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contrarias que se me han ofrecido en el descubrimiento, conquista y pacificacion de estas partes, una de las mas adversas para mí ha sido la muerte de Luis Ponce, porque así de la buena fama que de su persona habia, como por sus aparencias, mostraba traher muy buena intencion para el servicio de V. M. y para le hacer relacion de las cosas destas partes, en especial de mi fidelidad y servicios que era á lo que mas principalmente V. M. le enviaba, é yo mas deseo tenia.

Muerto Luis Ponce, la justicia y regimento de esta ciudad juntamente con los procuradores de las otras villas me requirieron muy afectuosamente que tornase á recebir en mí el cargo de la gobernacion, pues que espiraba con la muerte del dicho Luis Ponce el poder que habia dado al licenciado Marcos de Aguilar, y principalmente porque les parecia que convenia así para el sosiego y pacificacion de estas partes, é yo me escusé dello por cuantas vias pude, porque conozca y vea V. M. la cobdicia que tengo y he tenido de cargos y administracion de justicia; y así quedó y queda la gobernación de la justicia cevil y criminal por V. M. en el dicho licenciado Aguilar, hasta que otra cosa mande proveer, y los cargos de capitan general y administracion de los indios queda en mí hasta qué V. M. sea servido; y esto acepté porque como persona mas esperimentada podré mejor servir en ellos.

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Las cosas destas partes después de la venida de Luis Ponce quedan en los terminos que á V. M. he dicho. Está la tierra algo fatigada con las alteraciones pasadas, pero con la conversacion y buen tratamiento de los naturales, que yo siempre procuro, se irá presto restituyendo, placiendo á Dios, porque los indios, aunque no es posible menos sino recibir fatiga con nuestra conversacion, cómo trabajo de los relevar, multiplican y van tanto en crescimiento que parece que hay hoy mas gente de los naturales que cuando al principio yo vine á estas partes. Los religiosos que acá han venido y vienen hacen grandísimo fruto, especialmente en los hijos de los principales. Vase plantando tan bien la fee y religion cristiana, que V. M. es muy obligado á dar muchas gracias á Dios por ello.

Mucho ha que hice saber á V. M. cómo hacía ciertos navíos en a mar del Sur para descubrir; y aunque aquello es cosa muy

importante, por otras ocupaciones y cosas que se me han ofrecido, ha cesado hasta agora que los navíos estan ya á punto. Envio por capitan á una persona bien cuerda y experimentada, que es Diego de Ordaz, el cual ha estado en esta córte de V. M. por procurador desta tierra plega á Dios lo encamine; creo se hará á la vela en todo el mes de... 1

Juan de Ribera, á quien yo envié por mi procurador y á hacer relacion á V. M. de las cosas destas partes, y á que residiese en esa su corte en mis negocios, me dijo que conosciendo la necesidad que V. M. tenia, así con las grandes guerras que por tantas partes se le ofrecian, como por las alteraciones pasadas en esos sus reinos, y conosciendo asimismo la voluntad con que yo siempre he servido á V. M., se habia ofrecido en mi nombre que yo enviaria á V. M. cierta suma de oro, é que sobre ello é sobre ciertas mercedes que V. M. me hacia habia mandado tomar cierto asiento con el dicho Juan de Ribera y con Fray Pedro Melgarejo; que estando aderezando su viaje para estas partes V. M. le mandó volver á esa córte con el despacho que se les habia dado el cual por mandado de V. M. habian entregado en el Consejo de las Indias y asimismo el dicho Juan de Ribera me dijo que V. M. después le habia dicho que habia mandado proveer á Luis Ponce para saber como yo habia hecho las cosas de vuestro servicio, y para que se viese y conosciese mi limpieza.

En cuanto á lo del ofrecimiento que á V. M. se hizo de mi parte, ninguna cosa he deseado ni deseo mas en este mundo que ofrecerse caso en que mi voluntad se experimente por todas vias en el servicio de V. M., y aunque á la sazon yo estaba pobre y adeudado, pusiera toda mi posibilidad porque se cumpliera lo que de mi parte se habia prometido á V. M., y así lo hiciera agora, sino que, cómo á V. M. en la relacion escribo, estoy tan alcanzado y pobre que de todo cuanto he conquistado y ganado y servido á V. M. no me queda sino mi persona persona lastimada Ꭹ herida en diversas partes, y puesta en necesidad ella y todos mis amigos y si esto no es ansí, veanse las astucias y diligencias que Gonzalo de Salazar hizo por descubrir mis riquezas, y los tormentos que dió á quien tenia cargo de mi casa, y como la aró y cabó por muchos

Hay un claro en el original.

lugares, hasta que quedó satisfecha su mala intencion. Y en cuanto á saber V. M. cómo yo he hecho en estas partes las cosas de sus servicios, y que se vea mi limpieza, si mis obras y servicios no han bastado para ello, bien sé que no ha estado el defecto en ellos, sino en mi dicha y en los invidiosos de lo que he servido. Y porque en la relacion larga que envio á V. M. toco mas largo en esta materia, aqui no diré mas de quedar aparejado y obediente á todo cuanto V. M. fuere servido de me mandar, como siempre lo he hecho.

