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nos; así es que ha desaparecido la proporcion de 10 p. que anteriormente se calculaba, y con bastante exactitud en la mortandad anual de los esclavos de un ingenio.

¿Necesitarémos probar que los costos de produccion se han disminuido considerablemente y que á la vez se han aumentado los productos? Parece que estamos dispensados de esto cuando se ven palpablemente estas ventajas donde quiera que hoy se fije la atencion.

Reasumiendo nuestras observaciones se verá que en efecto existe la rivalidad estrangera, pero que tenemos en favor nuestro una multitud de circunstancias que nos favorecen para obtener la preferencia, y por consiguiente grandes recursos para salir victoriosos de esta lucha de intereses, lucha que siempre hemos debido esperar porque está en la naturaleza misma de las cosas humanas. Si por pretensiones desmedidas y muy opuestas á circunstancias individuales y al estado de su fortuna hay dueños de ingenios que pueden sufrir un descalabro ó tal vez la ruina, creemos de buena fé que esto no es un mal inherente al ramo de industria agrícola que nos ocupa, sino efecto de malos cálculos y de la imprevision. Esta desventaja social por multiplicada que sea está compensada en gran manera con el considerable número de propietarios que sin mayores compromisos, establecen cierto órden de economía y siguen adelante aumentando sus producciones.

Considérese por un momento un ingenio de 2,000 cajas de produccion ó sean 34,000 arrobas surtidas á 3 de quebrado y de blanco vendidas á 6 y 10 rs. arroba; la produccion en bruto representará entonces un capital de 36,870 $ incluso el valor de los 2,000 envases. Supóngase que el ingenio haya costado 100,000 $ aun cuando el capital en parte esté formado por los productos sucesivos de la finca, y que el costo de produccion ó sea la refaccion sea de 16,870, por lo que se verá que no somos muy económicos; y entonces aparecerá un producto líquido de 20,000 $; los que con alguna razon para ello, querémos reducir á 15,000 $ por sí el azúcar solo se vendiese á 5 y 9 rs. ¿Cuáles serán entonces las utilidades efectivas de esta empresa? Claro está : un capital de 100,000 $ que produce líquido 15,000 anuales rinde en la proporcion de 15 p... Creemos pues que no es desventajosa la posicion de los propietarios que se hallan en este caso, y cuyo número es bien considerable.

Deseamos sinceramente que algunos escritores con mas conocimientos que nosotros entren de lleno en esta materia, discutiéndola en todos los puntos que presenta y que tienen una tendencia directa con el bien y prosperidad del pais. He aquí pues el único espíritu que nos ha animado y que exige la mas completa indulgencia en favor nuestro por los errores en que hayámes podido

incurrir, á cuya rectificacion estamos dispuestos en fuerza de los grandiosos intereses que se ventilan.-El que ama á su patria con el mas dulce entusiasmo, merece disculpa cuando la grata ilusion y el deseo de propender al bien público, le ha vendado pasageramente los ojos para separarle del sendero de las realidades.

APUNTES

PARA LA HISTÓRIA DE AMÉRICA.

Carta de un religioso Agustino sobre las supersticiones del Perú, dirigida en 1555 al Presidente del Consejo de Indias. (*)

Yllmo, Sr.

Para gobernar un pais es preciso, antes de todo, conocerlo. Audiens sapiens sapientior erit et guvernacula possidebit. Por esto es que el Espíritu Santo os ha hecho subir al empleo que llenais tan gloriosamente; porque cualquiera que sea el número y la diver. sidad de costumbres de los paises situados en las Indias occiden. tales, todos los conoceis como si los hubieseis recorrido, y sin embargo, no cesais de reunir todas las nociones que puedan daros luces sobre este objeto. Por la órden que habeis dado á los religiosos Agustinos de daros cuenta de todo lo relativo al Perú he formado la presente relacion. Ruego á V. I, me dispense las faltas que contenga; y á mi regreso á España podré hacerle una estensa relacion de todo lo que desee saber.

En el mes de enero de 1550, S. M. el Emperador considerando los servicios que los hermanos de nuestra órden habian hecho á la religion en la Nueva-España. dió órden al R. P. Provincial de enviar tambien algunos al Perú donde faltaban sacerdotes. Se apresuró á obedecer y eligiéndose religiosos, que envió á Sevilla con la órden de embarcarse en el primer buque que diese la vela para estos dominios, y les dió las instrucciones siguientes. (Las que se suprimen por ser demasiado largas y de poco interes.)

