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llegó hasta saquear á Lisboa, y regresó despues victorioso a su córte, cargado de despojos y llevando consigo gran número de prisioneros. Esas victorias obligaron at que habia sido su suegro, Fernan Gonzalez, á sometérsele y á que se allanase a servirle. Reinó Ordoño cinco años y siete meses, murió de muerte natural en Zamora en la era de DCCCCLXXXVIII, y fue llevado á enterrar en Leon, junto à la iglesia de San Salvador, al otro lado del sepulcro de su padre el rey Ramiro.

27. Despues de Ordoño se sentó pacificamente en el trono su hermano Sancho, hijo tambien del mismo rey Ramiro; pero a poco de haber cumplido el primer año de su reinado, una conjuracion urdida contra su autoridad le obligó a salir de Leon, y á refugiarse en Pamplʊna, desde donde, por consejo de sus amigos y con acuerdo de su tio el rey Garcia, se fué á ver á Abderraman, rey de Córdoba, despues de haberle enviado embajadores. Mientras estuvo fuera, pusiéronse de acuerdo los magnates de su reino, y unidos con el dicho Fernando, conde de Burgos, proclamaron à Ordoño el Malo, hijo de aquel Alfonso que fue privado de la vista con sus hermanos, dándole el conde por mujer la hija que habia sido repudiada por el otro Ordoño hijo de Ramiro. Entretanto el rey Sancho, que era demasiadamente obeso, sanó en Córdoba por virtud de algunas yerbas que le aplicaron los agarenos, desvaneciendosele la hinchazon del vientre y recobrando todos sus miembros la agilidad debida. Tomando entonces consejo de los sarracenos, trató de recobrar el reino que le habia sido usurpado; por lo que, saliendo de Córdoba con poderoso ejército, se encaminó à Leon; pero asi que hubo puesto los piés en el reino y lo supo Ordoño, abandonó éste de noche su capital retirándose à Asturias, y quedó aquel reinstalado en el trono. Luego de haber entrado en Leon, sometió Sancho á los rebeldes que se habian levantado en su reino; pero Ordoño, expulsado de Asturias, buscó asilo en Burgos, donde tampoco quisieron admitirlo, y echándolo de Castilla, le obligaron á meterse en tierra de sarracenos, quedándose solamente con su mujer Urraca, la cual se casó despues con otro marido. Entre sarracenos, pues, hubo de llorar Ordoño sus pasadas culpas, sufriendo la maldicion del Señor, ya que rechazó su bendicion; al mismo tiempo que Sancho contrajo matrimonio con una señora llamada Teresa, de la cual tuvo un hijo por nombre Ramiro. Mas adelante acordaron el rey y su hermana Geloira enviar mensajeros' a Córdoba para recoger el cuerpo de san Pelayo, que habia sufrido el martirio en aquella ciudad en tiemso del príncipe Ordoño y reinando sobre los árabes Abderraman, en la era de Dcccclxn.

28. Mientras estaban en camino los embajadores enviados para tratar de la paz y de la entrega del cuerpo de san Pelayo, con quienes iba Velasco, obispo de Leon, salió Sancho de esta ciudad y se dirigió contra Galicia, sometiéndola toda hasta el Duero. Sabedor de esto el conde Gonzalo, que gobernaba la tierra de la otra parte del rio, trató de resistirle y acudió con poderoso ejército á la orilla; mas luego cambiando de plan y maquinando una traicion, le envió mensajeros mostrándose dispuesto a satisfacer el debido tributo por las tierras

qué poseia, al mismo tiempo que para lograr por malae artes la muerte del rey, le envió el veneno en una manzana. Probóla Sancho, y se sintió fuego mortalmente herido desfalleciente y silencioso, emprendió apresuradamente la vuelta a su capital; pero al cabo de tres dias murió en el camino, siendo luego levado a enterrar á Leon, al lado de su padre, jen la Iglesia de San Salvador. Reinó doce años y acabó en la era de MV.

29. Por la muerte de Sancho, sucedió en el reino del' padre su hijo Ramiro, niño de cinco años, gobernado por los consejos de su tia doña Geloira, mujer prudentisima y entregada al servicio de Dios. Tuvo este røy paz con los sarracenos, y de ellos recibió el cuerpo del mártir San Pelayo, à quien dió honrosa sepultura en Leon, acompañandole en esta ceremonia muchos religiosos obispos. En el año segundo de su reinado aportaron á Galicia cien naves de normandos, los cuales, desembarcando allí con su rey Gunderedo, causaron terribles estragos en el territorio del apóstol Santiago, dieron atroz muerte al Sisnando, y saquearon toda la Galicia hasta llegar a los montes Cebreros; pero Dios, que todo lo ve y que nada deja impune, les dió el castigo merecido cuando al tercer año regresaron á su pais; pues asi como redujeron á cautiverio al pueblo cristia no, causándole muchas muertes, así tambien ellos hubieron de sufrir calamidades sin cuero antes de abandonar los confines de Galicia. Ramsdose babia casado entretanto con Urraca, la que está enterrada en Oviedo; y el conde Gonzalo Sanchez, invocando el nombre de Dios, y á honor del apóstol Santiago, cuyas tierras habian asolado los normandos, salió contra ellos con numeroso ejército, y trabándose la batalla, dióle el Señor victoria, logrando pasarlos à cuchillo y exterminarlos á todos, juntamente con su rey, é incendiando luego sus bajeles.

