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estos oficios de escribano público y de la gobernacion, y hallé que Hernando Cortés era ido á las Higüeras contra Cristóbal Dolid, y vi discordes á estos cuatro oficiales de S. M. sobre el cargo de tenientes de gobernador, porque lo habian seido el tesorero y contador, y á la sazon lo eran el fator y veedor, con los cuales usé mis oficios. En este tiempo salieron de aquí el tesorero y contador diciendo que á llevar el oro á S. M., y iban entrellos y sus amigos y criados catorze de caballo armados, y sus mozos, y otros cinco vecinos armados á pié. Dijose que se iban á juntar con Francisco de las Casas que llegaba de las Higüeras, y estaba veinte leguas de aquí para que entrase con vara, y quitase la jurisdicion á los dichos fator y veedor. Y porque el oro de S. M. quedaba en esta ciudad y se hobo informacion de lo dicho, fué tras ellos el veedor con gente, y hallolos caminando á media noche, y fueron traidos presos y puestos los que lo merecian en sus casas, y los otros en la careel; y hallose por la informacion que un mozo del tesorero y otro del contador fueron luego á dar mandado á Francisco de las Casas, y los mozos así lo confesaron. Desterraron, pues, desde la carcel cinco hombres de los que iban con ellos, y mandaron sacar al tesorero y contador los caballos y armas que en sus casas tenian, porque Francisco de las Casas venia. El cual venido, la noche que entró dijose que el tesorero tenia mucha gente armada en su casa para se juntar con él, y que tomase la justicia y prendiese al fator y veedor que la tenian. Diose mandamiento para el aguacil mayor para catalle la casa y allanalla, el cual se vino á quejar diciendo que se la resistian. Fueron allá el fator y veedor con mucha gente, y dieronse pregones para que la abriesen y hiciesen llana; y porque no se hizo, antes tiraban saetas de lo alto, mandaron traer artillería para derriballe la puerta; y hecho otro requerimiento por voz de pregon abrieron con ciertas condiciones. Hallose dentro el contador y sus criados, y tambien otra gente escondida, de los cuales algunos huyeron, y prendieronse cinco vecinos; y porque pareció por sus confesiones que se habian ayuntado por mandado del tesorero, y que se

Hibueras. V. pág. 336.

2 De Olid.

Lo mismo que examinarle ó registrarle.

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platicaba entre ellos que era para prender al fator y veedor, y por otras cosas que confesaron, fueron aquellos cinco condenados á ser açotados y desterrados publicamente y ejecutóse la sentencia.

Todo esto pasó ante mí, como mas largo parecerá por los procesos á que me remito. En todas estas cosas yo trabajé cuanto pude por poner concordia entre estos cuatro oficiales, y puse en ello mucho de mi persona con muchos medios que daba á Gil Gonzalez Dávila, y nunca los podimos acordar; y visto esto, pareciéndome que era bien y que el tiempo lo curaria y los haria acordar, dí órden en dilatar los procesos del tesorero y contador y sus criados. En este tiempo hicieron ciertos requerimientos el tesorero y contador al fator y veedor, uno de los cuales se enderezaba contra Rodrigo de Paz, que decian que enviaba por diversas partes el oro del gobernador, que era fama que era muerto y debia mucho á S. M. Lo que sobre esto pasó al fator y veedor con Rodrigo de Paz no lo sé; pero Rodrigo de Paz juntó mucha gente y armas y artillería en casa de Hernando Cortés, y el fator y veedor juntaron otrosí muncha gente y acordaronse con el tesorero y contador y fueron sobre Rodrigo de Paz y pasaron ciertos abtos, y diose Rodrigo de Paz con ciertas condiciones; el cual fué preso, y procediose contra él y fué condenado á tormentos, diciendo que tenia escondido muy gran tesoro del gobernador que pertenecia á S. M. y en los tormentos no confesó saber dello nada, y fué condenado por el escándalo y otros delitos á pena de muerte, y ejecutose la sentencia, no embargante que apeló.

