Imágenes de página
PDF
ePub

CAP. LXI. De los pobladores de las islas de Cerdeña y Córcega, en cuyo dominio estaba al tiempo que se dió la investidura della al rey de Aragon.

emperador Constante, nieto del emperador Heraclio, pasando de Macedonia à Pulla, dejando asoladas las ciudades de Ecana y Luceria, siendo vencido en la guerra que tuvo con Grimaldo duque de Benevento, que era el principal capitan de los longobardos contra la nacion griega, se vino á Roma y puso á saco los lugares, pueblos y sagrados, despojándolos de las cosas preciadas y notables que del tiempo antiguo habian quedado, hasta llevarse las tejas de metal del templo de Santa María la Redonda. Entonces pasando Corstante á Cerdeña, no contento con la presa que llevaba, robó todo lo bueno y de estimacion que en la isla se habia conservado desde los tiempos antiguos. No pasó mucho tiempo hasta que los moros señorearon las provincias de España, y fueron tambien acrecentando sus armadas y corriendo las costas de nuestro mar, y por el mismo tiempo que acababan de destruir el reino de los galos, fué por ellos desolada y destruida la isla de Cerdeña, cuando segun en los anales de aquellos tiempos se refiere, Luicbrando rey de los longobardos, con gran precio y rescate hubo el cuerpo de san Agustin y lo trasladó á Pavía. Cuando estaba dividido el imperio latino del griego, y por la discordia y grande enemistad que hubo entre Niceforo y Pepino, hijo de Carlo Magno, los corsarios de África comenzaron á juntar muy poderosas armadas, y con ellos anduvieron discurriendo por las partes del occidente, hasta los últimos límites de nuestro mar, entonces corrieron las costas de Sicilia y Calabria, y entraron talando y destruyendo las islas de Cerdeña y Córcega, y las robaron y cautivaron mucho número de gente, y como fuesen los sardos, corzos muy á-menudo fatigados y perseguidos de sus correrías, teniendo Ermengaudo conde de Ampurias cargo de las armadas de poniente, y de la guarda y defensa de las islas, por Bernardo nieto de Carlo Magno, que era rey de Italia, habiendo los moros entrado en la isla de Cerdeña con gran multitud de gente, ayuntáronse los sardos con el goberna→ dor, y acometiéronios con mucho ánimo, é hicieronlos retraer á sus navíos, y perdieron en el alcance la mayor parte de su gente. Con este suceso, no solamente se defendieron, pero cobraron ánimo para hacer guerra á los moros con ayuda del conde Ermengaudo, rompiendo ia tregua que habian asentado con Ambulach rey de Córdoba; y parecia cosa casi imposible, que estando esta isla tan opuesta á las invasiones de los moros que tenían el señorío de España y África, que eran tan poderosos por mar, se defendiesen los que en ella estaban, habiendo tanta disension y discordia, no solo entre el imperio griego y latino, pero entre los mismos reyes francos, hijos y nietos de Carlo Magno. La isla de Córcega habia seguido en lo antiguo casi siempre una fortuna con los sardos, y fué tan bien poblada de griegos, ligures y españoles, y Séneca afirma durar aun en su tiempo el traje del to

