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acertó bien. Aquí se tratará con toda certidumbre en su lugar.

Escribiéndose tambien en lo del rey don Alonso el Casto lo de la cámara santa de Oviedo, fué necesario anticiparme á decir lo que este rey (de quien vamos contando) con tanta religion y magnificencia allí hizo. Siendo aquello propio de ahora, no se pudo dejar de poner entonces, para que no quedase falto lo del arca santa, de quien se trataba. Tambien se puso el gran letrero que el mismo don Alonso el Magno en ella dejó puesto. Por él se ve manifiestamente como aquel riquísimo don de la grande arca de plata lo dió en estos sus primeros años de su reinado: pues haciendo allí mencion de su hermana doña Urraca, sin ninguna duda la hubiera tambien de la reina doña Jimena, si el rey fuera casado.

quemó las torres, y usó mucho rigor con los que allí se le habian defendido. Yo no sabré dar razon de qué lugar fuese este, sino que por conjetura me parece pudo ser Langa, lugar fortísimo y enriscado, puesto sobre el rio Duero en aquella parte, y el nombre de LenZa ayuda mucho esta conjetura, estando poco corrompido. Y porque todos nuestros buenos historiadores, digo los prelados, ponen luego estas entradas del rey tras la victoria ya dicha de los dos caudillos moros: podemos bien creer sucedieron poco despues della en los años de ochocientos y setenta y tres y los siguientes porque tambien conforme à las historias arábigas que Luis del Mármol refiere, y yo en el moro Rasis veo, en estos años traia el rey Mahomad la guerra muy reñida con el rey Lope y sus toledanos. Y yo en la cuenta de los años deste tiempo de muy buena gana sigo á los escritores alárabes, porque los nuestros no señalan los años. y solo se hallan en la historia general, que tambien escribe esta jornada y las demás, sino que como lleva tan errada la cuenta desde lo de atrás, como hemos visto, esto tambien va allí sin orden ni concierto. El arzobispo don Rodrigo en su historia de los alárabes tampoco nos puede ayudar ahora, por estar en él muy confusos los años en esta parte.

CAPÍTULO V.

El casamiento del rey don Alonso y los hijos que tuvo. Todos nuestros buenos autores luego al principio de la historia del rey ponen su casamiento. Y lo que todos dicen es, haberse casado el rey con una señora de la casa real de Francia, por tener confederacion y ayuda de aquel reino contra los moros. Esta señora refieren se llamaba Amelina, y que venida acá le mudaron el nombre, acomodándolo al uso de España, y así la llamaron Jimena, como la veremos nombrada de aquí adelante en los privilegios y en todas las demás memorias de su tiempo.

Lo que se puede afirmar del tiempo deste casamiento sin duda y con manifiesta verdad es, que el año ochocientos y setenta y cuatro, y octavo de su reino, ya el rey era casado. Pruébalo sin dejar duda en ello la cruz de oro que el rey dió á la iglesia del apóstol Santiago, y por ser muy semejante á la que labraron los angeles en Oviedo, se hizo mucha mencion della cuando de aquella se escribia. En las planchas de oro lisas de las espaldas tiene escrito lo siguiente con letras relevadas, como las de la cruz de los angeles.

Hoc signo vincitur inimicus, hoc signo tuetur pius. Ob honorem Sancti Jacobi Apostoli offerunt famuli Dei Adefonsus princeps cum conjuge Scemena Regina. Hoc opus perfectum est in Era Decc duodécima.

Y en castellano. Con esta señal se vence el enemigo, con esta señal se defiende el buen cristiano. Por honra del apóstol Santiago ofrecen este don los siervos de Dios el príncipe Alonso con su mujer la reina Jimena. Fué acabada esta obra en la era novecientos y d oce. El año de nuestro Redentor que por esta era se señala, es el ya dicho ochocientos y setenta y cuatro. Cuando escribia del santo apóstol, hice memoria desta cruz, y puse la inscripcion como quien entónces no tenia pensamiento de llegar hasta aquí con la corónica, adonde se ha vuelto á poner, por ser su propio lugar, y por certificar tan enteramente como ya el rey era casado este año. Lo que allí traté junto con esto del tiempo de la consagracion de la iglesia del apóstol Santiago no se

