Coleccion de las obras suelas: assi en prosa, como en verso, Volumen 13

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A. de Sancha, 1777 - 21 páginas
 

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Página 78 - Mañana le abriremos" respondía, para lo mismo responder mañana ! TEMORES EN EL FAVOR Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro, y la cándida víctima levanto, de mi atrevida indignidad me espanto, y la piedad de vuestro pecho admiro. Tal vez el alma con temor retiro, tal vez la doy al amoroso llanto que, arrepentido de ofenderos tanto, con ansias temo y con dolor suspiro. Volved los ojos a mirarme humanos, que por las sendas de mi error siniestras me despeñaron pensamientos vanos; no sean tantas...
Página 367 - ... no hay repugnancia. Quiera yo lo que vos, pues no es posible no ser lo que queréis, que no queriendo, saco mi daño a vuestra ofensa junto. Justísimo sois vos; es imposible dejar de ser error lo que pretendo, pues es mi nada indivisible punto.
Página 182 - Mañana le abriremos — respondía — , para lo mismo responder mañana! Al Pastor Crucificado. PASTOR, que con tus silbos amorosos me despertaste del profundo sueño: Tú, que hiciste cayado de ese leño en que tiendes los brazos poderosos, vuelve los ojos a mi fe piadosos pues te confieso por mi amor y dueño y la palabra de seguirte empeño tus dulces silbos y tus pies hermosos. Oye, Pastor, pues por amores mueres, no te espante el rigor de mis pecados pues tan amigo de rendidos eres.
Página 175 - Cuando me paro a contemplar mi estado ya ver los pasos por donde he venido, me espanto de que un hombre tan perdido a conocer su error haya llegado. Cuando miro los años que he pasado la divina razón puesta en olvido, conozco que piedad del cielo ha sido no haberme en tanto mal precipitado. Entré por laberinto tan extraño fiando al débil hilo de la vida el tarde conocido desengaño, mas de tu luz mi...
Página 416 - Gloria a Dios en las alturas, paz en la tierra a los hombres; Dios ha nacido en Belén en esta dichosa noche. Nació de una pura Virgen; buscadle, pues sabéis dónde, que en sus brazos le hallaréis envuelto en mantillas pobres.
Página 368 - Y vos, dichoso niño, que en siete años que tuvistes de vida, no tuvistes con vuestro padre inobediencia alguna, corred con vuestro ejemplo mis enga[ños, serenad mis paternos ojos tristes. pues ya sois sol, donde pisáis la luna; de la primera cuna a la postrera cama no distes sola un hora de disgusto, y agora parece que le dais, si así se llama lo que es pena y dolor de parte nues[tra, pues no es la culpa, aunque es la cau[sa, vuestra.
Página 256 - Ven, muerte, tan escondida, que no te sienta venir, porque el placer de morir no me torne a dar la vida.
Página 369 - Aquí la edad acaba, porque nunca comienza desta suerte". ¿Quién vio rigor tan fuerte, y de razón ajeno, temer por bueno y santo lo que se amaba tanto? Mas no os temiera yo por santo y bueno, si no pensara el fin que prometía quien sin el curso natural vivía.
Página 366 - Ofrezco humildemente a vuestras Aras; Que si es de todos el mejor tributo Un puro corazón humilde y tierno, Y el más precioso de las prendas caras, No las Aromas raras Entre olores Fenicios Y licores...
Página 369 - Yo para vos los pajarillos nuevos, diversos en el canto y las colores, encerraba, gozoso de alegraros, yo plantaba los fértiles renuevos de los árboles verdes, yo las flores en quien mejor pudiera contemplaros, pues a los aires claros del alba hermosa apenas...

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