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que està ocioso. Y por otra parte canta el Propheta : Bien auenturado aquel que biue del trabajo de sus manos.

Los juegos de dados, de naypes, y de tablas veo que comunmente se vsan entre todas las mugeres mas si queremos ser verdaderamente con las obras, lo que professamos con el nombre, desterraremoslos de todo punto de nuestra hija porque si son no menos dañosos que vergonçosos en los hombres (como no se puede negar que lo sean), quanto mas es de creer que lo an de ser en las mugeres.

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Mas en lo que toca al vestir y à los adereços del cuerpo, es tan malo el vso d'el dia de oy, que fue muy poco lo que arriba, dixe y assi quiero boluer à ello. Declareme alguna, què es la causa porque las mugeres suelen vsar tantas y tan diuersas maneras de afeytes ? necessaria cosa es que lo hagan, ò por agradarse à si mesmas, ò por parecer bien à los hombres. Si lo hazen por si, es demasia: porque cada vno se quiere harto mas à si mesmo, de lo que por ventura ha menester : si por los hombres, no es hecho de muger honesta, ni qual pretendemos que venga à ser nuestra donzella. Mas aun quando se les concediesse que esto fuesse bueno y agradasse à Dios (al qual quien quisiere agradar, es menester que se aborrezca à si mesmo), querria que alguna me dixesse, si por medio del afeyte pretende parecer bien à otro (y pongamos que no se entienda sino solo su marido), quando despues se lo quite del rostro, como le podrà parecer bien ? saluo, sino se hiziesse quenta de nunca se lauar los vnguentos y los emplastos, sino de traer siempre aquella mascara, quando se acuesta, y quando se leuanta, y à todas horas, assi fuera como en casa. Lo qual no se puede hazer: porque el sudor, el calor y vna gota de agua, quitando, hora de vna parte, hora de otra, las tinturas, hazen que el cuero natural

1. Que las mugeres no juegu en à los naypes, ni à los dados. 2. Reprueuanse los afeytes y los superfluos adereços del cuerpo.

se descubra, y no se puede encarecer como ello es, quan feo y contrahecho queda entonces aquel gesto. Haziase aqui en Venecia vn muy solene combite entre las mugeres principales y despues de acabado, auiendo vna d'ellas echado en corro aquel nuestro gracioso juego en que cada vno puede mandar por vna vez à los demas lo que quisiere, siguiendose de mano en mano la orden, tocò su vez à vna virtuosa moça y de gentil entendimiento. La qual mandò traer agua y vn paño, y que cada vna, mojandose las manos, se lauasse con ellas muy bien el rostro, y lauado se limpiasse; y ella fue la primera que lo hizo : y no teniendo afeyte ninguno, quedò su rostro, en lauandose, mucho mas resplandeciente y hermoso. Las otras, que estauan pintadas, quedaron, quitandose con el agua los colores, sin comparacion, muy mas feas: y quedando corridas, y auergonçandose cada vna de la otra, no se afeytaron mas de alli adelante; mas contentandose con su rostro natural, dexaron el fingido y mendigado del artificio. DOROTHEA. Por cierto, discretissima fue la que ordenô esse juego.

FLAMINIO. Allende d'esto, què hombre auisado aurà, que tenga por hermosa à la muger que sabe que tiene emplastado d'estos afeytes su rostro ? sin que aun tambien las que son hermosas, viendolas los hombres pintadas, pierden la fama y loor de la hermosura: porque todo lo que parece en ellas bien, se atribuye à arte y no à naturaleza.

Mas què diremos 2, de que los afeytes son causa de arrugarse el cuero, y hazerse viejo antes de tiempo vn rostro juuenil? Iuntase tambien con esto, que se les haze mal aliento, los dientes se les ponen negros, y todo el cuerpo echa de si vn muy graue y mal olor, por causa del soliman, d'el azogue y d'el albayalde y de otras tales suziedades, y

1. Quento de la prudencia de vna muger acerca de los afeytes. 2. Los daños que hazen los afeytes.

(como las llamò bien Quidio) ponçoñas, con que se pintan y bruñen la cara. Digo mas, que si las mugeres no se pudiessen casar sino por causa d'el blanco y color, seria harto mejor que guardassen perpetua castidad, con la perdida de todo el linage humano, que casarse con offensa de Dios y con vno à quien le parece mejor vn poco de encaladura blanca que vna muger buena. Dezidme, què se puede pensar que sea otra cosa el vso de semejantes afeytes, sino no contentarse d'el rostro que hizo Dios, criador de todas las cosas ? Si el famoso Ticiano pintasse vna figura y la dexasse acabada, no le haria grandissima injuria qualquiera (aunque fuesse buen pintor) que, llegando à ella, le mudasse ò emendasse alguna cosa? No seria esto vna manera de poner falta en su obra? por cierto si. Y piensan las mugeres que el mudarse tantas vezes con los afeytes su verdadero rostro, que es la mesma imagen de Dios, no sea grande offensa suya ? Dexarè aparte lo que escriuieron muchos santos hombres sobre esto, y solamente traerè vna autoridad de aquel Licurgo, que diò las leyes a los Lacedemonios. El qual, juzgando que por sola la virtud an de ser las mugeres estimadas, y no por los ricos vestidos y atauios esteriores, mandò que ninguna en toda Sparta pudiesse traer afeytes, entrencar los cabellos, ni atauiar su persona con vestidos de mucho precio. Como cosas, que entendia el bien quanto peruierten las virtudes y todas buenas costumbres.