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No es posible entenderse si la reina fué hija de alguno de los reyes de Francia, como algunos han pensado, y ya que fuese así, tampoco se puede señalar de qué rey fuese hija, por haber habido muchas mudanzas de reyes de Francia en estos años pasados, de las cuales será necesario tratar aquí para algunas cosas de las de adelante. Reinaba, pues, en Francia el año ochocientos y sesenta y seis, cuando el rey don Alonso entró en su reino, el emperador Cárlos el Calvo, nieto de Carlo Magno, y vivió hasta el año ochocientos y setenta y siete. Reinó luego el emperador Ludovico segundo, su hijo, llamado el Tartamudo, y no vivió mas que un año y medio. Y así le sucedió su hijo Ludovico tercero el año ochocientos y setenta y nueve. Reinó pocos meses mas de cinco años, así murió el año ochocientos y ochenta y cuatro, sucediéndole Carlo Magno, su hermano, que vivió no mas que un año, y murió el de ochocientos y ochenta y cinco, despedazado de un oso en la caza. Su hijo Ludovico cuarto, llamado el Apocado, reinó aun no un año. Entró en el reino de Francia luego este mismo año ochocientos y ochenta y cinco el emperador Cários tercero, por sobrenombre el Gordo, que duró hasta el año ochocientos y ochenta y ocho, con suceder le entónces Othon, á quien Ludovico el Tartamudo habia dejado por tutor de su hijo. Tuvo diez años el reino hasta el ochocientos y noventa y ocho, que muriendo, quedó pacífico en el reino de Francia Carlos, llamado el Simple, el que Othon habia tenido en su tutela. Y aunque los grandes del reino, por echar á Othon, lo habian alzado por rey siete años antes; mas no tuvo el reino pacifico ni entero hasta la muerte de su predecesor. Este Carlos el Simple reinó mas de treinta años, y así era vivo muchos años adelante destos que vamos contando.

Hase mucho de notar en esta sucesion de los reyes de Francia, que aunque Carlo Magno no reinó despues de la muerte de su hermano Ludovido mas que un año, como aquí decimos: mas habia reinado cinco años antes (desde que su hermano comenzó á rei– nar) en Borgoña y Lenguadoc, porque su padre les dejó á los dos hermanos partido el reino. Y es menester tener cuenta con esto, porque como por el señorío de Lenguadoc era muy vecino de España, con él se tenia de acá la comunicacion, y él enviaba las ayudas por estos años desde su reino, vecino a España, al rey don Alonso. Y afirma mas esta verdad el entenderse, como su madre de Carlo Magno, llamada Hemma por los historiadores franceses y alemanes de aquellos tiempos, era de acá, porque todos dicen era española; y porque pudo ser de Cataluña, donde los reyes de Francia tenían señorío, no afirmo yo ser hija de algu

nos de nuestros reyes pasados. Á estos historiadores | Todo esto parece en un privilegio del rey que tiene mas antiguos los nombran Onufrio Panuinio en sus Cé-aquel real monasterio de Sahagun, dado en diciembre sares, y Wolfango Lacio en su libro de Migrationibus Gentium. Y refieren los mismos autores en particular, como esta señora reina Hemma, mujer del rey Ludovico segundo, y madre de Carlo Magno, está enterrada en la imperial ciudad de Ratisbona en un insigne monasterio de monjas, y cuentan de otra donacion suya de otro monasterio. Si como Lacio hizo la memoria destas fundaciones de la reina Hemma, pusiera las escrituras dellas, como suele poner otras, supiéramos algo mas en particular desta nuestra tan esclarecida española. Así nos quedamos con la lástima de no saberlo por tan liviana ocasion. Tambien se escribe en las mismas historias que este rey Carlo Magno entre otras tuvo por mujer una infanta hija del rey de Galicia, que ellos nombran de Portugal, y pudo muy bien ser la hermana del rey don Alonso el Magno doña Urraca, ó hija del rey don Ramiro, su abuelo: pues el obispo de Tuy le da tres hijas. Por todos estos deudos era mucha la comunicacion con este rey de Francia del rey don Alonso, y la misma podia causar siendo nuestra reina dona Jimena hermana ó parienta deste rey Cárlo Magno, como por la concurrencia de los tiempos y por la vecindad se puede bien creer.

