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se puso un magnífico trono cubierto de ricos brocados, segun se acostumbraba en las Cortes generales. Para la Infanta se puso una preciosa cama, mucho mayor que las que suelen hacerse para cria turas de tan tierna edad. La Crónica del Rey D. Juan II. expresa en el año de 23. capit. 57. los nombres de los Señores, y Prelados que con currieron à este solemne acto, y dice, que además de los que nombra, estaba la sala tan llena de gente que à gran pena ninguno podia રે entrar. El Obispo de Cuenca Don Alvaro de Osorno hizo una oracion, la que concluyó exhortando à todos diesen à Dios las debidas gracias por haber dado al Rey en tan corta edad la sucesion deseada. Y aunque sería de mayor gozo para el Reyno que fuese Infante, habia sin embargo gran motivo de alegria por la esperanza que todos pódian tener de que en adelante tendria el Rey Infantes varones. Per suadió finalmente, que entre tanto debian todos reconocer por Primogenita heredera de estos Reynos à la SeBora Princesa Doña Catalina,

y recibirla por ñora en el caso falleciese sinc ron legítimo. oracion, el In besó la mano c hizo juramer homenage en n y esto mismo demás asistent del dicho Inf. el Obispo de C sal, y una Cruz en que se hacia En este tiempo nica citada, se chas alegrias en se hizo un tor Caballeros, y ti se hicieron just Caballeros rican Murió la l Catalina en Ma do la Reyna M via à esta Vill miento fue en de Septiembre xando gran sen Reyes, y al I enterrada en el Santa Maria la giosas Agustina donde se la hi nes exequias, 1 to envió el Rej

En 26. de l de 1423. se i

ipes de Asturias.

rinci tiembre de 1423. Celebrada
le los las exequias de la Infanta, y
Reyes Princesa Doña Catalina, mas
itula- dó el Rey que su hija Doña
La Leonor fuese jurada por P
on se cesi de Asturias, y Primo-
es, y genita heredera de sus Rey-
pe el nos, y Señorios Hizes cl
los, y juramento, y homenage en
dado la Ciudad de Burgos en pre
as la sencia del Rey, concurrien
Lu do à esta funcion el In
fe el Don Juan, el Almirante Dua
neva Alonso Enriquez, Dua Al-
ortes varo de Luna, Condestable,
Rey Diego Gomez de Sand.v.1,
, y Adelantado de Castila, Da
eyna Pablo, Obispo de Bergon
In- Chanciller mavor del Rey, y
este D. Alonso, Obispo de Laa
idad su Confesor, y el Doctor Pe
ere riañez, Advierte la Cronica
dia que en este tiempo no esta
di ban en Burgos otros Grandes
del Reyno. Dice tambien que
Don Pablo, Obispo de esta
10R, Ciudad, hizo una oracion

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por mandado del Rey, la
qual fue breve, pero magt.
fica, y aplaudida de todos

Doña Leonor tubo el t
Doña tulo de Princesa hasta 5. de
que Enero de 1425.en que nació
luz en la Ciudad de Valladolid
lamó su hermano, y sucesor en el

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DON ENRIQUE, Principe VI. de As

turias:

El nacimiento del Infante Don Enrique causó tan singular regocijo en estos Reynos, que no solo en la Corte, sino en las demás Ciudades, y Pueblos del Reyno, se celebró con procesiones dirigidas à dar gracias à Dios, y con muchas fiestas que manifestaban bien la complacencia que todos tenian por el nuevo Principe. Bautizado Don Enrique à los ocho dias de su nacimiento, mandó el Rey que todas las Ciudades enviasen nuevos poderes à sus respectivos Procuradores para jurar al Prin cipe en la forma acostumbra da. Pasado el invierno se hi zo el juramento, en el mes de Abril, y fue el lugar. de esta solemne funcion el Refectorio del Convento de San Pablo de Valladolid, que se adornó con mucha magnificencia, poniendo en él el Solio Real, como se hizo en la gran sala del Alcazar de Toledo quando fue jurada la Infanta Doña Catalina. El Al mirante Don Alonso Enri

quez llevó al Infante en una mula desde la posada en que nació, que estaba en la calle que se decia de Teresa Gil. Iban en su compañia muchos Caballeros à pie, y delante de todos se tocaban varios instrumentos músicos. Asi que llegaron à la expresada pieza pusieron al Infante en una preciósa cama rodeada de asientos, en que estaban muchas Señoras principales. Entró luego el Rey con el Infante Don Juan, y otros Prelados, y Caballeros, y у delante iba Garcia Alvarez, Señor de Oropesa,à quien tocaba llevar él estoque, y el Adelantado de Castilla Die go Gomez dé Sandoval lle vaba el cetro de oro, que tomado por el Rey, fue pues to en la mano de su hijo Don Enrique, nombrandole al mismo tiempo Principe de Asturias heredero de sus Reynos. Hecho todo esto, hizo una oracion el Obispo de Cuenca Don Alvaro de Isorna, da qual acabada, se hizo el juramento, y home. nage por el Infante Don Juan, y por los demás Caballeros, y Procuradores de las Ciuda, des, del mismo modo que se habia hecho en Toledo

con

con la Infanta Doña Catalina...

