Revista de Madrid

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1840
 

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Página 250 - No había en aquel tiempo tramoyas, ni desafíos de moros y cristianos, a pie ni a caballo; no había figura que saliese o pareciese salir del centro de la tierra por lo hueco del teatro, al cual...
Página 174 - ... acobardado los muchos que me amaban, hasta el punto de no ofrecerme, en testimonio de su amor, sino un compasivo silencio. Algunos hubo que me ofrecieron su espada; pero no acepté su oferta, prefiriendo yo ser sola mártir a verme condenada un día a leer un nuevo martirologio de la lealtad española.
Página 174 - Constitución, que llama ley á lo que votan las Cortes y sanciona el jefe supremo del Estado, y que pone fuera del dominio de la autoridad real una ley ya sancionada; no...
Página 168 - ... triste; seducido y enconado á fuerza de sugestiones insidiosas el poder supremo del Estado; ya los españoles veían venir el momento de repetirse el escándalo del año 14; y por descanso de siete años de fatigas y de combates y por recompensa á su constancia , á su fidelidad y servicios , contemplábanse atados otra vez al yugo de la servidumbre con los lazos formados por su misma lealtad.
Página 172 - Vuestro gozoso entusiasmo por estos actos solemnes de justicia y de clemencia solo pudo compararse con la intensidad de mi dolor, con la grandeza de mis amarguras.
Página 76 - Por esto, y porque YM en su carta autógrafa de la misma fecha que he tenido el honor de recibir , observa que por tales sucesos han hecho concebir á VM el temor de que peligra el trono, creo es un deber sagrado tranquilizar en esta parte á VM haciendo con nobleza y con la honradez que acostumbro las observaciones que me sugiere mi lealtad y patriotismo, por si logro inclinar el ánimo de VM á que , dando fé á mis palabras, acuerde los medios de salvacion, únicos que con justicia me parece...
Página 77 - ... es que cuerpos del ejército se han unido espontáneamente, sin duda porque el grito proclamado es el que está impreso en sus corazones, y por el que han hecho tan heroicos esfuerzos y presentado sus pechos con valor y decisión al plomo y hierro de los vencidos enemigos.
Página 251 - Este levantó algún tanto más el adorno de las comedias y mudó el costal de vestidos en cofres y en baúles; sacó la música, que antes cantaba detrás de la manta, al teatro público; quitó las barbas de los farsantes...
Página 250 - En el tiempo de este célebre español todos los aparatos de un autor de comedias se encerraban en un costal, y se cifraban en cuatro pellicos blancos guarnecidos de guardamecí dorado, y en cuatro barbas y cabelleras y cuatro cayados poco más o menos.

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