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contraido; y seguirémos brevemente á Clavigero en su sinopsis de sus anales. Se cuenta que con los otros emigraron de Aztlan; pais, cuya localidad es enteramente apócrifa. Estaba al norte del golfo de California; de manera, que hay espacio bastante para que la imaginacion se pasee á sus anchas por él. Empezaron su peregrinacion en el año 1160 de la era vulgar, y se dice haber ocasionado y diríjido su jornada pronósticos, agüeros y profecias parecidas exactamente á las que ilustraron el viaje de Eneas á Italia. Puede caber mucha duda en si Eneas encontró y colonizó la Italia; pero los mejicanos ciertamente se establecieron en Anahuac. No los seguirémos en su ruta, de la cual quedaron trazas en sus monumentos y templos. De Culiacan, en la costa oriental del golfo de California, caminaron las siete tribus juntas por muchos dias con direccion al este. En Chicomoztoc las seis dejaron á los mejicanos, y continuaron su marcha ácia Anahuac. Despues de nueve años de residencia en aquel paraje, los mejicanos, pasando probablemente por Michoacan, llegaron á Tula, en cuyo lugar se refiere haberse suscitado una desavenencia que los dividió en dos partidos; de cuya siguiente separacion hablarémos en adelante. El curso de su jornada era tortuoso; pero no es de admirar, pues que seguian la senda indicada por la tierra baja. En 1216 de la era vulgar llegaron á Tzumpango, en el valle de Méjico, y como veinte millas al norte del lago; en donde se formó una alianza entre una de sus princesas y el hijo del jefe del pais, de cuya union descendieron los reyes de Méjico.

Despues de siete años de residencia en Tzumpango los emigrados pasaron á Tizajocan, en donde nació un hijo á su nuevo aliado el príncipe Ithuicatl. Formaron otras alianzas en esta rejion; pero la oposicion de un jefe de los chichimecas los obligó en 1245 á refujiarse en las alturas, dos millas al oeste del asiento de su destinada ciudad. Pasados diez y siete años en este distrito, en una constante guerra con sus salvages ve

cinos, se apoderaron de un grupo de islas en la estremidad meridional de la laguna de Méjico; y por espacio de cincuenta y dos años vivieron aquí en un estado de desnudez y miseria, alimentándose de pescado. aves acuáticas, insectos y raices. En seguida, bien obligados por la fuerza, ó bien por su propio consentimiento, marcharon á Colhuacan, y se hicieron en 1314 vasallos de los colhuis, cuyo territorio caia al norte, nordeste y este de la laguna. Al cabo de algunos años se suscitó una guerra entre estos pueblos y los xoquimilcos, sus vecinos, que habitaban al lado meridional de la laguna; en cuya guerra los nuevos súbditos de los colhuis, los mejicanos, se portaron valerosamente. Pero habiendo celebrado su victoria con sacrificios de sangre humana, hirieron tanto los sentimientos de sus protectores con esta y otras prácticas semejantes, que estos les dieron permiso, ó mas bien órden de separarse de ellos y partir. Despues de andar errantes por algun tiempo llegaron al paraje en que fundaron su ciudad. Encontraron cierto árbol (el nopal) que crecia en una roca, con una águila posada sobre él; lo que les indujo á dar al pais, y en seguida á la ciudad, el nombre de Tenochtitlan. Se ha disputado mucho acerca del orígen de la palabra Méjico. Clavigero dice que es derivada del apelativo del Marte de su mitologia, dios tutelar de ellos, y que significa-Lugar de Mexitli, ó de Huitzilopochtli En honor de este dios edificaron un tosco templo, al principio de su establecimiento, el que consagraron sacrificando una víctima humana-uno de los colhuis: esto fué en el año 1325. De nuevo se vieron obligados por la necesidad á recurrir á la caza y á la pesca en la laguna; y con el producto de sus labores y el pequeño comercio, ó mas bien cambio que hacian con sus vecinos, se mantuvieron en una miserable condicion por trece años. En 1338 su antigua desavenencia doméstica, que antes se indicó, y que ellos no habian olvidado, terminó en una division de la nacion : y una parte se retiró á una isla de la laguna al norte, que

