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que los hombres se llenasen de confusiones la cabeza para que arte significase "conjunto de reglas para hacer bien las cosas,,, como dicen muchos autores.

El arte no es más que una manera especial y excelente de trabajo: así nos lo indica el examen de la naturaleza y etimología de la palabra.

Pero ¿se llama obra de arte á unos zapatos, á un martillo ó á una máquina? ¿Hay verdadera razón para que se llamen artistas los zapateros, los herreros ó los mecánicos? No. ¿Por qué?

El zapatero y el herrero trabajan, se afanan y sudan al practicar sus oficios, y hacen los zapatos ó el martillo según otros zapatos y otros martillos que han visto antes ó que el maestro les ha enseñado. También D. Diego Velázquez de Silva, sevillano, que fué el primer pintor del mundo, trabajó, se afanó y sudó mucho para pintar el cuadro que llamamos de Las Lanzas, es decir, La rendición de Breda; pero además de eso, antes y después de coger los pinceles, tuvo que meditar mucho, pensando el cuadro, viéndole en su interior, estudiándole en su conjunto y parte por parte, y después de haber meditado mucho, pensado mucho y estudiado mucho, puso manos á la obra y resultó uno de los mayores y más magníficos objetos de arte que han hecho manos de hombre.

Quien va al Museo y ve el cuadro de Las Lanzas, no puede menos de exclamar: ¡Qué hermoso!-- En cambio á nadie se le ocurre llamar hermoso á un par de botas que hay en el escaparate de un zapatero.

Esa es la diferencia que hay entre la verdadera obra de arte y la obra del simple trabajo, por muy perfecto que el trabajo sea. El trabajo produce obras perfectas. El arte, que es trabajo asimismo, produce obras hermosas.

Mas el arte no sólo es trabajo, sino que también tiene mucho que ver con el juego.

Cuando vosotros, muchachos, jugáis, ¿qué os proponéis? Divertiros, recrearos á vuestro modo, es decir, procuraros un placer. Cuando corréis por los paseos, bajo los árboles frondosos, jugando al marro, ¿qué hacéis sino esparcir el ánimo, ensanchar los pulmones y estirar las piernas y los brazos, gozando la hermosura y la alegría de vivir sanos y fuertes en medio de la Naturaleza? Cuando remedáis los hechos de las personas mayores jugando á los soldados, al toro, á justicias y ladrones, etc.. ¿qué hacéis sino disfrutar la hermosura que hay en la imitación exacta de aquello que os gusta ó que satisface vuestra afición? Pues en todos vuestros juegos hay algo de arte, porque hay algo de trabajo, algo de hermosura y satisfacción, algo de imitación y aprovechamiento de los bienes que la Naturaleza nos ofrece; sois, pues, artistas sin saberlo, y como los hombres no son más que unos niños grandes, también los hombres son artistas ó tienen afición al arte, y también ellos, trabajando unas veces, jugando otras, llegan á hacer obras artísticas y á recrearse con ellas, como vosotros con el juego.

De suerte que podemos formar la primera noción del arte, sabiendo ya que es un trabajo, en el cual hay mucho de juego ó de imitación y que produce obras hermosas. Y asimismo podemos afirmar que toda obra hermosa hecha por el hombre es una obra de arte.

EJERCICIOS PRÁCTICOS

1.0 Léase un Aforismo de Hipócrates ó de Letamendi ó un artículo de la Constitución de Cádiz: léase después la Égloga primera de Garcilaso, y hágase notar la diferencia entre el trabajo del pensador ó del legislador y el del artista.

2.0 Léase el cantar El agua menuda, explíquele el profesor en forma prosaica y haga notar la misma diferencia.

LECCIÓN II

No vamos á tratar aquí tan sólo de cosas referentes al arte. En esta clase de Preceptiva literaria, lo mismo que en todas las demás del Instituto, vamos á procurar aprender una ciencia. ¿Y qué es ciencia? Para la gente vulgar, ciencia es lo mismo que saber. - Fulano tiene mucha ciencia - vale tanto como: -- Fulano sabe mucho.

Un refrán muy conocido afirma que la experiencia es madre de la ciencia, dando á entender que la primera maestra es la vida, es decir, que viviendo se aprende, y después, lo que se ha aprendido viviendo se escribe en los libros ó se enseña en las cátedras: lo cual es verdad.

La etimología más probable de la palabra ciencia, en latín scientia, parece la que fijaba el sabio maestro de griego, D. Lázaro Bardón. Scientia -- decía --proviene de la raíz griega skeu, madre de los verbos skeuassoo y skeuoo, que significan próximamente preparar, disponer ó aprestar. ¿Para qué prepara ó dispone la ciencia al que la estudia? Para saber. Por consiguiente, según la etimología, no debemos confundir el saber con la ciencia, y así es lo cierto. Hay quien posee muchas ciencias y nada sabe. Hay quien sabe mucho sin conocer casi ninguna ciencia.

Si la Preceptiva literaria es una ciencia (como veremos después), cuando la conozcamos toda, nos hallaremos perfectamente preparados para saber de verdad aquello que dicha ciencia estudia. Este es el único fin que nos proponemos en la segunda enseñanza: prepararnos para saber.

Al que sabe ó conoce perfectamente una ciencia, le llamamos maestro, y hay maestros de medicina, de música, de matemáticas, etc. ¿Cómo llegan á ser maestros, cómo logran conocer completamente la ciencia? Trabajando, estudiando muchos libros y practicando muchos años los principios que aprendieron en los libros y en la práctica de otros hombres ó los que ellos discurrieron é inventaron.