Desta reina doña Jimena tuvo el rey don Alonso cinco hijos, llamados García, Fruela, Ordoño, Ramiro y Gonzalo, que fué de la iglesia, y arcediano de Oviedo. Y aunque algunos no le dan al rey mas de cuatro hijos, no contando á Ramiro: mas de todos cinco hay ordinaria mencion, como veremos en los privilegios, y de todos se ha de tratar mucho adelante. Tuvo tambien otro sexto hijo, llamado Bermudo como su bisabuelo, mas debió morir muy niño, pues no hay mencion dél, sino en solo un privilegio. Solo don Lucas de Tuy escribe que tambien tuvo el rey tres hijas de la reina, cuyos nombres no pone. Con este casamiento y con la mucha amistad que tuvo con los reyes de Navarra de su tiempo, tenia el rey don Alonso buenas ayudas destos dos reyes cristianos francés y navarro para sus guerras con los moros. Y aunque nuestros historiadores hacen mencion de estas ayudas, mas particularmente se cuentan dellas en las historias de los moros.

CAPÍTULO VI.

La restauracion del monasterio de Sahagun, y fundacion del de San Miguel de Escalada.

del año ochocientos y setenta y cuatro, donde el rey cuenta su reedificacion, y la venida del abad Alonso y sus monges de Córdoba, y como les dió á ellos el monasterio. Y lo mismo se cuenta en un libro antiquísimo que está en la librería, y es historia de las cosas del monasterio desde estos tiempos en adelante. Y como allí se vé, lo escribió uno de los monges que trajo consigo de Francia el arzobispo de Toledo don Bernardo, cuando vino á poblar el monasterio por mandado del rey don Alonso el sexto. Y el rey en el privilegio cuenta en particular como vino allí, y mandó labrar una iglesia de admirable grandeza, que así dice, y los monges dicen que es la que ahora llaman de la Magdalena, y está destruida dentro del monasterio, ó seria la que llaman de san Mancio, y es la que está al cabo de la muy grande que se labró despues, y es mucho mayor y mas rica que pudo ser la de la Magdalena, y tiene hartas colunas de buenos mármoles y jaspes, y así cabe mejor en ella el encarecimiento del privilegio del rey. Tambien la manera de su fábrica es muy semejante á lo que en Oviedo se ve de aquellos tiempos. Hay otro privilegio del rey allí en Sahagun del año siguiente ochocientos y setenta y cinco en el mes de noviembre, en que da muchas tierras y lugares al monasterio. Y por ser estos privilegios dados en los meses del invierno, me muevo yo á creer, que despues de la guerra se empleaba el rey en estas obras religiosas. Y generalmente dice Sampiro, y lo refieren los demás, que siendo el rey don Alonso muy religioso, gastó en esta obra y otras semejantes los tesoros que el rey su padre le habia dejado, contando tambien en particular la iglesia de Santa María en Cultrozas, y en Velio la de San Miguel.

No está muy lejos de Sahagun, y cuatro 6 seis leguas de Leon el antiguo monasterio llamado San Miguel de Escalada, con su iglesia muy antigua y ricamente labrada. Restauráronlo, 6 lo fundaron de nuevo por este mismo tiempo otros monges de Córdoba, que allí con su abad aportaron. Esto se dice en una piedra escrita que está en la iglesia, como hombres de mucha autoridad que la ban visto me refirieron. Y aunque no me sabian decir toda la data, me afirmaron decia era novecientos y tantos. Y así pongo esto por destos años, ó los de por aquí cerca.

CAPÍTULO VII.

San Froilano obispo de Leon. Y una noble memoria del abad Samson de Córdoba.