30. El rey Ramiro, que era soberbio, mentiroso é ignorante, comenzó á maltratar de obra y de palabra á los condes de Galicia, de Leon y de Castilla: por lo que lle→ vandolo estos à mal, se conjuraron y alzaron por su rey á Bermudo, proclamándolo en la iglesia del apóstol Santiago, en los idus de octubre de la era de MXX. Luego que el rey tuvo noticia del caso, partió de Leon con direccion à Galicia, y saliéndole al encuentro Bermudo en el puerto de Arenas, trabóse encarnizadamente la batalla y con iguales ventajas por ambas partes, de manera que hubieron de separarse sin que ninguna pudiese alcanzar victoria. Ramiro regresó entonces à Leon, y allí acabó sus dias de muerte natural en el año decimoquinto de su reinado. Dióse sepultura à su cuerpo en el monasterio de Destriana. Entretanto Alcorexi penetró en Galicia por la parte de Portugal, con numerosas fuerzas deagarenos que se adelantaron hacia Compostela y estragaron toda la tierra; pero queriendo luego llegar osadamente hasta la iglesia y sepulcro de Santiago, les infundió Dios tal terror, que les obligó á retroceder. No quiso sin embargo el Rey del cielo que quedasen impunes tantos desmanes: y para castigarlos, envió á los agarenos tal enfermedad de cámaras, que murieron todos, sin que ni uno solo quedase con vida para regresar à su pais.

CRÓNICA ESCRITA POR PELAYO, OBISPO DE OVIEDO

EN QUE TRATA DE LOS SUCESOS DE SU TIEMPO.

1. Muerto Ramiro en la era de Mxx, entró en Leon Bermudo hijo de Ordoño, y se sentó pacificamente en el trono. Fué en todas sus cosas un mal rey y un tirano; pues sin teper motivo mandó prender al obispo de Oviedo Gudesteo, y llevarlo al castillo de Prima de Reina, al otro extremo de Galicia, donde lo tuvo por espacio de tres años cargado de cadenas. Por donde el Salvador del mundo envió á la tierra tan espantosa sequia, que no pudiendo ararse ni sembrarse, padeció toda España una hambre horrorosa. Atreviéronse entonces algunos varones timoratos á hablar al rey y decirle: «Señor rey, algunos siervos de Dios han tenido una vision y nos han manifestado que pecaste contra Dios cuando pusiste preso al obispo de Oviedo, y que no llevará ni tendra remedio el hambre que padece tu reino, hasta tanto que pongas en libertad y dejes ir en paz á aquel prelado. Al oir el rey tales palabras, envio mensajeros al obispo de Astorga Gimeno, à quien habia encomendado la iglesia de Oviedo, y mandando poner

en libertad al cautivo prelado, lo reinstaló en su silla; Entonces volvió el Señor á fecundar la tierra con la lluvia. dieron otra vez los campos sus frutos y desapareció el hambre del reino. Mas no pararon aquí las maldades de aquel rey tirano. Tres siervos de la iglesia del apóstol Santiago, llamados Yadon, Cadon y Eusion, acusaron falsamente á su señor obispo de un crimen (feisimo: y como Bermudo era poco cauto, dió fácilmente oidos y asenso á aquella acusacion falsísima, y envió desde juego mensajeros al obispo de Santiago, con órden de de que el dia de domingo de Ramos, despues de haber consagrado el crisma, saliese de Compostela, para presentársele en Oviedo el dia de jueves santo. Entretanto mandó el rey traer algunos toros bravos, y escogiendo entre todos à uno muy feroz, dispuso guardarlo para cuando compareciese elobispo. Llegó este à Oviedo en el dia señalado, y habiéndole dicho los soldados del rey que se presentase al soberano antes de entrar en la iglesia,

él, con la confianza que tenia en el Señor, contestóles: Iré primeramente a visitar al Rey de reyes y Salvador nuestro; despues compareceré à la presencia de vuestro rey tirano; y esto diciendo se entró en seguida en la iglesia de nuestro Salvador, donde se vistió los ornamentos pontificales y celebró misa. Salió luego de la iglesia, y se encaminó al sitio donde se hallaba el toro, delante del palacio real, y a donde habia acudido casi todo el pueblo de Asturias para presenciar el espectáculo. Mandó entonces el rey soltar à aquel animal feroz; pero éste, corriendo presuroso al encuentro del obispo, dejó en sus manos las astas, desahogóluego su furia contra los espectadores, mató á algunos de ellos, y se volvió al monte de' donde lo habian traido. Vuelto despues el prelado á la iglesia, colgó ante el altar del Salvador los dos cuernos que habian quedado en sus manos; alli excomulgó y maldijo á Yadon, Eusion y Cadon, rogando que hasta la fin del mundo no faltase nunca en su descendencia algun leproso, ciego, cojo ó manco, en pena del falso testimonio que le habian levantado; malo tambien al rey. porque à vista de todos hubiese sanso de su linaje una maldad semejante; y despojándose luego las sagradas vestiduras, no quiso ver mas al tirano, sino que despues de haber permanecido por cuatro dias en aqueila iglesia, el lunes despues de Pascua salió con los suyos de Oviedo se retiró al valle de Pravia, á la igle sia de Santa Eu Allí estuvo hasta que, habiendo caido enfermo, recibió el cuerpo y sangre de Jesucristo, y un miércoles al amanecer entregó su espíritu al Señor. Entonces los que le habian acompañado quisieron colocarlo en el féretro para llevarlo a la iglesia de donde ha.. bia sido obispo; pero quiso Dios que con ningunas fuerzas pudieran moverlo del sitio en que se hallaba; por lo que resolvic ron enterrarlo en un muy buen sepulcro de piedra, en una capilla al lado de la iglesia de Santa Eulajia, á la parte del cierzo, y terminada esta triste ceremonia, se volvieron cada uno à su casa.

