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DE LAS HEREJIAS, ERRORES Y CISMAS

QUE HAN DIVIDIDO

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Á LA IGLESIA DE JESUCRISTO DESDE EL SIGLO PRI-
MERO DE LA ERA CRISTIANA HASTA LOS

PRESENTES;

TIEMPOS

obra sacada en parte de los santos padres,
de los concilios y de las historias ecle-
siásticas, y en parte traducida de la que
bajo el mismo título ha publicado en
francés Mr. Migne, editor de la Enciclo-
pedia teológica.

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Imprenta de la VIUDA DE PALACIOS É HIJOS, editores.

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M.

(Continuacion).

MAXIMILIANISTAS. Se dió este nombre á una parte de los donatistas que se separaron de los demas el año 393, condenaron en Cartago à uno de sus obispos Primiano y en su lugar pusieron á Maximiano; pero la secta no le reconoció. S. Agustin habla mas de una vez de este cisma, y hace notar que todos aquellos sectarios se perseguian unos á otros con mas violencia que los católicos á todos ellos juntos. Sin embargo se reconciliaron y se perdonaron mutuamente los mismos agravios por los cuales se obstinaban en vivir separados de los católicos.

MAYORISTAS 6 MAYORITAS: discípulos de Jorger Mayor, catedrático de la academia luterana de Wittemberg en 1556. Este teólogo habia abandonado las opiniones de Lutero sobre el libre albedrio y seguía las de Melanchthon que son mas moderadas; pero las exageraba mas. No solo sustentaba como este que el hombre no está puramente pasivo bajo el impulso de la gracia, sino pretendia que la previene por medio de la oracion y de los buenos deseos: asi renovaba el error de los semipelagianos. Para que un infiel se convierta, decia él, es menester que oiga la palabra de Dios, la comprenda y reconozca la verdad de ella; pues todo esto es obra de la voluntad: entonces pide las luces del Espíritu Santo y las alcanza.

Pero es falso que el conocer la verdad de la palabra de Dios é implorar las luces del Espíritu Santo sean obra de la voluntad sola, la cual necesita para eso ser prevenida por la gracia. Asi lo enseña la sagrada escritura y asi lo ha decidido la iglesia contra los semipe

lagianos, que atribuyen al hombre solo el principio de la conversion y de la salvacion.

Mayor defendia tambien la necesidad de las buenas obras para salvarse en vez que segun Lutero las buenas obras solamente son una prueba y un efecto de la conversion y no un medio de salvacion. Otros muchos discipulos de Lutero, no contentos con abandonar asimismo las opiniones de su corifeo y maestro, cayeron como Mayor en el extremo contrario y se hicieron pelagianos ó semipelagianos. Lo mismo sucedió á los sectarios de Calvino.

MELANCHTHONIANOS Ó LUTERANOS MITIGADOS. (Vease luteranos.)

MELECIANOS, partidarios de Melecio, obispo de Licópolis en Egipto, á quien depuso en un sinodo su metropolitano Pedro de Alejandría hacia el año 306 por haber sacrificado á los ídolos durante la persecu cion de Diocleciano. Melecio, obstinado en mantenerse en su silla, buscó parciales é hizo cisma, durando este cerca de ciento cincuenta años. Como ni él, ni los de su partido no eran acusados de ningun error contra la fé, los obispos congregados el año 325 en el concilio de Nicea los exhortaron á que volviesen á la comunion de la iglesia y consintieron en recibirlos. Muchos y uno de ellos Melecio dieron señales de sumision á S. Ale jandro, por entonces patriarca de Alejandría; pero parece que esta reconciliacion no fue sincera por parte de los cismáticos: dicese que Melecio no tardó en volver al cisma y murió en él. Cuando S. Atanasio ocupó la silla de Alejandría, los melecianos hasta entonces enemigos declarados de los arrianos se unieron á ellos para perseguir y calumniar á aquel zeloso defensor de la fé de Nicea. Avergonzados despues de los atentados que habian cometido, trataron de réunirse à él, y su corifeo Arsenio le escribió una carta de sumision el año 333 y perseveró constantemente adicto al santo patriarca. Pe. ro parece que parte de los melecianos continuaron con. federados con los arrianos, pues aun subsistía su cisma,

á lo menos entre algunos monjes, en tiempo de Teodoreto, el cual les achaca muchas costumbres supersticioridículas.

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Conviene no confundir al cismático Melecio con san Melecio, virtuoso obispo de Sebaste y luego de Antioquía, desterrado tres veces por intrigas de los arrianos á causa de su adhesion á la doctrina católica. Con ocasion de él, pero no por su culpa hubo cisma en la iglesia de Antioquía. Parte de su rebaño se rebeló contra él so pretexto que los arrianos habian tomado parte en su ordenacion. Lucifero de Caller, enviado para sosegar los ánimos, los irritó mas ordenando á Paulino en lugar de Melecio (vease luciferianos). S. Gerónimo escribia al papa S. Dámaso hablando de estos dos últimos personajes: Yo no tomo el partido ni de Paulino, ni de Melecio.

MELQUISEDECIANOS: nombre dado á varias sectas que han aparecido en diferentes tiempos. Los primeros sectarios llamados asi fueron una rama de teodocianos en el siglo tercero, que á los errores de los dos Teodotos añadieron sus propios desvaríos y sustentaron que Melquisedech no era un hombre, sino la gran virtud de Dios, y que era superior á Jesucristo por ser mediador entre Dios y los ángeles, como Jesucristo lo es entre Dios y los hombres. (Vease teodocianos.)

A fines del mismo siglo fue renovada esta herejía en Egipto por un tal Hierax, que supuso que Melquisedech era el Espíritu Santo. Vease hieracitas.

Algunos antiguos acusaron de este error á Orígenes; pero debió ser infundada semejante acusacion; cuando ni Huet, ni los editores de las obras de Orígenes no hacen mencion de ello.

Los escritores eclesiásticos hablan de otra secta mas moderna de melquisedecianos, que parece fueron una rama de los maniqueos. Hablando con propiedad no eran ni judios, ni cristianos, ni paganos; pero miraban á Melquisedech con la mayor veneracion. Se les dió el nombre de atlingani, hombres que no se atreven a to

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