La isla de Cerdeña, así en grandeza, como en la fertilidad y abundancia de la tierra, se puede igualar con las mas principales islas de nuestro mar. Los primeros pobladores que la habitaron y pusieron en poli- | cía, afirman haber sido cierta gente española, que pa- | só á ella con un capitan muy famoso, que se llamó Noraco, de quien, segun escribe Pausanias, tomó nombre la ciudad de Nora, que fué la primera poblacion que en aquella isla hubo. Antes desto, así los naturales della, como las otras naciones de Grecia y África, que aunque repararon en ella, no la poblaron, y los griegos la llamaron Ichnusa, por la semejanza que tiene en su postura de la figura de la planta del hombre. Se gun el mismo autor afirma, tiene mil y ciento y veinte estadios de largo, y de latitud cuatrocientos y setenta, pero Plinio la mide mas particularmente, y como está estendida desde septentrion á medio dia, le da en el lado que mira al oriente ciento y ochenta y ocho millas, y al de occidente ciento y setenta, y al de mediodia setenta y cuatro, y por la parte de septentrion ciento y veinte y dos, y así sumaria, si estos números son verdaderos, quinientas y cincuenta y cuatro millas. Toda aquella parte y region de la isla, que está hacia el septentrion, y corresponde á Italia, es áspera y montañosa, y tiene diversas playas y puertos, aunque no muy seguros, pero su fertilidad y abundancia es tanta, y la comodidad de su sitio tan oportuna por la vecindad de Italia, Sicilia, Francia y España, que fué siempre muy frecuentada de todas las naciones de oriente y occidente. De las cosas que en esta isla sucedieron por su posesion y conquista en competencia de griegos, cartagineses y romanos, porque las antiguas son mas celebradas, solamente referiré en este lugar en suma lo que por ella se sabe haber pasado, despues de la ruina del imperio romano, porque mejor se en÷ tienda el estado en que se hallaba al tiempo que el rey de Aragon siguió su empresa. Los godos se apoderaron de la isla de Cerdeña, como de la mayor parte de Europa, y la poseyeron por largo tiempo, hasta tanto que fueron echados por Belisario de la posesion de Italia y Dalmacia, y de las islas del mar Tirreno, y del Jonio. Pero volviendo á su primera fortuna aquel reino é imperio de los godos, por el gobierno y gran valor de Totila, fueron restituidos en la posesion del señorío marítimo, y sustentáronse en su tiempo contra las in- | cursiones de los griegos y de los capitanes de aquel imperio; mas no tardó mucho que viniendo à Italia Narses con ejército del emperador Justiniano, se comenzaron á rebelar algunos pueblos de la isla de Cerdeña contra los godos, porque los longobardos que dejaron las Panonias á los hunnos y se bajaron á Italia con su capitan y rey Albuino se confedera-cado y calzado, y algunas palabras del lenguaje de los ron con la gente de Narses contra ellos. Por esta causa fué Totila muerto, y quedó la nacion gótica muy abatida con grande estrago, y fué continuando Narses prósperamente la guerra, hasta que se restituyó el señorío de Italia, y de las islas á ella adyacentes pacíficamente al imperio, y lo tuvo y poseyó Justiniano todo el tiempo que vivió libre, y absolutamente despues de pasados setenta y dos años, que los ostrogodos se apoderaron del. Despues desto fué aquella isla acometida y asolada, no solamente de los corsarios del poniente, pero de todo el imperio, griego, hasta que el

cántabros. Fueron entrambas islas sojuzgadas de L Cornelio Escipion, y la administracion y gobierno de llas estuvo entonces unida, mas despues se goberno cada una por su pretor, y en tiempo del emperador Valentiniano se regian por diversos presidentes. Los primeros descubridores, segun en la historia romana parece, fueron los ligures como tan vecinos, y tomo el nombre de una mujer, que por un caso estraño fue la inventora del descubrimiento, con mucha razon los genoveses pusieron todas sus fuerzas en adquirirla y aplicarla á su señorío, y así perseverando despues de

[ocr errors]

|

los genoveses contra ellos una muy señalada victoria' No se averigua en los autores de las cosas destos tiempos, si en esta entrada y guerra que los moros hicieron en las costas de Toscana y Génova, fuese Cerdeña ocupada por ellos, ni hallo autor grave, que escriba por constante, que hubiese sido en algun tiempo toda la isla sojuzgada debajo del yugo de los infieles. En el aumento de la señoría de Pisa, cuando comenzó á prevalecer en el dominio de la mar, sus primeros aco metimientos fueron emprender la conquista de Cerdeña y Córcega, y como eran muy poderosos y tan ve