2. Otra maldad enorme cometió el principe, teniendo por concubinas à dos nobles mujeres. De la una engendró al infante Ordoño, y de la otra à la infanta Geloira. El primero casó con la infanta Fronilda, hija de Pelayo, y Tuvieron por hijos à Alfonso Ordoñez, Pelayo Ordoñez, Bermudo Ordoñez, Sancho Ordoñez y Jimena Ordoñez. Esta Jimena casó juego con el conde Muño Rodriguez, ý de él tuvo al conde Rodrigo Muñoz, que murió en la ba talla de Sacralias. El mismo principe Bermudo tuvo tambien amores con una labriega, por nombre Velasquita, Jija de Mantello y de Velalla, del lugar de Meres, junto al nonte Copciano; y fruto de estos amores fué la infanta Cristina, que contrajo matrimonio con el infante Ordoño, el ciego, hijo de Ramiro, teniendo varios bijos é hijas, á saber: & Alfonso Ordoñez, á Sancho Ordoñez y a la condesa Aldonza, que casó con Pelayo, el hijo de Fruela que había sido diacono, de cuyo matrimonio nacieron el conde Pedro Peláez, Ordoño Peláez, Pelayo Peláez, Muño Peláez, la madre del conde Suero y de sus hermanos, y Teresa condesa de Carrion, que edificó la iglesia de Sau Zoilo. Tuvo además el rey Bermudo dos legitimas mujeres, una por nombre Velasquita, à quien repudió; y otra llamada Geloira, de la cual le nacieron los hijos Alfonso y Teresa. Despues de la muerte del padre, el hernano Alfonso casó á esta última, contra su voluntad y solo por el bien de la paz, con el rey moro de Toledo; pe ro como ella era cristiana, dijo al rey su marido: «No me Loques porque eres infiel; y si te acercares à mi, el ángel del Señor te dará la muerte. Burlóse el rey de semejantes palabras y cumplió su carnal deseo; pero al instante se sintió herido por el ángel del Señor, como le habia sido profetizado. Entonces conociendo que se le acercaba la muerte, llamó á sus camareros y consejeros, y haciendo cargar algunos camellos de oro, plata, perlas y vestidos preciosos, mandó que condujeran á la princesa con todos aquellos regalos á Leon, donde ella tomó el hábito de monja. Despues de haber permanecido ali por mucho tiempo, se trasladó á Oviedo, donde murió y fué enterrada en el monasterio de San Pelayo.

3. Los pecados de Bermudo y de su pueblo fueron causa de que el rey agareno Almanzor, com su hijo Abdelnelik y algunos condes cristianos que se hallaban desterrados, dispusiesen venir à destruir y despoblar el reino de Leon. Luego que los asturianos y leoneses tuvieron noticia de la tempestad que les amenazaba, tomaron los restos mortales de los reyes que se hallaban enterrados en Leon y Astorga y el cuerpo del santo mártir Pelayo, y Jos llevaron á Asturias, donde les dieron honrosa sepultura en Oviedo en la iglesia de Santa María. El cuerpo de san Pelayo pusiéronlo sobre el altar de San Juan Bautista; mientras que algunos ciudadanos de Leon llevaron hasta Val-Carlos en el Pirineo, el del obispo San Froilau, y allí lo colocaron en otro altar, titulado tambien de San Juan Bautista. Verificó, pues, el rey sarraceno su entrada con poderoso ejército, segun lo tenia amenazado; y en ella destruyó à Leon, Astorga y CoyanCa y devastó los territorios colindantes, savándose solamente Asturias, Galicia y el Vierzo, donde

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TOMO II.

no pudo penetrar, y los castillos de Luna, Alba y Gordon que no pudieron ser tomados. Los restos mortales de los reyes, de que dijimos arriba, fueron colocados junto a sus antecesores, en esta forma: en el primer sepulcro, que está en medio, pusieron los del rey Alfonso y los de su mujer la reina Jimena; en el segundo, que está á la derecha, los del rey Ordoño, hijo de Alfonso y de Jimena, con los de sus mujeres doña Munia y Sancha; y en el tercero, los del rey Ramiro, hijo de Ordoño y de doňa Munia, con los de sus hijos el rey Ordoño y su mujer Geloira, el rey Sancho y Teresa su esposa. A la izquierda pusieron en el segundo sepulcro los restos del rey Fruela, hijo de Alfonso y de Jimena, con los de su mujer la reina doña Munia; en el tercero, los de la reina Geloira, llamada la Casta, hija de Ramiro y de Teresa; y en el cuarto, que está mas elevado, los de la reina Teresa, mujer del sobredicho Ramiro. Por último, en el testero y al lado del mausoleo de Alfonso el Casto, enterraron los huesos de los hijos e hijas de los mencionados reyes. Sucedió lo sobredicho en la era de мXXXVI.

4. El Rey del cielo se apiadó al cabo de tantas calamidades y castigó a sus enemigos, enviando á unos una muerte repentina, y haciendo que otros sucumbiesen al filo de la espada, de manera que fué disminuyendo cada dia el número de los agarenos. Al rey Bermudo le castigó tambien Dios por sus maldades, con enviarle una enfermedad de gota, que le privó de cabalgar mas por toda su vida, y le puso en la necesidad de ser llevado en hombros para trasladarse de uno á otro lugar, hasta que acabó sus dias en el Vierzo, Reinó diez y siete años, y se le dió sepultura en Villabuena, desde donde, años adelante, fue trasladado á Leon.