Cosa es muy comun en Castilla tener á san Froilan ó Froilano, obispo de Leon, por del tiempo del rey don Alonso el Casto. Mas aquí mostraremos claramente como floreció en tiempo del rey don® Alonso el Magno, sin que sea posible otra cosa. Nació este bendito santo en la ciudad de Lugo, y aun se dice en sus lecciones con particularidad, que en sus arrabales. Y aun en aquella ciudad se conservaba hasta ahora la memoria de su linaje transversal deste santo, habiendo algunos que se tienen por sus parientes, conforme á la tradicion que de unos en otros ha venido. Así tiene capilla en la iglesia mayor, y su fiesta como de santo natural se celebra con gran solemnidad. En las lecciones del breviario de Leon se cuentan muchas cosas deste bienaventurado prelado. De allí se entiende como

Parece cierto, que andando el rey ocupado todo el verano en estas sus jornadas contra los moros, como quien en todo era grande conforme à su renombre, y señaladamente muy grande en la religion: los inviernos gastaba en obras del servicio de Dios y del culto divino. Así el año de ochocientos y setenta y cuatro ya habia restaurado el monasterio de los santos mártires Facundo y Primitivo, que parece estaba destruido desde | la entrada de los moros en España. Y favoreciendo Dios y sus santos mártires al buen desco y ejecucion del rey, sinó á él este mismo tiempo de Córboba el abad Walabonso ó llefonso, que es todo uno, con algunos sus monges, huyendo de la grandísima persecución que el malvado rey Mahomad siempre continuaba contra los cristianos en aquella ciudad, desde que, como queda dicho, muerto su padre la comenzó. Á este abad y sus monges dió el rey el monasterio nuevamente reedificado, dándoles tambien hacienda y jurisdic-fué monge, aunque no se señala el monasterio de su ciones, con que muy honradamente se sustentasen.

primera profesion y morada. Solamente se dice, como

por la gran fama de su santidad, de que el rey don Alonso tuvo noticia, lo llamó, y le mandó fundase algun monasterio, que él lo dotaria. Fundó el monasterio de Moreruela de Zamora. Y no fué el sitio deste antiguo monasterio del santo, en el sitio que ahora está el de Moreruela de la orden del Cister, cinco leguas de Zamora, sino en otro tres leguas de aquél, mas vecino á Zamora, cerca de Castro Torafe, adonde está el lugar llamado Moreruela de Suso, y así lo afirman los monges, con verse alli rastros de la fundacion antigua. Y yo he visto la escritura de cuando se fundó este monasterio de ahora en tiempo del emperador don Alonso, hijo de doña Urraca, que le dió el sitio al conde don Ponce de Cabrera. Y ni el emperador cuando se la da, ni el conde cuando funda, no hacen mencion de monasterio antiguo que allí hubiese habido, y cierto el sitio es tan malo de cenagares, que á mí me espantó cómo se habia puesto allí monasterio, y así lo han tratado de mudar algunas veces.

Ya se va descubriendo como el santo fué destos tiempos, y nó de los pasados en que lo ponen. Porque hasta ahora aquellos llanos de por allí estaban muy puestos al peligro de los moros y sus entradas, y no fundara el santo monasterio, donde no pudiera estar seguro, como no lo pudiera estar en tiempo del rey Casto. Mas ahora ya con haber el Magno poblado de nuevo, y fortificado á Zamora, como despues se contará, y viniendo allí algunas veces con su corte, abrigo tenian los monges de Moreruela, y alguna seguridad. En este monasterio tuvo, como se dice en su leyenda de los maitines, mas de doscientos monges debajo de su obediencia y gobierno, y entre ellos tenia por prior á san Atilano, que despues fué obispo de Zamora, y segun se verá cuando se escribiese dél adelante, mos→ trando cuando vivia y murió, fué imposible que tuviese cargo, ni aun fuese monge en tiempo del Casto, aunque viviera cien años, por donde tambien se manifiesta no ser san Froilan de aquellos tiempos. Y yo no tengo duda, sino que si fuera en tiempo del Casto, halláramos su confirmacion en el privilegio suyo con que dotó á la iglesia de Oviedo, donde tantos obispos y abades, como allí se puede ver, confirmaron.

