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Si al segundo año de emprendidos estos trabajos se colocaban 200.000 hectáreas á un precio medio de cinco pesetas cada hectárea, que no es alto, se recaudarian un millon de pesetas por este concepto, creando además una riqueza territorial imponible de consideracion, poblando comarcas hoy desiertas, y asegurando un poderoso progreso á la agricultura. En las fincas, que en estos terrenos se creáran, es probable que se introdujeran, además de reformas en los cultivos, máquinas iguales á las que funcionan en los Estados-Unidos y las Antillas, con lo que aleccionando á los actuales cultivadores, iria cesando la miseria y mezquindad que en el cultivo de los campos y en las industrias agrícolas reina hoy en Filipinas. No es aventurado asegurar que estos resultados podrian obtenerse de la desamortizacion forestal enlazándola con una solucion satisfactoria de la cuestion de braceros.

Dejando de considerar estas ventas de terrenos bajo el punto de vista agrícola y mirándolas bajo su aspecto puramente forestal, no nos deben inspirar temores sus efectos, siempre y cuando se proceda con cautela y perfecto conocimiento de causa. De los datos apuntados se desprende cuán excesiva es la superficie de montes en el Archipiélago. Aunque parezca paradoja se puede asegurar que su reduccion, dentro de justos límites, no motivará ni disminucion en la riqueza que el Estado posee en sus montes, ni males á los pueblos, como ha sucedido en otros países. Los más de los terrenos, que convendrá sacar á la venta, son llanos, cubiertos de cogon ó arbolado de poco valor, ó colinas y parte baja de las laderas en las sierras, muy á propósito para establecer cafetales, tierras

que en muchas localidades no tienen un solo árbol que encuentre comprador. Prueba de ello son las enajenaciones hechas en los últimos tiempos. Citaré alguna como ejemplo, por juzgar de especial interés cuanto se refiera á este importante punto. En las laderas NO. del Gran Banajao, colosal volcan extinguido de la provincia de la Laguna, se concedieron provisionalmente á mi buen amigo D. Gustavo Tobler, modelo de laboriosidad y constancia y en quien las ciencias naturales tienen un apasionado, modesto é inteligente colector, unos terrenos emboscados con destino á plantaciones de café. Crió los primeros cafetos á la sombra del arbolado existente, despues de aclarado convenientemente, y luego ha ido practicando otras claras sucesivas á medida que lo exigia el cultivo, pues ni aún para construir su casa, establecida en el pueblo de Majaijai á la falda del monte, abierta siempre al viajero, y permítaseme consignarlo así para expresar mi gratitud por la generosa hospitalidad y cariñosa acogida que en ella he hallado cuantas veces he visitado aquel pueblo, ni áun para construir su casa, repito, ha podido aprovechar

uno solo de los árboles que arrancaba penosamente de su naciente hacienda, procediendo los empleados de bosques distantes más de tres leguas del Banajao, como son los de Luisiana y Mauban. En todo el Banajao, en el Sungay, en gran parte del Maquilin y en muchas montañas de las islas sobran terrenos forestales, que no representan hoy ninguna riqueza si nos fijamos sólo para determinarla en el valor en venta de las maderas. Respecto á los peligros que del descuaje pueden resultar á los pueblos, preverlos y precaverlos, en casos especiales, debe ser objeto del estu

dio de detalle que se haga para proponer la enajenacion de cada finca en particular. Los conocimientos del personal facultativo á cuyo cargo correrán, y que tendrá gran responsabilidad en las ventas imprudentemente aconsejadas, y su reconocido interés por el bienestar del país parecen las mejores garantías de acierto en estas delicadas operaciones. ¡Si en épocas anteriores y de triste recuerdo, al proceder á las análogas en la Península se hubiese oido siempre su desinteresada voz y se hubiesen seguido sus autorizados consejos, otros hubieran sido los resultados de la fatal desamortizacion de 1862! Sirva de leccion, al emprenderlas allí, lo sucedido aquí decidiéndose, por fin, el Gobierno á abandonar para siempre el pobre é infecundo sistema actual, que hoy es la mayor rémora de la agricultura filipina.

