mil para las de su linage. Dexó, finalmente, renta para el socorro de los labradores, y de otras personas necesitadas, y para la fábrica de un Hospital de la misma Villa de Salas, sin olvidarse de los Monasterios pobres, y de otras personas menesterosas, y aliviando la fatiga que los Asturianos padecian en los ás peros caminos de su país, para cuya composicion dexó tambien renta. Zuñiga, en los Anales de Sevilla, dice al año de 1568. que el Arzobispo Don Fernando de Valdés, anciano mucho en la edad, que nunca vió dia al descanso, ocupado siempre en gravisimos empleos, falleció en Madrid, à 9. de Diciembre de dicho año. De la traslacion de su cuerpo al Principado de Asturias, dicen los Escritores de este país lo siguiente: Su cadaver fue traído con solemne pompa, y aparato para ser sepultado en la Iglesia de Salas que habia fundado, en una litera, y atahud, cubierta de luto, rodeada de mucho número de hachas ardiendo, y precedida de la Cruz Arzobispal correspondiente à su dignidad, acom pañada de Don Fernando de Salas, su hermano de padre, Oydor del Consejo de Indias, y Arcediano de Granada, con otros cinquenta Caballeros, parientes, y criados todos de su Casa, y dos Alguaciles de Corte, dos Aposentadores, uno por el Consejo, y otro por la Inquisicion,con las correspondientes provisiones para el hospedage, seis Religiosos Dominicos, seis Franciscos, seis Capellanes suyos, que cada dia, antes de marchar, celebraban el Oficio divino, y decian Misas por su alma. Con toda esta comitiva llegó à Oviedo el cadaver en 29. de Diciembre del mismo año de 1568.y fue recibido con la mayor solemnidad que haya sido recibido en Asturias otro ninguno. No llegó la litera hasta las quatro de la tarde, por venir muy despacio à causa del grande aparato, y acompañamiento, y habiendo sido puesta à la entrada de la casa de la Platería, vino en procesion el Obispo, y Cabildo, las Parroquias, Ciudad, y todo el Pueblo, y con solemnes cánticos fue llevado el atahud por los Regidores hasta el crucero de la Iglesia, donde fue colocado sobre un es estrado cubierto de luto, y y personas principales. Tar se le hizo un muy solemne oficio de Visperas de Difuntos, à canto de órgano, que se continuaron hasta el segun do dia, ardiendo siempre al rededor muchas hachas. Finalmente, en la misma orden que habia sido traído fue sacado de la Iglesia el cada ver, y puesto en la litera, salió de la Ciudad, acompaña do de todos los Caballeros, D. OPT. dó dos dias en llegar à Salas, donde tubo igual recibimiento quanto era posible, y se le hicieron muy solemnes exequias, en que se ocupó la Capilla de esta Iglesia nueve dias; y ultimamente, fue enterrado en el suntuoso sepulcro de alabastro que habia mandado hacer, y tiene el Epitafio siguiente: MAX. Aqui yace el Ill.mo Don Fernando de Tomo XXXIX. la la heretica pravedad y de la Católica Fé; vigilantisimo defensor, docto, exemplar, clemente, y liberal, como lo mostró con gran magnificencia en las muchas, y ricas fundaciones, y dotaciones perpetuas de obras pías, que dexó en su patria, en Oviedo, en Salamanca, en Siguenza, y en Sevilla para gloria de Dios, y bien comun. Vivió 85. años: murió en Madrid, à IX. de Diciembre, año MDLXVIII. y reynando Don Felipe II. Gil Gonzalez no trae en su Teatro Eclesiastico de Oviedo, otra memoria de Don Fernando de Valdés, que el extraordinario suceso de una plaga de ratones conjurados, procesados, y auyentados à lo mas encumbrado de los montes à fuerza de censuras. Dice, que siendo él Prebendado de la Santa Iglesia de Salamanca, vió en esta Ciudad el proceso original en poder del Licenciado Posada, deudo del Obispo de la misma Iglesia Don Pe dro Junco de Posada. Pero Don Anastasio de Torres y Ubeda asegura, que en medio de ser Provisor del Obispado de Oviedo, no pudo hallar vestigio de este caso, del qual ningun Escritor Asturiano hizo alguna estimacion; y aunque Tirso de Avilés, Canonigo de Oviedo, alcanzó aquel tiempo, y anotó los sucesos memorables, y aun algunos de la menor