(1) El original pertenece a los archivos de Simancas y es el final del volúmen intitulado Papeles de buen gobierno 1550-55. La cópia está autorizada por J. B. Muñoz y existe en la Biblioteca de Mr. Termaux-Compans de Paris, que con tanta actividad ha sabido adquirir estos documentos.

Después de haber sufrido mucho durante la travesia estos doce religiosos llegaron á Panamá á fin de junio del mismo año. Despues de tres meses de permanencia se embarcaron por el mar del Sur y llegaron unos al puerto de Pacazmayo y otros al de Paita y se vieron precisados á continuar su ruta á pié al traves de arenales y desiertos. Llegaron á Lima al mismo tiempo que el Virey D. Antonio de Mendoza, cuyo confesor Fr. Juan Estacio era tambien un religioso de nuestra órden. Eligieron á este para primer Provincial en el capítulo que celebraron en esta ciudad. El Virey se apresuró á asignarles un terreno, en el que construyeron su con

vento.

Cuando estuvieron establecidos, comenzaron á ocuparse del objeto de su viaje y Fr. Pedro de Cepeda fué enviado en calidad de misionero con otro religioso á la provincia de Guadacheri, pais muy frio y silvestre á 18 leguas de Lima; pero se vieron bien pronto obligados á abandonarlo á causa de la rebelion de Francisco Fernandez Gironen Pachacama. Creyeron que debian volver á Lima para no verse obligados á tomar parte en la rebelion. El provincial dispuso entonces que algunos religiosos se reuniesen al ejército real para exhortar á la tropa y administrar los Sacramentos.

Cuando se disipó esta rebelion se enviaron dos religiosos en calidad de misioneros á la provincia de Guamachuco, que gobernaba entonces D. Juan de Sandoval de Guzman; porque se sabia que aun existian en esta provincia muchos guacas ó ídolos, asi como un gran número de brujos, y que podia considerarse como fuente de idolatría para todo el pais.

Establecieron un monasterio de nuestra órden en las mismas casas que habian pertenecido al Inca. Permanecieron allí mas de un año, sin que los indios que saben muy bien guardar un secreto, quisiesen descubrir donde estaban los guacas; pero obtuvieron al fin esta revelacion á fuerza de solicitudes y agasajos. Contaré aquí todo lo que estos misioneros supieron por otros que visitaron el pais.

Diré ántes de todo que esta provincia de Guamachuco tiene 130 leguas de largo y 80 de ancho, que linda por un lado con la de Caxamalca; y por los otros tres con el gran rio Chachapoyas, con las llanuras de Chicama y de Pacatmayo, y en fin con el pais de los Conchucos. Voy á referir ahora 19 la opinion que los indios tenian de Dios y el modo con que lo adoraban; 20 Cuales eran sus sacerdotes; 3o En fin, como eran sus ídolos ó guacas. Puedo decir que de todo he sido testigo ocular.

Entre algunos indios Yanacones que teniamos en nuestra casa, habia uno llamado Maras. El Señor se dignó iluminarlo, y fué quien nos dió las primeras nociones sobre los guacas; lo que nos hizo descubrir muy pronto lo demas: murió poco despues envene

nado por los indios que trataban así á los que rebelaban sus se

cretos.

Habiendo preguntado á los sacerdotes cual era el Dios que adoraban, respondian que era Atagoju, que habia creado todas las cosas; que habia hecho el cielo y la tierra y que los gobernaba; que habitaba en el cielo, y que viéndose solo habia creado otros dos dióses que gobernaban el mundo con él, y que todos tres no tienen mas que una sola voluntad y no tenian mugeres. Es sin duda el demonio el que les ha enseñado esta diabólica trinidad. Llaman á estos otros dos dióses Sagadzavra y Vaungavrad; y como les preguntamos que de donde sabian esto, nos respondieron que los padres lo enseñaban á los hijos desde tiempo inmemoral.