La santidad de san Froilan en el gobierno y ejemplo de sus monges era tan grande, que movido el rey con la fama della, le pidió edificase mas monasterios, que él los dotaria. Edificó alguno de que en particular no se tiene memoria. Fué elegido despues por obispo de Leon, donde en el mayor cargo se mostraron mayores sus virtudes, celo en el gobierno, cuidado y diligencia en la predicacion, y gran misericordia con los pobres, dándoles cuanto podia haber en limosna. Así se cuentan tambien otras purticularidades de obras santísimas que siempre hacia. Su muerte pone aquella leyenda el año de nuestro Redentor ochocientos y setenta y cinco, señalandola por la era novecientos y trece. Y este año ya entendemos como era el nono del rey don Alonso el Magno. Yo sigo al breviario de Leon en poner en este año la muerte del santo, por no tener otra parte de donde dar mas certificacion, y de muy buena gana la pusiera en el año novecientos y trece, teniendo la era por el año de nuestro Redentor. Y en lo de san Atilano adelante habremos de tratar desto otra vez, teniendo por lo mas cierto esto, de que está la era por año de nuestro Redentor. Y es así que en ninguno de los privilegios de Santiago destos años yo no hallo confirmar este santo prelado en

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tre los otros obispos, y puede ser la causa que estándose siempre en Leon con sus ovejas, no andaba en la corte como los otros obispos, que por no tener los cristianos aun sus ciudades, ó se estaban en Oviedo, donde los reyes de ordinario como en la cabeza de su reino residian, andaban con el rey, cuando se les mandaba. Mas desde el año ochocientos y ochenta y tres adelante, y anda muy ordinario en los privilegios el obispo de Leon Mauro, que debió ser sucesor del santo, y comprueba en alguna manera el año que ponen de su muerte. El cuerpo deste santo bendito creo yo fué enterrado en la iglesia de San Pedro, fuera de los muros de Leon, que era por este tiempo la catedral, como adelante veremos, y cuando se mudó la iglesia mayor al sitio que ahora tiene, se pasaría tambien á ella el bendito cuerpo. Ahora está allí el altar mayor en tan rico sepulcro, como santo alguno lo puede tener en la cristiandad. Por fundamento del retablo va á la larga del altar mayor una arca tumbada de plata de diez ó doce piés en largo, y cuatro en alto. Pártela por medio, ó por decir mejor, continua la custodia ó sagrario del santísimo sacramento, que tambien es de plata, y aunque la riqueza en tan gran cuantidad de plata es grande, el artificio y la labor debe ser ó de tanta ó de mayor costa. La mas hermosa representacion es y de mas grandeza y magestad que en España se ve. En la sacristía muestran con veneracion el cáliz con que san Froilan decia misa, de plata y dorado, y lo ancho de la copa tiene poco menos que un jeme de diámetro, como otros algunos que yo he visto así muy antiguos, aunque ninguno tanto como éste. Las vinageras tambien del santo están allí, y son de cristal guarnecidas de plata dorada, y así tambien las crismeras. Cuando se llevó de Leon el cuerpo deste santo por miedo de los moros, adelante se contará en su propio lugar.

Florecia tambien por este tiempo el doctísimo cordobés Samsou, abad de la iglesia del mártir san Zoil, de quien atrás hemos hecho mencion. Y deste año ochocientos y setenta y cinco dura aun harto notable memoria dél en una campana que ofreció á una iglesia de San Sebastian. y parece estaba en aquella parte de la sierra de Córdoba, que llaman el condado de Espiel, á tres leguas de la ciudad: pues se halló allí esta campana, mondando un pozo. Está ahora guardada con cuidado por su mucha antigüedad en el insigne monasterio de san Gerónimo de Córdoba. Es pequeña, con hasta un palmo de diámetro y aun no tanto en alto, y es toda por defuera redonda, á la forma de las campanillas que ponen en los relojes de Alemania, con su asidero en lo alto. Las letras que tiene en derredor no son relevadas sino hundidas y con muchas abreviaturas y trabazones, dicen así, fielmente sacadas.

OFFERT HOC MVNVS SANSON ABBATIS IN DOMVM SANCTI SABASTIANI MARTYRIS CHRISTI. ERA DCCC ET XIII.