á su

Permita V. E. al Ingeniero que suscribe hacer algunas indicaciones generales acerca de los medios, que, juicio, son más conducentes para vencer, en la formacion del Catálogo de los montes públicos,-necesario como base de la desamortizacion,— algunas de las más culminantes dificultades que han de surgir, pues aún cuando pueda quizás parecer mejor tiempo y lugar para iniciarlos aquel en que se vayan á empezar los trabajos motivando un proyecto especial, que bien lo merece tan importante asunto, creo que no será supérfluo decir desde luégo algo sobre la materia.

El reglamento provisional de 8 de Febrero del año último fija, como una de las principales funciones y deberes más importantes de los ingenieros en la gestion facultativa de los montes del Archipiélapo, la obligacion de

proceder á la clasificacion de éstos atendiendo á sus condiciones de suelo, vuelo, topografía y situacion, dividiéndolos en dos grupos: uno que comprenda los susceptibles de cultivo agrario permanente, conviniendo que pasen al dominio de la agricultura, y otro comprensivo de los que á causa de su influencia sobre el clima, la higiene ó la hidrología del país deban conservarse con destino al aprovechamiento del arbolado maderable. Es decir, que debe procederse á la formacion de catálogos que enumeren, para cada isla y provincia, los montes enajenables y los reservados con todas las indicaciones necesarias de situacion, límites, topografía, especies dominantes y dominadas más importantes, estado general del repoblado, etc., que se crean necesarias para formar juicio acerca de ellos. Ahora bien, para esto es preciso hacer divisiones y agrupaciones; separar las masas contínuas de arbolado que cubren á veces leguas y leguas de sierra y agrupar las pequeñas manchas diseminadas y segregadas sólo por reducidas superficies desnudas, que pueden considerarse como rasos, siendo aquéllos más bien rodales de un monte interrumpidos, que pequeños montes distintos. Como los catálogos han de servir no sólo de base para la desamortizacion, sino que tambien tienen el carácter de trabajo preliminar necesario á los planes provisionales de aprovechamiento, el proceder con buen criterio y exquisito tacto en estas divisiones y agrupaciones, es de interés muy trascendental para los trabajos futuros. La division territorial del Archipiélago no puede servir de mucho, por el deplorable estado de confusion que reina en ella, y si para nuestro objeto tuviéramos que empezar por ser escrupu

losos en el deslinde de términos jurisdiccionales, ya podriamos renunciar á ver terminada la clasificacion, cuanto más á presentar en el término de un año un avance de ellas para las provincias de mayor importancia forestal. Dicho se está que, en todos los casos en que no ofrezcan dudas, se referirá el monte á la jurisdiccion donde radique, ó se citarán, por lo menos, sus límites con los de los pueblos vecinos; pero, áun así, habrá necesidad de fraccionar grandes extensiones.

¿Qué criterio puede servir de norma al proceder á separar en distintos montes una gran masa, como conviene hacerlo para los futuros planes de aprovechamiento? Creo que no hay otro que atender á una extension fijada dentro de ciertos límites, la cual se juzgue conveniente para la buena y fácil formacion de planes de aprovechamiento, de modo que ni el monte resulte demasiado extenso ni de cabida excesivamente exígua para el método de beneficio á que se someta. La extension tipo no podemos concretarla aquí, pues depende de la topografía y situacion de las fincas, de las especies que las pueblen, del tratamiento y turno que se adopte, y de circunstancias, en fin, muy várias. Todo esto deberá formar el objeto de unas instrucciones que se redacten, para inteligencia del personal, al ir á emprender los trabajos de los catálogos. Para la separacion, ó tal vez mejor dicho, la formacion de los montes, debe atenderse, además de la superficie, á la topografía general del terreno. Entiendo que siempre se ha de procurar que les sirvan de límites líneas de division y de reunion de aguas; las primeras mejores, por lo comun, para separar montes distintos, las segundas para fi

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