador mayor de Montalvan, para recibir á don Juan Osores, maestre de la caballería de la órden de Santiago los castillos y lugares de Elda y Novelda con sus términos que se habian dado por el rey de Castilla á la infanta doña Vio-. lante su hermana, mujer del infante don Alonso de Portugal, y fuéron á la ciudad de Murcia Beltran Dez

val secretario del rey de Aragon, y dos porteros, para entregar al maestre aquella ciudad con el alcázar y el castillo de Lorca, y los otros castillos que se habian de entregar al rey de Castilla. Entregóse Murcia al maestre de Santiago á diez y seis de noviembre con el alcázar, con condicion que la tuviese, hasta que don Alonso hijo del infante don Fernando fuese entregado por el rey de Castilla, de las tierras, rentas y lugares que se debian entregar en virtud de la sentencia dada por los jueces árbitros, y el maestre recibió la ciudad y alcázar con aquella condicion, y otro dia se entregó de la misma manera el castillo de Montagudo por los oficiales del rey de Aragon al mismo maestre, y despues el castillo y la villa de Molinaseca, y el castillo de Alhama, y la villa y castillo de Lorca, con las fortalezas que en ella habia, que eran la torre que llamaban Alfonsina y la torre del Esperon, y el castillo de Alcalá se entregó en nombre del maestre á Diego Muñiz comendador mayor de Castilla. Tambien se entregó al maestre la villa y castillo de Negra, que era de la órden de Uclés, y quedaban por entregar Archena y Calasparra, que era de la orden del Hospital y Caravaca, Bullas, Cehegin, que eran del Temple y Agigar que lo tenia Atho de Lison y otros muchos lugares y castillos que estaban en poder de diversos caballeros vasallos del rey de Aragon, á los cuales se habia de dar recompensa, y fuéronse entregando al maestre. En el año de la natividad de nuestro Señor de mil trescientos cinco, á diez y siete del mes de enero, murió en la ciudad de Valencia el almirante Roger de Lauria, el mas famoso y excelente capitan que antes y despues de sus tiempos hubo jamás por la mar, y nunca vencido en ella, y aun que fué capitan general de dos naciones muy diversas entre sí y contrarias, en veinte años que continuadamente duró la guerra, y en muchas batallas que tuvo con infieles, siempre mostró llevar tras sí muy cierta la victoria y que solo dependia dél. Sobrepujó á todos los mas valerosos capitanes que entónces fueron y despues han sido en el cuidado, vigilancia, paciencia y astucia, y en la celeridad y presteza de ánimo, y sobre todo en el consejo, y desde su juventud se señalaron en su persona tantas partes de valor, que en ella representaba grande dignidad y autoridad. Era de muy robustas fuerzas, para todo trabajo, aunque no de tan crecido cuerpo, cuanto de grave, y bien proporcionada compostura. Fué llevado su cuerpo al monasterio de Santas-creus, y enterráronle debajo de la sepultura del rey don Pedro, como la persona mas cara y propincua que aquel príncipe tuvo en todas sus empresas. Casó, como dicho es, dos veces, la primera con doña Margarita Lanza, hermana de Conrado Lanza, y hubieron á Rogeron de Lauria. Fué su segunda mujer doña Saurina, hija de don Berenguer de Entenza, y de doña Galabor, y tuvo della tres hijos, que se llamaron, Carlo, Roberto, y Berenguer, y Roberto falleció en vida del príncipe, y deste matrimonio hubo diversas hijas, que fueron, doña Beatriz de Lauria, que casó con don Jaime señor de Ejérica, nieto del rey don Jaime el primero, y doña Margarita, que casó con Nicolás de Janvila, conde de Terranova, y doña Costanza, que casó con don Ot de Moncada, que fué madre de don Pedro de Moncada almirante de Aragon, en tiempo del rey don Pedro el cuarto, y otra se llamó doña Hilaria, que casó con el conde de San Severino madre de Roger de San Severino conde de Melito. Tambien se halla, que tuvo otras dos hijas, que se llamaron Saurina, y Jaufredina, y que

la una dellas casó con Guillen de San Vicente. Montaner dice, que de la primera mujer fué Rogeron y las tres hijas, que fueron las que casaron en las casas de Ejérica, San Severino, y Moncada, y que de la segun-da mujer tuvo dos hijos, y una hija, y no los nombra. Tuvo tan grandes estados, como lo merecieron tan señalados servicios, así en este reino, como en el de Valencia, sin el que tuvo en Sicilia, que fué de tan gran importancia, como se ha referido.

CAP. LXVII. De la particion de los reinos de Valencia y Murcia, conforme à la sentencia que se dió por los jueces en el lugar de Torrellas.

