La Celestina: tragicomedia de Calisto y Melibea, Volumen 1E. Krapf, 1899 |
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 111 - ¡Quemada seas, alcahueta falsa, hechicera, enemiga de honestidad, causadora de secretos yerros! ¡Jesú, Jesú! ¡Quítamela, Lucrecia, de delante, que me fino, que no me ha dejado gota de sangre en el cuerpo!
Página 119 - Y porque para escribir la oración no habrá tiempo sin que venga mi madre, si esto no bastare, ven mañana por ella muy secretamente. LUCRECIA. — (Aparte.) ¡Ya, ya, perdida es mi ama! ¿Secretamente quiere que venga Celestina? ¡Fraude hay! ¡Más le querrá dar que lo dicho!
Página 27 - ¿Cómo? Yo te lo diré. Mayor es la llama que dura ochenta años que la que en un día pasa, y mayor la que mata un ánima que la que quema cien mil cuerpos.
Página xxxii - Fernando de Rojas, y es en la feliz aplicación de los refranes y proverbios, que tan exquisito sabor castizo y sentencioso comunican...
Página 23 - Téngolo por tanto en verdad que, si Dios me diesse en el cielo la silla sobre sus sanctos, no lo ternía por tanta felicidad.
Página 117 - Quiero pues en tu dudosa disculpa tener la sentencia en peso y no disponer de tu demanda al sabor de ligera interpretación. No tengas en mucho ni te maravilles de mi...
Página 103 - ... aquel flaco andar, aquel espacioso comer? Pues ¡ay, ay, señora!, si lo dicho viene acompañado de pobreza, allí verás callar todos los otros trabajos quando sobra la gana y falta la provisión, que jamás sentí peor ahito que de hambre.
Página 97 - Todos los agüeros se aderecan fauorables, ó yo no sé nada desta arte: quatro hombres que he topado, á los tres llaman Juanes, é los dos son cornudos. La primera palabra que oy por la calle fue de achaque de amores; nunca he tropecado como otras vezes. Las piedras parece que se apartan...
Página 202 - ¿A quién gentil? ¡Mal me haga Dios si ella lo es, ni tiene parte dello, sino que hay ojos que de lagañas se agradan 16I Santiguarme quiero de tu necedad y poco conocimiento.
Página 105 - CELESTINA. — Tan presto, señora, se va el cordero como el carnero. Ninguno es tan viejo que no pueda vivir un año, ni tan mozo que hoy no pudiese morir.