En castellano dice Samson abad ofrece este don à iglesia de San Sebastian mártir de Jesucristo, en la era de novecientos y trece, y es el año dicho de nuestro Redentor ochocientos y setenta y cinco. Y vivió el abad Samson, algunos años mas adelante, como en su lugar

veremos.

CAPÍTULO VIII.

El rey don Alonso cercó la ciudad de Oviedo, hizo la fortaleza, y otra en las peñas de Gauzon. Una gran piedra que dejó puesta à la entrada de la iglesia del rey Casto, donde da razon de todo esto.

y el

Volviendo á los grandes edificios del rey don Alonso, dicen nuestros buenos autores, que edificó muchos castillos y palacios reales, señalando en el reino de Leon á los castillos de Luna, de Gordon y de Alva, y en Asturias los castillos de la Guarda y de Gauzon, de Oviedo con sus palacios juntos con él, y los palacios del valle de Boides cerca de Gijon y en Velio. Cercó asimismo la ciudad de Oviedo de los altos muros que ahora tiene, no teniendo antes ningunos ó muy flacos. El castillo de Gauzon, llamado ahora Gozon, se edificó en unas altas rocas sobre la mar á tres leguas de Oviedo, y una de Gijon. Era el castillo buena defensa para todas aquellas marinas, y tambien atalaya para descubrir los navíos de los normandos, que como hemos visto, acostumbraban por estos tiempos venir por acá en corso, y robar y destruir todo lo que podian. El obispo de Tuy cuenta demás desto, como el rey hizo dentro deste castillo una rica iglesia con hermosos mármoles, y que la consagraron con advocacion de san Salvador tres obispos, Sisnando de Iria ó Santiago, Nausto de Coimbra y Recaredo de Lugo. Vense el dia de hoy las ruinas deste castillo allí sobre las peñas, y es cierto que por estos años ya estaba edificado ó se edificaba ya este castillo, pues presto hallaremos hecha mencion dél, como de obra ya acabada, y en que se habitaba de propósito. Y tambien creo fueron las primeras obras del rey toda la fortificacion de la ciudad de Oviedo con muros y alcázar, pues el mismo motivo que tuvo para edificar el castillo de Gauzon, fué el de fortificar la ciudad. Todo lo dice el rey, y lo da á entender claro en una gran piedra que dejó puesta y se ve ahora en Oviedo á la entrada de la iglesia del rey Casto con estas letras. Y ya otra vez hicimos mencion della.

In nomine domini Dei et Salvatoris nostri Jesuchristi sive omnium ejus (1), ejus gloriosa sanctæ Mariæ virginis, bisserisque Apostolis, cœterisque sanctis martyribus, ob cujus honorem templum ædificatum est in hunc locum Oveto a quondam religioso Adefonso principe. Ab ejus namque dicessu usque nunc quartus ex illius prosapia in regno succedens consimili nomine Adefonsus princeps, divæ quidem memoriæ Ordinii Regis filius hanc ædificari sanxit munitionem cum conjuge Scemena duobusque pignore natis, ad tuitionem muniminis thesauri aulæ hujus sancte ecclesiæ residendum indepnem. Caventes, quod absit, dum navale gentilitas pyratu solent exercitu properare, ne videatur aliquid deperire. Hoc opus a nobis offertum iidem ecclesiae perhemissil jure concessum.

Yo he puesto la piedra fielmente como está escrita con todos sus malos latines de aquel tiempo, y trasladarla he en castellano como mejor pudiere con toda fidelidad. En nombre de nuestro Señor Dios, y de nuestro Salvador. Jesucristo, y de todos sus santos. De su gloriosa madre Santa María Vírgen, y de sus doce

(1) No hay duda sino que al escultor se le olvidó de poner la palabra Sanctorum.

apostóles, y de todos los demás santos mártires, á cuya honra fué edificado antiguamente este templo en este lugar de Oviedo por el religioso príncipe Alfonso. Despues de su muerte hasta ahora sucediéndole en ef reino el cuarto de su linaje con semejante nombre el príncipe Alonso, hijo del rey don Ordoño, de santa memoria, ordenó se edificase esta fortificacion, con su mujer la reina Jimena y dos hijos que ya tenian, para guarda y seguro amparo del tesoro de la cámara desta santa iglesia, con que perseverase sin daño. Proveyendo, lo que Dios no quiera, que si los gentiles que suelen discurrir por la mar con ejército como corsarios viniesen acá, no suceda faltar algo, y ser robado. Esta obra que yo ofrecí á la dicha iglesia le sea concedida y conservada con derecho perpetuo.