la caida del imperio latino en su empresa por el mismo tiempo de Pepino juntaron sus fuerzas de mar y tierra y de sus confederados por cobrar á Córcega, que habia sido ganada de los moros, por cuya conquista desde entonces ellos pretendieron de apoderarse della, teniéndola tan vecina, pero tuvieron por esta causa, grande y muy continua contienda con pisanos, que á la postre la ocuparon, siendo perdida y cobra da por ellos diversas veces, y hubo entre ellos, no solo por lo temporal, pero por la jurisdiccion eclesiástica tanta disension, que siempre llegaban á las armas, por lo que tocaba á la consagracion de los obispos de aquecinos, se fueron apoderando de algunos lugares de lla isla, pretendiendo cada señoría, que se habia de consagrar en su metrópoli, y que eran sus sufraga neos, y no pudo ser decidido ni apaciguado por diversos pontifices, aunque pretendieron, que era aquella isla de la jurisdiccion y dominio de la Iglesia tambien en lo temporal, por razon de las donaciones y confirmaciones hechas á la sede apostólica por Pepino y Carlo Magno, y por los otros emperadores. Durando estas diferencias, alcanzaron los genoveses cierta gracia y privilegio del papa, por el cual pretendian, que les fué concedida la mitad de la isla de Córcega, y que se les remitió despues el censo que por ella hacían á la Iglesia, y con aquella parte fueron usurpando lo restante, siendo poderosos por la mar, y los mas vecinos de tierra firme, y se hicieron absolutos señores de Córcega, contra la voluntad de los sumos pontífices, habiendo reconocido primero ser el directo dominio de la Iglesia, y tentaron lo mismo en la posesion de la isla de Cerdeña. En este tiempo habian ocupado los moros la mayor parte de los lugares marítimos de la isla de Sicilia, siendo Miguel emperador de Constantinopla, por cobardía y poco ánimo de Juan duque de Venecia, que habia juntado su armada para resistir- | les, y no osó salir contra ellos, y Bonifacio conde de Córcega juntando grandes compañías de gente de Toscana, con una muy gruesa armada pasó á África y tu vo batalla con los moros, y hubo dellos una muy señalada victoria con gran despojo, y fué forzado á los moros desamparar los lugares que se les habian rendido. Era muy grande lástima ver la mayor parte de Italia destruida y asolada por los moros corsarios de España y África, que con poderosas armadas eran señores de la mar y ganaron las provincias de Calabria y Pulla, y pasaron contra la ciudad de Romay fué por ellos puesta á saco, y quemaron las poblaciones de fuera con las del monte Vaticano, yaun la isla de Cerdeña estaba libre de la persecucion que padecia la cabeza de la cristiandad, y la mayor parte de Italia. Poco despues, en tiempo de Carlo Calvo, que tenia el imperio latino, los moros que habian ganado la isla de Creta, enviaron parte de aquella armada la via de Italia, y ocuparon los lugares y puertos que estaban en la costa del mar Adriático, desde Ancona á Otranto, é hicieron grande estrago en todos los lugares marítimos, y se apoderaron del monte Gargano, y desde allí corrian y talaban las tierras de Palla y Calabria, y entonces acabaron de apoderarse de la isla de Sicilia. Despues cobrando mas osadía, en el año de novecientos y treinta y uno salieron con nueva armada, y discurriendo por toda la costa de Toscana, hiceron muy grande daño en ella hasta llegar á la marina y ribera de Génova, y pusieron cerco sobre aquella ciudad, y la entraron por combate, y no perdonando á ninguno que pudiese resistirles, volvieron con grande presa, puesto que despues hubieron

|

Cerdeña los mas principales de la costa vecina de Toscana, y siendo sumo pontifice Inocencio segundo fué erigida por él la Iglesia catedral de Pisa en metrópoli, y le fueron señaladas por sufragáneas las diócesis é iglesias de Cerdeña. Movióse juntamente por emula→ cion y codicia entre pisanos y genoveses, grande y muy terrible guerra, que duró hasta el tiempo de Gregorio tercero, por cuya persuasion se confederaron, para servir con sus armadas en la conquista de la Tierra Santa, pero esta concordia no fué muy durable, antes volvieron estas dos señorías á su querella antigua, emprediendo entre sí muy cruelguerra, y los unos y los otros procuraban de haber del sumo pontifice el derecho de la Iglesia del supremo señorío, pero ninguno le tenia bien fundado, ni habia alcanzado justo título de lo que poseian, y estaba aquella isla expuesta á la invasion y dominio de cualquier extranjero y cosario, aunque no fuese tan poderoso. En el octavo año del imperio de Enrico quinto, y en el mismo que el conde de Barcelona pasó con armada de pisanos y genoveses contra las islas de Mallorca y Menorca, se refiere en algunos anales, que se tomó por genoveses la ciudad de Caller, que es la cabeza y él principal lugar de Cerdeña, y fue por la señoría de Génova puesto en posesion della Mariano, que pretendia ser señor, y se hizo vasallo del comun, y censatario de la iglesia catedral de Génova, en una libra de oro, y pretendió aquella señoría, que este feudo fué confirmado por el papa Pascual segundo. Estaba dividida la isla de Cerdeña en cuatro regiones, y sujeta á sus presidentes y gobernadores, que en lo antiguo tuvieron título de juzgados, ó reinos, ó señoríos, y eran Arborea, GaHura, Caller y el de Turri, aunque este último fué unido con el de Gallura, y el título mas propio fué el de juez, como parece por una ley de la segunda partida, que se compuso por mandado del rey don Alonso el décimo de Castilla, á donde se escribe, que eran cuatro los señores que tenian el señorío y juzgado de Cerdeña, y que no se acostumbraba intitular de aquel nombre á otro. De los primeros que yo hallo haber tenido mando y señorío principal en aquella isla, es Comita, señorío y juez de Arborea, y como quiera que esta isla era poseida juntamente por pisanos y genoveses, cuando aquellas repúblicas estaban en paz, siempre los pisanos excluian de la concordia, que tocaba á la contienda del señorío de Cerdeña, la cual no querian tener en comun con genoveses. De los emperadores latinos, el que primero se señaló por estos tiempos á entremeterse en el dominio destas islas, fué el emperador Federico el primero, con pretension de ser cosa propia del imperio, y dió título de príncipe de Cerdeña á un hermano de su madre, que se llamó Guelfo, á quien señaló tambien por duque de Espoleto y marqués de Toscana, segun afirma Raudevico autor de aquellos

