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era el que les mandaba el agua y todo lo necesario á la

vida.

El demonio los escitaba tanto cuanto podia para que adorasen esta piedra. Un indio nos contó que habiendo perdido su cosecha de maiz á consecuencia de la seca, se le apareció el demonio ba. jo la figura de otro indio y le dijo que acudiese á Llaiguen y que obtendria el agua necesaria si ofrecia á los dioses chicha y otras cosas, como hacia otras veces. El indio ejecutó esta órden y fué á Llaiguen, sin conseguir el agua; sin embargo, los padres lo llevaron á su convento y acabaron por convertirlo.

Los religiosos obstruyeron la entrada de esta caverna con tierra y piedras; en cuanto al ídolo Llaiguen lo quemaron y redujeron á cenizas.

Se descubrieron y destruyeron despues en las montañas otras cavernas dedicadas á los dioses Cauri, Caoquilca y Gaullio: este último era el Dios protector de los que fabricaban tejidos para los vestidos del Inca, y le ofrecian husos.

El ídolo que llamaban Casipoma era uno de los mas temidos. Era el Dios favorito de Huaynacapacy lo llevaba consigo á la guerra: tenia un palmo y medio de alto y una cara horrorosa. Le habian hecho un agujero en la boca y los indios aseguran que le han visto tragar un animal entero; pero probablemente el demonio lo hacía invisible. Pretenden tambien que rugía como un leon.

Se descubrió en el muro de nuestra iglesia detras del altar mayor el ídolo Guamansay, colocado allí por los indios, y al cual dirigian sus homenajes fingiendo adorar al verdero Dios. Estaba envuelto en una especie de tela muy rica, que tomamos para colocar el Santo Sacramento.

Como el clima de las diversas partes del Perú es sumamente variado, los Incas y los reyes tenian cuidado, cuando conquistaban un pais, de trasladar allí una gran parte de los habitantes de una provincia, cuyo clima fuese el mismo, y enviaban á esta otra los indios del pais vencido que nombraban Mitimaes. Como el distrito de Guamachuco tiene un clima que se asemeja al de Cuzco se habian enviado alli un gran número de los descendientes de los Incas. Cuando fué conquistado se encontraron muchos Incas orejones, que habian llevado consigo un pequeño ídolo negro nombrado Topallimillay. Uno de estos fué lo que nos entregaron con mas

sentimiento.

Se destruyó tambien el ídolo nombrado Muniguindo, que los indios consultaban antes de ir á la guerra, y otros dos que nombraban Yamaguanca y Yamoguanca. Estos tenian armaduras muy bien hechas.

Cada pueblo y cada profesion tenia sus ídolos particulares. Destruimos uno llamado Guispeguanagay, al que hacian ofrendas

para lograr buen suceso en la tintura de las telas. Cada vez que se preparaban estas para el tributo del rey se celebraba una fiesta en honor de aquel.

El Inca Huaynacapac habia tambien hecho colocar en el rango de los dioses uno de sus capitanes nombrado Xucalmango. Encontramos su imájen pintada en una muralla entre dos perros y la destruimos. Este Inca fué uno de los mas grandes adivinos que hubo, y el gran sacerdote del demonio Cupay; porque los reyes de este pais reunian á su dignidad la de Soberano Pontífice. Colocó en la cima de una montaña dos cántaros llenos de un agua que esparcia una peste insoportable, y los indios iban á ofrecer allí sacrificios para obtener las lluvias.

En el centro de cada pueblo habia una gran piedra que los indios miraban como el Dios tutelar y que llamaban Guachecoal. Los padres se las han quitado todas colocando cruces en su lugar.

El padre Ramirez encontró en un pueblo tres ídolos nombrados Tantuzoro, Guarasgaide y Guagalmojon. Este último era una muger y tenia diez hijos al rededor. Poseian estos ídolos cuarenta y un vasos de plata y cinco coronas, catorce joyales del mismo metal en forma de herraduras que colocaban en la barba y otras muchas riquezas. El ídolo que representaba una muger, mostraba sus partes naturales, y creian los indios que de ellas habian salido sus primeros padres.

Cerca de Conococha habia un gran templo dedicado al Dios Uzorpillao que poseia dos casas llenas de riquezas y otras tres destinadas á alojar los peregrinos que venian á adorarlo; pero no osaban acercarse al ídolo: lo que no era permitido mas que á sus servidores, y los mas que se atrevian á hacerlo morian súbitamente. Lo mismo sucedia á los sacerdotes que se arrojaban á hablarle sin haber ayunado ántes un año entero.