importancia, no hizo la mas leve memoria de un hecho tan prodigioso. Por lo qual debe tenerse por fabulosa la narracion de Gil Gonzalez; y el proceso original que testifica haber visto, fue sin duda obra de alguna imaginacion, que quiso divertirse con la invencion de aquella fabula. DON D. MARTIN TRISTAN Calvete. que entendido por Don Martin Tristan, procedió contra aquellos temerarios ministros, refrenando su osadia. Desde el año de 1539. hasta Esto fue en el año de 1532. el de 1546. Promovido Don Fernando de Valdés al Obispado de Leon en el año de 1539. tomó posesion del de Oviedo en 15. de Agosto del mismo año Don Martin Tristan Calvete, como está anotado en el libro de Posesiones de esta Iglesia. Fue este Prelado natural de la Villa de Pastrana, en la Alcarria, y habiendo recibido la Beca de Colegial en el Colegio mayor de Santa Cruz de Valladolid, salió gran Jurista, y los Reyes Católicos le dieron plaza de Inquisidor de Zaragoza. Garibay refiere, que exerciendo Don Martin este santo ministerio, llegó à Zaragoza la Emperatriz Doña Isabel para recibir al Emperador su marido, que volvia victorioso de Alemania, y Ungria, habiendo auyentado à Soliman, Rey de los Turcos. Las Guardas de los Ara goneses andubieron tan des comedidos con la Emperatriz, que registraron, y reconocieron sus equipages; lo Poco despues de este suceso le presentó el Emperador al Obispado de Lugo, que gobernó hasta dicho año de 1539. en que pasó à Oviedo. Presidiendo en esta Sede determinó el Emperador que se hiciese una visita de la Real Audiencia de Granada, y teniendo gran satisfaccion de las prendas, y literatura del Obispo de Oviedo, le nombró para aquella visita. Don Anastasio de Torres y Ubeda, escribe en el Catálogo de esta Iglesia, que el Obispo no llegó à Granada; pero Garibay, Escritor mucho mas cercano al tiempo de la presidencia de este Prelado, dice, que acababa la visita con la puntualidad, è integridad que se esperaba de él: salió de Granada para su patria, y que murió en el pueblo cercano llamado Valdeconcha, que era suyo, y de sus parientes, en el año de 1546. à la Ciudad de Toledo, don DON CHRISTOVAL de estaban convocadas Cor de Roxas y Sandoval. Desde el año de 1546. hasta el de 1556. en que fue trasladado a Badajoz. Viendose los Reyes Católicos privados de sucesion en los dos hijos mayores, avisaron à su hija Doña Juana, que estaba en Flandes, que viniese à estos Reynos à ser Princesa jurada de ellos, por haber recaido en ella este derecho.A fines del año de 1501. salió de Flandes Doña Juana con el Principe Don Felipe, su marido, y antes que Îlegasen à España, fue enviado à récibirlos Don Bernardo de Sandoval y Roxas, con otros muchos Caballeros; y estando en Fuente Rabia conoció à Doña Dominga de Alcega, doncella de noble linage, y en ella tubo un hijo, à quien se puso el nombre de Christoval, por haber nacido en 16. de Julio, en que se celebra la fiesta del Santo de este nombre. En el año de 1502. en que nació Don Christoval, vino su padre conduciendo à los referidos Principes hasta que llegaron 3 tes generales para jurarlos, como se hizo en Domingo 22. de Mayo del año dicho. Doña Dominga crió à su hijo Don Christoval en FuenteRabia hasta la edad de seis años, en que su padre el Marques de Denia le trajo à tierras de Lerma, y Gumiel de Mercado, donde permaneció hasta que llegó à la edad de poder dedicarse à los estudios mayores. De aqui fue enviado à la Universidad de Alcalá, donde estudió las Artes baxo el magisterio del Doctor Martin Malo. Entregose luego al estudio de la Sagrada Teología, y recibió la Beca en el Colegio mayor de San Ildefonso, donde estubo hasta el año de 1536. en que habia fallecido su padre. Tenia entonces treinta y quatro años de edad, y comenzó à servir al Emperador Don Carlos en el empleo de Ca pellan de la Capilla Real, siguiendole en los Reynos, y Provincias, por donde andubo, con grande aficion, y ganando entre todos el concepto de muy religioso, y virtuoso. Conoció bien el Emperador los servicios, y me |