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y à Sempronia, à quien à vn mesmo tiempo loa Salustio de letras (porque era docta en las Griegas y en las Latinas) y la nota de desuergonçada y deshonesta. Como si no pudiesse yo traer, en contrario d'estas tres, vn numero casi infinito de las que, con el medio de la dotrina, llegaron à grandissima perfection de virtud y de bondad. Pero, antes que à esto venga, serà bien responder à aquellos. Y digo, que afirman algunos autores, dignos de fe, que la Sapho tan nombrada en la Poesia, no fue la que amò à Phaon, sino otra, no menos señalada en dotrina que en bondad de animo. Y Leoncia, no fue docta à casa de Metrodoro, antes aprendio d'el la dotrina que tuuo: la qual fue Epicurea, que es maestra y defensora de deleytes mundanos. Sempronia, no auia aprendido otra virtud sino la Retorica: y si le faltan las buenas dotrinas y honesta vida, el mesmo que la escriuio la condena.

I

Mas si os pongo delante 1 la gloriosa multitud de las mugeres doctas y castas, vereis la primera à Cornelia, madre de los Gracos que allende que fue exemplo de dòtrina y castidad, fue tambien maestra de sus hijos. Vendran tras ella Lelia Mucia, y Porcia de Bruto, à quien cupo harta parte del saber y prudencia de aquel gran Caton, su padre. Vendrà luego Cleobolina, hija de Cleobolo, vno de los siete sabios de Grecia, la qual biuio teniendo tanta atencion à la virtud y à las letras, que teniendo por vileza todos los plazeres de la tierra, murio con la corona de la virginidad. En lo mesmo merecio tambien ser loada Theano Metapontina: y no menos por sciencia de adiuinar que por excelencia de castidad. De las diez Sybilas se lee que fueron virgenes; y virgenes tambien fueron las adiuinas Cassandra y Chrisses: la vna llena d'el spiritu de Apolo, y la otra d'el de Iuno, y tenian todas estas à la virginidad como por propio y principal ornamento.

1. Exemplos de muchas doctas y honestas.

Dexarè à parte à Phemon, inuentora del verso Heroico, y à Hortensia, hija de Hortensio, muger de grande honestidad, y tan parecida en la eloquencia à su padre, que hizo vna oracion delante de los Triumuiros, tratando del genero de las mugeres, tan docta y tan elegante, que no solamente la siguiente edad la conservò por marauilla y honrra de la feminil eloquencia, mas aun se leia en las escuelas, como las oraciones de Ciceron y de Demosthenes. Dexo tambien à Adessia Alexandrina, tenida, por su virtud y costumbres, por milagro de su tiempo. Dexo à Corinna, hija de Archidoro, moça llena de castidad y de prudencia, y en la poesia tan excelente, que vencio cinco vezes à Pindaro, disputando con el; y dexo à Erinna Teya, comparada en tiempo de Platon, en la magestad del verso Heroico, con Homero, que lo ygualauan à Apolo. Quien no ha leydo de Paula, muger de Seneca, que fue imitadora, no solamente de la dotrina de su marido, mas tambien de sus costumbres? Quien no ha gydo hablar de Pola Argentaria, cuyo marido fue Lucano, muger de tanta dotrina y de tan biuo juyzio, que ayudò muchas vezes à su marido en la composicion de sus versos y, despues de muerto, corrigio y emendò (ganando no menos honrra de letras que tenia de hermosura y castidad) el Poema que el auia compuesto de las guerras ciuiles entre Cesar y Pompeyo? Y quien ignora el nombre de Zenobia, espejo de todas buenas costumbres ? la qual no solamente fue docta en la lengua Griega y en la Latina, mas aun tambien Historiadora? Què dirè de las nuestras christianas? Començarè de Tecla, discipula de Sant Pablo? ò de Santa Barbara, cuyo maestro fue Origenes? ò de Santa Catalina, hija de Costo, Rey de Alexandria, que vencio, disputando, tantos doctos y eloquentes Filosofos? Veamos, no se leen oy en dia muchas Epistolas de la bien auenturada Santa Catalina de Sena, virgen de sumo precio, en que se vee resplandecer vna sinceridad de animo santissimo? En tiempo del glorioso Sant Hieronimo todas las

