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parece por escritura original, que tiene el monasterio su data, á los diez y ocho de enero de la era ochocientos y diez y ocho, que es año de nuestro Redentor setecientos y ochenta, y sexto deste rey. Conforme á esto acaba aquella escritura con estas palabras: Regnante Principe nostro Silone cum uxore sua Adosinda. Y en castellano Reinando nuestro príncipe Silo con su mujer Adosinda. Este infante Adelgaster 6 Adelgastro se intitula al principio en aquella escritura: Filius regis Gegionis, hijo del rey de Gijon; y podemos de aquí conjeturar con buen fundamento que fué hijo del rey don Favila, pues en la piedra de Santa Cruz vimos como tuvo hijos, ó de Aurelio.

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Que como nuestros historiadores no hicieron mencion de los hijos del rey don Favila, habiéndolos tenido; pudieron tambien callar los de este otro rey, no haciendo cuenta sino de solos los hijos que tuvieron parte en la sucesion del reino, aunque hubiese otros que se pudiesen nombrar. Mas ya que no podamos saber con certidumbre de qué rey fué hijo este infante; à lo menos por la escritura sabemos con verdad como fué hijo de rey. Tambien entendemos claro como habia título de rey de Gijon, el cuál por las causas ya dichas, y por lo expreso desta escritura, yo lo dí al rey don Pelayo, y creo lo tuvieron sus sucesores hasta ahora, como tambien luego se parecerá con algun otro verisimil fundamento. Y por todo esto es muy notable esta escritura, y da harta luz en la historia, y asegura mucho para la certidumbre del tiempo en los años deste rey, aunque no con entera precision.

Pues la otra escritura de la fundacion de San Vicente de Oviedo fué hecha en el año de nuestro Redentor setecientos y ochenta y uno, y séptimo de este rey, se ve como ésta de la fundacion de Obona es un año mas antigua. Aunque aquella, como vimos, habla de veinte años atrás, y por eso se puso en aquel su propio lugar, aunque se nombre en ella tambien el rey don Silo. Ella tambien certifica harto en los años deste rey.

Aquella escritura que puso Garibay de tiempo deste rey, de una donacion hecha á la iglesia de San Emeterio, y Celedonio de Taranco, por Vitulo abad, y Ervigio presbítero, su hermano, es muy buena pues descubre tanta antigüedad, y se le debe mucho á este autor por haberla descubierto con otras muchas semejantes. Mas podríase creer, pues no se nombra el rey, que no fuese de tiempo deste rey, sino de don Alonso el Casto, como lo es otra de los mismos dos hermanos, que puso en lo del Casto por ser año de nuestro Redentor, y nó era de César el que en las datas se señala. Aunque en esto no hay certidumbre, sino sola conjetura por ser unas mismas las personas.

Reinó don Silo nueve años cumplidos, y murió de su enfermedad en el décimo, como expresamente lo dicen los tres prelados antiguos. Así sucedió su muerte, conforme á la buena cuenta destos autores, en el año de nuestro Redentor setecientos y ochenta y tres. En los anales antiguos ya dichos hay, como suele, mucha particularidad, pues se dice allí reinó nueve años, y un mes y un dia. Mas faltando punto fijo, no nos podemos valer desta precision. El rey, conforme á los mismos historiadores, fué enterrado con la reina Adosinda su mujer (que por ahora quedaba viva) en el monasterio, que así lo llaman, de San Juan de Pravia, de quien ya hemos dicho. Á Vaseo le engañó quien le dijo que esta iglesia estaba en Oviedo. Está en Pravia, y allí está la piedra que puso Vaseo en la iglesia de san Juan, y es segunda en antigüedad despues de la del

rey don Fruela, y tiene una nueva y extraña manera de escritura en esta forma:

TICEF SPECN CEPS FECIT ICEF SPECNINCEPSFECI CEF SPECNIRINCEPSFEC EFSPECNIRPRINCEPSFE

FSPECNIRPO PRINCEPS F

SPECNIRPOLOPRINCEPS PECNIRPOLILOPRINCEP

ECNIRPOLISILO PRINCE PECNIRPOLILO PRINCEP SPECNIRPOLO PRINCEPS FSPECNIRPO PRINCEPSF

EFSPECNIRPRINCEPSFE CEFSPECNIRINCEPSFEC ICEF SPECNINCEPS FECI TICEF SPECNCEPSFECIT

Lo que dice no es mas que esto: Silo princeps fecit, y lé se de doscientas y setenta maneras como dijo Vaseo, mas yo creo que pasan de tres cientas. En castellano dice: El príncipe Silo hizo esta iglesia.