Siempre que una muger paria gemelos, y asi mismo una obeja dos corderos, los indios ayunaban por espacio de cinco dias sin salir de su casa y al sesto dia ofrecian un sacrificio al Dios llamado Acuchuccacque. Cuando se sublevaba una provincia los que iban á someterla invocaban á los dioses Yanaguanca y Xulcaguaca. Atribuian al Dios Maillar el poder de paralizar á aquellos que hablaban de él con irreverencia, lo que los horrorizaba de tal modo que los misioneros tuvieron mucho trabajo para conseguir que ellos les dijesen donde estaba colocado este ídolo. Encontraron tambien otro llamado Paucar que consistia en un gran papagayo hecho de barro. Los indios de Guamachuco adoran tambien los restos de un famoso capitan de los Incas nombrado Condor y de su hijo, sus cuerpos habian sido enterrados en un campo de maiz, pretendiendo que esto los conservaria. Adoran tambien algunas veces á las astas de ciervo, que llaman vicaos.

En todas las casas que pertenecian á los Incas pintaban grandes culebras, y dicen los indios que eran las armas de sus antiguos reyes. Yo mismo lo he visto en Cuzco y en Guamachuco. Los indios cuentan que cuando Chacochima, general de las tropas del Inca se hallaba en esta provincia con un numeroso ejército se le apareció el demonio bajo la forma de una serpiente velluda mas gruesa que el muzlo: su cabeza era semejante á la de un ciervo, y era muy larga: nombran esta serpiente Uscaiguay, tenia al cuello campanillas de oro; por esto los indios la miran como dios de la riqueza y la adoran para obtenerla. Cuando apareció la segunda vez anunció que retoruaba al cielo y toda la nacion vió que se elevaba caracoleando hasta que desapareció. He hablado mucho á los indios sobre esto y todos me han confirmado los mismos pormenores.

El demonio ha cegado tanto á estos desgraciados que adoran hasta los animales mas inmundos. Cuando cojen una zorra la abren y la hacen secar al sol, la visten en seguida como se visten allí las viudas y la atan con una faja como las que ellos usan, despues de haberla colocado sobre una especie de trono, le ofrecen chicha y otros objetos. Yo he visto y quemado una que se habia colocado con su hijo en actitud de darle de mamar.

Sin embargo, despues de Ataguju, es al sol á quien miran como el primero de los dioses y al que mas respetan. Celebran grandes fiestas en su honor y le habian elevado un templo suntuoso en Cuzco y en otros diversos parajes. En el que le estaba dedicado en Caxamalca fué donde los españoles colocaron su artillería cuando hicieron prisionero á Atabaliba. En el mismo lugar donde estaba el templo del sol se ha construido el convento de Do~ minicos en el Cuzco. Tenia un gran número de casas donde encerraban las vírgenes consagradas al servicio á quienes llamaban Mamaconas, y no eran servidas sino por eunucos. Si alguna quebrantaba sus votos, le daban muerte con toda su familia. Se observaban en esta provincia toda especie de supersticiones en honor de la luna y del sol. Notaré algunas para prevenir á los que están encargados de instruirlos en la fé cristiana. Cuando los indios viajan y se sienten cansados tiran cocas al aire y le dicen al sol; toma esto y no me fatigues.

Cuando quieren ofrecerle sacrificios se tapan la nariz con una sustancia semejante á la cera amarilla y se pintan la cara de rojo. Y así, cuando un cura vea un indio de esta manera es una señal que está preparado para la ceremonia. Los indios creen que hay al lado del sol dos ídolos que nombran Agan-Yamoc y YaganYahicnac; pero no tienen lugar destinado para adorarlos y lo hacen donde quieren.

En la época de las conjunciones de la luna á quien llaman

,,mama

Quilla, ayunan, no se unen á las mugeres y observan todas las privaciones de que he hablado; pero el ayuno no les impide embriagarse. En los eclipses hacen un ruido espantoso. La primera vez que lo vi, crei que el mundo se acababa. Ellos dicen Quilla, ó madre luna, tú te mueres; vuelve á la vida" y todos salen gritando de sus casas. No hacen sacrificios en esta ocasion; pero es una supersticion punible, porque creen que sus gritos libran á la luna.

Adoran las estrellas asi como las constelaciones que creen que existen cerca de Ataguju, y les hacen sacrificios para lograr buenas cosechas.