En lo que toca á la hacienda de V. M. no sé que decir sino que en lo que en mí es la procuro, como haria la salvacion de mi ánima: los oficiales haran relacion dello á V. M.; solamente quiero decir que tengo por muy dificultoso haber buen recabdo en ella por las muchas y grandes diferencias é intereses que entre ellos ha habido y hay.

El cargo de alguacil mayor desta Nueva-España, de que V. M. mandó proveer á Diego Hernandez de Proaño, se le entregó luego como presentó su provision, y comenzó á usar dél. Asimismo se entregó la fortaleza que se hace en esta ciudad á Pedro de Salazar, como V. M. lo mandó; y son personas en quien cabe muy bien semejantes cargos. Las Atarazanas de esta ciudad, donde estan los bergantines, se entregaron á Lope de Lamégo. En esto nos pareció que V. M. nos hacia agravio, porque no era cargo aquel de que V. M. mandara proveer á un mancebo que servia ayer á Rodrigo de Albornoz. Suplico á V. M. por mí y por los conquistadores destas partes, que cuando semejantes cargos mandare proveer; mande primero saber qué personas son y de qué calidad; y no parezea que V. M. tiene en tan poco esta tierra, que se da lo que pide al primero que llegue. Y lo mesmo suplicamos á V. M. haga respecto en los oficios de regimientos, porque aquí se han recibido algunos que en la Española y en otras islas se suplicará dello.

Estando escribiendo esta me vinieron unos indios mensajeros de una provincia que se dice Tecoantepeque, que está á la mar del Sur ciento y veinte leguas de esta ciudad, y trajeronme dos cartas, una de un español que yo tengo en aquella provincia, y otra de un Guevara, capitan, y por ella entendí cómo á aquella costa habia aportado una nao de la conserva del capitan Loaysa, que V. M. habia mandado despachar de la Coruña para las islas

del Maluco, sin batel y con mucha necesidad de mantenimientos; y viendo que eran vasallos de V. M. luego provei que fuese una persona de bien á ver la necesidad de dicho capitan, y la proveyese muy cumplidamente; y le escribí que si él queria ir en compañía en seguimento de su derrota, que yo tenia tres navíos ya á punto para ir en busca de la Especiería, y que irian todos juntos; ó que viese lo que queria hacer, que yo le haria todo buen tratamiento, y le socorreria en todo lo que hobiese menester; y después recibí cartas del dicho capitan y del piloto del navío en que me hacian saber que estaban en puerto seguro, y que habian recibido muy buen tratamiento de la persona que yo allí tenia, y las dichas cartas envio con la presente á V. M.

Asimismo envio una relacion que un Juan de Arizaga, clérigo, natural de Guipuzcua, me dió del viaje que el dicho Loaysa hizo después que salió de la Coruña hasta que embocó y desembocó el estrecho de Magallanes, porque desde que desembocaron, el navío Santiago donde él venia perdió la flota, é arrihó á esta costa, que yo tengo descubierta de la mar del Sur. Creo que holgará V. M. de lo saber, especialmente si el navío en que iba por capitan Don Rodrigo de Acuña y el navío Nunciada, que creen estos que no quisieron seguir á Loaysa, no han aportado á esos reinos.

De algunas personas que á estas partes han venido, especialmente de Juan de Ribera que residió en la córte de V. M. en mis negocios, he sabido comó V. M. no solamente no me tenia en servicio el trabajo y gasto que hacia en descubrir y subjetar á su servicio algunas tierras y provincias destas partes, pero que no lo tenia por bueno, y que los del Consejo de V. M. se lo habían dado á entender muchas veces, diciendo que en lo que yo tenia pacífico y subjeto á V. M. habia harto en que entender. La verdad es que si yo pospusiera lo que debía al servício de V. M. por seguir tras mi interese, que habia harta dispusicion en esta Nueva-España sin entremeterme en descubrimientos y subjecion de tierras; pero yo he tenido propósito de servir á V. M. con mucha fidelidad é ensanchalle su señorío, posponiendo para ello todo trabajo y costa, y en la venida desta nao se parece si era cosa provechosa descubrir y pacificar la tierra; porque si yo no tuviera pacificas mas de...' leguas

Hay un claro en el original que no llegó á llenarse.

de costa, á ninguna parte pudiera aportar aquella nao ni otra ninguna que no mataran la gente della. Suplico á V. M. lo mande ver y considerar, y hallará que en todo el descubrimiento y pacificacion que he hecho en estas partes he servido mucho á V. M.

Invictísimo César, Dios nuestro Señor la vida y muy poderoso estado de V. S. M. conserve y aumente per muy largos tiempos como V. M. desea. -De la ciudad de Tenuxtitan á 11 de setiembre de 1526 años. De V. S. M. muy humil siervo y vasallo que los muy reales pies y manos de V. M. besa. Hernando Cortés.

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