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respuesta decía cómo le tenía en merced las nueve hutias, y la hora del día que llegaron; el amo riñó al indió. El negaba, como dicen, a pie juntillas; mas como entendió que lo hablaba la carta, confesó la verdad. Quedó corrido y escarmentado, y publicó entre los suyos cómo las cartas hablaban, para que se guardasen dellas. A falta de papel y tinta, escribían en hojas de Guiabara y copey con punzones o alfileres. También hacían naipes de hojas del mesmo copey, que sufrían mucho el barajar.

XXXV

Las cosas de nuestra España que hay agora en la Española.

Todos los pueblos que hay en la isla avecindan españoles y negros, que trabajan en minas, azúcar, ganados y semejantes haciendas; que, como dije, no hay sino pocos indios, y aquéllos viven en libertad, y en el descanso que quieren, por merced del emperador, para que no se acabe la gente y lenguaje de aquella isla, que tanto ha rentado y renta al patrimonio real de Castilla. El pueblo más ennoblecido es Santo Domingo, que fundó Bartolomé Colón a la ribera del río Özama. Púsole aquel nombre porque llegó allí un domingo fiesta de Santo Domingo; así que concurrieron tres causas para llamarlo así. En esta ciudad están las audiencias real y arzobispal, y grandísimo trato y escala para todas las Indias, por lo cual toda la isla se llama también Santo Domingo. El primer obispo fué fray García de Padilla, francisco, y el primer arzobispo Alonso de Fuenmayor, natural de Yanguas, año de 1548. No había en esta isla animales de tierra con cuatro pies, sino tres maneras de conejos, o por mejor decir ratas, que llamaban hutias, cori y mohuy; que

mis, que eran como liebres y gozquejos, de muchas colores, que ni gañían ni ladraban. Cazaban con ellos, y después de gordos comíanselos. Hay agora toda suerte de bestias que sirven de carga y carne. Han multiplicado tanto las vacas, que dan la carne a quien desuella el cuero, y el deán Rodrigo de Bastidas tuvo de una sola vaca ochocientas reses en veinte y seis años; paría cada año cinco y los más dos becerros. A los diez meses conciben las novilllas, y aun las potrancas hacen lo mesmo. Los perros que se han ido y criado en los montes y despoblado son carniceros más que lobos, y hacen mucho daño en cabras y ovejas. Los gatos, aunque fueron de España, no mean tanto como en ella cuando en celos andan, ni aguardaban⚫al enero a vocear, sino que a todo tiempo del año se juntan, y sin estruendo ni gritería. Vides había en esta isla cuyas uvas sazonaban; empero, no hacían vino dellas; que me maravillo, siendo la gente amiga de embeodarse. Llevaron sarmientos de acá que traen maduras las uvas por Navidad. Mas aun no hacen vino, no sé si por flojedad de los hombres o por fortaleza de la tierra. Trigo da muy bien, aunque se dan poco a él, por ser el maíz fácil y seguro de coger, y pan sustancial y que sirve para vino. Al principio que sembraron trigo se hacían recias cañas y gordas espigas, y que tal dellas producía dos mil granos: multiplicación semejante jamás se vió. Por lo cual se conosce cuán grasa tierra es aquesta de que hablamos, por cuya causa deben ser estériles los olivos y todos árboles que llevan fruta con cuesco; y aun muchos dellos no prenden, como son duraznos y los de su género. Las palmas, empero, maduran sus dátiles, aunque no son buenos. El contrario es en los árboles de pepita, que se crían muy bien, ora sean dulces, ora sean agros. Hay muchos cañafístolos naturales, empero vanos o malos; los que se han hecho de pepitas de boticarios que allá pasaron son excelentísimos y en grandísimo número,

GÓMARA: HIstoria de las INDIAS.-T. I.