5. Ascendió entonces al trono, en la era de MXXXVII, el bijo de Bermudo, Alfonso, niño de cinco años, que fue criado en Galicia por el conde Menendo Gonzalez y su mujer la condesa doña Mayor, quienes lo casaron despues con su hija Geloira, de la cual tuvo por hijos á Bermudo y á Sancha, la que casó con el rey Fernando, hijo del rey Sancho Garcia. El sobredicho rey Alfonso fué despues á Leon à celebrar concilio con sus obispos, condes y demás maguates: repobló aquella ciudad, que habia sido destruida por el agareno Almanzor, y le dio fueros y leyes que han de conservarse hasta la fin del mundo y se hallan escritas à continuacion de la historia de los reyes godos de la de los aragoneses. Duró su reinado veinte y seis años, murió de un saetazo en el lugar de Viseo, en Portugal, y fué enterrado en Leon con su mujer Geloira. 6. Por la muerte de Alfonso sentóse Bermudo trono de su padre; pero habiéndole declarado la guerra su cuñado el rey Fernando, con poderoso ejército, trabaron la batalla en el valle de Tamara, y en ella acabó sus dias el rey Bermudo. Habia reinado diez años, y murió en la era de MXL.

en el

7. Entonces el sobredicho rey Fernando avanzó hasta pouer cerco á Leon, de cuya ciudad se apoderó al cabo de pocos dias; y habiendo verificado su entrada con numeroso acompañamiento de soldados, se ciñó la corona y quedó proclamado rey de Castilla y de Leon, despues de haber confirmado los fueros que su suegro Alfonso habia dado à la ciudad, y otorgado otros nuevos que debian guardarse para su gobierno. Fué este monarca justo y timorato, y de su matrimonio con la sobredicha Sancha le nacieron Urraca, Sancho, Alfonso, Garcia y Geloira. Causó siempre mucho daño a los sarracenos quienes le pagaron puntualmente cada año el tributo á que se habian obligado sus reyes: apoderóse por fuerza de armas de Lamego, Viseo, Coimbra. Peña, y otras muchas ciudades y castillos de los agarenos, y en la batalla de Atapuerca dió tambien muerte à su hermano el rey Garcia, apoderándose de su reino.

8. Fernando fué tambien el que en la era de MLXXV hizo trasladar de la metrópoli de Sevilla à Leon el cuerpo del obispo San Isidoro, por mano de los prelados Alvito, de Leon, y Ordoño, de Astorga; y luego en la era de MLXVrordenó asimismo la traslacion de los santos mártires Vicente, Sabina y Cristeta, sacándolos de Abela, y llevándolos, el primero à Leon, el segundo a Paleucia, y el tercero á San Pedro de Arlanza. Reinó Fernando diez y ocho años, y murió y fué enterrado en Leon en la era de MCI. Antes de morir repartió el reino entre sus hijos, dando á Sancho todo lo de Castilla hasta el Pisuerga, con Jo de Nájara y Pamplona con todas sus dependencias; á Alfonso, el reino de Leon tambien hasta el Pisuerga, y lo de Asturias, con Trasmera, hasta el rio Ova, Astorga, Campos, Zamora, Campo de Toro, y el Vierzo, hasta la villa de Ux en el monte Cebrero, y hasta la villa de Ulce; y á Carcia, por último,le dió todo lo de Castilla y Portugal. 9. Por consecuencia de esta division comenzó á guerrear el rey Sancho con su hermano Alfonso para apoderársele del reino; y habiéndose ambos citado para el lugar de Llantada, para que trabándose alli la batalla, decidiesen las armas à quién deberia pertenecer el reino, comparecieron los dos á la cita, y despues de haber peleado con notable ardimiento, quedó por fin vencido el rey Alfonso. Entonces se retiró éste à Leon; mas ha

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biendo luego salido nuevamente á campaña, vinieron otra vez á las manos ambos ejércitos en Volpellera, donde Alfonso fue hecho prisionero, y de allí conducido á Burgos cargado de hierros. Desterráronto despues á Toledo, y allí permaneció en compañia del rey Almumenin, hasta que murió su hermano el rey Sancho. Despues de esta victoria, Sancho, que era un gentil caballero y valeroso soldado, se apoderó del trono de Alfonso, coronandose en la ciudad en Leon, visitó luego las tierras de Asturias, Galicia y Portugal, y al cabo de seis años de reinado, un caballero por nombre Vellido Dolfo to mató á traicion fuera de las murallas de Zamora, á cuya ciudad habia puesto sitio. Fué de allí llevado a enterrar á Castilla, en el monasterio de San Salvador de Oña.

10. Luego que Alfonso tuvo notícia del fallecimiento de su herma to, salió de Toledo y corrió a tomar posesion de ambos reinos, del de Sancho, y del suyo que le habían quitado; y no contento con esto, quiso tambien al cabo de poco tiempo apoderarse del de su otro hermano García, a quien puso preso sin resistencia, valiéndose de un engañoso ardid, y lo tuvo luego aherrojado por mas de veinte años. En su encierro, atentó últimamente García contra su propia vida, procurando desangrarse; y habiéndolo conseguido, eayó en el lecho y murió, siendo llevado á enterrar á Leon; descanse en paz. Apoderado asi Alfonso de los reinos de sus hermanos, envió tuego embajadores á Roma al papa Hildebrando, titulado Gregorio septimo, para que estableciese en todo su reino la liturgia romaa: por lo que el pontifice envió a España a su cardenal Ricardo, abad Masiliense, quien celebró concilio en BurKos y estableció el rito romano en todos los estados del rey Alfonso, en la era de MCXXII.

11. Como este rey disponía de un numeroso ejército, combatió todas las ciudades y castillos de los sarracenos, quienes continuaron pagándole el debido tributo, y sitió, saqueó, despobló y asolo ó ganó, por un lado á Toledo, Talavera, Santa Olalla, Maqueda, Alfamin, Arganza, Magerit, Olmos, Casatalifa, Talamanca, Uceda, Guadalajara, Hita, Ribas Caracuey, Mora, Alarcon, Albende, Consuegra, Uclés, Masatrico, Cuenca, Almodóvar. Alet y Valencia y por otro, Coria, Lisboa, Cintra y Santaren. Pobló además toda Estremadura y los castillos y ciudades de Salamanca, Avila, Coca, Arévalo, Olmedo, Medina, Segovia, Iscar y Cuellar.