lo

[ocr errors]

|

dentro en la isla por esta causa muy grande guerra, y fué muerto el marqués de Caller, y á este, sucedió Guillelmo Cepola, que confirmó aquella donación, y dejó heredera á la señoría de Génova. Muerto el em-perador Federico y el rey Manfredo su hijo, el infante don Enrique de Castilla, cuando siguió la parte del rey Carlos en Italia, y fué gran parte en ella con el favor de la Iglesia, siendo senador de Roma y gobernador del patrimonio de san Pedro, procuró con el papa, que se le diese el reino de Cerdeña, y estorbólo el mismo rey Carlos, que le debía favorecer, y pretendiólo para sí, y entre las otras causas, porque hubo discordia grande entre ellos, escriben que fué esta, y la principal, porque el infante siguió la parte de Conradino contra Carlos. Al tiempo que el rey don Pedro entró en la isla de Sicilia y se apoderó della, echando al rey Carlos su enemigo, y se movió entre ellos tan cruel guerra, el comun de Pisa estaba en gran reputacion, porque eran los que en las cosas de la mar tenian grande crédito, y procuraban de conservarse en la posesion que de muy antiguo tenian de ser los señores della en las navegaciones de oriente, en competencia de venecianos y genoveses, y residian en aquella señoría los mas poderosos barones que habia en toda Italia, y con mucha estimacion mantenian muy grandes estados, que eran el juez de Gallura, Bonifacio y Rainer, condes de Donorático, el conde Anselmo, y el juez de Arborea, y por su gran poder y valentía eran señores de las islas de Cerdeña y Córcega, y de la Elba, de las cuales sacaban grandes rentas, y en comun aquella república era muy poderosa en la mar, y tenian sus súbditos grande trato y comercio en Ásia y Egipto y Siria, y por todo el imperio griego. Mas los genoveses, viéndose no solo acosados, pero muy sojuzgados de sus contrarios, y que cada día iban creciendo, ayuntaron una muy poderosa armada, y sacaron ochenta galeras bien en órden, y el mismo año que el rey don Pedro entró en Sicilia, fuéron sobre Puerto Pisano por hacer guerra á aquella señoría. Los pisanos que tenian en poco á sus enemigos, salieron con setenta y cinco galeras á darles la batalla, y aunque los genoveses eran superiores, no osaron poner en aventura todo su estado, desconfiando de la gente que llevaban, que no eran usados en las cosas de la mar, y los mas eran lombardos y piamonteses que iban á su sueldo. Despues los pisanos con grande soberbia y menosprecio en el mes de setiembre de aquel año, habiendo hecho grande daño en la ribera de Génova con su armada, fuéron discurriendo por aquellas costas, y entraron dentro del puerto de Génova, llevando por capitan general á Mateo Grimaldo que estaba desterrado de Génova, de donde bombardearon la ciudad, y en señal de su pujanza, escriben algunos autores, que tiraban las saetas con los casquillos de plata. Volviéndose para Pisa, estando en alta mar se levantó tan gran tormenta, que dieron al través veinte y tres galeras en la playa que llamaban del Merigio, á la boca del rio Sergio, y fué este el princi