mugeres santas eran tambien doctas y assi, se veen muchas epistolas suyas, excelentes y elegantes, que escriuio à muchas mugeres, y muchas tambien escriuieron à diuersas, Sant Augustin, Sant Ambrosio, y Fulgencio. Mas, por tratar de las de nuestro tiempo, digo que he oydo afirmar que las quatro hijas de la Reyna doña Isabel, de quien poco ha dezia, fueron tambien muy doctas; y quentase que la Reyna doña Iuana, madre del Emperador don Carlos, respondia de improuiso con eloquencia mas que varonil à todas las oraciones Latinas que los embaxadores hazian por los pueblos, como es costumbre, delante de los nueuos principes. Lo mesmo dizen los Ingleses de su Reyna, hermana de la Reyna doña Iuana; y otro tanto dize todo el mundo de las otras dos que murieron en Portugal. Y si fuesse, señora Dorothea, licito contar, despues de las Reynas, à las particulares, no callaria que Cassandra Fedele, natural d'esta ciudad, siendo virtuosissima y honestissima muger, fue tambien de tal manera docta, que muchas vezes disputò con grande honrra publicamente. Y entre las epistolas de Policiano se lee vna que le escriuiò: donde muestra aquel claro varon quanto estimaua sus virtudes. Y lo mesmo puedo dezir de la magnifica Euridice Barbara. Mas para què es menester tratar de las particulares ? teniendo dos tan illustres exemplos delante, el vno, la señora Vittoria Colona, Marquesa de Pescara, y el otro, la señora Veronica Gambara, Condessa de Corregio: ambas doctas en las letras humanas y en las diuinas, y ambas dechado de castidad y de religion ygualmente. Pues la señora Anna (à quien vi en Milan), hermana del Reuerendissimo Cardenal Moron, embaxador de Bolonia, y hija del valeroso señor Hieronymo, gouernador de aquel estado, que al presente es muger del Conde Maximiano Estampa, Marques de Soncino, no es de poner en oluido; siendo, como es y su fama pregona, señora de tanto valor y virtud, que sola ella bastaria para esclarecer nuestro siglo. Y otro tanto es notorio de sus dos

hermanas, la señora Leonor, muger que fue del honrrado Cauallero Hieronymo de Botti, y ahora es biuda de suma honestidad y virtud; y la dignissima muger del señor Cateliano Galerato. De la señora Iulia, muger del Conde Scaramuccia Visconte, hija de Alfonso de Visconti, cauallero de gran valor, oi hablar muchas vezes en Pauia, y loarla de letras, de virtud, de hermosura, de honestidad y de todas buenas costumbres. Y no menos loores oi de la señora Ottauia Baiarda de Beccaria, donzella de tanta hermosura, que pocas se pueden comparar con ella, y de tanta eloquencia, que todos los señores, y caualleros virtuosos, que por aquel lugar passan, entretenidos de su dulce y auisada conuersacion, no se saben partir del. Cuentanme tambien algunos caualleros amigos mios muchas excelencias de la señora Hipolyta Galarata, y dizenme juntamente que es de valor casi sobrehumano. Y de la señora Eufrosina Visconte Palauicina me afirman que es dotada de tanta virtud, junta con vna fortaleza de animo tan grande, que con mucha ventaja vence à la enemiga fortuna que tan injustamente la persigue. Acuerdome ahora de la señora Condessa Paula de Beccaria, muger del Conde Ludouico: de quien solia el Domenichi dezirme que siempre auia dudado qual fuesse mayor en ella, la hermosura, ò la virtud, ò la honestidad. De la señora Salda Torela, muger del señor Iuan Maria de Lonate, no dirè muchas palabras, porque tales y tan excelentes partes, como de su claro entendimiento nacen, os pueden auer manifestado la abundancia de sus letras ; assi como sus costumbres dan tambien testimonio à quien la conoce, de la pureza y sinceridad de su animo. El virtuoso varon Gabriel Giolito (cuyo nombre deueys auer oido por las prouechosas y perfectas obras, que tan continamente de su estampa salen à luz) me mostrò, estando yo en Casal de Mon ferrato, à la señora Violante de San George, dignissima muger del señor Presidente de aquel lugar; y pareciendome auer visto, juntamente con vna mugeril magestad y humanidad

apazible que en su aspecto representa, la perfection de todas quantas hermosuras con tanto trabajo Zeuxis, en las cinco donzellas de los Crotononienses, hallò, me afirmò no ser vn solo punto menor la hermosura del animo que la del cuerpo : como de señora, que en virtud, honestidad y modestia podia ygualarse à qualquiera de las mas señaladas y mas famosas antiguas. Tambien me tratò de muchas y virtuosas qualidades que, como flores en vn gracioso jardin, florecen en el honestissimo pecho de la señora Pantasilea del Valle. Y no se oluidò de la señora Isabetta Scocia, ni de la señora Buona Maria Soarda de S. George, ni de la señora Cicilia de S. George, ni tampoco callò los meritos de la señora Anna del Carretto, ni menos los de la señora Leonor Montaliere, y de la señora Margarita Soliere, su hija, ni finalmente los de la señora Catalina del Pero: afirmando, ser cada vna d'ellas vn precioso dechado de las mugeres.

Mas si vuiesse de tratar de todas las honestas y valerosas, seria sin duda muy prolixo, y aguardaria embalde la nuestra niña que boluiesse à lo que ella ha menester : porque seria necessario gastar todo lo que d'el dia queda.

DOROTHEA. Los que dizen mal de las mugeres, no deuen de auer leydo ni sabido la excelencia de ninguna de las que aueys nombrado.

FLAMINIO. A los que dizen mal, mueuelos otra ocasion. Mas, no queriendo salir ahora de mi proposito, concluyo, por los exemplos que he traydo', que el estudio de las letras haze buenas las mugeres y las confirma en la honestidad mucho mas porque, al principio, ocupa todo su entendimiento y, despues, leuantalo al pensamiento de cosas buenas y nobles, de manera que no dexan entrar consideracion vil en el. Y si, alguna vez, alguna se atreue à entrar, estando acompañado de los fuertes reparos que por todas partes los buenos

1. Que las letras hazen buenas las mugeres.

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