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mezquindad. Si en la próspera isla de Negros se hubiera procedido así hace veinte años, habria hoy, y no es mucho asegurar, haciendas que pudieran competir con las mejores de Cuba y quizás se hubiesen evitado tantos litigios como en la actualidad ahogan á los propietarios, oponiendo el mayor obstáculo al desarrollo de la riqueza agrícola. El mal quizás más grave en esta materia, que ha habido en Filipinas, ha sido el no atenerse nunca á un plan general de conjunto al que obedecieran todos los trabajos de detalle, y no tener jamás fijeza en el criterio, pues las mismas personas que deploran que no se den á los particulares todas las facilidades necesarias para que adquieran y pongan en cultivo terrenos yermos, son las que en las regiones oficiales se ven obligadas, por lo vicioso de la organizacion, á suscitar obstáculos que dificultan su empresa.

Hora es ya, Excmo. Sr., de emprender nueva marcha. Fijos siempre nuestros ojos en los prodigiosos resultados por tan sencillos medios obtenidos en Java, sea la conducta del Gobierno holandés desde 1830 una provechosa leccion, no para imitarla servilmente, que distintas son las razas y condiciones de ambos países; pero sí para que, penetrados de su espíritu, se aborden estas cuestiones desde un elevado punto de vista, y sin empequeñecerlas con mezquino criterio. A los hombres de Estado toca estudiarlas en conjunto y apreciar toda su trascendencia, á las especialidades facultativas ejecutar el plan y descender hasta los últimos detalles. Aun cuando, si se lleva á la práctica lo que, animado de los mejores deseos, tengo la honra de proponer á V. E., no se obtengan otros re

sultados que la creacion de algunas haciendas más, y se llegue á un conocimiento más exacto y completo que el actual, extendiéndolo á los países extranjeros poco enterados en general de los inmensos recursos de nuestras islas, creo que se habrá alcanzado mucho. No quiero cansar más á V. E. encareciendo la importancia del asunto, penetrado de que no la desconoce. Los medios de lograr la regeneracion de la agricultura de las islas y la conservacion y fomento de sus extensos montes, que serán en breve tiempo, así lo espero, de gran entidad por su produccion, se presentan sencillos en teoría, no erizados de insuperables dificultades en la práctica, ni exigiendo cuantiosos recursos, que, dada la actual situacion de la Hacienda, no se pudieran arbitrar. La empresa puede comenzarse desde luego, nada se opone á ello.

Por lo demás, si logro con estas observaciones atraer la superior atencion de V. E. hácia el estudio de la importante cuestion desamortizadora, me daré ya por satisfecho, seguro de no haberla removido en vano, considerando como propia una pequeña parte de la inmensa gloria que, al resolverla, de seguro conquistará V. E.

IV.

Estudio de la vegetacion leñosa.-Dificultades para hacerlo sin una comision científica dedicada á él.— Utilidad de este estudio. Plan para su ejecucion. Una comision de la Flora no será gravosa al Estado. Objetos y datos que debe recoger.-Trabajos estadísticos.

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Intimamente relacionado con las operaciones necesarias para la formacion de los catálogos de montes reservados y enajenables se halla el estudio de la vegetacion leñosa del Archipiélago. Y digo leñosa y no arbórea, por ser bastantes las plantas de monte de la Flora de las Islas, que á pesar de humildes dimensiones ofrecen interés forestal por la importancia de sus aprovechamientos. No es fácil fijar límites bien determinados de la extension que este estudio debe darse allí, pues al paso que se encuentran árboles, á los cuales no es extensivo por ser del exclusivo dominio de la agricultura é importados además con objeto de cosechar su fruto, como sucede con el cafeto y el cacao, hállanse plantas hasta herbáceas, acerca de las cuales se ofrecen dudas sobre si deben considerarse como forestales: tal es, por ejemplo, el abacá, que vive silvestre en gran parte de los montes de las costas del Pacífico, en las Visayas, en Mindanao y otras muchas localidades; el que sea objeto de cultivo parece no es

motivo suficiente para excluirlo, pues otro tanto sucede en nuestro país con una planta, tambien textil, con el esparto. Creo que cuantos vegetales crezcan espontáneamente en los montes y ofrezcan algun interés por sus aprovechamientos, ó sean notables por su frecuencia dando fisonomía á la comarca, lo cual, por lo comun, denota se pueden sacar de ellos indicaciones preciosas para la determinacion de la naturaleza y calidad del suelo, deben ser objeto del estudio del Ingeniero. Así, la Melastoma malabathricum, pequeño arbusto de hojas opuestas y flores rojas, que ignoro sea objeto de ningun aprovechamiento, debe, á mi entender, consignarse en una flora forestal del Archipiélago porque su presencia es característica en todas las entradas de los montes que he recorrido en la provincia de la Laguna.

Ya he indicado que el conocimiento científico de las plantas de monte está muy atrasado en Filipinas. Fuera de los datos que, respecto á algunas de ellas consigna en su Flora el P. Blanco con descripciones incompletas casi siempre y poquísimas noticias que al selvicultor puedan servir, por no haberse escrito con este objeto y fijarse de preferencia en las propiedades medicinales, y exclusion hecha de un apéndice y algunos apuntes suplementarios del P. Fr. Agustin Llanos, cuyo nombre es bien conocido de los naturalistas y cuyas descripciones en general son excelentes, puede decirse que nada tenemos. Los trabajos botánicos de los PP. Santa María y Murillo son de poquísima importancia, y lo que he visto del primero ni merece el nombre de tal, pues se reduce á un librito curioso, impreso en el siglo pasado, que contiene remedios

para muchas enfermedades ridículos amenudo, pero de los cuales hacen algun caso los indígenas-seguido de un apéndice de secretos para matar cucarachas, hacer tinta, etc. etc.

Cuando Java tiene tantas obras fitográficas, cuando las tienen tambien las Molucas, el Japon, la Birmania, toda la India inglesa generales y locales, la Conchinchina, cuando hasta la pequeña isla de Hong-kong posee su Flora, es sensible la pobreza de los resultados de las investigaciones de los naturalistas en las Filipinas y bien triste el desconocimiento de su vegetacion. Algunas plantas, recogidas por D. Luis Nees en su viaje de circumnavegacion, fueron descritas por Cavanilles. El Gobierno del rey Fernando VII comisionó á Pineda para estudiar la Flora del país y el estado de su agricultura; pero, desgraciadamente para la ciencia, la expedicion, de la cual era de esperar tanto, fracasó por haber enfermado este sabio, á poco de llegar á las Islas, falleciendo en Manila. No hay una sola obra fitográfica de Filipinas, ni buena ni mala, ni completa ni incompleta, ordenada por el método natural. La del P. Blanco está dispuesta segun el sistema sexual de Lineo, y los que ya sólo lo hemos estudiado por su interés histórico y por la facilidad que al principiante ofrece para llegar al nombre de una planta-para esto juzgo aún preferible buenas claves analíticas como las del excelente Prodromus de la Flora española de mi querido maestro el Pr. Willkomm-nos hallamos algo desorientados en su manejo, faltándonos los agrupamientos de los métodos naturales de uso más general.

Por este motivo empecé, en los pocos ratos desocupa

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