Luego la ciencia es un trabajo, lo mismo que el arte, y es un trabajo que consiste en perfeccionar nociones ó ideas vulgares, convirtiéndolas en conocimientos, esto es, en ordenar, preparar ó disponer lo que los hombres, á fuerza de constante estudio, van conociendo.

Pero se diferencia esencialmente del arte: en que la ciencia no la poseen ni la practican los hombres incultos ó salvajes; en que no existe en todos los pueblos ni en todas las épocas; en que nada tiene de juego, aunque á veces tenga algo de

imitación, y en que no produce obras puramente hermosas, como las obras de arte.

Por consiguiente, nuestra primera noción de la ciencia consiste en afirmar que es un trabajo de preparación para saber las cosas mediante el estudio y la experiencia. Y llamaremos obra científica á toda obra hecha por el hombre y que nos conduzca á saber algo.

¿Podemos saber algo más de lo que ya sabemos acerca del arte? Pues, entonces, entraremos á estudiar la ciencia del arte.

¿Existe la ciencia del arte, como existen la Geometría, que es la ciencia del espacio, y la Psicología, que es la ciencia del alma? Por lo menos, podemos afirmar que hay libros y tratados científicos acerca del arte en general.

De modo que, existiendo esa ciencia y estudiándola nosotros, ¿podremos hacer obras de arte? Nada de eso; tampoco se pueden hacer almas, por mucha Psicología que se estudie, ni se puede hacer espacio, aunque se posea admirablemente la Geometría. Estudiando Geometría lograremos conocer bien el espacio y sus propiedades; estudiando Psicología llegaremos á saber lo mejor posible qué es el alma del hombre, y estudiando la ciencia del arte podremos conocer bien las obras de arte, distinguir y estimar sus cualidades y reprobar sus defectos. Hacer obras de arte es oficio de los artistas; y esta clase no sabemos si será ó no un criadero de artistas; lo que debe ser, de fijo, es una reunión de jóvenes que desean saber algo acerca del arte, para dedicarse á él, ó no, según su gusto.

Bástenos, por ahora, saber que sí hay ciencia del arte: que esta ciencia se halla en construcción, por decirlo así, como casi todas: y que va formándose poco á poco, á fuerza de trabajar los artistas, produciendo obras y más obras, y de estudiar dichas obras los demás hombres.

Para conocer todas las obras de arte que se han hecho en el mundo hay una parte de la ciencia del arte: la Historia del arte.

Para conocer las ideas artísticas contenidas en todas esas obras que se han compuesto y muchas de las ideas que pueden servir para componer otras obras nuevas, hay otra parte de la ciencia: la Filosofía del arte.

La Historia del arte nos enseñará, por ejemplo, todos los cuadros, las estatuas, los edificios, las obras musicales y los libros de literatura que se han compuesto en un siglo.

La Filosofía del arte nos enseñará cuáles son las ideas que se han expresado en esos libros, músicas, edificios, estatuas y cuadros.

Con estas dos ciencias conoceremos los hechos y las ideas que al arte dicen relación. Pero, ¿bastarán para que sepamos todo cuanto se refiere al arte?

Si miramos una estatua ó un cuadro y sabemos porque la Historia nos lo dice, que aquella obra la hizo Fulano de Tal, en tal año, etc., y después averiguamos, porque la Filosofía del arte nos lo indica, la idea que ese Fulano quiso expresar con el cuadro ó con la estatua, no quedaremos satisfechos aún, sino que inmediatamente se nos ocurrirá preguntar: ¿Cómo hizo Fulano el cuadro ó la estatua? ¿Y cómo se hacen las estatuas y los cuadros?

Al decir esto declaramos la necesidad de otra ciencia, que viene después de la Filosofía y de la Historia del arte. Y esta ciencia es la Técnica artística ó Preceptiva, la cual sirve para conocer cómo se hacen las obras de arte, es decir, cómo las han hecho los artistas pasados y cómo pueden hacerlas los presentes.

Pero no contentos todavía con saber esto, después de conocer la obra, la idea encerrada en ella y la manera como la obra se ha hecho, preguntaremos: - Y esta obra ¿es buena ó mala? ¿Convendrá imitarla y estimarla por modelo, ó convendrá rechazar los defectos que tenga y evitar el caer en ellos? ¿Cómo podremos juzgarla?

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Estas últimas preguntas demuestran la necesidad de otra ciencia que venga á completar las enseñanzas de las que ya hemos enumerado, y esta ciencia es la Crítica artística, la cual nos sirve para conocer y juzgar el mérito de las obras de arte.

No hay más ciencias referentes al arte, porque no se puede hacer más sino estudiar y conocer bien las obras artísticas, investigar las ideas que en ellas se contienen, saber cómo se hacen dichas obras y juzgar si son buenas ó malas.

EJERCICIOS PRÁCTICOS

1.0 Léase, explicándolos el profesor, fragmentos del discurso Sobre la poesía mística, de Menéndez y Pelayo y del libro De la poesía heroico-popular castellang, de Milá y Fontanals: del libro De la belleza ideal, de P. Arteaga, y del Cortesano, de Boscán: del Orador christiano, de Mayans, y del Genio de la Historia, del P. San José, y de la crítica de Los amantes de Teruel, de Larra.

2.0 Después de leído cada fragmento, procúrese que un alumno haga oralmente el resumen de las principales ideas.

3.0 Procediendo por analogía, póngase como ejemplo un cantar é invítese á un alumno á que estudie el pensamiento filosófico de la obra (Filosofía del arte), y á otro, á que haga, en breves palabras, la crítica de la obra, es decir, á que exprese si le parece bien ó mal, alegando alguna razón, á ser posible.

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