tiempos. Otros escriben, que en el año doceno de su imperio, hallándose en Parma Barison juez y señor de Arborea, procuró que se le diese título de rey, y el dominio de toda la isla, ofreciendo que la tendria en nombre del imperio, y que pagaria cuatro mil marcos de plata de censo en cada un año, y así afirman que lo obtuvo del emperador Federico, y fué por él coronado en Pavía en gran contradiccion de pisanos, que pretendian que la isla era suya, y nó del imperio, y que no se debia dar aquella dignidad á un vasallo suyo, hombre indigno é incapaz de la magestad y nombre de rey. No pasaron muchos dias, que este Barison fué preso de genoveses, y puesto en prision dentro de su ciudad, y tomaron entonces posesion de la mitad de la isla en las partidas de Arborea y Caller, en opósito de pisanos, á los cuales el emperador Federico dió la investidura de toda la isla, y fué dada en nombre del emperador á la señoría de Pisa por el arzobispo de Maguncia. Por esta causa se tornaron á mover muy grandes guerras entre pisanos y genoveses, hasta tanlo que el mismo Federico la dividió, y dió la otra mitad á la señoría de Génova de comun consentimiento, y quedó partida entre ellos. Mas no duraron mucho tiempo en esta concordia, y siempre entre estas naciones hubo por esta causa grandes guerras, hasta que sucedió en el imperio Federico el segundo rey de Sicilia, que á los principios de su reino, siendo fiel y devoto de la Iglesia, de quien tantos beneficios habia recibido, no se empachó en ninguna cosa que tocase á Cerdeña, hasta que por su mala suerte se desvió de su obediencia, y despues se entremetió á la usurpacion della, habiendo hecho reconocimiento al papa Inocencio tercero en el año mil doscientos trece por las islas de Cerdeña y Córcega, como de cosa del derecho de la Iglesia, lo que no habia hecho el emperador Oton el cuarto, su predecesor cuatro años antes, que solamente reconoció ser del derecho y dominio de la ❘ Iglesia, la tierra que hay desde Radicofano has ta Cheprano, y el exarcado de Ravena, Pontapolis, la Marcha y el ducado de Espoleto, y estado y tierra de la condesa Matilde, con el condado de Britoncro. Mas despues Federico nombró por rey de Cerdeña un hijo suyo natural, llamado Entio, en conformidad de pisanos, que fueron sus grandes aliados y valedores, y los principales del bando gibelino, por echar de la isla los genoveses. Tuvo Entio pacíficamente los juzgados de Gallura y de Turri, estando divertido y ocupado en las guerras de Italia, tentando de mover á la opinion de su padre las ciudades que seguian la voz de la Iglesia, y por fuerza de armas reducirlas á su obediencia, habiendo hecho grande efecto, y siendo compelida la mayor parte de la Romanía á la opinion de Federico, estuvo impedido en el gobierno de Lombardía y Toscana todo el tiempo que duraron las guerras entre el emperador y las tierras de la Iglesia. A la postre fué preso Entio por los boloñeses, y estuvo todo el tiempo que vivió en la prision, y recibieron grande mudanza | las cosas de aquella isla, volviendo los pisanos y geno-pio de las adversidades que por aquella señoría sobreveses á su antigua contienda, y los jueces de Arborea y Caller, seguian las mas veces la opinion del comun de Génova, y los de Gallura y Turri, eran del bando de Ja señoría de Pisa. Pero esto no fué muy constante, porquel el juez de Arborea, indignado por una donacion que Chiano, marqués de Caller hizo á la señoría de Génova del lugar llamado Castro que era el mismo Caller, y la cabeza de aquel gobierno y juzgado, favoreció á los pisanos, y entre ellos y genoveses hubo

vinieron. Con esta ocasion los genoveses en venganza de los ultrajes y daños recibidos, con gran consejo y ardid acordaron de no armar navíos doblados y gruesos como solian, sino galeras las mas lijeras que ser pudiese, porque estas eran de gran efecto, y pusieron en ellas la mejor gente de su ribera, y mas usada en el ejercicio de la mar, y en el año siguiente saliendo de Cerdeña cinco naves gruesas y cinco galeras armadas de pisanos, cargadas de mercancías, y con mucha

plata de las minas de la isla, teniendo los genoveses dello | lia en favor del rey Carlos. Estaba partida la isla de Cer

deña entre estas dos señorías, siendo los principales que se habian apoderado de la nacion genovesa, los del linaje de Oria, que era una casa muy ilustre, y los marqueses de Malaspina, deudos y amigos suyos, que estaban heredados en gran parte della, y de parte del comun de Pisa Mariano y Andrés jueces de Arborea y vizcondes de Bas, y los condes de Donoratico, que eran muy nobles y antiguos caballeros pisanos, y ellos entre sí los de cada nacion estaban muy discordes y divisos, siguiendo las parcialidades de sus repúblicas, segun que en ellas prevalecian unas veces los guelfos y atras los gibelinos, siendo no solo de un linaje, pero los muy deudos y parientes