12. Engrieron tanto à Alfonso todos esos triunfos, que obligaron al rey Abenbabetà llamar de Africa á los almoravides, los cuales pasando á España, tuvieron con nuestro rey repetidos encuentros, en los que fué muchas veces vencido durante su vida, y en la era de MCXXIV tuvo Ingar la batalla de Sacralias con el rey Jucef. Alfonso, como buen católico, fué tambien el padre y defensor de todas tas iglesias de España; y fué tan justiciero, que nunca se atrevió ningun malvado ni aun á presentársele delante. Grande ó chico, noble 6 plebeyo, rico ó pobre, nadie se atrevió á mover alteraciones o á cometer el menor desafuero en el reino: por esto fué tan tranquilo su reinado, que podia una mujer en aquel tiempo recorrer coa oro ó plata en la mano toda la tierra de España, pobłada ó despoblada, Hana ó montuosa, sin que nadie la inquietase ni le causase el menor daño. Los negociantes y peregrinos podian tambien recorrer con toda seguridad el reino, sin miedo de que nadie les quitase solamente un óbolo; y para su comodidad mandó el rey, á quien gustó siempre emplear en buenas obras todo el tiempo de su vida, édi

ficar todos los puentes que hay desde Logroño á Santiago 13. Acercandose ya el tiempo de su muerte, postróse Alfonso en el lecho, donde continuó enfermo por espacio de un año y siete meses, aunque levantándose y cabalgando un poco cada dia, por consejo de los medicos que se lo ordenaban para su alivio. Ocho dias antes de que muriese, obró Dios un notable prodigio en Leon, en la iglesia de San Isidoro, obispo. El dia de la fiesta de la Natividad de san Juan Bautista, á la hora de sexta, comenzó á brotar agua de las piedras que hay delante del altar de San Isidoro y donde pone sus piés el sacerdote cuando celebra la misa, nó por sus junturas, sino por el centro de ellas, presenciandolo todos, así nobles como p'ebevos, con asistencia de los obispos Pelayo, de Oviedo, y Pedro, de Leon, y durando el milagro por espacio de tres dias, à saber: el jueves, el viernes y el sábado. Al cuarto dia, esto es, el domingo, vistiéronse los ornamentos los sobredichos obispos y toda la clerecia, y con cirios en las manos hicieron una muy solemne procesion, que acompañandola todos los vecinos, varones y hembras, fue de la iglesia de Santa Maria al altar de San Isidoro. Entrados en este último templo, deshaciéndose todos en llanto y alabando al Señor por las maravillas que obraba, pronunció un sermon et obispo de Oviedo, celebrose la misa, y acercándose fuego ambos prelados al sitio donde fluía el agua, bebieron de ella junto con algunos de los asistentes, y recogieron la sobrante en un vaso de vidrio, donde permaneció por mucho tiempo para atestiguar este milagro. Con él quiso Dios anunciar las calamidades y tribulaciones que debían afligir á España despues de la muerte del rey; por esto lloraron y destilaron agua las piedras

14. Tuvo Alfonso cinco mujeres legitimas. La primera se Hamó Inés; la segunda Constanza,de la cual le nació Urraca, que casada con el conde Raimundo, tuvo pọr hijos al rey Alfonso y a Sancha; la tercera, Beria, oriunda de Toscana; la cuarta, Isabel, de quien tuvo a Sancha, mujer del conde Rodrigo, y à Geloira, que casó con Rogerio, duque de Sicilia; y la quinta se llamó Beatriz, la que despues de la muerte del rey se volvió a su patria. Tuvo además dos concubinas de nobilisimo linaje. Fué la una Gimena Muñoz, en quien tuvo á Geloira, mujer del conde Raimundo de Tolosa, y de la cual nació Alfonso Jordanez, y a Teresa, casada con Enrique y madre de Urraca, Geloira y Alfonso; y la otra fue Zaida, que despues de bautizada se llamó Isabel, hija de Abenhabet, rey de Sevilla, y madre de aquel Sancho que murió en la batalla de Velés. Vivió este glorioso rey setenta y nueve años, reinó cuarenta y tres y seis meses, y murió en Toledo el dia primero de julio de la era de MCXVI, jueves al amanecer, ilorándolo todos los ciudadanos y diciendo: «¿Por qué abandonas á tus ovejas, pastor? Vendrán los sarracenos y los malvados, harán presa en el rebaño que tú guardabas, é invadirán el reino. «Los condes y los caballeros, los nobles y les plebeyos, los vecinos todos, raidas las cabezas, rasgadas sus vestiduras, y hasta las mujeres con el rostro desfigurado y cubiertas de ceniza, exhalaban en continuos gemidos y clamando al cielo, su profundo dolor por aquella pérdida. Al cabo de veinte dias llevaron el real cadaver al territorio de Ceya, donde con asistencia de todos los obispos y arzobispos, clérigos y seglares, le dieron sepultura en la iglesia de los santos Facundo y Primì– tivo, entonando cánticos de alabanza. Quiera Dios que descanse en paz. Amen.

IV.

CRONICON DE OVIEDO,.

SEGUN SE HALLA EN UN ANTIQUÍSIMO CÓDICE DE ESTA IGLESIA.

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Desde que empezó á edificarse el Templo, hasta la transmigracion à Babilonia, hubo reyes por espacio de CCCCXLIII años.

La cautividad del pueblo y la ruina del templo duraron LXX años, y su restauracion por Zorobabel cuatro años.

Desde la reedificacion del templo, hasta la encarna cion de Cristo transcurrieron CXL años: en resúmen, desde Adan hasta Cristo mediaron VMCLXVIII.

