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dria dañar á su salud, pero yo siempre he estado allí con ellos, y jamas he sufrido cosa algúna. Diráse que yo estoy mas abrigado que los jóvenes; pero tambien ellos por su edad tienen la sangre mnas caliente que la mia, y así queda todo compensado. Ademas, no puede ménos de serles provechoso el irse endureciendo, al paso que los hábitos de molicie y delicadeza les serian sumamente desfavorables en su profesion. Los domingos y fiestas digo misa á los estudiantes á las ocho y media de la mañana: cantan una misa en aleman á cuatro voces, ó cánticos é himnos sencillos; y en las fiestas solemnes, misa en latin. Durante el año último han ejecutado várias veces los alumnos de la primera clase algunas misas fáciles con mucha propiedad. Pero generalmente hablando no estoy del todo satisfecho con nuestra música de iglesia; no porque nuestros maestros-alumnos dejen de hacer cuanto está de su parte, sino porque carecemos de un surtido correspondiente de música de iglesia. El canto en las iglesias católicas está sujeto á una condicion especial; ha de formar un todo distinto y sin embargo en armonía con la misa, debiendo ademas adaptarse á cada una de las épocas del año eclesiástico. Ahora pues, tenemos muy poca música de iglesia á propósito para el pueblo: la que hay está en manos de unos pocos individuos que no quieren desprenderse de ella. Hay sin duda abundancia de música sagrada, acomodada á todas las ocasiones, pero está en el mas alto estilo. ¿Y para que fin han de llevarse los estudios de los jóvenes tan allá de lo que pueden necesitar en su futura esfera de actividad? Esta música de un órden tan elevado jamas puede ni debe ser patrimonio del pueblo. La música no ha de cultivarse como un mero recreo de los sentidos; sino que ha de ayudar á ennoblecer y refinar el corazon, y á formar el gusto moral.

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No importa tanto el como, respecto de lo que cantan. En las escuelas primarias normales no debe ser la música, como no lo es la lectura, el objeto principal; debe mirarse y tratarse como un dio para conseguir un fin mas alto, cual es la educacion y cultura moral. Con razon pues se exige á las escuelas normales el que difundan un género mas noble y digno de música sagrada popular; y este es su verdadero oficio en cuanto concierne á la música. Un buen compositor que se dedicase á este ramo se grangearía un honor inmortal. Es de desear que las supremas autoridades, señaladamente las eclesiásticas alienten á llenar este vacio á aquellos compositores que dan muestras de ingenio para la música sagrada. En estas indicaciones solo llevo á la mira, es muy cierto, la iglesia católica. Sucede todo lo contrario con la protestante que posee gran copia de salmos; no habiendo mas que escoger los apropiados al sermon: esta circunstancia facilita mucho la tarea de las escuelas normales protestantes. En el culto católico al reves, el ser

ó

mon es tan solo una parte subordinada de un conjunto mas ámplio con el cual debe armonizar el canto, adaptándose á los vários momentos importantes, y de aquí la escasez de un sencillo contrapunto acomodado al caso. Para alcanzar el fin propuesto deberíamos tener no solamente un buen organista, sino tambien un hábil compositor, lo que no es fácil encontrar. Vuelvo á la distribucion del dia. Asi como este principió con la oracion, tambien termina con ella. Un cuarto ó media hora antes de ir á la cama se juntan todos los alumnos á son de campana para las devociones nocturnas. Se lee un trozo de la sagrada escritura. Y despues de detenerme mas o menos sobre algun testo y recomendarlo para la imitacion, concluyo con una plegaria. El año pasado predicaba una homilia sobre la leccion del dia, todos los domingos por la mañana antes de la misa; pero como me es penoso hablar en ayunas, lo reservo ahora hasta la noche. Tambien se ha decidido el que los alumnos confiesen y comulguen una vez al mes, como medio de fomentar los sentimientos morales y religiosos; á ménos que razones particulares aconsejen prolongar el intervalo á seis semanas, o cuando mas, á dos meses. El resto del dia se emplea segun el programa de lecciones y el órden dispuesto por el Ministerio. No se permite salir á los alumnos sino el dia de asueto semanal por la tarde; y esto es suficiente para su salud, pues en todas las horas de recreo pueden hacer ejercicio en un jardin de dos acres (1) de estension perteneciente al instituto.

Sin embargo en dias buenos suelo darles licencia para hacer sus escursiones al campo, cuando juzgo que puede ser provechoso á la salud; con la espresa condicion de que no lleven pipas de fumar.