Vínose el rey de Aragon para Hariza, porque tenia concertado con el rey de Castilla, que se habian de ver con él, y viéronse ambos reyes á veinte y seis de febrero en el monasterio de Huerta, que es de la orden del Cister, y está á la raya de Castilla. Allí nombró el rey de Castilla á don Diego García de Toledo su canciller mayor del sello de la puridad y gran privado, y el rey de Aragon á don Gonzalo García, que era el principal en su consejo, y muy favorecido suyo, para que hiciesen la particion de los términos del reino de Murcia, y de lo que quedaba al rey de Aragon, con los lugares que se habian adjudicado á la parte del reino de Valencia. Estos caballeros se juntaron en Elche, y por tenor de la sentencia que se dió por los jueces árbitros en el lugar de Torrellas, estuvieron en grande contienda y debate, sobre las palabras que se contenian en ella, que eran estas: Así como taja la agua de Segura en tal regno de Valencia, entro el mas susano cabo del término de Villena sacada la ciudad de Murcia y Molina con sus términos, finquen y remangan al rey de Aragon, á su propiedad, y de los suyos para siempre, así como cosa suya propia, con pleno derecho y señorío: y tenian grande duda, como se debian entender estas palabras, y no se concertaban en la parte del rio, que venia a dar al mojon. Finalmente determinaron el hecho desta manera, á diez y nueve del mes de mayo deste año, que del mas alto lugar del término de Villena, adonde se partia término con Almansa, y Pechin, y del mas alto lugar del término de Jumilla, que parte término con Anthur, que otros decian Letur, y con Tabarra, y con Hellin, y Cieza, y todos los lugares que se incluian dentro destos mojones basta la raya del reino de Valencia, fuesen de la jurisdiccion del reino de Aragon, salvo Yecla, con todos sus términos, que se adjudicó libremente á don Juan Manuel, en jurisdiccion del rey de Castilla, y que todos los castillos y lugares que estuviesen en estos límites, quedasen con sus términos, como los debian tener, y en esto intervinieron Juan García de Loaisa señor de Petrer, Pedro Jimenez de Lorca, Pedro de Montagudo, Abas Cabral, Pero Lopez de Rufas, Gonzalo Fernandez de Azagra, Pedro Rosell, Pedro Martinez Calvillo, y Ferrer Dezcorcell. Destas vistas resultó, que el rey de Aragon dió graciosamente al rey de Castilla la ciudad de Cartagena, porque diese á don Juan, hijo del infante don Manuel, la villa de Alarcon, y así se cumplió.

CAP. LXVIII. De la creacion del papa Clemente quinto,

Despues de las vistas que tuvieron los reyes de Aragon y Castilla en el monasterio de Huerta, el rey se fué por el mes de mayo á Barcelona, y en principio del mes de junio á cinco dél, fué elegido por sumo pontífice por los cardenales en Perosa, que habian estado on