Los templos en que adoran estas falsas divinidades eran grandes espacios redeados de altas murallas. En el centro habia una fosa profunda en que clavaban muchos mástiles, el que queria ofrecer un sacrificio subia vestido de blanco á lo alto de uno de estos mástiles que tenia cuidado de círcundar de paja y allí inmolaba un coy (conejo de Perú) ó un carnero del pais, cuya sangre ofrecia á Ataguju y se comia la carne sin poder dejar ni llevarse: habia agujeros preparados en los mnros donde se colocaban los huesos de la víctima. Todo el pais está lleno de templos de este género, y hemos destruido un gran número; pero existen todavía muchos, y muchos españoles los ven sin dudar lo que son." Todos los de la provincia de Guamachuco se han destruido ó se han arrancado los mástiles, á cuyo pié el gran Sacerdote tenia la costumbre de derramar la chicha ó el zaco, así es como llaman la harina de maiz disuelta en agua, que ellos miran como alimento de los guacas. Las fiestas que se celebraban en estos templos y que se llamaban taquis, duraban cinco dias. Tomaban en esta ocasion sus mas bellos vestidos, y pasaban todo este tiempo en cantar y beber, relevando otros á los que caian.

Quemaban tambien en honor de Atagoju, la coca, yerba que los indios estiman mucho, Toleran grandes fatigas mascando esta yerba, sin tomar otra cosa: creen que esto los hace valientes. Ella les sirve para toda especie de malos usos, y se encuentra siempre gran cantidad cerca de sus guacas. Crece en abundancia en les Andes del Cuzco y en la provincia de los Charcas. Si no existiese esta planta seria muy fácil destruir la idolatría, por que la emplean en las prácticas mas secretas. La queman en honor de Ataguju, diciendo que el humo sube al cielo y que es para sus dióses el olor mas agradable. Hacen esto para obtener una larga vida para ellos, sus hijos y sus ganados.

Cuando los indios se reunen en la plaza para beber y comer tienen siempre el cuidado antes de vaciar un vaso de chicha de derramar un poco en la tierra en honor de sus dioses. Es nece

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sario no creer que por aseo botan lo que está en la superficie del vaso y los misioneros deben impedir esta práctica.

Creen que Ataguju tiene dos sirvientes á quienes llaman Uvigaicho y Unstiqui. Le ofrecen sacrificios de coyes y de zaco en la época en que el maiz está en flor con la esperanza de que ellos rogarán á su señor para que no caiga la nieve sobre sus cosechas y les dé lo necesario á la vida. Están creidos de que estos dos servidores interceden por ellos con Ataguju y recurren á ellos como nosotros á los santos. Creen tambien que cerca de estos intercesores existe otro llamado Guamansiri, de que hablaré despues. Es preciso que los curas tengan el ojo a'erta en la época de florecer el maiz, porque este es el momento de las ceremonias idolatras.

Antes de tratar del origen de los ídolos será conveniente decir, que medios toma el demonio para elegir sus sacerdotes con quienes habla; porque es cierto que les habla y les habla hoy para mejor engañarlos. (1) Los indios lo han referido y los religiosos mismos lo han visto. Estos desgraciados tienen tal debilidad de carácter que el demonio se ampara fácilmente de ellos, aun cuando hayan recibido el santo bautismo; porque es necesario conocerlos bien, y nunca deberia mudarse un cura que está acostumbrado á sus maneras. Son tan afectos á las novedades que cuando llega un nuevo misionero todos dicen que no son cristianos, para divertirse haciéndose bautizar de nuevo. He aqui los diferentes modos con que el demonio elige sus sacerdotes.

Cuando el espíritu maligno ha notado que un indio es mas hábil y mas inteligente que los otros, espera que salga de su casa para ir al campo ó á los bosques y pase cerca de una de las lagunas que son tan numerosas en este pais. El indio percibe entonces bellas calabazas que flotan sobre el agua y de las que procura apoderarse; pero al momento que cree haberlo conseguido se esconden en el agua. Este juego continúa basta que el pobre indio se aturde y el demonio se apodera entonces de su persona y le lleva á su templo donde le guarda cinco dias y aun á veces diez, y le enseña todo lo necesario para ser sacerdote, y entre otras cosas el arte de curar las enfermedades. Cuando salen de allí deben ayunar por espacio de nueve dias y entonces pueden hablar al demonio cuantas veces quieran. Este ayuno consiste en no comer sal, ají ni pimienta, con lo que condimentan los indios casi todos sus alimentos; en no beber chicha, brebage fermentado y preparado con el maiz que embriaga como el vino: no deben arrimarse á sus

(1) No debemos estrañar esta idea supersticiosa en una descripcion que tiene por objeto hacer ver las que se habian apoderado de aquellos indios. La época no exigia otra cosa, y la religion de Jesu-Cristo se vistió entónces de los mas absurdos principios, por el interès de hacer prosélitos; como sino fuese suficiente la luz del Evangelio.

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