Cultura: selección de buenos autores antiguos y modernos, Volumen 6,Número 6

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1918
 

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Página 15 - Angel ni qué calabaza ! Mejor era que nos dejaran a los pobres esos medios y esas cuartillas para pan; y no que muchas veces nos hacen falta para comer como ahora. Sabe usted, estoy pensando irlos a vender a escondidas; porque yo sé que le tienen a usted de costo dos y medio: cuando más, darán por ellos cuatro reales, y si pagamos el medio de la selladura, le sale a usted su trabajo por un real, que es brava sinrazón.
Página 13 - ¡Ay, tata! ¿y esos monospodristas son animales a modo de los gorgojos, que se comen el maíz, el trigo, frijol, y todo? Tata. — Sí, hija, animales son, y grandes.
Página 4 - donde se expendían La Gaceta y El Diario y una infinidad de papeles políticos y literarios que de continuo aparecían aquí y en la Península, relativos a los asuntos del reinado de Fernando VII y de la invasión de Napoleón en España
Página 14 - ¡Qué diablura! ¿qué hiciera yo para saber dónde viven? pero sabe usted Tata, han de ser tan pocos, que se han de perder de vista. Yo creo que todos son unos, porque me he cansado de remudar tiendas y más tiendas, y en todas me dan el propio recaudo, y la lagaña de Melchor.
Página 15 - Y ¿por qué no lo es usted? ¿qué le falta? porque todos dicen que es usted un oficial de los buenos, y que hace unos zapatos que no les falta más que hablar. Tata. — ¿Sabes por qué? porque no tengo catorce pesos y medio, para la media anata: cuatro para el mayor: dos, para cada veedor: y treinta, o cuarenta para el festejo.
Página 21 - Sí, dixo el penco; pero eso es en los pueblos, donde también os torean con las astas aserradas para que no hagáis mayor mal a los hombres ni a nosotros.
Página 19 - Real; aunque por las escaseces del día le falta toda la magnificencia que ha visto esta Ciudad, en otras iguales, como los Juegos de Cañas, los Torneos, la Carrera de la Sortija, el Don Pedro de palo, y otras semejantes, en cuyas travesuras han lucido su habilidad y gastado su dinero con profusión los caballeros de esta Ciudad.
Página 23 - ¿Acaso os hacemos daño alguno? ¿nuestros amos con la espuela y el freno nos obligan a presentaros el cuerpo bien contra nuestra voluntad; pues entre los compañeros hay uno o dos que no les falta...
Página 18 - ... alguna, fiado desde luego, en su genio naturalmente quieto y sosegado. "No se equivocó en su juicio, pues aunque luego que volvió con el refresco se pusieron a beber alegremente, formando cuadro, sin acordarse ninguno del bueno del rocín, éste, lo más que hizo, fué ir a buscar sombra junto a un toril, que por suerte tenía algo separadas las vigas.
Página 13 - Usted me vuelve loca, tata; ¿cómo puede ser eso? TATA: Mira, inocente, los monopolistas son hombres como todos, pero sus comercios son criminales. Entre dos o tres abarcan un convoy de víveres; lo encierran y les ponen a las semillas el precio que quieren; y, tal vez, para poder hacerlo con más libertad, suelen comprar a los vendedores menos pudientes los rezagos que tienen de aquellos efectos, para que no les hagan mala obra y para que el público, quiera que no quiera, les compre a ellos solos...

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