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sino que los destruyen las hormigas. Todas las yerbas de hortaliza que llevaron de acá se hacen muy lozanas; y tanto, que no granan las más, como son rábanos, lechugas, cebollas, perejil, berzas, zanahorias, nabos y cogombros. Lo que mucho ha multiplicodo es azúcar, que hay al pie de treinta ingenios y trapiches ricos. Plantó cañas de azúcar primero que otro ningún español, Pedro de Atienza. El primero que lo sacó fué Miguel Ballestero, catalán, y quien primero tuvo trapiche de caballos fué el bachiller Gonzalo de Velosa. También sacan bálsamo bastardo de un árbol dicho goaconar, que huele bien; arde como corazón de pino. El primero que lo sacó fué Antón de Villasanta, por industria y aviso de su mujer, que era india. Sácanlo asimesmo de otras cosas, y aunque no es cual lo de Judea, es bueno para llagas y dolores. Infinitas aves hay en esta isla que no las hay en España, y muchas como en ella, empero ni había pavos ni gallinas; aquéllos se crían poco y mal; éstas, mucho y bien, sin diferenciarse en nada de como son acá, salvo que los gallos no cantan a media noche. Las cosas que como mercaderías se traen ordinario, y en cantidad, de aquestas isla a estas partes son azúcar, brasil, bálsamo, cañafístola, cueros y azul. He puesto este capítulo para que todos conozcan cuánta diferencia y ventaja hace la tierra con mudar pobladores. Heme también alargado en contar muchas particularidades della porque la tema de la historia es tal, y porque ella fué principio y madre de haberse descubierto las Indias, tierra tan grandísima como visto y entendido habréis por nuestra hidrografía, y porque los más que a Indias van entran o tocan o miran allí.

XXXVI

Que todas las Indias han descubierto españoles.

Entendiendo cuán grandísimas tierras eran las que Cristóbal Colón descubría, fueron muchos a continuar el descubrimiento de todas, unos a su costa, otros a la del rey, y todos. pensando enriquecer, ganar fama y medrar con los reyes. Pero como los más dellos no hicieron sino descubrir y gastarse, no quedó memoria de todos, que yo sepa, especialmente de los que navegaron hacia el norte, costeando los Bacallaos y tierra del Labrador, que mostraban poca riqueza. Ni aun de todos los que fueron por la otra parte de Paria, desde el año de 1495 hasta el de 1500. Porné los que supiere, sin contemplación de ninguno, certificando que todas las Indias han sido descubiertas y costeadas por españoles, salvo lo que Colón descubrió; ca luego procuraron los Reyes Católicos de las saber y señalar por suyas, tomando la posesión de todas ellas, con la gracia del Papa.

XXXVII

La tierra del Labrador.

Muchos han ido a costear la tierra del Labrador por ver adónde llegaba y por saber si había paso de mar (1) por allí para ir a las Malucas y Especiería, que caen, como en otro lugar diremos, so la línea Equinocial, creyendo acortar mucho el camino, habiéndole. Cas

(1) Primeras tentativas históricas para hallar el paso del Noroeste. (Nota D.)

por

tellanos lo buscaron primero, como les pertenecen aquellas islas de las Especias y por saber y conoscer la tierra por suya. Y portogueses también, por atajar navegación, si lo hubiera, y enredar el pleito que sobre ellas traían, para nunca lo acabar; y así, fué allá Gaspar Cortes Reales (1), el año de 1500, con dos carabelas. No halló el estrecho que buscaba. Dejó su nombre a las islas que están a la boca del golfo Cuadrado y en más de cincuenta grados. Tomó por esclavos hasta sesenta hombres de aquella tierra, y vino muy espantado de las muchas nieves y heladas, ca se hiela el mar allá reciamente. Son los de allí hombres dispuestos, aunque morenos, y trabajadores. Pintanse por gala y traen cercillos de plata y cobre; visten martas y pieles de otros muchos animales, el pelo adentro de invierno y afuera de verano; apriétanse la barriga y muslos con entorchados de algodón y nervios de peces y animales; comen pescado más que otra cosa, especial salmón, aunque tienen aves y frutas. Hacen sus casas de madera, que hay mucha y buena, y cúbrenlas de cuero de peces y animales, en lugar de tejas. Dicen que hay grifos, y que los osos, con otros muchos animales y aves, son blancos. En esta tierra, pues, e isla andan y viven bretones, que conforman mucho con su tierra, y está en una mesma altura y temple. También han ido allá hombres de Noruega con el piloto Joan Scolvo, e ingleses con Sebastián Gaboto.

(1) En 12 de marzo de 1500 hízose a la vela Gaspar Corte Real, alcanzando «una tierra muy fría y de grandes bosques», que se cree fuera Terranova. En 1501 hizo otra expedición, de que no regresó. Alcanzó la costa N. E. de los Estados Unidos, el Labrador y S. de Groenlandia. En mayo de 1502 Miguel Corte Real equipó tres buques para buscar a su hermano, pero siguió la misma suerte de Gaspar. El rey de Portugal, por cuyo mandado habían navegado los Corte Real, envió (1503) dos carabelas en su busca, pero ni los hallaron ni se supo nunca cómo perecieron. (Nota D.)

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