The Oxford Book of Spanish Verse: XIIIth Century-XXth Century

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James Fitzmaurice-Kelly
Clarendon Press, 1918 - 459 páginas
 

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Página 236 - Estas, que fueron pompa y alegría Despertando al albor de la mañana, A la tarde serán lástima vana, Durmiendo en brazos de la noche fría. Este matiz, que al cielo desafía, Iris listado de oro, nieve y grana, Será escarmiento de la vida humana: ¡Tanto se emprende en término de un día! A florecer las rosas madrugaron, Y para envejecerse florecieron: Cuna y sepulcro en un botón hallaron. Tales los hombres sus fortunas vieron: En un día nacieron y expiraron; Que pasados los siglos, horas...
Página 413 - Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron; soy de la raza mora, vieja amiga del sol.... que todo lo ganaron y todo lo perdieron. Tengo el alma de nardo del árabe español. Mi voluntad se ha muerto una noche de luna en que era muy hermoso no pensar ni querer....
Página 91 - Si de mi baja lira tanto pudiese el son, que en un momento aplacase la ira del animoso viento, y la furia del mar y el movimiento...
Página 161 - No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Página 235 - DULCE vecino de la verde selva, huésped eterno del abril florido, vital aliento de la madre Venus, céfiro blando ; si de mis ansias el amor supiste, tú, que las quejas de mi voz llevaste, oye, no temas, ya mi ninfa dile, dile que muero. Filis un tiempo mi dolor sabía ; Filis un tiempo mi dolor lloraba ; quísome un tiempo ; mas agora temo, temo sus iras.
Página 229 - Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados, por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo ; vi que el sol bebía los arroyos del hielo desatados ; y del monte quejosos los ganados, que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa ; vi que, amancillada, de anciana habitación era despojos ; mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad sentí mi espada, y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo...
Página 154 - Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura: mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y la figura.
Página 166 - Pobre de aquel que corre y se dilata, por cuantos son los climas y los mares, perseguidor del oro y de la plata ! Un ángulo me basta entre mis lares, un libro y un amigo, un sueño breve, que no perturben deudas ni pesares.
Página 152 - Canciones entre el alma y el Esposo ESPOSA ¿ Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huíste, habiéndome herido ; salí tras ti clamando, y ya eras ido. Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero, si por ventura vierdes aquel que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero.
Página 207 - Un soneto me manda hacer Violante; Que en mi vida me he visto en tal aprieto : Catorce versos dicen que es soneto; Burla burlando van los tres delante.

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