la Iglesia y casa de Anjous, cuya cabeza era el rey Carlos. En el juzgado de Turri, que se llamaba la província de Lugodor, habia el arzobispado Turriano erigido en una ciudad antigua, que estuvo en el puerto Turritano, que dista de Sacer por doce millas, y eran sus sufragáneos los obispos de Bosa, Ochan, Castro, Ampurias y Visarelu, Sorra, Plovache y el obispado Prisarchense y en el juzgado de Arborea, habia el arzobispado Arboriense, que estaba en Oristan, y era del juez de Arborea, y tenia por sufragáneos, Santa Justa, Ales y Terralba. El arzobispado de Caller tenia por sufragáneos los obispados de Dolia, Sulci, Suvelli y en el juzgado de Gallura habia dos obispados, que eran Garrelli y Civitatense, que era en tierra nueva en Gallura. Habia en la isla de Córcega seis obispados, tres sufragáneos del arzobispo de Pisa, que eran Aleriense, Ajacense y Sagonense y otros tres que tenian por metropolitano al arzobispo de Génova, que eran Maranense, Mebiense y Ampognabense. En este estado se hallaba la isla de Cerdeña, al tiempo que el rey don' Jaime tuvo la investidura delta, y esperaba ocasion para su empresa, porque estaba muy poblada de pisanos y genoveses y de gente muy ejercitada en guerra, y hasta entonces habian competido por su dominio y conquista aquestas señorías, que eran muy poderosas por la mar, y conveníales sustentar la posesion, que en ella tenian por las armas.

noticia, salieron con veinte y cinco galeras sobre el cabo de Corzo, y pelearon con ellos muy reciamente, hasta que despues de gran matanza los pisanos fueron vencidos y sus capitanes quedaron presos. Tras esto se siguió otra mayor adversidad, que en el año siguiente pasando a Cerdeña el conde Bonifacio con armada de treinta galeras, los genoveses, que llevaban treinta y cinco, se encontraron con ella, y combatieron muy bravamente, y los pisanos quedaron rotos y vencidos, | y fué preso el conde Bonifacio con muchos nobles de Pi- | sa, y perdieron gran parte de sus galeras. Otro año ha biendo armado los pisanos setenta galeras hicieron muy gran daño á genoveses por toda su ribera, y la señoria de Génova armó ciento y treinta galeras, cuyo almi-partidos en diversos bandos, siguiendo el imperio ó rante fué Alberto de Oria, y éste fué el que venció á los pisanos en aquella nombrada batalla que hubieron cabo la isla de la Meloria, que está junto al Puerto Pisano, á donde fue la mayor rota y destrozo que recibieron pisanos, y perdieron toda su armada, y de alli adelante jamás aquella señoría acabó de cobrar las fuerzas y poder que antes tenia. Sucedió en el mismo año, que el rey don Pedro murió, que habiéndose hecho una grande liga entre los principales pueblos de Toscana con genoveses, para acabar de perder y destruir la ciudad y común de Pisa, y concurriendo en esta confederacion, principalmente florentines y luqueses, y determinando de ir sobre Pisa por mar y por tierra ganaron diversos castillos, mas por la prudencia del conde Ugolino Gerardisco que era muy principal ciudadano de aquella señoría, se concertaron con florentines y genoveses, dándoles gran suma de dineros y ganólos á su voluntad, con condicion de echar á los gibelinos de Pisa, y entregar aquella señoría á los del bando guelfo. Salió el conde Ugolino con su intencion, y apoderose de la ciudad de Pisa, con favor de la parte güelfa, y tras esto sucedieron entre los mismos güelfos, que se habian apoderado de Pisa, grandes divisiones y parcialidades, por ambicion de gobernar aquella señoría. Era cabeza de un bando Nino, juez de Gallura, que era de la casa y familia de los vicecomites, y de otro el conde Ugolino Gerardisco, y otro bando seguia al arzobispo Roger de Ubaidino con algunas casas de gibelinos, que ha→ bian quedado, con el cual se confederó el conde Ugolino, por reducir aquella señoría en estado que él pudiese tener el gobierno, sin contradiccion, y con de- Siendo el rey Carlos el principal protector y fautor sordenada codicia y ambicion grande echó al juez de de la parte güelfa de Italia, y habiendo sido echados Gallura, que era su sobrino, con todos sus aliados. de Pisa, como dicho es, los principales barones de Mas no tardó mucho, que habiendo el arzobispo albo- aquella parcialidad, continuándose la guerra entre rotado el pueblo pisano, combatieron el palacio del ellos, procuraban por medio del rey Carlos, favoreconde y fueron presos él y dos hijos, y tres nietos, cerse de la armada y poder del rey de Aragon, y que y los pusieron en una torre adonde miserablemente tomase la empresa de Cerdeña, pues por la concesion los hicieron morir de hambre, y despues el arzobispo apostólica era de su conquista, para destruir los pifué tambien echado de Pisa con los vicecomites, ubi sanos, que estaban en aquella isla, y á los que quecingos y gaetanos, y con otros barones de la parte güel- daban en Italia, que eran gibelinos, y ofrecian, que fa, y quedaron apoderados en la señoría los del bando los florentines, luqueses, luego que él partiese con su gibelino, y entre los unos y los otros hubo gran guerra, armada, moverian guerra contra la ciudad y comun que duró mucho tiempo. Era en aquella sazon Ma- de Pisa. Solicitaba esto, como está dicho, Guillen de riano juez de Arborea, que tenia la voz y parte del Recurperana, que era de los vicecomites desterrados bando gibelino, y en las guerras que tuvo con geno- de Pisa, y era el fautor en los negocios del rey Carlos weses, fue muy favorecido del rey don Pedro, y en en Toscana, mas aunque el rey cumplia tanto, cualaquella amistad y liga perseveró con gran constancia quiera socorro que se le ofreciese para esta empresa, con los reyes don Alonso y don Jaime sus hijos, y era de gran contrapeso é importancia lo que se le ellos le favorecieron y ampararon juntamente con los pedia, que se confederase con la parte güelfa de Italia del bando gibelino, que se babian apoderado de Pisa, habiendo sido el rey don Pedro su padre, y el rev don hasta que el rey don Jaine renunció el reino de Sici-Alonso su hermano, y en todo el tiempo que tuvo el