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rique.

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res se ocupaban por algunos tiranos que se aprovecharon de la menor edad del Rey, apoderandose de lo que pertenecia al Mayorazgo del Principe, el qual se hallaba por esta causa tan menoscabado, que fue necesario trabajar mucho en recobrar lo perdido, y fundarlo casi de nuevo por medio de algunas Cédulas que se despacharon por el Rey, y por el Principe su hijo.

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Entre las grandes alteraciones que turbaron los Rey BOS de Leon, y de Castilla en el Reynado de D. Juan II.. Estando el Rey en la Vifueron de las mas graves las lla de Tordesillas, expidió que experimentó el Principa en 3. de Marzo de 1444 un do de Asturias. De unas, y Alvala del tenor siguiente otras, hace expresa memoria "Por quanto yo soy inforel Principe Don Enrique en mado, y bien certificado úna Cédula que dirigió à los que el Rey Don Enriqué Concejos, Jueces, Alcal- mi Padre, y Señor, que des, &c. de Asturias. Dice en Dics haya ordenó, y manellamique algunos trabajaban dó que todas las Ciudades, quanto podian por tomar las » Villas, è Lugares de As Ciudades, y Villas, y las ren- turias de Oviedo fuesen tas pertenecientes à la Coro Mayorazgo para el Princina Real, cometiendo muy »pe, è Principes de Castilla, graves delitos, è insultos. Die Leon, asi como agora ce luego, que estaba informado de la poca justicia qué se guardaba en las tierras de Asturias, y de las muchas muertes que alli se hicieron La Ciudad de Oviedo y otros pueblos del Principado con sus Fortalezas, y Alcaza

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lo es el Delfinazgo en Fran "cia, è que no se diesen, "nin podiesen dar las dichas »Ciudades, Villas, é Lugares, ni parte de ellas à pert sona alguna, sobre lo qual "hizo juramento solemne de lo cumplir. Por ende por

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» hacer bien, è merced à vos nel Principe Don Enrique nuestro muy caro, y ama "do hijo, è porque pues las »dichas Asturias, y sus tier»ras, è términos son de vuestro título, no es razon que "vos non las hayades, è ten "gades, fago vos merced de todas las Ciudades, Villas, "è Lugares de las dichas As"turias, y sus tierras, è ter"minos, è fortalezas, è ju"risdicciones con los pechos, è derechos pertenecientes "al Señorío de ellos, para »que sean vuestros por toda "vuestra vida, è despues de wella de vuestro hijo ma yor legítimo, con condi»cion, que siempre sean las "dichas Ciudades, Villas, è "Lugares vuestras, iè que "no las podades enagenar, è siempre sean del Principado." Este Alvala se halla inserto en una Cédula que el mismo Rey Don Juan expidió en favor del mismo Principado en la Ciudad de Burgos en 9. de Septiembre de 14446 20

El Principe Don Enrique envió algunas personas de su confianza à su Principado, para que en su nom bre recobrasen, y tomasen

Lu

posesion de las Villas, y gares que estaban usurpadas. Envió tambien algunas Cédulas à los Concejos de Asturias, mandandoles que prestasen todo el auxilio que pudiesen contra los tiranos que tenian usurpado su Mayorazgo, como eran los Quiñones, gente muy principal, y poderosa.

Los Asturianos obedecieron à su Principe como fie les vasallos, y juntandose en la Villa de Avilés consulta ron entre sí lo que convendria hacer al servicio del Principe, y libertad de la patria. La resolucion que por entonces tomaron fue enviar sus Mensageros al Principe Don Enrique, certificandole de la dificultad que hallaban en cumplir lo que se les ordenaba, à causa del temor que tenian de que despues de haber hecho quanto se les mandaba, en que sin duda perderian sus haciendas, y vidas, echando del Principado à los que estaban apoderados del Mayorazgo del Principe, sucederia acaso que los mismos tiranos de órden del Rey, d de la Reyna, ò por instancias de algunos grandes Pre

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