Sábense por esta piedra algunas cosas, que conviene notarse y entenderse bien. La primera es el testimonio que el rey da á las reliquias de la cámara santa, pues para la defensa dellas fortificaba tanto la ciudad, como ya en su lugar se trató. Y aun nombrando tan particularmente la fortificacion, entiende el haber cercado la iglesia de por sí, como por tradicion de unos en otros lo tienen los ciudadanos, añadiendo que esta cerca se ha perdido del todo con nuevos edificios. Tambien se ve como hizo el castillo de Gauzon para el mismo efecto, haciendo, como hace mencion, de los corsarios que solian venir por la mar. Que pues esto temia principalmente, aun mas necesario era el castillo sobre la marina para descubrir al enemigo y resistirle allí primero, y avisar con tiempo á la ciudad, y apercibirla. Testifica tambien el rey las entradas que los moros y normandos habian hecho por la mar los años pasados, como en sus lugares se ha contado. Tambien cuenta el arzobispo don Rodrigo, como el rey Mahomad de Córdoba por este mismo tiempo mandó hacer una gran flota para hacer daño por la mar en los cristianos, y envió con ella por general á un moro llamado Alhamit. Mas plugo á Dios excusar este gran peligro á los cristianos, y con brava tempestad hundió en la mar toda esta armada, así que apenas pudo Alhamir volver á Córdoba con muy pocos de los suyos. A todo esto proveia el rey con mucha cristiandad y prudencia con estas sus fortificaciones. Y digo que se labraban todas ellas en estos primeros años del rey,como presto se verá muy claro: mas la piedra no se puso hasta algunos años adelante, cuando ya todo estuvo acabado, como se ve por hacer el rey mencion en la piedra de la reina su mujer, y de los dos hijos que ya tenia, y esto no pudo ser sino algo adelante, como se verá despues, El rey se llama aquí cuarto tras el Casto, y es por la cuenta que hace inclusiva, contándolo tambien à él. Y el llamarse del linaje del Casto no es por descendencia, pues no la tuvo, sino por la línea transversal.

CAPÍTULO IX.

La gran cruz de oro que el rey dió á la cámara santa, y
lo mucho que se entiende por lo que tiene escrito.
El rey don Alonso por su mucha religion y deseo de
acrecentar el culto divino con mayor magestad, como
habia hecho la rica arca de plata para la cámara santa
de Oviedo, donde encerró la santa arca de las antiguas
reliquias, como se ha visto : así tambien quiso ofrecer
allí una riquísima cruz de oro, que hoy dia se ve con
admiracion de su grandeza y valor. Tiene de alto vara
y cuarta, y de ancho en los brazos tres cuartas y aun
mas, y están los brazos altos, así que dejan el pié mu-
cho mas largo que la cabeza, como nuestras cruces de

para poner en ambas. Tambien se agradó desto el rey don Fruela su hijo, y lo usó como adelante veremos. Esta inscripcion dice en castellano. Permanezca esto recibido benignamente para honra de Dios, lo cual ofrecen el siervo de Dios rey Alonso y la reina Jimena. Cualquiera que se atreviere á tomar estos nuestros dones, perezca con rayo del cielo. Esta obra siendo acabada, fué ofrecida á la iglesia catedral de San Salvador de Oviedo. Con esta señal se defiende el

da esta cruz en el castillo de Gauzon el año diez y siete de nuestro reino, andando la era de novecientos y diez y seis. Es el año de nuestro Redentor ochocientos y setenta y ocho.