Los indios adoran tambien á la tierra, á quien llaman Pachamama y Chucomama. Los indios al nacer los recibe la tierra, porque las mugeres de parto no toman otras precauciones que tenderse en tierra y al punto de haber dado á luz vá al arroyo mas inmediato para lavar la criatura. Por esto tributan ofrendas á la tierra para que les dé fuerzas, y tambien para que produzca maiz en abundancia y no rompa los instrumentos que emplean en las labores. Cuando quieren dar nombre á su hijo, celebran en honor de Ataguju una especie de bautismo que el demonio les ha enseñado sumergiendo la cabeza en cierta composicion de agua. Con este motivo celebran las ceremonias de que hé hablado ántes.

Cuando el niño ha llegado á cierta edad se celebra en honor de Ataguju una nueva fiesta, y se le dá un nuevo nombre poniéndole un lienzo para cubrir sus partes naturales; el niño debe matar por si mismo un coy y ofrecer su sangre al ídolo, y termina la ceremonia bebiendo y catando. Los principales asistentes hacen un discurso dirigido al niño exhortándolo á ser hombre de bien y laborioso, y á obedecer á su padre y á su madre, se le dá en seguida una cuerda de cibuya, que es una planta del pais que se parece al lino y desde este momento se comienza á hacerle trabajar y á traer leña.

la

Una de las costumbres que nos cuesta mucho desrraigar es que han contraido los indios de vivir con sus mugeres cierto tiempo ántes de casarse. Llaman á este ensayo pantanaco; y sucede regularmente que despues de haber sido casados por el cura, abandonan la muger y dicen que no les conviene, porque no sabe preparar los alimentos y que por otro lado no han hecho el pantanaco.

Cuando son paganos, si un hombre pide á una jóven en matrimonio el padre le dice todos sus defectos, á fin de que no se queje despues. Si á pesar de esto la quiere el jóven, se presenta delante de la casa del padre cargado de leña, paja y chicha, y este le entrega su hija diciéndole:,,Tómala, y si no vale nada, no te quejes; porque ya te he dicho toda la verdad."

Los indios tenian, así como los cristianos el uso de la confesion verbal. He aquí como se descubrió. Un padre de nuestra religion, viajando en las montañas, percibió á un indio sentado sobre un monton de nieve sin hacer movimiento alguno. Esto le pareció sospechoso y creyó que practicaba algun acto de supersticion, y ostigándolo con preguntas acabó por hacerle confesar que cumplia una penitencia que su Alco ó sacerdote le habia impuesto, cuando le confesó sus pecados. De este modo se descubrió que se confesaban de sus faltas, que nombraban en su lengua ochas. Sacrificaban entonces un coy y examinaban sus entrañas: si se hallaban en buen estado sus sacerdotes le daban la absolucion; de lo contrario, los desechaban vergonzosamente, reprochándoles no haberlo confesado todo, y le imponian una dura penitencia, despues de la cual volvian de nuevo. Esta costumbre no existia sin embargo en la provincia de Guamachuco, y sí solamente en la de Cuzco y la de Collao.

Los indios conocen una yerba que mata á los que la comen ó beben el jugo, haciendo inchar todo el cuerpo; y segun la cantidad que se ha empleado, mata al punto ó vá consumiendo lentamente. Los idólatras han hecho perecer de este modo á un gran número de aquellos que nos han revelado el lugar donde se hallaban sus ídolos. Componen con la raiz de otra planta que reducen á polvo un veneno tan violento que no solo es fatal á todo el que tome la menor porcion, sino que tambien basta esparcir cierta cantidad al pié de un árbol para envenenar todos sus frutos.

Cuando los Alcos ó adivinos querian consultar al demonio, le llamaban ya al toque de tambor ó ya sonando un cardero de cobre, y al punto aparecia y respondia á todas sus preguntas.

No acabaría jamas si quisiese hablar de todos los ídolos que habia en el pais, porque nuestros padres han descubierto y destruido mas de 3000. No solamente habia un Dios para cada pueblo y para cada accion de la vida, sino que cada casa tenia los suyos semejantes á los penates de los antiguos Romanos. El Dios protector de los cois se llamaba Paiguinoc, el de las mugeres Mama-Azua, y el del ají ó pimienta Mama-Ucho. Seria una empresa infinita querer contar todas sus supersticiones. Nuestros padres han dado cuenta exacta de todo en el capítulo general del órden celebrado en 1557 en la ciudad de Lima.-El autor termina refiriendo los reglamentos que se sancionaron en esta asamblea.Como casi todos son relativos á la disciplina interior del órden. creo inútil traducirlos.-Al pié se halla la siguiente nota de Muñoz.-Terminado el 14 de noviembre de 1783, último dia mi residencia en Simancas donde comenzé á examinar los archivos en 30 de abril de 1780.

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