Jesucristo, Hijo de Dios, nació de la Virgen María en Belen. A los treinta años de edad fué bautizado en el rio Jordan por San Juan Bautista: anunció luego al pueb:0 el camino de la salvacion, y confirmó su doctrina y pro

bó que era Ilijo de Dios con sus virtudes y milagros. A los treinta y tres años, y despues de haber enseñado á sus discipulos, cumplieronse las profecias y se veritlcósu Pasion. Segun las divinas Escrituras y las sentencias de muchos santos padres, transcurrirán seis mil años desde la venida del Señor hasta la fin del mundo. Al cabo de este tiempo, segun las mismas Escrituras, volverá el Hijo del Hombre en un trono de nubes y esplendento de luz, de la misma manera que se subió a los cielos. Resucitando entonces toda la carne, comparecerá delante de El, y en aquel final juicio darà a cada uno lo que hubieren merecido sus obras: a los justos el premio de la vida eterna, á los malos suplicio de muerte y eterna condenacion.

Los suevos, los vándalos y los alanos se apoderaron de toda España. El primer rey de los vandalos fué GundeTico, que reinó diez y ocho años en Galicia y Asturias. Aqui fundó una ciudad a la que puso por nombre Lugo. A Gunderico sucedió Geserico; à Geserico, Hunrico, a éste, Guntamundo; à Guntamundo, Transimundo; a éste, Hidris; y a idris, Gelimero.

Despues de estos reves empezó el reinado de los suevos, cuyo primer rey fué Helmenerico. Despues de Helmenerico entró a reinar Requila; despues de Requila, Requiario; por muerte de este, Maldras; despues de Maldras, Frumario; despues de éste, Remismundo; y por muerte de Remismundo, Teodomiro, en la era de Dcv, Este rey fué católico, é hizo celebrar en Galicia, en la ciudad de Lugo, un concilio en que fueron divididas las diócesis entre todos los obispos, como aquí se halla escrito. Por la muerte de Teodomiro entró á reinar Miron, y despues de éste, Evorico. Reinaron los vandalos los suevos por espació de doscientos años en la España ulterior y en la citerior.

Despues de los suevos comenzaron à reinar los godos, primeramente en Italia, luego en las Galias, y últimainente ocupando los reinos de España, voncidos los suevos, los vándalos y los alanos.

El primer rey de los godos, Atanarico, reinó catorce años en Italia y en las Galias.

Entraron los godos en España en tiempo de Alarico, cuyo reinado duró doce años.

Ataulfo reino seis años.

Sigerico, dos.

Walia, tres.

Teodoredo, treinta y tres.

Turismundo, tres.

Teodorico, siete.

Eurico, diez y siete.

Alarico, veinte y ocho.

Gesaleico, tres.

Amalarico, cinco.

Teudis, seis años y un mes.

Teudiselo, un año, seis meses y trece dias.
Agila, quince años y tres meses.

Atanagildo, quince años y seis meses.
Liuva, un año.

Leovigildo, catorce años.

Recaredo, su hijo, quince, un mes y diez dias.

Witerico, seis años y diez meses.

Gundemaro, un año, diez meses y catorce dias.

Sisebuto, nueve años, seis meses y diez y seis dias.

Recaredo, tres meses.

Suintila, diez años.

Sisenando, tres.

Chintila, tres años, ocho meses y nueve dias.

Tulga, dos años y cuatro meses

Chindasvinto reinó seis años y nueve meses, solo; y Juego otros tres años, ocho meses y once dias acompañado de su hijo Recesvinto, en la era de pcXV.

Recesvinto reinó veinte y tres años, seis meses y once

dias.

Wamba, nueve años, un mes y catorce dias.

Celebró este rey concilio en Toledo. Disputaban à la sazon los obispos y los arzobispos sobre los limites de sus diócesis, y como no pudiesen ponerse de acuerdo, se congregaron en Toledo todos los de España, é invitaron á Wamba á que asistiese en aquel concilio y fijase los límites de cada obispado. Así lo hizo el rey, movido á compasion por aquella discordia.

Esto fue lo que obró el rey Wamba en aquel concilio de Toledo, donde se hallaron reunidos todos los arzobispos y obispos de España, clérigos y magnates seglares, que de esta manera alejaron de si la discordia. Todos alabaron y dieron por ello gracias al rey; y tomando entre sí acuerdo, le dijeron : Señor, si te place, nos obligaremos todos, y así lo consignaremos en un decreto duradero hasta la fin del mundo, à que quede anatematizado cualquier obispo ú arzobispo que, poseido de vana codicia, crevere poder usurpar los derechos de otro obispo por medio de dádivas al romano pontifice, y á que si alguno diere regalos al rey para conseguir por esta via bienes o dignidades eclesiasticas, queden tambien anatematizados el que diere y el que recibiero; pues nuestro Señor Jesucristo echó del templo à los mercaderes.

Entonces lanto el rey Wamba, por su amor al Señor y por su fé de buen cristiano, como todos los demás que alli estaban presentes dijeron: Cúmplase, cúmplase, amenManifestaron Juego al rey que deberia ponerse por escrito lo decretado y confirmado en el concilio; a lo que contestó Wamba, dirigiendo su palabra á Quirico, arzobispo de Toledo: Hacedlo escribir; y habiendolo el arzobispo encargado a Pedro de Santa Leocadia, luego que éste lo tuvo escrito, leyéronto en el concilio, lo aprobaron todos, disolvióse entonces aquella congregacion, y cada uno de los asistentes se retiró a su provincia. Des.. pues de esto reinó Wamba cinco años, y muriendo en paz, fué enterrado en Castilla en el valle de Munio, en la iglesia de San Pedro.

Ervigio, del linaje de los godos, reinó seis años y cuatro meses, y fue enterrrado en Toledo.

Egica reino quince años y fué enterrado en Toledo. Witiza reino' diez años. Fué hombre malo y cargado de iniquidades: mandó à los obispos y á todos los eclesiásticos que se casasen: dejo de convocar los concilios. y probibió que nadie llevase armas en su reino; y ast, por haber sido tau malo, no le sucedió en el trono ninguno de sus hijos. Reinó como hemos dicho, diez años, y murió y fué enterrado en Toledo.

