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cutar el deslinde de los terrenos, si confinan con montes públicos (Instruccion de 3 de Febrero de 1864) todas las reclamaciones, diligencias é informes, y con los datos necesarios procede aquella dependencia á redactar la Memoria preliminar de deslinde haciendo la historia de la propiedad, y si las atenciones del servicio se lo permiten, pasa á ejecutar las operaciones de simple reconocimiento, de valoracion ó de deslinde, anunciado con dos meses de anticipacion, segun los casos; ó ántes vá el expediente á la Intendencia, que lo manda informar á la Direccion de impuestos, la cual lo devuelve á aquélla para que lo tramite por la Inspeccion, pues en esto reina aún alguna confusion. Las dificultades que se presentan en el terreno al proceder al deslinde no son pequeñas. Poco acostumbrados los pueblos á operaciones semejantes se vé con frecuencia acudir á los indios con mujeres y niños. Allí, en són de motin algunas veces, empiezan por presentar incoherentes reclamaciones y acaban por quererlo atropellar todo, si bien es fácil acallarlos У reducirlos al silencio. Es de advertir que casi siempre toman esta actitud instigados y movidos por otros, que no aparecen, sobre todo si el solicitante de las tierras es algun extranjero, en cuyo caso hasta se producen quejas de personas respetables por su altísima mision suponiendo que los ingleses ó los franceses se ván á apoderar de las islas por concederse á un súbdito inglés ó americano ó aleman, ó lo que sea, unos cuantos quiñones de tierra. Podria citar ejemplos de hechos semejantes. A pesar de todo los deslindes van practicándose con excelente éxito. Ya sabe el Ingeniero que el ejercicio de su profesion en el Archi

piélago es difícil y penoso, por tanto, no deben arredrarle los obstáculos, y si obtiene buenos resultados en provecho del Estado y para el bienestar del país, debe seguir animoso el camino emprendido.

La detencion que sufrian las concesiones por tener pendientes los deslindes, disminuye grandemente con el aumento último del personal, y son ya varios los que se han emprendido desde entónces reivindicando al Estado en la posesion de extensiones considerables, que es probable le produzcan sumas no insignificantes, pues los mismos usurpadores se avendrán fácilmente á satisfacer al Erario el precio de las que en sus haciendas se han hallado como de exceso sobre las que se les concedieron.

Estando al frente de la Inspeccion sentí verme privado de medios para ejecutar el deslinde, medicion y valoracion de una finca, solicitado por el mismo propietario, el cual, reconociendo que tenía ésta una extension mucho mayor que la que figuraba en la concesion, se avenia á pagar el exceso y á costear todos los gastos que ocasionára la operacion. A estas fechas debe estar ya terminado dicho deslinde, y digo esto para que se vea que no es tampoco tarea imposible conciliar los intereses de los ocupantes de baldíos realengos con los del Estado. Los representantes de éste no pueden ni deben ser demasiado exigentes con los particulares, atendida la conveniencia para el desarrollo de la agricultura de que se pongan en cultivo muchas tierras. Deben, sobre todo, en la Memoria de reconocimiento suministrar noticias acerca de la calidad de las tierras, los mejores medios para hacer el descuaje del arbolado existente, y cuanto pueda ser de utili

dad al futuro propietario, el cual agradece estos datos, que le son de gran provecho, y le hacen empezar con conocimiento de causa su empresa, laudable siempre, á la par que dificultosa, de crear una buena hacienda donde habia sólo un terreno poco ó nada productivo. Esta Memoria, juntamente con el plano de la finca, es una buena base para la futura explotacion agrícola, y aquí se vé tambien de un modo evidente la parte que á nuestra Inspeccion puede caberle en el fomento de la agricultura.