ce meses diferentes, sin concordarse en la eleccion, el arzobispo de Burdeus, que estaba en Puitiers, y era hijo de un caballero, llamado Beltran de Agaout, natural de Gascuña, y de allí se vino á Burdeus, y se intituló Clemente, y fué el quinto deste nombre, y hizo llamamiento y convocacion general de todos los cardenales, para que se viniesen á Francia, adonde él determinó de residir con su corte. Por esta causa el rey partió para Perpiñan, por el mes de octubre, y el papa se fué à Leon, adonde se coronó, con grande sentimiento y queja de los cardenales italianos, que creyeron que se fuéra á coronar á Roma, y entonces se escribe, que el cardenal Mateo Ruso Ursino, que era el mas anciano del colegio, como adivinando lo que despues sucedió, dijo, que tarde volveria á Italia. Fué su coronacion con grande fiesta á catorce del mes de noviembre, en la ciudad de Leon, y en ella se hallaron el rey de Francia, y el conde de Valois su hermano, y los mas señores de Francia, y discurriendo del lugar, á donde se habia coronado, por la ciudad, por la muchedumbre de gente que concurria à verle, se rompió el palenque de un muro, por donde pasaba, y dió junto del papa y derribóle el caballo, y cayósele la tiara de la cabeza, y perdióse un carbunclo della de muy gran valor, y fueron lisiadas hasta doce personas muy principales, de manera que murieron, y entre ellos don Juan duque de Bretaña, y quedó el conde de Valois muy mal herido. Paulo Emilio escribe, que tambien el rey de Aragon se halló en la coronacion, y por algunas muy ciertas memorias consta, que fué á hacer reverencia al papa, y que se vió con él en Mompeller, aunque desde Perpiñan envió por su embajador á Gonzalo García, para que prestase el homenaje por el reino de Cerdeña, y esto fué á veinte y nueve de octubre deste año, tan pocos dias antes de la coronacion. Desde entónces los pontífices residieron con su corte ordinariamente en Francia, por tiempo de setenta años, y dello se siguieron grandes daños y persecuciones á la Iglesia. Envió el papa á Roma tres cardenales con poder de senadores, con cuyo consejo y mando se gobernase aquella ciudad y el patrimonio de san Pedro, Cuando el rey se vino con el papa, le pidió favor y ayuda para la empresa del reino de Cerdeña, pues tenia el feudo por la Iglesia, y el papa le rogó muy encarecidamente y requirió, que sobreseyese de aquella conquista,, hasta que él otra cosa ordenase, porque pensaba que tendria necesidad de su persona en otros grandes negocios que tocaban á la cristiandad, y por esta causa dejó de proseguir su empresa, y es mucho de maravillar, que Platina diga que por la guerra que habia entre pisanos y genoveses, y por estar la isla de Cerdeña ocupada por los moros, el papa Clemente la dió al rey don Fadrique, con condicion, que luego tomase la empresa, y echase della á los enemigos, y no causa menor admiracion que conforme con el Blondo en su historia, y no puedo entender, á quién siguiesen en cosa tan desvariada dos tan graves autores. Estando el rey en Zaragoza á veinte y uno del mes de diciembre deste año, que fué la fiesta de santo Tomás apostol, llegaron á su corte embajadores de la señoría de Génova, para asentar paz y confederacion con él, por el temor que tenian, que queria luego emprender la conquista del reino de Cerdeña. Despues estando el rey en Barcelona en el año siguiente de mil trescientos y seis por el mes de octubre, Francisco y Conradino y Marcelo marqués de Malaspina, que eran los principales de aquella cașa y linaje, y tenian estados en la isla de Cerdeña, y Branca