[ocr errors]
[ocr errors]
[ocr errors]

CAP. LXII. La causa porque el rey sobreseyó la empresa de la conquista de Cerdeña.

reino de Sicilia, los principales defensores de los gibelinos, con quien se habian estrechamente confe→ derado por la empresa de Sicilia, y ellos habian muy bien servido en las guerras pasadas. Mayormente que despues de la paz y amistad, que se habia asentado entre el rey Carlos y el rey don Fadrique su hermano, quedaba eximido de la obligacion de hacer la guerra por restituir la isla de Sicilia contra el rey don Fadrique, que era el principal defensor y aliado de la parte gi-, belina, despues del imperio, y solamente restaba. cumplir con las condiciones de la investidura, que se le habia dado del reino de Cerdeña y Córcega, y por ellas sin mayor causa no parecia cosa razonable declararse por la parte güelfa. Considerando el rey todas estas cosas, y que no le convenia emprender la conquista de Cerdeña, hasta tener asentadas las diferencias que tenia con el rey de Castilla, por el reino de Murcia, respondió á Guillen de Recurperana, agradeciéndole la aficion y voluntad que mostraba tener á las cosas de su servicio, y escusose diciendo, que á los de su consejo parecia, que se le pedian algunas cosas por parte de las señorías de Florencia y Luca, que se debian moderar, y que por entónces sobreseia en la empresa de Cerdeña, y cuando fuese tiempo, daria parte à aquellas señorías con las cuales él deseaba toda buena confederacion y amistad y con sus aliados.

CAP. LXIII.—De los capitanes moros que vinieron á servir al rey de Granada.

[ocr errors]

que se habia venido para su servicio, que fuésen en socorro de don Alonso con sus vasallos y gente para defender la frontera y cercar á Moron.