Por muerte de Witiza, eligieron los godos á Rodrigo, hijo de Teodofredo y de regia estirpe. Sus maldades fueron causa de que los sarracenos se apoderasen de Espapaña, ocupando sus ciudades y castillos, despoblando sus villas, y dando muerte à cuantos cristianos encontraban. El mismo Rodrigo hubo de salvarse huyendo, y fué à morir en Viseo, donde se le dió sepultura.

Entonces Pelayo, hijo de Favila, puestas en una area las reliquias de los santos con que ahora se honra Oviedo, y acompañado de Julian, presbitero de Toledo, y de muchos otros cristianos, se retiraron todos á Asturias al abrigo del baluarte que forman sus inaccesibles montañas. Sin embargo los sarracenos, en compañía de Opas, arzobispo de Sevilla, y de sus hermanos los demás hijos de Witiza, entraron con numeroso ejército en Asturias, persiguiendo a los cristianos en los montes y en las cavernas de la tierra; hasta que nuestro Señor Jesucristo se diguó conceder el triunfo à los cristianos, que capitaneados por el sobredicho Pelayo, persiguieron a los moros hasta el Duero, dieron muerte a muchos é hicieron gran número de prisioneros. Entonces alzaron por rev á Pelayo, quedaron á salvo los cristianos, y salvóse la cueva del rey, donde se hallaban recogidos muchos tesoros, y a donde deben acudir los que van en pos de la sabiduría, porque alli se hallan los libros del arzobispo de Toledo, los de Pedro, obispo de Málaga, el de la biblioteca de Martin, arzobispo de Sevilla, los de muchos otros prelados, y el que contiene todos los concilios ce lebrados en España y en la Iglesia romana, Reinó Pelayo diez y nueve años, y murió y fue enterrado en el territorio de Cangas con su mujer la reina Gaudiosa, en la iglesia de Santa Eulalia de Velancio.

Su hijo Favila reinó dos años y seis meses: matólo un oso, y fue enterrado con su mujer la reina Froveya en la iglesia de Santa Cruz, que él mismo habia fundado,

El rey Alfonso el Magno fué hijo de Pedro, duque de Álava, y casó con Ermesinda, hija del rey Pelayo, de la cual tuvo cuatro hijos, entre ellos à Fruela, que fué padre del rey Bermudo el Diácono; à la reina Adosinda, y á Mauregato, nacido de una esclava, Reinó Alfonso diez y ocho años, pobló toda Castilla, Alava, Vizcaya y Pam plona, venció a los sarracenos en muchas batallas y murió de enfermedad, oyéndose en su muerte voces de augeles que se llevaban su alma al cielo. Fué enterrado con su mujer en la iglesia de Santa Maria, del territorio de Cangas.

Su hijo Fruela reinó doce años y tres meses. Trasla dó á Oviedo el obispado de Lugo, ciudad fundada en Asturias por los vandalos, y fue asesinado. Habia muerto á traición á un caballero suyo, y quiso Dios por sus justos juicios que él muriese del mismo modo. Fué sepultado en Oviedo con su mujer doňa Munia.

Aurelio, del linaje de los godos, reinó seis años, y esta enterrado en Laneyo.

Silo, que era tambien del linaje de los godos, reiná nueve años con su mujer doňa Adosinda, bija del sobredicho rey Alfonso, y con ella està enterrado en la iglesia de San Juan, apóstol y evangelista, en Pravia,

Su cuñado Mauregato reinó cinco años, murió y fué sepultado en Pravia.

Bermudo el Diácono, tambien del linaje de los godos. reinó tres años, murió y està enterrado en Oviedo con su mujer la reina Nunile,

En la era de DCCCXXIX empezó à reinar Alfonso el Casto, hijo del sobredicho rey Fruela, y reinó cincuenta y dos años. Levantó desde sus cimientos la iglesia de Oviedo, y mandó edificar otras muchas. Tuvo con los sarracenos repetidos encuentros en los que mató à mas de setecientos mil; estuvo casado con una hermana del rey Carlos, por nombre Berta. à quien nunca vió, y tampoco tuvo ninguna otra mujer, por esto le llamaron

como

el Casto, Habiendo enfermado, nombró por sucesor á Ramiro, bijo de Bermudo el Diacono, y luego murió y fue enterrado en Oviedo.

Ramiro, tambien del linaje de los godos, reinó seis años. En su tiempo las naves de los normandos ilegaron por el Océano septentrional à la playa de la ciudad de

Jijon; mas habiéndolo sabido el rey, salió á encontrarlos con su ejército, sus duques y sus condes, mató à gran número de aquellos enemigos, y pegó fuego a sus naves. Murió luego en la era de DCCCLXXXVIII, y está enterrado en Oviedo con su mujer la reina doña Paterua.

V.

CRONICON ALBELDENSE,

ESCRITO POR UN ANÓNIMO, Y ADICIONADO POR VIGILA, MONJE DE ALBELDA,

EN LA ERA DE MXUNI.

EMPIEZA LA SERIE DE LOS REYES DE ROMA.-El primer rey fue Rómulo que reinó cuarenta y tres años. Este fué el que fundó á Roma.

Tito Tacio, rey de los sabinos, reinó cinco años. Numa Pompilio reinó treinta y dos años. Este fué el primero que dividió el año en doce meses.

Tulio Hostilio reinó treinta y tres años, y fue el primero que vistió de púrpura.

Anco Marcio Filipo reinó treinta y ocho años.

Tarquino Prisco reino treinta y tres años. Este fué el que edificó el Capitolio.

Duraron los consules trescientos setenta y seis años; los decemviros........ años, y los reyes, dos.

Desde Rómulo, pues, y de la fundacion de Roma hasta Cayo Julio César, mediaron seiscientos noventa y seis años. Cayo Julio César, que fué el primer emperador, reinó nueve años, despues de haber luchado por el imperio con Pompeyo.