ahora lo tienen. Es de palo de roble cubierto de plan- | cribir en la cruz de los ángeles, y así tomó della, chas de oro. Tiene de ancho cada brazo mas que cuatro dedos, y de grueso una pulgada. Este ancho está repartido en una banda que va por medio de mas de dos dedos, relevada cuasi uno en redondo, y es un follaje hueco como red de poma de harto buena labor, y por los lados la acompañan dos otras bandas bajas y llanas de otra labor mas menuda, con que realzan hermosamente lo de en medio. Esta obra va continuada por toda la cruz, sino es al cuadro del cruzar, donde tiene en llano imágenes de esmalte, con el dibujo har-cristiano, y con ella se vence el enemigo. Y fué labrato grosero, como todo lo de entónces, mas las colores tan vivas y tan conservadas y enteras, que nuestros artífices de ahora tienen bien qué mirar, y aun de qué maravillarse. Los remates de la cabeza, brazos y pié son en alguna manera como los de Calatrava, aunque mal formados, y al pié despues del remate hay un palmo de oro liso para espiga que entre en el lugar donde ha de estar. Por medio del relieve redondo va una órden harto espesa de piedras todas finas, aunque no muy preciosas, cornerinas, turquesas, nicles, y así otras, y teniendo hartas dellas esculturas antiguas de romanos, están todas engastadas delicadamente. De la misma manera van otras dos órdenes de piedras por los lados bajos que acompañan á los de en medio. Con esto es esta cruz la mas rica joya que debe haber en España, sino es que el precio de mas finas piedras la aventajen. Las planchas de oro que cubren el palo por las espaldas son lisas, y en ellas están sobrepuestas letras del mismo relieve, que en la cruz de los ángeles dijimos. Dicen así, imitando en todo al rey Casto.

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En esta inscripcion hay muchas cosas que notar. Lo primero, que ya ahora este año habia algunos dias, que el castilla de Gauzon era acabado, pues los plateros que labraron la rica cruz, se pudieron encerrar allí á hacer su obra, la cual siendo tan grande y de tan sutiles labores, años hubo menester para acabarse, tres ó cuatro por lo menos. Puédese tambien rastrear con buena conjetura, que la piedra de la iglesia de Oviedo se puso antes deste año, que en la cruz se señala, como ya apuntamos: porque aquella piedra se puso acabado el castillo, y la inscripcion de la cruz tres ó cuatro años por lo menos despues. Y diciéndose en la piedra como el rey tenia ya entonces dos hijos, parece haberse casado cuatro 6 cinco años antes deste señalado en la cruz, como por la otra de Santiago se ha mostrado.

Otra cosa harto notable hay en esta inscripcion, que es decir en ella el rey, como el año ochocientos y setenta y ocho de nuestro Redentor, era año diez y siete de su reinado. Esto parece contradice abiertamente á toda la cuenta que llevamos: pues de cualquier manera que se cuenten los años emergentes y diminutos el primero y el postrero, ó emergentes y enteros, no saldrán desde el año de sesenta y seis mas que doce ó trece años, cuando se pueda extender mas larga la cuenta. Cierto es gran dificultad ésta, y que parece deshace todo el buen fundamento de cuenta del tiempo, que por muchas razones y muy firmes dejamos asentado. Mas si bien se considera, esta inscripcion de la cruz cuenta con verdad los años del reino del rey, y nuestra cuenta de haberle dado por principio de su reinado el año de ochocientos y sesenta y seis, es cierta y verdadera, sin que se le altere nada de su firmeza. Porque en esta inscripcion de la cruz no cuenta el rey sus años de reino desde la muerte de su padre, sino desde cuando en su vida dél ya le habia dado título de rey, y mando tambien y parte del gobierno en el reino: queriendo el rey don Ordoño por viejo y enfermo descansar, y entender en poco mas que sus santas fábricas de que ya queda escrito. Y pues como conforme à todos nuestros historiadores, dijimos estaba gotoso, no podia dejar el descargar mucho con su hijo, y con los grandes que le habia dado para su real compañía. Así vemos como el rey don Alonso cuatro años ántes de la muerte de su padre, el año ochocientos y sesenta y dos, confirmó, estando en Santiago, lo que su padre habia dado á aquella iglesia, intitulándose rey, y juntando el concejo de la ciudad, y mandando y provevendo en todo como tal, segun atrás quedó notado y apercibido, de como habíamos de ayudarnos de aquel privilegio en esta averiguacion. Y ade

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