En este tiempo cómo se esforzaban nuevas de la muerte de Hernando Cortés, con acuerdo del tesorero y contador que lo aprobaron, juraron por tenientes de gobernador por S. M. al fator y al veedor. Después desto juntaronse procuradores de los pueblos con poderes para jurar á los dichos fator y veedor por tenientes de gobernador por S. M., y para enviar procuradores de Cortés con capítulos á S. M., y hacer repartimiento de Indios; enviaronse los procuradores con los capítulos que hicieron; hizose el repartimiento; remediaronse muchos pueblos y vecinos con los que les daban de los que en sus comarcas tenia el gobernador; asimismo

1 Autos.

se dieron á S. M. munchas ciudades y provincias que antes no tenia salvo Hernando Cortés.

Hecho esto vino Diego de Ordaz que habia ido con un navío por la costa del Norte en busca de Hernando Cortés, y afirmó que era muerto y trajo ciertos indios que lo decian. Los procuradores de los pueblos, por escusar alborotos y escándalos, viendo lo que habia hecho Rodrigo de Paz y otro alboroto que ansí mismo anduvo levantando Francisco de las Casas, y que tambien se sonaban no mejores nuevas de Pedro de Albarado que estaba en Guatimala, viendo la calidad desta tierra, y lo que antes habia pasado en ella, por conservalla en paz, y que no se levantase alguna tirania hasta que S. M. proveyese, dijeron que pues el poder de S. M. no espiraba por muerte de Hernando Cortés y quedaba en el fator y veedor á quien el lo dejó, que era bien de jurallos, y juraronlos por gobernadores hasta que S. M. proveyese de gobernador, y ellos juraron á los procuradores de mantenellos en justicia. Hecho esto levantaronse ciertos indios en la provincia de Guaxaca, diz que con acuerdo del dicho Pedro de Albarado ; fué el veedor á los pacificar y á poblar una villa que ahí estaba señalada con los Indios que Hernando Cortés allí tenia, y pacificó los Indios.

Pasado, Señores, todo esto, un domingo en la noche, veinte y ocho de enero, llegaron cartas del gobernador á San Francisco, donde estaban munchos de los suyos retraidos, unos por la muerte de Cristóbal Dolid, y otros por que prendieron al teniente Gomez Nieto en las Higüeras 2, y le quitaron la vara del Rey y lo encadenaron y hicieron muchos vituperios, y despoblaron el pueblo que allí estaba poblado; y otros por otros delitos contra los cuales se procedia á pregones. Juntose con ellos el tesorero armado y otra mucha gente. El fator tambien juntó gente consigo, si bien concurrió la mayor parte al favor del gobernador y del tesorero y de los dichos delincuentes. El contador y yo con él fuemos por parte del fator á dar en ello algun medio; hizimos apear al tesorero y hizo hazer cabildo all junto con San Francisco. El tesorero y contador por su abtoridad tomaron varas de justicia en la calle; el contador

Oaxaca ú Oajaca.