Què diremos tambien de tantas lexias para los cabellos, con que vnas moças quieren hazerlos rubios, otras negros, y las viejas encubrir quanto pueden la blancura y canez d'ellos? Què diremos de tantos riços ? de tantas maneras de cogerlos y de tan diuersas inuenciones para atarlos ? Què, de los garbines, y escofiones de oro 2, quando de vna manera,

1. Ordenança de Licurgo acerca del atauio de las mugeres.

2. Reprueuase el vso de las joyas y de los vestidos soberuios, y declarase quales an de ser.

y quando de otra ? Y què dirè, en fin, de las perlas, de las piedras preciosas, de las joyas, de las cadenas de oro y de los vestidos bordados, con franjas, con guarniciones y aforros de infinita costa ? Creedme que de aqui nace el origen de todos los males: porque, como cada vna porfia de auentajarse y parecer mas pomposa que la otra, no pudiendo aver de su marido las galas y ricos vestidos, procura auerlos por otro camino. Quenta Plutarco que solia vsarse en Egypto no traer las mugeres de aquella tierra seruillas, porque tuuiessen causa para no salir de casa. Quisiera que oy dia vuiera en Italia alguna ley d'estas, alomenos en quanto à las sobradas pompas y galas en lo qual haze bien esta excelente Republica de proueer tantas vezes.

Mas sepa la mi honesta donzella que la hermosura natural mas gracia tiene en vn vestir mediano y limpio, que en los vestidos de brocado ò variados de tantos colores: porque por fuerça lo mas ha de sobrepujar à lo menos y lo que assi parece bien, atribuyesse (como he dicho) à adereço, y no à hermosura. Por esso escriuiò el mejor Poeta de nuestro tiempo, Ni encerrò en limpio paño, hermoso cuerpo,

y

Vencia la nieue el vestir puro y blanco.

Pero tampoco quiero dezir que la muger no se vista conforme à su estado: sino que escoja siempre las formas mas senzillas y mas honestas. Y acontecerale que, assi como en lo mas hallarà siempre quien se le auentaje, de la mesma manera, en lo menos (que es este limpio y honesto vestir) aurà pocas que le ygualen. Y aun (lo que parece dificil de poderse hazer) agradarà juntamente à Dios y al mundo: teniendo por cosa infalible y cierta que el verdadero atauio de las mugeres no son los vestidos bordados y guarnecidos, sino las buenas costumbres.

Los olores, ni del todo los aprueuo, ni del todo los condeno:

pero querria tambien en esto la mediania: porque siendo moderados, confortan el animo. Y assi se lee que la pecadora Hebrea derramò sobre la cabeça d'el que era Dios y hombre vn vaso de precioso Nardo: de donde se hinchio de olor toda la casa, y no le parecio à el mal. Mas los demasiados no son otra cosa sino vn despertador de apetitos deshonestos: y muchas vezes hazen sospechar à los hombres que la que los trae, lo haze por encubrir el mal olor que por algun defecto deue salir de sus carnes.

Para concluyr1, la mi donzella no se embadurne el rostro con afeytes, mas lauelo con agua pura. No se tiña los cabellos, mas tengalos muy limpios. Na se deleyte de traer olores delicados, mas tenga cuenta con que no salga d'ella mal olor. Mirese al espejo, no para componer los cabellos con demasiado cuydado, mas con vna postura aseada y decente à todo el cuerpo y para mirar que en ninguna parte tenga cosa que pueda dar que notar de vna donzella honesta. Y si es hermosa, procure de no tener el animo feo: y si fea, trabaje por recompensar la fealdad del cuerpo con la hermosura del animo.

:

Salga fuera de casa pocas vezes y quando saliere, vaya siempre con ella su madre 2. Y no solamente tenga la madre compañia à su hija fuera de casa, sino aun tambien dentro d'ella la dexe apartar poco de sus ojos. Pero tampoco quiero que adonde quiera que fuere, la lleue consigo, como seria à visitas, à fiestas y à combites, ò saliendo à alguna cosa necessaria para su casa: mas tenga con ella alguna muger de bien y de confiança, à quien pueda encomendar seguramente su guarda. Y en esto se ha de tener diligentissima consideracion 3: porque ninguna pestilencia ay mayor, ni

1. Como se ha de auer la donzella en lo que toca al adereço de su persona.

2. El cuydado que ha de tener la madre con su hija.

3. Que se tenga gran cuydado de que sea buena la criada que estuuiere en compañia de la donzella.

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