CAP. LXIV. De la armada que Roger de Flor llevó de Sicilia con las compañías de catalanes y aragoneses contra los turcos á sueldo del emperador Andrónico. En este año despues que la gente de guerra que estaba en la isla de Sicilia fué despedida por el rey don Fadrique, los catalanes y aragoneses que habian concurrido á ella por mandado del rey don Fadrique, fueron en socorro y ayuda de Andrónico emperador de Constantinopla, á su sueldo contra los turcos que› habian ocupado parte del imperio, y fué capitan ge neral desta gente fray Roger de Flor de Brindez, y fué tan poderosa armada que afirma Juan Vilano que lle➡ vaban veinte galeras y otros navíos; y Ramon Montaner que escribió muy estendidamente el suceso desta empresa, dice, que eran todos catalanes y aragoneses, y que llevaban hasta cuatro mil almogáraves, toda gente muy plática y ejercitada en las guerras de Sicilia y Calabria desde el tiempo del rey don Pedro. Fueron los principales caballeros y capitanes que le siguieron, Berenguer de Entenza, Fernan Jimenez de Aienos, Fernando Ahones, Corbarán de Lehet, Martin de Logran, Pedro de Oros y Sancho de Oros, Bernardo de Rocafort y el mismo Ramon Montaner y muchos capitanes. Mas atendido que las cosas que su❤. cedieron en esta empresa de levante á estos caballeros y á su gente, que se llamó la compañía de catalanes, Habia en fin deste año guerra por el reino de Mur- fueron de muy señaladas y de gran variedad y suceso, cia, no solo con el rey de Castilla, pero con el rey de y por ellos á la postre se conquistó el ducado de AtheGranada que nuevamente habia sucedido en aquel rei- nas y Neopatria, que se dió á los reyes de Sicilia, y por no. Este en el principio de su reinado hizo guerra á los esta causa quedó aquel título en su corona, y Ramon pueblos de la frontera que estaban por el rey de Cas-Montaner, que escribió los sucesos desta conquista, no tilla, y tomó á Beamar, y tenia el rey de Aragon cier- | distingue los tiempos, se pondrá en suma adelante en tos caballeros moros muy principales en el reino de el año de mil trescientos y catorce, Valencia y Murcia, que con los de su valia hacian. guerra al rey de Granada, y el principal caudillo se llamaba Alabez Abenraho, y eran diversos capitanes de los ginetes, y caballeria morisca, que se habian recogido por las guerras que habia entre los moros del reino de Granada, al reino de Murcia y al de Valencia. Estos se confederaron por el mes de diciembre deste año con el rey estando en Valencia, y ofrecieron que harian guerra contra el rey de Granada, y contra el de Castilla y contra cualquier de sus enemigos cristianos ó moros, y prometian de dar en rehenes sus hijos por los castillos de Negra, Lorchi y Cepri, que el rey les daba para su seguridad, y detenerlos por él en su servicio, así como vasallos tenian los castillos por su señor, y el rey les daba todos los castillos que ganasen del rey de Granada, para que fuesen suyos. Allende desto, porque estos ginetes eran muy crueles en la guerra que hacian, les mandó el rey que en las cabalgadas que hiciesen en las tierras de sus enemigos, no prendieşen ni matasen mujer ninguna, porque no era costumbre de los suyos. Estaba toda la frontera de Castilla, y la comarca que se tenia por don Alonso hijo del infante don Fernando, puesta en armas, y aunque se habia desercado la villa de Almazan, que se tenia por don Alonso, hijo del infante don Fernando, se habian alzado con Moron sus contrarios, y con otros lugares que tenian, unos caballeros, que habian, muerte don Fernando hermano de don Alonso, y por esta causa el rey mandó á sus ricos hombres que tenia en la frontera, y á don Juan Jimenez de Urrea,

CAP. LXV.-Que el rey envió sus embajadores al papa' Benedicto XI, para que hiciesen el reconocimiento del feudo por la isla de Cerdeña.

Sabida por el rey la eleccion del papa Benedicto, estando en la ciudad de Valencia, á donde tuvo la fiesta de la navidad de nuestro Señor de mil trescientos y cuatro, considerando que él babia personalmente prestado el juramento y hecho el reconocimiento que de→ bia por el feudo del reino de Cerdeña y Córcega, al papa Bonifacio, determinó de enviar sus embajadores al papa Benedicto, para que hiciesen el juramento y reconociesen el vasallaje segun la órden de la investidura, y fueron enviados para esto Vidal de Vilanova y Guillen de la Ceria. Estos embajadores hallaron al papa en Perosa y fueron muy bien recibidos por él y por toda su corte, y admitió el juramento en público consistorio un viernes á cinco del mes de junio deste año, y el lunes siguiente concedió al rey por tres años la décima de sus reinos sin condicion ninguna, y la legacion para las islas de Cerdeña y Córcega, pero el papa adoleció luegó en la vigilia de san Pedro, y murió de aquella dolencia. Estos embajadores pasaron á Nápoles y concordáronse por medio del rey de Aragon y de la reina doña Blanca, matrimonios del infante don Sancho, hijo primogénito del rey de Mallorca con María hija del rey Carlos y de la infanta doña Sancha hija del mismo rey de Mallorca, con Roberto duque de Calabria.,

« AnteriorContinuar »