2 Las Hibueras.

siempre ha dicho que contra su voluntad se la dieron, y fueron al dicho cabildo con ellas adonde el dicho tesorero prendió luego un alcalde y dos regidores, y hizo quel dicho cabildo los eligiese por tenientes de gobernador, diciendo quel pueblo los pedia, y así se hizo y vinieron sobre el fator con mano armada, al cual combatieron y prendieron teniendo la vara del Rey en la mano, y quitaron la juridicion que estaba por S. M. y volvieronla á Fernando Cortés, y tomaronla ellos en su nombre, sabiendo ellos lo que dél tenian escrito á S. M., y luego enviaron á prender al veedor que estaba en Guaxaca, el cual huyó y se metió en un monesterio, y de allí lo enviaron á sacar, y pusieron los presos en dos cámaras sin ninguna lumbre, con muchas prisiones y en sendas jaulas y con muchas guardas, y sin tener mas poder que este que he dicho que les dió Méjico, mandaron en todas las otras juridiciones de toda la tierra y hicieron teniente de Medellin y de Villa-Rica á Alvaro de Sayavedra, pariente del gobernador, el cual era uno de los dichos retraidos y pregonados por la prision del dicho Gomez Nieto, y por haber despoblado la dicha villa y por otros delitos. Asimismo hicieron alguacil mayor á Juan de Hinojosa, que era uno de los dichos retraidos y pregonados por los mismos delitos; y asimismo hicieron su alcalde mayor al bachiller Juan de Ortega, al cual se le habia notificado ante mí una cédula de S. M. para que se fuese á personar ante los oidores de Santo-Domingo, y le fué puesta pena que lo cumpliese; contra el cual habia tambien cierta pesquisa sobre la muerte de Cristóbal Dolid, la cual el dicho fator queria enviar, al tiempo que él fuese, á los dichos oidores. Asimismo soltaron á Juan Rodriguez de Villafuerte, que estaba preso á muncho recabdo con dos testigos de vista, que señalaban otros tres que estaban presentes cuando él dijo sobre un gobernador que decian quel Rey enviaba, puesta la mano en el espada y sacándola hasta la mitad en son de amenaza contra el Rey y contra quien por él viniese: « venga quien quisiere, que jurado hemos de no dar la tierra al Rey, sino defendersela, » y deste hicieron guarda mayor del fator y veedor, Soltaronse asimismo otros presos de la carcel que estaban presos por feos delitos, y fueron presos y perseguidos y retraidos otros munchos que no los habian cometido, sino que eran amigos del fator y veedor, los cuales agora han mandado soltar sin pena.

En todas estas cosas, aunque culpó á los dichos tesorero y contador, parece que el contador siempre decia que no podia mas ni osaba contradecir al tesorero de miedo de los parciales del dicho Fernando Cortés.

Los que, Señores, tenian la parcialidad del dicho Hernando Cortés por desarraigar el nombre de S. M. de la tierra, buscaban maneras de prender á los dichos tesorero y contador, que fueron algunas veces avisados; una de las cuales se lo descubrí yo, y pusieronse á recabdo; pero si Dios no lo remediara no se pudiera escusar, y si se hiciera, Dios sabe quien mandara de Nueva-España. Tambien, Señores, se movieron otros diciendo, que el fator y veedor estaban presos contra justicia, y quel tesorero y contador no fueron jueces para los prender, y reponiendo una fuerza por otra, ordenaron de sacallos de la prision, lo cual fué descubierto antes que se pusiese en efeto, y fueron algunos de ellos presos, contra los cuales procedió el bachiller Juan de Ortega, no poco apasionado en servicio de Hernando Cortés, el cual degolló tres y ahorcó cuatro y desterró otros y condenó á perdimiento de bienes, sin otorgalles apelacion, y si muncho se tardara la venida de Hernando Cortés, sabe Dios si parara aquí.

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Después desto, Señores, vino el gobernador Hernando Cortés llamandose señoria, y los dichos tesorero y contador le hicieron recibimiento con arcos triumfales y con munchos entremeses, y las cruces salieron hasta la plaza á lo recibir; y aquí quiero tener la mano 1 de ciertos entremeses que pasaron enviándole á pedir misericordia para sus vasallos. Fuese á posar á San Francisco; vino nueva que era venido un juez del Rey á Medellin y los frailes pidieronle al veeder, el cual antes no les habia querido dar, y dioselo porque fué sacado de su monesterio, y esto hecho no sé á qué proposito, aunque algunos lo tienen por claro, el dicho Hernando Cortés quitó los alcaldes y regidores que estaban hechos y puso otros sus parientes y criados. Hecho esto llegó una carta de Luis Ponce, que haya gloria, con otra de S. M. haciéndole saber su venida, el cual le envió á hacer banquetes por el camino. Luis Ponce se dió priesa y entró en esta ciudad, y antes que entrase, y entonces, el veedor que estaba en San Francisco y el tesorero y

1 Expresion equivalente á « me abstengo de referir » ó « quiero pasar por alto ».

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