Bueno es corregir las faltas; mejor evitarlas. Infinitos argumentos se han aducido en apoyo del principio que debemos dejar hacer su gusto á los muchachos para que tengan una voluntad vigorosa y aguardar hasta el tiempo en que se desarrolle la razon para darle una direccion elevada. Pero esto es dejar á la zizaña sofocar al trigo antes que tratemos de estirparla. La esperiencia prueba que la buena semilla brota mas vigorosa y medra mejor cuando el terreno queda limpio de malas yerbas. Debe pues la disciplina preceder y acompañar á la instruccion de los jóvenes, como la docilidad y la modestia á la de los niños. Sin duda la reverencia y reserva esterior no son mas que el principio de la sabiduría; debe enseñarse al hombre á pensar espontáneamente y sin impulso esterno acerca de los deberes á que está constituido; de manera que llegue á ser inclinacion el llenar cuanto ha reconocido claramente como una obligacion, el no consultar mas que su conciencia, y hacerse superior á la alabanza y vituperio de los hombres,

(1) La decima sesta parte de una caballeria de tierra.

Esto es cierto é incontestable; empero la carne siempre es frágil, aun cuando el espíritu esté dispuesto; y hay pocos entre los escogidos para quienes el elogio y la censura, las reconvenciones y escitaciones, el temor y la esperanza no sean recursos necesarios; razon porque se emplean semejantes medios con los grandes y los pequeños, en las casas particulares como en las escuelas, en la iglesia como en el estado; medios que jamas dejarán de surtir saludables efectos, si se manejan cuerdamente. Una sujecion y disciplina severa y ascética distan tanto de mi gusto como de mis principios; pero la esperiencia clama por un órden riguroso en las grandes escuelas, y señaladamente á los principios. Una vez establecido el órden completamente, una vez que cada cual ha aprendido á doblegar su voluntad á la unidad del cuerpo colectivo, puede relajarse la primitiva severidad y dar lugar á la dulzura é indulgencia. Hasta donde puedo acordarme, he observado que es mejor la educacion de los niños en las casas donde se guarda este principio. El dejar á los niños que vayan haciéndose voluntariosos y traviesos en su infancia por una débil ternura é indulgencia, para tener luego que reprenderlos y castigarlos con aspereza, cuando esten ya formados sus hábitos, no puede ménos de ser un sistema equivocado. Por estas razones comenzamos siempre leyendo el reglamento y leyes disciplinarias de la casa, de suerte que los alumnos sepan distintamente lo que tienen que hacer; cuidando nosotros luego de que dichas leyes sean estrictamente cumplidas. Los maestros por su parte ponen grande esmero en mostrar la mas puntual obediencia á todos sus deberes. Despues leemos trozos sueltos del reglamento, segun las circunstancias y á peticion de algun punto especial; asi se fortifica y facilita la disciplina. La mayor pena es la espulsion; y el año pasado nos vimos obligado á recurrir á ella por dos ocasiones. Ea todos los casos tratamos de proporcionar la pena á la falta, á fin de lograr la enmienda del delincuente y el bien general. Por ejemplo, si algun alumno está echado en la cama por indolencia, se le priva de su racion de carne en la comida, y por cuatro dias, una semana ó dos, segun sea, está obligado á declarar su presencia cuando nos reunimos por la mañana. El quedarse en casa los dias de fiesta, tocar la campana, traer agua &c. son las únicas penas corporales por faltas de indolencia é infraccion del órden. Las faltas de impaciencia o descuido, de poca sinceridad ó maldad, de grosería ó cualquier género de descortesia, las faltas contra la decencia y buenas costumbres, son castigadas con notas en el libro de inspeccion, que los mismos culpables están obligados á firmar. Respecto á la conducta de los estudiantes cuando están fuera de la casa, las autoridades y todo el vecindario ofrecen el unánime testimonio de que en nada se nota la presencia de estos jóvenes. No es

dificil hablar á sus corazones, y con argumentos acomodados á su edad y situacion conmoverlos hasta las lágrimas.

De ello podría citar varios ejemplares si no temiera dilatar este informe: citaré uno empero. Habiéndose disgustado el año último los estudiantes de la clase superior con el mayordomo, presentaron una peticion firmada por un gran número, en la que se especificaban los motivos de queja, concluyendo en que se le removiese. Yo pasé la peticion al mayordomo para que contestase los cargos, y despues de haber hecho su defensa, permití á los acusadores y acusado ventilasen su causa durante una de las lecciones religiosas.