de Oria, y Bernabé su hijo y Teodorico arzobispo | escándalo en él, porque ellos mantenian la tierra en turritano, que eran genoveses, enviaron sus mensa- igualdad, y eran guardadas á los hijosdalgo sus franjeros para ofrecer al rey que le servirian en aquella quezas y fueros, y fueron llevados á Francia, á donde empresa. Tambien por esta sazon traia el rey sus inte- murió don Fortuño y Martin Jimenez, despues de muligencias con las señorías de Florencia y Luca, para cho tiempo que estuvo en la prision, salió della por que le ayudasen en la guerra, y envió desde Barcelona medio del conde de Valois, y despues de suelto vivió un caballero pisano desterrado de Pisa, que se llama- muy pocos dias. Era ido por el mismo tiempo el rey ba Vanne Gatarelli, para que tratase con aquella seño❤ a Huesca, por estar cerca de las fronteras de Navarra, ría y con Roger Tallaferro de Pomblin, que le sirvie- y aunque fue requerido por diversas personas de aquel sen, y la señoría de Luca escribió al rey, que no die- reino, que emprendiese de haber alguna parte dél, por se lugar que la hija de Ugolino juez de Gallura, que se la disension que habia entre los ricos hombres, atenllamaba Juana y tenia muy grande estado en Cerdeña, y dia mas á lo de la empresa de Cerdeña y á hacer guerra era señora de la tercera parte del reino Calaritano, casa- contra los moros por el reino de Granada, y desde se con Bernabé de Oria, hijo de Branca de Oria, porque Huesca envió al rey Carlos su suegro á Nápoles, á don seria grande estorbo, para lo que al rey convenia, y Gilabert de Centellas, que fué uno de los muy valeroprocuraba que casase con algun rico hombre de sus sos caballeros de aquellos tiempos, para que entendiereinos. Por este tiempo era vuelto del reino de Sicilia se el favor y socorro que darian los de la parte güelfa Jazberto vizconde de Castelnou, y asentó muy estrecha á la empresa de Cerdeña y Córcega. Mas los que deseaconfederacion entre ambos reyes, y el rey don Fadri- ban su servicio, decian que convenia que alguno de los que ofreció de ayudar al rey su hermano con su arricos hombres de su reino, de su casa y sangre casase mada y gente para aquella empresa, y particularmente con la hija del juez que habia sido de Gallura, que estaba el conde Manfredo de Claramonte, y Juan de Claramonte en poder de Azo marqués de Este, que era su tio, segun su hermano, y Ricardo de Pasaneto conde de Garsiliato, Bernardino Corio escribe, hermano de Beatriz mujer y Mateo de Termini, maestre justicier de Sicilia, Ugo de del juez de Gailura; que despues casó con Galeazo hijo de Lacho, y don Pedro Fernandez de Vergua, Federico de Mateo, que era el principal de la casa de los vicecómites, Incisa, y Nicolao y Damian de Palici, con doce galeras y pero no tan ilustre segun Dante dice, como era la del juez con gente de caballo. Pero el rey entretenia este negocio de Gallura, y tenia como dicho es, esta hija suya llaesperando como fuese ayudado y socorrido de aquellas mada Juana, grande estado en Cerdeña, y por este señorías de Florencia y Luca, y que la conquista se hi- medio parecia que aquella isla sin grande trabajo se ciese con menos daño y perjuicio de los gibelinos, co- podria lijeramente conquistar. Por otra parte otros mo lo procuraba el rey don Fadrique. Ántes desto, es- que no amaban ménos el servicio del rey, afirmaban tando el rey en Valencia á veinte y dos de abril deste que aquello seria muy contrario de lo que el rey preaño de mil trescientos y seis, envió por sus embajado- tendia, porque entre otras razones se decia que dos res al papa Clemente al sacristan de Mallorca y un ca- caballeros pisanos, tios de aquella doncella que eran ballero de su casa, llamado Pedro Martinez de Gotor, gibelinos, estaban apoderados de los castillos y fuerpara prestarle el homenaje por el reino de Cerdeña, zas del estado, y cuando viesen que se casaba con perque no se habia recibido, y hallaron al papa con la sona estraña, deudo del rey de Aragon, no le recibicuria romana en Burdeus, y recibió de ellos el jura- rian por señor, antes por ventura se rebelarian contra mento y vasallaje á veinte y ocho del mes de mayo él, y se alzarian con la tierra. Estos eran de opinion deste año, yfué el primer rescripto apostólico que el rey que el rey debìa tratar y encaminar secretamente que de Aragon tuvo despues de la investidura, porque del alguna persona de linaje de la Proenza, ó del reino de papa Benedicto por su muerte, aunque se le prestó el | Sicilia, del cual fuese seguro, que habia de procurar juramento, no se pudieron haber las letras apostólicas. su honor, y el bien de aquella conquista, casase con Éstos llevaban orden de procurar con el papa que man- esta doncella, y siendo consumado el matrimonio, tedase al rey de Francia restituir el val de Aran, que esta- niendo á su mano su estado, fuése á la empresa con el ba en secuestro, y que se concertase matrimonio del hijo rey de Aragon, con los de su parcialidad, porque este segundo del rey de Francia, dándole el reino de Na- seria camino, del cual sus tios no se recelarian. Visto varra y los condados de Champaña y Bria, con la in- cuanto convenía que esto se efectuase, escribió el rey fanta doña María, que diversas veces se habia ya al marqués de Este, que sobreseyese en el matrimonio platicado. de su sobrina, porque entendió que se trataba muy estrechamente, que casase con Bernabé de Oria, y á esto se decia que daba el marqués su consentimiento, y por ello ofrecian veinte mil florines, y considerando que si aquel matrimonio se concluyese, seria grande embarazo de sus hechos en aquella conquista, rogaba al rey Carlos que secretamente enviase al marqués, para que se estorbase el matrimonio por la mayor manera que se pudiese, y se procurase de casar aquella doncella con algun baron de Proenza ó Lombardía, aunque el rey quisiera que casara con alguno de los hermanos del marqués de Saluces, ó con don Jaime de Ayerve, hijo de don Pedro señor de Ayerve, que habia sido heredado en las villas y castillos que tenia en Cataluña doña Aldonza de Cervera su madre, porque cada uno era primo del rey. Entendíase en este tiempo en que se entregasen á don Alonso, hijo del infante don Fernando, las villas y rentas que se le adjudicaron por

CAP. LXIX.-Que el rey de Francia entregó el reino de Navarra á Luis Hutin su hijo, y de otras cosas que concurrieron en este año.

En el año de mil trescientos y siete, por la muerte de la reina de Francia, que era propietaria del reino de Navarra, los navarros que estaban muy descontentos del mal regimiento de los gobernadores que el rey de Francia ponia en aquel reino, procuraban que el rey Filipo les diese á su hijo primogénito, que dijeron Luis Hutin, y esto fué principalmente procurado por un rico hombre de Navarra, que se llamaba don Fortuño Almoravid, y fué por esta causa á Francia, y Luis vino a Pamplona, á donde fué coronado por rey, y partiéndose para Estella, mandó allí prender a don Fortuño Almoravid, y á Martin Jimenez de Aivar, que eran los mas principales del reino, de que se siguió grande

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