Dió tanto gusto esta manera de escritura y su invencion que se comenzó poco despues á usar mucho en Castilla. Así todos los mas de los libros que ha lla nos escritos en España de seiscientos ó quinientos años atrás, tienen al principio alguna escritura ó cifra destas cúbicas. Así las llamo porque cuadran por todos cuatro lados lo escrito. La manera de leerlas y escribirlas es fácil, pues poniendo en medio como centro la primera letra de lo que se quisiere escribir, y prosiguiendo hacia arriba ý hácia abajo ó á los lados, ello mismo forzosamente pide las letras que se han de poner. Bien es verdad, que despues con otras nuevas invenciones la hicieron mas oscura, y verdaderamente revesada con unos traveses que en muchos de aquellos libros antiguos se hallan mas dificultosos de leer. Por una memoria de un libro viejo de Oviedo han querido algunos decir que la reina Adosinda despues de muerto el rey su marido se metió monja con una hija suya. Mas la memoria es de mas de cien años adelante, y llegado aquel tiempo se pondrá, y se dirá della todo lo que conviene. Que fué monja la reina despues de viuda, puédese bien creer por otro testimonio de que luego se tratará, mas no por éste del libro, siendo de tantos años adelante. Parecerá tambien entera certidumbre que la reina, si fué monja (cierto parece lo fué), ya lo era el noviembre deste año setecientos y ochenta y tres. Esta es cosa muy notable y de mucho momento para la cuenta del tiempo, pues asegura que ya era muerto el rey su marido, y no muchos meses antes, por las causas que allí se verá tuvo, para darse priesa á ser religiosa luego que enviudó.

Conviene aquí mucho advertir, que parece sin duda, como los tres prelados llevan su buena cuenta por años emergentes y no usuales. Porque no podrian decir, como siempre han dicho en todos los seis reyes pasados, que reinaron tantos ó tantos años enteros y cumplidos, ni señalar alguna vez los meses como en el rey Fruela ellos señalaron, y en todos señalan los anales viejos, si no contaran por años emergentes. Tambien el contar por usuales tenia mucha perplejidad y confusion de juntar lo restante del primer año con lo corrido del último. Por todo esto se entiende como un mismo año del nacimiento de nues

quien se confederó, volviendo á la mala sepa de su madre, que como aquí vuelven de nuevo à decir los tres obispos mas antiguos, era esclava; y así se puede bien creer, como yo he dicho, que fuese mora. El poderío con que entró este tirano á tomar el reino fué tan grande, que nadie le pudo hacer resistencia, y el rey don Alonso tuvo necesidad de salvar la vida huyendo, y esto fué luego despues de la muerte del rey don Silo, así que no hay contarle ahora al Casto ni año ni tiempo alguno de reinado, como tambien presto se dirá.

tro Redentor se va atribuyendo siempre à dos reyes, siendo primero del que se sigue el que fué postrero del que precedió. Y esta consideracion nos ha de valer presto para algun buen efecto, y así fué necesario se hiciese aquí con toda particularidad. En los sumos pontífices ha habido esta mudanza. El papa Estéfano Cuarto, en quien dejamos (1), vivió en el pontificado tres años, cinco meses y veinte y siete dias, muriendo el último dia de enero del año setecientos y setenta y dos. Pasados no mas que ocho dias de vacante, fué elegido el papa Adriano primero deste nombre á los nueve de febrero, y porque duró muchos años, era sumo pontifice todavía en estos de que vamos tratando, y aun duró algunos mas adelante. El monasterio de San Vicente de Monforte, de la órden de san Benito en tierra de Lemos en Galicia, es antiquísimo, y tanto, que podemos bien creer que ahora, y aun de algunos años antes ya estaba fundado. Porque aunque no consta del tiempo de su fundacion, mas pocos años despues desto (como se verá) se trata deste monasterio como de cosa insigne y muy autorizada, lo cual no parece podia tener sino siendo ya algo antigua. Y como despues veremos, se llamaba entonces San Vicente del Pino, por uno muy grande que tenia á la entrada, y duró grandes tiempos allí.

CAPÍTULO XXV,

El rey don Alonso el Casto sucedió en el reino, y echóle dél su tio Mauregato. Y el malvado tributo que se concedió á los moros, y lo demás deste rey.

Así como con la muerte del rey don Silo hubo mucho movimiento en la sucesion del reino, así tambien comenzó á haber alguna confusion en la cuenta de los años de nuestra historia. Aquí trabajaremos de aclararla, así que se prosiga adelante con buena certidumbre.

