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to, que hallandose en Segovia con la Reyna Doña Beatriz, su muger, y con los Infantes, Proceres, y otras personas que vinieron à la dicha Ciudad à celebrar Cortes; y conociendo las grandes mercedes que Dios le habia hecho, y que la Iglesia del Salvador de Oviedo era lugar santo, devoto, y muy rico de Cuerpos santos, y Reliquias, en que hacia ventajas à otras Iglesias Catedrales de España, por las quales prerogativas los Reyes Católicos Godos, escogieron alli sus sepulturas; y sabiendo finalmente que por las oraciones de los Santos, cuyos cuerpos se veneraban en ella, quiso Dios ayudarle, dandole siempre victoria contra sus enemigos, y quebrantando las fuerzas de sus contrarios: Por tanto para gloria del mismo Dios, y de sus Santos hacia donacion estable, perpetua, no revocable, y sin condicion alguna à la dicha Iglesia y à Don Gutierre, su Obispo, Oidor de su Audiencia, y de su Consėjo, y à los Obispos que le succediesen de la Casa de Noreña con su aldea, su aldea, y Señorío, y otras muchas posesiones que se ex

Señor de Lunel, y de Isabel de Antoyng, Vizcondesa de Gante; pero murió sin sucesion, habiendo prohijado al Infante Don Enrique, hijo del Rey Don Alonso XI. y de Doña Leonor de Guzman, el qual se acogió à estos sus Pueblos, huyendo de la persecucion del Rey Don Pedro, por cuyo medio conservó su vida, y pudo llegar à la posesion de la Coro. na de estos Reynos. Don Enrique siendo ya Rey, hizo donacion de los Estados de Gijon, y Noreña á su hijo Don Alfonso, el qual los poseyó hasta que fue despojado de ellos por la rebelion que dexo referida. Apoderado el Rey Don Juan de los Estados que el Conde Don Alfonso tenia en Asturias, y dadas al rebelde otras posesiones en tierras llanas, para que pudiese sustentar su vida, de manera que tubiesé menos ocasiones de rebelarse, quiso dar un gran testimonio de su afecto à la Silla Episcopal de Oviedo, otorgando una célebre escritura en las referidas Cortes, por la qual la concedió el Señorío, y Condado de Noreña. Dice en este instrumenTomo XXXIX.

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presan en la escritura, y pertenecian à la misma Casa., Dice luego, que los Estados que concede eran propios de su Señorío Real, para poderlos dar, y hacer de ellos lo que quisiese, por legítimas razones que constaban de la escritura auténtica, y pública de Concordia, hecha entre su persona, y su hermano Don Alfonso, Conde de Valencia, de la qual escritura mandaba dar traslado por autoridad de Juez en favor de la misma Iglesia, y para su resguardo, mandando que el original se custodiase en la Cámara Real, para perpetuo testimonio de esta donacion. Menciona à Don Rodrigo Alvarez de Asturias, y al Rey Don Enrique su padre, como à poseedores de los Estados de Noreña, or denando que la Santa Iglesia de Oviedo tenga este Señorío en adelante, con los mismos términos que ellos lo tubieron. Como la region de Asturias fue famosa desde el tiempo de los Romanos, por las ricas minas que en ella se descubrieron, reserva el Rey Don Juan para sí, y los Reyes que le sucediesen, las de, oro, plata, ú otro metal que

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fueren halladas en dicho lugar de Noreña. Dióse este célebre privilegio en las Cortes de Segovia à 20. de Septiembre, Era de 1421. año de 1383. y está confirmado con gran solemnidad por los Infantes, Duques, Condes, Marqueses, Obispos, y otros Señores, entre los quales se lee el nombre de Don, Gutierre, Obispo de Oviedo, à quien se hizo tan señalada merced.

En el año siguiente se repartieron los Estados de Noreña entre el Obispo, y Cabildo, quedando aquel con la mayor, y mejor parte; de la qual division hecha en 6. de Mayo, se halla memoria en el libro que se llama Preciosa. Pocos años despues volvió à Asturias el Conde Don Alonso, y se apoderó no solo de Gijon, sino tambien de Noreña, quitando su posesion al Obispo, y Cabildo de Oviedo; pero vencido el Conde se restituyeron los Estados de aquel Condado à sus legítimos Señores en 8. de Septiembre del año de 1394. y desde entonces han conservado sin alguna interrupcion los Obispos de esta Sede el dictado de Condes de

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Noreña, de que usan en escrituras, y cartas públicas.

Continuanse las memorias del Obispo Don Gutierre, y se refieren los grandes aumentos, que asi en lo espiritual, como en lo temporal resultaron d su Iglesia, y Diócesis de su zelo y gobierno.