despues se llamó Tlaltelolco, así como á los emigrados se dió tambien en lo sucesivo el nombre de tlalteloltecas. Acia el tiempo en que ocurrió esta division, fué dividida la ciudad de Méjico en cuatro partes, dedicada cada una á un dios tutelar. El gobierno fué oligárquico, ó manejado por algunos nobles, hasta 1352, en que la falta de un enérgico poder ejecutivo y el ejemplo de sus vecinos los indujo á establecer una monarquia.. Su primer monarca Acamapichtzin fué elejido, segun parece, por unos veinte jefes, ó nobles: en cuanto á su genealogia todo es confusion entre los historiadores. Aquí pasamos á hacer una revista rápida de la dinastia mejicana; pero es preciso que se considere que sus primeros anales, vagos y á menudo ininteligibles como nos han llegado, se refieren á una estension de territorio no mayor que el que poseian los romanos, cuando se domesticaron dentro del recinto de sus siete colinas. El primer rey mejicano, despues de infructuosos atentados para enlazarse con las familias de los príncipes circunvecinos, consiguió el casarse con la hija del jefe de Coatlichan, descendiente de uno de los tres príncipes Acolhuis, y cuyo territorio estaba como á setenta millas al oeste de Méjico. Los tlalteloltecas, á imitacion de sus hermanos, y guiados del espíritu de rivalidad, establecieron igualmente una monarquia. Ellos, como tambien los mejicanos de quienes se habian separado, estaban habitando dentro del territorio del rey de los tepanecos, al que reconocian pagándole un corto tributo. Este monarca, que agregaba á su título el de rey de Azcapozalco, y cuya capital era Tlacopan, ahora Tacuba, á solicitud de los tlalteloltecas les dió por rey uno de sus hijos; y accediendo á sus representaciones, aumentó al grado mas oneroso los impuestos y tributos de sus rivales y codescendientes, los mejicanos. Hasta entónces habian pagado anualmente cierta cantidad del pescado y aves acúaticas que cojian en la laguna y sus inmediaciones; pero ahora se les exijió pagasen doble cantidad de caza

y pesca, y ademas, se les obligó á contribuir con muchos millares de haces de vástagos de sauces y abetos, para plantarlos en los caminos y jardines de Azcapozalco, y á traer á la corte del monarca un jardin flotante plantado de toda la variedad de las vejetales producciones de Anahuac. La necesidad forzó á los mejicanos á cumplir con esta y otras gravosas exacciones que se les aumentaron en lo sucesivo. Pero la industria ejercitada de esta manera, contribuyó, sin duda, á su futura riqueza é influjo. Esta opresion continuó por cincuenta años. Su primer rey gobernó treinta y siete; v los límites de su monarquia, durante este tiempo, se estendian solamente á los de la ciudad, miserable reunion de chozas hechas de junco y barro. Murió en 1389; y los jefes elijieron por sucesor á su hijo Huitzilihuitl.

Este rey, segundo de la dinastia, por las súplicas de sus embajadores, obtuvo en casamiento á la hija del reinante monarca tepaneco. Tezozomoc gobernaba á la sazon en Azcapozalco. Era un jefe astuto, y al parecer, de mucha prevision. Su hijo menor Majtlaton, temiendo sucediese al trono de su padre, hizo asesinar pocos años despues al infante del rey mejicano. Por este tiempo los mejicanos se distinguieron y adquirieron honor y poder, asistiendo, en union de los tepanecos, á sus vecinos los acolhuis en apaciguar la rebelion de un jefe subalterno, que habia escitado á las tribus que moraban al nordeste de la laguna á tomar las armas en su ayuda. Desde este periodo parece que los mejicanos avanzaron rápidamente, formando alianza con las naciones limítrofes; atendiendo á la agricultura; y multiplicando el número de sus barcos y jardines flotantes sobre la laguna. El rey de Acolhuacan murió ácia el año 1402; y en breve se manifestaron las ambiciosas miras del soberano de Azcapozalco. Atrajo á sus proyectos á los mejicanos y tlalteloltecas; incitó á muchos jefes de los acolhuis á la rebelion; y el resultado fué una larga guerra que, despues de algunos

años de duracion, fué suspendida por algun tiempo, habiendo pedido hipócritamente la paz el rey de los tepanecos.

En 1409 subió al trono el tercer monarca mejicano, Quimalpopoca, hermano del precedente soberano, á cuya muerte fué elejido por los nobles. A este tiempo la ley de sucesion parece haber sido ó particularmente reconocida, ú originalmente establecida; por la cual, los hermanos del rey difunto se elejian primero, y en caso de que hubiesen muerto, los sobrinos. Los caribes de las islas de las Indias-occidentales seguian una regla algo semejante á esta ley, y en su apoyo alegaban una razon mas natural. Creian á los hijos de las hermanas uterinas de sus jefes capaces de sucederles; porque estaban ciertos de que á lo menos no se engañaban del todo en que preservaban así la sangre real.

El tercer monarca mejicano fué el mas desdichado de la dinastia, ántes de la llegada de los españoles, como lo demostrarán los incidentes de su reinado. El rey de los acolhuis se vió obligado á retirarse, por las intrigas de su vecino, á las montañas adyacentes, por las que anduvo errante y espuesto varias veces á ser víctima de la miseria y falta de alimento. Por último, fué asesinado en 1410 por los emisarios de su enemigo, dejando por heredero al principe Nezahualcoyotl, cuya madre era hija del primer rey de Méjico. El rey de los tepanecos, Tezozomoc, premió á sus aliados, dando á los mejicanos la ciudad de Tezcuco, y á los tlalteloltecas la de Huejotla, algunas millas al sur, mas con la condicion de poseerlas en calidad de tributarios suyos. Puso las otras ciudades de Acolhuacan bajo el gobierno de sus oficiales. Sin embargo, los mejicanos reconocieron los derechos del príncipe hereditario, nieto de su monarca, y lo favorecieron en cuanto les fué posible. El odio que profesaban á Tezozomoc se aumentó por las nuevas exacciones impuestas sobre ellos y su cognada familia los chichimecas. Tezozomoc murió en 1422 nombrando por sucesor á su hijo mayor. No

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