Como la reina Adosinda en vida de su marido habia comenzado á procurar el reino para su sobrino; así luego despues de muerto trabajó de ponerlo en efecto; y juntándose con los grandes de la corte, y casa real, fué elegido por todos y alzado por rey don Alonso hijo del rey Fruela. Por estas palabras lo cuentan los tres obispos mas antiguos, nombrando aquí los dos el oficio palatino para significar los grandes del reino, llamándolos el de Beja los grandes del palacio, que es todo uno. Tuvo despues este rey sobrenombre de Casto por haber perseverado siempre en grande honestidad y limpieza, aunque fué concertado de casarse en Francia con una señora llamada Bertinalda, mas con amor de la castidad nunca quiso verla, ni que viniese acá. Así cuenta esto el obispo Sampiro, y de allí lo tomaron los autores que siguieron despues. Y parece como no debió ser mas que concierto de casamiento con esta señora, pues tan fácilmente se 'pudo dejar. Y los reyes siguientes cuando en sus privilegios Dombran á este rey, siempre le dan el insigne título y renombre de Casto.

A esta sazon de entrar en el reino el Casto, hubo grandes alborotos y novedades con que fué afligido y muy fatigado el reino de Asturias, que hasta ahora se habia mantenido en la buena prosperidad y acrecentamiento que los primeros reyes le dejaron. Porque Mauregato el bastardo del Católico, y por eso tio del Casto, lo echó luego del reino con ayuda de los moros con

(1) Aqui debe leerse la cuenta o la serie, para que el original de Morales tenga sentido. B.

Ninguno de los tres obispos mas antiguos escriben del ayuda que tuvo de los moros este tirano, ni de las malvadas condiciones con que la compró. Mas el arzobispo de Toledo y el de Tuy escriben como sin los moros le ayudaron algunos malos cristianos, y como les concedió á los moros el malvado tributo de darles cada año cien doncellas cristianas, y las cincuenta hijas-dalgo. Y aunque todo esto por sola el autoridad de tan graves escritores se debe creer, es de suyo muy verisimil, porque ni Mauregato pudiera tomar el reino sin grande ayuda de los moros, ni ellos se la dieran sin grandes partidas, y todos muy à su ventaja. Aquí ya en la entrada deste tirano en el reino se quebró otra vez la descendencia del rey don Pelayo, pues aunque era hijo del Católico, no era legítimo.

Este malvado tributo parece se concedió al rey Abderramen de Córdoba, primero deste nombre, que habiendo reinado treinta años, llegó hasta poco menos que al postrero de Mauregato. En estos muchos años de reinado, sin las grandes victorias que alcanzó, ennobleció mucho la ciudad de Córdoba con fortalecer el alcázar, y comenzar á labrar la grandísima mezquita, como yo mas largamente lo dejo escrito en las antigüedades. Sucedióle su hijo Hiscen, que otros poco diferentemente le llaman Isen ó Hiscan, y es todo uno, mas los historiadores de los moros siempre le llaman Osmen.

El buen rey don Alonso que vió al tirano con tantas fuerzas que era imposible resistirle, con prudencia y buen consejo de su tia Adosinda y otros que se la podrian dar tal, dió lugar á la furia de su mal tio, y obedeciendo á la miseria de los tiempos, salió de Asturias, y fuése á meter en Alava donde los parientes de su madre la reina Munia le podian dar buen amparo y seguridad. Así cuentan esto los tres prelados mas antiguos, y en decir expresamente que se fué á las provincias de Alava con fin de valerse allí de los parientes de su madre, se da claro á entender como la reina Munia habia sido de aquella tierra, pues sus parientes vivian en ella, como yo tratando desta reina ya lo he dicho. Estuvo tambien el rey don Alonso huido y escondido en el monasterio de Samos, que como fundacion de su padre le tuvo bien encubierto y encerrado. Y por ser el sitio de aquel monasterio un encerramiento extraño entre grandes montañas, y en valles muy hondos y apartados, era lugar bien aparejado para el rey esconderse. Parece como estuvo ahora el rey alli escondido, por un privilegio que tienen los monges, y yo lo ví original y en el tumbo del rey don Ordoño el Segundo, su data el primer dia de agosto del año de nuestro Redentor novecientos y veinte y dos. Allí despues de haber contado como fundó el monasterio el abad Argerico en tiempo del rey don Fruela, dice así: Postea vero venit proavus meus dominus Adefonsus, adhuc in pueritia, et remoravit ibi Samanos, et in alium locelum, quod dicunt Subrregum in ripia Dauræ cum fra

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