Las grandes empresas que corrieron por cuenta de Don Gutierre, poniendo en execucion los despachos, y pro visiones Reales que se le dieron para sujetar al Conde Don Alonso, y tomar posesion en nombre del Rey Don Juan de sus Señoríos, poniendo de su mano Alcaldes, y Merinos , y recibiendo pleytos homenages, no fatigaron el zelo de este insigne Prelado, de manera que no atendiese al aumento de la felicidad de su Obispado en otros muchos géneros de bienes. Los alborotos que en los años anteriores habian turbado el territorio de Asturias, fueron causa de que las costumbres Monásticas decayesen en gran parte de la observancia regular. Para remedio de tan grave mal, hizo nuestro Prelado la visita de

todos los Monasterios de su Diócesis, corrigiendo los desordenes por medio de justas, y santas leyes que restableciesen la vida espiritual, conforme à la regla que en ellos se profesaba, Carvallo trae en las Antiguedades de Astu rias, part.3. tit.44. pag. 416. algunas de las ordenanzas que dió para la reformacion de Monges, y Monjas, segun constaba de las mismas visitas; añadiendo, que mandó suprimir los Monasterios de Soto, y Villamayor, movido de la gran libertad con que en ellos se vivia, y que aplicó sus rentas à otros Conventos de mayor observancia.

Deseando tambien Don Gutierre que en su Obispado no faltasen jamás hombres doctos, y que el país. de Asturias se honrase con varones ilustres en sabiduria, determinó fundar un Colegio en la Ciudad de Salamanca, cuya Universidad era de las mas sobresalientes de la Europa, Habiale hecho la Reyna Doña Juana, que le tubo por su Capellan mayor, merced de tres mil maravedís que llamaban del rico hombre, con los quales mantu

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/ bo este Prelado algunos es tudiantes pobres en la referida Universidad. Este pia doso empleo de los tres mil, maravedís movió à la Rey na à concederselos para siemsiempre, por un privilegio que dió en Medina del Campo en 10. de Abril del año 1381. Con esta renta, pues, fundó, y dotó el Colegio llamado de Pan, y Carbon, cuyo nombre se le dió por tener su renta sobre las alcabalas de aquellos géneros, y segun otros por cierta medida, y tributo que cobraba, de ellos el Mayordomo del Colegio, sin poderse proceder à la venta antes de pagar aquel derecho. Este es el primer Colegio que se fundó en Salamanca, y ha servido de exemplar para los. muchos que se erigieron despues, para honor de la mis ma Ciudad, y de todo el Reyno, por los excelentes varones que. de ellos han salido para felicidad, y gloria de la Iglesia, y del Estado. En el fol. 21. de un Kalendario antiguo que se conservaren el Archivo de la Igle sia de Oviedo, lei la fundacion de este Colegio, con, este título: Ordinatio Collegia

pauperum scholarium Civitatis Salmanticæ facta per Reverendum in Christo Patrem & Dom. Dom, Guterrium, &c., de suis tribus millibus morabitinorum del rico ombre Civitatis Salamantina. Segun esta escritura debia el Colegio, fabricarse cerea de la Catedral, y tener seis Colegiales Canonistas, los quales debian ser naturales del Obispado de Oviedo, y à falta de éstos, del Arzobispado de Toledo, y de la Diócesis de Palencia. Dicese, que los individuos de este Colegio fueron en los primeros tiempos de su fundacion, y quando era unico en la Ciudad de Salamanca, de tanta autoridad, que como Rectores gobernaban aquella célebre Universidad.

En el año de 1513. fundó el Ilustrisimo Don Diego de Muros, Obispo tambien de Oviedo, el Colegio mayor de San Salvador de la naisma Universidad. Desde

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Memoria de Don Gutierre de Toledo, Obispo de Oviedo, año de 1386. En el siglo 16. crecieron algo sus rentas, pero sin embargo nunca fue Colegio rico, y siempre mantubo pocos Colegiales, de los quales salieron hombres excelentes en virtud, doctrina, y dignidad, como refiere el Compendio histórico de la Ciudad de Salamanca, escrito por Don Bernardo Dorado, que expresa los nombres de algunos en la pag. 270.

El zelo con que este Prelado atendió à la conservacion, y aumento de los privilegios, y de la grandeza de su Iglesia, ha quedado impreso en muchas obras que al presente son fieles testigos de aquella virtud. Por su orden, y direccion se escribió el Becerro que existe en el Archivo, y contiene las memorias de las rentas de la Mesa Capitular, y Episcopal, de los Beneficios, Curatos, y Prestamos del Obispado, anotando à quien toca su presentacion, y qué frutos le pertenecen. Contiene asimismo las Visitas, y Synodos que se tubieron en el Obispado, y en muchos Monasterios, y los Fueros que tocaban al

Obispo, con otras Constituciones concernientes al Cabildo, y Obispado. Mandó tambien escribir otro libro que se llama Regla colorada, à distincion de otro que se dice Regla blanca, donde se copiaron las mas de las donaciones que los Reyes, y otras personas habian hecho en los siglos anteriores à su Iglesia. En el Breviario de la Catedral de Oviedo, impreso en la misma Ciudad año de 1556. se puso en el dia 13. de Marzo el Oficio que se debia celebrar para memoria de la invencion, y descubrimiento de las Sagradas Reliquias, reynando Don Alonso VI. La leccion segunda se reduce à atribuir à nuestro Prelado el establecimiento de la referida solemnidad: Guterrius primus Pontifex Ovetensis pie statuit præditæ in-› ventionis memoriam decima tertia die mensis Martii, qua die fuerunt apertæ, seu inventæ, d cunctis fidelibus suæ Diœcesis celeberrime celebrari, ne de vitio ingratitudinis sui subditi possint denotari.

La estimacion que el Rey Don Juan I. hizo de Don Gutierre fue ocasion para que este Prelado alcanzase de

aquel

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