y

el

Hecho ya el deslinde, vá á la aprobacion del Gobierno de las islas. Este resuelve consultando al de la Nacion, al fin obtiene el recurrente el ansiado título, si por fiscal de Hacienda no se le han puesto inconvenientes. Pero ¡cuánto tiempo trascurre desde que el particular concibe el proyecto de cultivar una tierra hasta poder recoger la primera cosecha! De un expediente de esta índole recuerdo que pasaron unos nueve años. El concesionario, representante de una casa francesa muy respetable, habia desistido ya de la empresa despues de haber sufragado los gastos de viaje de ida y vuelta á las Islas á un Ingeniero agrónomo frances, quien debia haberse puesto al frente de la explotacion, y despues de haber comprado várias máquinas, fiado en promesas de una pronta y favorable resolucion. Esto, referido y comentado por el que ha recibido los desengaños, y juzga sólo por fuera el mecanismo administrativo, retrae á muchos y crea una atmósfera fatal para el desarrollo del cultivo agrario, hasta hacer creer que es imposible adquirir terrenos realengos, cuyo cultivo, áun cuando se obtengan, obliga a sostener una viva lucha con todos los pueblos y sufrir los ataques

de las mismas personas que deberian protegerles por oponerse á la radicacion de los extranjeros.

Una fuerte casa de los Estados-Unidos, á poco de ocurrir la gigantesca lucha civil, que hizo nacer odios profundos entre los industriales del Norte y los agricultores del Sur, pensó dedicar grandes capitales á la creacion de fincas en el Archipiélago tomando por modelo las de su país y los ingenios de Cuba, pero fueron tantos los obstáculos que se le suscitaron, que se vió obligada á desistir de su empresa. Hallándome ya en Madrid, atendiendo á mi restablecimiento, he tenido noticia de que se está agitando actualmente la misma cuestion entre algunos capitalistas de Londres.

la

El dia que, variándose la marcha embarazosa seguida hoy en estos asuntos, se faciliten tierras á los cultivadores europeos, se inaugurará una era de progreso para agricultura filipina, que sólo puede realizar verdaderos adelantos creando grandes haciendas.

Las pequeñas fincas del indígena, hablo en general, de las que además por la ley sólo el usufructo y no la plena propiedad tiene, no se prestan á introducir un cultivo conforme con el actual estado de la ciencia agrícola. Los colonos siguen trabajando la tierra casi como lo hacian tres siglos há: descascarillan el arroz (pilar el palay) con luzon tan antiguo, que llamó la atencion de los compañeros de Legaspi, tanto que parece sacaron de este primitivo instrumento el nombre de la isla; machacan la caña de azúcar con unos molinos (trapiches), que dejan perder la mitad del jugo, y sacan la fibra de las hojas del abacá con un ingenioso aparato de madera, bambúes y

ya

una cuchilla que no participa de los adelantos de la mecánica (1). Creo que la prosperidad de los cañamelares, de los cafetales, de las plantaciones de cacao, de los algodonares, de los abacales sólo pueden esperarse de la creacion de vastas fincas, cuya importancia permita á sus propietarios montar aparatos en grande escala.

Respecto al cultivo del tabaco, que debe considerarse como de primera importancia para las Islas, son otros los obstáculos que se oponen á su progreso. Su exámen es ajeno á la índole del presente trabajo y está perfectamente tratado en su parte económica en la Memoria escrita y publicada en 1871 por el entónces Intendente general del Archipiélago el Ilmo. Sr. D. J. Jimeno Agius, con cuya amistad me honro, que tanto se ocupó durante su permanencia en aquel país del estudio de las cuestiones de vital interés para su prosperidad.

Dejando á un lado los cultivos y adelanto de las industrias agrícolas, seguiré ocupándome del estado de la propiedad rural.

Al examinar la legislacion de Indias hemos visto que sobresalen dos conceptos en los cuales parecia querer el legislador cimentar la agricultura de Filipinas: la preferencia dada al indio para poseer—repito que sólo con el carácter de usufructuario, pues no se le consentia la enajenacion de las tierras ocupadas, - y la obligacion de

(1) Várias son las máquinas que en distintas épocas se han inventado por personas residentes en Filipinas. Algunas de ellas están bien entendidas; pero hasta ahora ninguna ha hallado buena acogida en el indio. El cultivo en pequeño se aviene mal con el uso de estos artefactos.

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