El mayordomo no era irreprensible; y á la verdad que su falta era bien evidente: por otro lado la queja era exagerada, maligna, inexacta é inconsiderada; pues vários habian firmado sin leerla; otros lo habian hecho, porque tal ó tal punto les parecia justo; y algunos finalmente se habian mostrado harto eficaces en recoger firmas, y en reconvenir á los que no habian querido firmar. Habiéndose examinado el caso clara y circunstanciadamente, llevó el mayordomo su merecida reprimenda, que le im-. presionó profundamente; otros se enternecieron hasta derramar lágrimas; y los denunciadores cuando se les espuso distintamente los puntos indecorosos, inconsiderados y aun criminales de su conducta, reconocieron su injusticia, y prometieron no reincidir jamas.

Así pues el orden y disciplina, la instruccion y el rezo se consideran y emplean como otros tantos medios generales y especiales de cultivar la moralidad de los alumnos; y el infrascrito durante el corto período que corre á su cargo el instituto, ha tenido la satisfaccion de ver á muchos que entraron con malos y tristes hábitos, salir transformados y renovados. El asiento y la modestia se han substituido á la volubilidad y atolondramiento; el espíritu de. templanza á la comezon de goces sensuales; y los que no vinieron á buscar mas que el pan cuotidiano, han adquirido gusto por un alimento mas puro y delicado. Apenas cabe en lo posible que entre tantos no se introduzca una vez que otra alguno vicioso; y el año pasado entre los recien entrados habia un ladron astuto y consumado, cuyas depredaciones llenaron al establecimiento de desazon. y alarma. Era dificil descubrirle; pero la mentira y la perversidad siempre se venden a la postre: graves sospechas fueron acumulándose en el discurso del año sobre la cabeza del criminal; y aunque no había pruebas positivas, no pudo esquivar tanto nuestra vigilancia, que no nos dejase en posesion de una certeza moral contra sí. Fué espulsado en el exámen del año último. Con todo, como se carecia de prueba legal, no se tildó su nombre con la publicidad; escusándome desde luego las autoridades superiores de no mencionarle aquí; en la segura inteligencia de que no ha ocurrido despues otra desgracia de esta especie.-,,(Continuará.)

INDUSTRIA RURAL.

CULTIVO DE LA SEDA EN ESTA ISLA,

Se nos ha instruido de que al fin ya tenemos un establecimiento que debe resolver el problema sobre la posibilidad de cultivar la seda en nuestro pais, demostrando sus ventajas y cuanto mas se necesita en este importante ramo de riqueza pú blica. El laborioso D. José Magin Tarafa hacendado de Artemisa (S. Márcos) plantó cien mil more as en su cafetal, consiguió despues alguna semilla del insecto, y por tres años consecutivos se ha ocupado en estudiar y ad-lantar la cria, luchando siempre con la incertidumbre, con la opinion de sus amigos que no animaban su proyecto. Venció pues la constancia de este agricultor infatigable, pobló su tren de gusanos, y segun se nos informa, hoy colecta treinta libras en preciosos capullos, multiplicando la familia tan prodigiosamente, que dentro de pocos dias quintuplicará los productos y no serán suficientes sus espaciosas fábricas para alojar los bichos.-Ua amigo respetable é inteligente en la ciencia agrónoma, de cuya veracidad no podemos dudar, ha visitado el establecimiento de Tarafa la semana anterior y habla de la manera mas lisonjera en su favor, asegurándonos que penetrado de tanta prosperidad habia dispuesto sembrar moreras en una finca de su pertenencia cerca de aquel, para desde luego principiar este ramo de industria, que segun sus cálculos y razones, anuncia á la fértil Cuba una nueva era de esplendor y opulencia.-Se nos ha ofrecido mas adelante una relacion circunstanciada de los trabajos del Sr. Magin Tarafa con algunas observaciones, en apoyo de que nuestro suelo estimulado por la benignidad de su clima, es el mas propio, el mejor, el mas económico para el cultivo de la seda. Digan lo que quieran aquellos espíritus espantadizos siempre dispuestos á desacreditar las nuevas empresas. ¡Ocho cosechas consecutivas! Independiente de esto, las hojas de la morera destinadas al forraje de nuestros animales de ambas especies en el rigor de la seca, es un tesoro, un manantial, un hallazgo de gran valia para nuestros campos.

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