NOTAS.-Los años del reinado de Rómulo fueron treinta y siete, dos meses y diez y ocho dias. Los de Numa, cuarenta y tres. Los de Tulio Hostilio, treinta y dos. Los de Anco Marcio, veinte y cuatro. Los de Tarquino Prisco, treinta y siete. Faltan Servis, Tulio y Tarquino el Soberbio. Los del gobierno de los cónsules....

Los de los decemviros....

El número de los reyes debe suplirse por siete. Desde la fundacion de Roma hasta Julio Cesar mediaron....... años. Imperó Julio César....... años.

AQUI EMPIEZA LA SEXTA EDAD DEL MUNDO.-Octaviano reinó cincuenta y seis años, y en el de cuarenta y dos de su reinado nació Jesucristo. Este fué el único que imperó en todo el mundo.

Tiberio, su hijo, reinó veinte y tres años, y en el décimoctavo fué crucificado el Señor. Llevado de su codicia, no quiso admitir à los reyes que solicitaban su alianza, y por esto muchos pueblos se separaron del imperio romano.

Cayo Caligula reinó catorce años. Fué avaro, cruel y Jujurioso; y en su tiempo el apóstol san Mateo escribió en Judea su Evangelio.

Claudió reinó catorce años. En su tiempo llegó á Roma el apóstol san Pedro, y escribió san Marcos su Evangelio en Alejandria.

Neron reinó catorce años; fué cruel y lujurioso, y pescaba con redes de oro. En su tiempo murieron san Pedro y san Pablo, el uno crucificado, y el otro degoIlado.

Vespasiano reinó ocho años, once meses y veinte y cuatro dias. Perdonó siempre generosamente las ofensas recibidas. En el segundo año de su reinado se apoderó Tito de Jersualen, donde murieron, unos de hambre y otros pasados à cuchillo, un millon y cien mil judios, y otros cien mil fueron vendidos en pública almoneda.

Tito reino dos años. Fue elocuente, piadoso y muy amado de sus súbditos.

Domiciano bermano de Tito, reinó diez y seis años. Fué tanta su soberbia que se hizo llamar dios: movió persecución contra los cristianos: hizo morir a los senadores, y en su tiempo fué desterrado por cuatro meses el apóstol san Juan.

Nerva reinó un año. Fué un buen emperador, y en su tiempo volvió el apóstol san Juan á Efeso, donde a instancías de los obispos del Asia escribió el último Evangelio.

Trajano reinó veinte y nueve años y siete meses. En su tiempo murió el apostol san Juan.

Adriano reinó veinte y un años, reedificó á Jerusalen, y de su nombre la llamó Elia.

Antonino Pio reinó veinte y dos años. Fué muy clemente, llamaronlo el padre de la patria, y en su tiempo oreció el médico Galeno, natural de Pérgamo.

Antonino el Menor reinó diez y siete años, y alcanzó muchas victorias.

Cómodo reino trece años.

Elio Pertinaz reinó un año. Mal de su grado dió á su mujer el titulo de Augusta.

Severo Pertinaz reino diez y ocho años, y en su tiempo estudió orígenes en Alejandría.

Antonino Caracalla, hijo de Severo, reinó siete años. Fué tan lujurioso; que se casó con su propia madrastra.

Macrino reinó un año,sin hacer cosa digna de memoria. Aurelio Antonino reinó tres años, y sus buenas prendas le hicieron victima de una sedición militar.

Alejandro reino trece años, y en su tiempo florec tó Origenes el Alejandrino.

Maximino reinó tres años y persiguió á los cristianos. Gordiano reino siete años y murió por traicion de los

suvos.

Filipo reinó siete años. Fué el primer emperador cristiano, pues abrazó la fé en el año M de la fundacion de Roma.

Decio_reinó un año, y fué perseguidor de los cristianos. En su tiempo floreció en Egipto el monge san Antonio, que fué el que introdujo la vida monastica. Galo y su hijo Volusiano reinaron dos años. Valeriano reinó con Galieno quince años. Persiguió á los cristianos, y fue hecho prisionero por el rey de Persia, en cuyo pais envejeció y murió en la ignominia. En su tiempo recibió la corona del martirio el obispo Cipriano.

Claudio reinó dos años.

Falta Aureliano.

Tácito reinó un año.

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Constantino reinó treinta años. Habiendo abrazado el cristianismo, permitió à los cristianos el libre ejercicio de su religion, y en la era de XXXL...... nació la berejia de Arrio. Por aquel mismo tiempo fué hallada la cruz del Señor por Elena, madre de Constantino. Este emperador hizo celebrar el concilio Niceno, congregó en Constantinopla un sinodo de trescientos diez y ocho obispos, y á lo último de su vida se hizo arriano.

Constantino y Constante reinaron treinta y tres años. Constante fué cruel, abrazó el arrianismo y persiguió á los cristianos. Su amigo Arrio murió en Constantinopla, arrojando las entrañas. En tiempo de estos emperadores florecieron Hilario, y en Roma el gramático Donato; padeció...; murió el monje Antonio, y fueron trasladados à Constantinopla los huesos de los apóstoles Andrés y Lúcas.

Juliano reino dos años. De clérigo pasó á emperador, se convirtió al paganismo, y rindió culto á los ídolos. Martirizó á los cristianos, y por odio á Jesucristo mandó á los judíos restaurar el templo de Jerusalen ; pero no lo permitió el Señor. Guerreando luego contra los persas, murió herido de un dardo.

Joviano reinó un año. Era cristiano, y al principio no queria aceptar el imperio; pero cuando todo el ejército, llevado del cariño que le profesaba, se convirtió á la fé de Cristo, entonces cedió a sus instancias. Concedió desde luego muchas franquezas á los cristianos, y mandó cerrar los templos de los ídolos.

Valentiano y su hermano Valente reinaron catorce años. En su tiempo se dividieron los godos, siguiendo los unos

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